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El presente ateneo intentará abordar nuestro recorrido como Concurrentes del Servicio de
Salud Mental, durante el primer año, específicamente en lo que respecta a las Unidades 1
y 2 ubicadas en el primer piso del Hospital.
Para comenzar, nos parece importante contextualizar tanto la Institución de la que
formamos parte, así como su población y cuestiones que hacen a derechos y obligaciones,
tanto para profesionales como para las pacientes que atendemos.
Brevemente, Hospital Materno Infantil Ramón Sardá es un Centro Perinatológico de alta
complejidad que asiste alrededor de 7000 nacimientos por año, referente como
Maternidad pública y acreditado por UNICEF / OMS y por el Ministerio de Salud de la
Nación como "Hospital Amigo de la Madre y el Niño" por proteger, promover y apoyar la
lactancia materna.
Brinda múltiples servicios a las mujeres que se atienden en la institución, desde
ginecología hasta odontología, y el Servicio de Salud Mental es transversal a todos ellos,
recibiendo interconsultas, derivaciones de otras especialidades y/o la demanda
espontánea de pacientes con HC en el hospital.
La población que recibe la Maternidad es en su mayoría vulnerable en aspectos sociales y
culturales, tratándose de mujeres de barrios de bajos recursos de la Capital Federal y
alrededores; también se presentan continuamente mujeres inmigrantes que viajan desde
países limítrofes para atender su parto, sin contar con otras opciones en acceso ni calidad
en su país de origen.
Frente a este contexto, el Servicio de Salud Mental junto a Servicio Social y
Psicopedagogía realizan un accionar intenso, continuo e interdisciplinario.
1°- Por pedidos que son transmitidos de manera verbal, “menos formales”. Constituyen
preocupaciones del equipo médico y de enfermería frente a determinadas características
y/o situaciones que observan en las pacientes. Luego de recibir esta información,
constatamos en la historia clínica el abordaje previo a la paciente. Nuestra intervención
queda asentada en la historia clínica y es comunicada personalmente al equipo médico.
Solemos recibir este tipo de interconsultas de la Unidad 1 de internación conjunta.
2°- Por pedidos que son transmitidos de manera escrita, “más formales”. La Unidad 2 se
caracteriza por presentar este tipo de solicitudes.
1
Ferrari H., Luchina I., Luchina N.: Asistencia Institucional. Nuevos desarrollos de la Interconsulta
Médico-Psicológica. Ediciones Nueva Visión. Año 1983.
2
Neuburguer, R. Formación del Equipo de Interconsulta en el hospital. Publicado originalmente en
Psicoanálisis y el Hospital, (Ed. Lic. M. Pujó), año 4 no. 7, Bs As, Ediciones del Seminario, 1995 (versión
revisada).
- El Pase de sala consiste en la lectura, en un cuarto reservado al equipo médico, de
las historias clínicas, privilegiando los casos nuevos, o añadiendo la evolución de
los ya conocidos. Los pases del equipo de Obstetricia se realizan de acuerdo a este
modelo.
- La Revista de sala se desarrolla al modo de una procesión a lo largo de las camas, y
los comentarios se realizan frente a cada paciente. Los pases del equipo de
Pediatría tienen estas características. Allí puede ocurrir una interacción con la
madre del recién nacido, brindándole información acerca de la evolución del
mismo.
- Por otro lado, la participación del equipo de Salud Mental en estos espacios
posibilita una escucha de la historia de cada paciente, de su singularidad, más allá
del discurso médico, tributario de la Ciencia. Además, permite una mirada
particular sobre el vínculo con su bebé.
3
Silvina Gamsie, Psicoanálisis y el Hospital N° 14, “Responsabilidad e interconsulta”.
Se evita la separación del binomio madre-hijo sanos o con patologías leves. Se facilita el
acompañamiento durante la internación y la visita de los padres y demás familiares"
Consideramos que el trabajo en las salas de internación requiere que se garantice una
atención respetuosa y la preservación de la intimidad de la paciente, no solo en los
exámenes físicos, también en nuestro accionar como psicólogas. Al trabajar en las salas de
internación, el encuadre analítico está desdibujado por la inevitable situación hospitalaria,
pero dentro de estas condiciones, como profesionales realizamos lo posible para poder
preservar la intimidad y privacidad de la paciente.
Por otra parte, nuestro trabajo en sala de internación requiere trabajar tomando en
cuenta el contexto institucional. Si se intenta una asistencia tomando como único punto
de partida al paciente, desconociendo el contexto institucional productor de múltiples
emergentes (en el cual ambos terapeuta y paciente se mueven) es posible que la actividad
tienda a ser ineficaz. Trabajar con un presupuesto situacional es dar significación a todos
los personajes que incluye la situación.(Ferrari y Luchina "Asistencia institucional:Nuevos
desarrollos de la interconsulta médico-psicológica" )
PUERPERIO
Nuestro recorrido por las salas de internación, nos han acercado a lo que clínica y
biológicamente, se entiende por PUERPERIO al período que comienza inmediatamente
después al parto, aquel tiempo que el organismo de la madre necesita para recuperar
progresivamente las características que tenía antes de iniciarse el embarazo.
Pero el parto y el nacimiento, además de su dimensión biológica asumida por el modelo
biomédico, incluye procesos psicológicos y sociales tales como: a) iniciación de las
funciones maternales y de la adaptación a ellas de una mujer que al ejercer el rol emitirá
conductas cuyo origen está en huellas biológicas tanto como en huellas psicosociales
transgeneracionales latentes; b) comienzo de la adaptación del bebé a condiciones nuevas
donde su éxito dependerá, por una parte de la puesta en marcha de sus programas
biológicos y, por otra, de cómo los estímulos ambientales vayan modulando su
neurodesarrollo; c) exigencias de adaptación y reorganización del microgrupo familiar y
social al que madre y bebé pertenecen para la incorporación de un nuevo miembro.
Consideramos que el puerperio es un momento de adaptación fisiológica pero también
psicológica y emocional, y en donde los factores contextuales/vinculares son de gran
importancia en la singularidad de cada mujer para transitar este período, incluyendo
variables psicológicas y sociales como fenómenos integrantes del período perinatal y de la
perinatalidad.
El nacimiento de un hijo es un hecho biográfico además de biológico, y la adaptación de la
mujer a este período puede verse afectada o modificada por distintos factores:
- Biológicos (hormonales, físicos, morbilidad como abortos previos o enfermedades de
base)
- psicológicos (su personalidad, estructura, antecedentes psiquiátricos previos, motivos o
situaciones en torno al deseo de hijo)
- sociales (en relación al imaginario social respecto de la concepción subjetiva de lo que
para la mujer es ser una buena/mala madre)
- psicosociales (falta de red de contención y apoyo, económicos, parental, estilo de vida)
Todos ellos, son puestos de manifiesto en el puerperio inmediato, momento en el cual
generalmente somos convocadas para interconsultar a las pacientes. En este punto, nos
parece importante dar cuenta de una de las respuestas emocionales que más
frecuentemente acontece sobre un alto porcentaje de puérperas. Recibe varios nombres,
entre los que se encuentran tristeza postparto o melancolía de la maternidad, también
conocido por su nombre en inglés Maternity Blues o Baby Blues.
Se diferencia de la depresión mayor en que su aparición es más temprana, es más leve y
su sintomatología es transitoria. Se trata de un síndrome, que sufren entre el 20 y el 80%
de las madres. Suele aparecer entre el segundo y el cuarto día después del parto, aunque
puede comenzar hasta 10 días después, y desaparece de manera espontánea en un plazo
de dos semanas, sin dejar secuelas4 . Se caracteriza principalmente por el llanto fácil, y
también pueden aparecer irritabilidad, insomnio, labilidad emocional, cefaleas, cambios
de apetito, sentimiento de minusvalía, preocupación excesiva por sus otros hijos y
respuestas elevadas a los estímulos, que alcanza su máxima intensidad aproximadamente
a los 3-5 días después del parto.
4
Carro García T, Sierra Manzano J M, Hernández Gómez Mª J, Ladrón Moreno E, Antolín Barrio E. Trastornos
del estado de ánimo en el postparto. Medicina General (Revista en Internet).2000; 452- 456. [Último acceso
Diciembre 2014]. Disponible en: http://www.mgyf.org/medicinageneral/mayo2000/452-456.pdf
Se trata de un período en el que la madre se encuentra muy hipersensible y vulnerable
emocionalmente, especialmente si recibe sensaciones negativas por parte de los
familiares o incluso del personal sanitario que le atiende. Se ha llegado a considerar un
proceso mental fisiológico de adaptación a la nueva situación en la que se encuentra la
madre. Sin embargo, se hace muy importante vigilar y advertir la persistencia o el
aumento de la intensidad de la sintomatología, ya que se ha demostrado que alrededor
del 25% de las mujeres con melancolía de la maternidad pueden llegar a desarrollar
depresión mayor en el postparto. Según la bibliografía que consultamos, se podría decir
que el único tratamiento que precisa este proceso es el apoyo psicoemocional de la
paciente5.
Respecto a la depresión y psicosis puerperal, si bien sabemos que es un ateneo reservado
para el Dr. Gustavo Fantino, nos pareció interesante poner de manifiesto la prevalencia
que tienen, ya que podemos ser agentes de prevención:
Respecto a la Depresión, puede presentarse antes y después del parto y, aunque la forma
más conocida en la maternidad es la llamada depresión postparto, se describe que
alrededor del 30% de las embarazadas presenta síntomas inespecíficos de depresión y/o
ansiedad. Este porcentaje se reduce al 10% si nos ceñimos a la depresión propiamente
dicha. El DSM-V (Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales, 5ª edición)
introduce el concepto de “trastorno depresivo de inicio en el periparto”, denominando
colectivamente a los episodios depresivos mayores que comienzan durante el embarazo o
en las primeras cuatro semanas tras el alumbramiento de un hijo. Opta por esta
denominación basándose en que el 50% de los episodios de depresión mayor “postparto”
comienzan realmente antes del parto. En esta línea, diferentes estudios indican que la
prevalencia de la depresión mayor en el postparto afecta al 10-20% de las mujeres que
dan a luz, que debutan con esta enfermedad durante las 4-6 semanas posteriores al parto,
y que si no se detecta y se trata puede cronificarse.
Y por el lado de la psicosis puerperal, complicación aguda y grave que se presenta en 1-2
mujeres por cada 1.000 nacimientos, su aparición es de inicio brusco y suele tener lugar
entre el tercero y el noveno día después del parto. Su sintomatología no se diferencia
clínicamente de otras psicosis, salvo por la temática de las alucinaciones, que implican al
niño.
MOTIVOS DE IC
Es en este contexto complejo, tanto por la dimensión institucional como singular de la
mujer iniciando su puerperio, es en el que recibimos los pedidos de interconsulta de
5
Reyes Carbajal K A. Trastornos Psicológicos en la paciente embarazada. IX Curso de actualización en
anestesiología en Ginecología y Obstetricia. 2008 [Último acceso Diciembre 2014]. Disponible en:
http://es.scribd.com/doc/260500220/8#scribd
ambas unidades. De nuestro recorrido por estos sectores, pudimos recortar algunos de los
motivos de IC prevalentes:
- Angustia
- Problemas en el vínculo/apego
- Dificultades con la lactancia
- Sospecha o consumo problemático de sustancias
- Adherencia al tratamiento
- Violencia
- Internaciones prolongadas
- Causa y/o riesgo social
- “Descontrol” durante el parto
- Desarraigo, transculturación
- Falta de controles prenatales
- Fallecimiento de hijo anterior
- Antecedentes psiquiátricos
- HIV
- Sme. Genetico
- Internacion en Neonatologia 2 (o cuidados intermedios)
Frente a esta propuesta, cada una de nosotras pudo hacer el ejercicio de repensar autores y textos
leídos durante largos años de facultad y otros espacios de formación, pero esta vez atravesadas
por la práctica; la idea es compartir nuestra relectura e invitarlxs a linkear con otros autores o con
sus propias experiencias.
Desde el Psicoanálisis
La Mujer, desde una mirada del psicoanálisis lacaniano. Esbozos conceptuales para entender el
embarazo puerperio.
A muy grandes rasgos, desde S. Freud y sus conceptualizaciones se puede dilucidar la trama del
Complejo de Edipo, donde la relación madre-hijo es atravesada por la ley del padre.
J. Lacan, entre sus interpretaciones de los escritos freudianos, describe cómo se dan muchos de los
conceptos explicados por Freud, desde una perspectiva de la lógica de los sujetos. Es por ello que
el Complejo de Edipo para este autor, tiene una significación que conlleva consecuencias que
permiten pensarnos desde nuestra historia individual, así como la histórica-cultural.
Es así que Lacan explica que seres del lenguaje, seres hablantes, estamos inmersos en las lógicas
del falo. En el caso del psicótico está inmerso en el lenguaje, pero sin embargo no ha entrado en la
lógica fálica marcada por un posicionamiento del sujeto frente a la castración o del falo en tanto
regulador del goce, algo que falta en la psicosis. Por eso generalmente el goce está desregulado, a
menos que el sujeto haya logrado una estabilización. Dichas lógicas son aquellas normas sociales,
leyes que rigen a cada sujeto a partir de que en el momento que atravesó el Complejo de Edipo y
fue guiado por el Significante del Nombre del Padre, esta “Carretera Principal” que, en tanto
significante primordial, ordena el resto de la batería de significantes. Este Significante permite que
podamos comprender al mundo desde esta lógica.
El autor introduce también el concepto de goce fálico, regido por el Significante del Nombre del
Padre, que apunta a su meta y siempre falla dejando un resto (a) que relanza la carrera. Ello se
sitúa porque con Lacan el fantasma es de un Modo “hombre” de abordar al Otro. Es que en su
escritura ($^a) se representa el deseo, estructuralmente deseo insatisfecho para la histeria, deseo
imposible en la neurosis obsesiva. Lo que es estructural es el incumplimiento del deseo y el resto
que se produce en el momento mismo del desencuentro con lo que podría colmarlo. El goce fálico
está condenado estructuralmente al fracaso, a no hallar lo que era su meta, a dejar resto y a pedir
más.
Del “lado mujer” donde “cualquier ser que habla cierra filas con las mujeres, se funda con ello
como no-todo, al ubicarse en la función fálica” (lacan 1972-73, 89). Cualquier ser que habla, sea
hombre o mujer, si se ubica de este lado -del lado mujer- no todo es alcanzado por la función fálica
y, consecuentemente, su goce no-todo se regula, no-todo se civiliza por la razón fálica. Una mujer
no-toda es tomada por el complejo de Edipo. Es interesante como trata Freud esto en el
sepultamiento del complejo de Edipo donde dice que, al finalizar el Edipo, el niño termina con el
superyó formado, o sea que sale “con los títulos en el bolsillo”. En la niña hay algo que nunca
termina de formarse. De hecho Freud dice que las mujeres tenemos un superyó más lábil porque
la madre no le da el falo, el padre tampoco, entonces eso se traslada al deseo de un hijo.
El goce femenino, como aquel que se abre a lo psicótico, no se deja encarrilar por el nombre del
padre. Sin embargo, la diferencia es sustancial pues a ellas las determina el “no-todo”. El ser
no-toda en función fálica no quiere decir que no lo esté del todo. Que ella tenga un goce no
encauzado fálicamente, no encarrilado por el nombre del padre, no quiere decir que no se
encuentre tomada por el Edipo y su razón fálica: está de lleno en la función fálica, cuando no es
una psicótica. Pero hay algo más: hay un goce propiamente femenino que excede al fálico, “más
allá de la polis” como Otro goce.
El goce propiamente femenino es repelente al significante del Nombre Del Padre. Cuanto más
intentamos asirlo con palabras, más se nos escapa. Falta material simbólico en el Otro para
designarla. Ella tiene acceso a un goce que el significante no consigue asir, más que perdiéndolo o
diciéndolo mal. Por ejemplo la relación del sujeto en la histeria con el objeto en el fantasma suple
la inexistencia de la mujer, a nivel de respuesta anticipada desde el lado hombre para una
pregunta que no tiene respuesta acerca de lo femenino. La mujer y lo femenino está en un mismo
plano aquí. El goce femenino puede presentarse en su faz de resistencia al empuje totalitario por
incluirlo a las “redes de lo decible” en un intento de domesticarlo. El goce femenino quiebra el lazo
social, introduciendo en el centro de la homogeneidad de la masa, lo radicalmente Otro, la
diferencia.
Eje de la Dificultad
Otra de las autoras que tomamos como referente, es Ana María Fernandez; particularmente el
capítulo ¨Madres en más, mujeres en menos: los mitos sociales de la maternidad¨ de su libro “La
mujer de la ilusión”.
Aquello que hace que una madre se ¨vea¨ buena o mala, cuantos hijos quiera tener, o cómo quiera
criarlos, no es determinado únicamente por aquellas determinaciones inconscientes clásicamente
estudiadas por el psicoanálisis (por ejemplo, la identificación con su propia madre o el lugar que
ocupa en la estructura edifica). Toman aquí gran importancia fuerzas sociales que operan en la
subjetividad de las mujeres, que pueden ser estudiados a través de los ¨mitos¨ sociales de la
maternidad.
Los mitos del imaginario social son extremadamente sensibles a lo histórico, por esta razón se
encuentran enormes diferencias en la concepción de la maternidad y relación madre-hijo a lo largo
de la historia como también en diferentes formaciones culturales o sectores sociales. Estos mitos
son constitutivos del sujeto, forman parte de sus modos de subjetivación y cada individuo
singular los recrea socialmente. Este último concepto de Debora, permite comprender la relación
entre las formas de representación que cada sociedad instituye para la conformación de sujetos
aptos para desplegarse en su interior (lo macro, lo histórico-social) y las maneras en que cada
sujeto constituye su singularidad (micro, deseo).
Existen cuestiones del orden de lo no-consciente, implícitas, que funcionan a nivel de las
significaciones imaginarias sustentando deseos e ilusiones ¨me sale así¨ ¨así debe ser¨. Por detrás
de esta aparente naturalidad trabajan complejos procesos subjetivos, y sociales, que marcan los
bordes de lo posible en un momento particular (posible de ser imaginado, actuado, pensado,
deseado).
Es así como, estas significaciones imaginarias instituyen realidad. ¨Sus producciones no remiten a
fantasías originarias, sino a otro tipo de formaciones: la producción colectiva de significaciones
imaginarias. (…) Así como el imaginario individual produce sueños, este imaginario social produce
mitos (…) que regulan, organizan, y no solo prohíben el obrar de los individuos¨. En este caso un
real de Mujer=Madre.
Esta articulación nos pareció pertinente, en el sentido de que en la sala nos encontramos con
mujeres recientemente madres, en donde se ponen de manifiesto su modo de subjetivación, sus
angustias respecto de alcanzar o no su ideal de madre y la presión social que reciben respecto de
cómo deberían ser. En esta línea, también están los ideales institucionales, los de “LA
MATERNIDAD SARDA” y sus profesionales, incluidas nosotras. En este sentido, es donde el propio
análisis y la supervisión nos ayudan a operar bajo la neutralidad y abstinencia suficiente como para
anoticiarnos de nuestra propia implicación respecto de lo que significa la maternidad.
Por otro lado, dentro del ambito hospitalario y bajo las leyes que nos amparan y respecto de las
cuales tenemos obligaciones, pensamos en cómo incluir a la salud mental en un concepto más
amplio como el de salud integral? Bueno para eso Débora Tajer propone el uso del término salud
colectiva, como la articulación de los efectos biológicos, subjetivos y sociales en el campo de la
salud. Y acá es donde me parece importante y fundamental destacar sobre todo dada nuestra
formación tan psicoanalítica, que para no caer en la psicologización o aun peor en la
psicopatologización debemos entender la salud en general y la salud mental en particular como
una interrelación entre determinación y escenario. Muchos problemas de salud se pueden
desarrollar en el escenario del cuerpo o del psiquismo, pero la determinación a veces no es del
mismo campo del cual se producen estos malestares; hay que ver cómo nos posicionamos como
profesionales, para que nuestro marco disciplinario nos permita actuar en cada uno de los
escenarios y operar con las herramientas correspondientes al campo al cual pertenecemos. Que
quiero decir con esto? que los problemas psicológicos no son solamente psicogenéticos. Una
sintomatología psicológica que se produce en el escenario de lo psíquico, no necesariamente tiene
una determinación psíquica; la perspectiva de género nos permite identificar que a veces la
determinación es social y que aun así no implica que no sea subjetivo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
● Ferrari H., Luchina I., Luchina N.: Asistencia Institucional. Nuevos desarrollos de la
Interconsulta Médico-Psicológica. Ediciones Nueva Visión. Año 1983.
http://www.sarda.org.ar/images/MSCF-Conceptualizacion_e%20_Implementacion_del_M
odelo.pdf