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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Sociales y Económicas

Escuela de Antropología

Antropología y Descolonización

José Ignacio Durand C.I.: 22034351

Comparación entre Omar Rodríguez* y Pierre Bonte**. (*Etnias,


imperios y antropología; ** De la etnología a la antropología)

Reflexionar acerca de uno mismo es fundamental para poder tomar conciencia,


una especie aprendizaje que nos permita considerar la forma en que nos
manejamos diariamente, es decir, la forma en que nos comunicamos y
apropiamos del espacio y las relaciones interpersonales intrínsecas al mismo. De
algún modo esas experiencias diarias hacen lo que denominamos sociedad, esa
relación entre diferentes sujetos dentro de un espacio y tiempo específico. A su
vez esa denominación puede incluirse dentro de una categoría conceptual que
abarca no una sociedad sino muchas de ellas, la cultura. Entonces reflexionar
sobre sí mismo significaría o podría interpretarse como una reflexión acerca de la
cultura en la que nos encontramos inmersos.

La antropología en su trayectoria como disciplina dedicó parte de su pensamiento


a cuestionar su constitución misma como disciplina en el campo de las ciencias
humanas. Los autores antes mencionados llevan a cabo una revisión de esa
constitución. Omar Rodríguez y Pierre Bonte abordan el desarrollo del
pensamiento etnológico en relación con el proceso colonial de América. Parten
desde el pensamiento pre-etnológico hasta la constitución de la antropología como
ciencia social. Un recorrido con perspectiva descolonial estableciendo una relación
entre las concepciones que dieron paso a unas reflexiones primarias sobre “los
otros” que el continente americano ofrecía. Rodríguez (1991) ofrece una “…
síntesis en términos de posteriores revisiones y cuestionamientos, las rupturas
ideológicas que han permitido el surgimiento de los más heterogéneas y opuestas
concepciones del mundo y las sociedades” (p. 12). Entendiendo que tales
sucesiones de ideas acerca del ser humano como diferente u otro, están inmersas
en una continuidad histórica y que ese devenir tiene estrecha relación con las
diversas nociones que acerca de él se producen.

Se evidencia, pues un trasfondo ideológico y también la necesidad de tener


presente que a pesar de los efectos que haya podido tener esa relación entre
producción de conocimiento e ideología, sobres las sociedades “exóticas”, debe
enmarcarse en su respectivo espacio temporal. Lo cual debe hacernos acercarnos
a ellas de manera crítica sin dejar que nuestras posturas personales interfieran a
la hora de considerar el desenvolvimiento del razonamiento etnológico.

La presencia de la otredad produjo un pensamiento etnocentrista en los


intelectuales europeos, los cuales no iban a ser capaces de aceptar la idea de una
autorreflexión que pusiera en el tapete sus inconsistencias y desequilibrios para lo
que era conveniente construir una “historia” en la cual se hacen separaciones
insalvables entre los que asumían para así todos los logros civilizatorios y valores
alcanzados por la Humanidad y los otros “bárbaros”, “primitivos” o “salvajes” que
seguían transitando momentos iniciales de una supuesta “prehistoria”…
(Rodríguez, 1991, p.14).

Con Bonte se hace un agudo examen del proceso histórico y la expresión


etnológica referente a dicho proceso. Realiza unos cortes en los cuales se ve la
transformación de la etnología. Con Bonte se puede notar que el proceso de
desglose referente a los cortes, destaca el desarrollo de la disciplina en términos
científicos, que es pues auspiciada o motivada por el capitalismo incipiente
llevando consigo una contradicción causal. El evolucionismo sirve
lamentablemente de justificación de prácticas colonialistas. Con el funcionalismo y
el trabajo de campo se concibe una mejoría en la disciplina ya antropológica.

Puede observarse que sin ignorar las consecuencias de los procesos políticos
imperiales y coloniales se puede rescatar el avance científico y por supuesto las
diferentes conclusiones que a lo largo del tiempo fueron dándose a partir de esos
desarrollos.

Por su parte Rodríguez tiene una postura ideológica marcada que puede
consultarse en la introducción su texto, con la indica el horizonte a seguir en la
disciplina en relación con el proceso de colonización dada la importancia que las
ideas producidas en los momentos históricos antes señalados, influenciaron
fuertemente el posterior racionamiento sobre las sociedades. Es por ello necesario
la revisión crítica y analítica de la constitución de las ideas o sus orígenes para
identificar paradigmas que continúan tributando dentro del ámbito académico, al
dominio “del otro” a través de los distintos mecanismos en que puede ser usado el
producto intelectual en este caso antropológico, en relación con ideologías que
puedan ser nocivas para el entendimiento y mejor convivencia entre los seres
humanos.

Con Bonte también se aprecian conclusiones que indican un sendero para una
mirada apreciativa de los procesos sociales de la humanidad y su relación con el
conocimiento científico occidental, esta revisión puede llevarnos a una suerte de
deconstrucción no solo, a nivel antropológico sino cultural y considerar otras
formas de erudición no hegemónicas.
Referencias bibliográficas.

Bonte, P., (1975). De la etnología a la antropología: sobre el enfoque crítico de las


ciencias humanas, Barcelona, España: Editorial Anagrama.

Rodríguez, O., (1991). Etnias, imperios y antropología, Caracas, Venezuela:


Ediciones Faces/UCV.

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