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EXTINCION DE
LA PENA
CATEDRA : Derecho Penal I
INTEGRANTES:
2
CONTENIDO
DEDICATORIA…………………………………………………………………………………………………..2
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………....................................4
CAPITULO I...........................................................................................................5
1. ASPECTOS GENERALES……………………………………………………………………………..5
2. CONCEPTO………………….....……..………………………………………………………………..7
CAPITULO II...........................................................................................................8
3. CAUSAS.........................................................................................................8
4 3.1. La muerte del condenado……………………………………………………………..9
3.2.La amnistía…………………………………………………………………………………..10
3.3. El indulto…………………………………………………………………………………….11
3.4. La prescripción…………………………………………………………………………...21
3.5. El cumplimiento de la pena impuesta………………………………………….33
3.6. Por exención de la pena………………………………………………………………35
3.7. Perdón del ofendido en los delitos de acción privada………………….37
BLIOGRAFIA………………………………………………………………………………………………..41
3
INTRODUCCION
CAPITULO I
4
“EXTINCION DE LA PENA”
1. ASPECTOS GENERALES
1 Cfr. Víctor Prado Saldarriaga. Todo sobre el Código Penal. IDEMSA. Tomo I. Lima, 1996, p. 19 y ss.
2 Cfr. Eugenio Cuello Calón. Derecho Penal. Editora Nacional. México, 1973, p. 626.
5
causas "eximentes" impiden el nacimiento de una responsabilidad penal;
en consecuencia, tienen en perspectiva el futuro»3.
3 Luis Eduardo Roy Freyre. Causales de extinción de la acción y de la pena. GRIJLEY Lima, 1998, p. 21.
4 Luis Gracia Martín y otros. Las consecuencias jurídicas del delito en el nuevo Código Penal Español. Tiranr Lo
Blanch. Valencia, 1996, p. 317.
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responsabilidad en términos generales, esto es, con el sentido y función
del derecho penal. Se trata de dilucidar cuales son los principios que
informan el problema de la fundamentación y límites de la intervención
penal. Tales principios no son otros que el de la dignidad de la persona,
el de los bienes jurídicos y el de la necesidad de la pena5.
2. CONCEPTO
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CAPITULO II
“CAUSALES DE LA EXTINCION DE LA
PENA”
3. CAUSAS
El artículo 85° del Código Penal establece las causales por las cuales
se extingue la ejecución penal, siendo las siguientes:
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Esta causal obedece a una razón natural y jurídica. La acción penal
y la pena tienen su realización en una persona. Conforme a
nuestra legislación civil se deja de ser persona con el suceso
biológico-social de la muerte (Cfr. Artículo 61 o del Código Civil).
Por lo demás, el contenido de la punibilidad y de la punición se
orienta a retribuir un mal a una persona, a la cual se le va a privar
o restringir determinados bienes jurídicos. Y desde una perspectiva
funcional preventiva, la pena sólo puede promover efectos
utilitarios en una persona viva. Como explica Bustos Ramírez
«Desde la perspectiva del principio de la dignidad de la persona, el
derecho penal aparece con un carácter estrictamente personal e
intransferible en su contenido; de ahí que la muerte del reo le
signifique al derecho penal la pérdida de su función y sentido. La
intervención el Estado más allá de la vida no tiene ninguna
legitimación posible»
3.2. LA AMNISTIA
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Su persecución o la aplicación de la pena significarían una
perturbación de la paz social, y de la vigencia del ordenamiento
jurídico, lo cual entraría en contradicción con el sentido y función
del derecho penal. Por tanto, y en atención a la fundamentación
de la amnistía, ésta se extiende a la acción penal y a la pena. En
cambio, en relación a los delitos comunes, la innecesaridad de la
pena sólo puede estar vinculada con transformaciones profundas
de la economía y de la sociedad. La alteración de las condiciones
que hicieron surgir determinados hechos delictivos deja sin
sentido el mantenimiento de la pena. En este sentido la amnistía
se convierte en la anticipación de una reforma de derogación de
dichos tipos penales. En otros casos no se podría aplicar la
amnistía respecto de los delitos comunes y habría que recurrir a la
vía del indulto”.
3.3. EL INDULTO
Según el artículo 89° del Código Penal «el indulto suprime la pena
impuesta». Se trata, pues, de una verdadera causal de extinción de
la ejecución de una pena concreta. En ese sentido, Soler señalaba
que «El indulto es un perdón y extinguir la pena presupone, en
11
consecuencia, una sentencia condenatoria firme» 6 Esta causal es
también una manifestación especial del llamado derecho de
gracia. Ella se manifiesta como una circunstancia extintiva de
origen legal y que a diferencia de la amnistía, se proyecta de modo
individualizado sobre un condenado, para quien se estima que la
pena ha devenido en innecesaria y no podrá alcanzar efecto
funcional alguno7.
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nuevos antecedentes que han surgido con posterioridad al proceso
en un caso concreto, aparece como contradictorio con el sentido
humanizador de la ejecución penal y del sentido y función de la
pena, el cumplimiento de ésta»8.
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Esto es, abarcar toda la amplitud cualitativa y cuantitativa de la
pena impuesta o proyectarse únicamente sobre un período,
siempre final, de ésta. Es por tanto lógico que «el indulto de la
pena principal se extiende a las accesorias» 10. Sin embargo, el
indulto a diferencia de la amnistía, deja intacta la reparación civil
fijada a favor de la víctima. Sobre esto último ha precisado Roy
Freyre que «el texto penal en comentario nada dice expresamente
acerca de la obligación de abonar la reparación civil, pero debe
interpretarse que la deja subsistente al señalar el Código Penal en
su artículo 89°, como su efecto único, el de "suprimir la pena
impuesta''. En cambio el Código de Justicia Militar es más explícito
sobre la materia y también más amplio al disponer que "la
amnistía y el indulto dejan subsistentes las acciones de la
reparación civil", artículo 58°, segundo párrafo»11.
10 ROY FREYRC, Borja & TERRADILOS BASOCO, Juan. Las consecuencias jurídicas del delito
11 ROY FREYRC, Luis Eduardo.
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de las manifestaciones más concretas del poder político, este
poder político que administran los otros poderes del estado, va a
significar una suerte de dique de contención ante pretensiones
punitivas fundadas en el valor justicia. Estas limitaciones políticas
surgen siglos atrás, donde el poder punitivo fue trasladándose
progresivamente desde la esfera privada al control público. En
efecto el estado asume monopólicamente la potestad punitiva
como una creación política de los estados que fueron emergiendo
hace más de dos siglos. Estas barreras políticas son duramente
cuestionadas desde las teorías de la pena. En palabras de
BACIGALUPO, la institución más cuestionada desde la perspectiva
de las teorías de la pena, que a fines del siglo XVIII y comienzos del
XIX postularon la necesidad de la ejecución de las penas, es el
derecho de gracia, que provenía de la alta edad media y era
consecuencia de la superación del derecho penal privado de la
antigüedad y del consiguiente monopolio del ius puniendi del
Estado y de la pena pública. Centrándonos en nuestra realidad
política habrá que agregar que desde los inicios de nuestra vida
republicana, nuestro sistema político de naturaleza democrática ha
sido tendencialmente “presidencialista” esto es, de que el
Presidente de la República asume plenos poderes ejecutivos en
desmedro de otros poderes, como es el caso de un Sistema
Parlamentarista, tal como rige en los Estados nacionales de Europa
Occidental. Un sistema político así concebido, confiere a veces
facultades que suponen en la práctica una injerencia a otros
poderes del Estado, en este caso al Poder Judicial, que según el
artículo 138 de la Constitución y su Ley orgánica, ejercer el
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monopolio de administración de justicia en materia criminal. La
relación del delito-pena se desarrolla en el marco de un proceso
penal garantista que es dirigido por los jueces y magistrados de
nuestra Nación, luego de culminado el procedimiento y las
pruebas así lo demuestran, se le impone una condena al
imputado, quien deberá someterse a aquella, pues emana de una
potestad soberana de Derecho público. En consecuencia, la
ejecución de la pena se somete a las garantías y previsiones legales
reguladas en la legislación penal, ejecución que es controlada y
vigilada por el juez competente, entonces, solo el juzgador está
facultado en principio a resolver la extinción de la condena,
cuando esta ha prescrito el reo ha muerto o se ha cumplido
efectivamente con la condena. Sin embargo, nuestra Constitución
Política confiere al Presidente de la República “Conceder indultos y
conmutar penas”. Ejercer el derecho de gracia en beneficio de los
procesados en los casos en que la etapa de instrucción haya
excedido el doble de su plazo más su ampliatoria. El indulto es
también una manifestación del derecho de gracia que junto a la
amnistía pervive desde tiempos de la monarquía, que ahora se
asienta en razones que desbordan el ámbito político y se adentran
en una cultura humanista, de respeto hacia los derechos
fundamentales de la persona humana. En todo caso como
manifiesta Bustos Ramírez, se ha mantenido este derecho de
gracia a través de la amnistía y el indulto, en razón que permite
aplicar como correctivo, general y último frente a errores o
contradicciones posteriores, el principio de necesidad de pena se
afirma entonces la necesidad de la pena como correctivo básico y
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elemental del derecho penal y también el merecimiento de pena
como fundamento de ella, mediante el indulto se concede al
penado una remisión total o parcial de la pena impuesta de modo
que esta no se ejecuta en absoluto desde el principio o se detiene
e interrumpe la ejecución que se está realizando de la misma.
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los remedios y recursos procesales, pero si debe ser un correctivo
de errores judiciales parcial demasiado frecuentes por
inapreciación de circunstancias realmente concurrentes que
fundamentaban un tratamiento más benévolo del sujeto que el
que resultó finalmente en la sentencia son per se particulares
circunstancias que aconsejan que el razonamiento judicial no se
circunscriba a factores estrictamente jurídicos, sino desbordados
ellos por razones de otros intereses que significan un
desmerecimiento de pena, la aplicación de una pena innecesaria
deslegitima pues las bases del Estado Social. Esta institución del
indulto aplicada acorde a los fines de justicia no menoscaba la
autonomía judicial, ni vulnera o debilita las leyes penales, en
síntesis consideramos que estas instituciones son aún necesarias
en democracias precarias como la nuestra inspirada también en el
principio de humanidad.
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La aplicación de la amnistía se circunscribe al campo de los delitos
socio-políticos el indulto no toma en consideración el injusto sino
factores carcelarios y particulares circunstancias que hacen de la
reclusión innecesaria a partir de los fines de la pena. Los efectos
jurídicos de la amnistía se retrotraen a la comisión del hecho
punible despenalizando su naturaleza delictiva. El indulto extiende
su ámbito amplificador desde el momento en que es concedido y
se prolonga en el tiempo es decir, sus efectos declarativos se
prolongan ultractivamente mediante el efecto de la remisión de la
pena o acortando que es materia de cumplimiento efectivo. En
tanto el derecho de gracia es una prerrogativa presidencial que se
otorga por resolución suprema mediante la cual se dispone el
archivamiento del proceso por considerar que existe una demora
injustificada en su tramitación al haber transcurrido el doble de lo
señalado más su ampliatoria son que haya finalizado, restituyendo
si fuera el caso la libertad del inculpado en un proceso cuyo
trámite se considera lento e inacabable. Resulta atentatorio contra
los derechos fundamentales que un imputado permanezca un
tiempo de carcelería sin ser sentenciado, cuando este tiempo
rebasa los principios que legitiman la imposición de la detención
preventiva es decir los principios de instrumentalidad,
provisionalidad y razonabilidad, luego de trascurrido cierto tiempo
se diluyen estos argumentos, constituyéndose la detención en
arbitraria e injusta, vulnerándose la presunción de inocencia.
Como una regla concreta señala Kai Ambos el gobierno de Fujimori
extendió a finales del 1991 las disposiciones sobre indulto a los
denominados “presos sin condena “esto es a los detenidos cuyos
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procesos se encontraban en la etapa de investigación y no
obstante una larga detención, no había concluido.
3.4. LA PRESCRIPCION
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libertad conminada en la ley para el delito cometido. Esto es, dicho
límite máximo de pena legal será el término del plazo de la
prescripción ordinaria. Sin embargo, el legislador ha establecido
que el plazo de prescripción no será superior, en ningún caso, a los
veinte años. Ahora bien, tratándose de penas conminadas no
privativas de libertad (multas, limitativas de derechos, restrictivas
de la libertad), conjuntas o alternativas, el plazo ordinario de
prescripción será de tres años. En el caso de penas de duración
indeterminada como la cadena perpetua, la ley establece un plazo
legal de prescripción ordinaria de treinta años. Los artículos 80° y
86° del Código Penal tratan de los plazos de prescripción que
hemos mencionado. Cabe anotar que dichas disposiciones asumen
criterios similares a los acordados durante el proceso de
elaboración del denominado Código Penal Tipo para Latinoamérica
(Cfr. Art. 102°, Incs. 2 y 3). La llamada Prescripción Extraordinaria,
consecuencia de la concurrencia de causales de interrupción de la
prescripción y que se define en los artículos 83° y 87° del Código
Penal, mantiene el mismo requerimiento que se adoptó durante la
vigencia del Código Penal derogado. En efecto, la ley precisa que la
prescripción extraordinaria opera al cumplirse cronológicamente el
plazo de prescripción ordinario más la adición de la mitad de dicho
plazo. Esto supone que si la pena conminada para el delito de
estafa es de seis años (Art. 196°) como máximo, lo que sería el
límite del plazo de prescripción ordinaria para dicho delito, la
prescripción extraordinaria se cumpliría al transcurrir un total de
nueve años. En el caso de delitos cuyas penas conminadas sean
multa, inhabilitación, prestación de servicios a la comunidad,
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limitación de días libres, expatriación o expulsión de extranjeros, la
prescripción extraordinaria operaría transcurridos cuatro años y
seis meses. Esto último en atención a que, como se mencionó, el
plazo de prescripción ordinario en tales casos es de tres años.
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sentencia de condena; desde ese momento, si el condenado sigue
realizando la actividad prohibida lo hace ilegítimamente; por
tanto, no se puede decir que la ejerce jurídicamente, con lo cual la
inhabilitación sigue en ejecución.
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plazo empieza a contarse desde que la denegación de aquel ha
sido notificada al procesado).
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plazo de prescripción se computara conforme a la suma de todas
las penas impuestas, aunque no se haya producido la unificación
de conformidad con el art.58, C.P. (NUÑES); la solución de este
problema dependerá del criterio que se adopte con respecto a la
suspensión de la prescripción de la pena (si un obstáculos legal –
como puede ser el cumplimiento de otra pena – es o no causa de
suspensión).
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también para la prescripción de la pena –criterio que ha sido
mantenido por la jurisprudencia de la Corte Suprema--, aunque las
causales enunciadas en el art. 67 tendrán que ser adecuadas a la
particular naturaleza de dicha prescripción. La suspensión se daría
en todos los casos en que, por imperio de la ley, se impide
temporalmente la ejecución de la pena y por esa razón no puede
cumplir con otras unificadas, o cuando el mismo, antes de
comenzar la ejecución, ha tenido que ser entregado a otro tribunal
donde se lo procesa por otra causa (aunque en sentido figurado,
se trataría de una “cuestión previa” a la ejecución). En cuanto a la
interrupción ella solo se produciría, claro está, por la comisión de
otro delito (art. 67, par. 4°, Cód. Penal).
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derechos que le pertenezcan (p.ej., en casos de unificación); lo que
el condenado no puede hacer en rechazar la declaración de
prescripción por el solo deseo de cumplir la pena (cualquiera que
fuese la motivación de dicha actitud).
a. PLAZOS PRESCRIPTORIOS
Según el nuestro Código Penal, a tenor del art. 86, la acción
penal prescribe en un tiempo igual al máximo de la pena
fijada por la ley para el delito, si es privativa de libertad. El
plazo se contará desde el día en que la sentencia
condenatoria quedó firme. Por ejemplo, el robo, el marco
penal es de 3 a 8 años. De modo que la prescripción
ordinaria se cumpliría a los 8 a años
En caso de concurso real de delitos, las acciones prescriben
separadamente en el plazo señalado para cada uno. Ejemplo
Un sujeto el día 15 de noviembre del 2011 mata a otro
sujeto y luego el 24 del mismo mes realiza un hurto
agravado. En el primer delito por homicidio simple, según el
Art. 106 tiene una pena privativa de libertad no menor de 6
ni mayor de 20 años, en consecuencia la acción penal
prescribe a los veinte años. En el segundo delito, tipificado
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en el art. 188 CP. con una pena privativa de libertad no
menor de 3 ni mayor de seis. En este caso la prescripción se
cumple a los 6 años. Por tanto, pasado los 6 años no se
puede perseguir el delito por hurto agravado, siendo posible
la persecución del delito por homicidio hasta los veinte
años.
En caso de concurso ideal de delitos, las acciones
prescriben cuando haya transcurrido un plazo igual al
máximo correspondiente al delito más grave. Por ejemplo
un sujeto conduciendo en estado de ebriedad causa lesiones
graves a una persona y causa daños materiales en una
vivienda. Las lesiones graves recogido en el Art. 121 CP. Con
una pena de 4 a 8 años. Los daños materiales tipificados en
el art. 205 CP. Con una pena privativa de libertad no mayor
de dos años. En tal caso la prescripción se cumple a los 8
años, por ser el más grave.
En casos de delitos cometidos por funcionarios
y servidores públicos contra el patrimonio del Estado o de
organismos sostenidos por éste, el plazo de prescripción se
duplica. Ejemplo, por malversación de fondos tipificado en
el Art. 389 CP. Con una pena de 3 a 8 años, en tal sentido la
pena prescribe a los 16 años.
En los delitos que merezcan otras penas, deferente a la
pena privativa de libertad, la acción prescribe a los 02 años.
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CP. con una pena de 20 a 30 años. En este supuesto la
prescripción se cumple a los viento años
Tratándose de delitos sancionados con pena de
cadena perpetua se extingue la acción penal a los 30
años.
Los plazos de prescripción se reducen a la mitad
cuando el agente tenía menos de 21 o más de 65 años
al tiempo de la comisión del hecho punible.
d. LA INTERRUPCIÓN
Interrupción de la prescripción de la acción penal se
interrumpe por las actuaciones del Ministerio Público o de
las autoridades judiciales, quedando sin efecto el tiempo
transcurrido.
Después de la interrupción comienza a correr un nuevo
plazo de prescripción, a partir del día siguiente de la última
diligencia.
Se interrumpe igualmente la prescripción de la acción por la
comisión de un nuevo delito doloso. Sin embargo, la acción
penal prescribe, en todo caso, cuando el tiempo
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transcurrido sobrepasa en una mitad al plazo ordinario de
prescripción.
e. SUSPENSIÓN
Suspensión de la prescripción, si el comienzo o la
continuación del proceso penal dependen de cualquier
cuestión que deba resolverse en otro procedimiento, se
considera en suspenso la prescripción hasta que aquel
quede concluido.
f. RENUNCIA DE LA PRESCRIPCIÓN
A través de esta institución el imputado tiene derecho a
renunciar a la prescripción de la acción penal, permitiendo
que la acción penal pueda ejercitarse incluso superado el
plazo de prescripción. Es decir por un acto voluntario del
imputado la pena puede ser ejecutada en cualquier
momento, sin importar el cumplimiento de los plazos
prescriptorios.
La razón de ser del art 91 C.P. estaría orientado a la
posibilidad de salvaguarda de su reputación del imputado.
Dado que en el subconsciente social permanece
internalizada la idea de quien se ve involucrado en un
proceso penal merece reprobación social, censura que
subsiste aun cuando se emita pronunciamiento
jurisdiccional que no suponga en puridad una condena. Este
artículo permite desarrollar un derecho, también de orden
constitucional y reconocido internacionalmente, como es el
derecho al honor, la honra y la buena reputación.
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Esta es, si se quiere ser ideográfico, no una causal de extinción de la
pena, sino la vía natural del término de aquella. El cumplimiento de
la pena no extingue la sanción, pues sencillamente después del
vencimiento total de la pena no queda nada que extinguir. Esta
posición es también compartida, para el derecho penal español, por
MAPELLI CAFFARENA Y TERRADILLOS BASOCO: “Es obvio que el
derecho subjetivo del Estado a imponer y hacer ejecutar la pena
desaparece una vez cumplida ésta. Por ello hubiera resultado
aconsejable no aludir al cumplimiento como causa de extinción,
puesto que nada extingue”13.
33
la medida que la realización total de la sanción estaría justificando su
necesidad de aplicación o ejecución.
Sin embargo dada su naturaleza por ser efecto de una causa que se
produce como regla general se objeta en la doctrina su inclusión
como una causa de extinción de la ejecución de la pena.
15 BUSTOS RAMIREZ, J.; Manual de Derecho Penal. Parte General, cit., p. 411.
16 Que dispone la aplicación supletoria de las normas del Código Civil
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Nuevamente el legislador peruano utiliza esta equívoca
denominación en el artículo 85° inciso 3. En esta ocasión lo hace para
referirse a una causa de extinción de la pena, pero cuya eficacia no se
proyecta sobre la ejecución de la sanción sino exclusivamente sobre
su imposición. En realidad se alude, pues, a una institución diferente
a la que regula el artículo 68° del Código Penal. Y tampoco aquí nos
encontramos regulando aquellos supuestos que cancelan la pena
como premio a los delincuentes que participan de un procedimiento
de colaboración eficaz, y a los cuales nuestro legislador identifica
también como casos de exclusión de pena17.
35
De lo que eximen estas causales es de la imposición de la pena. En
términos más precisos se exime de la pena concreta, pues ella no
llega a definirse ni evaluarse judicialmente.
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ROY FREYRE dice; no hay sanción que ejecutar y por consiguiente
tampoco existe pena que extinguir18.
18 ROY FREYRE, L.; Causas de Extinción de la Acción Penal y de la Penal, cit., p. 244.
19 BUSTOS RAMÍREZ, Juan. La extinción de la responsabilidad criminal.
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modo implícito, en una transacción la cual en nuestro sistema legal
sólo puede extinguir la acción penal.
38
condice más con la esfera privada del derecho civil donde los
titulares de los derechos subjetivos sometidos al amparo
jurisdiccional efectivo, tienen pleno dominio sobre el objeto del
proceso, pues en el proceso civil rige el principio dispositivo.
39
acción positiva del ofendido ya no debe tener incidencia en una
relación punitiva, en la cual este ya no se encuentra comprendido,
únicamente quedan vigentes los intereses del reo y del Estado.
BIBLIOGRAFIA
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ZAFFARONI, R.; Tratado de Derecho Penal.
ANTON ONECA.; Derecho Penal. Parte General.
BUSTOS RAMIREZ, J. Manual de Derecho Penal, Parte General.
BERNALES BALLESTEROS, Enrique. La Constitución de 1993; Análisis
Comparado.
RODRÍGUEZ DEVESA, José María. Derecho Penal Español. Parte General
41