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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

FACULTAD DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS

ENSAYO: EL MOMENTO PARA CAMBIAR ES HOY, CIENCIA, TECNOLOGÍA E


INNOVACIÓN EN LA ACADEMIA.

DIEGO GERMAN NARVAEZ ROSERO

Ph. D Fernando Herrera Chiquillo

BOGOTÁ D. C.

SEPTIEMBRE 2019
Objetivo

Plantear que el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación en las regiones


menos favorecidas de Colombia en función de la educación, le permitiría al país ser
una de las principales economías de América Latina.

Desarrollo

La constitución política de Colombia promulga que los derechos y deberes de los


ciudadanos enmarcados dentro de ella tienen como objetivo “fortalecer la unidad de
la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia,
la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz” (Consejo Superior de la Judicatura,
1991), sin embargo, el índice de desigualdad en el país según la Cepal (Comisión
económica para América Latina y el Caribe) está en 0,50 en una escala de 0 a 1,
siendo 0 el indicador más bajo de desigualdad, lo que significa que la mayor parte
de la riqueza está concentrada en un selecto grupo poblacional e históricamente se
ha evidenciado que se encuentra en las grandes capitales del país. Ésta es una de
las principales dificultades para el desarrollo de las regiones menos favorecidas de
Colombia, por tanto, se puede inferir que una de las principales causas del
subdesarrollo interno es el centralismo o en el caso del país el fallido proceso de
descentralización, que se buscó a través de la constitución política de 1991.

Los indicadores de gobernanza globales ubican a Colombia en el puesto 88 entre


186 países, lo que se traduce en ineficiencias del gobierno en cuanto al control de
la corrupción. Es por esto que existe un bajo ingreso per cápita en el país, pues
según Kraay Kaufmann & Zoido-Lobatón hay una relación positiva entre las dos
variables antes mencionadas. Adicionalmente, el recurso es asignado a grupos de
poblaciones que no tienen las mayores necesidades de inversión y se desprotege
a la ciudadanía que sí requiere el apoyo del Estado (Consejo privado de
competitividad, 2018). Lo anterior permite evidenciar la limitada capacidad del
gobierno para controlar el gasto público, lo que incrementa la percepción de
corrupción que tiene la ciudadanía y, a su vez, disminuye la confianza de las
personas sobre las instituciones públicas.

El informe nacional de competitividad afirma que “mientras que los departamentos


y alcaldías de la zona centro arrojan los mejores resultados de la medición, son los
territorios ubicados en la frontera o periferia los que registran un bajo desempeño.”
(Consejo privado de competitividad, 2018). A partir de esto se puede deducir que la
percepción de corrupción incrementa en regiones más vulnerables; la inversión en
educación, salud, vivienda, entre otros requisitos mínimos para tener una vida digna
es menor y además, los controles sobre el gasto son insuficientes y generan
sobrecostos millonarios no esperados sobre las inversiones que en su mayoría son
en infraestructura (vías, proyectos energéticos, entre otros), luego, si se suma la
baja inversión en estas regiones más el ineficiente control del gasto el resultado es
atraso, corrupción, desesperanza y desconfianza sobre las acciones del gobierno
en el territorio.

Un sector afectado por las políticas que gobiernan el país ha sido el de la educación.
Según el Ministerio de Educación y la constitución, se define la educación como “un
derecho que corresponde al Estado regular y ejercer inspección y vigilancia
respecto del servicio educativo con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento
de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física ciudadana” (Ministerio
de Educación, 2018), sin embargo, aún se tienen grandes barreras de acceso a la
educación básica y media, técnica y universitaria, entre otras. La calidad, la
infraestructura y la tecnología no permiten que la educación sea un derecho para la
totalidad de la población, aunque la cobertura de la educación básica y media
supera el 80% desde el 2016 en todo el país, la cobertura de educación superior o
terciaria apenas superó el 50% en el mismo año (Consejo privado de competitividad,
2018), además, del 50% que ingresa a educación superior, el 42% se retira antes
de terminar la carrera (Mogollón, 2018), por esto, el gobierno, antes de buscar
incrementar la cobertura, debe generar estrategias para disminuir la deserción en
las universidades y de esta forma no desperdiciar recursos y esfuerzos para
aumentar la cobertura.

Existe una preocupación por las brechas existentes entre la educación de la zona
urbana y rural, pues la inversión social está concentrada en zonas de influencia de
las empresas y muchas de estas zonas se encuentran sobre-intervenidas por varias
organizaciones, dejando de lado las que cuentan con necesidades importantes, en
la zona rural se evidencian insuficiencias de infraestructura, en el talento de los
docentes y se encuentra desinterés por parte de los estudiantes por adquirir
conocimientos (Orozco de La Cruz, 2019).

Mejorar la calidad de la educación básica y media se vuelve una tarea


indispensable, pues de esta manera, los bachilleres podrían llegar más preparados
para iniciar los estudios superiores y con mayor conciencia de lo que están por
iniciar, así, disminuir el porcentaje de deserciones en las universidades del país,
otra causa importante de la deserción es la escasez de recursos en el núcleo
familiar, lo que dificulta que culminen sus estudios, en este punto es importante
identificar a la población más afectada e iniciar planes de acción que apunten a
aumentar sus oportunidades.

Para mejorar la calidad se debe vincular a los estudiantes desde la infancia,


prepararlos para ser más propositivos, mejorar los procesos de enseñanza y
generar estrategias para medir la calidad.

Para las personas, el incremento del aprendizaje permite la generación de empleo,


disminución de la informalidad y la obtención de ingresos, a nivel social impulsa el
crecimiento a largo plazo, reduce la pobreza y estimula la innovación mientras
fortalece las instituciones, por otro lado, una educación inadecuada se puede
convertir en un cuello de botella para el proceso de transformación productiva.
(Consejo privado de competitividad, 2018)

Durante el proceso de incremento de cobertura y disminución de la deserción


surgen preguntas que dan a lugar a debates y múltiples respuestas que deben ser
contempladas para el mejoramiento de la educación superior, ¿la calidad de la
educación superior es buena para la formación de los futuros empleadores y
trabajadores que el país necesita para su proceso de modernización?, ¿la
educación superior debe ser pertinente con respecto a las necesidades del país o
debe ir en vía de preparar y educar para generar libertad de elegir las áreas de
conocimiento a estudiar según las expectativas generadas desde la infancia?

El Informe Nacional de Competitividad muestra que la necesidad del país es formar


ciudadanos para el trabajo o el emprendimiento, pues el 42% de los empleadores
encuestados manifiestan tener dificultades para llenar sus vacantes,
adicionalmente, la generación de empleo es baja y en el presente año hubo un
aumento del desempleo, por lo tanto, el gobierno no debería contemplar un camino
diferente al de educar en carreras pertinentes de acuerdo a la necesidad actual y
del corto plazo del país y de las empresas.

La otra parte del debate se da cuando en la Constitución Política de Colombia se


busca garantizar el libre desarrollo de los colombianos, luego, cuando se habla de
formar y educar a los estudiantes en áreas pertinentes a la actualidad y al corto
plazo, se limita a la población que quiere formarse en carreras y áreas del
conocimiento “no pertinentes” para la necesidad de modernización del país, como
las artes y algunas áreas de humanidades.

Más allá de ejecutar y establecer planes de mejoramiento de la calidad o de la


infraestructura actual, el gobierno nacional y las administraciones regionales se
deben comprometer a ejecutar controles regulatorios sobre la inversión y el gasto
para permitir eficiencia en las inversiones planeadas (Consejo privado de
competitividad, 2018).

En Bogotá, al igual que en el país, se ve la necesidad de educar para el trabajo,


pues hay una disponibilidad moderada en todos los sectores de la economía, lo que
señala que a pesar de los esfuerzos para promover la educación para el trabajo, la
cual se ha venido impulsando desde hace varios años, aún se encuentran con
estructuras y esquemas institucionales que no redundan en áreas que tienen que
ver con innovación, ciencia y tecnología, y procesos de educación que apunten
hacia las nuevas formas de realizar trabajos en las empresas. (Herrera Chiquillo &
Bruszies, 2018).

Por otro lado, se evidencian dificultades en cuanto educación en regiones apartadas


y vulnerables históricamente, como lo determinó en su momento un estudio de la
Contraloría sobre el efecto redistributivo del Sistema General de Participaciones,
existen brechas marcadas en la calidad de la educación entre la nación y las
entidades territoriales, especialmente las más pobres. (Contraloría General de la
Nación, 2019).

En materia de acceso a la educación superior se han generado grandes avances,


uno de ellos es la educación no presencial, aunque se han abierto una gran cantidad
de programas de esta modalidad, la mayoría de la población prefiere estudiar de
manera presencial debido a la cultura del mínimo esfuerzo presente en los
habitantes, por lo anterior, los ciudadanos de regiones apartadas que tienen la
oportunidad se desplazan hacia ciudades principales para acceder a la educación
superior, sin embargo, la calidad de estos programas es baja, pues solo el 14% de
ellos están acreditados como de alta calidad (Consejo privado de competitividad,
2018), se deben buscar estrategias para la mejora continua de exigencias de los
estándares de calidad y de esta forma mejorar la calidad de la educación.

Para disminuir las brechas presentes en la educación en el país y sus regiones, se


propone la diversificación y sofisticación del aparato productivo, se requiere un
entorno institucional sólido, articulado, eficiente y enfocado en una visión común, el
aporte de las universidades junto al sector público y al privado, estos últimos por ser
usuarios finales de desarrollos científicos y tecnológicos dados en la academia y en
el saber, estos desarrollos se deben dar en función a las necesidades sociales y
económicas del Estado y sus habitantes. (Consejo privado de competitividad, 2018)
Por lo tanto, es importante desarrollar sinergias con la participación de la academia,
el gobierno y el sector privado, con el objetivo de generar desarrollos tecnológicos
y científicos enfocados en las necesidades del país y sus regiones, con inversiones
desde el gobierno en infraestructura educativa y de acceso todas las regiones del
país, investigación y desarrollo de nuevos productos generados en la academia para
el sector privado y público, con los controles necesarios sobre el gasto que permitan
la eficiencia requerida para avanzar en educación mediante el uso y desarrollo de
tecnologías e innovaciones a partir de la ciencia y el saber.
Bibliografía

Consejo privado de competitividad. (2018). Informe nacional de competitividad 2018-


2019. Bogotá: Zetta Comunicadores.
Consejo Superior de la Judicatura. (1991). Constitución Política de Colombia. Bogotá.
Contraloría General de la Nación. (11 de Julio de 2019). Boletines de Prensa - 2019.
Obtenido de COMUNICADO DE PRENSA No. 095:
https://www.contraloria.gov.co/contraloria/sala-de-prensa/boletines-de-
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hay-cambios-se-necesitarian-entre-30-y-48-anos-para-cerrar-brechas-regionales-en-
educacion-?inheritRedirec
Herrera Chiquillo, F., & Bruszies, C. (2018). La competitividad de las ciudades desde la
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Colombia.
Ministerio de Educación. (2018). Sistema educativo colombiano. Obtenido de
https://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article-231235.html?_noredirect=1
Mogollón, P. A. (6 de Diciembre de 2018). El problema no es solo plata: 42 % de los
universitarios deserta.
Orozco de La Cruz, T. (23 de Julio de 2019). La educación en Colombia está llamada a ser
pertinente.

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