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publicidad Número 126, 19/07/2017

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Número 126, 19/07/2017

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FIRMAS > TRIBUNAS Y DEBATES

Cinco apuntes (y una


reflexión inconclusa) para
enseñar la Transición
A las nuevas generaciones se les debe un relato veraz, no un cuento de hadas.
Las libertades no se regalaron con un simbólico apretón de manos en la cumbre,
se arrancaron con sacrificio y se pagaron con sangre y dolor

FERNANDO HERNÁNDEZ SÁNCHEZ


Los padres de la Constitución en el Congreso, 1978.
JORDI SOCÍAS

19 DE JULIO DE 2017 publicidad

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Los aniversarios redondos son propicios a la melancolía. El


cuadragésimo de la celebración de las primeras elecciones tras
idéntico tiempo de dictadura no se ha hurtado a este axioma.
Estamos ante un ensayo general con todo de lo que el año
próximo será el homenaje al mismo periodo de vigencia de la
segunda constitución del siglo XX. Unos actos de perfil discreto,
un desfile de viejas glorias --algunas con biografía cuestionable y
carne de proceso judicial-- y la polémica por determinadas
ausencias emblemáticas han contribuido a evidenciar que el
imaginario de la Transición, nacido de la necesidad de dotar de
un referente identitario compartido a una comunidad nacional
dividida por la guerra civil y la dictadura, va camino de fosilizarse
como el relato biográfico de una generación en rampa de salida.
El mito que se fundamentó en la apertura política, la
consolidación de las libertades, la modernización social y
económica y la definitiva inserción de España en el concierto LO + VISTO
internacional lleva un lustro experimentando una erosión que los
analistas demoscópicos pretenden explicar por una desafección
Críticas (con zasca incluido) a Pérez-
de las nuevas cohortes demográficas hacia las instituciones
Reverte por ironizar sobre el lenguaje
emanadas de aquel ya remoto proceso histórico. Conviene inclusivo

recordar que, tomando como base las cifras de población por


Seis ciudades que se han convertido
edad del INE del año 2017, 46.557.008 habitantes, el 43,0% de la en un ejemplo de movilidad (aunque
población nació después de la promulgación de la Constitución no lo creas)

de 1978 y el 40,7% de los actualmente mayores de edad ni tuvo


El PSOE acepta la mesa de diálogo de
ocasión de refrendarla ni ha sido llamado a avalar reforma alguna Iglesias pero no descarta apoyar la
con su voto. Si, a pesar de la ralentización que supone el aplicación del 155

envejecimiento, esta inercia paralizante persiste, podría llegar a


Las mejores playas para disfrutar
cumplirse aquella paradoja que los demócratas radicales hasta octubre | Tourse Viajes -
anglosajones denunciaron como rasgo indeseable del Antiguo Público.es - Part 7

Régimen: que se acabe encomendando a los muertos el gobierno


La sopa de Ada Colau
de los vivos.

Una conmemoración reducida al

“ UNA
CONMEMORACIÓN
autoaplauso de una minoría
solipsista ha demostrado sus publicidad

REDUCIDA AL
limitaciones para apelar a una
AUTOAPLAUSO DE
UNA MINORÍA ciudadanía digna de tal nombre.
SOLIPSISTA HA En los alrededores del Congreso
DEMOSTRADO SUS
de los Diputados no había
LIMITACIONES
ciudadanos, sino curiosos.  El
PARA APELAR A
UNA CIUDADANÍA ritual tuvo bastante más de
DIGNA DE TAL refuerzo de autoestima
NOMBRE.
corporativo que de celebración

” colectiva. La propia selección de


los denominados protagonistas de
CTXT
la Transición --padres constituyentes supervivientes, exministros, 42 683 Me gusta

exdiputados de las Cortes fundacionales, ex de ambos regímenes,


como Martín Villa-- dejó fuera de cuadro a los otros protagonistas, Me gusta esta página

los que ensancharon con su lucha cotidiana los espacios de A 73 amigos les gusta esto.

libertad e hicieron inviable la perpetuación del franquismo --


sindicalistas, presos políticos, torturados, represaliados--, lo que
revela, al fin, los contornos de un relato hegemónico: el
protagonizado por unas élites preclaras con una misión
determinada --el de la Ley a la Ley de Torcuato Fernández
Miranda; la pizarra de Suresnes; la Operación Promesa del
SECED…-, estimuladas por la voluntad de superar el viejo trauma
colectivo cainita, con la Corona como mediadora taumatúrgica al
mando de una nave diestramente pilotada entre la Escila del
golpismo inmovilista y el Caribdis del terrorismo etarra. Un relato
plano y teleológico con el que no se pretenderá seducir a unas publicidad
generaciones más acostumbradas a los protagonistas poliédricos
a lo Blue Detective o Breaking Bad y a los duelos de ambición de
Mad Men o House of Cards que a la simpleza binaria de Heidi o a
la mediocridad middle class de Verano azul.

 Pero no se trata solo de un problema que pueda ser explicado


por la demografía y la arterioesclerosis. Una vez más, hay que
evaluar el déficit formativo derivado de una insuficiente
transmisión de conocimiento histórico del pasado reciente en el
ámbito del sistema educativo básico. La LOMCE prescribe para la
materia de Historia en 4º de ESO --el último curso común para
todos los futuros ciudadanos, trabajadores, contribuyentes y
votantes-- un bloque de contenidos, el relativo al mundo reciente
entre los siglos XX y XXI, en cuyo apartado 3 se aborda “La
transición política en España: de la dictadura a la democracia
(1975-1982)” y la Constitución de 1978. La cronología queda
estrictamente acotada entre la muerte del dictador y la victoria
electoral del PSOE. Siete años que estremecieron al mundo. Los
estándares de aprendizaje que todo estudiante deberá
aprehender son: “3.2. Enumera y describe algunos de los
principales hitos que dieron lugar al cambio en la sociedad
Síguenos en Twitter
española de la transición: coronación de Juan Carlos I, Ley para
la reforma política de 1976, Ley de Amnistía de 1977, apertura de
CTXT retwitteó
Cortes Constituyentes, aprobación de la Constitución de 1978, Ignacio Elpidio @i_elpidio

primeras elecciones generales, creación del estado de las @ctxt_es @miqueliceta "A mí lo que me
gustaría votar es una reforma
autonomías, etc. 3.3. Analiza el problema del terrorismo en constitucional que reconozca la
naturaleza federal [...] de España."
España durante esta etapa (ETA, GRAPO, Terra Lliure, etc.):
génesis e historia de las organizaciones terroristas, aparición de CTXT retwitteó

los primeros movimientos asociativos en defensa de las víctimas, Ignacio Elpidio @i_elpidio
@ctxt_es @miqueliceta "Nosotros
etc”.  estamos a favor de la legalidad [...]. Pero
la solución no vendrá solo del
cumplimiento de la ley, [...] vendrá del
Estos son los mimbres con los que, en caso de llegar al bloque de diálogo."

contenidos 8, sorteando las proverbiales excusas sobre lo


apretado de los temarios y la escasez de horario semanal, los CTXT retwitteó

estudiantes del curso final de la ESO tendrán que construir su Ignacio Elpidio @i_elpidio
@ctxt_es @miqueliceta "Mi crítica a
interpretación de la España en que nacieron sus padres y en la Rajoy es que haya subcontratado a
jueces un problema que es político."
que fraguaron los fenómenos sociopolíticos, económicos y
culturales de los ellos que serán protagonistas en breve plazo. Un
CTXT retwitteó
proceso vertiginoso en el que toda una superestructura muta en Ignacio Elpidio @i_elpidio
@ctxt_es @miqueliceta "Frente a esto,
su contraria como al conjuro de un abracadabra. Un proceso a pase lo que pase el día uno, haya urnas o
ritmo de BOE solo acechado por violentos de un solo signo que
ocasionan una sola clase de víctimas.  ¿Cabría una visión
alternativa capaz de proporcionar los elementos para la
elaboración de una narrativa sintética --en la propia lengua de

publicidad
palo lomciana-- de carácter contrahegemónico? Aquí van cinco
apuntes y una reflexión inconclusa.

publicidad
1/ La cronología: si transición, según la primera acepción del
DRAE, es la
acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto,
¿entre qué dos fechas debe horquillarse el proceso de tránsito de
la dictadura a la democracia? En un principio, se apostó por un
tiempo corto, 1975-1978, el comprendido entre la muerte del
dictador y la aprobación de la Constitución. El vértigo del cambio
era su mejor autopropaganda legitimadora. Una vez consolidado
el sistema, fueron proponiéndose secuencias temporales en las
que se atrasaba el hito inicial hasta 1973 para incluir el inicio de publicidad

la crisis del tardofranquismo y se prolongaba el final a 1982,


culminando en la primera vez que la izquierda ganó de nuevo
unas elecciones. Una propuesta de tiempo largo, que pretendiera
explicar las contradicciones en el seno del bloque de poder de la
dictadura en torno a la inserción de España en las estructuras
internacionales del capitalismo fordista y la toma de posiciones
de la desigualmente influyente oposición antifranquista debería
situar el arranque del recorrido transicional en 1969, con la
promulgación de la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado
(1969).  La meta sería 1986, fecha del referéndum para la
permanencia de España en la OTAN tras la adhesión previa a la
Unión Europea en un mundo que se sumía en la
contrarrevolución conservadora, y de la primera ocasión en que
un gobierno de centro-izquierda se sucedió a sí mismo sin sufrir
la intromisión de una intervención militar o un golpe
reaccionario. La Transición, el intervalo convulso entre dos
estabilidades, es todo lo que quedó en medio.

2/ La diferenciación entre la

“ A LAS NUEVAS
GENERACIONES
transición en sí y la transición
para sí: basta acudir a las
DE ESPAÑOLES SE
hemerotecas digitales para
LES DEBE UN
RELATO VERAZ, comprobar la distancia entre los
NO UN CUENTO DE acontecimientos y la memoria
HADAS.
oficial. La realidad fue mucho
más compleja, inestable,

indeterminada, dramática y
abierta de lo que se desprende
del relato canónico. A las nuevas generaciones de españoles se
les debe un relato veraz, no un cuento de hadas. Las libertades
no se regalaron ni se materializaron a partir de un simbólico
apretón de manos en la cumbre: se arrancaron con sacrificio, se
pagaron con sangre y dolor. Y para ello hay que resituar una de
las premisas principales, aquella que se ha exaltado como el
logro de un éxito colectivo y que viene a fundamentarse sobre la
teoría de la evitación: por primera vez en nuestra Historia
Contemporánea, logramos no matarnos los unos a los otros. Se
trata de una premisa falsa, porque a las alturas de los años 70 del
siglo XX no había posibilidad alguna de guerra civil. Lo que sí
pesó sobre el proceso fueron dos condicionantes que limitaron
enormemente su alcance: que, a imitación de lo que ocurría en
aquella misma época en la Latinoamérica del Plan Cóndor, los
unos nos matasen a los otros, y que en virtud de una estrategia
deliberada de acción-reacción, unos terceros consiguieran
empujar a los unos a ejecutarnos a todos los que pudieran. Como
ha analizado Xavier Casals, el voto ignorado de las armas tuvo un
peso nada desdeñable en el devenir de la transición española.

3/ Recordar a todas las víctimas: hablar de transacción pactada


bajo la amenaza de la pistola de unos aparatos duros del Estado,
crispados por un terrorismo al que identificaban como hijo
bastardo de la democracia, es como denominar transferencia de
numerario a lo que realiza el cajero de un banco al que un sujeto
con una media en la cabeza apunta con un revólver. En el caso
de la Transición, ni siquiera fue necesaria la media. Valorar lo
que costó alcanzar un estadio superador de aquellos años de
caqui y plomo supone rescatar la memoria de las víctimas,
comenzando por reconocer la existencia de todas y de la
violencia tous azimuts: la de los grupos de inspiración
nacionalista o ultraizquierdista, pero también la de la extrema
derecha y la del Estado. Paloma Aguilar e Ignacio Sánchez
Cuenca elaboraron una base de datos con todas las víctimas
mortales de la violencia política en el periodo 1975-1982. En ese
periodo, 665 personas fueron víctimas mortales de la violencia
política. De ellas, 162 (el 24%) corresponden a la actividad
represiva del Estado. El resto, 503, cayeron víctimas de la
violencia terrorista nacionalista y de ultraizquierda. Como
concluyen los autores, “la transición española resultó mucho más
sangrienta que la griega o la portuguesa, ambas iniciadas en 1974,
unos meses antes de la española”. Habida cuenta de que, en
cuarenta años de democracia, todavía está pendiente la
reparación y la dignificación de las víctimas, doblemente
perdedoras, que lo fueron por oponerse al derribo manu militari
del anterior sistema democrático del siglo XX: la Segunda
República española.

4/ Ganadores y perdedores: la

“ LA TRANSICIÓN SE
HA ABORDADO
Transición se ha abordado como
eso que las escuelas de negocios
COMO ESO QUE
han denominado modelo win-
LAS ESCUELAS DE
NEGOCIOS HAN win, un juego donde dos partes
DENOMINADO MODELO contrarias diseñan una solución
WIN-WIN, UN
de la que ambas se beneficiarán
JUEGO DONDE
mutuamente. Todos ganan. Sin
DOS PARTES
CONTRARIAS embargo, al aplicar el análisis al
DISEÑAN UNA tiempo largo y a la multiplicidad
SOLUCIÓN DE LA
de transiciones, se aprecia que el
QUE AMBAS SE
resultado final se aproxima más a
BENEFICIARÁN
MUTUAMENTE.  los juegos de suma cero, donde lo


que gana uno lo pierde el otro.
Cierto es, qué duda cabe, que el
diseño del espacio político resultante fue incomparablemente
más respirable de lo que había sido el opresivo corsé de hierro de
la dictadura. Sin embargo, los condicionantes a los que se ha
hecho referencia anteriormente limitaron en su momento la
consecución de horizontes más amplios --forma republicana del
Estado, federalismo territorial, fortaleza del sector público,
laicismo--, sin que se haya avanzado hacia ellos ni siquiera desde
que la doble argolla forjada por el golpismo y el terrorismo
desapareciera. Visto desde la perspectiva del tiempo largo, la
Transición tuvo unos ganadores efectivos, empezando por los
agentes que intervinieron en su diseño, el personal político de la
dictadura que se autoamnistió y los sectores financieros cuyo
poder permaneció intacto. Los menos afortunados o los
claramente perdedores fueron diversos, pero quizás la más
destacada entre ellos fue una clase obrera industrial que pasó de
ser vanguardia de la lucha contra la dictadura a sector residual
por efecto combinado del desarbolado de sus herramientas de
presión sindical y la implantación del posfordismo, la
atomización de los centros de producción y la
deslocalización. Unas heridas que la posterior gestión económica
del consenso en torno al mercado --mucho más sólido y
desprovisto de facetas que el político, desde los Pactos de la
Moncloa a la reconversión industrial-- contribuyeron a
profundizar, desagregándola y desactivándola como sujeto
político influyente.
5/ Transición o transiciones: la Transición no fue solamente la
transformación de la superestructura política de una dictadura
originaria del fascismo residual en una democracia parlamentaria
homologable a las europeas. Fue una constelación de procesos
de transformación económica, social y cultural de la sociedad
española. Como ha puesto de relieve Germán Labrador, el
periodo fue escenario de un conflicto intergeneracional que
“reconfiguró profundamente el sistema de valores morales del
país en ámbitos como la religión, la política y la moral, en lo que
constituyen las mayores transformaciones de la transición
democrática”. El autor destaca cuatro metamorfosis estructurales
esenciales que marcaron una ruptura con los significantes
culturales del régimen franquista: el radical proceso de
secularización que ha llevado a España a ser una de las
sociedades menos religiosas de Europa; una acelerada
revolución sexual que modificó roles de género, marcos
jurídicos, costumbres arraigadas e instituciones sociales como el
matrimonio y la maternidad; una profunda crisis del
nacionalismo de Estado, artefacto con el que la dictadura impuso
su concepción patrimonial, excluyente y castiza de patriotismo,
que quebró con el proceso de descentralización y la eclosión de
fidelidades identitarias alternativas; y un extendido pacifismo de
tipo humanista y antimilitarista cuya expresión fueron el
movimiento de objeción de conciencia y las movilizaciones
contra la OTAN y las guerras del Golfo. Quizás han sido estos los
únicos terrenos donde se produjo una verdadera ruptura con lo
precedente. Una auténtica ruptura que se logró a pesar de y, en la
mayor parte de las veces, en contra del famoso espíritu de la
Transición. ¿O hay que recordar la persecución judicial de la
objeción, las campañas de la derecha, gobernante u opositora,
contra la autonomía andaluza --con represión policial y muertes
incluidas--, contra el divorcio, el aborto o el matrimonio
homosexual?

La reflexión última queda inconclusa, a expensas de que el lector


la complete. Una sociedad civil madura recurre de manera
periódica a la conmemoración de su pasado para recordar de
dónde viene y rendir homenaje a los que hicieron posible un
presente mejor. Un sistema democrático sano educa a sus jóvenes
en el conocimiento de su historia reciente para dotarles de las
claves con las que interpretar el mundo actual. Eso supone mirar
al pasado, aunque una jaculatoria muy querida por determinados
sectores políticos lo juzguen inoportuno e incluso peligroso. ¿No
será que en algunos anide la intención de proceder ahora a
reescribir los capítulos en los que resultaron desbordados
durante aquella Transición que, por otra parte, erigen en tótem?
¿Será casualidad que, en los últimos tiempos, se esté ejerciendo
una presión disciplinaria sobre la libertad de expresión, las
manifestaciones de laicismo o las tendencias políticas no
acomodaticias? ¿Habrá algo más que retórica tras el aliento de un
discurso renacionalizador en el que subyace la amenaza de la
coerción dura contra las tentaciones centrífugas? ¿Se estará
buscando revertir aquella parte incómoda de la publicitada fiesta
de la libertad en la que se fue mucho más allá de la zona de
confort de la ideología conservadora?

Como se decía en los años 70 y 80: “Al loro…” .

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Fernando Hernández Sánchez. Profesor de Didáctica de las


CCSS, Facultad de Educación UAM.

AUTOR

Fernando Hernández Sánchez

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