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Coadicción: El “salvador” del adicto 1

Por Antonio Rimassa Chiriboga2

Coadicto es el que persigue, indaga, grita, e intenta que su otro deje de


consumir drogas y/o alcohol, pero sin resultados positivos.

La coadicción es un estado emocional que puede sufrir la persona más cercana de un


adicto, usualmente un familiar, que crece en paralelo a la enfermedad de la adicción
(alcoholismo y drogadicción).

El codependiente o coadicto llega a pensar que sin su aportación, ayuda, colaboración,


salvación e intervención, su familiar sufrirá y no se salvará. Piensa –erróneamente- que es el
único que puede hacer que pare el consumo.

Para entenderlo mejor, la coadicción se empieza a desarrollar con los primeros indicios
de consumo del enfermo adicto. Inicialmente el coadicto está en una etapa de negación del
consumo, cuando el individuo presenta los primeros contactos con drogas, el familiar rechaza lo
que observa y lo minimiza.

Luego vienen los sufrimientos. Se produce una relación de codependencia psicológica, en la cual
el familiar habla, persigue, indaga, grita, hace jurar al adicto, lo compromete a que deje de
consumir drogas y/o alcohol, sin resultados positivos.

Se crea una relación de desconfianza y conflicto por asumir el control de la vida del individuo que
consume, ya que éste pierde la capacidad del manejo de sus emociones y las
responsabilidades de la vida.

Esta patología se presenta con mayor incidencia de padres a hijos y viceversa, seguido por
parejas de esposos; de tal manera que los padres lo interpretan como desamor y asumen
el manejo de la vida de sus hijos, lo cual estimula el sobrecontrol de tiempos y espacios, pero
sin resultados positivos, creando más dependencia hacia el adicto y su vida. En esta patología
suelen presentarse seguimientos y persecuciones para tener el control de los adictos.

El familiar pasa largas horas de sufrimiento y desvelo esperando que algo de lo que haga
logre parar el consumo; pero, al no suceder, se crea mayor dependencia psicológica con el
adicto.

El codependiente llega a pensar que sin su aporte, ayuda, colaboración,


salvación en intervención su familia sufrirá y no se salvará.

1
En Revista Vive, 2014
2
Taller.tapad@gmail.com|Criad2014@hotmail.com
Mejor buscar un tercero
Es importante destacar que la mejor forma de ayudar a un individuo que consume drogas o
alcohol es buscando ayuda profesional para las dos partes (familia y adicto).

Existen actualmente programas para los familiares de los adictos que tratan este
desorden emocional con muy buenos resultados y vale la pena destacar que los familiares sanan
y recuperan también sus vidas -las que habían perdido al asumir el control de la vida del adicto.

El consumo de drogas y alcohol no es una deficiencia moral, es una enfermedad que debe
ser tratada con responsabilidad.

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