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Los modos de medición

Publicado el Sábado, 12 mayo, 2012 por luipermom

Ya comenté en una entrada reciente que cuando pulsamos hasta la mitad el disparador de la
cámara, esta mide la luz que entra a través del objetivo para calcular una exposición acorde a
las condiciones de iluminación existentes. Cómo se realiza esta medición y de qué manera
podemos influir en ella es lo que voy a tratar de contaros en este artículo.

Midiendo la luz

La luz que entra en la cámara a través del objetivo llega a una serie de sensores repartidos por
todo el encuadre de tal modo que en función de la cantidad de luz que alcance cada uno de
ellos y de la importancia que queramos dar a cada zona de la imagen se calculará una
determinada exposición mediante la variación de apertura, tiempo y sensibilidad.
Como os digo, aunque en las modernas cámaras digitales hay multitud de sensores
encargados de medir la luminosidad de la escena (1005 en el caso de la Nikon D300)
nosotros vamos a poder dar la misma importancia a todos ellos o bien definir una zona en la
que la medición de la luz se tenga más en cuenta que en el resto a través de los modos de
medición.

Los tres modo de medición

Para esto que os comentaba antes, en la práctica totalidad de cámaras digitales (no sólo
réflex) vamos a contar con tres modos de medición de la luz: matricial, ponderada al centro o
puntual; y aunque por lo general la primera de ellas suele ser la más empleada por su
flexibilidad, enseguida vamos a ver que las otras dos pueden sernos de mucha utilidad en
condiciones de iluminación complicadas o para ciertos tipos de imágenes.
En los siguientes párrafos intentaré haceros ver en qué consiste cada uno de los tres modos y
acompañar la parrafada con un ejemplo gráfico que os de una idea del tipo de situación en el
que nos puede venir bien dicho modo. Vamos con ello:

1. Matricial

Como os decía antes, en la inmensa mayoría de los casos el modo de medición matricial
funcionará correctamente y dará como resultado una exposición correcta y ajustada; sobre
todo cuando la iluminación de la escena es más o menos uniforme. Algo que podremos
comprobar con el histograma que incluye cualquier cámara digital.

Y es que la medición matricial no es más que un promedio de las lecturas de todos los
sensores presentes en el encuadre, por lo que en caso de que haya una pequeña zona
subexpuesta o sobreexpuesta esto apenas tendrá influencia sobre la exposición de la
fotografía.
Sin embargo, en caso de que el resultado no sea el esperado (la fotografía ha quedado más
clara o más oscura de lo deseado) podremos ajustarla a nuestro gusto con la compensación de
exposición volviendo a realizar el disparo a continuación. En cualquier caso, para situaciones
en las que queramos afinar más (o escenas en las que haya zonas con niveles de iluminación
muy dispares) es por lo que existen los dos modos que vamos a ver después.

En el ejemplo que tenéis a continuación podréis ver que aunque las palmeras están
ligeramente subexpuestas (más oscuras de lo deseado) debido al contraluz reinante, la cámara
ha calculado una exposición tal que el cielo no se ha quemado y el degradado que busca el
horizonte ha quedado con unos tonos muy naturales.

2. Ponderada al centro

El modo ponderado al centro tiene una utilidad fundamental: los retratos. En ese tipo de
imágenes lo que buscamos es dar protagonismo a la persona que aparece en el centro de la
imagen tratando de que el espectador se olvide de todo lo demás. Por tanto, la medición
ponderada al centro lo que hace es dar más importancia a la zona media del encuadre,
influyendo menos en el cálculo de la exposición la luz que haya en la parte más externa.

En el ejemplo que acompaña a este apartado podéis ver un caso típico de retrato en el que
usar la medición ponderada al centro de tal modo que el rostro de la persona quede
correctamente expuesto sin importar demasiado si el fondo queda algo más claro o más
oscuro de lo deseado. Al fin y al cabo de lo que se trata es de “aislar” el primer plano del
fondo de la imagen.

3. Puntual

La medición puntual tiene en cuenta solamente una pequeña zona de la imagen (en el centro
del encuadre o en el punto de enfoque seleccionado) para realizar el cálculo de la exposición.
Se suele emplear en fotografías en las que es importante destacar un detalle para que el
espectador se centre fundamentalmente en él, de tal modo que los amantes del macro recurren
a él con frecuencia.
Se trata de un modo que también se emplea a veces en los retratos; pero normalmente para
primerísimos planos en los que lo que ha de quedar correctamente expuesto (y enfocado) son
los ojos de la persona a la que estamos fotografiando.

En las flores que ilustran este apartado medí la luz sobre los pétalos de la que está
perfectamente enfocada; pues aunque la iluminación de las tres flores era bastante uniforme,
no quería que el fondo oscuro provocara una sobreexposición y, por tanto, un quemado
irremediable de los pétalos blancos.

Conclusión

Como señalé anteriormente, lo más habitual a la hora de hacer fotografías es emplear el modo
de medición matricial, pues los avances de la electrónica presentes en las cámaras actuales
hacen que esta calcule casi siempre una exposición correcta. En caso de que la fotografía
resultante sea más clara o más oscura de lo que teníamos previsto jugaremos con la
compensación de exposición para acercarnos al resultado deseado.

Sin embargo, para ciertas escenas en las que hay zonas de luces y sombras muy marcadas en
el encuadre, a la hora de hacer retratos o si nos enfrentamos a trabajos en macro, los modos
de medición ponderada al centro y puntual nos pueden venir muy bien para atinar con la
exposición en la primera toma.

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