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6 CONSEJOS PARA SUPERAR EL DUELO

DANIELA ECHEVERRI CASTRO · 3 ENERO, 2019

Para superar esta etapa es muy importante que aceptemos lo ocurrido. No olvides
que tu ser querido desearía que fueras feliz. Procura distraerte y compartir tu
tiempo con familiares y amigos. Quizás, una de las pruebas más difíciles que nos
puede poner la vida es afrontar la pérdida de un ser querido y superar el duelo.
Aceptar que alguien que amamos ya no estará físicamente, es un golpe fuerte y
una confusión. Situación que casi siempre nos hace caer en prolongados periodos
de depresión y tristeza. Todos tenemos formas diferentes de reaccionar ante la
muerte, y contar con un apoyo será clave. Según estudios, el paso del tiempo, un
apoyo social, y hábitos saludables, nos hará superarlo mejor. Sin embargo,
dependiendo del impacto que cause la muerte, el tiempo de recuperación puede
tardar meses o hasta un año.

Es muy importante tener en cuenta que el duelo implica síntomas emocionales y


también físicos. Las personas que lo pasan, generalmente, sufren cansancio
extremo, pérdida del apetito o del deseo sexual. En ocasiones, el duelo es muy
complicado e incluye estos síntomas sumados a la depresión. En estos casos, te
recomendamos buscar la ayuda de un psicólogo para determinar la mejor forma
de superar el duelo. Si estás pasando por la pérdida de un ser querido, te
invitamos a tener en cuenta las siguientes recomendaciones. Estas te ayudarán a
aceptar la ausencia de esa persona y a continuar con el ritmo de tu vida.

CONSEJOS PARA SUPERAR EL DUELO.

TIEMPO

El tiempo es clave en la superación del duelo. Algunas personas pueden tomarse


más tiempo que otras, pero todos necesitamos darnos ese tiempo. Así, nos
haremos a la idea de que esa persona ya no está y que debemos continuar
nuestra vida.

ACEPTAR EL DUELO

LLORAR-TIENE-SUS-BENEFICIOS-EN-NUESTRA-SALUD

El dolor ante una pérdida es inevitable y con él se mezclan emociones que nos
pueden hacer sentir mal y enfermos. Este proceso es normal y sólo se superará
poco a poco, siempre y cuando la persona no se eche culpas o se reprima.

EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS


Siempre hay una persona para escucharnos y compartir el dolor que sentimos por
la ausencia de nuestro ser querido. Para aceptar que nuestro ser querido ya no
está, hay que hablarlo. Si no lo expresamos, podemos propiciar un estado de
aislamiento que nos afectará más, haciendo mal a quienes nos rodean.

LA VIDA CONTINÚA

FELIZ.Y.ALEGRE

Perder a alguien es muy difícil y nos quita las ganas de seguir la rutina de nuestra
vida. Pero esta continúa y otras personas también nos necesitan. Piensa que tu
ser querido siempre quiso lo mejor para ti, y se alegrará de que puedas ser feliz a
pesar de su ausencia. Haz actividades que te distraigan, comparte con los tuyos, y
dedica tus logros a esa persona que ya no está. Todo ello, te ayudará a salir de la
depresión y darás un paso muy importante en la superación.

CUIDAR TÚ SALUD Y LA DE LOS TUYOS

El profundo dolor nos puede hacer olvidar la buena alimentación, el ejercicio y los
buenos hábitos que mejoran nuestra calidad de vida. Es importante recuperar este
estilo de vida, pues nos ayudará a salir de la depresión y evitará que enfermemos.

APOYAR A NUESTROS FAMILIARES

FAMILIA UNIDA

Aunque nosotros sintamos mucho dolor, debemos recordar que quizá nuestra
familia necesita apoyo. Cuando apoyamos a los nuestros, tendemos a sentirnos
mejor, al igual que ellos. La familia puede recordar momentos felices con esa
persona, y aquellas anécdotas que quedarán para siempre. Estos consejos
ayudarán a superar el duelo, una fase que es necesario pasar.

5 IDEAS PARA SUPERAR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

REVISADO POR: D'ARCY LYNESS, PHD

Todos enfrentamos en algún momento un duelo. El tiempo sana las heridas, pero
puede ser útil reconocer el dolor que sientes y tomar medidas para recuperarte:

Participa de los rituales. Los memoriales, funerales y otras tradiciones ayudan a


las personas a reunirse durante los primeros días para honrar a la persona que
falleció. La simple presencia de otras personas que apreciaban a tu ser querido
puede ser reconfortante.
Expresa y libera tus emociones. No contengas el llanto si sientes que estás a
punto de llorar. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o
hacer determinadas cosas es doloroso porque te trae recuerdos de la
persona que perdiste. Es normal que sientas eso. Después de un tiempo,
será menos doloroso. Debes saber que, con el tiempo, puedes sentirte mejor
(y lo lograrás).

Habla sobre el tema cuando puedas. A algunas personas les hace bien
contar la historia de su pérdida o hablar acerca de sus sentimientos. Pero a
veces, una persona no tiene ganas de hablar sobre la pérdida de un ser
querido y eso también es completamente normal. Nadie debe sentirse
presionado a hablar. Aun cuando no tengas ganas de hablar, busca maneras de
expresar tus emociones y pensamientos. Comienza a escribir en un diario los
recuerdos que tienes de la persona que perdiste y cómo te sientes desde su
partida. O escribe una canción, un poema o un tributo a esa persona amada.
Puedes hacerlo en privado o compartirlo con otros.

Preserva los recuerdos. Crea un memorial o un tributo a la persona que


falleció plantando un árbol o preparando un jardín, o ríndele honor a esa persona
de una manera que consideres adecuada, como participar en una caminata o una
carrera con fines de caridad. Prepara una caja o una carpeta de recuerdos con
cosas de la persona que falleció. Incluye recuerdos, fotos, frases o lo que quieras.
Si lo deseas, escríbele una carta a esa persona. En ella, podrías incluir tus
sentimientos, cosas que quieres decir o agradecerle por haber formado parte de tu
vida. Únete a un grupo de apoyo. Si crees que podría interesarte ir a un grupo de
duelo, pregúntale a uno de tus padres, a un consejero escolar o a un líder religioso
cómo hacer para encontrar uno. No tienes por qué hacer frente solo a tus
sentimientos y tu dolor. Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD

CLAVES PARA SUPERAR EL DUELO POR LA PÉRDIDA DE UN SER


QUERIDO

La pérdida de un ser querido es uno de los episodios más dolorosos y traumáticos


que puede afrontar una persona. El duelo es una etapa necesaria para superar la
pérdida, y no hay una forma "normal" de vivirlo, cada uno lo hace a su manera.
Pero existen algunas claves que ayudan a hacerlo y, de ser necesario, hay que
acudir a una terapia psicológica. Cristian Vázquez Follow @@cristianvazquez

Muere un familiar: ¿cómo saber si nos ha legado algo?

La muerte de un ser querido es, sin dudas, un episodio traumático. Para quienes
pasan por esa experiencia es como si un trozo del mundo se hubiese roto, como
una parte del mapa hubiera desaparecido. Tienen que aprender a vivir una vida en
que esa persona amada ya no estará. Y no es nada fácil. Deben atravesar el
duelo, la respuesta emocional ante la pérdida, una etapa larga y dolorosa pero
necesaria para volver a estar bien.

¿Cómo de largo es el duelo? Pues no hay una duración "normal". Para muchas
personas es de entre seis meses y un año, para otras puede prolongarse un poco
más. Por otra parte, el duelo tiene varias fases. Cinco, según el modelo clásico,
establecido por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Rossen su libro Sobre la muerte
y los moribundos, de 1969: negación, ira, negociación, dolor emocional o
depresión y aceptación.

En la mayoría de los casos las fases no respetan ese orden, y muchas veces ni
siquiera se hacen presentes todas esas etapas. En otras palabras, cada persona
tiene su propia forma de elaborar su duelo: ningún duelo es igual a otro. Lo que sí
ofrecen los especialistas son consejos para poder elaborar el duelo y atravesar
esa situación del modo menos traumático posible y sin que se prolongue más allá
de lo conveniente. Bertrand Regader, director de la web Psicología y Mente,
apunta algunos consejos clave para afrontar y superar esa pérdida.

CONSEJOS PARA PASAR EL DUELO

1. ACEPTAR LOS PROPIOS SENTIMIENTOS

Durante el duelo, quien ha perdido a un ser querido puede experimentar


sentimientos muy variados. Algunos de ellos se expresan en las ya citadas fases
del duelo: enfado (hacia el mundo, hacia la persona que ha muerto, hacia sí
mismo), negación, tristeza, frustración. Pero a menudo también aparecen
otros como agotamiento, culpa, impotencia, ansiedad, desesperación,
insensibilidad, alivio, confusión, vacío, miedo. La clave en este caso es darse
la posibilidad de atravesar tales sentimientos, incluso aunque desde un punto de
vista racional le parezcan incorrectos. "Poco a poco -explica Regader- nuestro
cerebro va adaptándose a esta nueva realidad, asimilando la pérdida".

2. Rodearse de personas en las que apoyarse

Hablar de los sentimientos que ha generado la pérdida ayuda a asimilar la


situación. "No es recomendable encerrarse -apunta Regader-: los psicólogos
recomendamos que las personas que están en un proceso de duelo, en la
medida de lo posible, socialicen buscando la complicidad de su círculo más
cercano".
Por su parte, un documento elaborado por expertos de la Clínica Universidad
de Navarra (CUN) señala que "el relato pormenorizado y redundante de la
muerte es catártico: lava, purga, abre la espita de la emoción y además
libera, ordena y estructura el pensamiento. Casi hace de la muerte una parte
de nosotros mismos, la normaliza y ayuda a superarla".

3. Cuidar la salud

Una buena alimentación, practicar ejercicio físico y descansar y dormir las horas
adecuadas son factores de gran importancia para cuidar la salud física y
emocional. Y esto, a su vez, es clave para hacer el proceso de pérdida un poco
más llevadero, para dotar al organismo de la energía necesaria para poder hacer
frente a los pensamientos negativos y, en última instancia, para seguir adelante.

4. Recordar los buenos momentos

Aunque puede resultar complicado, hacer memoria de los buenos momentos


vividos con la persona perdida puede ayudar, puesto que "ayuda a desasociar la
imagen del fallecido durante sus últimos días (si fue a causa de una enfermedad)
o del shock que nos produjo la noticia de su muerte (si esta se produjo de forma
repentina)", indica Regader. En este sentido, añade el psicólogo, ha sido
importante el estudio de lo que sucede en torno a la muerte en otras culturas, en
las cuales esa pérdida no se vive igual que en la nuestra.

Katherine C. Nordal, directora ejecutiva de prácticas de la Asociación Psicológica


de Estados Unidos, enfatiza algunas acciones que pueden ser muy significativas
para rememorar y celebrar la vida de la persona que ya no está, desde colaborar
con una entidad benéfica de la que el difunto se sintiera cercano hasta enmarcar
fotos de momentos felices vividos juntos o plantar un árbol o un jardín en su
memoria.

5. Acudir a un psicólogo

Los especialistas de la CUN aseguran que "el apoyo más importante que una
persona recibe después de sufrir una pérdida proviene de amigos y familiares,
pero en caso de dificultades para superar la pérdida, puede ser útil el apoyo
terapéutico". En palabras de Regader, "la terapia psicológica ayuda a las
personas en proceso de duelo a reinterpretar sus emociones y
pensamientos, dándoles herramientas para afrontar la pérdida de un ser
querido".
Además, el apoyo terapéutico puede ayudar a afrontar situaciones como fechas y
situaciones especiales: la fecha del cumpleaños de la persona que ha fallecido, las
primeras Navidades sin ella, el aniversario de su muerte, etc. Son momentos que
pueden causar "nuevos tirones de dolor que sorprenden y desmoralizan", dicen los
expertos navarros, "por lo que conviene tenerlos en cuenta para adelantarse si
están por venir, adivinando o imaginando como se vivirán, o averiguar el impacto y
la estela que han dejado atrás si ya han ocurrido".

CONSEJOS PARA ACOMPAÑAR A QUIEN PASA UN DUELO

Existe otro punto de vista importante para esta clase de situaciones de dolor por
un ser querido: el de quienes acompañan a quien ha sufrido la pérdida. ¿Qué
consejos se pueden dar a quienes deben ser compañía y apoyo en momentos de
tanto pesar? El psicólogo Nicolás Moreno enumera una serie de recomendaciones
en ese sentido.

Es fundamental no tratar de reprimirla expresión de sentimientos por parte de


quien sufre, o pretender que esa persona asuma un papel determinado por
criterios que no sean los propios. Frases como "no pienses más en esto",
"tienes que ser fuerte" o "piensa en los demás" no solo son imposibles de
cumplir durante el duelo, sino que resultan contraproducentes. Tampoco
son apropiadas expresiones como "sé cómo se siente", pues cada duelo es
único y particular, o "el tiempo cura las heridas", ya que es una expresión
que carece de sentido para quien está sumido en la pena.

Lo que sí se aconseja es acompañar: tomar la iniciativa de llamar o visitar a


quien se encuentra mal. No decirle "llámame" o "ven a verme si necesitas
algo", pues quien está triste no suele tener ganas de llamar ni de visitar a
nadie. Por supuesto, tampoco es recomendable "salir huyendo ante la mínima
expresión de sentimientos dolorosos", señala Moreno. Como se ha indicado, una
de las claves para superar la pérdida es hablar de la muerte y de la persona que
ya no está. Son momentos duros, pero necesarios.

En el mismo sentido, otra de las recomendaciones fundamentales es "mantener


los oídos atentos para escuchar el dolor, la tristeza, la rabia, la frustración, la
soledad y todos los sentimientos que acompañan a la aflicción". Moreno enfatiza:
"Intente escuchar un 80 % y hablar un 20 %". Y también destaca que se debe
estar atento a cualquier señal que parezca anormal o distorsionada, que podría
ser síntoma de que el duelo esté derivando en un problema mayor. Tanto en ese
caso, como si el duelo se prolonga por demasiado tiempo, el apoyo terapéutico se
tornará imprescindible.
¿QUÉ ES EL DOLOR?

El dolor es la reacción que tenemos en respuesta a una muerte o pérdida. Este


dolor puede afectar nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu. Las personas
pueden transmitir o demostrar el dolor que les provoca una pérdida de varias
maneras:

Reacciones físicas: Pueden ser cambios en el apetito o el sueño, malestar


estomacal, opresión en el pecho, llanto, músculos tensos, problemas para
relajarse, poca energía, nerviosismo o problemas para concentrarse.

Pensamientos frecuentes: Pueden ser recuerdos felices de la persona que


falleció, preocupaciones o arrepentimientos, o pensamientos de cómo será la vida
sin esa persona.

Emociones fuertes: Por ejemplo: tristeza, enojo, culpa, desesperación, alivio,


amor o esperanza.

Reacciones espirituales: Una pérdida puede llevarnos a encontrar fuerza en la


fe, a cuestionar creencias religiosas o a descubrir significados y conexiones
espirituales. Cuando las personas tienen estas reacciones y emociones, se dice
que están atravesando un duelo.

El proceso de duelo

El dolor es una reacción ante la pérdida, pero también es parte del duelo, que es
el proceso de superar la pérdida de la persona que falleció. El duelo es un proceso
sano que busca reconfortarnos, hacer que aceptemos la pérdida y encontremos
formas de adaptarnos. Superar el gran dolor de una pérdida no significa que uno
se olvide de la persona que falleció. El duelo sano consiste en encontrar la forma
de recordar al ser querido y adaptarnos a nuestra vida sin su presencia. Las
personas suelen experimentar reacciones dolorosas como "olas" que van y
vienen. En ocasiones, cuando la pérdida es muy reciente, el dolor es muy
intenso. Pero algunas personas no sienten ese dolor de inmediato. Se
sienten paralizadas, en shock o niegan lo sucedido. Puede tomar tiempo
aceptar la realidad de que el ser querido se ha ido.

Ceremonias de duelo.

Las ceremonias, como los funerales y los homenajes, permiten a amigos y


familiares reunirse para apoyar y consolar a las personas más afectadas por la
pérdida. Estas actividades pueden ayudar a la gente a sobrellevar los primeros
días luego de la pérdida y a honrar la memoria de la persona que falleció. Las
personas pueden pasar un tiempo hablando y compartiendo recuerdos sobre el
ser querido. Esto puede continuar por algunos días o semanas luego de la
pérdida, mientras los amigos y familiares traen comida, envían cartas o
simplemente pasan a visitar. En muchas ocasiones, la gente expresa sus
emociones durante este período, por ejemplo, llorando. Pero algunas personas
pueden estar tan paralizadas o abrumadas por la muerte que no expresan sus
sentimientos de inmediato, aunque la pérdida sea muy dura. Hay quienes pueden
sonreír o hablar con otras personas en un funeral como si nada hubiera ocurrido,
pero sin embargo, están tristes. Estar con otros que también sufren la pérdida
puede ser reconfortante, al recordarnos que algunas cosas se mantendrán igual.

Cuando las ceremonias finalizan, algunos pueden pensar que el dolor debería
terminar también. Pero a menudo el duelo apenas está comenzando. Las
personas pueden retomar sus actividades normales, pero les resulta difícil
dedicarse con entusiasmo a las cuestiones cotidianas. Aunque es posible que no
hablen demasiado sobre la pérdida, el proceso de duelo continúa.

Sentirse mejor

Si alguien que conoces ha muerto, es normal tener sentimientos y preguntas


por un tiempo. También es normal comenzar a sentirse un poco mejor. Todo
depende de cómo la pérdida afecta tu vida. Está bien sentir dolor por algunos
días, semanas o incluso más tiempo. La intensidad del dolor que sientas puede
estar relacionada con lo repentino o esperado de la pérdida, o con cuán cercana
sentías a la persona que falleció. Cada persona y situación son diferentes.
Generalmente, uno se va sintiendo mejor en forma gradual. A veces, puedes sentir
que nunca te recuperarás. El proceso de duelo lleva tiempo y, algunas veces, el
dolor puede volverse más intenso que otras. A medida que pasa el tiempo, las
cosas que te recuerdan a la persona que falleció pueden hacer que se intensifique
tu dolor. En otras ocasiones, puedes sentir como que el dolor está por detrás de
tus actividades normales, y no constantemente en tu mente.

Hacer cosas que disfrutas o pasar tiempo con personas que te hacen bien puede
ayudar a que te sientas mejor. El duelo tiene su propio ritmo. Cada situación es
diferente. Cuánto dolor sientes o cuánto tiempo dura tu duelo no es un
parámetro que mida cuán importante fue para ti la persona que perdiste.

Ayudarse a uno mismo

Si estás atravesando el duelo, puede ayudarte expresar tus sentimientos y obtener


apoyo, cuidarte y encontrarle un significado a la experiencia.
Expresar tus sentimientos y encontrar apoyo

Tómate un momento para reflexionar sobre cómo te has sentido y cómo has
reaccionado. Intenta transmitirlo en palabras. Escribe sobre cómo te sientes y
sobre las formas en las que estás sobrellevando el dolor. Reflexiona sobre cómo
te sientes al pensar y escribir sobre tu experiencia. Piensa en alguien con quien
puedas compartir tus sentimientos, alguien que te escuchará y comprenderá.
Encuentra tiempo para hablar con esa persona sobre lo que estás atravesando y
sobre cómo te afecta la pérdida. Reflexiona sobre cómo te sientes luego de
compartir y conversar. Podemos aprender mucho de las personas en nuestras
vidas. Incluso cuando no tengas ganas de hablar, puede ayudar simplemente
estar con otras personas que también quisieron a la persona que falleció. Las
reuniones con la familia y amigos ayudan a las personas a sentirse menos solas
durante los primeros días y semanas de duelo. Estar con otras personas te ayuda,
y tu presencia y tus palabras también pueden servir de apoyo para los demás.

Encontrar un significado

Podemos aprender de las pérdidas y experiencias difíciles. Piensa qué has


descubierto de ti mismo, sobre los demás o sobre la vida como resultado de
experimentar esta pérdida. Para comenzar, puedes intentar escribir respuestas a
estas preguntas:

¿Qué significaba esta persona para ti? ¿Qué aprendiste de él o ella? ¿Qué
rescatas como positivo de esta experiencia difícil? ¿Qué has aprendido sobre ti,
sobre otras personas o sobre la vida? ¿Hay cosas que aprecies más ahora?
¿Quiénes son las personas que te han apoyado? ¿Eran las personas que
esperabas que lo hicieran? ¿Qué has aprendido de ellas? ¿En qué forma has
crecido o madurado en función de esta experiencia?

Cuidarse a uno mismo

La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuídate a ti mismo en


aspectos sencillos, pero importantes:

Duerme. Dormir es sanador tanto para el cuerpo como para la mente, pero el
dolor puede perturbar los patrones de sueño. Concéntrate en mantener hábitos de
sueño sanos, como ir a la cama en el mismo horario cada noche o establecer
rutinas nocturnas, como hacer yoga suave o ejercicios de respiración.

Haz ejercicio. El ejercicio puede ayudarte a levantar el ánimo. Puede ser difícil
tener motivación cuando uno siente dolor; modifica tu rutina diaria de ser
necesario. Incluso una caminata tranquila puede ayudar a restablecer tu punto de
vista sobre las cosas.
Come sano. Es probable que quieras saltar comidas o que no sientas apetito.
Pero tu cuerpo aún necesita nutrientes. Evita comer en exceso, llenarte de comida
chatarra o consumir alcohol para "calmar" tu dolor. El dolor es una emoción
normal. Puede ser de ayuda el saber que siempre recordarás a la persona que
perdiste, pero que, con el tiempo, podrás sentirte mejor.

DUELO EMOCIONAL. LA VIVENCIA DE LA PÉRDIDA

10 COSAS QUE HACER PARA SUPERAR LA TRISTEZA

(Tiempo de lectura: 6 minutos)


Tras acontecimientos trágicos, como un duelo emocional, pasados los días y
después de los primeros sentimientos de confusión, de miedo, de ira o de
frustración… una de las emociones que termina por instalarse en cualquiera de
nosotros es… la tristeza. Experimentar el duelo emocional, por la muerte de un ser
querido, una ruptura de pareja, un abandono o una partida no deseada… en
definitiva vivir la experiencia de una pérdida emocional, es sobretodo sentir de un
modo profundo la tristeza. Para manejar esta intensa y a veces desbordante
emoción, hay que reconocerla, comprenderla y aprender a conducirla.
¿Qué es una pérdida emocional? ¿Qué es el duelo emocional?

El duelo emocional es un proceso de adaptación que nos permite restablecer el


equilibrio personal que ha quedado alterado por una pérdida. Las consecuencias
emocionales están directamente relacionadas con la persona o personas que
hemos perdido y también con el modo en el que se ha producido la pérdida: el
tiempo de relación, la intensidad y las circunstancias de esa relación, lo imprevisto
de la pérdida… Pero siempre supone un gran dolor, tristeza, desestructuración y
desorganización.

A pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso necesario y


ayuda a adaptarse a la pérdida, prepara para vivir sin la presencia física de esa
persona o personas, y es fundamental, para conducir correctamente el vínculo
afectivo de forma que sea compatible con la realidad presente.
Su duración es muy variable, pero podemos considerar que los dos primeros años
suelen ser los más duros, de todas formas cada persona tiene su propio ritmo y
necesita un tiempo distinto para la adaptación a su nueva situación. Sobre todo no
hay que desalentarse, confía en que saldrás adelante.
Además de tristeza, ¿qué otras manifestaciones hay en una pérdida
emocional?

4 grupos de manifestaciones ante la pérdida: emociones, pensamientos,

sensaciones y conductas

Emociones

 Tristeza
 Enfado
 Culpa y auto-reproche
 Bloqueo
 Ansiedad
 Soledad
 Fatiga
 Rabia
 Impotencia
 Anhelo
 Emancipación
 Alivio
 Insensibilidad
 Confusión
 Miedo
 Vacío
Pensamientos

 Incredulidad
 Confusión
 Preocupación
 Alucinaciones breves y fugaces
 Sentido de presencia: percibir notar su presencia, oír su voz
 Sensación de irrealidad
Sensaciones físicas

 Opresión en el pecho
 Opresión en la garganta
 Hipersensibilidad al ruido
 Vértigos
 Nauseas
 Temblores
 Irregularidades ritmo cardiaco
 Falta de aire
 Debilidad muscular
 Falta de energía
 Sequedad de boca
 Vacío en el estómago
 Sensación de despersonalización
Conductas

 Soñar con la persona que hemos perdido


 Evitar recordatorios de la persona
 Suspirar
 Llorar
 Atesorar objetos que le pertenecían
 Buscar y llamar en voz alta
 Apatía, desgana
 Alteraciones en el sueño
LAS DISTINTAS PÉRDIDAS EMOCIONALES

Siempre asociamos duelo a la pérdida por la muerte de un ser querido; pero el


dolor, la tristeza y el resto de emociones, pueden ser de igual o mayor intensidad y
complejidad en otras formas de pérdida:
 Pérdida de la salud: enfermedades.
 Pérdida de la juventud: envejecer.
 Pérdida de la imagen física: engordar, adelgazar, desfiguración por accidente,
desfiguración por enfermedad o tratamientos.
 Pérdida de la fertilidad: imposibilidad para ser madre/padre de forma biológica,
abortos, etc.
 Pérdida de una estabilidad económica: pérdida de trabajo, disminución del nivel de
vida, aceptación de un cambio en el ritmo de vida por imposibilidad económica,
etc.
 Pérdida de un ser querido: fallecimiento, rupturas sentimentales, enfrentamientos
con amigos, etc.
Un elemento común en la pérdida emocional y el consiguiente proceso de duelo
emocional es que el desencadenante es un acontecimiento o situación que no
está bajo nuestro control, y que conlleva emociones como impotencia,
incredulidad, frustración, desesperanza, incertidumbre y por supuesto tristeza.

«¿Cura el tiempo la muerte de un ser querido?». Programa de Antonio Rial «Los


Secretos del Cerebro» de Radio 5 (RNE)
Hemos querido compartir el programa «¿Cura el tiempo la muerte de un ser
querido?», en el que Antonio Rial, explica de un modo brillante el proceso del
duelo ante una pérdida, y comparte con nosotros una interesante investigación
científica que arroja nuevos datos sobre este tema: «Científicos de la Universidad
de Yale han estudiado las fases psicológicas del duelo entrevistando a más de
200 viudos y viudas a los seis y once meses después de perder a sus parejas. El
sentimiento más intenso es el de aceptación, seguido por la añoranza. También es
frecuente desarrollar una depresión. Lo habitual es que a partir de los seis meses
se vaya aceptando el fallecimiento de la pareja y las emociones negativas bajen
de intensidad, aunque el cerebro tarda años en superar todas las secuelas.
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10 cosas que hacer para disminuir la tristeza y el sufrimiento ante la pérdida

ES IMPORTANTE DISMINUIR EL SUFRIMIENTO, pero… ¿nos hemos detenido a


pensar qué es este sufrimiento? El sufrimiento es como una balanza donde
apenas contamos con recursos para hacer frente a la amenaza que estamos
teniendo, en este caso la pérdida.
La balanza está desequilibrada, y es importante trabajar con nuestros recursos
personales y aprender otros nuevos, para equilibrarla y sentirnos mejor.
1. Busca el apoyo de familiares y amigos. Es importante saber que en ocasiones
preferimos estar solos o acompañados, va a depender del momento. Es normal
sentirnos confusos y no saber qué es lo que deseamos, ten paciencia, no te
culpes, ve a tu ritmo.
2. Intenta, siempre que sea posible, compartir tus malos momentos con personas
diferentes para que ninguna de ellas pueda sentirse desbordada.
3. Encuentra pequeños espacios de bienestar, es necesario darse permiso para vivir
y disfrutar con ello.
4. Es aconsejable permitirse estar en duelo emocional, pero a la vez es positivo
marcarse pequeñas obligaciones con la finalidad de no aislarse y recuperar
nuestra vida familiar, social, laboral y personal.
5. Intenta evitar tomar decisiones importantes de forma precipitada, en ocasiones la
emoción es la que intenta controlar esa decisión y no siempre es la acertada y la
más beneficiosa para nosotros.
6. En el caso que la pérdida sea una persona te puede ayudar expresar
emociones, pensamientos a través de un diario y/o cartas dirigidas a la persona
(cosas que no se dijeron, reconciliaciones, etc). Puede ser útil crear un “espacio
de recuerdos” (álbum, caja…) que te permita revivir momentos, situaciones
cuando lo consideres oportuno.
7. Es importante permitir que los recuerdos surjan y compartir los buenos y malos
momentos, no hay razón para ocultar el dolor o la alegría.
8. Cuidado con deshacerse de objetos o recuerdos precipitadamente, quizás la
impulsividad o la tristeza nos jueguen una mala pasada. Es bueno guardar cosas
como fotografías, cartas, objetos personales, quizás te sirva de ayuda
posteriormente.
9. Te sugiero ver de manera gradual los recuerdos que te resulten dolorosos, no
quieras correr ni exponerte en exceso. Poco a poco lo irás consiguiendo y el
sufrimiento irá disminuyendo.
10. Intenta cuidarte a ti mismo, a través de la alimentación, el ejercicio físico, el
descanso, la reducción de hábitos tóxicos. Te recomiendo frecuentar espacios al
aire libre y pasear.

Soy consciente de que los consejos que te acabo de proponer no son fáciles de
seguir. Pero no olvides que todos tenemos una capacidad de adaptación
inimaginable.
Te animo que cada vez que sientas dolor, esa tristeza tan intensa que puede
llegar a invadirte por dentro, intentes sustituirla por amor, amor hacia lo que
tuviste, amor por todos los buenos momentos vividos.
Como decía Hemingway: “Ahora no es momento de pensar en lo que no tienes.
Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay”.
Y recuerda… “Aunque todos debemos intentar encontrar sentido a nuestras
pérdidas y a la vida que llevamos después de sufrirlas, no hay ningún motivo para
que tengamos que hacerlo de manera heroica, sin el apoyo, los consejos y las
ayudas concretas de los demás” (Neimeyer)
Diez consejos para superar el duelo Silvia Catalán 10 septiembre, 2013 Consejos
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CONSEJOS PARA SUPERAR EL DUELO

El duelo es un proceso de adaptación a una nueva situación después de la


pérdida. Aunque tradicionalmente se ha entendido el duelo como el proceso de
tristeza asociado a la defunción de alguien cercano, hoy en día se sabe que todas
las situaciones que conllevan una pérdida llevan asociado un proceso de duelo:
que te despidan del trabajo, que te deje tu pareja, que tus hijos se vayan de casa-

Consejos para superar el duelo

Acepta el proceso de duelo: el duelo es un proceso necesario cuando sufrimos


una pérdida. Debes intentar superarlo poco a poco, pero mientras estés en el
proceso no te culpes por estar triste, decaído, o por no tener fuerzas.

Acepta tus sentimientos: no todo el mundo siente tristeza ante una pérdida.
Puede ser que te sientas enfadado, ansioso o que te parezca que no estás tan
triste como deberías. No hay un manual que explique cómo se vive el duelo.
Acepta los sentimientos que sobrevengan y no te juzgues.

Comunica lo que sientes: la pena compartida es menos. No sientas vergüenza o


miedo al qué dirán. Comunica lo que sientes, los pensamientos que te pasan por
la cabeza, con una persona de confianza que te pueda comprender y apoyar. En
caso de tener hijos, no les escondas tu dolor. Tengan la edad que tengan será un
buen aprendizaje emocional para ellos ver que su madre o su padre son capaces
de mostrar sus sentimientos sin temor ni vergüenza.

Llora: el llanto tiene un efecto analgésico que provoca esa sensación de liberación
que nos inunda después de derramar las lágrimas. No te impidas llorar, el llanto es
la expresión de la tristeza y reprimirlo sólo te provocará más ansiedad, tristeza e
irritabilidad.

Rodéate de gente: quizás no te apetezca ahora mismo, pero haz un esfuerzo e


intenta no estar solo mucho tiempo seguido. Explícales a tus amigos o familiares
cómo te sientes y pídeles que te hagan compañía en casa hasta que estés
preparado para empezar a salir de nuevo.

Evita sobreocuparte: una estrategia que lleva a cabo mucha gente en proceso de
duelo es intentar superarlo a través de múltiples actividades encadenadas. Sin
tiempo para pensar, reflexionar y aceptar los sentimientos, el proceso de duelo se
alargará mucho más y corre el riesgo de quedarse enquistado.

No te deshagas de los objetos que te recuerdan al motivo del duelo. Aunque


resulte una opción tentadora, si lo haces, además de estar huyendo del
problema, más adelante te arrepentirás. Esa persona y esos objetos son
parte de tu historia.

Cuídate: aunque no tengas ganas de hacerlo. Intenta mantener una rutina de


cuidados personales que incluyan la higiene tanto como la actividad física ligera.
No es necesario ir a un gimnasio, simplemente levántate y camina por casa, activa
tus músculos haz algunos pequeños ejercicios de estiramiento. No te olvides de
cuidar también tu alimentación, si estamos bien alimentados somos más capaces
de sobreponernos al dolor.

Tómate tu tiempo: no tengas prisa, no te presiones. No hay una fecha límite para
finalizar el duelo. Poco a poco te irás sintiendo mejor.

Busca un grupo de apoyo: los grupos de apoyo están normalmente formados


por personas que están pasando por diferentes situaciones de duelo. En ellos se
habla sobre los sentimientos y las emociones y permiten normalizarlos en un
contexto concreto..

SUPERAR UN DUELO POR PERDER A ALGUIEN QUERIDO: 7 CONSEJOS

POR ALBERTO RUBÍN MARTÍN

La muerte de un ser querido es la experiencia más dolorosa que le toca vivir a un


ser humano. Cuando fallece una persona conocida, sea un compañero o el
comerciante del barrio por ejemplo, sentimos mucha tristeza.Aunque al principio
es doloroso más difícil con el tiempo y siguiendo ciertas indicaciones se puede
superar y volver a sentirse feliz.

Depresión atípica

Cuando tenemos que enfrentar la muerte de un padre, de un hermano o de una


pareja, entonces el dolor puede hacerse insoportable. Pensar que exista alguna
estrategia que nos libre de ese dolor, sería muy ingenuo e irreal de nuestra parte.
Sin embargo, existen mecanismos, conductas y actividades que nos pueden
ayudar a transitar el duelo de una manera más “armoniosa”. Cada ser humano
vive la muerte de una manera distinta y reacciona de un modo diferente también.
Entre otras cosas, reaccionamos y sentimos como podemos, más que como
queremos. Así que lo primero es quitarte de la responsabilidad de tener que
responder de la misma manera o tener que estar bien dentro de determinado
período de tiempo.

Si bien no hay reglas, una persona que no puede retomar sus actividades
cotidianas pasado el año de la muerte de ese ser especial, no está pudiendo
sobrellevar la situación con naturalidad. En ese caso la ayuda psicológica se hace
necesaria, afirma la Asociación Americana de Psicología.

1 7 consejos para superar de forma sana un duelo

1.1 No te auto mediques o autoanalices


2 Las 5 etapas del duelo

2.1 Fase de shock 2.2 Fase de rebeldía 2.3 Fase de desorganización 2.4 Fase de
reorganización

7 consejos para superar de forma sana un duelo

El tiempo comienza a pasar y eso es inevitable. Debes tratar entonces de que ese
tiempo te ayude a integrar y aceptar tu dolor como algo realmente natural.

Deja que tu dolor sea libre

Muchas veces ya sea porque tu familia o amigos no quieren verte mal o porque la
sociedad no lo permite, sientes que debes superar tu dolor rápidamente. Pero esto
no es posible, el dolor de una muerte es muy grande y no debes ocultarlo o
engañarte pensando en que lo vas a superar enseguida. Tu vida cotidiana
cambiará y eso es natural. Si tienes ganas de llorar hazlo. No tienes por qué
esconder tu dolor.Lo que estás sintiendo es normal y como tal tienes que vivírlo.
Tampoco te dejes llevar por lo que otras personas opinen, tú eres quien está
procesando un duelo y debes hacerlo a tu manera.

Acepta la nueva situación

Es fácil decirlo pero no sentirlo. También un día nosotros nos iremos y quedarán
personas llorando por nosotros. Morir es parte del ciclo de la vida, y poco a poco,
con el tiempo, podrás aceptar la muerte de tu ser querido como algo natural.
Aceptar que la vida tiene etapas duras y etapas felices te ayudará a superar mejor
esta situación.

No te cierres a los demás

Cuando el dolor es muy grande, el mundo parece girar en torno a ese dolor y tal
vez creas que eres el único o la única que está sufriendo. Si bien cada integrante
de la familia sufre la muerte de un ser querido desde un lugar distinto, hay algo en
común: el dolor por la ausencia. Trata de abrirte y acercarte a las personas que
también están en proceso de duelo, como tú. Si crees que te hará bien hablar de
la muerte de esa persona entonces hazlo. Si sientes deseo de ver una pertenencia
de esa persona y alguien de tu familia tiene una, entonces aprovecha la ocasión.
Cuando la carga se comparte se hace más liviana. Sé paciente contigo mismo.
Muchas veces el peor enemigo al momento de superar una pérdida somos
nosotros mismos. Como parte de la no aceptación de lo que ha ocurrido, a veces
intentamos actuar como si nada hubiera pasado.
Pretendemos que toda nuestra rutina se encauce normalmente enseguida, pero
esto simplemente no es posible. Otra de las cosas que debemos aceptar, además
de la muerte del ser querido, es que esa pérdida ha cambiado nuestra vida. No
importa si sentirte mejor te toma 6, 8 o 12 meses. Lo importante es que llegues a
ese momento de una manera saludable, habiendo transitado todas las etapas
propias del duelo.

No tomes decisiones importantes

Después de una experiencia tan conmovedora ninguna persona tiene la claridad


de ideas suficiente como para evaluar y tomar decisiones importantes. A veces
pareciera que la vida cotidiana y el mundo que no para de girar no tiene tiempo
para esperarte, especialmente en asuntos económicos. Las cuentas para pagar
llegan, los compromisos económicos no se hacen esperar y no entienden de
duelos. No obstante, piensa que precisamente tomar una decisión económica
como vender una propiedad o contraer una deuda requiere de un gran análisis. Y
tú no estás en condiciones de hacerlo, no porque no seas capaz sino porque estás
en una etapa en la que tu prioridad debe ser volver a retomar una vida normal.

Date ciertas oportunidades

Quizás te han invitado a una fiesta y crees que no sería oportuno dado que estás
en duelo. Especialmente en otros tiempos, estaba mal visto que una persona
asistiera a un evento si hace poco había perdido a un ser querido. De hecho
cuando las mujeres enviudaban, “debían” vestir de negro. Si bien hoy continúa la
tradición, ya no es tan frecuente. Nada tiene de malo que uses un color bonito, de
esos que te transmiten alegría. Tampoco está mal asistir a una fiesta en la que
puedas conversar y distraerte. Eso no hará que tu dolor ni el recuerdo de persona
desaparezcan ni mucho menos. Pero es beneficioso que al menos por un rato,
puedas distraerte y pasar un rato ameno. No quiero decir que lo hagas al poco
tiempo, pero cuando haya pasado un tiempo prudente es importante que
comiences a socializar de nuevo.

No te automediques o autoanalices

Si sientes que necesitas ayuda, sea psicológica o farmacológica, no eres tú quien


debe decidirlo. Debes consultar con un profesional, y en el caso de que lo seas,
debes consultar a alguien más, alguien que pueda evaluar tu situación con
objetividad. Los medicamentos y en especial los psicofármacos tienen
contraindicaciones. Intentar “tapar” el dolor con un antidepresivo puede ser un
gran error. Sin embargo la depresión es uno de los trastornos que pueden ser
desencadenados por la pérdida de un ser querido.
Si así lo determina el especialista, quizás necesites que tomar antidepresivos.
Pero en cualquier caso eso es algo que tú no debes decidir. No hay fórmulas
mágicas ni profesionales que nos quiten el dolor instantáneamente. El verdadero
poder de salir adelante después de una muerte, está en nosotros mismos.
Realmente somos más fuertes de lo que creemos y nadie muere de tristeza. Es
posible crecer, enriquecerse y aprender a partir de ella. ¡Tú también puedes
lograrlo!

LAS 5 ETAPAS DEL DUELO

Cuando un ser querido ha fallecido, comienza un proceso, que según los estudios
científicos se compone de las siguientes fases:

Fase de shock

Se inicia con el primer instante en el que nos hemos enterado de la noticia. Frases
como “no lo puedo creer” o “esto no está sucediendo” son propias de esta etapa
que nos golpea. Cuando el ser humano se encuentra en estado de shock, puede
adoptar distintas conductas, desde quedar completamente paralizado hasta
desmayarse.

Fase de rebeldía

Una vez que ha pasado el shock y comienzas a tomar contacto con lo que ha
sucedido, es probable que surja un sentimiento de rebeldía y negación. Es difícil
de aceptar que eso tan doloroso e injusto esté pasando. ¿Por qué a mí? ¿Por qué
en este momento de mi vida?, podrían ser frases propias de esta etapa.
Sentimientos de injusticia, vulnerabilidad e inseguridad caracterizan esta fase.
También pueden aparecer ciertos trastornos de salud, como insomnio o falta de
apetito, entre otros.

Fase de desorganización

Todo parece estar dando vueltas y tal vez no puedas encontrar sentido y orden a
las cosas. Cada vez eres más consciente de que ese ser querido ya no está y
parece que todo es un caos. Cuando te despiertas o en los momentos de
inactividad piensas inmediatamente en la persona que ha fallecido.

Fase de reorganización

Después de sentirte desorientado/a y sin saber muy bien qué hacer, llega la calma
y el sosiego. Poco a poco comienzas a aceptar que esa persona no está y no
volverá. Tomas consciencia de que tu vida debe continuar y empiezas a
convencerte de que “no hay más remedio de seguir adelante”. Comienza la etapa
ascendente y de recuperación. El tiempo que dura cada fase es variable pero en
general llegado el año ya debiera estar comenzando la cuarta etapa. Aquí ya
habrás retomado con total normalidad tus actividades y ese dolor agudo que
sentiste al comienzo se transformará en tristeza. A medida que continúa
transcurriendo el tiempo comenzarás a recordar con alegría los momentos
compartidos con esa persona. Recuerda: el dolor o la tristeza tal vez nunca
desaparecerán totalmente, pero se transformarán y sentirás que puedes
convivir con esa pérdida de una forma natural.

Conclusión.

La mayoría de la gente no necesita ayuda para elaborar su duelo. El problema


viene cuando alguien no resuelve adecuadamente alguna de estas tareas y siente
que no consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera en ésta de manera
significativa. Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero
mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o
no resuelto, que podría definirse como “la intensificación del duelo al nivel en que
la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece
inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su
resolución”. ¿Cuántas personas hay por el mundo viviendo un duelo como parte
de su vida? Parece que se quedan atrapadas en la tristeza y el dolor por la
pérdida de un ser querido. En vez de continuar con su vida y avanzar, se quedan
en el funeral, en la pérdida y en el sufrimiento.

Gran parte del problema de tantas personas frente a la muerte es la cultura que
tenemos con respecto a ella. El problema del dolor lo adornamos con ceremonias,
tradiciones, velas, lutos, rezos, tristezas, etc. y finalmente es como un soporte
social para el dolido. Esto momentáneamente ayuda a sobrellevar el dolor. En
nuestra cultura, el luto se lleva de una forma muy individual. Cada persona decide
(inconscientemente) cuanto tiempo guardará luto. Y este luto tiene que ver con su
capacidad de asimilación del hecho que un ser querido se ha ido para siempre.
Cuando la etapa de duelo se extiende demasiado (un año o más), empieza el
riesgo de vivir una pena patológica que provoca un desorden en las emociones y
por lo tanto un cambio muy marcado en la personalidad.

DUELO Y TRATAMIENTO PSICOLÓGICO

Existen muchas estrategias de tratamiento, cada una de ellas va a estar dirigida a


ir haciendo conscientes las diferentes etapas del duelo hasta llegar a la aceptación
del acontecimiento, en las cuales se manejan las emociones y los apegos del
paciente.
No todo proceso de duelo implica la indicación de una terapia. Se puede ayudar a
los familiares o allegados recomendándole un tratamiento si se observa que el
duelo que atraviesa no es "normal" y que presenta reacciones marcadamente
divergentes a la pérdida (por ejemplo en presencia de conductas o intentos de
suicidio).

Especialistas consideran que no es recomendable que se le receten a la persona,


solamente, somníferos o sedantes para inducir el sueño, debido a que es
necesario que la persona viva el duelo para poder superarlo positivamente de una
terapia convencional, el terapeuta trabajará intentando animar a la persona que
sufre el duelo a que exprese sus sentimientos de pérdida y los sentimientos hacia
la persona fallecida. Es muy importante que se le proporcione apoyo emocional a
la persona, tanto de parte del terapeuta como de la familia extensa y amigos.

Los tipos de tratamiento recomendados para estos pacientes pueden ser tanto
individuales como grupales y grupos de autoayuda.

La terapia grupal permitirá:

Disminuir la ansiedad, la depresión y el dolor físico.

Mejorar la adaptación al medio.

Aumentar la autoestima.

Estimular la esperanza.

Aumentar la autoeficacia.

Una visión diferente y positiva de la realidad.

Descubrir nuevos recursos para enfrentarse a este problema.

Enfrentar el duelo, pero en compañía de otros, de los cuales se recibirá apoyo.

Identificarse con otras personas que atraviesan por problemáticas similares.

Estar acompañado y no sentir soledad.


Reforzar la capacidad de manejo y resolución de los problemas.

Algunas Técnicas sugeridas:

Psicoterapia Breve, intensiva y de Urgencia (PBIU) Terapia breve centrada en


soluciones (TBCS) Terapia Cognitivo Conductual (TCC) como muchas mas en
régimen psicoanalítico, Gestal y conductual.

Terapia Programación Neurolingüística (PNL)

Es importante darnos cuenta que cuando revivimos un recuerdo, hacemos eso


justamente, lo "revivimos", volvemos a vivir las mismas emociones con la misma
intensidad que la primera vez. Sin embargo ante un fallecimiento el evento sucedió
una sola vez y nosotros al repetirlo mentalmente lo vivimos muchas veces y si no
logramos cerrar el ciclo nos lastimamos por más tiempo del necesario. Si de todas
maneras vamos a recordar, mejor recordemos eventos felices que eventos tristes.
El proceso que se lleva a cabo es dirigir la mente hacia qué tipo de recuerdos que
son favorables para que sean recurrentes y qué tipo de recuerdos son dañinos
para que se queden en la distancia. El PNL nos dice que el problema no está en el
hecho en sí, sino en la forma que codificamos mentalmente el mismo. El descubrir
la manera en que lo hacemos nos puede dar la pauta para superar el duelo.

Algunas Técnicas Conductuales:

Su objetivo básico consiste en reducir la tendencia del sujeto a la evitación de


recuerdos dolorosos (eventos, pensamientos, sentimientos, etc.) y situaciones
ansiógenas externas; para que así el sujeto pueda habituarse a ellos, o
"procesarlos" (elaborarlos).

1. PROGRAMACIÓN DE ACTIVIDADES DE DOMINIO-AGRADO: Por ejemplo


remplazar las visitas al cementerio por actividades potencialmente agradables.
2. EXPOSICIÓN SIMBÓLICA: Por ejemplo ordenar una habitación como si el
paciente viviera los momentos previos a su propia muerte; o imaginarse rodeado
de los seres queridos, despidiéndose de cada uno de ellos antes de morir.

3. EXPOSICIÓN Y PREVENCIÓN DE REPUESTAS DE EVITACIÓN: Consiste en


verbalizar los recuerdos vivenciales en relación al difunto sin evitar tal tarea. En
cierto modo la "asociación libre" aplicada a esta tarea tendría la misma función.

4. LA AMPLIFICACIÓN DE SENTIMIENTOS: Consiste en la expresión de


sentimientos positivos o negativos hacia la persona desaparecida, de forma más o
menos dramatizada.

5. JUEGO DE ROLES: Psicodramatizar o representar escenas relevantes, y a


menudo conflictivas, respecto a la relación con el difunto, de modo que se puedan
experimentar cogniciones y emociones relevante y que han sido evitadas. Se
puede emplear el procedimiento de la "silla vacía" de la Gestalt.

Técnicas sugeridas para la rabia y la tristeza.

La ira y la tristeza en un principio son emociones funcionales, pero que pueden


acabar siendo disfuncionales. Esto dependerá de muchos factores intrínsecos de
cada persona.

Ante la rabia y la tristeza ¿que se puede hacer? ¿qué depende de uno y que
queda fuera de control? Hay que darse cuenta de que aunque hay mucho que no
depende de uno, si hay otras cosas que depende de mi, en las que puedo influir y
modificar en mayor o menor grado mis pensamientos, emociones y sentimientos al
respecto.

Las siguientes técnicas son para uso individual pero también se pueden utilizar
grupalmente. Son útiles tanto a nivel del duelo normal como del patológico.

EJERCICIO 1: El control del pensamiento.

El terapeuta representará y expondrá los pensamientos positivos, para más


adelante hacerlo el paciente. También es útil que el paciente ponga por escrito sus
pensamientos negativos y positivos dialogando consigo mismo (técnica tradicional
simplificada a pensamiento original -negativo- y nuevo pensamiento positivo).

EJERCICIO 2: Fantasía guiada: el modelo ideal

Cierra los ojos, adopta una postura cómoda y dirige tu atención a la respiración.
Ahora imagínate a alguien a quien te gustaría parecerte en su manera de tomarse
las cosas, en su manera de reaccionar emocionalmente. Imagina a esa persona
nítidamente, su vestimenta, su manera de andar, el tono de su voz, etc. Imagina
que esa persona vive un grave acontecimiento: la pérdida de un ser querido o el
anuncio de su propia muerte. Observa como reacciona esa persona cuando recibe
la noticia, imagina lo que piensa, lo que siente, lo que dice, lo que expresa, cómo
decide afrontar la situación. Ahora imagina que tu estás dentro de la piel de esa
persona, tu eres y reaccionas como esa persona aunque mantienes tu identidad...
y recibes la noticia, date cuenta de cómo te mueves cómo respondes, date cuenta
de la diferencia entre cómo reaccionas ahora y cómo reaccionas habitualmente.

Despídete de la fantasía ahora y vuelve a llevar la atención a tu respiración... y


termina.

EJERCICIO 3: Diario de lo que va bien

Anota cada día por escrito 3 cosas que hayan ido bien durante el día y por qué
han ido bien durante un mínimo de 2-3 semanas (aunque se pueda alargar a toda
la vida como diario personal). Con este ejercicio aprendes a dirigir la atención a los
aspectos positivos de tu vida.

EJERCICO 4: Fantasía guiada sobre el perdón


Se comienza realizando una relajación. Tómate tiempo para entrar en contacto
contigo mismo. Ve centrando la atención en los movimientos de tu corazón.
Percibe sus latidos y su calor.

Hazte estas preguntas "¿Qué representa el perdón para mí? ¿Qué nueva calidad
de vida podría proporcionarme?".

Recuerda una experiencia positiva en la que tú hayas sido perdonado. Tómate


tiempo para saborear la alegría de ese perdón.

Ahora deja aflorar el recuerdo de la persona con la que está resentido. Mírala.
Óyela. Deja que se aproxime esa persona que habías expulsado de tu corazón.

Deja emerger las emociones y sentimientos que te animan. Tómate tiempo para
identificarlos y aceptarlos.

Si tus emociones son demasiado fuertes, no sigas, tómae tiempo para digerirlas y
asimilarlas y poder continuar.

Si te sientes bien, sigue dejando aproximarse a la persona que quieres perdonar.

Cuando te sientas preparado, déjala entrar en tu corazón. Susúrrale: "Te


perdono". Dirígete a su corazón y con tus palabras y a tu manera dile algo así
como "Te perdono todo lo que me has hecho en el pasado y lo que me ha hecho
daño o me ha perjudicado: tus palabras, tus gestos o incluso tus pensamientos. Te
perdono; te perdono..."

Toma consciencia de hasta qué punto esa persona está sufriendo y se siente
asustada y herida.

Descubre como para ti la ofensa ha concluido, ha quedado zanjada, que ya no


influye en ti.

Luego déjale marcharse como una persona liberada, transformada, rejuvenecida


por tu perdón. Déjale seguir su camino, deseándole la mayor felicidad posible.

Agradece a la vida que te haya concedido esa gracia de poder perdonar.

IMPORTANTE: este ejercicio se debe realizar después de que la persona haya


podido expresar completamente sus sentimientos negativos hacia la persona con
la que está resentido (en role-playing o en imaginación).

Este ejercicio es aplicable a situaciones donde no es una persona sino Dios, o la


Vida o la Sociedad con al que uno está resentido.
EJERCICIO 5: Manejo del resentimiento y perdón.

1. Siéntate en una silla cómoda con los pies en el suelo y cierra los ojos.

2. Lleva la atención a la respiración.

3. Haz una clara representación en tu mente de la persona hacia la que sientes


resentimiento.

4. Imagina que a esa persona le ocurren cosas buenas: recibe amor, cuidados,
dinero, etc.

5. Percibe tus propias reacciones.

6. Imagina la situación desde el punto de vista de la otra persona.

7. Se consciente de que estás menos resentido. Mentalízate para llevar esta


nueva forma de pensar.

8. Abre los ojos y continúa con tus actividades cotidianas.

EJERCICIO 6: Curación al redactar un diario sobre el trauma emocional

Se puede aprender a gestionar la ira y la tristeza, como otras emociones, por


medio de la redacción de un diario personal donde se puedan expresar las
emociones más destructivas e íntimas. Y si se comparte con el terapeuta, todavía
mejor. Pero para ser más efectivo es bueno seguir las siguientes normas:

1. Céntrate en esa pérdida que constituye tu experiencia traumática.

2. Escribe sobre aquellos aspectos que has comentado menos o que imaginabas
que no comentarías a nadie.

3. A la vez que narras los hechos transcribe tu reacción a ellos: tus sentimientos y
pensamientos.

4. No te preocupes por la gramática ni la ortografía.


5. Escribe un mínimo de 15 minutos, al menos durante 4 días. Si te quedas
bloqueado escribe sobre el bloqueo mismo.

6. Programa una actividad transitoria después de la escritura, antes de volver a la


"vida normal".

EJERCICIO 7: La escalada del síntoma o problema

Se trata de aprender a aumentar y disminuir mi rabia y mi tristeza, y observar qué


pensamientos o imágenes la aumentan y la disminuyen. Los pasos son:

1. Prescripción y escala del síntoma. En una escala de 1 a 100 donde 100 es lo


peor ¿qué número expresa el grado en el cual tú estás experimentando ese
problema en este momento?

2. Prescripción del problema. Permite que el problema empeore. ¿En qué grado
empeora? Ahora permite que el problema mejore. ¿En qué grado mejora?

3. Toma consciencia de lo que haces para mejorar y aplícalo en tu vida cotidiana.

EJERCICIO 8: La despedida

1. Aceptación de los hechos. Reconocer que no se puede estar en otro entorno (el
que se tenía).

2. Expresar sentimientos pendientes. Se le pide a la persona que dibuje la


situación o persona añorada, o la visualice en la memoria tal y como era en el
momento en el que se apartó, y que coloque este recuerdo/imagen/dibujo en un
lugar concreto de la habitación. Se le pide que se dirija a él como si se tratase de
un interlocutor real y rememorando lo que sucedía interiormente en el momento de
la partida, le exprese tanto el agradecimiento por los buenos ratos y los beneficios
que ha obtenido de él, como el resentimiento por los malos ratos, el miedo por
tener que afrontar los cambios derivados de su partida, la pena por marchar o
cualquier otro contenido emocional, siempre relatado en tiempo presente.
Después el sujeto se coloca en el espacio físico donde había situado al ser
desaparecido y asume su identidad. Y le/se responderá a lo que antes le había
expresado. El sujeto podrá intercalar varias veces esos roles hasta que pueda
experimentar una clarificación de sus sentimientos y emociones con respecto a la
marcha. Y acaba estos diálogos diciendo adiós a la persona o situación, lugar de
trabajo, país, etc.

3. Revivir el alejamiento. Se trata de recordar como tuvo lugar su despedida real


en el pasado y revivirla como si tuviera lugar en el presente. El terapeuta insistirá
para que en la fantasía vea alejarse a la persona de la que se despide, mientras
se repite la palabra "adiós" hasta que desaparezca de vista.

4. Fijación de un tiempo de luto. La persona puede desear concederse un tiempo


de duelo para digerir la pena. En la mayoría de los casos suele suceder que tras la
despedida del punto anterior, la persona ya esté lista para el presente y rechace
cualquier tiempo de luto. En otros casos, sin embargo, prefiere darse una hora, o
un mes o cualquier otro tiempo, para llorar internamente la pérdida.

5. Recibir el presente. Una vez pasado el tiempo de luto, el terapeuta ayudará a la


persona a centrarse en el presente y acogerlo, aceptar la vida con las nuevas
limitaciones, pero con posibilidades de ser razonablemente feliz.

El Protocolo de EMDR para duelos complicados (proceso del duelo y de morir).

La muerte de un ser querido puede considerarse un acontecimiento traumático.


La intensidad emocional del momento donde se conoce la muerte excluye el
procesamiento efectivo de la información. El duelo complicado se desarrolla
cuando los componentes individuales son tan dolorosos que se desarrolla
demasiada hipersensibilidad cada vez que se reactiva un fragmento de recuerdo y
no se logra la integración. Esta falta de foco (atención) impide el procesamiento,
por ejemplo, el recuerdo de los detalles sobre la pérdida desvían la atención sobre
la misma pérdida, o el procesamiento de los detalles de la muerte, puede ser
desviado por pensamientos sobre cómo va a ser la vida sin esa persona.

El EMDR puede ser usado como método tanto en duelos normales como en
duelos complicados, acelerando el proceso, facilitando el procesamiento de los
elementos traumáticos del duelo y favoreciendo la reanudación de actividades.

Se presenta un protocolo específico para duelos complicados. Parte de la


conceptualización de la evolución del duelo en tres etapas:
1. Tratar la muerte en si misma (los detalles de lo que ocurrió realmente).

2. Aceptación de la muerte.

3. Integrar la ausencia de esa persona dentro de la visión del futuro.

Este tratamiento consta de 3 sesiones de tratamientos basadas sobre cada una de


las etapas:

1. El procesamiento de la muerte real es la más sencilla de las etapas. El objetivo


de esta etapa es facilitar el darse cuenta de que realmente no importa cómo la
persona murió, ya sea durmiendo, de accidente o de cáncer, lo que importa es que
se ha ido. Las circunstancias alrededor de la muerte resultan menos importantes y
ahora la atención de la persona debe dirigirse hacia la etapa más difícil, la
aceptación. El procesamiento de los detalles de la muerte sigue el protocolo
estándar de EMDR para TRAUMA.

Usualmente hay una creencia que puede ser re estructurada con EMDR.
Normalmente relacionada con sentimientos de culpa del tipo "Debí haber hecho
más", o "No tuve la oportunidad de decirle adiós ese día". Hay que identificar esas
creencias a la hora de realizar el protocolo, sin luchar para que el paciente las
cambie. Solo tomar nota y seguir. Re orienta al paciente hacia el procesamiento
del canal de "la lucha con la muerte", preguntando cuando piensas en la escena
original, ¿cómo te sientes? y sigue desde ahí manejando las circunstancias
alrededor del trauma. Trata de llegar a un cierre del tema en esta primera sesión,
aunque ambos saben que se necesita trabajar más. Si tiene una buena semana y
se le reactivan los recuerdos 1 o 2 días antes de la segunda sesión una vez
transcurrida 1 semana, es una buena señal, ya que el paciente entiende que el
EMDR es efectivo y trae nuevo material justo antes dela sesión.

2. La aceptación es el objetivo terapéutico y personal más difícil de lograr. Suele


tomar la segunda sesión por completo, la cual puede durar 90 minutos. La
verdadera aceptación es definitiva. Este es el reconocimiento de que la persona
que se ha ido nunca va a volver. Por tanto, la aceptación supone la rendición de
las fantasías de consuelo en relación a la muerte. El conflicto que se suele
presentar en la persona en duelo es su sensación de que abandonar el dolor de la
pérdida le supone el olvido de su ser querido, lo cual le parece inaceptable. El
EMDR le ayuda a diferenciar entre los dos. Los buenos recuerdos se fortalecen y
al coger confianza, de que lo bueno no se va a perder, puede procesar mejor los
recuerdos dolorosos. Esto es lo racional contenido en la pregunta: "¿Qué necesita
retener y qué necesita deja ir?".

3. Habitualmente la instalación del modelo a futuro se da naturalmente, una vez


que la aceptación ha sido lograda. Las preguntas abiertas finales, tales como
"¿Cómo ve las cosas ahora?" o "¿Cómo piensa que serán las cosas de ahora en
adelante?" son suficientes para seguir el procesamiento. Cuando hay tiempo en la
3ª sesión se puede volver al trauma para buscar material no procesado: "Si tuviera
que decir una cosa que aún le perturba sobre lo que pasó, ¿cuál sería?". Cuando
no aparezca nada más, pídale a la persona que cierre los ojos y vuelva a través de
toda la experiencia para notar si algo le perturba todavía un poco, y entonces
procéselo.

Espero que estos modelos de intervención puedan ayudarlos, pueden mandarme


algunas sugerencias y así poder agregar mas herramientas para ayudar aquellas
personas que están sufriendo...

Publicado 6th June 2012 por Psicoalex

Terapia en duelo: una perspectiva integradora Siquia 30 septiembre, 2015


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terapia duelo siquiaEn la actualidad, los profesionales de la psicología convivimos


con múltiples modelos teóricos que guían nuestra manera de trabajar. Sistémica,
cognitiva-conductual, constructivista, Gestalt y psicoanalítica son algunas de las
corrientes terapéuticas más conocidas pero, ¿debemos siempre optar por una
sola?

Existen estudios científicos que muestran que algunos modelos son más eficaces
para algunos trastornos concretos, por ejemplo, la cognitivo-conductual para las
fobias y depresión o el psicoanálisis para el histrionismo. No obstante, existen un
tipo de casos que hace que pongamos en duda el hecho de tener que escoger una
única vía: el proceso de duelo.

El duelo es un proceso dinámico, cambiante, pasa por diferentes etapas


completamente dispares con necesidades dispares, de manera que resulta
complicado concebir un buen trabajo terapéutico desde un único paradigma, sea
el que sea. ¿Cómo podemos trabajar una etapa cuyos objetivos requieran
expresión emocional con técnicas conductuales? ¿Y cómo podemos trabajar una
etapa cuyas dificultades están relacionadas con conductas de adaptación al
cambio surgido con técnicas Gestálticas? Es por ello que parece lógico plantearse
la importancia de trabajar desde una terapia integradora, con el objetivo de poder
adaptarnos a las necesidades de cada caso y de cada momento en este proceso
tan dinámico.

Tareas del duelo de Worden

Las famosas fases o etapas del duelo son conocidas por muchos, pero Worden
plantea un punto de vista distinto que nos sirve de gran ayuda a los profesionales
de la psicoterapia. Worden describe este proceso en tareas y no en etapas, tareas
que nos indican qué aspectos debemos trabajar en cada momento y qué objetivos
terapéuticos debemos plantearnos.

Las tareas del duelo de Worden

1. Aceptar la realidad de la pérdida

2. Expresar y trabajar las emociones (tristeza, rabia y culpa)

3. Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente

4. Recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo

(Worden, 1997)
¿Es necesaria la ayuda profesional en casos de duelo?

Worden define el proceso de duelo como una respuesta emocional normal y


adaptativa asociada a una pérdida, una experiencia universal que todos hemos
vivido o vamos a vivir. El duelo es un proceso dinámico y multidimensional que
evoluciona a través del tiempo a pesar de que en el momento del dolor emocional
el doliente tiene la impresión de que el mundo se paraliza.

No todas las personas que sufren una pérdida necesitan ayuda psicológica
especializada para recuperarse. Sin embargo, algunas personas afectadas viven
este proceso de una manera mucho más compleja, pues no son capaces de
reorganizar su vida a pesar del tiempo transcurrido, ni de sobreponerse al intenso
dolor, corriendo el riesgo de derivar a problemas de salud, somatizaciones,
depresión, ansiedad, etc.

Si tras una pérdida sientes que aquellos síntomas de malestar psicológico


perduran en tu día a día y que están incapacitando o dificultando para la vida,
trabajo y/o las relaciones es señal de que necesitas ayuda de un profesional.

Abordaje terapéutico en duelo ¿Qué tipo de técnicas podemos utilizar?

No debemos olvidar que el duelo es un proceso adaptativo del ser humano, no se


trata de una patología en sí misma. Por lo tanto, intervenir en un proceso de duelo
puede ser algo de carácter más bien preventivo, no un tratamiento como tal. A
continuación se exponen qué tipo de técnicas pueden sernos de utilidad para este
tipo de casos y en qué momentos del proceso de duelo nos pueden servir.

Técnicas cognitivo-conductuales

El objetivo de las técnicas cognitivo-conductuales será explorar las creencias de


la persona en el duelo y valorar hasta qué punto son razonables, así como
propiciar la puesta en marcha de conductas más agradables y adaptativas. Es
habitual que los dolientes manifiesten su sentimiento de caos interno, esto ocurre
porque su sistema de creencias se desmorona ya que el medio en el que han
vivido hasta el momento cambia súbitamente. Por este motivo, las técnicas
cognitivo-conductuales son las idóneas para trabajar la racionalidad de las
creencias del doliente en cualquiera de las etapas del proceso.

EMDR

El EMDR ha sido comprendida por clínicos y pacientes como una potente


herramienta para el procesamiento de recuerdos traumáticos, pero utilizada sólo
cuando el paciente se encuentra de alguna manera estabilizado (Shapiro,
1997).Es decir, a pesar de que su indicación es para la tarea 1 del duelo (también
se podría practicar al inicio de la tarea 2), no se recomienda utilizarla en
momentos de crisis o emergencias. Esta técnica creada por Francine Shapiro en
1995, considera que la estimulación de ambos hemisferios cerebrales
(estimulación de atención dual) produce que la situación almacenada en la
memoria emocional pase a la memoria narrativa, reprocesando así la carga que
ésta lleva en cuanto a emociones, creencias, respuestas físicas, etc. Consiste en
aplicar una estimulación (auditiva, visual o táctil) en ambos lados de la
persona (alternando el lado izquierdo con el derecho). Los elementos
implicados en la elaboración de la técnica son la imagen del recuerdo
perturbador, la cognición negativa sobre el mismo, una cognición positiva
deseada y la sensación física emergente del recuerdo. En los casos de duelo,
esto se suele trabajar con las imágenes del momento de la noticia, el velatorio, el
recuerdo intrusivo del ser querido en mal estado u otras imágenes perturbadoras.

Técnicas Gestálticas

En la fase II, cuya tarea principal es sentir, la aplicación de técnicas Gestálticas


resulta imprescindible. Uno de los principios más característicos de la terapia
Gestalt es que si juzgamos las emociones, la reprimimos o las negamos sólo se
consigue enquistarlas en nuestro cuerpo y somatizarla en forma de dolor físico. Si
sólo se explica la emoción, sin dejar un espacio para sentirla sólo se consigue
perpetuarla. Una vez se posee consciencia de la emoción, lo importante es
darle un espacio, permitir su expresión sin juzgarla (Brownell, 2010). Estas
técnicas ofrecen los recursos necesarios para darle al paciente una oportunidad
de expresión y canalización emocional, por lo tanto, son técnicas idóneas para
trabajar la tarea 2 descrita por Worden.

Técnicas constructivistas
La intervención desde una óptica constructivista, como su propio nombre indica,
trata de reconstruir el significado que la pérdida supone. Las personas suelen
acudir a consulta con la expectativa de volver a reconstruir el mundo tal y como
era antes de la pérdida, pero debemos hacerles comprender que eso no es
posible. Nuestro trabajo consistirá en propiciar un proceso de reconstrucción del
significado de la pérdida que se irá haciendo a partir de negociaciones con uno
mismo y con el medio al que pertenece. Estas técnicas son las recomendadas
para las tareas 2, 3 y 4 del duelo.

J. Montoya Carraquilla dijo “En ninguna otra situación como en el duelo, el dolor
producido es TOTAL: es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la
personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el
dolor de otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el
pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida, en su conjunto,
duele”. Por lo tanto, me pregunto ¿cómo podríamos abordar algo tan
multidimensional desde una sola perspectiva?

ÓMO TRABAJAR EL DUELO EN NIÑOS? ACTIVIDADES Y DINÁMICAS

Para los niños la muerte es algo que no logran entender y por ello necesitan más
tiempo, a la vez que atención cuando se trata de explicarles lo que significa la
muerte de un familiar. Usualmente, los niños manifiestan temor a lo desconocido.
Para ellos, la muerte es una experiencia de este tipo. Los pequeños se muestran
confundidos y asustados. Reaccionan de manera distinta a los adultos cuando
sucede la muerte de una persona cercana a la familia.

En comparación, los adultos que ya tienen una noción más completa de lo que es
la muerte, poseen la fuerza y la integridad psicológica necesaria para superar
esta situación. Entienden que las emociones que están experimentando como la
tristeza, enojo y confusión son parte del proceso ante la pérdida de un ser querido.
Con el pasar del tiempo; las personas aprenden y desarrollan herramientas
psicológicas que les dan el empuje necesario para superar estos eventos trágicos.
Los niños, desde temprana edad, buscan auxilio y consuelo en los adultos a
quienes tienen confianza como sus progenitores o familiares cercanos a ellos. Por
ello, ante un duelo familiar buscarán acobijo en las personas que les pueden
proporcionar seguridad además de consuelo. Si bien los adultos no pueden tener
respuestas a todas las preguntas que los niños pueden tener sobre la muerte,
pueden ayudar a los niños a comprender mejor de que trata esta situación.

El duelo es un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas y de


comportamiento que son la consecuencia de una muerte de un ser querido. La
respuesta por parte de un niño ante esta situación puede variar en cada caso;
aunque usualmente se presentan episodios de ansiedad, dificultad para dormir,
pérdida de apetito, confusión, mantenerse callados, dolores de cabeza, malestar
estomacal e inclusive pesadillas. Estos síntomas están relacionados con los
eventos postraumáticos que también pueden presentar personas de mayor edad.

Promover que un niño participe en los eventos funerarios, puede ayudarles a


organizar y enfocar su reacción ya que es algo que ha ocurrido sorpresivamente y
en poco tiempo. Este tipo de ceremonias son parte de un proceso curativo que
crea en la persona una sensación de control; e inclusive de esperanza en cuanto a
que podrá estar mejor en un futuro cercano. Dependiendo de la edad del niño se
le permitirá tener mayor o menor participación en el evento, lo importante es
permitirle que se pueda despedir de la persona fallecida para que pueda estar en
un estado psicológico más tranquilo.

duelo en niños psicologia

Cómo trabajar el duelo en los niños

Los niños pueden reaccionar de distintas formas las cuales pueden tomar por
sorpresa a los adultos. En el proceso de recuperación es necesario que no sólo
los padres y hermanos estén en contacto con el niño; sino que también sus
maestros, tutores o amigos de confianza participen durante el proceso. Los niños
son muy perceptivos y no es aconsejable tratar de ocultarles o evitar brindarles
información relacionada a lo que esté sucediendo.
La ayuda que se les debe de proporcionar debe ayudar a procesar el evento; así
como a sobrellevar la pérdida. Esto es especialmente importante cuando la muerte
ocurre por causas traumáticas como un accidente, un disparo o cualquier
desgracia.

Los psicólogos infantiles concuerdan en que las primeras horas tras lo sucedido, el
periodo post traumático es un momento muy delicado y sensible para los más
pequeños y es cuando hay que prestarles mayor atención y consuelo. Por su
naturaleza curiosa, empezaran a realizar preguntas a las que esperan respuestas
sencillas y que no les cause dudas o miedo de lo que sucede. La primera fase es
la reacción del miedo y la segunda es la tristeza.

Se sabe que psicológicamente para los niños es más difícil la recuperación


después de un evento traumático. Es importante que el entorno del niño mantenga
un comportamiento que les impida reaccionar de una manera contraproducente,
dependiendo de lo que observen por parte de los adultos; los niños modelaran su
estado emocional y su comportamiento. Como es sabido, los niños analizan y
copian lo que observan de los adultos.

Se puede demostrar hasta cierto punto la tristeza y el enfado, pero no hay que se
reserva estas emociones para no perjudicar a los más pequeños. No se
recomienda evitar o terminar de una manera tajante los hábitos, rituales o
comportamientos habituales de prueba del entorno familiar, lo que en parte ayuda
a sobrevivir al duelo es la prevalencia de los recuerdos conectados a la persona
que ha fallecido.

Antes de dialogar con el niño, para hablar sobre el tema, se recomienda empezar
transmitiéndole sus sentimientos y pensamientos para que se sienta en confianza
para también compartir los suyos. Hay que dejarle hablar cuando lo solicite y
emplee un lenguaje sencillo adecuado para su edad. Explíquele que ha sucedido
detallando el por qué, manifiéstele que es normal y que a futuro las cosas estarán
mejor. Los niños necesitan percibir confianza y que no tienen por qué sentir miedo.

Es importante no obligarle a que se comunique, lo mejor es esperar hasta cuándo


quieran acercarse. Ellos no pueden procesar información abstracta o compleja;
por lo cual al tratar de explicar de qué se trata la muerte hay que emplear un
lenguaje simple y directo. La iniciativa no la tendrá el adulto, tampoco es
recomendable dejar pasar mucho tiempo desde que ocurrió la muerte ya que el
pequeño puede desarrollar las características de un trauma que será difícil de
tratar después.

No trate de responder a todas sus preguntas de manera inmediata, eventualmente


con el paso del tiempo la madurez mental y la experiencia de vida les ayudará a
entender mejor este evento natural. El niño experimentará y procesará los detalles
relacionados a este evento durante un largo proceso de años, con la compañía de
familiares y amigos lo cual al final es la manera más normal y saludable para
hacerlo.

Cuanto más entienda el concepto de muerte, más fácil será comunicarse de


manera significativa. Por ello; no hay que tratar confundir a los niños tratando de
explicar lo que significa la muerte mediante conceptos erróneos o que están lejos
de la realidad. Si un niño cree que se trata de un “viaje” o de que la persona
fallecida está “durmiendo”, entonces se crea una conexión negativa con estos
otros conceptos. Por consecuencia, podría evitar irse de viaje de vacaciones o
simplemente dejaría de irse a dormir voluntariamente.

actividades para trabajar el duelo en niños

Actividades de duelo para niños

No se extrañe si el niño decide dejar de hablar o en cambio decida hablar mucho,


los eventos traumáticos se enfrentan de maneras es muy distintas. Hay ocasiones
en donde los niños más pequeños deciden creer que la persona que ha fallecido
volverá en poco tiempo de un “viaje”. Es normal que a esta edad los niños utilicen
su imaginación para enfrentarse a estos problemas que para ellos son algo a lo
que antes se habían enfrentado.
Permitales también estar un tiempo a solas ya que esta manera pueden procesar
mejor sus pensamientos. Tenga paciencia, ya que no todos pueden asimilar en
poco tiempo una situación tan traumática, estar vigilante es necesario pero
tampoco hay que invadir su privacidad. Hay diferentes técnicas utilizadas en
psicología que ayudan a afrontar estas situaciones; pero pueden ser confusas y
molestas para los niños. Por ello, sí no observa una mejoría puede recurrir a un
psicólogo infantil que le ayude con su experiencia.

Las creencias religiosas y sus rituales habituales pueden entrar te ayudará a que
el niño procese de mejor manera el duelo. Ello se debe a que estos eventos se
llevan a cabo gracias a la participación de un grupo de personas que también
demostrará su tristeza y eso hace que los niños se sientan más seguros. Si
observa cómo otras personas lloran o se ve afectadas por lo sucedido los niños
también demostrarán sus sentimientos de una forma más libre.

DINÁMICAS PARA TRABAJAR DUELO EN NIÑOS

Con los niños se pueden realizar actividades como juegos de cualquier índole, por
ejemplo los que se practican al aire libre con la compañía de sus amigos o
también en canción con su familia con las consolas de videojuegos. También,
puede que proporcionarle herramientas para que practiquen actividades como el
dibujo o con instrumentos musicales. Lo importante es desarrollar una relación en
empática profunda, que le haga sentir al niño que los adultos comparten sus
sentimientos.

Hay que tener mayor cautela si el niño estuvo presente durante este trágico
suceso. Si un niño fue testigo de cómo su papá o mamá murieron en un accidente
de tráfico, por ejemplo, es posible que la mente del niño le haga revivir la escena
que guarda aún en su memoria. Para ello, busque cualquier forma que ayude a
que el niño concentre su atención en algún juego o actividad para evitar que
recuerde.

Lo mejor es realizar actividades que promuevan que tanto el niño como otras
personas del entorno sean entre sí más pacientes y comprensivas. Las personas a
menudo pueden ser intolerantes o insensibles cuando se enteran del dolor de un
niño afligido. Por ello, es bueno manifestar que en aula escolar si uno de los niños
que integran el grupo está pasando por esta situación, es así como todos
aprenden a lidiar con el duelo.

RECURSOS PARA AFRONTAR EL TEMA DE LA MUERTE Y EL DUELO CON


MENORES

En esta entrada haré una recopilación de recursos para afrontar la muerte y el


duelo con menores, tanto en el contexto escolar como familiar.

En el ámbito de la orientación educativa es conveniente tener localizados recursos


como estos para poder ayudar a superar una pérdida en un centro educativo.

Los padres y familiares pueden también obtener pautas de actuación y consejos,


pero siempre es recomendable buscar el apoyo de un profesional de la salud en
caso de que se considere necesario.

FUENTE: La idea de recopilar estos recursos y algunos de ellos los he encontrado


en el Blog de Orientación Educativa de Isabel Ibarrola en una entrada que publicó
el 25 de Julio de 2013. Otros recursos son fruto de búsquedas en internet.

GUIAS EN PDF PARA AFRONTAR EL DUELO CON MENORES:

Explícame qué ha pasado: Guia para hablar a los niños de la muerte de un ser
querido (Fundación Mario Losantos Del Campo).

Guia Hablemos de duelo (Fundación Mario Losantos Del Campo).

Como complemento enlazo también la Guia de duelo adulto para profesionales


sociosanitarios (También de la Fundación Mario Losantos Del Campo).

Cómo hablar con los niños acerca de la muerte (Centro Clínico de los Institutos
Nacionales para la Salud)
El Duelo en los niños (Gobierno de Navarra)

Alguien muy especial ya no está (todocancer.org)

La Escuela y el Duelo (Sorkari - Bizkaia)

Después de que muere un ser querido como afrontan el duelo los niños (AAVV)

Guia para familiares en duelo (AAVV)

Algunas pinceladas de ayuda en el duelo (Fundación Senda)

Guia del duelo en el ámbito escolar (Inés García Brisach y Patricia Calvo García)

Atención al duelo en niños y adolescentes: Protocolo de actuación en secundaria


(Trabajo de fin de Máster - Jurado Martín)

Guia Duelo escolar.

El niño que está de duelo en el aula (Fudación Highmark)

Guia para el afrontamiento del duelo (AAVV)

La escuela y el duelo (Sorkari)

Duelo en mi aula (Educación Navarra)

ARTÍCULOS PUBLICADOS EN WEBS, BLOGS, PRENSA:

Las fases del duelo: Cómo superamos la pérdida (blog Helena Arias Psicología)

Como dar las peores noticias (artículo de la sección Prensa Escuela de la Voz de
Galicia escrito por Ana Torres Jack)

Como explicar la muerte a los niños, siempre hay que decir la verdad (RTVE)

Explicar la muerte a los niños y niñas (Blog Tonalidad Emocional)

El Duelo en niños, adolescentes y jóvenes (Asociación Amad)

La muerte en el aula (por Victor Cuevas en Educ@contic)

Cómo viví la muerte de un alumno de mi tutoría (por Santiago Moll en su blog


Justifica tu Respuesta)

Cómo explicar la muerte a los niños (web Faros)


Cómo abordar con los niños la información sobre un accidente grave (Natalia
Longo)

El duelo en los adolescentes ( Blog Mi aula C)

Explicar la muerte a los niños (El mundo.es)

Cómo viví la muerte de un alumno (Escellere Consultora educativa)

Cómo hablar de la muerte con los niños (Blog Educando en la naturaleza)

Cómo comunicar a los hijos la muerte de un ser querido (web superpadres.com)

Duelo infantil: 7 signos de alerta en niños que no podemos perder de vista (FMLC)

Cómo explicarle a su hijo qué es la muerte y cómo superarla (El País)

Cómo explicar la muerte a los más pequeños de la familia (El Mundo)

7 Pasos para hablar a los niños sobre la muerte (El País)

OTROS RECURSOS:

Cómo explicar la muerte a los niños. Lecturas recomendadas.

Cuentos que nos ayudan a hablar de la muerte a los niños.

Folleto de ayuda para padres del blog Familia y cole

Guia duelo adulto para profesionales

El duelo y la infancia: Claves y libros que nos pueden ayudar

Diez películas educativas para trabajar el duelo y la muerte

Libro ¿Todos los caracoles se mueren siempre?

Cuentos para trabajar el duelo y las pérdidas con los niños

El JUEGO:DUELO EMOCIONAL que te presento en mypsicomundo

Es un proceso de 9 etapas que te va a ayudar a entender y manejar tus


emociones en tu duelo por separación.

Todo esto, mediante un singular juego que te va a llevar a lugares de ensueño.


Poco a poco va a despegar tu motivación para afrontar tu cambio vital.

Tus emociones te pueden llevar a…

Sentir que el dolor te supera y no sabes cómo manejar.

Paralizarte, para así evitar tener que afrontar la pérdida de ilusión, valores,
estabilidad…

Tener miedo de no salir nunca de esta situación.

Sentir que tu cuerpo enferma.

Ver que tus hijos sufren al verte mal a ti.

Tener la sensación de que nunca vas a rehacer tu vida

Pensar que no puedes manejar la situación con tu ex-pareja.

Incapacidad para tomar decisiones.

Sientes tus emociones desbordadas, incapaz de controlarlas.

Recuerdo una chica, que de un día para otro se encontró con un embarazo, un
cambio de país y una pareja que no era la que ella creía.

Ella había imaginado que la apoyaría, que podían mantener el proyecto común
que habían formado y que ella(sobre todo) luchaba por sacar adelante.

Estaba ciega y solo veía lo que quería, no podía afrontar la realidad, hasta que se
hizo visible.

Nada de lo que deseaba sucedió.


Como puedes suponer, esa chica era yo, todos mis sueños e ilusiones se
derrumbaron de golpe. Mi castillo de princesas se había hundido en el fondo del
mar.

La responsabilidad de mi hija, la economía y organización de mi hogar era toda


para mi. Me sentía abrumada, incapaz de dar un paso.

La otra mitad del tándem familiar se había esfumado.

Durante mucho tiempo la situación me superó y me fue muy difícil ver el final del
túnel.

Pero poco a poco y con un compromiso firme hacia mi y mi familia, empecé a


entender mis emociones, mirar hacia dentro para encontrar mis talentos y para
ponerlos a trabajar.

Estoy en formación continua para crecer como persona, recogiendo todo el


aprendizaje de una familia monoparentaL de 6 años. Que se ha transformado en
una familia reconstituida con una nueva pareja.

Llevamos una evolución de entendimiento y aprendizaje positivo también de 6


años.

Resulta dura, pero también estimulante, ya que de momento, es a distancia.

Nos está permitiendo, conocernos a fondo e ir eliminado comportamientos nocivos


que no nos benefician.
Toda esta experiencia es la que pongo a tu disposición para que te sirva de apoyo
e inspiración y puedas re-diseñar tu propio camino en una nueva oportunidad.

¿Cómo lo vas a conseguir?

El Juego: DUELO EMOCIONAL

Te invita realizar un viaje que te asegura entretenimiento, aprendizaje y motivación


para que transites tu duelo por ruptura.

Además te ofrezco apoyo y acompañamiento durante un mes (4 semanas) para


que:

Entiendas tus emociones

Afrontes tus miedos

Te conozcas a ti mismo/a

Ayudes y acompañes a tus hijos/as.

Superes duelos previos

Reconozcas tus valores

Entiendas tu cuerpo

Descubras curiosidades de diferentes países

Aumentes tu autoestima

Seas más resiliente

Desarrolles la capacidad de comunicarte de forma más asertiva con tu entorno


familiar y tu ex-pareja

Afrontes los acontecimientos futuros con más tranquilidad y mejor capacidad de


decisión.

Te reconcilies contigo mismo/a

Consigas estabilidad y serenidad en tu día a día


Como verás en el juego, en los primeros momentos de la separación, hay una
necesidad de negar todo, de evitar el dolor, de no pensar en nada, es una fase de
shock.

Este juego te va a permitir poco a poco sumergirte en tus emociones dolorosas y


ver felizmente que eres capaz de afrontarlas, además de adquirir herramientas
para tu nuevo proyecto de vida.

Al enfrentarte a una ruptura vas a pasar por 9 Estados Emocionales.

Puedes experimentarlos todos con mayor o menor intensidad.

Estado 0: Toma de conciencia.

Viaja al Polo Sur para superar la negación y hacer una toma de conciencia.

Estado 1: Dolor.

Ponte en camino hacia la Aldea Halfeti en Turquía. La rosa negra como símbolo
del DUELO, por excelencia.

Estado 2: Tristeza.

Rumbo hacia Lisboa (Portugal) la ciudad más triste del mundo. (según dicen).

Estado 3: Angustia.

Te vas a encontrar en una encrucijada sin saber qué decidir ni qué hacer.

Estado 4: Culpa.
Súbete de nuevo en tu EMOBOING 747 y dirígete hacia las tormentas de la
cuenca del Lago Maracaibo (Venezuela).

Estado 5: Ira.

Viaja virtualmente a Denver (EEUU), a la película, El Cuervo. Tomarás conciencia


de que te puedes instalar a vivir en este estado y lo dañino de tomar venganza.

Estado 6: Euforia.

Prepara tu mejor disfraz y marca las coordenadas hacia el Carnaval de Venecia en


Italia. Nada es lo que parece.

Estado 7: Soledad.

En este estado, aparca tu EMOBING 747 y camina por el Túnel de San Gotardo
en Suiza, el más largo del mundo.

Estado 8: Serenidad.

De nuevo en acción, ponte en los mandos de tu EMOBOING 747 y dirígete a tu


destino final para quedarte allí. El bosque de la Serenidad en Japón.

Si crees que es para ti y lo adquieres, recibirás al instante tu Juego: DUELO


EMOCIONAL con los nueve estadios+ los nueve cuadernos.

Para guiar tu aprendizaje recibirás cada 2 días un email con información adicional,
un DIARIO ESPECIAL, encuestas para saber tu evolución, e-books gratuitos que
te pueden interesar y un nuevo descuento cuando llegas al final del Juego:
DUELO EMOCIONAL.

Actividades para hacer con niños en situación de duelo y pérdida

Escrito por: Michelle Bolyn

Actualizado en: November 20, 2017


Jupiterimages/Polka Dot/Getty Images

Los niños que sufren la muerte de un ser querido necesitan un lugar seguro para
hablar de sus sentimientos. Hay muchos grupos terapéuticos en todo el país para
aquellos niños que han experimentado una pérdida. Muchas veces, los niños se
dividen en diferentes grupos de acuerdo a su edad, y los terapeutas eligen
aquellas actividades que son apropiadas a su desarrollo. Los padres también
pueden hacer algunas de estas actividades con sus hijos.

Arte terapia

La terapia del arte se puede utilizar con niños de todas las edades. Es
especialmente eficaz con los niños que no pueden verbalizar sus sentimientos,
pero pueden dibujar objetos y personas, según reportan los datos del Instituto
Nacional de Trauma y Pérdida en Niños.

Pídele al niño que dibuje sus sentimientos. Después de que ha hecho el dibujo,
pídele que te lo explique. Incluso si el niño no dice mucho sobre el dibujo, podrás
descifrar cómo se siente de acuerdo a los colores, la gente y los objetos que ha
dibujado. Por ejemplo, si el niño llena el papel con líneas afiladas rojas y
garabatos, es que probablemente está enojado. Otra técnica de arte terapia es
pedirle al niño que dibuje lo que le da miedo o tristeza.

Comprensión de las emociones

Los niños pequeños necesitan ayuda para entender sus emociones. Ryan’s Heart,
una organización sin fines de lucro para las familias en duelo, recomienda darle a
los niños caras en blanco con las emociones escritas debajo de ellas. Asegúrate
de incluir las emociones básicas, como la felicidad, la tristeza, la ira y el miedo.
Después de que el niño dibuje las caras, le puedes hacer preguntas sobre ellas.
Por ejemplo, podrías preguntarle cómo se ve su cara cuando está triste, qué es
estar triste y cómo hace él para sentirse mejor cuando está triste.

Hablar de las técnicas de afrontamiento

Cuando un niño pierde a un ser querido, podría sentirse deprimido, ansioso o


temeroso. Es importante explicarle al niño que está bien sentir esas emociones.
Da ejemplos de cómo algunas personas se sienten tristes para que el niño sepa
que no está solo. Ayuda al niño a aprender técnicas de afrontamiento después de
que se haya permitido un cierto tiempo para afligirse.

Ayuda al niño a hacer una lista de cosas que lo hacen feliz y luego habla con él
acerca de maneras saludables de lidiar con sentimientos perturbadores. Puedes
explicarle que cuando te sientes triste, te gusta dar un paseo o escapar del mundo
real mediante la lectura de un buen libro. Muéstrale habilidades de afrontamiento
saludables y alienta al niño a hacer una cosa que lo haga feliz cada día.

Relajación muscular progresiva

Esta es otra técnica que puede utilizarse con niños y adolescentes de todas las
edades. Cuando el niño parece abrumadoramente triste o enojado, la práctica de
la relajación muscular progresiva ayuda a lidiar con esos sentimientos. Dile al niño
que se siente en una silla cómoda o que se acueste. Enséñale al niño a apretar
sus dedos de los pies tan duro como pueda durante 15 segundos y luego ponerlos
libres. Dile que tome una respiración profunda y luego pasa a los músculos de la
pantorrilla, y continúa así para animarle a apretar y relajar cada parte de su cuerpo
hasta que llega a la parte superior de la cabeza.

El duelo infantil. Una guía para adultos (PDF)

Psicopedia.org en GuíasInfantil

El duelo infantil es una realidad que debe enfrentarse. Ningún niño es demasiado
pequeño para darse cuenta de cuándo una persona importante ya no está allí.
Los adultos a menudo tratamos de proteger al niño contra el dolor diciéndoles
poco o nada sobre lo sucedido, pero por sí mismos, muchos niños no son capaces
de entender la realidad de la muerte y los sentimientos que tienen ante una
pérdida. Pueden sentirse confusos, rechazados o abandonados en un momento
en que más necesitan consuelo, comprensión y seguridad. Los adultos, que
luchan para hacer frente a sus propias reacciones ante la muerte, pueden sentirse
totalmente impotentes para hacer frente a los sentimientos de un niño afligido.

DUELO INFANTIL. ALGUNAS CLAVES

LOS NIÑOS Y LOS JÓVENES PUEDEN RESPONDER A LA PÉRDIDA DE


DIVERSAS MANERAS, INCLUYENDO:

La negación

Una manera de hacer frente a algo que no es comprendido ni aceptado. El niño


puede fantasear acerca de la persona fallecida, hablar de él o ella en tiempo
presente, o seguir esperando a la persona en cuestión a pesar de saber que él o
ella no van a volver.

La culpa

Esto puede ser el resultado de la necesidad de encontrar una razón para la


muerte. Algunos niños sienten que ellos han causado la muerte de alguna manera,
o se siente culpables por estar vivos. Esta situación provoca un montón de
sentimientos difíciles de gestionar.

La ira

Esta puede ser dirigida a los compañeros que no han tenido una pérdida, a la
propia persona fallecida, o hacia otros miembros de la familia. Los niños a menudo
expresan su ira a través de un comportamiento rebelde y oposicionista.

La idealización

Los niños pueden llegar a idealizar a la persona fallecida, una conducta que puede
visualizarse cuando el niño comienza a imitar sus gestos.

El pánico

Ante una situación de pérdida los niños pueden desarrollar miedo de que otras
personas que están cerca de ellos pueden morir, o incluso temer por sus propias
vidas. Pueden sentirse inseguros y preocuparse en exceso por las personas que
tiene a su alrededor.

Las quejas psicosomáticas

Muy a menudo los niños pueden perder el apetito, tener pesadillas y aparentar
cansancio la mayor parte del tiempo. Se quejan de dolores de cabeza o malestar
estomacal. Algunos niños pueden llegar a quejarse de tener los mismos síntomas
mostrados por la persona muerta en la fase final de su enfermedad.

El duelo en los niños

Aunque las respuestas anteriores son muy parecidas a las que pueden mostrar los
adultos en situaciones similares, en el duelo infantil hemos de contar con la
complicación añadida de un entendimiento menos claro, o incluso inexistente, del
proceso de la muerte, así como el hecho de que los niños no siempre tienen las
palabras necesarias para expresar sus sentimientos.

Hoy ofrecemos para su descarga una extraordinaria Guía para abordar la muerte y
el duelo con niños y adolescentes. “Hablemos de duelo” es un manual riguroso,
que ofrece a padres y profesores respuestas concretas a las diferentes situaciones
que pueden darse en la familia o en el colegio cuando un menor sufre la muerte de
un ser querido:

“Ponerle palabras a este suceso no resulta nada fácil y menos aún si se trata de
comunicárselo a los más pequeños. Sin embargo, la muerte es un hecho
ineludible de la vida, es decir, todos los seres humanos vamos a tener que
enfrentarnos a ella, por ello es importante poder disponer de recursos que nos
ayuden a afrontar esta realidad de la mejor forma posible”.

Editado por la Fundación Mario Losantos del Campo, y escrito por la psicóloga
infanto-juvenil Patricia Díaz Seoane, se trata de un documento de excepcional
valor práctico, tanto para el entorno familiar del menor que sufre una pérdida como
para los profesionales que deben enfrentarse a esta situación desde el ámbito
escolar, social o sanitario.

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