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La microestructura textual es cada una de las ideas principales (también

conocidas como proposiciones) que, relacionadas entre sí semánticamente,


logran dar soporte a la idea general de un texto. Para su elaboración es
crucial el buen entendimiento y uso de los conectivos y signos de
puntuación.

Van Dijk planteó apreciar los textos desde tres perspectivas: una general
organizativa, llamada superestructura; otra global de carácter jerárquico y
funcional, llamada macroestructura (sujeta a la estructura anterior, y que le
da sentido); y la microestructura, lo más básico, pero no menos importante.

La microestructura textual relaciona sucesiones de pensamientos


enlazándolos de manera lógica y coherente, permitiendo concebir de forma
clara cada una de las partes que conforman un argumento.

Si buscamos ver de modo simple este concepto, podemos imaginar un


edificio de 12 pisos. La construcción es la superestructura; cada piso,
ordenado jerárquicamente, son las macroestructuras; y los tabiques, vigas y
demás elementos unidos por los remaches y el concreto (que vienen a ser
los enlaces que dan cohesión) son las microestructuras.

Características

Brindan cohesión al texto

Permiten que exista una relación lógica entre las palabras que conforman
una frase y, a su vez, entre las distintas frases que conforman un texto. Esto
permite una asimilación de la prosecución de ideas y responde a la presencia
de la concordancia de número y de género en el plano textual.

La cohesión busca también enriquecer la percepción en torno a las ideas.


Para ampliar la cohesión y el sentido en un texto se recurre a la reiteración,
y dentro de esta hay varios recursos literarios muy provechosos. Entre estos
destacaremos cinco de los más usados:
Uso de sinónimos

Recurrir a palabras de igual significado o semejanza. Por ejemplo: auto,


carro, coche.

Generalización

A través de una conclusión respecto a un fenómeno, podemos inferir que


otros se comportarán igual. Por ejemplo: “Esa serpiente mató a ese hombre
con su veneno. Es seguro que todas las serpientes de esa especie sean
venenosas”.

Repetición

Usar en reiteradas oportunidades, y en varias partes del discurso, un término


principal para lograr la fijación de la idea en el hablante. Por ejemplo: “Las
pilas recargables Gato Negro, son las mejores del mercado, porque Gato
Negro dura como ninguna”.

Elipsis

Se suprime un elemento del discurso sin dañar el sentido de la idea. Para


ello lo que se elimina se presume por medio de la lógica contextual. Por
ejemplo: “Juanito llegó cansado. Tenía mucha sed”.

Conectores

Son todos esos elementos discursivos que permiten unir ideas del texto. Por
ejemplo, destaca la conjunción copulativa “y”: “esto y aquello”.

Aportan coherencia al argumento

Al lograrse la cohesión en cada una de las proposiciones presentes en un


texto, el argumento pasa a concebirse como un todo integral entendible y
asimilable por el hablante.
Relacionan las ideas

Esta cualidad está íntimamente asociada con la cohesión y todos los recursos
que esta ofrece. Sin la relación semántica entre las ideas no hay una
secuencia y el hilo comunicacional se rompe.

Son lo más básico al crear un texto

Recordemos lo planteado con anterioridad: las microestructuras son los


tabiques que, enlazados inteligentemente, sustentan y dan sentido al texto.

Exigen exactitud

Parte importante de un buen argumento es ir al grano, dejar a un lado los


rellenos y lograr que las ideas sean lo más depuradas posible. Esto facilita
su comprensión y se eliminan los vacíos comunicativos.

¿Cómo construir microestructuras textuales?


(Con ejemplos)
Tal y como vimos anteriormente, las microestructuras textuales son
organizaciones léxicas que contienen una serie de proposiciones que buscan
fortalecer en el hablante la percepción de una idea general dentro del texto.
Para poder lograrlo se deben usar relaciones inter e intra oracionales.

Para construirlas de la manera más adecuada se necesita crear nexos entre


las proposiciones, preferiblemente nexos causales y/o referenciales.

Importancia
El estudio de las microestructuras textuales proporciona una mayor
comprensión del hecho lingüístico al hablante, ampliando los horizontes en
torno al importante papel que juegan cada uno de los elementos de un texto.
Además, este elemento filológico da otras perspectivas, mejorando la
argumentación en la redacción.

Dentro de los aportes más importantes se puede destacar el hecho de que


las microestructuras textuales permiten a los hablantes concebir las
minúsculas partículas comunicativas que dan paso a las grandes ideas
argumentativas. Es ir a lo hondo del lenguaje, pero de una manera simple y
didáctica.

La macroestructura textual es el conjunto de ideas organizadas de forma


coherente y jerárquica que están presentes en un texto para exponer una
idea de manera clara y concisa. Se refiere directamente a la armonía
intrínseca necesaria entre los elementos que conforman el argumento
escrito.

Según la macroestructura textual, los componentes activos de un texto


deben interrelacionarse entre sí de manera coherente. Cuando los enlaces
que se producen entre las distintas ideas que conforman un texto funcionan
óptimamente, potencian el poder del tema y logran comunicar en pleno las
ideas.

El término macroestructura textual fue presentado en el ámbito lingüístico


por el filólogo Teun Adrianus van Dijk. Este investigador de las letras buscaba
dar una explicación al fenómeno semántico en el contenido de los textos, y
cómo estos se organizan para emitir fidedignamente un discurso
determinado.

La macroestructura textual puede presentar cierto grado de ambigüedad al


ser estudiada. Por una parte se trata del plano global del texto, de cómo
debe encaminarse al entendimiento colectivo, y por otra parte se refiere a
los sucesos que acontecen en las subpartes que conforman dicho texto.
Características

Está subordinada a una estructura mayor

La macroestructura textual está supeditada a una estructura mayor a ella


llamada superestructura. Esta estructura permite esquematizar el contenido
de las macroestructuras.

Además de esquematizar a las macroestructuras, la superestructura permite


detectar si hace falta algo para terminar de concretar el mensaje.

Esto se logra porque esta estructura permite evaluar el nivel de cohesión y


relación lógica entre las distintas macroestructuras que la conforman.

Responde a generalidades

Las macroestructuras y superestructuras guardan algo en común: no se


supeditan a pequeños sucesos de los enunciados, sino que responden a las
ideas generales de estos. El todo representa más que la suma de sus partes.

Según Teun van Dijk, esto se debe a que el común de los individuos en las
sociedades se enfocan en las consecuencias de un hecho más que en lo que
ocurre antes de estas.

Por ejemplo: la mayoría de la gente espera los resultados de un partido de


fútbol, y hablan más de cómo terminó todo que de cómo se llegó allí.

Tiene cierto carácter dual

Según como se mire, una macroestructura puede tener carácter


microestructural. Esto se da cuando, dentro de una argumentación, hay un
párrafo que pertenece a otra estructura mayor que este y esa estructura
mayor no llega a ser la superestructura.
Ahora bien, si estudiamos por separado ese párrafo que estaba supeditado a
otra idea superior, por sí mismo es una macroestructura. Acá se puede
apreciar un poco la ambigüedad de las macroestructuras y de cómo se
construyen entre sí.

Diferencia y jerarquiza

Da prioridades a las ideas según su importancia, según el mensaje que van


a transmitir. Al hacer esto, las macroestructuras permiten percibir de manera
clara las ideas globales, porque organizan de forma eficaz los contenidos para
ser más digeribles. Esto da coherencia al texto y garantiza la continuidad
temática.

Depura aglutinaciones textuales

Cuando se interviene un texto con el objetivo de darle claridad bajo las


percepciones organizativas de una macroestructura textual, se aprecian de
otra manera los contenidos. Se quita lo que sobra, lo que no permite dilucidar
las ideas principales y secundarias.

Al hacer esta limpieza se percibe claramente lo que se quiere transmitir. Acá


se cumple el dicho “divide y vencerás”. La fragmentación de los enunciados
aclara el entendimiento e ilustra sobre lo realmente importante de un tema.

Cumple un papel comunicacional

La macroestructura, cuando es comprendida y aplicada de forma correcta,


permite una apreciación global de un contenido, logrando que este sea
entendido de forma precisa por los hablantes.

Al eliminar el ruido del medio (entiéndase como todo aquello que dificulta el
entendimiento), el hecho comunicacional surge. La macroestructura es una
herramienta eficaz para transmitir un mensaje de forma masiva.
Están cohesionadas entre sí

Esta característica particular es la que permite que los textos tomen fuerza
y significación. Es obligatorio que las macroestructuras presentes en un
escrito guarden relación, de manera tal que, leyendo una parte del todo, se
obtenga un contexto que incluye al resto.

Si parte de los eventos que se plasman en una macroestructura textual no


guardan relación con la idea principal, se rompe la coherencia. Al no
hilvanarse los sucesos que se muestran con el argumento global, no hay
mensaje claro, no hay transmisión de información ni conocimiento eficaz.

Elementos y sus ejemplos


Cada macroestructura textual necesita contar con los siguientes elementos
para poder funcionar dentro del todo comunicacional al cual pertenece:

Referente

Esto se refiere a de qué trata el plan global; en torno a este referente giran
todas las demás macroestructuras. Como es bien sabido, a cada
macroestructura le corresponde añadir un tópico al texto que permita
reforzar la idea general.

Ejemplo

“Características de la décima espinela”.

Aspectos sobre el referente

Acá empiezan a entrar en juego cada uno de los elementos que versan sobre
el referente principal, que enriquecen su apreciación y que contextualizan al
hablante.
Es importante tomar en cuenta componentes llamativos y relevantes que
atrapen al lector y dejen un aprendizaje significativo.

Ejemplo

“La décima espinela fue llamada así por Lope de Vega, quien al leerla por vez
primera quedó impactado. El afamado escritor, en su éxtasis ante lo
apreciado en los poemas, dijo (parafraseo): “La décima ya no se llamará
décima, sino que ha de llamarse “espinela”, porque ha sido Espinel quien le
dio su mayor esplendor”.

Subaspectos del referente

Acá se tratan sucesos que realcen los aspectos del referente, que le den
fuerza. Como no son argumentos principales, se les da ese nombre.

Es significativo tener en cuenta que el hecho de no ocupar un primer sitial


no implica que se puedan obviar. Todo aquello que potencie el valor
comunicativo del texto tiene cabida.

Ejemplo

“Algo interesante de esto es que Espinel nunca se enteró de lo que dijo Lope
de Vega; de hecho, murió sin imaginar que su variante de la conocida décima
iba a tener tanto impacto”.

Importancia
Los aportes de Teun van Dijk con las macroestructuras textuales, dieron un
vuelco a la concepción de los textos. Estas apreciaciones sobre la semántica
y el poder comunicativo que pueden llegar a tener los textos cuando se
aplican las herramientas necesarias han tenido mucha importancia.
El estudio y comprensión de las macroestructuras textuales potencia la
redacción de un documento, indiferentemente de la temática y el campo al
que se aplique.

Tener claras las nociones sobre el papel que corresponde a cada párrafo y la
interacción que debe haber entre estos, otorga al que lo aplica un poder
inmenso.

En las palabras hay un gran valor, el mundo gira en torno a estas. Aquellos
que se dediquen a prepararse en el ámbito filológico y busquen
desenmarañar los tesoros que esconde la lingüística, hallarán información
bastante relevante en el estudio de las macroestructuras textuales.

Las macrorreglas son procesos mentales que realiza un oyente o lector al


ser expuesto a un discurso o texto escrito. Su intención es la de extraer la
información importante de un texto, de tal forma que se pueda comprender
de mejor manera el tema del que trata.

El término «macrorregla» fue creado por el lingüista holandés T. A. van Dijk


en 1977. El lingüista trataba de describir las reglas fundamentales que se
aplican a un texto (escrito o hablado) para entender su macroestructura; es
decir, el contenido semántico que es necesario para entender el texto
completo.

En el campo de la enseñanza de la lengua, las macrorreglas se utilizan para


mejorar en el ámbito de la comprensión lectora y auditiva, además de en el
procesamiento de la información en general. Esto es así porque son muy
útiles para extraer la información relevante de un texto.

Macrorreglas según Van Dijk


El lingüista holandés Van Dijk describió cuatro tipos principales de
macrorreglas:

– Supresión u omisión.

– Selección.

– Generalización.

– Integración o construcción.

Supresión u omisión

La primera macrorregla de Van Dijk consiste en eliminar la información que


no es completamente relevante para entender el significado de un texto o un
discurso. La técnica consiste en detectar qué partes de lo que se ha
escuchado o se ha leído no son necesarias para comprender el sentido
general del texto.

Esta regla funciona debido a que no todas las partes de un discurso son
igualmente relevantes a la hora de comprender su contenido.

Mientras que algunas contienen la información esencial que nos comunican


de qué trata, otras sólo aportan datos extra que pueden ser suprimidos
cuando intentamos quedarnos con el significado general del texto.

Estas partes del texto quedarían eliminadas en la mente del oyente o lector,
que de este modo facilita su comprensión del mismo.

Selección
La segunda macrorregla funciona de manera opuesta a la anterior. La
selección consiste en prestarle atención solo a las partes del texto que son
relevantes para comprender su significado general.

Por lo general, las macrorreglas de supresión y selección se dan al mismo


tiempo: al elegir centrarnos en una parte del texto, nuestro
cerebro «suprime» las otras, y viceversa.

Generalización

Mediante la tercera macrorregla, la generalización, una persona es capaz de


extraer las características comunes de una serie de objetos o situaciones
descritas en el texto. De este modo, se puede encontrar lo que es igual para
todos, facilitando la comprensión lectora o auditiva.

Utilizando la generalización una persona es capaz de encontrar más


fácilmente el tema del que trata un texto o discurso.

Integración o construcción

La última de las macrorreglas propuestas por Van Dijk consiste en unir varias
partes de un texto de tal forma que se puedan resumir con un solo concepto.

Este concepto no tiene por qué estar presente de forma literal dentro del
texto o discurso; por el contrario, la mayoría de las veces somos capaces de
encontrarlo debido a que forma parte de nuestra propia experiencia del
mundo.

¿Para qué sirven las macrorreglas?


Cuando propuso el concepto de macrorregla, Van Dijk las describió como una
serie de procesos mentales que realizamos inconscientemente con el
objetivo de entender mejor el contenido general de un texto. Estas
macrorreglas, por lo tanto, son operaciones mentales que sirven para facilitar
la comprensión lectora o auditiva.

A pesar de que las personas que tienen facilidad para extraer los contenidos
fundamentales de un texto o discurso hacen uso de las macrorreglas de
forma inconsciente, no todo el mundo las domina de forma natural. Por
suerte, gracias al trabajo de Van Dijk, hoy en día es posible enseñar el uso
de las macrorreglas de forma directa.

Esta enseñanza se utiliza en ámbitos que tienen que ver con el aprendizaje
de una lengua. Por lo tanto, suelen emplearse sobre todo en dos ocasiones
diferentes:

– Cuando se está aprendiendo a dominar la lengua materna, como en el caso


de la enseñanza primaria o secundaria. Con las macrorreglas, los alumnos
son capaces de comprender mejor todo tipo de textos que vean en el aula.

En el aprendizaje de una lengua extranjera. Debido a que la comprensión


lectora y la comprensión auditiva son dos de los elementos fundamentales
de la adquisición de una segunda lengua, las macrorreglas son especialmente
útiles en este ámbito.

Sin embargo, estas técnicas también pueden ser útiles en otras situaciones,
como por ejemplo al ser empleadas como técnicas de estudio. En ese caso,
ayudan a los alumnos debido a que facilitan la extracción de la información
más importante y la creación de un buen resumen.

Ejemplos
A continuación veremos un ejemplo de cada una de las macrorreglas, para
comprender mejor cómo funcionan. El texto que utilizaremos para ello es el
siguiente:
«La joven se dirigió hasta la estación. Llevaba puesto su vestido verde
favorito; el suelo de su habitación estaba lleno de camisetas, pantalones y
zapatos que había descartado. Cuando llegó a la estación de tren, fue hasta
la taquilla y compró un billete. Su transporte salía en tan solo unas horas».

Supresión u omisión

La frase describiendo la ropa que lleva puesta la joven, y las prendas de ropa
que están en el suelo de su habitación, no son relevantes para comprender
la información más relevante del texto. Por el contrario, tan solo sirven para
añadir un contexto a lo que ocurre.

Al utilizar la macrorregla de la supresión, eliminaríamos esta parte del texto,


quedándonos solo con las frases que nos dan la información que
necesitamos. En este caso, que una joven fue a una estación de tren y
compró un billete.

Selección

Esta segunda macrorregla funciona justo al contrario que la anterior. ¿Cuál


es la información más relevante del texto? En este caso, serían todas aquellas
frases relacionadas con el hecho de que la joven va a comprar un billete de
tren.

Así, las frases más relevantes serían «La joven se dirigió hasta la estación»
y «Cuando llegó a la estación de tren, fue hasta la taquilla y compró un
billete».

Generalización

Esta macrorregla se utiliza para resumir una parte del texto de tal forma que
sea más sencilla de entender o recordar.
En el caso de este texto, la frase «el suelo de su habitación estaba lleno de
camisetas, pantalones y zapatos que había descartado» podría resumirse en
«había ropa en el suelo de su habitación».

Integración

Por último, la macrorreglas de integración sirve para entender el contexto


general del escrito. En este caso, si integramos toda la información presente
en el texto podemos asumir que la joven va a coger un tren, a pesar de que
esto no esté explicitado en ningún momento.

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