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Xavier 6uix

Xavier Guix
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El delfín

I·.,
Ni me explico,

ni me entiendes

Los laberintos de la comunicación

O 2004 Xav ler Guix

() 2004 Ediciones Granica, SA Barcelona

Empresa del Grupo Editorial Norma Xavier Guix

Primer:a edición: marzo de 2004

Díreccion de producción: Rafael r-.iarfil

Producción: Manel Sánchez

Diseño y compaginación: freiredrssenycom

Impreso) encuadernado por: l. Gráficas Mérrnol, S. L. (Barcelona)

Impreso en España. Pmurdm Spain

granica

!,,\ FOTOCOPIA �IA'TA AL IJBRO


A mis padres, mi pnlllem relación.

A Gemma Nierga, por su inmensofidelidad a ella misma y

a sus amistades. A loan Humet, por su pro/11ndo amor al

ser humano. A Miqtul Murga, por su entrañable bondad A

Oriol Pujo/, por inspirarme a vivir desde el corazón.

Mi más sincero agradecimimto o Frunc Pontipor confiar

en mí. A Eduardo Diez y Daniel Ló¡Mz por su disposición

y asesorasmemo.
índice

Prólogo 11

Introducción 15

Capitulo primero

Más allá del emisor y del receptor 21

El laberinto de las relaciones

¿Tan compltcado es a veces entenderse?

tos siete principios 24

Dos dirernones para un mensaje 39

Gestión del desacuerdo 43

Discusiones y enfados 46

La preqmanca de la comunicación 50

Comunicación no verbal: cuando el cuerpo se expresa 52

El tono de la voz: el fondo sonoro de las emociones 56

Palabras que dicen, palabras que hacen 59

Neurologla: la comunicación que no se ve 63

Capítulo segundo

Atrapados en el laberinto: la descomumcación 69

Interferencias 70

Distorsiones cognitivas 82

Sobre las primeras impresiones 88

la disonancia: creenoas por aquí, conductas por allí 91

Miedos, mseguridades y exigencias:

los "ruidos" de 1a comurncación 93

Juegos de roles y bailes de rnasceras 95

Trastornos del lenguaje 106

Capitulo tercero

Recursos para una comunicación eücaz 109

Inteligencia emocional: la relanvrded de las emociones 110

Empatía: las neuronas espejo 116

Asertividad. palabra mágica 124

Dar y recibir feedback: sinceridad efectiva 136

Programación Neurolmgüíshca {PNL) 141

Más allá de la comunicación 157


Prólogo

El lector tiene en sus manos un texto ameno, práctico y útil

sobre un tema tan fascinante como es la comunicación huma­

na, la comunicación entre las personas que vivimos en este

mundo. Comunicar ideas y sentimientos es algo tan básico y

propio de nuestra especie que a menudo lo damos por supues­

to. ¿comunicar? ¿y cuál es el problema? Pues precisamente

ese es el problema. Una parte importante de los asuntos hu­

manos se ve afectada directamente por las dificultades en la

comunicación. Si miramos atentamente a nuestro alrededor

comprobaremos que gran parte de los problemas cotidianos de

individuos, grupos, organizaciones y Estados están relaciona­

dos con la comunicación. Crisis de personalidad, problemas de

relación, conflictos laborales y guerras entre países tienen la

mayoría de las veces su origen bien en la ausencia de comuni­

cación, bien en una comunicación defectuosa o patológica.

Nadie viene a este mundo con codas las habilidades

comunicativas bajo el brazo. Las competencias comunicativas

se aprenden y se construyen día a día. Nadie nace perfecta­

mente asertivo ni nadie posee dotes naturales de empatía. A

una mejor o peor predisposición para la comunicación, hay que


12 Ni me explico, m me entiendes Prólogo 11

añadir voluntad, criterio, ideas claras y aprendizaje continuo. directa, abierta y honesta. Xavier Guix, como experto, es cons­

Ser comunicacivamente competente es una de las habilidades ciente de que la mejor escuela es la mezcla de escuelas, y plantea

más valoradas en el mundo actual, porque un buen comunicador un método de abordaje de los problemas comunicativos que

escucha, se expresa con claridad y es capaz de convertir gran­ bebe de fuentes orientales, de autores sistémicos, construc­

des problemas en grandes oportunidades. Nada está más con­ rivisras, cognitivistas ...

denado al fracaso que dos personas, dos equipos o dos gobier­ Ni me explico ni me entiendes es un apasionante libro que per­

nos que se esfuerzan en no comunicarse, en no entenderse, en mitirá al lector interesado adentrarse en los laberincos huma­

no aceptarse, en odiarse. nos de la comunicación y que, de forma especial, le ayudará a

Conozco a Xavier Guix desde hace algunos años. Juntos salir de ellos y proyectar su comunicación a un mundo ávido

hemos impartido ciemos de horas de clase a directivos de em­ de claridad, de sinceridad y de capacidad de aceptación y en­

presa en distintas temáticas: negociación y conflicto, comuni­ tendimiento entre las personas.

cación interpersonal, creatividad ... Pero siempre hemos teni­

do clara una cosa: un profesor no es tanto lo que sabe o lo que


Franc Ponti

dice sino la forma que tiene de comunicarlo. Xavier y yo sabe­


Profesor de Et\DA

mos que para aprender hay que disfrutar. Comunicar es disfru­

tar, es vivir la vida en su máxima plenitud, escuchando y trans­

mitiendo.

Xavier Guix es un personaje polifacético cuyas diversas ex­

periencias vi cales le han aporcado una capacidad poliédrica para

analizar la comunicación humana. Xavieres acror profesional y

goza de una impresionante sabiduría derivada de su profundo

conocimiento del teatro, la radio y la televisión. Trabajar con

personajes de la rnlla de Narciso lbáñez Serrador o Joaquim

Maria Puyal le ha conferido un minucioso conocimiento de las

arres escénicas: platós, estudios de radio y escenarios diversos

han sido quizá el laboratorio más importante de Xavier para el

estudio de la complejidad de la conducta humana. Como ac­

cor, Xavier es consciente de la importancia del trabajo interno

con las propias emociones y las propias ideas, pero especial­

mente del instante mágico desde el cual esas emociones e ideas

son comunicadas y transmitidas a un público.

Además, Xavier es terapeuta y especialista en Programa­

ción Neurolingüística. De la mano de personajes como Oriol

Pujo!, Xavier ha podido trenzar una sutil y eficaz metodología

para abordar problemas de índole comunicativa de una forma


Introducción

Sólo vivimos poro nosotros mismos cuando vivimos poro

losdemós.

Tolstoi

Todo lo que sé lo he aprendido de la experiencia de relacionar­

me con los demás. La llave del aprendizaje sobre la vida y la

posibilidad de conocerse a sí mismo pasa sin duda por la rela­

ción. La comunicación es el proceso que permite dicha rela­

ción. Por eso es can esencial: es la habilidad más importante

en la vida.

Me dicen que soy un buen comunicador. Que me expreso

con fluidez, dominio del lenguaje y proyección de la voz. Que

me hago entender canto si es hablando en público como en la

consulta privada. Esto no ha evitado tener dificultades comu­

nicativas en mis relaciones inrerpersonales. No es lo mismo

hablar sobre las cosas que expresarlas emocionalmenre.

Saber comunicar no presupone tener unas excelentes re·

laciones, aunque ayuda. Comunicar bien es una cuestión de

habilidad y oficio. Saber relacionarse es cuestión de ser uno


lntroduwón 17
16 Ni me explico, ni me ennendes

mismo, y serlo con los demás. Sin duda éste es uno de los Pero lo más importante que he aprendido es qu e las rela­

equilibrios más difíciles en la vida. El aforismo de Hora es ci ones son experiencias emocionales, i ntuitivas, a veces i n­

muy revelador en este sentido: "Para conocerse a sí mismo, conscientes y por supuesto basadas en l amor.
e Por mucho q ue

es necesario ser conocido por otro. Y para ser conocido por lo queramos razonar, aquello que nos une o nos desune es un

1
orro. primero hay que conocerlo" . misterio a vivir.

Nos jugamos mucho en las relaciones. A través de ellas Nos pasamos la vida relacionándonos. A no ser q ue usted

nos definimos a nosotros mismos y a la vez participamos en la viva alejado del mundanal ruido, cada día va a protagonizar re­

definición de los demás. El psiquiatra l-larry Stack Sullivan ha laciones de codo tipo. B reves, largas, amistosas, nteresadas,
i

propuesto la teoría de que todo crecimiento y maduración per­ p rofundas o superficiales, las relaciones están ahí para apren­

sonal, al igual que todo deterioro y regresión personal, pasa a der cómo somos. El interés de ste libro se va cen t raren cómo
e

través de nuestras relaciones. A menudo las personas limitan manejamos nuestras diversas relaciones y más concretamente

sus relaciones al vivirlas con exclusividad. Que alguien se con­ en la descomunicación, es decir, en las interferencias y efec­

vierta en la persona que más queremos en este mundo no sig­ to s pe rceptivos q ue se producen cuando nos relacionamos. C u­

nifica que sea la única a la que podamos querer. Junto a la riosamente se trata de analizar a quello' q ue descomunica de la

experiencia de una relación profunda e íntima, caben otras que comunicación, aquello ue nos hace exclamar
q a menudo: "éTan

permitan explorar diferentes facetas de nuestra vida. Nos li­ dificil es entenderse?". Cu ando las relaciones andan bien to do

mitamos a nosotros mismos cuando limitamos nuestras rela­ va bien. Pero cuando van mal se traducen en un p roblema de

ciones. comunicación. Pa ra mí no existe la buena o la mala comunica­

No sé si como dice Demartini, las carencias crean valor, el ción, la mucha o la poc a, la falta o el exceso de la misma. iTod o

caso es que me puse manos a la obra y decidí vivir más a fondo es comunicación! Actividad o inactividad, palabras o silencio,

mis relaciones, poniendo toda la conciencia y todo el senti­ ti enen siempre valor de mensaje, i nfluyen sobre los demás,

miento en ello. H e aprendido que toda comunicación es u na quienes a su vez no pueden dejar de responder a cal es co muni­

relación. Que toda relación es un proceso interactivo y co ns­ caciones y, por ende, también com unicen.! Pero, además, lo

tructor anto de la
t i dentidad como de lo que llamamos la rea­ que entendemos como "mala comunicación" no deja de ser

lidad. Qu e esta construcción se lleva a cabo a través del len­ "información" sobre el p roceso comunicativo, con lo cual, qui­

guaj e, influenciado, como nosotros, por el cont exto, la sociedad tándole la connotación negativa, esa información es altamente

y el momento histórico en el que vivimos. La comunicación, útil tanto para corregir el proceso como para aumentar la pro­

pue s, es un r
p oc eso bá sicamente psicosocial q ue tiene la fi na­ pia información.

lidad d e unirnos, de trazar relaciones entre nosotros lo sufi­ He podido comprobar q ue la expectativa primera de los

cientemente estables y pautadas ( normas, signos, contextos, participantes en cursos de comunicación suele ser cómo

discursos, objetos, erc.} como para que podamos formar co­ aprender a explicarse mejor y conseguir así hacerse enten­

lecrividades y desenvolvernos tam o en lo que es común deno­ der b ien. Les suelo decir: "éacaso os habéis reunido p or ca­

minador como en la diferencia. sualidad todos los que c enéis la misma dificultad?" . El pro­

b lema de que no nos entiendan es precisamente considerarlo

' Hora, Thomas, "Tao. Zen and evistencin! ps� choterapv ", Psrrltologia 2,
I
1959, ZJó-242 (pág. 237). Troriru/tloComHnirociónlt11m(lna, llerder. Barcelona. 1981 (p�g. 50).
18 N1 me explico, ni me entiendes lntrodumón 19

como un problema. Creemos que lo normal es que codo el capacidad para comunicarnos. Somos más accesibles, con lo

mundo nos entienda, cosa que implicaría que todo el mun­ cual se incrementan a la vez las exigencias de respuestas a

do es igual. Al comprobar que esto no es así, tendemos a tanta comunicación. Y las preguntas que me hago son: (dispo­

aucoinculparnos, a creer que lo estamos haciendo mal. Para nemos de suficientes recursos comunicativos para atender tanta

mí Jo normal, de entrada, es que cada uno entienda lo que comunicación? (Disponemos de suficiente tiempo para crear

quiere entender. Cada persona tiene su mapa del mundo, y mantener relaciones que nos enriquezcan y nos aporren un

así como su propia interpretación de los significados de las mejor conocimiento de nosotros mismos?

palabras, más allá de su sentido gramatical. Pero además no

podemos prescindir de suponer intenciones a través de la

lectura del lenguaje corporal y del cono de la voz. Ese pro­

ceso complejo y automático se produce en el sí de las rela­

ciones y es muy diferente de los problemas o dificultades

"expresivas" que pueden obstruir cualquier comunicación.

No cabe duda de que los "ruidos" comunicativos existen y

que no es lo mismo un discurso bien estructurado, expresa­

do ordenadamente y con la voz adecuada, que otro lleno de

imprecisiones. De todos modos, será mejor separar la co­

municación como fenómeno relacional, de nuestras habili­

dades expresivas.

Me siento ilusionado de poder hacer este trabajo de sínte­

sis sobre todo por un motivo: el convencimiento de que en­

tender la comunicación es hoy más que nunca una parte fun­

damental de nuestro crecimiento personal y nuestro bienes car

relaciona\. Vivimos unos momentos sociales de grandes trans­

formaciones. Si la comunicación fue el primer proceso que cam­

bió al ser humano hace millones de años, hoy lo sigue haciendo

a través de sus diferentes modalidades. La tendencia a vi viren

grandes áreas metropolitanas significa que cada vez somos más,

viviendo más juncos, más diversos y multirraciales. Ello impli­

ca muchos más contactos y por tanto muchas más situaciones

comunicativas. En el mundo de la empresa la tendencia es el

trabajo en equipo. Se van rompiendo aquellas estructuras can

jerarquizadas para situarnos en esquemas y procesos más hori­

zoncales. Todo ello implica más relación con los compañeros, o

sea, mucha más comunicación. Las nuevas tecnologías se pre­

sentan también como herramientas que incrementan nuestra


Capítulo primero

Más allá del emisor y del re,eptor

Todos venimos al mundo con la estructura genéticamente pre­

parada para la comunicación, pero sin un manual de instruc­

ciones que cuente "cómo" debemos comunicarnos de forma

eficaz. Por ello vamos aprendiendo sobre la marcha.

Aprendemos sobre la marcha trascendiendo a cada paso los

aprendizajes anteriores. Hablar hoy de la comunicación, por

ejemplo, es ir más allá de algunos mitos y teorías, como aquella

según la cual la comunicación consiste en el simple intercam­

bio de estímulos y respuestas, mediados por informaciones,

entre personas. El paradigma de este mico es sin duda la teoría

transmisionista de Shannon y Webber.

Mensaje --+ Emisor -+ Canal -+ Código -+ Receptor


Capítulo primero 23
22 Ni me explico, ni me entiendes

Este esquema, pensado en su momento para simplificar el la historia, la antropología, la sociología, la filosofia, la lingüística

complejo fenómeno de la comunicación, presenta a esca como y por supuesto las ciencias de la comunicación y la psicología.

una simple trasportación de palabras de un lado para otro. Ade­

más, prescinde del contexto y de la interacción entre emisor y

receptor, icuando todos somos emisores y receptores a la vez!

Y aún hay más: el canal, que está fuera de los dos extremos Contexto

en el esquema, no está realmente fuera, sino que condiciona


Persona1 � �Persona2
Canal
completamente el proceso. Tanto el emisor como el receptor Erruscr-Reoeptor Emisor-Receptor

tienen que adaptarse al mismo canal y entender el mismo có­


Procesos

digo si quieren participar de la comunicación. CAcaso puede psicosociales

entenderse con un inglés si ni él habla castellano ni usted su

idioma? ¿Acaso puede entenderse con una persona que habla

por signos si no los conoce?


La comunicación es poliédrica y añade que, como concep­
En realidad, el emisor y el receptor no son entidades autó­
to, de enormes "multiusos": ls¡ a usted se le ocurre contratar
nomas separadas del canal, sino que dependen de él. Además,
un comunicador puede que se le presente desde un afamado
si tenemos en cuenta que "no se puede no comunicar", que
presentador de televisión hasta un portero automático! No ha­
los mensajes no paran de circular, cal vez habrá que invertir la
blamos de "la" comunicación sino de muchas prácticas dife­
importancia de los extremos (emisor-receptor) y fijarnos en
rentes, can abiercas como imprevisibles. Un sinfín de acciones
la parce central, es decir, el canal y los mensajes. A la postre,
se simplifican etiquetándolas de comunicación:
todo aquello que ocurre en el centro de la interacción es lo
• Medios de comunicación (radio, TY, prensa ... ).
que construye y da sentido tanto al emisor como al receptor.
• Redes de comunicación (transportes).

• C.Omunicación in cerna y externa (empresa, instituciones ... ).

• Comunicación de masas (publicidad).


La comunicación no es algo que sucedo en lo realidad,
• Tecnologías de la comunicación (ordenadores, móviles,
smo que la realidad se construye en la comunicación.
teléfonos ... ).

• Comunicación interpersonal (entre personas).

• Comunicación intrapersonal (diálogo interior).


Cada interacción va a depender de un sinfín de procesos

que se producirán justo en el epicentro entre un sujeto y el Tratándose de un fenómeno multidisciplinar que se en-

otro. Aunque para algunos eso de comunicar es can sencillo tendería mejor usando sus propios verbos (relacionarse, dialo­

como respirar, lo cierto es que se trata de un proceso activo gar, emitir, transporcar, conectar, difundir, informar . . . ) apues­

y complejo en el que intervienen, por lo pronto, procesos to por la idea de comunión. De algo que nos mantiene unidos

semánticos, neurológicos, psicológicos, sociales y culturales. porque nos relaciona a los unos con los otros.

Comunicar no es tan natural como respirar. Hay que poner en Y esa unión se proyecca en un fondo y en una forma: la

marcha los cinco procesos. Una buena prueba de esca comple­ comunicación es el fondo que permite que destaque una figu­

jidad es su es cu dio, abordado por diferentes disciplinas como ra, la información. La comunicación tiene así sus dos caras, la
24 Ni me expltco, m me entiendes
capítulo primero 25

que produce vínculos colectivos y la que los transforma a tra­


mismos elementos sociales, las mismas normas, conociendo
vés de la información.
e incerprecando el mismo idioma, dándole el mismo signifi­
La información es lo que permite que la comunicación no
cado a cada palabra y coincidiendo en las intenciones y las
sea solamente comunión y consenso, sino también un proceso
expectativas. Y para rematarlo, sería preciso que sus incons­
de cambio y diferenciación del que surgen diferentes puntos
cientes manejaran la misma información y se les presentase a
de vista e identidades. Y en esas diferencias a menudo apare­
las dos a la vez.
cen los conflictos. Las relaciones se tornan un laberinto por el
¿cree usted posible que exista por ahí una especie de don
que nos perdemos. Vamos a ver por qué.
suyo?

Tal vez sea mejor aceptar que para entendernos hay que

poner algo de nuestra parre. La comunicación no es fácil o>


El laberinto de las reladones
difícil. Somos nosotros los que la hacemos más o menos com­

plicada. La comunicación siempre está en el fondo de nues­

¿Tan complicado es a veces entenderse? tras relaciones, aunque la forma a merwdo se asemeja más a un

Los siete principios laberinto por el que nos perdemos. Por eso he utilizado mis

propias brújulas, a las que llamo "principios", que me han ser­


Voy a formular la pregunta al revés: éQué debería pasar para
vido para entender la complejidad de las relaciones. Son los
entendernos a la perfección?
pilares en los que se asienta este trabajo.
Suponiendo que se tratara de dos personas, por lo pronto

las dos deberían usar del mismo modo sus canales sensoriales
- Principio de la intencionalidad
y tener un idéntico tipo de percepción. En el supuesto de
No hacemos nada porque sí. Lo hacemos porque tenemos "in­
que tuvieran idénticas percepciones, deberían disponerexac­
tenciones", sean estas conscientes o inconscientes. Excepto
ramente de los mismos aprendizajes para que diera el mismo
nuestros comportamientos vegetativos que andan por sí solos,
resultado perceptivo. A su vez, deberían estar de acuerdo en
el resto son intenciones que se convierten en la causa de nues­
todos y cada uno de sus principios, valores y creencias. Toda
tras acciones. La Folk Psychology, o psicología de la vida cotidia­
esta información debería estar almacenada del mismo modo
na, lo expresa muy bien a través del triangulo "deseos, creencias
en sus memorias y participar del mismo proceso de recupera­
y acciones". Ya que tengo el deseo de ir a la playa y creo que es
ción. Suponiendo que todo esto les pasara exactamente a las
bueno tomar el sol, lo más probable es que vaya a la playa.
dos, también les debería pasar a la vez. Por lo tanto, deberían
Cuando un sujeto realiza acciones, van acompañadas de la cap­
estar sincronizadas emocionalmente, disponer del mismo es­
ración de las propias intenciones (deseos y creencias) que im­
tado de ánimo, sincronizar sus neurologías, venir del mismo
pulsan el hacerlas. La acción, pues, queda asociada a la inten­
pasado e ir al mismo fururo. Pero por si fuera poco, deberían
ción que la puso en marcha. Pero, équé sucede cuando yo
disponer del mismo estado físico, estar motivadas por las mis­
observo las acciones de los demás? Pues que les atribuyo las
mas cosas, coincidir en el temperamento y soportar idéntica
intenciones que yo rengo asociadas. Resultado: si yo sé que·
estructura genética. Y todo ello, claro, desarrollado en el mis­
cuando hago X es por Y, cuando tú haces Y seguro que es por
mo ambiente, en el mismo contexto, en idéntico momento
X. ¡y ya la hemos liado! No podemos es car en la mente de los
histórico y en la misma sociedad. Habiendo interiorizado los
demás, sólo podemos observar sus acciones y es a partir de
26 Ni me exchco, ni me entiendes Capitulo pnmero 27

ellas que presuponemos sus "intenciones", que en el fondo internos diferentes y con intenciones también diferentes. Cap­

son las nuestras. tar el presente de la relación es muy importante. Por eso añado

el principio siguiente.

- Principio de la diferencia, la similitud y la variabilidad

Encenderse es a veces complicado porque simplemente somos - Principio de los diferentes estilos afectivos

dife,.entes y somos variables, aunque a la vez somos iguales. Hasta Es cierto, como ya propugnó Darwin, que la expresión de las

cierto punco, una persona es como cualquier otra; desde otra emociones es universal, aunque su origen resida en situacio­

perspectiva, se asemeja a algunas personas; y, desde un tercer nes diferentes. Lo que ya no es lo mismo es la velocidad, la

pu neo de vista, no se parece a nadie. Esta triple condición hu­ expresividad, la intensidad y la latencia de la emoción, que

mana a veces trae algunos quebraderos de cabeza. No sólo cada presenta una amplia variabilidad interpersonal. Para las rela­

persona es única y diferente a las demás, sino que no siempre ciones, este punto es muy importante, puesto que existe la

está igual, ni piensa de la misma manera, ni siente siempre lo fantasía de que los demás experimentan las emociones del

mismo, aunque algunas lo aparenten. "No somos quienes éra­ mismo modo en el que lo hacemos nosotros. Muchos conflic­

mos, ni aún somos quienes seremos." Cada vez que nos relacio­ tos y malentendidos se basan en la incomprensión del ritmo

namos es un encuentro nuevo, porque ya no somos los mismos que cada uno necesita al vivir sus emociones. Algunas perso­

que ayer. Pero esto cuesta de entender. Presuponemos que las nas estallan enseguida, mientras que otras van "cociendo" poco

personas no cambian. El hecho de sentirnos siempre "nosotros a poco sus emociones. Hay quien necesita resolver de inme­

mismos", de mantener nuestra individualidad psicológica, nos diato sus ansiedades, hay quien sabe darles tiempo y hay quien

hace creer que no hay más cera que la que arde. "El hombre es se las echa a la espalda. En los estudios sobre el funcionamien­

altamente impredecible en sus respuestas y visto al menos des­ to cerebral se afirma que después de un estallido emocional,

de fuera, cambia en sus elecciones ame situaciones aparente­ algunas personas tienen una función de recuperación muy len­

mente idénticas. Y es que posiblemente 'lo idéntico' y sin cam­ ta, mientras que otras recuperan más rápidamente el punto de

bio no existe jamás ni en el cerebro del hombre ni en su medio partida. Encender y respetar los estilos y ritmos afectivos de

ambiente. En la esencia de casi codo en el mundo está el cam­ cada uno es básico si pretendemos acompañar a los demás.

bio y nada se repite de modo idéntico. Realmente lo único que

pennanecesin cambios es el cambio mismo ... cada acto de elec­ - Principio sistémico de la relación

ción es diferente tanto porque es diferente el cerebro que elige Parecería que la unidad básica de una relación son dos perso­
3
como porque es diferente la cosa elegida o decisión cornada. " nas. Si existieran unas len ces que nos permitiesen ver más

Por todo ello es importante encender que cada vez que allá de sus cuerpos físicos nos daríamos cuenta del entrama­

estamos con alguien hay que redescubrir\o: édónde está la per­ do en forma de red que las sostiene. Cuando una relación

sona ahora y aquí? CQué siente ahora y aquí? ¿cómo es nuestra traspasa los umbrales del encuentro casual para convertirse

relación ahora y aquí? Como ven, las relaciones también hay en estable, esas dos personas son algo más que dos. Estable­

que vivirlas en presente. A menudo no nos encendemos porque cen entre ellas un sistema único que acaba teniendo vida

simplemente estamos en mamemos diferenres, con estados propia. ¿Por qué se creen que decimos que "cada pareja es un

mundo"? Cada relación es un sistema conectado consiste ­

J Francisco �lor:a. C6mo /unc,ona rlrrrrbro, Alianza, Madrid, 2002. mas superiores (las familias de ambos) a su vez conectados
28 N1 me exohco, ni me entiendes Capítulo pnrnero 29

con ocros sistemas aún más superiores (la sociedad en la que condicionado no significa determinado, o sea qu e m e gustaría

viven) y envueltos en un sistema mayor al que podemos de­ c reer qu e somos capaces de aprender sobre lo aprendido e ir

nominar "el momento histórico". Todo ello está ahí, en cada l


c uso trascenderlo. Puede que vivamos una especie de i
l ber­

interacción, es esa red invisible que, a pesar de no ser per­ tad c ondicional pero lo b ueno es saber que sr escogemos es

ceptible, condiciona todo Jo que hacemos. Si usted cambia po rque po r Jo menos habia otra opción.

de relación, incluso repitiendo todos y cada uno de sus com­

porramiemos, los resultados van a ser otros, porque no exis­ - Principio constructivista de la relación

te ninguna relación que sea igual a otra. Por eso a menudo L as pe rsonas son constructoras de significado sobre sus ex­

nos cuesta creer que aquello que no éramos capaces de hacer periencias. Dicho de otro modo, aunque el diccionario diga

con una persona lo logramos tranquilamente con otra. Las que " relación" es: "C onexión o lazos que sabemos o intuimos

relaciones, pues, tienen características sistémicas y eso sirve entre diversas personas, cosas, hechos ... " lo más probable es

para encender que esa entidad creada a la par vive y se man­ qu e usted enga su
t p ropia definición sobre lo que son las

tiene por las aportaciones que hace cada uno. Dicho de otro rel aciones, según lo qu e ha vivido y ob servado. E ste princi­

modo, éen qué contribuyo yo en hacer permanente Jo bueno pio nos recuerda que no existen v erdades por ahí fu era q ue

y en qué en hacer permanente lo malo dentro de ese siste­ se nos revelan directamente, sino que cada uno construye

ma? Lo mismo es exactamente aplicable a los colectivos. Una sus p ropias verdades, significa sus experiencias. U na metáfo­

empresa, por ejemplo, es un sistema. Lo forman el conjunto ra de B ann i ster y F ransella ( 1986) lo e xplica muy bien: las
"

de relaciones entre sus miembros, adquiriendo una entidad p ersonas podemos concebirnos a nosotros mismos como ar­

propia. iEsa entidad es la que manda en su empresa! q uitectos, constructores y habitantes de nuestras propias

teorías sobre nosotros mismos". Cu ando nos relacionamos con

- Principio de la libertad "condicional" los demás es b ueno entender q ue entramos en su c asa, en

Somos libres de escoger a las personas con las que nos quere­ sus "construccos" p amculares, del mismo modo qu e les in­

mos relacionar así como somos libres de decidir cómo relacio­ vi tamos a entrar en nuestra construcción. Y cada u no tiene la

narnos con las personas que no hemos escogido. Somos libres casa como le g usta enerla.
t ¿se imagina que entra alguien y le

en definitiva a la hora de elegir; y a la vez, como ya expresó empieza a desmontar la casa, que sin permiso se la pone pa­

Erich Fromm, la libertad a veces nos da miedo. Pero. ésomos cas arriba, que le dice cómo deberían estar dispuestas y deco­

realmente can libres? ¿cuando establecemos nuevas relacio­ radas las habitaciones, que le critica su mal gusto? Pues esto

nes, sean del orden que sean, hacemos tabla rasa y empezamos es lo que pasa cada vez que nos meremos en la vida de los

de cero? é l-l a s t a dónde nos influyen y condicionan las últimas demás.

experiencias v ividas en nuestro mundo relacional? Todo ello

nos lleva a considerar "los aprendizajes" canco como experien­ - Principio construccionista de la relación

cias de crecimiento como de condicionamiento.Así pues, nues­ C ada relación es diferente sobre odo porque nuestra identidad
c

as conductas y elecciones en
tr la s relaciones vienen precedi­ se construye en dicha relación. Si aquello que llamamos nuestra

das por nuestros aprendizajes, y sobre ellos basamos nuestras pe rsonalidad uera inamovible, monolítica. nuestras relaciones
f

creencias y comportamientos futuros. ¿Somos libres o estamos serían siempre igual tuviéramos quien tuviéramos delante. Pero

condicionados po r nuestros propios aprendizajes? Po r suerte esto no ocurre así. C ada persona nos despierta unas cualidades
Capitulo primero 31
30 Ni me exphco, ru me entiendes

u otras Que fomentaremos en el sí de esa relación. si bien en funcionamiento del mundo. Y por mucho que cueste creer

otra cal vez podríamos llegar a hacer incluso lo contrario. A me­ aue ros demás no vean tas cP <ias como yo las veo, lo cierto es
0

nudo escucho frases como escas: "el día que saque codo lo que que cada uno de nosotros experimenra 1� vida según su mapa,

tengo dentro ... " o "Nunca hubiera dicho que dentro de mi exis­ convrméndose en su verdad. Eso no significa disponer de "la"

tiera esa persona ... no me conozco ni a mí mismo". Damos por verdad. Como dice Korzybski, el mapa no es el territorio. Por

supuesto que en nuestro interior existe como una especie de es­ lo tanto, existen cernconos, verdades físicas, del mismo modo

tructura o metaprograma, una personalidad, que nos hace ser como que existen creencias y convencimientos personales. 1 Jna rrN""ri.­

somos. Los conscruccioniscas defienden que nuestra manera de cia es una teoría sobre el mundo, pero no es el mundo. Le

ser no se da en el interior de las personas sino entre ellas. Según llamamos precisamente creencia porque, aunque sólo consista

esce enfoque, si fuera verdad que la personalidad existe, también en una presuposición, es algo Que nos convence a nosotros

deberíamos admitir que estamos describiendo una parce de la na­ rruemca, que nos 10 creernos incluso si ello nos limita.

turaleza humana. Entonces, esta personalidad se debería poder -Yo puedo defender mis creencias aunque haré bien en no

encontrar en todos los seres humanos, en cualquier rincón del convertirlas en certezas. Seguramenreque en muchas discu­

4
mundo y en cualquier momento de la historia. Y noes así. siones habrá oído o dicho: "esca es la verdad", "iyo sé que es

A modo de matiz me gustaría distinguir esos dos términos cierto!", "les así y punto!". Desde luego que podemos dar va­

que tanto se asemejan, aunque no son lo mismo. Me refiero a lor de autenticidad a nuestras creencias, aunque probablemente

constructivismo y construccionismo. El primero se refiere a la no pasarían la llV de la certeza. Normalmente, cuando habla­

psicología de los construccos personales, que parce del postu­ mos de certeza hablamos de certeza psicológica, es decir, la

lado de que el significado de la experiencia es una construc­ impresión de que mis creencias no pueden ser falsas. Una per­

ción personal. El conscruccionismo social, por su lado, muy sona puede tener la certeza sobre una cosa que cree o no te­

escéptico a la hora de autodefinirse, postula que los significa­ nerla. Yo puedo estar convencido de que mañana lloverá, aun­

dos se construyen en las relaciones y son específicos de una que no estoy seguro del todo, no tengo la certeza. La tendré al

cultura y un momento histórico determinado. Hecha la distin­ día siguiente cuando compruebe la meteorología. El conocimien­

ción, veamos cómo gestionar estos siete principios. to implica verdad; la creencia, en cambio, no. Si la certeza de­

pende de nuestra mente, entonces estamos construyendo un

mapa. Como yo ahora. Seguro que usted, desde su mapa privile­

El mopo no es el territorio. giado, podrá razonar a su manera sobre el significado del enun­

ciado de Korzvhski. Si e-l mana nn P� PI territorio, é p a ra qué

empeñarme canco en que los demás vean las cosas como yo?

Este enunciado deAlfred Korzybski, que Gregory Baceson

recogió con frecuencia en sus trabajos y que ahora ha relanzado

la PNI.,. explica de forma clara y sinterizada el párrafo anterior. Uno de los e/oves de lo comunicación es hacerse con cu­

A pesar de nuestras similitudes estructurales. somos de la riosidad ol mapa del otro. Se doró cuento de que aún

misma especie, cada per�nn::i tiene su propio mapas.obre el teniendo los mismo piezas del puzzle que usted, sorpren­

dentemente, componen un dibujo diferente ol suyo.

• Vivían Burr. l1ttrodu«ió al ro11S/T"ll("cio11ismr s«io/, Proa, Barcelona, 1997.


Capítulo primero 33

32 N1 me explico, ni me entiendes

forma de creencias y deseos. Esta habilidad ha sido crucial


Ni me explico, ni me entiendes
para nuestra supervivencia y ha permitido la comunicación sim­

bólica interindividual. A su vez, el hecho de poder interpretar


Cuando una relación llega al punto en el que "ni nos explica­

las acciones de nuestros congéneres nos lleva al "desastre"


mos, ni nos entienden" se produce una de las experiencias

comunicativo. Sobre todo porque a veces nos relacionamos con


humanas más inquietantes: el desencuentro, l
a descoma­
el otro no a pamr del conocumenro de sus intenciones y de­
nicaaón. la contraimogm del
o comunicaci6n, como la llama Paul
seos smo a partir de nuestras presuposiciones sobre las que
Watzlawick. Emerge una extraña sensación de impotencia y

creemos son sus intenciones y deseos. Y no sólo eso: además,


un sentimiento profundo de incomprensión, como un vacío

contrastamos sus intenciones con las nuestras y en función


que parece tragarse cu identidad.
del resultado valoramos la situación, siendo esta una percep­
Hay una realidad de la que no podemos escapar: cuando nos

ción emocional. Como ven, todo un juego de estrategias per­


relacionamos, ni nos vemos ni nos oímos a nosotros mis­

sonales. Si de por medio tenemos en cuenta los condicionantes


mos. No podemos tener una visión completa del propio cuer­

del contexto, las experiencias anteriores con esa misma perso­


po puesto que los ojos, como órganos de la percepción, forman

na, los "ruidos" comunicativos (dificuicades expresivas) y so­


parte del cuerpo que se quiere percibir. No podemos estar

bre todo las expectativas que nos hayamos hecho, todo e llo
hablando y escuchándonos a la vez, a no ser que como los can­

hace compleja la comunicación, la consideramos "dificil".


tantes, vayamos con unos altavoces por delante que nos de­

¿cómo evitar que esto nos pase? Sería un error desmerecer


vuelvan nuestra propia voz.

nuestra capacidad interpretativa, puesto que gracias a ella la


Por el contrario, captamos a la perfección las expresiones y

hum anid ad ha tnpcrerizado sobre ella misma y es una de las


los tonos de voz de nuestro interlocutor. Ese curioso juego del

bases ae su supervivencia. Pero en las relaciones hay que tra­


observador observado genera todo el intríngulis de la comuni­

tar las hipótesis con mucho cuidado y discreción. Las pode­


cación.
mos hacer para nosotros mismos, pero no arrojarlas al otro ple­

namente convencidos de que tenemos razón. ¿Acaso razonamos

Captamos a lo� de111ós por su exptestoo y por e, cono y sentimos como ellos? ffi.caso es tan simple hacer un escaneado

de los pensamientos ajenos? A menudo ni nosotros mismos


de su voz.

acabamos de explicarnos cosas que hacemos o que pensamos.

¿L,o sabrán mejor los demás? Puede que sí, pero no es pruden­

te ir proclamándolo por ahí: éno creen que dará mavor y mejor


Todo lo que pasa ante nuestros ojos es procesado y a la vez

inrerprerado. Ahí es precisamente donde empiezan a produ­ resultado si nos acostumbramos a preguntar las cosas¡

cirse las interferencias.

Preguntando evitamos presuponer, ocforomos lo mtor­


- Intérpretes de la vida

mación y, lo mds importante, hacemos pensar al otro


Los humanos disponemos de la capacidad cognitiva de teori­
sobre sus propios pensamiPntos. El resultado será uno
zar primariamente sobre la acción humana gracias al hecho de

que esramos genéticamente equipados para leer la mente ampliación del mapa.

de los otros, para interpretar sus acciones y las nuestras en


34 Ni me exphco, ni me entiendes Capítulo primero 35

Veamos el siguiente ejemplo. Se trata de una conversación PI -Y:i. . Y équé es lo que te preocupa?

entre conocidas que se encuentran en la calle: PZ -M e cuesta hacerme a la idea de tenerla can lejos ... y ,

PI -iHola! Hacía tiempo que no nos veíamos ... écómo


claro, estoy nerviosa ...

estás? PI -,ZY adóndc ce llevan esos nervios?

P2-Pues mira, itirandillo! PZ-Sí, m ira ... a estar todo el día de m alas ... no hago nada

PI -[íirandillo? Bueno, claro, que sigues sin trabajo, ¿no?


bien ... estoy distraída ... a lo mejor estoy exagerando,

P2 -No ... es que en casa las cosas no andan bien. éverdad?

PI __¿Así que vuelves a tener problemas con tu pareja?


P l -Supongo que es una buena oportunidad para ru hija,

P2 -No ... es que nuestra hija mayor va muy a la suya. ¿no?

PI -A esta edad hacen sufrir mucho porque no sabes bien


PZ -Sí, lpor supuesto! Ella está encamada, seguro que le

con quién se juntan. va a ir muy bien.

PZ -No ... es que se quiere ir a estudiar al extranjero y... PI -tY eso no te alegra?

PI -<:No ce hace gracia, verdad?


P2 - C i laro! ... pero la v oy a echar mucho de menos.

PZ -No ... si lo entiendo muy bien, porque es una buena


En esta segunda conversación P2 ha esboz ado muchas más

oportunidad, pero ...


afirmaciones y sobre todo ha pod ido expresar mucho mejor sus

PI -iNo lo ves claro! emociones, que al fi n y al cabo ese es su problema. PI la h a

PZ-No es eso ... es que ... ya sufro por su ausencia llevo


sabido ca ptar y acompañar y; además, Je ha ayudado a resignificar

unos días malos y, claro, en casa se resienten .


la experiencia. A unque persista una emoción de añoranza, a la

En esta conversación P2 ha iniciado prácticamente codas


vez \:J. equilibra con un sentido de oporcunidad y alegrfa.

sus replicas con un no, es decir, se ha pasado la charla aclaran­


Hacer preguntas no significa hacer pasar a nuestro interlo­

do las presuposiciones de P I . Por su parce, Pl ha caído en la cutor por un tercer grado. Se traca de hacer preguntas qu e no

trampa de usar informaciones antiguas (estar en el paro o pro­


suenen a preguntas. ¿cómo hacerlo? Est ando con la otra per­

blemas con la pareja) sin preocuparse por actualizarlas y sin


sona desde el corazón; a la que usted intente "razonar", e sa

capear el sentimiento de fondo. PI iba completando las frases


relación y a no va a acompañar a e sa persona sino que la va a

que iniciaba PZ en una muestra de su capacidad interpretativa. analizar.

Veamos ahora qué hubiera pasado si PI se limitara a preguntar: Sería muy int eresante saber cómo ha recibido PZ ta comu­

PI -iHola! Hacía tiempo que no nos veíamos ... (cómo nicación propuesta por PI en cada uno de los casos. Nos servi ­

estás? ría para encender una de las presuposiciones básicas de la co­

PZ -Pu es mira, it irand i llo ! n unicación:

PI -¿Qué significa tirandillo? / N o t e noto muy animada,

¿Pasa algo?

P2 -Pu es mira ... que en casa las cosas no andan bien. El significado de mi comunicación se mide oor la res·

PI -(Y e so? / ¿Qué es lo que no anda bien por casa?


puesta que obtengo del otro.

PZ -Nada grave ... sólo que la hija mayor se nos va a estu­

diar al extranjero.
36 Ni me explico, ni me entiendes Capítulo primero 37

Existe por ah¡ una expresión que reza: "Dicho y hecho" Y demás? ¿Qué me están comunicando?". "La vida es como un

otra que le responde así: "entre dicho y hecho hay mucho tre­ eco. Si no te gusta lo que recibes, presea atención a lo que

cho". Pues bien, ese trecho muy a menudo consiste en el emites". Vamos con la cabeza tan llena de obligaciones, corn­

desequilibrio entre lo emitido y lo entendido. No hay nada prormsos y expectativas que no atendemos los mensajes suti­

peor que presuponer que "hablando el mismo idioma" ya nos les que recrbrmos constantemente de las personas con las

vamos a entender. Pues ino! Como veremos, ni siquiera las que nos comunicamos. Una característica de la sociedad en

palabras tienen el mismo significado para cada uno de noso­ la que vivimos es que nos presenta tamos estímulos y ramas

tros, porque dependen del valor significante que tenga en nues­ demandas que apenas tenemos tiempo para estar con nosotros y

tra expenenoa. con los demás. Sin tiempo, sin serenidad interior dificil mente

En los cursos acostumbro a pedir a los participantes que captaremos las sutilezas que se esconden detrás de un tono de

cierren los ojos y piensen en un violín. El resultado es curioso voz, en la comisura de unos labios o en la caída de unos ojos.

porque, a pesar de reconocer la palabra y su significado, unos

dicen haber visto el violín, otros no lo han visto pero lo han


Cuando ya empezamos mal
oído y algunos más lo han relacionado con escenas vividas (un

concierto, una cena íntima ... ). Este ejercicio, que tiene otros La complejidad de las relaciones humanas se pone de rnani­

objetivos, como analizar los canales perceptivos visuales, auditivos fiesro ya desde el inicio de las mismas. Establecer una rela­

ycinestésicos, tiene un interés complementario en tomar con· c ión, por muv breve que sea. pone en juego nuestras habilida­

ciencia de que el sentido de una palabra depende del que la oye, d es sociales. H ay gente a la que Je encanta ese juego, se pasarían

no del que la emite. Del mismo modo, el que escucha pone el día conociendo a otras personas. En mbio a otros les llega
ca

intenciones a nuestro discurso así como a nuestra manera de a estresar eso de tratar con los demás. J ohn Powell, caredráti­

expresamos. Puede que acierten oon nuestras intenciones, puede co en la Universidad Loyola de Chicago y autor de diversos e

que no, o puede que vean lo que nosotros no vemos. Esto lo int eresantes libros sobre autoconocimiento y maduración per­

expresaron de maravilla los psicólogos Joseph Luft y Harry sonal.5 nrnnnnf' r-inr-n niw•lf"s; rlr comunicación:

lngham, que inventaron la ventana más famosa del mundo de la

comunicación: lo Vento11a de JOHARI. En ella pretendían dar - Nível s. Superficial o tópica

a conocer una fórmula simple para entender el proceso de Se trata de aquellas conversaciones completamente uivia­

dar y recibir fttdback, una ventana de comunicación a través les en las que no se comparte nada excepto la convenciona­

de la cual una persona da o recibe informaciones sobre sí mis. lidad frases hechas, hablar del tiempo, preguntar por la
(

ma o sobre otras personas. (Ver apartado "Dar/m/bocky reci­ familia ... ).

bir: sinceridad efectiva" del capítulo terccro.)

Atender a los procesos comunicativos propios es una rarea • Nive l 4 . Social

muy recomendable, no sólo por lo que supone de mejora en las Cotilleos, trivialidades, que si fulanito, que si m enganito.

relaciones interpersonales, sino para tomar conciencia de qué N o damos nada de nosotros ni pedimos nada de los otros a

comunicamos. ¿se han hecho esta pregunta?: "Yo, é q u é comu­


cambio.

nico? ¿Cómo comunico?". Una buena manera de encontrar res­

puesta a esras preguntas es: " é q u é estoy recibiendo de los 'John lbwcll. ¿1t,rqul1mw11rrirtrquiln SQJ?, Ednorial Sal Terree, Santander, 1989.
38 Ni me esphco. m me entiendes Capítulo pnrnerc 39

- Nivel 3. Personal les pod amos despertar. D el mismo modo, existen personas que

Este nivel ya empieza a comprometernos. Comunico cosas no tienen ningún prejuicio a la hora de contarle a la ge nte no

de mí a la otra persona. Hago algunas revelaciones, muestro sólo su vida sino lo que sienten u opinan del otro. ¡y se q ue­

mis opiniones. Se observa detenidamente al otro para cap­ dan tan tranquilas! M e gustaría insistir en este punto po ­ r

ear cómo está recibiéndonos. q ue como fenómeno comunicativo es digno de resaltar. ada
C

persona se siente más cómoda en un nivel que n otro.


e ¿So·

- Nivel 2. Emocional 111 us capaces de drsnngurr el ni vel en el que se mueve n ues­

Las puercas oe quién soy yo se abren definirivamenre y te tro interlocutor? ¿Sabemos respetarlo? ¿sabemos a compañarlo

muestro aquello que me individualiza y me diferencia de a otro n i v el?

los demás, es decir, mis sentimientos. Es una comunica­ A unque esroy muy de acuerdo con et p l a nc e a m i e nc o de

ción difícil, puesto que tenernos la sensación de que los Pow ell, resumido en los tres niveles básicos, debo reconocer

demás no van a soportar que comuniquemos con tanta sin­ qu e no existe una pauta que siempre funcione d e la misma

ceridad nuestras emociones. Un verdadero encuentro per­ manera. M ás bien depende de la relación q ue se establezca

sonal debe basarse en esca comunicación visceral. con nuestro interlocutor, de las impresiones que nos produz­

ca el encuentro. Ni nguna relación es gual y a codos nos


i g us­

- Nivel 1. Interpersonal ta que las cosas empiecen bien.

Es la comunicación más comprometida. Transparencia y sin­

ceridad. Aquí ya no sólo hablo de mí sino que expreso Ja


Dos direcciones para un mensaje
que siento contigo. Ser capaz de manifestarte los senti­

mientos que me despiertas. tanto en lo que nos une como E staremos de acuerdo en que una conversación con su jefe o

en el desacuerdo.A través de la comunicación interpersonal, efa en el trabajo no es la misma que con un amigo o amiga en
j

las personas aprendemos a conocernos mejor y crecemos. un bar, del mismo modo que no tiene nada que ver el inicio de

Como puede apreciarse, Powell usa el término "interper­ a conversación con el final.
l Ésta es la doble faceta de la comu­

sonal'' de forma más profunda que la definición habitual nicación y su papel en las relaciones sociales.

que podemos encontrar de esta palabra, entendida como

una interacción coordinada entre dos o más personas en la

que se produce información. Toda comunicación es uno relación. lo comunicación

Estos cinco niveles se pueden resumir en tres: nivel su­ varío según lo relación y o lo largo de lo relación.

perficial, nivel personal y nivel interpersonal. mn cuál nos sen­

timos más cómodos?

Es obvio que a medida que conocemos a las personas y Toda comunicación implica una relación que se expresa a

profundizamos en la relación vamos pasando po r los niveles d e través de un lenguaje ramo v erbal ( digital) como no verbal

una forma n atural. Y se supone que cuanto más estrechas las ( analógico). Los mensajes circulan continuamente dándole con·

relaciones, más interpersonales son. Pu es, inos llevaríamos má s tenido a la relación y a su v ez definiéndola. A parcir de esras

de una sorpresa! Hay personas a las que les cuesta mucho h a­ dos ariables, contenido
v y relación, se puede analizar la es­

blar de ellas mismas y peor aún expresar los sentimientos q ue cr uccura básica del mensaje.
40 NI me explico, ni me entiendes Capitulo primero 41

El afamado antropólogo Gregory Bateson hizo aportacio­ Suerte que los neurocientíficos ya se han ocupado de recor­

nes de enorme valor a la escuela de Palo Alto. Entre ellas, mos­ darnos que razón y corazón son procesos interrelacionados.

tró que todo mensaje incluye dos aspectos: es a la vez "infor­ Vemos pues que en cualquier tipo de relación. sea breve,

mación" y "orden"; o. dicho de otro modo. una parre del mensaje intensa o profunda, entran en juego escas dos variables. come­

se dirige al contenido, a la transmisión de datos, y la otra den­ n ido y relación, que se manifiestan a través del lenguaje. Las

nc la relación. cómo debe entenderse dicha comunicación. diferentes posibilidades que nos ofrecen estas variables son:

• Concordancia en los comandos de la comunicaaón y en la rPln­

aón.
MENSAJE
Sin duda es el mejor de los escenarios, el que nos hace

sentir la mutua comprensión. Lo que popularmente llamamos

i"buen rollete"!

Contenido Relación • Desacuerdo con respeao al nivel de contenido y también al de

refnrilm.

Son las dos caras de una misma moneda, aunque con tram­ i"Mal rollo"! Alienta la descomunicación, se puede perder

pa: ila lectura que hagamos del mensaje relacional clasificará el el respeto y ise anuncian tormentas!

contenido! Recuerdo que en un comercio me encontré lo que • Desacuerdo en el nivel de contenido sin perturbar la relación.

llamaríamos un "supervendedor": dominio de la relación co­


Un manejo maduro del desacuerdo, inos ponemos de acuer­

mercial, educado y amable, conocimientos técnicos ... Y a pe­ do en que no es ramos de acuerdo!

sar de tanta competencia, no me lo creía. Sentía que la nuestra • Acuerdo en el nivel de contmidos pero no ro el re/adonaí.

era una relación sujeto-objeto. Y el objeto era yo, por supues­ La estabilidad de esa relación se verá amenazada en cuan­

to. No puedo negar que en lo que respecta al contenido esta to deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel de conte­

persona realizó un excelente trabajo. Pero yo seguía sintiéndo­ nido. Dicho de otro modo, te aguanto por lo que tenemos en

me extraño. Veía en él alguien que quería venderme el produc­ común hasta que lo común deje de serlo. iAsí se rompen ma­

to, en lugar de alguien que quisiera ofrecerme lo que yo pudie­ trimonios, se cambia de trabajo o se desunen las coaliciones

ra necesitar. La valoración, pues, la hice a nivel relacional, y políricas!

eso es lo que clasificó la venta. El comerciante no me engañó y • Confundir los aspeaas de contenido y de relación.

el producto era realmente bueno. Pero ta relación que estable­


A menudo tratamos de solucionar problemas de comunica­

ció conmigo empañó esta percepción. Los expertos en ción confundiendo los niveles, es como un juego de "todo o

mercadorecnica saben muy bien que, más allá de las caracterís­ nada". Si estamos de acuerdo, te acepto; si no lo estamos, no

ticas del producto, lo que determinará la venta es el valor perci­ ce acepto. Podemos no estar en nada de acuerdo con las ideas,

bido por el cliente. Al tratarse, pues, de "sensaciones" creencias y/o valores de nuestros interlocutores, pero ello no

percibidas, una compra acaba siendo algo tan irracional que nene por qué significar que los dejemos de aceptar como per­

por eso losspo!J de moda se dirigen directamente a provocar­ sonas. Lo mismo puede ocurnr al revés: el hecho de que haya

nos emociones. Se han dado cuenta, muy hábilmente. de que buena relación con alguien no significa que-todo lo que-diga o

lo que dirige nuestra conducta es más emocional que racional. haga renga que ser positivo.
Capitulo primero 43
42 Ni me excuco, ni me entiendes

Tarea
Visrns estas variables. le propongo una ampliación de este

concepto, contenido-relación, pensando sobre todo en el ám­

bito laboral y/o de actividades sociales. Para ello vny a usar la

comhinación Tarea- Relación.

Tarea Relación

Ese punto de equilibrio consiste en orientarse al proceso, es

decir, vivir el "cómo" vamos avanzando conjuntamente en la

consecución de la tarea. A los objetivos. a la carea, se puede


Relación
llegar por diferentes caminos. Lo importante no es sólo llegar,

sino el viaje en sí mismo. Tenga en cuenca que los objetivos

van a ir cambiando. pero los compañeros de viaje no canto. Por

Las personas usamos diferentes patrones o programas para eso es tan importante crear buenos equipos, bien relacionados

hacer las cosas. Entre ellos están cómo organizamos nuestra y centrados en el proceso. Sr lo consigue, no se preocupe tamo

relación entre la carea, entendida como aquello que "hay que por los objetivos, seguro que los consiguen.

hacer", nuestras responsabilidades, y la relación que estable­ Unas buenas relaciones garannzan un bienestar personal

cemos con aquellos "con quienes" vamos a compartir las ta­ que a su vez garantiza una mejor predisposición para la tarea.

reas. De forma genérica podemos observar dos grandes incli­ Es importante encender que cuando nos cenrramos en los re­

naciones: sultados, según el estuerzo y la estrategia usada, pueden

generarnos mucho estrés, enemigo número uno de nuestro

- Los oue se orientan a la tarea. tnenesrar v fuente de conthctos inceroersonales. Mejor traba­

los que se orientan a las relaciones jar con ilusión. Las buenas relaciones contribuyen a ello.

Como muestra la figura de arriba, éstas son las dos polaridades. Nuestras interacciones, porque son activas, fluctúan en­

Algunas personas se centran sobre todo en la carea con menos­ tre el acuerdo y el desacuerdo que puede surgir en cualquiera

cabo de las relaciones. No les importan tanto, o incluso prescin ... de los dos niveles, y ambas formas dependen una de la otra.

Pero écómo gestionar el desacuerdo?


den de ellas, con tal de asegurar la consecución de la tarea. Por

su lado, los orientados a las relaciones centran su preocupación

en la fortificación de las mismas, en generar un buen clima y en


Gestión del desacuerdo
destinar más tiempo a los vínculos que a las careas, que ocupan

un lugar prioritario aunque no básico. Para estas personas Jo im­

portante del trabajo son las relaciones.


Ningún problema puede ser resuelto desde el mismo
Como se puede imaginar existe un punto de equilibrio entre
nivel de conciencio que lo creó.
estas polaridades que permite vivir armónicamente tanto las
A. Emstein
relaciones como las careas:
44 Ni me explico, rn me entiendes Capítulo primero 45

El desacuerdo forma parte igual de la relación. es. su otra

cara; acuerdo y desacuerdo son lo mismo: nautas de relación. Nos resulto difícil comuniwrnos acerco de lo comunico·

El cesacuerdo no es lo negativo, lo que hay oue evitar; Jo malo; ción. Yes que en las relaciones nosotros mismos esta­

simplemente es lo normal. aunque no tooo el mundo lo vive mos contenidos. De oh/ Jo necesidad de so/ir del círculo

desae 1:1 normalidad. Hay quien preferiría que todos ifuérarnos y o lo vez lo dificultad de hacerlo.

felices y cormeramos perdices! Lo curioso es que no todo el

mundo es feliz de la misma manera, ni a rodos les gustan las

perdices. Una de las mayores tentaciones que tenemos cuando que­

Si un alienígena observara nuestras relaciones se daría damos atrapados en un conflicto de relación es pretender en­

cuenta de que se basan en una secuencia inrerrumpida de contrar la causa inicial que lo motivó. Escudriñamos cada paso,

intercambios basada en unos patrones: uno tiene la iniciati­ cada frase, cada gesto con el convencimiento de que en algún

va, el dominio, y el otro, la dependencia, cada estímulo tie­ lugar se dio un paso en falso. Las relaciones son sistemas abiertos

ne su respuesta que a la vez refuerza el patrón existente. en los que los parámetros y las reglas van variando según su

Las dos personas siguen la secuencia sin acuerdo previo, es propia dinámica. Buscar la causa que originó una interacción

decir, no deciden de antemano cómo se quieren comunicar, comunicativa, sinceramente, no tiene sentido. Y no lo tiene

sino que lo hacen tanto si están de acuerdo con el patrón porque es un proceso que no tiene un inicio y un final, sino

corno si no. La falca de acuerdo con respecto a la manera de que es retroactivo; por lo canto, la misma causa puede tener

puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables efectos muy diferentes y los mismos efectos pueden tener

conflicros en las relaciones. Un ejemplo bastante reconoci­ causas muy diferentes.

do es el siguiente: Pongamos por caso que un desacuerdo en dónde ir a pasar

La mujer se queja a su pareja de que no la ayuda nada en las el fin de semana sirva de motivo para que usted se encolerice.

tareas domésticas. Si esa ha sido realmente la causa, «abe suponer que siempre

La pareja le indica que no le apetece hacer las cosas si vie­ que hay desacuerdo sobre dónde pasar los fines de semana le

nen precedidas de exigencias constantes o de críticas cuando acarrea un disgusto? Seguro que otras veces, ante la misma

las hace. situación, ante esa misma causa, usted habrá reaccionado de

La mujer entiende que eso son excusas para no hacer lo formas diferentes. O sea, su disgusto, no nos engañemos, no

que realmente debe hacer, y por eso lo critica. tiene esa causa inicial, siendo sólo un estímulo que ha hecho

De persistir en esta secuencia, el intercambio se convierte emerger algo latente. Habría que buscar de forma retroactiva

en monótono y, si quisieran, infinito: "Te critico porque no algo que probablemente sucedió y que no se expresó de forma

haces nada". "No hago nada porque me criticas." El problema conveniente. Del mismo modo, no todo lo que nos provoca un

radica fundamentalmente en la incapacidad de la pareja para efecto determinado tiene la misma causa. Usted se puede en­

meracomunicarse, para hablar de "cómo" se están comuni­ tristecer por muchísimas causas, no solamente por una que

cando. Es curioso que a pesar de casamos el nemno comu­ haya asociado con ese sentimiento.

mcanoonos: Si finalmente decide hurgar retroactivamenre, eso signifi­

ca hacer uso de su memoria. En ese caso, le hago memoria de

lo siguiente: ésiernpre que recordamos, lo hacemos de la misma


46 N1 me explico, ni me entiendes Capitulo primero 47

manera? ¿Siempre lo interpretamos de la misma manera? ¿Siem­ modos, vale la pena atender dos entidades que aparecen en el

pre nos sirve para explicar lo mismo? ¿Lo contaría igual si se c onflicto: las emociones y las conductas.

tratara de un amigo o amiga a un desconocido o en un reality

shoa, de la televisión? ¿Pondríamos el mismo énfasis según el - Las emocione ...

interlocutor? ¿Al contarlo de formas diferentes, estamos re­ Ll egados al punto de la discusión, tal vez sea bueno no caer en

cordando mal o mintiendo? Cuando recordarnos conjuntamen­ la tentación de dejarse arrastrar por el torbellino emoci onal.

te con otras personas, participamos en una relación, y es para N o es un ejercicio fácil, a que la emoción
y a ctúa omo
c u na

cada relación que construimos la memoria. verdad única e indestructible. Pero no es cierto. La presencia

explosiva de las emociones es sólo un síntoma. Pa ra saber lo

q ue realmente está pasando. h ay que bucear un poco más en


Discusiones y enfados
os sentimiencos escondidos tras los enfados.
l

Cuando el desacuerdo se transforma en un problema, la "dife­

rencia" pasa a convertirse en "lo opuesto". ¿Qpuest0 a qué? A

mis valores, principios o creencias. Y a algo más: a la disponibi­ Los emociones son mtensos pero oreves; los sentim,en·

lidad de mi tiempo, de mi espacio, de mi gente, de mis cosas. tos son un mor de fondo estable y también más duro.J

Todos queremos llevar nuestro ritmo, hacer las cosas a nuestra deros.

manera, vivir según nuestra jerarquía de valores. ¿Quién nos lo

impide? Los demás, lpor supuesto! il....o impiden sus valores, sus

tiempos, sus espacios, sus gentes, sus cosas, sus mapas! Todos Así, lo primero es acoger la emoción y el sentimiento que se

queremos lo mismo, sólo que de maneras diferentes. Saber en­ e stá presando.
ex Pr obablemente, hasta que la persona no

contrar el equilibrio es fundamental, aunque no siempre es se s e i nta acogida persistirá en su actitud. D etrás de las que­

fácil. ja s, los enfados y las discus i ones hay sent i mientos de fondo

Cuando pretenden saltarse a la torera nuestros valores, q ue se expresan entre líneas; eso es lo primero que hay que

nuestros ritmos, saltamos de inmediato reglamentando la atender.

situación. A partir de ahí, habrá unas normas que cumplir. En­ De l mismo modo, es importante po der manifestarle a la

tran en escena las discusiones y los enfados. Cuando la rela­ pers ona los sentimientos que nos despierta verla así C'me sien­

ción se normativiza, entra en una fase paradójica, puesto que to bloqueada cuando te veo can enfadado y me cu esta expre­

de un lado se racionaliza, se cierra el corazón, pero por el otro sarme", por ejemplo). Centrarse en la experiencia emocional

está atrapada emocionalmente. Ame tal sicuación se hace difí­ q ue nos rmita un acercamiento real
pe y profundo s obre lo q ue

cil separar conductas, pensamientos y emociones. Se forma está pasando y nos aleje de la tentación de racionalizar la situa­

como una bola de nieve que según cómo crezca puede provo­ ción. A menudo una respuesta reactiva o evasiva está evitando

car un alud. ¿cómo parar el golpe? c omprometerse emocionalmente, elas de cara con la expe­
vérs

N o existen fórmulas para resolver los conflictos porque cada riencia emocional propia. D e ahí nace el darle v ueltas a las

relación ene creado su propio sistema y sólo entendiendo su


ti cosas, hablar y hablar. ¿se h an puesto a pensar qué soluciona

funcionamiento r
pod ía inferirse una posible solución. De cod os hablar sobre la secuencia de lo ocurrido? Sus mapas les han
48 Ni me explico, ni me entiendes Capítulo primero 49

hecho vivir la experiencia de forma diferente, con lo cual, y alejan; pero por mí no cambies nada. Te acepto corno eres. Si

por mucho que lo hablen, no lo van a ver igual. Insistir tanto crees por ti que hay conductas que quieres cambiar y ce pue­

sólo puede pretender una cosa: ique nos den l


a razó11! Ahí aparece den ayudar a crecer, adelante, pero que sea por ti, yo ce acep­

un elemento clave: el poder. En lugar de asumir la parte de to como eres". Le propongo reflexionar sobre la aceptación.

responsabilidad que cada uno tiene en eso que llamamos "cosa Para muchos esrn es igual a colerancia. Y no es lo mismo. La

de dos", se pretende subyugar al otro por la Fuerza que da aceptación es incondicional, de corazón. La tolerancia es con­

"mi" orgullo pisoteado, la devaluación de "mis" valores, el me­ dicional.

nosprecio de "mis" sentimientos. Lo mío, vaya, imi fuerza y

mi poder! Agarrarse ahí es sólo una manifestación de una enor­ - Las conductas

me inseguridad. Tal actitud más bien quita el poder. Seguramente será mucho mejor, en un posterior análisis de las

Mucha gente, ante situaciones de enfado, reclama solucio­ secuencias, darse cuenta de qué conductas son generadoras

nes inmediatas, conviniendo un proceso relacional en un pro­ del conflicto, de cuáles nos acercan y de aquellas otras que nos

blema que hay que resolver. A menudo rodo acaba anee una separan. Darse cuenta, en definitiva, de cómo hemos maneja­

promesa de enmienda futura. De hecho, se trata de un acto de do los dos niveles del mensaje: aquello que hemos dicho o

fe, una reposición de la confianza perdida. A menudo da resul­ hecho y el modo en que hemos definido la relación.

tado, sí. Y también a menudo nos damos cuenta de que las Existe a veces una tendencia a criminalizar a las personas

palabras han servido de muy poco. por sus conductas. A una manera de actuar se Je da categoría

de identidad: "por un perro que maté, mataperros me llama­

ron" reza un dicho popular que nos sirve de ejemplo. Es un

No hay manero de resolver los conflictos o enfados ha· auténtico problema para la comunicación el no diferenciar la

blondo. Es mejor procurar que los sentimientos se en­ conducta de la identidad. Todas aquellas expresiones que uri­

cuentren. lizan el verbo servan directamente al centro de nuestra iden­

tidad: "Irnira que eres burro!", en lugar de decir "es co que

haces es una burrada". Usar el ser es definir a las personas,

Detrás del enfado hay frustración y falta de amor. Cuando ponerles una etiqueta inequívoca. Es fácil darse cuenca de

el enfado se convierte en una conducta habitual, existe el pe­ cómo en las conversaciones usamos el ser en lugar del hacer.

ligro de fomentar emociones destructivas que impiden una Una conducta no tiene por qué caracterizarnos a no ser que

vida de crecimiento, instalándose en su lugar el resencimien­ la mantengamos estable en el tiempo y por canto se convier­

ro. No hace falta llegar tan lejos. Es mucho mejor si hacemos ta en un rasgo de nuestra personalidad. Y aún así, sigo cre­

lo posible por acercarnos a los sentimientos y ver cómo se pue­ yendo que las personas no actuamos siempre igual, ni con

den encontrar. El camino es la acepcación. todo el mundo ni en todos los contextos. Esta visión

�ti estimado maestro en el arte de vivir, Oriol Pujol, ex­ distorsionada enrre la conducta y la identidad tiene su para­

plica en sus cursos de intimidad para parejas lo importante digma en la siguiente locución: "la culpa de las cosas que nos

que es poder decir a la persona con la que compartes tu vida: pasan es de las circunstancias; la culpa de lo que les pasa a

"Hay conductas tuyas que me acercan a ti y otras que me los demás es por ser como son".
Capitulo primero 51
so N1 me explico, ni me entiendes

la pragmática de la comunicación • Las palabras: 7%

• El tono de la voz: 38%

• El lenguaje corporal: SS%.

Es decir, que el cuerpo habla más alto que la voz y las


Cuéntale o tu corazón que existe siempre uno rozón
palabras. De hecho, si hacemos una comparativa entre esos
escondido en codo gesto. Del derecho o del revés, uno
factores, es indudable que esto es así. Observe que con un
solo es lo que es y ando siempre con lo puesto.
solo gesto la gente le puede entender. No es necesario a me­
Joan Manuel Serral

nudo usar ni una sola palabra ya que su expresión lo dice todo.

�vol.utivamenre hablando, fue antes el geste que el lengua­

Je. Siempre me he imaginado la escena del encuentro entre


Estudiar la pragmática de la comunicación es intentar
dos de nuestros ancestros, cómo se escrutaron detenidamente
comprender las reglas, normas o patrones de estabilidad que
intentando adivinar cuáles eran sus intenciones. Y también
surgen en una determinada relación comunicativa y que regu­
me gusra pensar cómo las madres resjguen cada pliegue de
lan las relaciones que se dan enrre elementos lingüísticos,
nuestra piel cuando somos bebés, cómo aprenden a distin­
ges cuales, espaciales y contextuales.
guir Y a relacionar nuestros gestos con nuestras emociones.
En la Universidad de California (Los Ángeles) allá por el
No es de extrañar que, incluso de mayores, solamente con
año 1964, Albert Mehrabian, un psicólog6 estudioso del com­
vernos la cara ya sepan qué es lo que nos está pasando. So­
portamiento humano, iniciaba un trabajo que con el tiempo se
bran las palabras. Nuestros pensamientos pueden ser priva­
ha convertido en todo un referente, va)'a al curso que vaya
dos, pero las emociones son más públicas de lo que nos ima­
sobre la comunicación. En 1981, Mehrabian publicaba el libro
ginamos. Es su gran aportación a la comunicación.
0
Silent messages: fmp!icit commrmicntion o
/ emotions nnd altitudes.
No sabría cómo expresarles la importancia de este punto.
,En él expone el porcentaje de importancia de los diferentes
Saber leer el lenguaje corporal es la mejor manera de captar a
factores de la comunicación, entendiendo que estas son:
otra persona. Darse cuenca de lo que expresa, de Jo que comuni­
• Las pataoras.
ca más allá de sus palabras. A menudo decimos: "mírame a los
• El tono de la voz.
ojos ... y dímelo". Queremos ver más allá del discurso, queremos
• El lenguaje corporal.
escanear la intención y descubrir la verdad. Le invito, cuando
Si pensamos en cómo nos comunicamos con los demás ve­
pueda, a que observe a un recién nacido. Fíjese como ya en sus
remos que no hay más cera que la que arde: usamos la voz, las
primeros días de vida lo que busca son otros ojos. Y cuando los
palabras y el cuerpo. Pero, équién da más en la su basca del
encuentra se entretiene, corno si ya buscara en ellos algún cipo
factor más importante?
de información y de contacto. Y curiosamente unes le gustan
El resultado que Albert Mehrabian obtuvo después de in­
más que ocros. Siempre se ha dicho que los ojos son el espejo
finidad de encuestas sigue siendo aún hoy sorprendente y
del alma, pero para qué quedarse sólo en los ojos cuando es el
motivador de grandes debates:
conjunto de nuestra expresión facial, nuestro rostro, el gran na­

rrador de nuestra vida imerior. ¿Sabía que la anatomía del rostro


• �lehrabian, A., Stlmt ni,ssng,s: Jmp//(7/ ronm1111tiration o
/ m1otions a11</ a1111ud,s.
Bclmonr. CA. \\'adS\\Onh. (currenrly disrribured by Albcn Mehrabicn admire unas siete mil combinaciones visualmente distintas de

:im(j, kaaj.com) (1981). '


los músculos en la configuración de las emociones?
51 N1 me explico, ni me entiendes Capítulo primero 53

Comunicación no verbal: cuando el cuerpo se exp,esa


iCuánca información se esconde en cada gesto! Las emociones

Todas las culturas y los grupos sociales tienen un sistema sig­ ponen en funcionamiento un determinado conjunto de mús­

nificativo de comunicación gestual que regula nuestras culos faciales de un modo tan preciso que nos permite saber lo

interacciones. Nuestro cuerpo, nuestros gestos e incluso nues­ que la persona está sintiendo. Para conseguir este nivel de

tro vestuario habla sobre nosotros y, por lo ramo, sobre nuestra observación, de calibración, hace falta tiempo y voluntad, es

cultura o grupo social. decir, aprender a captar las expresiones de los demás. Nadie

Huelga decir que el cuerpo es más sabio de lo que a menu­ nace enseñado para ello, aunque todos lo sabemos y lo pode­

do nos empecinamos en hacerle creer. Nuestro cuerpo nos habla mos hacer. Cuanto más se ejercite, más afinará y mejor podrá

y se queja éle escuchamos lo suficiente? ¿Establecemos una acercarse al otro.

buena comunicación con nuestro cuerpo? El subtexto de todo intercambio es una mezcla de ele­

Cuando nos relacionamos con los demás observamos su ex­ mentos diversos: lenguaje corporal, posturas, movimientos de

presión, su comportamiento no verbal. A la vez que escucha­ las manos, contacto ocular, utilización del espacio, comporta­

mos sus palabras vemos sus gestos que refuerzan, contradi­ mienco, así como la imagen que proyectamos. Sobre la comu­

cen, sustituyen, complementan o regulan su comportamiento nicación no verbal se ha escrito mucha literatura, siendo sen­

verbal. Curiosamente es a esa expresión, a lo que dice su cuer­ cillo encontrar libros con infinidad de ilustraciones en las que

po, a lo que damos más credibilidad. Si mientras nos prometen se cuentan los significados de cada uno de nuestros gestos y

"roda la colaboración del mundo" observamos que la cabeza va expresiones. Para mí es muy difícil separar la conducta no ver­

haciendo un claro signo de negación, Cqué vamos a pensar? bal del contexto, del significado de la relación y de la cultura

Muy a menudo ocurre que, "sin ser conscientes de ello", en­ en la que se expresa dicha conducta.

viamos mensajes contradictorios: la comunicación no verbal

no va en la dirección de la comunicación verbal sino en el sen­

tido contrario, produciéndose una paradoja. Pues sepa que van Uno seno: verbal porticulor puede tener significados di­

a creer a su cuerpo. ferentes en función del contexto social en el que se

En las relaciones más personales la observación de la con­ produce.

ducta no verbal, el rnpport, es fundamental para poder leer los

mensajes sutiles que se esconden tras un gesto, por pequeño

que este sea. Un ejercicio que utilizo en los cursos es sentar a Veamos un ejemplo de máxima actualidad. Uno de los ges­

dos personas, una enfrente de la otra. Una de ellas cierra los tos que habitualmente realizamos es asentir con la cabeza. Lo

ojos y se adentra en su mundo interior, permitiéndose seguir hacemos al hablar y lo hacemos al escuchar. Con este signo

todo aquello que le venga a la cabeza. La otra persona, el ob­ damos a encender canco comprensión como, a veces, acuerdo.

servador, sigue muy arenramence los diferentes cambios que Tal vez por ese motivo hay quien prefiere no mostrar asenti­

se van produciendo en la expresión de la persona que hace el miento, quieren evitar cualquier confusión, que no se i n t er ­

ejercicio. l labitualmente resulta mágico darse cuenca de cómo prete el asentir con el estar de acuerdo. Eso es fácil de observar

podemos describir el cipo de pensamientos que ha tenido nues­ en algunos oficios en los que cualquier expresión es inmediata­

tro interlocutor y el ritmo en que los ha ido entretejiendo. mente interpretada.


54 N1 me explico, ni me entiendes Capitulo primero 55

7
Un reciente estudio de la Universidad de Madrid se pro­ Po r otro lado. m ucha gente está convencida de que los g es­

puso precisamente conocer la razón del efecto persuasivo de to s y las expresiones pueden fingirse. Una de las actividades

asentir. La nueva hipótesis se basaba en un proceso mental q ue he podido desarrollar con profundidad es el teatro. Ha

que consiste en la posibilidad que tenemos los seres humanos sido y es una experiencia enriquecedora en la que he ap rendi­

de pensar sobre lo que estamos pensando. A esta capacidad de do muchas cosas. U na de ellas, es lo poco que los actores fin­

pensar sobre los propios pensamientos se la denomina meca­ gen. S u trabajo n el escenario es auténtico, aunque
e se trate

cognición. de dar vida a alguien que no son. Durante el período de ensa­

Los resultados pusieron de manifiesto que asentir con la y os aprenden a moverse, a expresarse y a gesticular como el

cabeza: pe rsonaje que representan. Es decir, dedican u n largo período

• Produce mayor persuasión que negar solamente en el caso a asimilar un lenguaje corporal que no les es propio. Cu ando

de tener pensamientos favorables. actúan ante el público todo comportamiento está aprendido,

• Si cenemos la cabeza llena de pensamientos negativos mecanizado. N o hace falta ngir, lo que pasa en el escenario es
fi

hacia algo, asentir aumenta el efecto de dichos pensa­ ta n real como la vida misma, sólo que se trata de una fotoco­

mientos desfavorables. pia. A menudo aparecen propuestas ormativas que pretenden


f

Gracias a este trabajo sabemos que la persuasión no sólo q ue nos convirtamos en líderes, en personas persuasivas y en­

depende de la identificación de los pensamientos de la gente, cantadoras sólo con aprender unos cuantos gestos y comporta­

sino también de lo que piensan sobre dichos pensamientos. mientos. Si una cosa he aprendido en este sentido es que todo

Ésta es quizá la mayor aportación de la investigación: la aquello que no esté interiorizado, que no salga de dentro, será

identificación de un nuevo mecanismo psicológico a través puro fingimiento.

del cual no sólo los movimientos de cabeza sino otras mu­ Dentro de la pragmática de la comunicación hay que con­

chas conductas pueden tener efectos persuasivos. De he­ siderar asimismo la proxemia, o cómo estructuramos nuestro

cho, los movimienros de cabeza constituyen simplemente espacio personal. l sentido del
E Yo de cada persona va más allá

una de las variables que pueden afectar a la confianza y con de su p ropia piel. A veces es un inconveniente para la comuni­

ello al cambio de a ct i tud . O tras conduc ta s como las expre­ cación el que nuestro interlocutor nos hable encima".
" E s cu­

siones faciales, la postura de la espalda o los movimientos de rioso observar cómo hay personas que parecen haber perdido

extensión y fl exión de brazos pueden in fl uir mbién en la


ta el sentido de la distancia i nterpersonal. E n los extremos están

persuasión a umentando o disminuyendo la confianza ue


q los que se acercan demasiado, invaden nuestra burbuja pe rso­

la g ente tiene sobre lo que piensa. s gestos influyen en el


Lo nal, mientras otros se a lejan en el momento en que les hablas.

grado de convencimiento que enemos respecto a los


t pe nsa­ La excesiva proximidad entre interlocutores bloquea la comu­

m ientos que comunicamos, determinando el nivel de per­ nicación entre desconocidos. E n cambio la densidad social

suasión resultante de nuestro discurso estos


y g nto para
ta favorece la despersonalización del intercambio. Cuanta más

nosotros mismos como para nuestro interlocutor. gente, más distante e impersonal. Tod os hemos sufrido el efecto

"ascensor", encontrándonos en un pe queño habitáculo con gen­

1 te, que no conoces y a una distancia más bien corta. Sólo salir
Todos los detalles de este trabajo de investigación han sido publicados por

Pablo Briñol) Richard Peny en el número de junio de 2003 del Jo11nw/o/ del ascensor ene ras en una sala de fiestas de moda, abriéndote
Pmonu/11] ond Sorit,I Pf]
. dt0/ogy.
paso entre m ulcitud de cuerpos a los q ue rozas sin ningún
Capítulo primero 57
56 Ni me exphco, rn me entiendes

es el padre que protege al niño. El padre se preocupa por el


temor. Algo parecido pasa en los estadios deportivos. Es difícil
mundo exterior y sus censuras".
de comprender la conducta de algunas personas si no es por el
El tono de la voz nos conecta esencialmente con nuestrasx
efecto "densidad social", a través del cual se despersonalizan
emociones. Es curiosa la forma en que las personas que nos
y actúan como si fueran otros. No soy Yo, sino uno más.
conocen capean enseguida nuestros estados de ánimo a través

del tono de la voz, como si por él se escapara nuestro tono

El tono de la voz: el fondo sonoro de las emociones


vital. Comunicamos lo que sentimos a través de nuestro alta­

voz personal. Cuando mandamos mensajes podemos distin­


Nuestra voz hace resonar nuestros estados internos. La voz
guir cuatro canales o tonos principales:
lo revela todo de nosotros, aunque no nos demos cuenca de

ello. Y no sólo eso. Los problemas que a menudo tenemos


-Autoridad
con la voz, algunos incluso crónicos, tienen una relación di­

Algunas personas usan habitualmente un tono enérgico y


recta con conflictos emocionales no resueltos. Observe cómo

alto: "Haz esto". Sus palabras suenan exigentes, obligato­


los bebés pueden pasarse horas llorando a grito pelado. Su
rias. Son aptas para dar órdenes, cosa que no gusta a mu­
expresión es natural, sin bloqueos, gritan hasta quedar ex­
chos.
haustos. De mayores, algunas personas no resisten hablar

apenas una hora sin quedarse afónicas. Una gran mayoría de

- Expectativa
nosotros funcionamos muy por debajo de la auténtica capaci­
Aunque no tiene una sonoridad tan autoritaria, sí mantiene
dad de nuestra voz natural. Obviamente existen problemas
un retintín, con cierto aire de ironía, de suposición sobre
fisiológicos o incluso, como veremos más adelante, trastor­
nuestra conducta: "supongo que lo harás ... ". No se dicen
nos del habla. Pero descartado el origen fisiológico, el resto

las cosas claras, se insinúan.


son problemas emocionales. Nuestro bebé ya no expulsa el

aire con naturalidad porque ha aprendido a reprimir, a blo­

-súplica
quear. Muchas consultas terapéuticas tienen como síntoma
Hay personas que parece que vayan pidiendo perdón por
alguna dificultad en la fluidez verbal.
8 existir. Lo piden todo bajito, rogando. Tiene ese aire de
El logopeda Anhur Samuel Joseph desarrolla un curioso

"por favor" continuo: "épor favor, lo harás?".


ejercicio con sus estudiantes los primeros días de clase. Les

pide que al llegar a sus casas cojan una grabadora y graben dos

--oesec
veces su voz. La primera vez tienen que recitar un poema y
Es el tono que expresa más madurez. No hay expectativa ni
cantar una canción a su libre elección, la segunda vez deben

obligatoriedad. Suena a libertad, a elección: "Me gustaría


repetir la operación pero desnudos. Al día siguiente, cuando Je

que lo hicieras ... ", suena a deseo.


traen las cimas, el propio Samuel es capaz de distinguir las

Así como los eres primeros canales. autoridad, expectativa


diferencias de voces. Según dice: "La voz desvestida es la voz
y súplica, se manifiestan ya desde niños, el deseo es más pro­
desnuda. Representa al niño que llevamos en nuestro interior,
pio de la madurez y de la seguridad de uno mismo. No existen
el Yo que aparentemente tenemos que proteger. La voz vestida
encuestas, pero parece que el canal con más adeptos es el de

� Arrhur Samucl Joscph, I,(] Jín, t


i S6ntlfo dtl alma, lnrcgral. Barcelona, 1996. expectativa.
Capítulo primero 59
58 N1 me explico, ni me entiendes

Palabras que dicen, palabras que hacen


IA: invito a reflexionar sobre su canal habitual. Pregúntele

a sus amistades, a sus compañeros de trabajo o a sus familiares.


Uno de los es tudios actuales m ás a pasionados se cen era en

Es importan ce darse cuenta de nuestro canal prioritario pues­


en contrar la relación exis tente entre el lenguaje y el pensa­
to que a menudo nos cuesta encontrar explicaciones a los re­
mien to. No resul ta íácil dar espuesta
r a es tas preguntas: iel
suttados que obtenemos al pedir cosas, dar órdenes o expresar
lenguaje es pensam e i nto? iNecesicamos el len guaje para pen­
opiniones. Si pudiéramos oírnos a nosotros mismos, seguro que
sar? iP\Jedo entender el mundo i
s n ponerle palabras? iLen­
muchas cosas cambiarían de tono, pero no es el caso. Recuer­
guaje y comunicación so n lo mismo ?
do ahora mis primeros cursos de crecimiento personal. Yo que
Este problema se h a planteado desd e i
d versas áreas de t ra­
venía del mundo de la radio y del ceauo estaba acostumbrado
bajo y desde p u neos de vista m uy dist intos, desde los defen­
a acentuar mi facilidad verbal y mi tono ..escénico". Pronto me
sores de las posturas innatis ca s hasta los íuncionalistas que
hicieron cae r en la cuenca de que, aun que me atend ían con
centran su nterés
i en el car ácter s ocial del len guaje. En al go

inte rés y educación, el rono y el estilo les par ecían sobr ecarga­
es tán todos m ás o m enos de acuerdo : el le nguaje in fluye en

dos , un camo r ococó, y de que podía dec r i lo m smoi con la


n uestra manera de pensar, a tra vés de él eonstruimos nuestras
m itad d e las pa labras y sin sonar a "pedantería".
realidades. Las palabras que usamos no son una mer a conjun­
Aunque sigan e xistiendo grandes maes tros de la o ratoria Y
ción gramatical: dicen y hacen cosas en nu estro cerebro , en

sin lugar a dud as mucha gente admira e l dominio de la fluidez


nuestra vida y en la de los dem ás.
verbal y de l lenguaje, hoy en dí a se valora m ás la cred b i ilidad
La pa abra l es procesada holíscicamente en el cerebro y pue­
personal que la verborrea florida y a ltisona n te . Nos gu�tan
de producir m odificaciones: las palabras lle gan a las diferentes
las p ersonas sen cillas, aras y
cl e ficaces. Y sobre todo tque
e structuras ne rviosas y orgánicas paso a paso, y poseen el po­
ma ntengan una conducta global coherente! Que lo que di­
der de a tera l r el estado bio químico de n uestro or ganismo, í
as

cen, c ómo lo dicen y lo que hacen sea u n codo armónico , con


como de construir o r econstruir redes neuronales que permi ­

po cas fisuras. Y en codo caso recuerde :


tan es tilos sa ludables de procesamiento de la in formación. Lo

di cho, l
i as palabras im pactan e n nuestro cerebro !

Nuestra manera de pensar y encender el mundo d eriva del

Hoy quien hablo mucha pera na dice nado; hay quien


len guaje que usamos y no al rev és. No es fácil encenderlo por­

habla paca pero dice mucho.


que sie mpre nos han co ntado que existe un mundo que es

como es. Pero ya hemos visto que ti mapa no es rl territorio. Y

nuestros mapas se construyen a través del lengua je.

El año 1981 queda ya un poco lejos. La propuesta de Mehra­

bian si gue teniendo p e l no vigor. aunque me gustaría matizar

que a través de los estudios a ctuales de la neur ociencia el valor Lo evidencia de lo realidad na se desprende dlfecto·

de las p alabras, ese 7% pobre y ra quítico, es tá escalando posi­ mente de ésto sino de las maneras que utilizamos

ciones v aunque siga siend o la hermana pobre de los factores poro explicarlo y comunicarnos mediante estos expll·

de la comunicación, bemos que


sa las palabras tienen un im ­ caciones.

pa cto im portante en nuestra neurolo gía.


60 N1 me exphco, rn me entiendes Capitulo prrmero 61

El significado de las palabras no depende de alguna espe­ ¿y cómo sabía que eso que sentía era amor?

cie de propiedad intrínseca, ni se produce siguiendo las reglas iLo sabía porque se lo dijeron! Si no, écómo lo iba a saber?

de la lógica formal. Decirle a alguien queeselme11osab11rridode Alguien le puso nombre a esa vivencia emocional para que us­

sus amigos, no es lo mismo que decirle que es ti más dioatido. ted supiera llamarle amor y no caramelo.

Formalmente las dos frases son idénticas pero obviamente no iQuién le enseñó que eso era amor?

son lo mismo. El significado va a depender del contexto, del Por supuesto que su familia, que supuestamente le hizo

entramado de palabras que acompañen la frase, las normas sentir amado y a la que aprendió a "amar", le enseñó que lo

lingüísticas, en definitiva, de cómo se organice el juego". que une una persona a Otra es el amor. O tal vez lo aprendió en

Voy a proponerle precisamente jugar con una palabra con la escuela o se lo contaron los amigos, o la tele a través de sus

cal de simplificar los diferentes procesos que se manejan hoy culebrones.

en día en lo que llamaríamos el estudio del discurso y la comu­ Y quien se lo contó, «íe qué amor hablaba?

nicación o la perspectiva discursiva. Pues del concepto de amor que se maneja en esa época, en

La palabra escogida es: amor; su contexto. No siempre el amor ha significado lo mismo. En

¿Dónde tiene usted el amor en su vida? otros tiempos se lo consideró como uñ sentimiento inferior,

¿En la cabeza? -En el pecho? ¿En el corazón? propio de gente que pierde la cabeza. También el amor fue un

iPues no! Por mucho que lo busquen los cardiólogos no lo símbolo de transacción comercial entre familias. Hoy transita­

van a encontrar. mos entre la caída del amor romántico y la emergencia del amor

El amor está, como todo, en su cerebro. Lo tiene en su narcisista. Así pues, usted sabe del amor lo que su sociedad le

memoria semántica, encargada de recordare\ significado de las ha dispuesto. Ni más, ni menos. Otra cosa es si usted ha sabi­

palabras que ha aprendido, con la inestimable ayuda de su he­ do trascender el proceso de internalización de lo social.

misferio derecho, el emocional, que da sentido a Jo que ha Entonces, éde qué amor hablamos hoy en día?

captado su hemisferio izquierdo, responsable del reconocimien­ Lo dicho. Cada sociedad nos proporciona una serie de re­

to del lenguaje. tenorios interpretativos (Poner y Werherell) basados en metá­

ti cómo sabe que eso que llama amor es amor? foras y mecanismos lingüísticos a los que cualquiera puede

Lo sabe gracias a su memoria episódica, encargada de re­ recurrir para construir una representación determinada de un

cordarle aquellos capítulos de su vida en los que vivió una ex­ aconcecimienco. Los repertorios no pertenecen a los indivi­

periencia amorosa lo suficientemente incensa como para re­ duos ni habitan en sus cerebros. Son recursos sociales que nos

cordarla incluso con el paso del tiempo. Y lo sabe porque ha sirven para nuestros propósitos.

aprendido a asociar una serie de fenómenos fisiológicos y quí­ Entonces, équedamos en que el amor es memoria?

micos que se manifiestan en una sensación determinada: nues­ En parte sí. Con todo lo dicho anteriormente usted se aca­

tro cerebro dispone de un sistema "límbico" en el que anida la ba haciendo una idea de lo que es el amor, pero no es una idea

amígdala, un complejo heterogéneo de núcleos que participa básica sino compleja: usted construye un hermoso "constructo"

en las respuestas emocionales, desencadenando mecanismos sobre el significado del amor. Es como un paquete mental que

�ndocrino�, autonómicos y conductuales. contiene los pensamientos, las emociones y las conductas

que usted tiene en el amor.


• Joh11 Shoner, &iJ/11/adt'S rottt'f'f'StKW1111/f'S.. /,a ro,wnvrión dt' /(1 r.:ida a trotYS ,
M
Y eso édónde está en mi cerebro?
/n,guay, Amorronu. lluenos ,\ires, 2001.
Capítulo pnmero 63
62 Ni me exphco, ni me entiendes

En ninguna parte y en todas. No es un archivo, ni una zona, las modalidades discursivas más importantes en la vida so­

sino un conjunto de procesos neuronales que se producen ante cial. Mediante las narraciones damos sentido, construimos e

cada experiencia. Eso sí, el resultado acaba siendo una repre­ interpretamos nuestro mundo. Somos lo que decimos que

smtorión mmtol. Si yo le pregunto ahora qué es para usted el somos y lo hacemos a través de las auronarraciones.

amor, no dudo que más allá de lo que razone le vendrá una


¿y qué hago en ronces con el amor?

imagen a la cabeza. Esa imagen es el ancla que le trae su expe­ Usted con la palabra amor hace cosas. Una declaración como

"te amo" es mucho más que la mera expresión de un senti­


riencia sobre el amor.

Entonces, équé pasa cuando oigo la palabra amor? miento, es una acción que desencadena una transformación

incorporal en el otro.
Que la palabra dispara su representación mental con lo cual

el significado final no es canto lo que la palabra simboliza

literariamente hablando, sino lo que su constructo le dice so­

bre el cerna. Es así como cada persona encenderá el concepto, Las cosas que decimos cumplen funciones en el con­

pero responderá en función de lo que el amor sea para ella. texto en que los decimos: con los palabras hocemos

Cualquier palabra que decimos tiene una traducción inmedia­ cosos. Lo convesoao« es visto como uno manero de

ta según nuestra experiencia y, por lo tanto, impacto en nuestro "hoce, cosos con los palabras" conjuntdmente: es lo

neurología. Por eso sostengo la importancia de las palabras. Pero manera socio/ bdsica de utilizar el lenguaje.'º

aún hay más.

CQué quiero decir cuando digo amor?

Usted tiene su consrucro sobre el amor, pero cuando habla La psicología discursiva, en lugar de buscar qué son las

sobre el amor no lo va hacer siempre de la misma manera. Va a creencias, las emociones, los recuerdos, examina de qué ma­

depender del contexto, de con quién esté hablando, de lo que nera se utilizan estos términos psicológicos en nuestra vida

Je hayan dicho previamente en la conversación, es decir, va a cotidiana.

tener en cuenta o va a dar respuesta a réplicas que le han he­ Entonces, para acabar, équé es el amor?

cho en función de la interacción. Seguro que en una conversa­ No sé lo que es et amor. Lo que sí sé es a lo que yo llamo

ción sobre el amor no dirá usted lo mismo según quien renga amor: la vivencia más incensa y divina que podemos sentir.

delante y según se desarrolle el discurso. Por lo tanto, hay va­

riabilidad en aquello que decimos.


Neurología: la comunicación que no se ve
Entonces, équé pasa con mis vivencias amorosas?

Cuando usted cuenta sus experiencias en el amor está No sólo las palabras impactan en nuestra neurología. El con­

narrando parce de su vida; o sea, usted se define a través de junto de nuestros procesos cerebrales, en cada momento,

esa narración. Una de las principales maneras mediante las nos mantienen en un estado interno que se traduce exrer­

que aprendemos a relacionarnos, a autoexplicarnos, a enten­ na menee:

der quién y cómo son los otros y nosotros, y también a expli­

car, mantener y socavar argumentos es mediante las histo­

rias, las narraciones y los relatos en los que nos vemos inmersos ·� J. L. Ausrin, Cómo lwrrr rosnsro" poklbms: pti/obms J {l("df!llfS, Paidós. Barce­

lona, 1998.
desde el momento en que nacemos. La narratividad es una de
Capitulo pnmero 65
64 N1 me explico, ni me entiendes

sentidos y el cerebro explican que sólo podemos percibir re·

Nuestra neurología impacto e influye en fo neurología laciones y pautas de relación que constituyen la base de la

de los demás. experiencia. Aceptamos o rechazamos a personas desconoci­

das aunque no sabemos por qué. Todo se fundamenta en una

impresión, en unas pautas perceptivas con significado para

Hay días en que la vida nos sonríe: si usted se muestra nuestras neurologías. Así pues, vamos impactando en los de­

sonriente tenga por seguro que hará sonreír a los demás, con lo más y viceversa, nos influimos mutuamente como si de nues­

cual recibirá más sonrisas que a su vez le harán sonreír más. tra frente se proyectaran ondas invisibles que afectan a los

Este proceso de multirerroalimemación lo ha producido su neu­ cerebros ajenos.

rología, por mucho que su horóscopo coincida en que hoy va a Pero lo más interesante, a mi modo de ver, es la capacidad

ser un gran día. Todo lo contrario ocurre si la vida le pega de que tenemos de influir en nuestra propia neurología. Mucha

narices. Usted está de mal humor y se da cuenta de que los gente acaba siendo víctima de sus estados internos porque

demás también lo están. Vaya, lqué mala suerte! Hoy que us­ piensa que "lo que siente es lo que siente". Se dicen: "ési

ted está fatal los demás están peor. ¿casualidad? No, isu neu­ estoy así qué le voy a hacer?". Uno de los procesos que se

rología está contaminando el planeta! produce en nuestra neurología es el de la memoria. Muchas

Entre estos dos extremos tenemos días en los que es difí­ de las cosas que hacemos y sentimos son anee todo fruto de

cil distinguir si estamos en un gris claro u oscuro. Usted es el la memoria. Son programaciones establecidas en algún mo­

mismo, pero su neurología probablemente no. Ya hemos visto mento de nuestra vida y que dirigen, inconscientemente, mu·

en el aparcado dedicado a la pragmática de la comunicación chas de nuestras conductas. Si desde su infancia padece el

que nos expresamos a través de nuestro lenguaje corporal y el síndrome de la bata blanca, en referencia a los médicos, se·

tono de la voz. Pero, é q u é es exactamente lo que expresamos? guro que aun de adulto siente una cierta ansiedad anee su

Nada más y nada menos que nuestros estados internos, entre presencia. Es más, probablemente la ansiedad la sufra ya sólo

los que se incluye el estado de ánimo. Obviamente, a veces de pensarlo. Ante la presencia de la bata blanca usted notará

existen razones o circunstancias externas que marcan el ritmo los síntomas característicos. Pero esos síntomas éson reales?

vital, pero muchas otras son completamente inconscientes, nos Los siente ahora, pero no pertenecen a esta experiencia. La

es complicado acceder a dicha información. Nos sentimos de baca blanca forma parte de una de sus muchas, muchísimas

una manera u otra sin saber por qué. Por eso prefiero hablar representaciones internas. Y ahí está la clave, icomo trans­

de estados internos, del conjunto de mi ser que se expresa formarlas!

ahora y aquí de una forma concreta. Ese estado interno tiene El éxito actual de la Programación Neurolingüística (PNL)

su expresión neurológica, es decir, mi sistema senso-motor )' se basa entre otras cosas en cómo transformar estos estados,

mi sistema nervioso van a traducir externamente ese estado. Y operando sobre las representaciones internas que tenemos

eso es lo que los demás van a capear. Nuestra conducta es el hechas de las experiencias. l lablaré de ello más exrensamen­

resultado del estado en el que nos encontramos y dependerá te en otro capítulo, por ahora vale la pena saber lo importante

de nuestro modelo de mundo, de nuestro mapa. que puede llegar a ser dominar nuestros estados internos,

Nuestras neurologías dialogan a diario, se contagian nues­ ponerlos a nuestro servicio, recuperar de nuestra memoria

tros estados neurofisiológicos. Las investigaciones sobre los aquellos recursos que nos convengan. Porque de eso se traca.
66 Ni me exphco, ni me entiendes
Capítulo primero 67

¿Qué estado de recursos internos necesito en este momen­


cerebro, eso sí. dentro de unos límites predeterminados. Si
to? Seguro que ese estado deseado forma parte de su memo­
usced practica a diario una actitud empácica tendrá la mejor
ria, tiene una representación interna. Seguro que existe en
garantía de que acabará modificando el funcionamiento cere­
su vida una experiencia en la que dispuso de tales recursos.
bral, conviniéndose primero en un estado de ánimo y a la pos­
Si lo piensa bien, se dará cuenca que este ejercicio lo hace
tre en un temperamento.
muchas veces al día, aunque sin tener conciencia de ello.

¿Qué piensa que está haciendo cuando escucha su canción

favorita, cuando cambia la "depre" por ir de compras o sim­

plemente se dedica a visualizar momentos mágicos de su vida?

Por el contrario, está demostrado que recordar malos momentos

de la vida eleva la presión sanguínea y afecta al corazón. Puestos

a escoger é n o cs mejor y más saludable procurarse estados posi­

tivos?

Y si todo esco le parece algo complicado, le propongo que

pruebe a cambiar la expresión de su rostro. ¿sabía usted que la

expresión deliberada provoca cambios fisiológicos? Uno de los

sorprendentes resultados del trabajo del gran investigador

de las expresiones emocionales, Paul Ekman, asegura que el

hecho de asumir intencionadamente la expresión facial propia

de una determinada emoción suscita los mismos cambios fi­

siológicos que acompañan la expresión espontánea de esa emo­

ción. Hagamos la prueba. Cierre los ojos. Ponga cara de pena,

de tristeza, de lamento. Y ahora recuerde algún capítulo triste

de su vida. iMás vale que tenga un pañuelo a mano! Pero no

vayamos a ponernos tristes. Sonría, por favor, la neurología aje­

na Jo agradecerá. Además, cuando la gente está de buen humor

es más altruista.

No quisiera acabar este capítulo sin recordar un hecho im­

portante de nuestra neurología: la plasticidad neuronal. Nues­

tro cerebro está diseñado con una atractiva plasticidad para

que podamos adecuarnos incluso a las experiencias más duras.

Lo bueno y lo malo de nuestra plasticidad es que podemos

transformar nuestro cerebro a medida que nos transformamos

nosotros. No es que cambie nuestra estructura cerebral, pero

sí la red neuronal que ha aprendido a actuar de una manera o

de otra. La experiencia y el aprendizaje modifican nuescro


Capítulo segundo

Atrapados en el laberinto: la descomunicación

No dejes que los percepciones limitados de los persa·

nos te definan.

Virgina Salir

Ninguna relación es igual. Como vengo señalando desde el prin­

cipio, la red que entretejen dos personas entre sí riene carac­

terísticas únicas. A menudo esta red se enmaraña de tal forma

que nos atrapa.

Este capítulo se dedicará a reconocer las interferencias

más importantes que se producen durante el proceso comu­

nicarivo. Algunas son efectos perceptivos, otras son de índo­

le psicosocial. También analizaré problemas de carácter fisio­

lógico y sobre todo repasaré las aportaciones que han hecho

los participantes de mis cursos que, a través de sus experien­

cias, han dado lugar a un curioso listado de "problemas" que


70 N1 me explico, ni me entiendes capítulo segundo 71

aparecen en sus relaciones. Espero que esta mezcla de bases transportarnos en tiempos psicológicos a menudo nos juega

psicológicas y sabiduría popular sirva para detectar aquellas malas pasadas.

interferencias que más a menudo practicamos sin apenas dar­ Observe qué poca diferencia existe entre presuponer y "dar

nos cuenta. Sin duda éste es el primer paso: ireconocerlas! por hecho". Es como si sólo porque se nos ha ocurrido algo,

También deseo que esa toma de conciencia sea el impulso vaya a ser cieno. Como ya he señalado en el principio de la

suficiente para encontrar nuevas alternativas a sus conduc­ intencionalidad, esto se produce al atribuir a los demás nues­

tas limiradoras. tras intenciones. Veamos una hipótesis: una pareja que aprove­

Toda conducta, por muy extraña que pueda parecer, segu­ cha los mediodías para comer juntos siempre que pueden; ella

ro que tiene sentido y es positiva en algún nivel de nuestra piensa "si no me ha llamado, es que no vendrá a comer", por

experiencia. fbr ello no subestimo las conductas supuestamente ejemplo. Lo piensa así porque esto es lo que ella haría en esa

erróneas. Las conductas nacen de nuestra interacción con el situación. Una vez planteada la hipótesis codo consistiría en

medio y escogemos en cada momento la mejor que tenemos comprobarla ("cariño, évendrás a comer?"). iPues no! Con fre­

a nuestra disposición, es decir, hasca allí donde ha podido lle­ cuencia la hipótesis misma actúa COQlO realidad. ¿Qué ocurre?

gar nuestro aprendizaje. fbreso prefiero no canto eliminar con­ La otra persona, que no ha podido llamar ames, lo hace ahora

ductas sino aprender nuevas alternativas. Los problemas vie­ para anunciar que, aunque tarde, vendrá a comer.

nen cuando ame diferentes situaciones utilizamos siempre la "Oh, es que como no me has llamado he supuesto que ten­

misma conducta porque no tenemos otra aprendida. Es im­ drías trabajo y ya he comido por ahí." El otro se enoja porque

porcante en la vida disponer de cuantas más alternativas posi­ no entiende la suposición:

bles mejor. lSi siempre hace lo mismo siempre obtendrá el "Me podías haber llamado, foo?"

mismo resultado! "Es verdad, pero he supuesto que como me dijiste que

tenías mucho trabajo y que posiblemente no tendrías tiempo

ni para comer... además, la última vez que tuviste mucho tra­


Interferencias
bajo ini se te vio el pelo!"

En este primer apartado se describe un pequeño inventario de "Sí, es cierto, pero te avisé. Y hoy no te he dicho nada "

"trampas comunicativas" que, de no ser detectadas a tiempo, "Bueno no sé ... es que lo vi can claro que no vendrías "

acaban enmarañando la relación. Seguro que hay muchas, unas Nos montamos la película solos y luego queremos conven-

más evidentes que otras. Aquí he trascrito tanto aquellas que cer al otro de que lo pensado estaba bien pensado. Y no siem­

he podido observar como aquellas que la gente me cuenta como pre es así. Por lo que he podido comprobar las presuposiciones

significativas. juegan muy malas pasadas. Y algunas personas son expertas en

presuponer los movimientos de los demás, desde su punto de

vista, claro.
Las presuposiciones
En el trabajo, las presuposiciones actúan de forma

Una característica muy humana es nuestra capacidad para pre­ devastadora. ¿No le ha pasado nunca que después de distribuir

suponer. A diferencia de cualquier otro animal, disponemos de careas, a la hora de la verdad nadie las hace, o las hacen al revés?

los mecanismos menrales que nos permiten proyectarnos ¿Qué ha pasado? Los de un departamento han entendido que

hacia el futuro o viajar al pasado. Esra inigualable capacidad de eso lo haría otro departamento. Los del orro han entendido
Capítulo segundo 73
72 N1 me exphco. ni me entiendes

-interpretar
que vale, que ya Jo harán cuando tengan tiempo. Otros han en­
Atribuir intenciones a las personas es otro de los juegos so­
tendido que se traca de un proyecto y algunos más han decidido
ciales que provocan las presuposiciones. Cuando atribuimos
hacer oídos sordos.
un significado a una evidencia observable estamos interpre­
(Qué es lo que realmente ha pasado? Que todo se da por
tando vilmente. Hagan lo que hagan los demás, siempre es­
supuesto. A menudo pensamos que hay cosas que s,sobrttntiendt.
tamos a punto para poner en practica el principio de la
Ése es el caldo de cultivo para las presuposiciones. Deje de
intencionalidad que ya he argumentado, es decir, nos encar­
presuponer que las personas son lo suficientemente responsa­
gamos de interpretar la conducta ajena de acuerdo a las in­
bles como para saber o entender "lo que hay que hacer" open­

tenciones que hemos asociado a nuestras propias conductas.


sar que las cosas "ya se harán". No caiga en la trampa de pensar
Los demás van a hacer lo mismo con usted. Parece que no
que tos demastooerancomo yo. Clarifique lo que quiere, cómo lo
hay juego can apasionante como convertirnos en improvisa­
quiere y quién lo va a hacer, y aún no conforme con ello, asegú­
dos guionistas de la vida de los demás. El paradigma de este
rese de que le han entendido. Eso no es ningún signo de des­
fenómeno son los actuales programas de la televisión. Nos
confianza, como algunos creen, sino todo lo contrario, una ga­

proporcionan la cantidad justa de medias verdades o medias


rantía de que "nos hemos entendido".
mentiras, pagadas a buen precio, para que el resto lo cocine­
De las presuposiciones nacen unos subgrupos:
mos a placer. Para ello colocan una serie de tertulianos que se

ganan la vida "interpretando" la vida de losfreaks que la pro­


- La lectura mental
pia televisión ha creado. Lo malo es que por el efecto de la
A veces decimos: "iya sé lo que estás pensando!". No sólo
multiplicación la gente acabe creyendo que eso es lo más
somos capaces de presuponer sino que además nos conver­
normal del mundo.
timos en adivinos del pensamiento. Por esa capacidad que

tenemos de leer en las expresiones de los otros nos atreve­


- Efecto - Causa
mos a hacer conjeturas sobre lo que les está pasando por la
Las interpretaciones que más rabia dan son las de efecto­
cabeza. A menudo acertamos, aunque no deja de ser una
causa. En las conversaciones algunas personas tienden a com­
fantasía. Tal vez atinamos en el contenido fundamental de
pletar las frases de los demás, cosa que ya no es de buen
ese pensamiento, pero les aseguro que son inalcanzables to­
proceder, pero lo agravan cuando para colmo pretenden saber
dos los procesos que están pasando por el fuero interno de
(sin saber realmente) la causa de las cosas:
una persona mientras piensa. Ni tampoco tenemos acceso a
A-El otro día por la noche no me encontré muy bien ...
todas sus intenciones y aún menos a su inconsciente. (Qué
B-iScguro que comiste demasiado!
sentido tiene entonces decirle a una persona: "lno me enga­
A-No, es por el trabajo ...
ñes, que ya sé lo que estás pensando!"? iSepa que sólo por
B-Claro, cada día nos exigen más ... iNo sé cómo vamos a
eso va a pensar en otra cosa!
acabar!
Cuando usted sea víctima de una lectura mental le pro­
A-No, es que hay regulación de plantilla.
pongo que utilice esta pregunta: (Cómo lo sabes? Con ella podrá
8-Estás preocupado por si ce echan.
comprobar las pruebas que utiliza la otra persona para hacer la
A-No, pero me pueden trasladar.
lectura mental.
74 N1 me explico, ni me entiendes capítulosegundo 75

8-Ah, y tú quieres quedarte. -Aconsejar

A-No lo sé ... por eso no me encuentro muy bien por las ¿Alguna vez han hecho caso de un consejo que les haya da­

noches. do alguien que les ha dicho que les iba a dar un consejo? No

En este diálogo se aprecia cómo B completa las frases de A he encontrado a nadie que me haya dicho que sí. Me dicen

atribuyéndoles causas. Hubiera sido mucho más sencillo pre­ que sólo han aceptado consejos de aquellas personas que les

guntar después de la primera frase: han inspirado lo suficiente como para merecer escucharlos.

A-El otro día por la noche no me encontré muy bien ... Todos aquellos que van regalando consejillos por ahí harían

B-¿y qué hizo que no te encontraras bien? bien en saber que, aunque por educación les demos las gracias

A-Estoy preocupado porque en la empresa hay regula- y un golpecito en la espalda, lo que ha entrado por una oreja

ción de plantilla. saldrá por la otra.

B-ti qué es exactamente lo que te preocupa? Sucede a menudo que las personas que mejores consejos

A--Que me puedan trasladar. podrían dar son precisamente las que no Jo hacen. Por eso.

Con dos preguntas todo resuelto. Lo importante en este Porque saben que no hay que dar consejos. Saben que el apren­

caso no es sólo acerrar las preguntas sino dejar de presuponer dizaje en la vida es algo muy particular. Que cada uno debe

causas. Parece mentira que haya personas que se pasen el día aprender sus propias lecciones. Y que nadie está en el mismo

encontrando los porqués de los demás. Como en las quinielas, momento ni el mismo nivel en la vida. De ahí la dificultad de

acostumbran a acerrar muy poco. Al igual que en el caso de las ofrecer soluciones que no pueden ser más que generalizacio­

lecturas mentales podrá salir del paso preguntando: ¿Cómo nes. Y épara qué hacerlas?

sabes que X significa Y? Es decir, cómo se ha establecido la Existe una comunidad de almas caritativas que se desvi­

equivalencia entre X e Y. ven por ofrecer consejos. Acostumbran a usar expresiones del

tipo:

-Juicios "Yo de ti ... "

Acabo este aparrado sobre las presuposiciones con todo un "Yo en tu lugar... "

clásico: cuando nos convertimos en jueces inapelables de los "No es cosa mía, pero ... "

demás. Categorizar a las personas es reducir su identidad a "¿Sabes qué puedes hacer... ?"

una conducta o a un conjunto de ellas. Voy a darle la vuelca al "Tú hazme caso a mí..."

tema: detrás de los juicios se esconden muchas proyecciones "Yo sé lo que te conviene "

personales. Por lo tanto, dime qué juzgas y te diré lo que ce "Te voy a decir una cosa "

falta o lo que te sobra. En los demás vernos lo que queremos "No me gusta dar consejos, pero "

ver. Y lo que queremos ver tiene mucho que ver con nosotros "Yo no sé tú, pero yo lo que haría ... "

mismos. Por eso ante los juicios es muy sano tomarse una Del mismo modo que existe un ejército de "consejeros y

distancia prudente que nos permita una mínima reflexión, consejeras", existe otro de "demandadores de consejos". Es

pero nunca quedarse atrapado o atrapada en "el qué dirán". decir, lDios los crfo y ellos se juntan! Es una trampa psicológi­

En todo caso, sepa que lo que dirán, dirá mucho de ellos o de ca, puesto que hay personas que refugian sus inseguridades y

ellas. su falta de decisión en los consejos de los demás. "Que decidan


Capítulo segundo 77
76 Ni me explico, ni me enuendes

por mí", así me ahorro el malestar de escoger o de tomar deci­ acto de afirmación identitaria. Cuanto más defiendo mi razón

siones. Creyendo que les ayudamos lo que hacemos es más exalto mi identidad. CQué necesidad hay de ello? Si esta­

empequeñecerlos, les limitamos su propio crecimiento. Tal vez mos convencidos de nuestras ideas, de nuestros valores y de

deberíamos preguntarnos: ¿Qué estoy consiguiendo para nuestros sentimientos, é p a ra qué defenderlos tanto? é'Tal vez

mí ayudando tanto a los demás? Muchas personas llenan su porque no estamos seguros de ellos? ¿Acaso no puedo aceptar

vacío interior queriendo llenar el de los demás. que los demás vean las cosas diferentes de como yo las veo?

¿Ent0nces no podemos dar ningún consejo? Entendido así, ¿Acaso si me quedo sin razón, me quedo sin nada?

como "algo que te doy", mejor que no. Le propongo en rodo Entiendo que a veces usred puede disponer de un punto

caso reflexionar sobre cómo inspirar al otro para que se dé cuen­ de vista, de una información o de un nivel de experiencia dife­

ta por sí mismo. ¿No es mejor hacerle reflexionar que darle la rente al de su interlocutor. Usted, pues, tendrá sus razones.

comida triturada? Algunas personas utilizan la fórmula de con­ Pero écómo hacer para que el otro también las vea? Y en todo

tar su propia experiencia, es decir, lo que ellos harían en esa caso, aunque no las vea, écómo integrar sus razones? Observe

misma situación. Es otra trampa. Ninguna experiencia es igual, que "razonar" es un mecanismo intelectual, óptimo para pla­

ni nadie tiene exactamente los mismos recursos para solucio­ nificar, organizar, hacer uso de la lógica, contar, etc. Pero en las

nar los problemas. Ponerse usted mismo de ejemplo es como cuestiones de la vida no valen tanto las razones como los sen­

decirle: "yo sé lo que hay que hacer y tú no". Las relaciones de timientos. Vivimos la vida, ino la pensamos! Por ello es una

arriba abajo son siempre desiguales. trampa quedarse instalado en la razón.

Y para acabar "un consejo": observe el resultado de sus Recuerde: puede ganar rodas las discusiones, pero perder

consejos. Puede que se dé cuenta de que la gente acaba ha­ sus amistades; puede conseguir que le acaben dando la razón,

ciendo lo que le da la gana, tanto si le conviene como si no. pero no el corazón.

- Querer tener razón - instrucciones paradojales

Menuda pesadez andar por la vida queriendo tener razón. El Sin darnos cuenta a menudo damos instrucciones u órdenes

Dr. Demartini dice en uno de sus libros: "No estamos aquí imposibles de cumplir. Con ello colocamos a la persona en una

11
para tener razón, sino para amar" . Todos queremos defen­ dificil situación en la que haga lo que haga lo hará mal. Un

der nuestros mapas como si fueran los del tesoro. Nuestro clásico de las instrucciones paradoja les es este: "iSé espontá­

convencimiento sobre las cosas y las personas es tal que sin neo!".

darnos cuenta desacreditamos el convencimienro de los de­ Como puede imaginarse, si le pedimos a alguien que sea

más. espontáneo ya deja de ser espontáneo.

Reconozco que yo he sido un gran testarudo y por ello ha­ Una versión algo diferente de las paradojas se produce cuan­

bré desesperado a más de una persona. Ello me ha hecho des­ do decimos:

cubrir que detrás de los empecinamientos se esconden gran­ "Tú haz lo que te dé la gana ... pero si lo haces ... ".

des inseguridades. A más testarudez, más inseguridad. Al Esta especie de velada amenaza se conviene en paradójica

mantener en pie de guerra nuestra razón estamos haciendo un en tanto que si usted hace lo que le da la gana hace mal, pero

si desiste de hacer lo que le da la gana también hace mal por­

'º John E Demanini, /.nn:pum,ri<1drvuórim11'1110, Urano, Barcelona, 2002. que tampoco obedece a la primera premisa.
78 N1 me explico, m me entiendes Capitulo segundo 79

Muchas conversaciones acaban con la expresión: "Tú mis­


no sólo en la capacidad de expresar lo que sentimos sino en

mo/a ... ".


hacerlo de manera oportuna. No siempre los que tenemos de­
Es muy parecida a la paradoja anterior. Es decir, después
lante son dignos de nuestra confianza, o a la inversa, éhasra

de pasar lista a una serie de expectativas o compromisos ter­


dónde los que nos escuchan quieren oír nuestras miserias?

minamos diciendo "tú mismo". Con ello indicamos que "este


. Sea como sea y más allá de los prejuicios, una cosa está
es lo que tienes que hacer", pero se supone que "tú eliges el
clara: oque/lo persona siro/e l
o que siente. Tal vez a partir de ahí
hacerlo o no". iMenuda encerrona! Si soy yo mismo no soy tú
podemos acercarnos a su experiencia, reconocerla y entender

(con tus compromisos y expectativas), pero si soy tú, ya no


qué le lleva a expresarla así. Como ya he mencionado, no sen­

puedo ser yo. timos las mismas cosas siempre de la misma manera. Es por

En estos casos se puede aclarare! significado tanto de obe­


eso que detrás de los impactos emocionales se esconde infor­

decer las instrucciones como de no hacerlo. "¿Qué pasaría si lo


mación útil para entender lo que nos está pasando ahora y aquí.

hiciera?/ ¿Qué pasaría si no lo hiciera?" Aunque lo mejor acos­

tumbra ser poner al descubierto la paradoja y, por tanto, la


- Escucharse a sf mismo

imposibilidad de obedecer.
CCuántas conversaciones de las que tiene a lo largo del día son

realmente de su interés? Deseo que sean muchas, pero si no

- Decir lo que hay que sentir es así, qué hace mientras escucha a un interlocutor que le

Llega a rozar la mala educación decir a los demás cómo se tie­


cuenta cosas que no son de su interés, que tal vez le atiende

nen que tomar las cosas. Ad mico que es una ten ración cuando
por puro compromiso. A menudo desconectamos.

herimos a alguien decirle: "No te lo tomes así ... ". Pero hay que
No siempre tiene que tratarse de una conversación pesa­

admitir que no somos los más indicados para pedirlo.


da, a veces incluso en el fragor de una batalla dialéctica esta­
Puede que nos corroa un cierto sentimiento de culpabili­
mos más pendientes de nuestras sensaciones que de lo que le

dad o que simplemente desde nuestro mapa las cosas tengan


pasa a nuestrosporring. Nos escuchamos a nosotros mismos.

una importancia menor. Precisamente por respeto al otro y por


Nuestros diálogos internos nos acompañan allá a donde va­

tratarse de "sus" emociones y sentimientos hay que tener


mos. S on como una especie de agencia de noticias que nos

mucho tacto con este tema.


transmite minuto a minuto lo que vamos pe rcibiendo. i nuestra
S

"Pero ahora é po r qué te lo tomas así. . .?"


atención se centra en la agencia, estamos escuchándonos a

"Venga, venga, que no hay para ramo ... "


nosotros mismos. iEs tamos desconectados!

"iNo llores tú ahora ... !"


Al gual que el teléfono emite un sonido de
i "ocupado",

.. ¿A qué viene que te pongas así. . .?"


nosotros ta mbién mandamos un mensaje a nuestro interlocu­

"Es que ce enfadas por nada ... "


tor de estar desconectados".
" Y se nota. No es precisamente

Aún reconociendo que algunas personas adolecen de labili­


muy agradable ser consciente de que tus palabras caen en la

dad emocional eso no es motivo para menospreciar lo que sien­


nada ya que q11ie11 te oye )'O 110 tf fsr11rho. s hora de cambiar de
E

ten. Es curioso porque lo mismo que hay gente a la que le


conversación o l
ta vez de despedirse.

cuesta horrores expresarse ante los demás, otra no tiene nin­


Es coy de acuerdo que la única conversación que les i nte­

gún reparo en hacer exhibicionismo emocional. No es fácil el


resa a muchos es hablar de ellos mismos. H ablan y hablan de lo

manejo de las emociones, la confianza en uno mismo consiste


suyo y se aburren con lo que les pasa a los demás, lo l i qu i d a n
Capítulo segundo 81
80 Ni me explico, ni me entiendes

rápido. Lo que les pasa a ellos/as es lo más grande, lo más im­ fin! ... hasta que cuando ya nos levantábamos de la mesa ... "pero

portante, lo más divertido, lo más triste, lo más de lo más. Lo que conste que ... " iCaímos en la trampa!

que ce pueda pasar a ti, a ellos les pasa el doble. Están pen­ Ese síndrome de mantener la razón a toda costa acaba por

dientes de sí mismos. interferir en las relaciones, sobre todo porque es de una enor­

Porel contrario, otras personas están can pendientes de los me fragilidad que la autoestima se sostenga por "la razón".

demás que se olvidan de sí mismas. No sólo escuchan ¿Acaso somos lo que pensamos? ¿Acaso se nos quiere por nues­

a los demás sino que preguntan, viven y se desviven por lo tros razonamientos? Suele admirarse a la gente que razona bien

que les pasa. A veces convienen la vida de los demás en su pero quererla ya es otra cosa.

vida. También andan desconectadas pero de sí mismas. Al acostumbrarnos a decir la última palabra volvemos a

Entre los dos extremos se encuentra ese sano punto de entrar en el juego del poder en las relaciones y en la necesi­

equilibrio que representa no tanto el escucharse como el sen­ dad de apoyar la baja autoestima y/o la inseguridad en gran­

tirse a uno mismo, ahora y aquí. ¿Qué sentido tiene escar oyen­ des expresiones de la propia identidad. Una manera de ha­

do una conversación que no ce interesa? Pero tu interior lo cerlo es procurando que sea nuestra palabra la última en

sience: "CQué hago yo aquí escuchando codo esto?". Eso es a sonar, como si en esa resonancia se guardara la esencia mis·

lo que podemos acender. De lo contrario el diálogo interior se ma de la verdad.

convierte en otra cosa: "iPero qué pesado el tío éste ... y enci­

ma le tengo que poner buena cara ... con las cosas que tengo - Hablar sin decir nada

por hacer... qué plomo! pero écómo se lo digo ... ? ése me no- Qué complicado es a veces seguir una conversación, éverdad?

tará que no le aguan ro? a ver, équé excusa podría poner... ?". Ante nuestros ojos habla una persona a la que conocemos, pero

Para qué sufrir tanto. Una actitud asertiva puede resolver de la que no entendemos nada de lo que nos dice. Es como si

la situación: se hubiera metido en un bosque de palabras y se hubiese per­

"Me gustaría mucho mantener esca conversación en otro dido entre la maleza lingüística.

momento, pero ahora tengo que ... espero que no te impor­ Comunicamos lo que somos, Jo que sentimos, aunque a

te ... ". Por ejemplo. veces queremos huiro enmascarar dicha realidad. En lugar de

Cuando se dé cuenta de que está desconectando, cuelgue hablar con sinceridad nos enmarañamos en un conjunto de pa­

su diálogo interior y pase a la acción, come el protagonismo de labrerías que distraen la comprensión. Hablamos mucho pero

la conversación o no acabará nunca. no decimos nada.

También existen algunos roles profesionales que invitan a

- Decir la última palabra la práctica del rollo discursivo. Hablar desde el rol puede que

Una especie de sucedáneo del "tener razón" consiste en decir sea legible entre colegas pero, é q u é pasa cuando usamos el

la última palabra. A menudo vamos dando tumbos en las con­ mismo estilo con los demás? Y no me refiero sólo a las palabras

versaciones conscientes de que nuestros argumentos ya no se en sí, que pueden ser unas u otras, sino a la elocuencia con la

sostienen. Aún así insistimos, tal vez desde otra perspectiva, que son expresadas. Hay por ahí auténticos maestros de la ora­

en continuar diciendo lo mismo. Como seguimos bombardea­ toria que generan a su alrededor una cohorte de admiradores.

dos y se nos agota el material, vamos cediendo terreno hasta l\lás de una vez he oído: "ino sé lo que ha dicho, pero lo ha

casi el final, cuando cedemos la razón. Todos conteneos, ipor dicho tan bien ... l".
Capitulo segundo 83
82 N1 me explico, ni me entiendes

congruente con mi estado de ánimo. Si ese día usted está irri­


Cuando nos enmarañamos, cuando el que nos escucha pone

tado se fijará en todo aquello que esté de común acuerdo con


cara de "no entiendo nada", hay que abandonar ese camino, ya

su irritación; verá otras personas irritadas, se fijará en los con­


que, tal vez sin darnos cuenta, estamos metidos en nuestro

ductores agresivos, Je llamarán la atención las noticias del pe­


hemisferio izquierdo, el que domina el lenguaje, y dificulta­

riódico o de la cele más cargadas de tensión; en fin, que llegará


mos el mensaje de fondo. ¿Cómo hacerlo? Pare un momento,

a la conclusión de que codo el mundo anda irritado. Y en el


escuche su corazón y siga por ahí. Seguramente se dará cuenca

mundo, por supuesto, pasan muchas cosas más. Pero usted se


de que necesita muy pocas palabras.

ha colocado un filtro, es como ponerse unas gafas con las que

ve la vida según el color del cristal que utiliza.

Distorsiones cognitivas
Imagínese cómo van a ser ese día sus relaciones. A menu­

do, sin darnos apenas cuenca, vemos en los demás, en nuestros


La forma en que organizamos el significado de nuestras expe­

compañeros de rrabajo, en nuestras parejas, sólo aquella parte


riencias va a afectar a nuestros sentimientos y a nuestra con­

congruente con nuestro es cado de ánimo. Siendo así, no es de


ducta. Dicho de otro modo, al comunicarnos en nuestras rela­

extrañar buscar más bronca de lo habitual o que se encuentre


ciones, va a tener mucho que ver el significado que demos a

con que le rehúyen incluso la compañía. Cuando esto sucede


nuestros estados de ánimo, pensamientos y conductas. Estos

cabe preguntarse: équé gafas llevo puestas hoy?


significados dan sentido a la propia vida actual, los recuerdos,

lo que se espera del futuro y cómo se considera la persona a sí

- Pensamiento dicotómico o polarizado


misma. Y aunque la mayoría son intemalizaciones que hemos

Si usted es de las personas que todo lo ve o blanco o negro, es


adoptado de la sociedad en la que vivimos, los sentimos como

un candidato/a perfecto para el pensamiento dicotómico. La


propios dada nuestra capacidad de agencia.

tendencia a clasificar todas las experiencias en una o dos cate­


La terapia cognitiva centra su estudio en el modo en que
gorías limita extraordinariamente la capacidad de percibir los
los procesos de pensamiento intervienen en los trastornos psi­

colores de la vida.
cológicos. Sus autores más conocidos,Abert El lis y A. T: Beck,

han elaborado diferentes esquemas que nos ayudan a encender


Lo habrá oído en muchas conversaciones o tal vez lo dice a

menudo: "No hay mucho que discutir, o blanco o negro"; o


la relación existente entre el ambiente, la cognición, el afecto,

"para qué discutir tanto, o lo uno o lo otro". Muchas personas


la conducta y la biología. Para este aparcado dedicado a las

se sienten mejor si pueden reducir las experiencias a una cues­


interferencias comunicativas, nos pueden ayudar mucho

tión de sí o no. Con esa actitud cal vez respire su personalidad,


las aportaciones que en este sentido hace Beck sobre las

pero pone en jaque algo tan elemental como el principio de la


distorsiones cognitivas.
variabilidad del que ya he hablado. Un ejemplo lo tenemos en

las relaciones de pareja. Ante una situación conflictiva una de


- Abstracciones selectivas o filtraje
las parces exige una declaración de principios: "¿Pero tú me
¿No le ocurre a veces que porque usted tiene un día negro todo

quieres o no me quieres?".
lo ve negro? Alrededor de nuestra vida pasan infinidad de cosas,

Mientras que la otra parte, tal vez desorientada por la si­


personas y situaciones. ¿En qué me estoy fijando hoy? ¿Dónde

ruación, no acaba de definirse. El pensamiento polarizado de


pongo la atención? Una abstracción selectiva es percibir sólo lo
84 N1 me explico, m me entiendes Capitulo segundo 85

su pareja no le va a ayudar en nada, ya que se convierte en una Atrapados por una sobregeneralización sólo sabemos ver

exigencia que sus emociones no pueden asumir. la parte negativa que nos sobrevino en un momento determi­

"No sé que hay que pensarse tanto, o me quieres o no ... " nado. Puede ser que su Compañero de trabajo no le contestara

Eso es lo mismo que colocar a una persona entre la espada porque tenía la cabeza ocupada en alguna preocupación, que

y la pared, dicho sea de paso, en otra dicotomía. su amiga del café estuviera-realmente atareada, que en el bar

"Que un día no te sienta igual que el anterior no significa acostumbren a atender a la gente sin grandes afectos, que por

que no te quiera. Hay días que te siento mucho y otros que te la calle la gente ande un tanto despistada y que en el metro

siento más lejos. Eso no significa que no te quiera, sólo que no todo el mundo va mirando a todo el mundo, sin más. cYen casa?

cada día re siento igual." Seguro que cada día es más o menos igual. Tal vez sus gafas de

Exigir blanco o negro se convierte en una distorsión aumento le han hecho ver todo mucho más grande de lo que

cognitiva de la que cabe preguntarse qué pretende alguien que realmente era. Es como aquellos espejos que deforman la ima­

nos exige tal dicotomía. ¿Qué inseguridad estará pretendien­ gen. Eso es lo que le ha pasado. iHa tenido un día desenfocado!

do llenar con tal exigencia? La vida no se puede limitar a dos

posturas para colmo extremas. Una relación es un proceso pin­ - inferencias arbitrarias

tado de diferentes colores que se enriquece por los macices y Estas inferencias hacen daño a las relaciones. Cuando se anti­

las combinaciones que posibilitan diferentes gradaciones. ¿se cipa una determinada conclusión sin ninguna evidencia que la

imaginan qué puede salir de mezclar sólo negro y blanco? demuestre o incluso evidenciándose todo lo contrario, esta­

mos infiriendo arbitrariamente.

- Las sobregeneralizaciones A -Cariño, esta noche iré a cenar con amigos ... ya sé

Ocurren cuando a partir de uno o diversos hechos aislados se que ce apetecía que fuéramos juntos, pero es un com­

extiende la experiencia negativa al resto de situaciones vira­ promiso ... y mañana salimos tú y yo ...

les, aunque no estén relacionadas con el hecho. Si antes habla­ B -iAsí que prefieres a tus amigos antes que a mí?

ba del filtro que suponen unas gafas de un solo color, ahora A -No estoy diciendo eso, sólo que tú y yo podemos

iimagínese que encima son de aumento! salir cuando queramos y con los amigos sólo puede

Pongamos que en el trabajo en cuanto llega le llaman de ser hoy...

dirección y le cae una bronca. Derivado de ello usted se siente B -Antes lo hubieras dejado todo por mí. .. iya no me

especialmente "menospreciado". CCuánto tiempo va a tardar quieres!

en sobreponerse? Una de las circunstancias que se lo puede Aun lo pretendidamence exagerada que resulta esta con­

impedir es hacer sobregeneralizaciones. Se dirige a un compa­ versación, nos sirve de ejemplo de lo que podría ser una infe­

ñero/a y apenas le contesta, aquella con la que siempre va a rencia arbitraria. "B" está anticipando conclusiones que no se

tomar el café le dice que hoy está ocupadísima y que no pue­ soportan por ninguna evidencia ya que "A'' no ha significado

de, baja al bar y le atienden con cara de perro, la gente por la ninguna preferencia ni mucho menos desprecio. Este uego
j

calle se muestra impertinente y maleducada, en et metro le "perverso" alienta muchas relaciones que a través de las

miran como si fuera un asesino y en casa pasan de usted por­ inferencias acaban en auténticas discusiones bizantinas, ya que

que todos van a la suya. Realmente, iel mundo es un lugar tan una parte exige demostraciones de algo que a la otra parte ni

extraño en el que vivir! siquiera se le ha pasado por la cabeza.


86 Ni me exphco, m me entiendes Capítulo segundo 87

Como se puede imaginar, <leerás de las inferencias arbitra­ gusta pensar que, incluso en el peor de los escenarios, las per­

rias se esconde una distorsión con claros síntomas de un mal sonas podemos decidir cómo vivir lo que nos está pasando.

procesamiento de la información. Para aclarar la situación, con­ Una gran referencia para encender el proceso de responsabili­

vendrá que la persona se dé cuenta de esta distorsión y apren­ dad ante la vida es el trabajo de Victor E. Frankl, el

da a cambiarla valorando de forma menos distorsionada sus psicocerapeuca de la escuela: de Viena creador de la logoterapia,

expenenctas. que vivió y sufrió la experiencia de los campos de concentra­

ción nazis: "Vive como si ya estuvieras viviendo por segunda

- Personalización vez y como si la primera vez ya hubieras obrado can desacerta­

Consiste en relacionar sin base real los acontecimientos del damente como ahora estás a punto de obrar". Es decir, nos

entorno consigo mismo. iMenuda aucoatribución! Si el mundo incita a la máxima responsabilidad al imaginar que el presente

anda mal iyo también ando mal! Que el contexto nos influye, ya es pasado y, en segundo lugar, que se puede modificar y

que las circunstancias nos condicionan a veces en demasía es corregir ese pasado. u

una cosa. La orra es identificarnos canco con lo externo que

nos convirtamos en ello. - Los "debería"

Recuerdo un grupo de matrimonios que decidieron cele­ ¿Es usted de esas personas que se exige mucho a sí misma, a

brar sus bodas de plata haciendo un viaje en avión a París. Una los otros y a la vida? tfodo tiene que ocurrir por fuerza en una

vez en el aeropuerto, les anunciaron que por problemas técni­ sola dirección? No se pueden ni imaginar el daño que los "de­

cos el vuelo se cancelaba hasta el día siguiente. Más allá del bería" nos hacen, tanto a nosotros mismos como a nuestras

engorro de la situación, lo curioso fue observar cómo la perso­ relaciones. Por poco que escuche conversaciones aquí y allá,

na de la que había nacido la idea personalizó "el problema" y se seguro que oirá algún que otro "debería". He conocido a per­

convirtió en un jabato luchando a cal y canto contra lo imposi­ sonas que buena parte de sus diálogos consisten en lo que

ble. El resto de la expedición comprendió a regañadientes la "deberían ... ".

situación y por supuesto no culpó a nadie de lo sucedido ni Estar al lado de una persona que pasa buena parte del día

exigió responsabilidades a quién ideó el viaje. Pero este asu­ usando los "debería" acaba arruinando la relación. Demasiadas

mió en él lo sucedido y quiso dar la cara incluso despro­ expectativas, demasiadas obligaciones, demasiadas exigencias.

porcionadamente. No hacía falca personalizar algo que se esca­ Puestos a poner "deberías" en su vida hágalo en todo: debería

paba de su responsabilidad. tener un trabajo mejor, debería tener mejores relaciones, de­

A menudo ocurre todo lo contrario; las circunstancias se bería saber hablar inglés, debería tocar un instrumento, debe­

convierten en la excusa perfecta para rehuir responsabilida­ ría hablar más con mis hijos, debería hacer más el amor, debería

des. Cuántas veces oímos: "es que si no fuera por... " "cuando viajar más, debería hacer ejercicio, debería ser más feliz ... ¿y qué

cambien las circunstancias, ya lo haré ... " "anee las circunstan­ se lo impidt hncrr?

cias no hay nada que hacer... " En estos casos la personalidad Los "debería" nos alejan del presente. Nos castigan con lo

se diluye ame los acontecimientos que adquieren categoría de que debíamos haber hecho o nos proyectan al futuro con todo

determinación.

Una batalla que tengo a menudo es hasta dónde llega la 1


! \'icwr E. Frankl, El /,ombr, l'N busra ti, smtido, l lerder, Barcelona, z ¡ • edi­
responsabilidad de las personas ante las circunstancias. Me ción. 2001.
88 Ni me explico, ni me entiendes Capitulo segundo 89

lo que nos queda por hacer. En el presente esto no pasa. En el Una de las teorías m ás mportantes y
i pione ras en el cam po

presente hacemos y basta. No existen los "debería" porque ya de la percepción interpersonal es la de Asch'! sobre los rasgos.

está haciendo lo que está haciendo. Detrás de las exigencias No es menos importante la teor a í imp lícita de la percepción

se esconden muchos miedos, sobre todo al fracaso. Cargarse de la personalidad del ocro, de finida por Kelly. Con la a yuda de

de "deberías" sólo le puede acarrear más estrés. am bos veamos qu é nos suce de cu ando interc ambiamos impr e­

sienes.

- Falacias de justicia, razón y cambio

Hay una serie de enredos o distorsiones que se aplican cuan­ - Teoría de los rasgos

do estamos convencidos de que es injusto todo aquello que no Lo que habi rualmenreconocemos co mo primeras impresiones

coincide con nuestros deseos personales, o bien de que esta­ consiste en cómo las personas desarrollan percepciones

mos en posesión de la verdad o tal vez de que son los otros los nterpersonales
i rapidísimas a partir de unos pocos ras gos ini­

que tienen que cambiar de conducta para que nosotros poda­ ciales. Ya lo ven, apenas sin datos, apenas i
s n i
t empo , somos

mos respirar en paz. Las tres van a parar al mismo saco: yo capaces de describir básica menee a ot ra persona. Y no concen­

estoy bien, tú estás mal . . . t OS con ello , adem ás somos capaces lde hacer valoraciones y

En el trabajo estos factores se dan mucho, ya que las rela­ juicios sobre ella!

ciones tienen un nivel diferente de compromiso y además La teor a deí Asch pro pone que estas primeras impresiones

median razones de interés. Imagínese cómo pueden ir lasco­ se desarrollan a partir d e unos pocos rasgos centrales , catego­

sas si es coy convencido de que "yo sí" hago bien el trabajo, de rías , que las personas mane jan con i
facil dad y que atr bu i yen a

que es injusto que promocionen a otro que no sea yo y de que la persona perc bida i de acuerdo a unas pocas cla ves audio vi­

si los de mi equipo no me entienden, pues ique cambien de sua es. l Según Kel\y, los obse rvadores, cuando detectan deter ­

actitud o que cambien de equipo! Parece mentira pero siguen minado s ras gos de personal dad i en el otro, le otor gan de mane­

existiendo muchas actitudes así. Pues bien, se trata de una ra sistem ática otro con junro de ras gos que cons i deran

falacia. Una distorsión en la mane ra de procesar aquello que vinculados de forma axiomática a l rasgo percibido ; lo bueno

pasa a nuestro alrededor. Que somos egoc éntricos ya lo sabe­ d el caso es que es tas relaciones no tienen por qu é producirse,

mos, pero tam poco no s pasemos . . . pero lo hacen infiriendo e inte rfiriendo en la relac ón i .

Recuerdo aho ra un encontrona zo que tuve con un co mpa­

ñero. A pesar de con ocernos poco, manteníamos incensas y


Sobre las primeras impresiones
valiosas conversaciones so bre tem as i
hab tualmente r elaciona­

Toda comunicac ón i es una r elación. Cada encuentro entre al dos con l a psicología. Una noche la con versación em pezó a su­

menos dos pe rsonas se rige por una serie de normas impl ícitas bir de tono y yo no entend ía exactamente el porqué. La esca­

según la sociedad en la que vi ven. Y lo que acostumbra a suce­


lada lle gó a un i
p co, momento en el que pa ramos pa ra re visar lo

d er en los primeros encuentros es la gene ración de las prime­ que había sucedido. r..ti compa ñero me contó que le recordaba

ras im presiones. Es un proceso p rácticamente común a trav és a una person a i


que en ocros t empos le hab a tom í ado el pelo de

d el cu al com enzamos a hacer atribuciones a nues tro interl ocu­ form a desa gradable y que al gunas actitudes ye xpresiones m ías

tor . Esre pr oceso no está e xento de al gunos e fectos perceptivos

u S. E. Asch, Forming /,nprrssiom o


/ PrrsolfUlil].
so bre los que voy a hablar a continuación .
90 N1 me espnco, m me entiendes Capitulo segundo 91

se lo recordaban. Más allá del contenido de la conversación, se de nosotros mismos dependerá del punto de comparación

produjo un efecto perceptivo, una impresión, que se asoció que establezcamos. Generalmente, escogemos compararnos con

con otra anterior, ya convertida en categoría, de la que yo aca­ aquellas categorías que nos permitan salir favorecidos de la

bé formando parte aunque no me pareciera en nada al cipo que comparación y diferenciarnos en términos de identidad social

engañó a mi compañero. buscando lo que Tajfe!" llamó Distintividad socialpositiva.

Este fenómeno sucede también en la elección de nuestros Según nos identifiquemos con un grupo o nos diferencie·

amigos y nuestras parejas. Unos rasgos nos llaman la atención, mos de él, pueden nacer las comparaciones, los prejuicios y la

como si se crarara de piezas sueltas de un puzzle que luego, discriminación. Todo ello se vive intensamente en las relacio­

según nuestras atribuciones, acabaremos completando a nues­ nes. Los prejuicios se entienden como una actitud general·

tro libre albedrío. La distorsión se produce en cuanto ese puzzle mente negativa hacia determinadas personas, y que se origina

no se ajusta a la realidad, puesto que hemos inferido rasgos no en las características o actuaciones individuales de estas,

que cal vez no pertenezcan a esa persona. De ahí la extraña y sino en el hecho de su pertenencia a determinadas categorías

alucinante experiencia "cuando nos quitan la venda de los ojos". sociales.

Nos preguntamos una y otra vez cómo puede ser que no nos Por ahí, en medio de los prejuicios, nacen los estereotipos.

diéramos cuenta de "cómo" era en realidad. Lo divertido del Se trata del conjunto de creencias sociales asociadas a una ca­

caso es que ni antes era "como creíamos" ni tampoco ahora es tegoría grupal. Curiosamente, la percepción que hacemos por

"como realmente es". iTodo es cuestión de percepción! medio del estereotipo funciona de tal manera que no resulta

nada fácil posteriormente destruir estas representaciones que

- Categorfas sociales distorsionan la realidad.

Desde algunas teorías de la psicología social se hace referencia Puedo imaginar que si ha llegado hasta este punto se pre­

a que no actuamos ni nos relacionamos con la gente tanto por gunte, como \Vatzlawick, si es real la realidad. Las personas,

Jo que son como por el modo en que nos los representamos o mediante la comunicación, ejercen mutua influencia en la

percibimos e interpretamos. Estas percepciones y represen­ formación de la imagen y el concepto del mundo en el que

taciones de los otros están fuertemente moduladas y afecta­ viven. Y como ven es un mundo de percepciones, que se origi­

das por sentimientos de pertenencia de los individuos a dife­ na en otras percepciones y que acabará construyendo algunas

rentes grupos. lacotegoriagrupal proporciona una identidad o más. Lo recuerdan: iel mapa no es el territorio!

posición social y, al mismo tiempo, funciona como prisma de

lectura y percepción de la realidad que nos envuelve."


la disonancia: creencias por aquí, conductas por allí
Se me ocurre preguntarme cómo vamos a manejar las cate­

gorías grupales que nos proporciona la sociedad actual. Un via­ ¿Qué le pasa cuando es consciente de que sus creencias van

je en metro es un viaje por la diversidad, por la estratificación, por un lado y sus conductas por otro? S e produce un malestar

por las categorías grupales. Y a la vez es un viaje por el mestiza­ interior, una disonancia, que de una u otra manera hay que

je, por la convivencia. La percepción o valoración que hagamos equilibrar. E n el sí de las relaciones muya menudo se producen

•• Gcorge A. Kell}. Psiroluxúi 1


/, l
os ro,uJru,Jos jJl'1Jom1/,s. Paidós, Barcdona,

2001. u l lenri Tajfel. Gr11pos A""11111os J flllt"KOrim sorit1/,s, Herder, Barcelona. 1981.
92 Ni me exphco, ni me entiendes Capítulo segundo 93

situaciones de este tipo, puesto que no hay dos personas que inconsistencia comporta un males car que la persona intentará

tengan exactamente las mismas creencias y conductas. resolver, o bien cambiando los pensamientos, o bien la con­

Las actitudes de las personas se basan, como vamos vien­ ducta, alterando el medio o buscando una nueva información.

do, en sus creencias sobre las cosas. Se supone que existe un Hay que reconstituir el equilibrio para que la sensación de

estado de consistencia, de equilibrio entre dichas creencias, incoherencia no nos abrume.

lo que pensamos y lo que acabamos haciendo. Efectivamente

se trata de una suposición, porque a menudo esto no funciona


Miedos, inseguridades y exigencias:
así. Muy a pesar de que vivimos en una sociedad que hace
los "ruidos" de la comunicación
mucho hincapié en la coherencia como valor supremo, algo fa­

lla cuando cuesta tanto de sostener. Ya hemos visto que al comunicarnos usamos diferentes cana­

¿Puede ser que una persona actúe siempre igual, en todos les, comprensivos para las dos partes. En las relaciones

los contextos, con todas las personas y en todas las circuns­ interpersonales estos canales se centran en las palabras y en el

tancias? Puede que sí, pero no es lo más habitual. Valoramos lenguaje corporal. Al expresarnos pueden producirse .. ruidos",

las conductas de una persona en su conjunto a lo largo de una como dirían los transmisionisras, que dificultan el proceso co­

trayectoria y desde esa perspectiva podemos manejar un cier­ municativo pero que, a la vez, nos posibilitan información so­

to concepto de estabilidad, de coherencia, aunque alguna de bre Jo que está pasando.

esas conductas "chirríe" en comparación con las otras. Frecuentemente podemos encontrarnos con personas que:

La mayoría somos capaces en algún momento de vivir con • Hablan extremadamente rápido.

alguna contradicción o inconsistencia. Sobre todo si se trata • Hablan muy bajo.

de algo que no significa una gran implicación personal o si de tal • Empiezan hablando bajito y van subiendo el tono.

situación se puede extraer algún beneficio. Pongamos el caso • Se tapan la boca al hablar y gesticulan excesivamente.

del trabajo. (Cuántas veces se ha encontrado usted haciendo • Ni pestañean.

cosas que, según su coherencia, no le tocaría hacer, y en cambio • Padecen disfluencias (tartamudez).

las hace? Según la teoría de la gestión de impresiones, no se Sean estos u otros, lo que nos interesa es Jo que ese "rui­

trata de que la gente tenga la necesidad cognitiva de ser consis­ do" está comunicando. Al contrario de lo que pudiera parecer,

tente, sino que tiene un interés social en aparentarlo. Yo con­ los .. ruidos" no son una dificu l t ad sino información. Por

sidero que ambas cosas conviven razonablemente. Para algunos supuesto que hacen más difícil la comprensión de los conteni­

su mayor coherencia es su incoherencia. Para otros puede llegar dos, pero nos brindan una oportunidad para la relación.

a significar el sentido de su vida. Y ese sentido puede volverse Recuerdo en un curso una chica que hablaba con tal rapidez

una exigencia desmesurada en las relaciones con los demás. que ella misma se entrecortaba. Su disfluencia ocasionaba pro­

Cuando somos conscientes de que nuestras creencias van blemas de audición y a su vez de comprensión. Ella era

por un sitio y nuestras conductas por orro, se produce la diso­ consciente de su ritmo y procuraba hacerse entender, aunque
16
nancia cognitiva, que tan bien describió Festinger. Tal lo habitual era hacerle repetir sus comentarios. Este hecho no

i mpidió, por otro lado, que fuera una de las personas más en­

1 trañables del curso y admirada por sus ideas, claras y rotundas.


• León Fcstinger. Tro
rin "" la tlisit/t'fl(l{,/ rog,,itttJt1. Ccmro de Estudios Políti­

cos y Cons1icucion:1lcs, 1975. En cambio su expresión era confusa y atropellada.


94 Ni me exphco, ni me entiendes Capitulo segundo 95

O bservando de cerca esto s fenómenos he podi do constatar peculiaridad deriva de la manera en que los dos hemisferios

que, detrás de ellos, se acostumbran a esconder miedos, inse­ interactúan entre sí. Ya en 1964, otro autor, Yeudall, en su teo­

g uridades y muchas exigencias. H ay miedos funcionales que ría neuropsicológica de la tartamudez afirmaba: "En las perso­

aun provocando inseguridad nos sirven de alerta y nos mantie­ nas disfluentes el habla fluida se interrumpe cuando el hemisfe­

nen en un nivel óptimo de tensión p ara afrontar las dificulta­ rio cerebral derecho inapropiadamenrc ejerce el control motor

des de la vida. Del mismo modo, existen miedos disfuncionales del habla, ya sea al inicio o en el trascurso de la misma". Y como

q ue nos bloquean, nos dejan en blanco, nos colapsan tanto q ue ya sabrán, el hemisferio derecho es el básicamente emocional.

se convierten en grandes limitaciones. l o


A g n simple como
ta Miedos, inseguridades y exigencias aparecen sutilmente

hablar, expresarnos, anee los demás se i e con cierta ansie­


v v en nuestras relaciones. Tal vez no las verbalicernos, pero n ues­

dad. El nivel de confianza que tengamos en nosotros mismos tra expresión no engaña. N uestro cuerpo va a h ablar más alro

será fundamental en el momento de abordar estas situaciones. que nuestra voz. ¿Quién no ha estrellado la mirada en el s uelo

P ero, ¿y las exigencias? ¿Qué pintan aquí? antes que mostrar al descubierto sus miedos? Los humanos

l exigente,
E énace o se hace? S egún el ámbito desde el siempre andamos n miedos de
co r medio y nos pasamos media
po

q ue analizáramos la pregunta habría respuestas muy variadas. vida intentando superarlos. Por si le sirve de pista: el creci­
"

Pe ro lo q ue sí sé es q ue dentro del exigente nace un "exig idor" miento comienza donde la acusación termina".

qu e le va amargando la vida. C on la idea de hacer las cosas

" bien hechas", "perf ectas", s e esconde una argumencación sin


Juegos de roles y bailes de máscaras
m edida ni control q ue convierte al exigente en un esclavo de

su " exigidor". Exi sten diferentes motivos por los que una per­ Las relaciones tienen muy en cuenta el contexto en el que se

sona bas a su vida en las exigencias. Órdenes parentales, apren­ producen, sobre todo cuando las personas que intervienen

der a ser querido p or los logros y no po r sí mismo, entrar en el se conocen poco o nada. Las actividades que desarrollamos en

uego de la competitividad, etc. El caso es que si bien la per­


j contextos sociales y laborales tienen su complejidad al mediar

sona se orienta hacia las exigencias puede que su cuerpo no. Y entre ellas los "roles". El difícil equilibrio entre la persona y

i el cuerpo es sabio! Muchas disfluencias con las que me he su función o papel en la sociedad y en el trabajo acaba por

encontrado tienen su origen en las exigencias recibidas. La s convertirse en un juego de roles a través de los que nos rela­

presiones que nos metemos encima son a veces tan altas que cionamos, aunque a veces se parece más a un baile de máscaras

nuestra expresión, nuestra fluidez verbal, no puede seguir el en el que nadie sabe quién se oculta detrás de ellas. Eso tam­

ritmo y se traba a sí misma. S i se siente temor e inseguridad o bién produce interferencias.

surgen pensamientos negativos relacionados con el habla, se Para aclarar el concepto de rol uso una formulación muy

tendrá una mayor dificultad para mantener el conrrol de esta. sencilla:

A unque he relacionado disfluencias con exigencias, eso no

q uiere decir ue el origen de la


q rtamudez lo busquemos
ta po r
ROL
a hí. Wi lliam We bster, uno de los autores q ue más ha trabajado

e n este campo, sospecha qu e el problema reside en alguna par­ J, J.


ticu ari l dad del modo en ue la información es integrada
q y proce­
Expectativas Obligaciones
sada en diferentes regiones del cerebro, y que parte de esta
Capítulo segundo 97
96 N1 me exphco, ni me entiendes

En eso consiste el juego, o mejor dicho, el equilibrio.

p p p
Estamos ligados unos a otros a través de relaciones de rol:

las obligaciones de uno son las expectativas del orro. Tener

claro esros conceptos es muy importante cuando se accede

a cualquier actividad compartida, sobre todo si las relacio­


! ! !
Persona Personalidad Personaje
nes son entre desconocidos: qui se espera exactamente de mí,

qui espero exactamente yo. A menudo las expectativas y obliga­

ciones de unos y otros están reglamentadas por normas ex­


Escas tres entidades ya se pueden imaginar que represen­
plícitas o contractuales. Pero también hay un sinfín de nor­
tan a una sola: ilo que somos! El "ro" que diríamos aquí, el
mas y/o expectativas implícitas que se sobrentiendes. Como
"Ego" que nos achacarían en Oriente. La persona es, se pre­
ya vimos en las presuposiciones, los sobrentendidos causan
senta y se representa a sí misma. En el trabajo, en la vida so­
grandes conflictos relacionales. Ahora que están de moda
cial, andamos con las tres P encima. En función del contexto,
los piercing, é q u é pasa si me presento al trabajo lleno de
de la relación, del rol, mostramos aquella parce de nosotros
ellos? Puesto que en el contrato no se hace ninguna men­
que mejor se ajuste a las expectativas y las obligaciones que
ción a este tipo de objetos, é q u é hacer?Y lcómo no conver­
impone la situación. Nuestra Persona está siempre ahí, con
tir este tema en una discriminación? Aclarar al máximo ex­
sus creencias, sus pensamientos y sus emociones. Esa Persona
pectativas y obligaciones, tanto si están escritas como si
actúa e interactúa con otras personas, es decir, se presenta
no, es el ejercicio más consistente para evitar confusiones y
anee los arras a través de unas conductas propias que lo Perso­
conflictos.
nalizan. A medida que incrementamos la relación con esa per­
Esta misma formulación nos sirve para apuntalar el modo
sona descubrimos sus trazos más caracterisncos y repetitivos,
en que se forman las relaciones en la empresa, contexto en el
su Personaje.
que los roles se mues eran en codo su esplendor. Si los amigos y
El personaje no consiste en una creación escénica, como
las parejas los escogemos nosocros, en el trabajo vamos arela­
hacen los actores, sino en aquellos rasgos, conductas y expre­
cionarnos con quien nos coque. Mis relaciones en la empresa
siones que nos caracterizan más que otra cosa. Cuando alguien
ése basan en las personas o se basan en el rol que represe man?
se destaca por su "forma" especial de ser, acostumbramos a
¿Dónde acaba el rol y empieza la persona? ¿Dónde acaba la

decir, "es todo un personaje". "lbdos tenemos nuestro propio


persona y empieza el rol?
personaje que lo repetimos a diario. Aquellas bromas, aquellas
Si con el paso del tiempo las personas se van conociendo,
sonrisas, aquella manera de decir "Buenas días . . . ". Los trazos
éhasta cuándo tiene sentido mantenerse en el rol? ¿se puede
más representativos de nuestra personalidad conforman nues­
entrar y salir del rol según convenga? ¿Pt.Jedo ser jefe y a la vez
tro personaje y a él acudimos cuando nos interesa que nuestra
amigo de mis subordinados? Son preguntas que a menudo apa­
persona "desaparezca" por un rato.
recen en los seminarios y que corresponden a experiencias can
En el trabajo, pues, vamos a establecer relaciones con per­
diversas y contextos can específicos que se hace muy difícil
sonas y sus cargos. Vamos a relacionarnos con personas que no
pretender generalizar. Enrodo caso, les apunto las observacio­
conocemos, ni ellas nos conocen. iDe ahí la necesidad de los
nes que he podido ir haciendo. Para ello les propongo el ejerci­
roles! Aunque no nos conozcamos, por lo menos sabemos qué
cio de las eres "P".
98 N1 me explico, ni me entiendes Capitulo segundo 99

hacer, cómo relacionarnos a través de las funciones: quién debe


-Asociados y disociados
hacer cien a cosa, cuándo y dónde debe hacerla. Eso forma par­
Entiendo de todos modos que existe una vivencia, un efecto

te de la manera que tenemos las personas de presentarnos en


perceptivo de no ser uno mismo. Y ese efecto es la disociación.
17
sociedad. Es nuestra parte teatral, como diría lrving Goffman.
Lo que yo siento es una cosa y lo que estoy haciendo es otra.

Las normas sociales y los roles nos sirven para saber cómo tran­
"Por mi gusto ahora no me "a perecería estar repartiendo sonri­

sitar por la selva de la ambigüedad. Para evitarla, nos ponemos


sas, pero lo estoy haciendo. iHago un papel!" Enciendo el uso

máscaras y así podemos adivinar qué papel cumple cada uno


popular de la expresión, pero lo que en realidad está pasando

en esca comedia. Nuestra acomodación a los contextos y a los


es una disociación entre su identidad y su conducta. Se produce
demás nos invita a pensar que tenemos que hacer muchos "pa­
una disonancia cognitiva que ya he analizado en el aparcado

peles".
anterior. Usted ha sonreído sin quererlo, sí. Pero mi pregunta

Pero permítanme que huya de la analogía teatral porque


es: ¿y esa sonrisa era la sonrisa de otro? ¿o era esa sonrisa suya

considero que no nos ha hecho ningún favor, ni a las personas


que ha aprendido a hacer cuando la necesita? No está haciendo

ni a los actores de verdad. A las personas porque les ha hecho


un papel, sino utilizando un recurso personal, suyo, que ahora

creer que se pasan la vida haciendo comedia, y eso no es del


le conviene. Si a eso le quiere llamar "hacer un papel" lo en­

todo cierto. Y a los actores porque les quita el mérito de ser los
tenderé. Pero para qué menospreciar nuestros propios recur­

únicos que realmente "interpretan" aquellos papeles para


sos, icomo si pertenecieran a otro!

los que se han estado preparando arduamente.


La relación entre identidad y conductas, la capacidad de
¿l)e verdad, de verdad, tiene el convencimiento que mu­
asociarse y disociarse,junto con el desempeño del rol, convier­

chas veces usted está haciendo un papel? Y la gente me con­


ten las relaciones, sobre todo en el trabajo, en algo complejo y

testa: ªiSí!" Y yo insisto: ª¿De verdad, de verdad usted se


a la vez característico.

convierte en otra persona? d-labla como otra persona, anda

como otra persona, se expresa con otros gestos . . . usted es

otro?". La respuesta es: "No, claro". Soy de los que predican

Identidad Conductas
que las personas son las mismas tanto en el trabajo como fuera

de él, que no cambian tanto. Soy de los convencidos de que en

el trabajo no interpretamos ramos papeles como la gente dice

que hace.
Para algunas personas no existe desacuerdo entre lo que

creen que son (identidad) y sus conductas. Como vimos en el

caso de las disonancias cognitivas, sienten un enorme males­

¡Si no podemos ser nosotros mismos en el lugar donde


tar sólo de pensar que puedan hacer algo diferente de lo que

pasamos mós horas de nuestra vida, estamos apaña­


sienten que deben hacer, por lo que son. Es decir, el binomio

dos!
identidad-conducta está can asociado que no pueden verse a sí

mismas de otra manera que siendo ellas mismas. Una manera

de encenderlo es escuchando algunos de sus principios: "Yo

" Ernng Goffman, La pn-smtori(;n dt lo pu-so,ro tn la ódo ro1idwnu, Amorrortu, soy igual en codas partes" o "yo siempre acrúo igual, a quien le
Buenos Aires,.¡• edición. 2001.
parezca bien, perfecto, y a quien no, pues lo siento".
100 Nt me exphco, ni me enliendes Capilulo segundo 101

Por su puesto se trata de un efecto perceptivo. Nadie es igual ¿Es usted capaz, mientras espera "desesperadamente" que

en todas partes porque iescaría muerto! Ocurre que las personas avance la cola en el banco, de tener una perspectiva de sí mis­

nos vivimos como un bloque, como una unidad, aunque en rea­ mo en ese estado? No sólo darse cuenta de que está nervioso,

lidad se nos puede descomponer en diferentes panes. Unas es­ sino "verse" a sí mismo allí, con sus nervios. Eso significa que

tán más realizadas que otras y vamos por ahí tratando de armoni­ existe un observador y un observado que son usted mismo. El

zarlas al máximo, de lograr el equilibrio personal. Hay personas observador, su "yo", se da cuenta de Jo "desesperado" que está

muy diestras en los negocios y en cambio analfabetas con las el observado. Es como si su parte más esencial "siempre en

emociones. !-lay quien ha desarrollado su cuerpo, pero poco su paz y tranquilidad" observara lo que Je ocurre a esa parte suya

intelecto. l lay quien ha desarrollado su intelecto, pero poco (cuerpo, mente y estado interno) y pudiera analizarlo: "Fíjate

su espiritualidad. En fin, que no somos de una sola pieza pero qué nervioso que está, buff, prefiero quedarme aquí

nos sentimos como tal, sobre todo a la hora de juzgarnos. Esas tranquiliro ... ". Este podría ser un diálogo con uno mismo de

personas que no pueden disociarse, que no pueden verse sepa­ forma disociada. No es una tarea fácil pero sí asequible para

radas de sí mismas, sufren mucho. todo el mundo, todo es cuestión de entrenarse y por supuesto

Por el contrario, otras personas saben disociarse de cal ma­ huir de la creencia que disociarse es tan ro como sufrir de do­

nera que llegan al extremo de convertirse en camaleones so­ ble personalidad.

ciales. La capacidad que tenemos de convertirnos en persona­ Las personas que en cambio están siempre asociadas a su

jes de nosotros mismos, e incluso de transformarnos en lo que conducta se convierten en ella, se identifican. Por eso sufren

no somos, da cobertura a los que prefieren, por los motivos más. En el ejemplo anterior una persona asociada no sólo se

que sean, alejarse de sí mismos. Entiendo que alejarse de uno sentirá "desesperada" sino que se convenirá en "la desespera·

mismo es desconectarse emocionalmente, ocultar e incluso ción". Por ello le propongo ejercitarse en la sana capacidad de

prescindir de los propios sentimientos. Eso sólo se puede ha­ disociarse. Es una buena manera de generar un punto de dis­

cer racionalizando la vida. Por ello no sufren de disonancias tanciamiento suficiente como para no sufrir tanto en las situa­

cognitivas, pues ro que suelen tener argumentos para todo. Sa­ ciones cargadas de tensión.

ben encontrar y justificar todas sus acciones por muy dispares

que sean. Podría decirse que importan poco los medios con tal - Expectativas normativas

de conseguir los objetivos que desean. La relación identidad-conducta nos sirve para seguir aden­

No quisiera dar a entender que la "disociación" es una es­ trándonos en el fascinante mundo de los roles. Como hemos

pecie de perversión. Su uso adecuado puede dar muy buenos visto, los roles cumplen una función organizadora de la con­

resultados: ducta dentro de un contexto determinado. Cuando vamos al

médico, tenemos unas expectativas sobre su conducta, así

como el médico tiene otras sobre nuestro comporramiento

Uno puede aprender o utilizar lo imaginación poro mo­ como "pacientes". Tocio ello tiene su traducción, una vez más,

dificar su propio funcionamiento fisiológico. Saber di­ en el lenguaje que usamos. A través de él esrablecemos una

sociarse es muy buen recurso ante situaciones serie de secuencias, que los analistas de la conversación lla­

estresantes o conflictivos. man "pares adyacentes", y que sirven para relacionar entre sí

las acciones previstas de cada rol:


102 N1 me explico, ni me entiendes capílulosegundo 103

-iBuenos días, doctor! conductas y comportamientos sociales que "se espera" que

-\Buenos días! ¿Qué cal, cómo se encuentra hoy? formen parte de la personalidad del profesional. Uno llega a

-Pues mire, parece que vamos mejorando. desarrollar tanto el personaje que al final se convierte en él. Y

Imagine por un momento que rompemos esas "expectati­ no ocurre sólo con cienos oficios, ocurre también con conjun­

vas normativas": cos de conductas aprendidas que usamos para afrontar situa­

-iBuenos días, doctor! ciones diversas en la vida. Cuando pretendemos seducir, cuando

-A ver iquítese la ropa! -El médico no nos ha devuelto negociamos, cuando vendemos o compramos, cuando partici­

el saludo, que hubiera sido el par adyacente o secuencia espe­ pamos en actos sociales, desplegamos un conjunto de estrate­

rada: yo te saludo, tú me devuelves el saludo. gias que se traducen en conductas que tienen como objetivo

-iY por qué no se la quita usted? -El cliente rompe la conseguir aquello que pretendemos. ¿Pero qué sucede cuando

expectativa normativa como paciente así como el rol. ese conjunto deconducras se extiende más allá de un contex­

Como puede apreciar, este sería un diálogo posible pero to concreto? Que la conducta acaba convirtiéndose en la iden­

muy alejado del juego de roles, es decir, de las expectativas tidad: de seducir se pasa a seductor; de negociar, a negociador

compartidas que los participantes en la conversación tienen y de la payasada, a payaso. Es como salir del baile de máscaras

presentes en la interacción. Nos apoyamos en los roles y tam­ y seguir llevándola a rodas partes.

bién a veces nos identificamos con ellos.

- identificación con el Rol Los roles los podemos integrar en nuestra vida de far·

Al principio fue la persona ... luego asumió el rol... iy acabó ma natural y disponer de las conductos necesarias en

convertida en su propio rol! el momento necesario. No nos ponemos el rol encima,

Si un médico sigue "actuando" igual fuera que dentro de la smo que somos ese rol.

consulta, puede que se haya identificado con su rol. Si trata a

la gente, a sus amigos, como si fueran pacientes, se ha identi­

ficado con su rol. Si el juez sigue juzgando en casa, si el profe­ Ya de jovenzuelo recuerdo haberme pasado horas y horas

sor habla a sus hijos como si estuviera dando clases, si el ante el espejo imitando a los cantantes preferidos de la época.

comunicador sigue "transmitiendo" su vida a su pareja, si Con el tiempo llegué a afinar canco mi capacidad de imitar,

el político trata a sus amistades en una cena como si fueran que me resultaba extraordinariamente sencillo "actuar" como

votantes ... cuando todo ello ocurre, ha habido identificación aquellas personas que admiraba. Para entonces ya no eran los

con el rol. Ya no sabemos cuándo es la persona la que se expre­ artistas del momento sino mis profesores, mis compañeros,

sa y cuándo es el personaje o rol. Pudiera parecer exagerado, mis amistades. De todos ellos he aprendido cosas muy intere­

pero por lo menos en las sociedades occidentales no abundan santes fruco de la observación, y reconozco que también he

precisamente las relaciones transparentes. Es decir, ise cira vivido con mucha confusión. ¿Cómo aprender a desprenderse

mucho del rol! de los roles cuando no los necesitamos? Lo que yo intento

Es curioso porque, jumo con los ejemplos que he señala­ aprender cada día es vivir lo más conectado posible conmigo

do, existe un grupo de oficios cuyo perfil va más allá de las mismo y expresarlo con confianza, si cabe. Procuro evitar el

meras habilidades y conocimientos; están vinculados a valores, hacerme grandes expectativas e intento vivir el presence. A
104 N1 me ex:plico, ni me entiendes Capítulo segundo 105

veces me puede el rol, sólo que ahora soy consciente de ello y un jefe que actuaba más como un padre o una madre? CQué

no me identifico con esa conducta. ocurre cuando los padres pretenden ser los mejores amigos de

sus hijos? ¿Cómo ser profesor y a la vez cómplice del estudian­

- Conflictos de rol te? ¿cómo ser tu pareja y a la vez cu subordinado? Cuando la

En Viena, por allá en 1 9 2 1 , el Dr. Jacob L. Moreno empezó a relación se confunde, cuando alguna de las partes no enciende

aplicar sus métodos psicodramáticos en su "teatro de la espon­ bien la diferencia entre el rol y la persona, o el contenido y la

taneidad". Pudo desarrollar un trabajo intenso sobre los "roles" relación, van a aparecer conflictos canco internos como

y sus conflictos. Para Moreno: "El ejecutor de roles es anterior a interpersonales.

la aparición del Yo, los roles no provienen del Yo, sino que el Yo Tal vez el conflicto de roles más complejo es el que se

emerge de los roles"." Tenia muy claro que la personalidad se produce en el sí de las relaciones de pareja. No cabe duda de

puede definir como el conjunto de roles que representamos. que esta relación genera tantas expectativas que no es difícil

También era consciente del modo en que los roles pueden apri­ adivinar cuántas frustraciones conllevará. Una de las confu­

sionar al hombre y acabar con su espontaneidad y creatividad y siones más grandes que surgen en las parejas es ver al compa­

cómo la diversidad y disociación de los roles a que el hombre se ñero o compañera como a una especie de superhéroe o

sujeta acaba con su integración personal y social. supergirl que resolverá todos y cada uno de nuestros vacíos,

Los conflictos de rol se producen fundamental menee cuan­ carencias y problemas. Ello conlleva asumir diferentes roles,

do entran en pugna unos con otros. Algunas situaciones son cosa por otro lado imposible sin caer en contrariedades. ¿cómo

muy características: se puede ser esposa, amiga, madre y amanee a la vez sin estar

• Cuando nos piden que destinemos unas horas de más al loca? La definición de las expectativas que tiene cada uno en

trabajo (rol laboral), se puede producir un conflicto si eso la pareja será fundamental para encender las pautas que go­

impide o reduce el tiempo que destinamos a la familia bernarán la relación y lo que se espera cuándo, cómo v dónde

(rol familiar) o a las amistades (rol social). para que haya los menos enredos posibles. Aunque yo me

• El ser ascendidos en el puesto de trabajo significa que pregunto: Cy qué pasaría si trascendiéramos todos esos roles?

aquellos que hasta ahora han sido mis compañeros pasan a iQué pasaría si no existieran tantas expectativas y con ello

ser mis subordinados. Cómo conseguir que la relación no caneas obligaciones? (Qué pasaría si nos permitiéramos sim­

se vea afectada ni tampoco las nuevas obligaciones adqui­ plemente encender dónde está cada uno en cada momento y,

ridas no es nada fácil. en codo caso, cómo hacerlo para encontrarnos? Qué mejor

• Algunos roles incluyen elementos incompatibles. Ponga­ lugar que en la intimidad de la relación para despojarnos de

mos el caso de los directores de las escuelas que a menu­ las máscaras del baile.

do deben corear situaciones que siguen direcciones Una reflexión para acabar este aparcado: creo que es impor­

contrarias: padres, alumnos, maestros ... tante encender una relación como un proceso abierto. La ten­

Otras situaciones son más sutiles pero no por ello menos dencia a encasillar a cada persona con la que hemos consolida­

conflictivas. Ocurren cuando las expectativas que cenemos del do una relación, sea del cipo que sea, limita nuestra capacidad

rol de los otros entran en contradicción. ¿Quién no ha tenido de estar presentes y de permanecer abiercos a la experiencia.

Mirar al otro siempre a través del mismo filtro sólo hará com­

'" J.L..\loreno, P$:rd10dramo l


. 1964, p.ig. 157. pletamente previsible coda interacción. Ampliar nuestra
106 Ni me explico, ni me entiendes capítulo segundo 101

conciencia no es sólo cuestión de tener muchas relaciones, -Agrafias

sino de saber profundizar en la multitud de matices que se La agrafia consiste en la pérdida de la capacidad de escri­

esconden en cada una. Para ello es vital el estar presente y bir correctamente. Habitualmente ocurre en el seno de

permitirse navegar por la ambigüedad, aunque a veces dé vér­ las afasias o jumo con la alexia. La agrafia puede tener un

tigo. En ese tránsito se encuentra el camino del encuentro y fuerce componente de apraxia. La agrafia apráxica sería

del descubrimiento, énos damos permiso a nosotros mismos aquella en la que el paciente no es capaz de escribir pala­

para vivirlo? bras trazando la forma necesaria para configurar las letras,

pero es capaz de escribir correctamente a máquina o con

el ordenador.
Trastornos del lenguaje

El último apartado de este capítulo lo destino a enumerar bá­

sicamente aquellos trastornos del lenguaje que impiden un

funcionamiento normalizado de nuestra capacidad comu­

nicativa. Nos adentramos en otro de los aspectos que nos con­

forma: nuestra biología.

- La afasia

La afasia es un trastorno del lenguaje que se produce como

consecuencia de una lesión cerebral. Las afasias a diagnos­

ticar son: Broca, Wernicke, Conducción, Global, Motora

Transcortical, Sensorial Transconical, Mixta Transcortical

y Nominal.

- Las disartrias

Las disartrias son trastornos de los aspectos motores del

lenguaje -del habla-, es decir de la articulación. No afec­

tan a las estructuras lingüísticas profundas. La compren­

sión del lenguaje oral y escrito está perfectamente preser­

vada y también lo está la capacidad de denominación

(reconocer y evocar nombres).

- La alexia

La alexia es un trastorno adquirido de la lectura derivado de

una lesión cerebral focal. Debe diferenciarse de la dislexia,

término que hace referencia a la dificultad de aprendizaje

de la lectura.
Capítulo tercero

Recursos para una comunicación efica1

Les confieso que una de mis obsesiones ha sido encontrar la

piedra filosofal que permita comunicarnos "sin problemas".

Pero abandoné la búsqueda cuando acepté que mi intento

era algo parecido a la "pastilla" que sirve como parche. El día

que logremos ser can perfectos comunicacivamente hablan­

do significará que vivimos homogeneizados; y aunque los ai­

res globalizadores soplan en esa dirección, prefiero seguir tra­

bajando por la diversidad, por esa comunicación que significa

poner en común también nuesrras diferencias. Y lo primero

que se me ocurre es olvidar la expresión "problemas de co-


. . , "
mumcac1on .

Un participante en uno de los cursos de comunicación co­

mentó después de repasar todo el catálogo de descomu­

nicaciones: " é q u é sería la vida sin rodas esas interferencias,

distorsiones, efectos perceptivos, ere.?". Le agradecimos de

veras su jocosa intervención y le dimos por supuesto la razón.

Todo lo que aquí he repasado forma parte de "lo que pasa"

cuando nos comunicamos y no de .. lo que debería pasar". Lo


110 N1 me exphco, ni me entiendes Capitulo tercero 111

importante es entender que, pase lo que pase, allí hay comu­ mun cación i ú t i l para e xplicitar sens aciones y sentim en i tos, y

nicación y allí se maneja información. Llamarlo descomunicación también para i


ind cara t
los o ros cómo se tienen que co mportar

tiene sentido como lo tiene el actuar sobre la antena cuando an te nues tro es tado de ánimo. En cambio para la ps colo i gía

no vemos bien el televisor. Cuando la visión falla, no es que los s ocial const ruccionista, las relaciones anteceden al indi viduo,

señores de la tele nos quieran fastidiar, sino que algo pasa en el con lo cual las em ociones no son ntidades
e que se guard an

canal por el que llegan las imágenes. Lo mismo pasa en la co­ dentro de nosotros como si fueran frascos de perfume que se

municación, a menudo hay que operaren nuestros canales para e xpanden al abrirse, sino que se manifiestan en y por las r ela­

conseguir una mejor nitidez en nuestras relaciones. Este capí­ ciones, siendo e tiquetadas en función del conte xto s ocial y

tulo se va a dedicar precisamente a proponer herramientas que cultural. "Las emoci ones no tienen influencia en ta vida so ­

nos sirvan ante los atascos de la descomunicación, que nos ci al: const tu i yen la vida social misma.'?" ¿Existen las emocio ­

permitan salir del laberinto. nes ? No lo s é, ipero en todo caso se sienten !

Al i
inic o de la d écada de 1990 do s investigadores, Salovey

y Maver, introducían el concep to de i


intel gencia em ocional.

Inteligencia emocional: Seguían el ras tro de los nue vos enfoques sobre la int eligencia,

la relatividad de las emociones a los que Howard Gardner se había avan zado con su teorí a so ­

bre las inteli gencias m últiples. Según estos autores se tra ta de

Casi coincidiendo con la llegada del nuevo siglo ha emergido la habilidad para rec onocer el significado de las em ociones, para

un inusitado interés por el tema de las emociones. Ni la psico­ ra zonar y resolver problemas que est én relacionados con e llas.

logía le ha destinado tanto estudio como ahora, ni el mundo La inteligencia em ocional af ecta a la capacidad para percib r i

del trabajo las había considerado como parte integrante de su as


l emociones, asimilar los sentim entos i relacionados con es ­

capital humano y un potencial a tener en cuenta. tas, comprenderlas y manejarlas. Pronto se destacaron dos mo ­

Pero éexisten las emociones? de osl : el primero conside ra la i


intel gencia em ocional como una

Esta pregunta, que formulo a veces con carácter provoca­ habilidad mental ; el segundo , o modelo m ixco, en globa aspee­

dor, tiene mucho que ver con la manera de afrontar un tema tos morivacionales y emocionales.

tan apasionante como profundo. No existe un nivel de estudio El afamado libro de Goleman, Inteligencia emociona/, best­

lo suficientemente esclarecedor como para entender todas sus s éller all á donde los hubo, pa rticipa de este modelo m ixto.

dimensiones. Casi parece mentira que lo que un día fue una Según Goleman tas habilidades a d esarrollar son : recon ocer las

estructura nerviosa que tienen los mamíferos especializada en emociones propias , co ntrolarlas, motivarse, reconocer l as emo ­

la olfacción se convirtiera con la evolución en el sistema que ciones en las otras personas y manejar las i
relac ones .

da soporte al aparato emocional y al sistema de la memoria, Como ven hay mucho que hablar sobre las emoc ones i aun ­

denominadosistemalímbiro. ¡,¡
que por su puesto no se rá en este libro. En todo caso , les pro­

Para la neurociencia las emociones se consideran estados pongo algunas re flexiones qu e me han sorprendido sobre a
l

con una función reguladora que fomen ta la supe rvivencia del investi gación del mundo emocional.

or ganismo. La expresión de las emociones es una forma de co-

ª Kenneth J. Gergen. &alidada J rtlononts. AproxilllllflOMS a In ronsJruaión


·� Francisco Mera, Cómo /u1ff'io,ra ti «rtbro. Alianza, Madrid, 2002.
socio/, P:.iidós. Barcelona. 1996.
112 Ni me explico, ni me entiendes Capítulo tercero 113

mismo? Comprendo que lo que digo no es fácil de entender en


No las vemos venir
una cultura, como la nuestra, acostumbrada a mirar siempre

Una de las características de las emociones es que no las ve­ hacia fuera. Cuando lo que nos dicen resuena en nuestro inte­

mos venir. Nos despiertan cuando el fuego ya es bien visible. rior, algo de nosotros ha despenado. Algo que no está bien

Pocas veces disponemos de la oportunidad de advenir una asentado se ha removido y haremos bien en atenderlo. En cam­

humareda que va creciendo hasta convenirse en llamas. In­ bio en otro momento, un comentario de las mismas caracterís­

cluso así, generalmente tampoco sabemos cómo sofocar esos ticas nos puede dejar indiferentes aunque se diga con la voz

primeros avisos. Total, que la alarma empieza a sonar cuando alzada y con intención de asestar un duro golpe. Lo que nos

ya estamos "encendidos". Podemos entender así que esta­ arrojan es problema del que lo arroja, el nuestro es decidir qué

mos a merced de las emociones, que nos atrapan como habi­ hacer con lo que nos han arrojado. No nos hacen enfadar, inos

tualmente expresamos. Disponer de esta información nos sirve enfadamos nosotros!

para entender que a menudo insistimos a los demás, inúcil­

menre, en que nos den una explicación, un por qué han reac­

cionado como han reaccionado. Muchas veces son respuestas las emociones siempre representan ef tiempo en pre­

automáticas, pero otras son el resultado de esa humareda que, sente.

por no ser perceptible, estalla en el momento menos pensa­

do. De ahí que, como he indicado anteriormente, atendamos

a lo que hay por ahí debajo de las emociones. 1...-0s porqués, en


Cada vez que experimentamos una emoción incensa, lo

ese momento, van a servir de bien poco.


que ocurre es experimentado como "presente". Aunque se

active una impronta de algo pasado se vive como presente.

Por lo tanto, las emociones tienden a producir una pérdida


Eso no me puede estar pasando a mí
de la unidad temporal, generando una dificultad para el apren­

Un efecto de la situación anterior es la sensación de que "eso"


dizaje. 21 A lo largo de la vida pasamos por diferentes expe­

que nos ha sobrevenido no es cosa nuestra. Como ha aparecido


riencias con airo contenido emocional, de las que nuestra

así, de sopetón, es como si hubiéramos recibido un balonazo y,


neurología hace su aprendizaje. En el futuro nuestro cere­

consecuentemente, lo primero que intentamos es saber de dón­


bro, al discriminar una situaciones de otras, no tendrá nin­

de ha venido, o mejor dicho, quién nos lo ha enviado. La


gún reparo en hacer salear todas las alarmas y ponernos en

rcaccividad que a veces mostramos a los demás es fruto de ese alerta máxima cuando detecte peligro, incluso anees de saber

efecto interpretativo. Me gustaría saber transmitir el sentido qué es, inclusive ames de tener conciencia de lo que ocurre.

de responsabilidad que cenemos sobre lo que sentimos. Si bien Dicho de otro modo, cuando una situación sea una fotocopia

a veces las emociones que nos sobrevienen son confusas, "eso parecida a una experiencia anterior vivida craumáricamence,

nos está pasando a nosotros", no hay que buscar culpables de


tenga por seguro que va a sentir exactamente lo mismo que

lo que sentimos. sintió la primera vez. Los anclajes los tenemos hechos, sólo

En las conversaciones se hacen comentarios de todo tipo,

y puede ser que alguno nos duela en el alma. (Quién provoca ll Plurchik, R., f.mohons i
n tÁt Prtvtia o
/ l'syd10tÁrmpJ. Clm,ml lmp/1mtiom r,
/

ese dolor? (Quién ha hecho el comentario, o se lo provoca usted Afl


trt TÁIOrirs, E<l. American Psychological Association, 2000.
114 N1 me explico, nt me entiendes Capítulo tercero 11 s

folra encontrar el disparador. Ya veces es suficiente con una Si queremos intervenir en nuestras emociones, el mejor

imagen, un sonido o iun olor! Nos viene la experiencia entera momento es cuando estas se manifiestan. Ante su presencia

de golpe. podemos reforzar lo que siempre hacemos o iniciar un nuevo

¿Cómo saber si lo que esroy sintiendo es fruto real de la aprendizaje, una nueva manera de actuar ante lo que senti­

situación o es una lectura de mi neurología que me advierte de mos. Para ello es necesario ese puntito de distanciamiento que

los peligros que yo y los de mi especie hemos aprendido a lo evite identificarse sólo con la emoción. Yjusto en ese distan­

largo de la historia? Al sentirlo en presente nos movilizamos. ciamiento, resignificar la experiencia.

De hecho, la palabra emoción proviene de t-movrre, es decir, Hay algo más que podemos hacer con las emociones. Escu­

moverse hacia. Esa es su finalidad, llevarnos a la acción. Y muy charlas, atenderlas. Detrás de ellas se esconde información útil

a menudo esta acción consiste en arrojar el cubo de las emo­ que no hay que desaprovechar. Y aunque sé de su dificultad,

ciones reactivas hacia los demás. Ahí se nos presenta otro de también es bueno permitirse sentirlas; a menudo las prisas por

los grandes conflictos comunicacionales. ¿Qué hacer con las eliminar las emociones incómodas sólo sirven para que persis­

emociones? tan dentro de nosotros.

Según Paul Ekman tenemos eres opciones.

La primera consiste en no llegara sucumbir a los arrebatos

emocionales. Identificar el detonante que desencadena la si­ Todo lo que resistes, persiste; lo que aceptas, se trons·

tuación para que el yo consciente sepa que ése es un gatillo de formo.

suma importancia y uno conozca su origen. Esta primera op­

ción es difícil de realizar, sobre todo por uno mismo. Tal vez

necesitemos la ayuda de otras personas que permitan darnos Así se expresa un principio de vida budista generalizable a

cuenta de este proceso. Una vez detectado, reflexionar y con­ muchos de nuestros comportamientos, creencias y emocio­

siderar otras posibilidades de conducta. nes. é'Tiene sentido hacerle sitio a una emoción que nos amar­

La segunda consistiría en reducir el período en el que per­ ga la existencia? Creo que sí, vale la pena entender qué nos

manecemos "arrapados". ¿Cuánto tiempo necesitamos para re­ quiere decir.

cuperarnos? A menudo nosotros mismos alimentamos la per­ Habrá que seguir atentos a los numerosos estudios que

manencia en el estado emocional a base de darle vueltas a la desde diferentes ópticas intentan acercarse al significado de

situación. las emociones. No les quepa duda de que detrás de ellas se

La tercera es controlar las conductas posteriores a la apari­ esconde mucha sabiduría. Detrás del enfado hay frustración,

ción de la emoción. Muchas personas ignoran la relación que detrás de los miedos disfuncionales puede encontrarse vergüen­

existe entre sus pensamientos, sus emociones y sus conduc­ za, humillación, rabia o impotencia. Detrás de la culpa hay un

tas. Ante la súbita emergencia de una emoción pueden reac­ culpadoracusador (que también está dentro de nosotros), como

cionar incluso agresivamente. De ello se deduce la necesidad hay un avergonzador en la vergüenza y un exigente en la exigen­

de controlar la conducta más allá de los efectos internos e in­ cia. Cómo hacer que las emociones no nos dominen es un buen

tensos de la emoción. aprendizaje y una puerta abierta a la comunicación.


116 N• me exphco, ni me entiendes capitulo tercero 111

Empalia: Las neuronas espejo hace. Escas neuronas forman parte de un sistema percepción/

ejecución, de modo que la simple observación de movimien­

tos de la mano, de la boca o del pie activa las mismas regiones

Como no podréis veros ton bien o vos mismo como


específicas de la corteza morera como si se estuvieran reali­

poro reflexionar, yo, espejo vuestro, a vos mismo os


zando esos movimientos. ¿Enciende ahora por qué repetimos

descubriré, con modestia, fo que aún no sobéis de vos bostezos, ademanes o seguimos movimientos de piernas o pies?

mismo. Pero las consecuencias van más allá: los investigadores que

Fragmento de Julio César, de W. Shakespeare


trabajan en el sistema percepción/ejecución de las «neuronas

espejo» se plantean con mucho fundamento la idea de que

este sistema integra un circuito que permite atribuir/encen­

La empacía se define como la capacidad de ponernos en el der las intenciones de los otros, y que estaría en la base de lo

lugar de los o eros, de entender lo que les pasa, lo que sienten.


que hoy se conoce como teoría de la mente, tal y como les he

Hay una expresión que me encanta como definición de la


narrado en el primer principio sobre las relaciones. Parece una

empatía: "ponerse en los zapatos del otro". explicación plausible el hecho de que la evolución haya asegu­

rado las bases biológicas para favorecer los procesos de identi­

ficación esenciales para garantizar que el bebé y quien lo cuide

Poro ponerse en los zopotos del otro, pr,mero hoy que


se encuentren, para que los caracteres del segundo puedan

quitarnos los nuestros. pasar a ser parte del primero; pero también para que los movi­

mientos del lactante puedan resonar en la persona que lo cui­

da, quien pasará a sentirlos como propios."

Hasta el día de hoy yo estaba convencido de que eso de la


1:'.Ylos estados emocionales que reconocemos en los otros?

empatíaera algo que codos podemos hacer, aunque algunas per­


¿Cuáles serían las «neuronas espejo» o los circuitos para este

sonas parecen más dispuestas que otras. Todos tenemos amigos


cipo de fenómenos? Ya hay conocimiento sobre algunos com­

o amigas con una extraordinaria facilidad para entender lo que


ponentes de esos probables circuitos: la amígdala cerebral in­

estamos sintiendo, saben ponerse en nuestro lugar y algunos


terviene en el reconocimiento de caras y de voces que expre­

incluso sufren con nosotros. Pero bien, eso es lo que pensaba.


san estados emocionales, y en la coordinación entre las

Parece ser ahora que la capacidad del ser humano de


modalidades visuales y auditivas de reconocimiento (Dolan,

empatizar o de leer lo que esa otra persona está sintiendo o


Morris y Gelder, 2001). En un importante estudio neuro­

pensando puede explicarse por la existencia de unas llamadas


anatómico de reconocimiento de caras que expresan estados

«neuronas espejo» (minvr,,eurons). Vittorio Gallese, Giacomo


emocionales, Adolphs y col. (2000) llegan a la conclusión de

Rizzolatti y otros colegas de la Universidad de Parma han he­ que: "Estos hallazgos son consistentes con la idea de que

cho un estudio de las neuronas en cerebros de monos. Han

localizado en la corteza cerebral un grupo de neuronas que


u Sobre un artículo del psiquiatra y doctor en medicina l lugo Blcichmar,
tienen la facultad, desconocida hasta el presente para una neu­
citando el trabajo de Rizzotarn. G., Fogassi. L., Gallese, V. (2001).

rona, de descargar impulsos canco cuando el sujeto observa a "Neurophysiolngical mechamsms underlyrng rhe understandrng and

imimion of acricn", en J\'an,r, lvt·irrs, ,\',111l)JE,mcf, 2 . 661-670.


otro realizar un movimiento como cuando es el sujeto quien lo
118 N1 me espuco, ni me entiendes Capítulo tercero 119

reconocemos el estado emocional de otro individuo mediante


Escucha activa
el generar internamente representaciones somatosensoriales

que simulan cómo el otro individuo sentiría cuando despliega Seguro que ya habrán oído esta expresión porque es otro de los

cierta expresión facial". clásicos de los cursos de comunicación. Escuchar activamente

no tiene demasiados secretos, ni presupone que debamos ha­

cer cara de "escuchadores". Dicen que tenemos una boca para

hablar y dos orejas para escuchar. Dicho de otro modo, que Jo

Lo observación de uno cara expresando emociones ac­ importante realmente es escuchar porque ihablar ya sabemos

tivo los áreas cerebrales que corresponden o esos emo­ un raro!

ciones en nosotros.

El control de lo conversación lo tiene el que escucha y

Estos descubrimientos no son poca cosa. Según. V. S. no el que hablo.

Ramachandran, neurólogo, profesor y director del Centro del

Cerebro y de la Cognición en la Universidad de California en

San Diego, autor del libro Fantasmas ene/ Cerelmr ha comentado Escuchar activamente no solamente significa entender bien

al respecto: "Intuyo que las neuronas espejo harán para la psi­ lo que nos están diciendo, sino sobre todo entender "cómo"

cología lo que el ADN hizo en su momento para la biología, ya nos lo están diciendo:

que proporcionarán un marco unificador y ayudarán a explicar • Contenido (lo que nos dicen).

habilidades mentales que han sido consideradas misteriosas e • Sentimientos y emociones (cómo nos lo dicen).

inaccesibles en los experimentos[ ... ]. Si conocemos escas neu­ Es activa por eso, por la atención que prestamos al conjun­

ronas tenemos la base para entender un aspecto muy enigmáti­ to de la expresión del otro, pero sobre codo por Jo que capta­

co de la mente humana: 'la lectura de la mente', la empatía, el mos emocionalmente. Laempatía no consiste en pensar y sentir

aprendizaje, la imitación e incuso la evolución del lenguaje". igual que el otro, sino "estar" con él, acompañarlo desde el

Lo curioso de todo esto es que ya lo sabíamos. Hace tiem­ corazón, comprenderlo y aceptarlo en definitiva. Es una acep­

po que los humanos venimos practicando la sincronización, tal tación como persona, más allá de sus creencias o conductas

vez sin darnos cuenca. Ahora quizá estemos anee el porqué. con las que podemos estar de acuerdo o no.

Con esro quiero dar a entender que, si bien el descubrimiento

nos aporca un mayor convencimiento sobre nuestra capacidad


Centrados en el otro
empática, no resuelve el "cómo" manejar la experiencia. Di­

cho de otro modo, équé hacer una vez hemos contactado He podido comprobar lo difícil que es estar pendiente de otra

empáticamente con otro? Le sugiero una serie de pautas a persona dejando a un lado tus propias opiniones, creencias e

tener en cuenta. interpretaciones. M ientras nos hablan la cabecita está dando

vuelcas analizando la situación y buscando la respuesta que

más convenga o se ajuste a lo escuchado. Así no estamos cen­


zs V. S. Ramachandron y Sandra Blakeslce, lv1n111smm "' ti rn-tóro, Debate.

Barcdona. 1999. trados en el otro.


Capitulo tercero 121
120 Ni me explrco, rn me entiendes

La empatía no consiste en: "iAh! Vale, ya sé qué te pasa", situarnos frente a frente de tal manera que al otro no le quede

sino más bien en: "Y esto que ha pasado icómo te hace sen­ más opción que estar mirándonos. Las personas, cuando bu­

tir?". Por poner un ejemplo. Nos centramos en la otra persona cean en su interior, cuando escuchan sus propios diálogos,

y nos dejamos llevar por donde quiera ir. De lo contrario, nos mueven sus ojos hacia abajo, del mismo modo que lo hacen

centramos en nosotros mismos, nos autoescuchamos, impi­ hacia arriba cuando recuerdan cosas. Situarnos cara a cara inte­

diendo comprender lo que el otro nos expresa. Y para colmo le rrumpe este movimiento espontáneo o lo coarta. Asimismo,

cargamos con nuestras ideas y especulaciones que seguramen­ vale la pena tener en cuenca una actitud paciente, no dar pri­

te no nos ha pedido. sas, no exigir respuestas inmediatas. Es bueno saber estar en

los silencios y respetar los ritmos emocionales del otro. Por

otro lado, el asentir mucho con la cabeza puede interpretarse


Captar más que sentir
como "dar la razón", y una relación de empatía no va por ahí.

Probablemente por el efecto de las neuronas espejo, el sufri­

miento, el dolor, la emoción de quien tenemos delante nos


lo que yo haría en la misma situación ...
conectan con nuestras propias emociones. Según el momento

y la relación existente con aquella persona puede darse el caso Una de las posibles tentaciones empáticas es situar la expe­

de que se produzca una reacción empática que iguale los sen­ riencia de esa persona en nuestra experiencia. Tal vez por eso

timientos compartidos. Tal vez sea esta la máxima expresión a menudo usamos la fórmula: "Yo en tu situación ... en tu lu­

de la empatía. Si de lo que se erara es de acompañar a aquella gar... " o puede también que nos sintamos tentados a narrar

persona, de escucharla activamente, será mejor mantener esa una experiencia similar: "una vez a mí también me pasó que ... ".

ligera distancia que nos permita captar lo que pasa, en vez de No sirve de nada, más bien sirve para situamos en una posi­

sufrir con ella. Eso no significa en absoluto negarnos a sentir ción de superioridad como si se tratara de un sarampión que,

nada o mostrarnos fríos como el hielo. Es más, captar significa por suerte, ya hemos superado. Pues que bien ino? Puestos a

precisamente que le podamos explicar al acompañado aquello utilizar esa especie de aurorrevelación es mejor quedarse con

que nos llega, lo que nos dice su cono de voz, lo que expresan el comentario genérico: "Sí, ya he pasado por esto, ya sé lo que

sus emociones. Siempre me ha parecido curioso ese comenta­ es ... " en lugar de: "Sí, yo ya lo pasé ... y isa bes que hice? ... ".

rio que hacemos a la gente enfadada: "Te noto muy enfadado".

Y la otra persona responde con aquella energía y contundencia


Espejos para lo bueno y para lo malo
propia del que está enfadado: "iYo no estoy enfadado!".

En este proceso de acompañamiento no basca con estar calla­

dos, hacer cuatro preguntas y asentir o negar con la cabeza.


Dejar que respire
Vale la pena también poner al descubierto aquellas contradic­

Eso tiene mucho que ver con nuestra postura y gescualidad. ciones o incongruencias de las que seamos testigos. Como

Querernos acercar al mundo interior de otra persona no signi­ hemos visto en el aparcado dedicado a la pragmática de la co­

fica echarnos encima de ella. Si vamos a disponernos a escu­ municación, nuestro cuerpo puede contradecir nuestras pala­

char empáticamente a alguien, será bueno que le demos aire, bras. Ya que estamos haciendo de espejo, no podemos pasar

que le dejemos respirar. Eso se traduce, por ejemplo, en no por alto una información que puede ser importante para el erro:
122 N1 me explico, ni me entiendes Capitulo tercero 123

"Dices que estás muy asustada, pero me lo dices con una son­ es porque puede existir la tentación de que el resumen sea

risa en los labios y un tono de mucho convencimiento ... no ce como el noticiario, es decir, una manipulación subjetiva de los

noto yo muy asustada", por ejemplo. Estamos confrontando a hechos, y que derivemos la conversación hacia donde nos inte­

la persona con ella misma, no con nosotros, no se trata de dis­ resa a nosotros. A menudo acostumbra a pasar que haciendo el

cutir lo que siente, sino devolverle lo que nos llega. Dejemos resumen el otro se da cuenta de detalles que ha omitido, o

que sea ella la que reelabore esa información que le proporcio­ bien considera necesario ampliar la información o matizarla.

namos. Recuerde que es su experiencia, no la nuestra. Pero eso corresponde siempre al acompañado.

Preguntas sin trampa Cosas que se han de evitar

Cuando acompañamos a una persona empáricamente es nor­ Como ya he insinuado, lo más difícil es evitar el juzgar, dar

mal que le hagamos preguntas para recabar información. Pue­ consejos, opinar, interpretar; en fin, sólo con repasar el capítu­

de pasar que acabemos realizando todo un interrogatorio sólo lo de la descomunicación se dará cuenta de todo aquello que

para situarnos en la escena de lo que ha sucedido y encontrar es posible evitar. Creo que es muy importante darse cuenta de

una explicación razonable, un porqué que nos lo haga encen­ que, cuando alguien nos abre el corazón o se siente atrapado

der todo. iY esa es precisamente la trampa! por una emoción o un sentimiento, no sirven de nada los razo­

Si hacemos preguntas no es para entendemos nosotros sino namientos que, por otro lado, no dejarán nunca de ser los nues­

para que se entienda la persona que acompañamos. A menudo, tros. Además debe evitar:

al narrar las cosas que nos pasan, nos hacemos verdaderos líos. • Manipulaciones.

Vamos para adelante, para atrás, mezclamos sentimientos, con­ • Identificarse excesivamente con las necesidades del otro.

ductas, opiniones, hacemos memoria; en fin, que no es fácil • Ser víctima del sufrimiento empático.

seguirnos. Por eso es prudente hacer preguntas para que se • Confundir empatía con psicoanálisis.

aclare el que habla y no el que escucha. No estamos resolvien­ • Es car de acuerdo en todo.

do nada, ni nadie nos pide que interpretemos la situación ... Cada vez más nos vamos acostumbrando a ver por televi­

simplemente escuchamos y preguntamos para aclarar. Y si cabe, sión escenas dolorosas fruto de diferentes tragedias tanto per­

preguntamos para que el otro pueda reflexionar, inada más y sonales como colectivas. Observará que las intervenciones psi­

nada menos! cológicas se hacen de inmediato. Pues bien, ése imagina usted

a uno de estos profesionales dándole consejos o juzgando la

actitud de unas personas que tal vez lo hayan perdido todo?


Resumiendo delicadamente
Ser empático es más una actitud personal, una manera de

A veces es conveniente hacer pequeñas recapitulaciones de lo ser en la vida, que una simple consecuencia de unas neuronas

que hemos escuchado has ca ese momento, sobre rodo para que favorecedoras de la sincronía emocional. Me alegro que exis­

el otro tenga un referente de lo que hemos encendido. La ven­ tan, pero para que funcionen conviene excitarlas, conseguir su

taja de los resúmenes es que quitan la paja, el rollo, y se cen­ máximo potencial de acción. Y eso únicamente se consigue

tran en la información irnporranre. Cuando digo delicadamente reforzando la sinapsis de las llamadas neuronas espejo.
124 N, me explico, ni me entiendes Capítulo tercero 1 zs

Asertividad: palabra mágica Dicho así parece tan sencillo , tan abrum adoramente lógi­

co , y en cambio es una de las habilidades más d ifíciles de las

relaciones sociales . Una parte de los traba os j que rea i l zan los

El que teme padece; yo padece lo que teme. psicoterapeuras con sus clientes es ens eñarles a ser más

Michel Eyquem de Montaigne asertivos.

é ju e d e n las relaciones humanas ser también democráticas? Lo osertividod es un comportamiento, no un cometer. y

¿Puede existir algo que no sea ni dominación ni sumisión? lo mejor habilidad poro aprender o deat. ¡No!

La respuesta la encontraron los movimientos conrracul­

rurales americanos allá por las décadas de 1960 y 1970: ila

asertividad! De la i
ch stera de los ma gos aparecieron las siete cla ves

Desde entonces se ha convertido en una palabra mágica que , como s i de unos manda mientos se tratara , expre san las

que encierra tamos misterios como sorpresas. Eso sí, como yes
le fundamentales de la ase rcividad:

toda magia tiene su truco. Vamos a descubrirlo. 1 . Puede hacerse respetar por los dem ás.

2. Reclame aquello que considere sus derechos .

3. Es imposible que todo el mundo le q u i e ra.


Los primeros magos
4. Piense en us ted positivamente.

Roben Albcrci y Michael Emmons publicaban en el año 1978 S. No se de prima, iact úe!
4
Your perfect right: A guide to ossertif:t behovior. z ( Sus derechos 6. No se escond a de los dem ás.

perfectos: Guía de la conducta asertiva.] D e fi n e n la 7. Qué im portancia i


t ene que s alga mal , mie ntras se ha ya

asertividad como: "La conducta que permite a una persona a finnado.

actuar de acuerdo a sus intereses más importantes, defen­ Les ase guro que la asertividad es m ágica, y tamb ién que lo

derse sin ansiedad, expresar cómodamente sentimientos ho­ má gico no siem pre func ona i ni gusta a todos . No exist e una

nestos o ejercer los derechos personales sin negar los dere­ única form a en el mundo de comporta rse asertivamente, i
s no

chos de los otros". Dicho de una forma clara y rotunda: ila una serie de est rategias que pueden variar según la persona , el

capacidad de autoafirmarse! contexto , la sociedad y la cul tura en a


l que se viva. La

La definición de Alberti y otros amores que creo que me­ asertividad es , corno la e mpatía, un com portamiento que se ha

jor lo expres a es la siguiente : "Es el con junto de conductas de incorpo rar a nuestro catálo go de conduc tas. Pero no es una

emi tidas por una persona en un contex to interpersonal que tiran ía ni una obli gación n i al go que se debería ser ... aunque si

e xpresan los se ntimientos, ac titudes, deseos , opiniones y de­ lo consi gue vi virá mucho me or conj usted y con los dem ás.

rec hos de es a persona de un modo directo , firme y hones to,

res petando al mismo i


t empo los sentim e i nt os y actitudes,

Ansiedad social
deseos, opiniones y derechos de ot ras personas ".

Hay un sin fin de si tuaciones de la vida cotidiana que pueden


!• Alberri. R. E.} Emmons, 1\1. L., lóur P"frrt rigltt: Aguut,ton:wrtwtbdun:ior,
generarnos ansiedad. Cómo afrontaría us ted:
Sa11 Luis Obispo, California, lmpacr, 1978.
126 Ni me explico, ni me entiendes Capitulo tercero 127

• Pedir un aumento de sueldo o que se lo pidan. Cuando nuestra expresión es manifiesramencc abierta y

• Reclamar el dinero que le prestó a una amistad o tener sin ningún tipo de coerción, podemos desarrollar una conduc­

ta asertiva:
que pedir favores.

• Quejarse de la falta de puntualidad o llegar tarde. "Por favor, me gustaría que me devolvieras el dinero que ce

• Hacer una devolución de algo que ha comprado o que le presté. No me gustaría que mi relación contigo tuviera proble­

hagan una reclamación. mas por culpa del dinero".

• Quejarse por un servicio mal prestado o que le llamen la Por el contrario, y aunque la expresión sea abierta, cuando

atención. actuamos ccercitivamente, estamos realizando una conducta

• Protestara alguien que se ha colado o que le pillen colándose. agresiva:

• Pedir una revisión de la cuenta en un restaurante o que le "¿No re parece que ya re estás pasando? ... a ver cuando me

falce dinero. devuelves el dinero que me debes. iEs que no se puede con­

fiar en ti!".
• Hacerle una crítica a alguien ... io que se la hagan a usted!

• No estar de acuerdo con el jefe o que el jefe le recrimine algo. A menudo no nos expresamos tan abienamemesino "vela­

La lis ca la podría hacer cada uno a su gusto en función de damente", de forma insinuante. Aparecen en escena los sar­

aquellas situaciones que más ansiedad social le provocan. casmos. O a veces, ni eso. Si no hay expresión abierta y clara y

Afirmarse a uno mismo, hacer respetar nuestros propios no existe coerción se diría que no hay nada de nada, es decir,

derechos, representan un ejercicio costoso que a menudo ge­ hemos decidido pasar a la fase del olvido:

nera esa ansiedad social que acaba por coartar nuestras preten­ "Sabes que ... lo voy a pasar mal. .. mira ... si me lo devuelve

siones. Anee tales situaciones caben dos posturas básicas: bien, y si no, qué le vamos a hacer... ".

La conducta pasiva no sólo deja el problema sin resolver,


• Pasividad (Mejor no hacer nada, no decir nada, es igual...
sino que para colmo nos acabamos culpando de nuestra propia
no importa).
incapacidad para afrontar la situación cara a cara. iNos queda­
• Agresividad (iAhora te enterarás de Jo que vale un peine!).
mos sin el dinero y enfadados con nosotros mismos!
Ahora podrá añadir:
Finalmente, está la expresión velada pero con cierta agresi­
• Asertividad (Me gustaría que ... yo creo ... yo pienso ...
vidad, es decir, la ironía o el sarcasmo. Por lo que he podido
me siento ... ).
comprobar es una de las más utilizadas. iComo si quisiera ser

duro pero sin pasarse! Hay diferentes modalidades:


Expresión manifiesta ldirecta]

"Oye, re acuerdas de aquel dinero que te dejé ... pues no

sé ... como quien no quiere la cosa, ha pasado ya un año ... é c ó rn o

pasa el tiempo, verdad?".

Asertivo Agresivo "Te acuerdas de aquel dinero que te presté ... no, lo digo
No coercitiva 4--------4--------» Coercitiva
porque igual te has despistado un poco ... ".
No asertivo Agresivo pasivo
"Carav veo que re van bien las cosas, ¿eh? iCoche nuevo ... !".

Y encima que el dinero es nuestro, nos justificamos:

"Oye, mira, es que me ha salido un imprevisto y claro ...

Oel Greco - 1983 haciendo números ... ".


Expresión encubierta hndtrectal
capítulo tercero tes
128 N1 me exphco, m me entiendes

En este caso domina el m. Es decir, re csrov pidiendo a ti,


"Mira, es que lo necesito; si no, no te lo pediría".
te estoy responsabilizando a ti, el que tiene que hacer algo
"Mira, es que con lo del ingreso de la abuela se nos ha ido
eres tú. En definitiva, el problema es tuyo.
el presupuesto y... ".
Aparentemente existe un solo problema: que el otro de-

vuelva el dinero, pero esto no es del rodo cierto:

Tú tienes un problema: devolverme el dinero.


Algunos personas se posan lo vida justibcondo sus con­
}{} tengo un problema: ipedbtelo!
ductos sin que nadie se lo pida.
Eso se traduce como: yo debo resolver mi problema, pero

Ino puedo resolver tu problema!

Es decir: lo pida como lo pida, incluso usando una conduc­


Un día, en un supermercado cercano a mi casa, a una seño­
ta agresiva, eso no significará que le devuelvan el dinero. Por
ra le faltó sólo un céntimo para pagar el importe de su compra.
ello me gustaría insistir en este punto, para mí básico para
Pues bien, la cajera, que ni siquiera pestañeó por el hecho,
entender el funcionamiento de la asertividad:
ruvo que soponar, al igual que todos los que estábamos en la

cola, las explicaciones, o mejor dicho.justificaciones de aque­

lla buena mujer. Lo que había hecho desde que se levantó, la


Yo soy el responsable de lo que pienso, lo que siento y
bronca con su marido y la discusión con sus hijos, que a
lo que hago; por eso me pongo en primero persono.
la postre la aturdieron tanto que por eso ni pensó en el dinero

que llevaba en el monedero. Aún respetando el mal día que

había tenido, sus justificaciones eran excesivas e inoportunas.


Si no lo hago así, é c ó rn o me voy a afirmar? El problema a
Pero ya hablaremos sobre este tema. Ahora quisiera llamar la
menudo es que nuestra cultura occidental nos ha enseñado
atención sobre las respuestas obtenidas en el caso de la peti­
durante demasiado tiempo que iel burro va delante! Con lo
ción de devolución del dinero presrado.
cual nos colocamos detrás de las expresiones. Pero eso es una
Para mi la asercividad consiste en la capacidad de expre­
trampa: icómo no va a ir usted delante si es quien sabe lo que
sarse en primera persona. Es decir, yo quiero, yo siento, yo
quiere, lo que piensa o lo que siente!
entiendo, yo creo, yo pido ... Observe la respuesta asertiva
Un ejemplo cotidiano:
del caso:
"iYa está bien! Siempre llegas tarde. No enciendo por qué re
"Por favor (te/o pitio yo), me gustaría (
a mí) que me devolvie­
cuesta tamo ser puntual. Y seguro que tendrás mil excusas ...
ras (tú) aquel dinero que te presté (tó). No me gustaría (
a mí)
pues mira, ique sea la última vez que me haces esperar!".
que mi relación contigo {mi} tuviera problemas por culpa del
Lo mismo pero en asertivo:
dinero".
"Una vez más el hecho de esperarte me ha impedido hacer
En el conjunto de la frase domina la primera persona por­
otras cosas. A mí me gusta ser puntual. Y aunque entiendo
que es ella la que se afirma, es ella la que quiere la devolución
que debes tener tus razones, la próxima vez no te esperaré".
del dinero. Vamos a ver la formulación agresiva:
iQué diferente es hablar desde mí que hahlar desde ti! En el
"¿No te parece (
a ti) que ya ce estás pasando? (tú) ... A ver
primer caso, al culpar a la otra persona, aseguramos la reacción
cuando me devuelves (tú) el dinero que me debes (tú). iEs que

no se puede confiar en ci! (En ti}".


110 N1 me explico, ni me entiendes
Capitulo tercero 131

de esta, ya que se va a defender. No nos engañemos: a 11at!iL l


e
La conducta asertiva no pretende evitar el conflicto a roda
g,IS/a que lt dignJJ cómo ti.ene que Mfer las COSIIS.
costa sino gestionarlo como parre de la relación, teniendo en
En cambio la segunda postura asume toda su responsabili­
cuenta las consecuencias a corro y largo plazo.
dad personal. No necesita culpar al otro, ni siquiera pedirle
Y ahora, volvamos a la señora del supermercado. Mucha
justificaciones. Asume su responsabilidad sobre la conducta e
gente se siente mal por ser incapaz de expresarse adecuada­
informa al ocro de sus derechos y de cómo va a gestionar la
mente. La necesidad de justificación de nuestras acciones sin
situación en el futuro. Pero lo mejor es:
que nos la pidan responde al temor del "qué pensarán ... ", del

"qué dirán ... ". Son miedos a través de los que muchas perso­

nas acaban por serlo todo para los demás, menos para ellas mis­
Nuestros afirmaciones san incontestables; nadie puede
mas. Habrá usted adivinado que por debajo de estos compor­
negarnos lo que pensamos, sentimos o hocemos. Po·
tamientos se esconde una baja autoestima. No saben decir que
drán no estor de acuerdo, pero no negarlo.
no, tratan de ser amigables con todo el mundo y, si se sienten

menospreciados, se culpan a sí mismos.

El miedo que se experimenta en las relaciones acaba por


En cambio cuando somos oosorros los que acusamos a los
producir el efecto psicológico de la profecía autocumplidora,
demás, estos lo niegan todo porque sencillamente nosotros no
es decir, anticipar canto las desgracias que se temen que al
somos ellos; no podemos andar por ahí diciéndole a la gente lo
final acaban pasando. Muchas conductas vienen precedidas por
que debe pensar, sentir o hacer.
algunas "ideas irracionales" que limitan completamente a la
Todo esto significa que tomar responsabilidad por uno mis­
persona, que acaba prescindiendo cada vez más de aquellas
mo, afirmarse, exige poner por delante lo que queremos, que
situaciones en las que se ve obligada a repetir la conducta que
es tanto como decir esesoy yo, iy ahí empiezan los problemas!
teme, con lo cual va restringiendo progresivamente su autono­
Muchas personas remen reclamar aquello que es de justi­
mía personal.
cia por miedo a pasarse o a ser menospreciados. Y claro, allí
Algunas de estas ideas irracionales son muy reconocibles.
donde uno por prudente se queda, otros, por creer que tienen
El hecho de su irracionalidad no consiste tanto en que tengan
derecho a codo, le pisotean.
más o menos sentido común, sino en cómo se han convertido
Se es asertivo desde la aceptación y estima por uno mismo,
en creencias que limitan la conducta de la persona:
desarrollando nuestras auténticas posibilidades y objetivos, con
"No digas cosas que puedan herir los sentimientos de los
respeto a los otros y a las normas de convivencia.
demás".
La asenividad pretende básicamente dos cosas:
"Las conductas desconsideradas, mejor ignorarlas".

"Guarda tus sentimientos para ti".

"
A nadie le importa lo que ce pasa o deja de pasar".
Conservar
"
A la gente hay que darle caña si quieres que reaccione".
Obtener
o mejorarla
"Es importante caer bien a todo el mundo".
una o vanas
relación con "Si alguien me quiere de verdad ya sabrá lo que necesito".
cosas concretas
los otros "Cambiar de idea es una debilidad".

"Los hombres nunca lloran".


132 N1 me explico, ni me entiendes Capitulo tercero 133

"Piensa en los demás, no seas egoísta". • La conversación de la identidad. Lo que esta situación

"Sé fuerte, no ce arrugues ante los demás". significa para mí.

"Lo importante es tenerlo todo bajo control". Todo esto se mezcla en el diálogo interior que uno debate

Seguro que hay camas ideas como personas en el mundo consigo mismo a la vez que está metido en la conversación con

porque codos, con más o menos conciencia, hemos ido gene· los demás: iQué ha pasado, qué siento, cómo me veo! El resul­

rando creencias que con el tiempo pueden volverse caducas y tado final puede conducirle a discutir, Jo que produce emocio­

limicames. Ante situaciones que nos impactan o conductas nes imensas que causan más discusiones. Es otro círculo que

que tememos es bueno ponerlas "simbólicamente" delante también se recroalimenta:

nuestro y torearlas un rato, sobre todo para darnos cuenta de si

nos siguen siendo útiles o ha llegado la hora de encontrar nue­

vas alternativas. Discusiones Sentimientos

Conversaciones difíciles
'<, !
A menudo nos enfrentamos con situaciones que exigen algo
Causa
más que hablar en primera persona. Sabemos de antemano que

se trata de una conversación delicada, difícil, sea por anrece­

dentes emocionales que se han producido, sea por tratarse de Tal vez le ayude evitar:

una dura negociación o porque el cerna a tratar es "complica· • Pensar que el problema son los otros.

do", por no llamarlo "íntimo" o de ámbito familiar. En defini­ • Discutir sin comprender.

tiva, se trata de atajar una conversación poco apetecible, que • Estar atrapado por influencias o antecedentes anteriores.

nos violenta a nosotros mismos sólo de pensarlo. Desde mi punto de vista, hay dos premisas esenciales:

Ante estas situaciones probablemence no sea s uficiente

una conducta asertiva, sino tener en cuenca algunos principios

que algunos autores como DouglasScone, Bruce Parten y Sheila Pensar que debemos aceptar o rechazar.

Heen," recomiendan:

Atender las eres conversaciones que se producen en una

conversación: No somos jueces de lo que los demás piensan, sienten o

• La conversación del " é q u é ha ocurrido?". 1 lay desacuer­ hacen. A menudo, en las conversaciones, la gente nos cuenta

dos sobre lo que exactamente ocurrió. (Quién dijo esto? cosas, mezcla opiniones, creencias y emociones. Pues bien, no

¿Quién hizo aquello? cenemos ninguna obligación de aceptar o rechazar lo que nos

• La conversación de los sen ti miemos. ¿Es válido o apro­ dicen. Simplemente lo escuchamos, lo acogemos, pero nada

piado lo que siento? d.os expongo, los guardo? más. Nadie nos pide, a no ser que lo haga explícito, que res­

pondamos a lo que nos dicen. Y si cree que sí, que algo tiene

II
Douglas Seone, Bruce Parten y Shcila ! Icen, COllfl(TSl1('Íon,:s dif,dl,:s, Grijalbo. que decir, es una pura presuposición suya. Cuando usted cuenta
Barcelona, 1999.
cosas, éespera que le acepten o le rechacen?
134 N1 me exphco, ni me entiendes Capitulo tercero 135

l ) Tener claro los propósitos.

Separar lo inrención del efecto; suponer sobre los in­ Descubrir cuál es mi propósito en una situación deter­

tenciones. minada: ¿cuál es la situación concreta? ¿Qué me pasa

espontáneamente por la cabeza? ¿cómo me siento cuan­

do veo las cosas de esta manera? ¿Qué es lo que real­

Este punto es muy importante sobre todo en las conver­ mente quiero hacer?

saciones difíciles. Si su intención es hacer daño y lo consi­ 2) Evitar los "pensamientos automáticos".

gue, no será por su intención sino porque el otro se ha dejado Hay un sin fin de cosas que pensamos aucomáticamence,

herir. Pero me gustaría recalcar el interés por separar nues­ muchos pensamientos esrán simplemente "mecanizados",

tras intenciones de los efectos que producen. éCuánras ve­ están ahí y son lo primero que nos viene a la cabeza. Eso

ces usted, con coda su buena intención, se da cuenca de que no certifica su autenticidad. Sólo indican que están ahí.

ha producido el efecto contrario al que esperaba? Lo mismo Por eso es importante no soltarlos a su libre albedrío sin

ocurre al revés. Usted se ha tomado mal algo que no tenía antes pasarlos por el fil ero de nuestro convencimiento.

dicha intención. 3) Analizar la posición del otro.

La clave está en saber distinguir las intenciones de los efec­ Intentar comprender las razones y los sentimientos de

tos que producen. Por ello no debemos suponer intenciones, nuestro interlocutor. iÉI también tiene sus razones!

que es Jo que hacemos, sino preguntar por ellas: "no sé cual 4) Tratar nuestras convicciones como hipótesis.

era cu intención ... pero me ha hecho sentir así..." o "me doy Recuerden que nuestras creencias no son certezas: a lo

cuenca de lo que te ha provocado esca reacción, pero mi inten­ sumo, "mis" certezas, con lo cual mejor no dar por he­

ción era ... ". cho la realidad de mis convicciones ni tampoco las de mi

Si conseguimos separar las intenciones de los efectos, tal interlocutor. Todo son hipótesis sobre las cosas, y sobre

vez tengamos más oportunidades de cambiar nuestras "certe­ estas hipótesis vamos a ver qué es lo que más nos con­

zas" por la curiosidad. Escuchar qué es lo que realmente nos viene a cada uno.

quieren decir. 5) Subirse al balcón.

Y aprovecho para recordarle que coda relación es también Cuando la situación se complica, cuando nos damos cuen­

un sistema: ta de que se avecinan situaciones tensas, lo mejor es

tomar una cierta distancia e incluso hacer un break. Se

trata de intentar ver la situación desde fuera, como si la

¡En qué contribuyo yo a mantener ese sistema? observara desde lo aleo de un balcón. A menudo es nece­

sario tomar estas tres posiciones perceptivas:

Yo Tú
Estrategias asertivas

Me gustaría acabar este aparcado sobre la asertividad con una

serie de estrategias que pueden serle útiles a la hora de gestio­


"" Elobservador /
nar sus relaciones:
capítulo tercero 137
136 N1 me exphco, ru me enuendes

Consiste en situarse en los tres puntos. En elyo observo criticado o criticada es un verdadero quebradero de cabeza

cómo me siento, qué me pasa, cómo veo la situación, cuando nos piden que lo hagamos cara a cara. Aquello que era

cómo veo al otro u otros. En la posición tú me coloco en una crítica atroz y desvergonzada ahora pasa a ser una "críti­

la piel de los otros. Le habo al J'O como si fuera el otro ca constructiva".

para poder entender mejor su posición. Finalmente, me Dar y recibirfeedback consiste en opinar técnica y sincera­

coloco en el lugar del oóseruador para tener una visión de mente sobre aquellas conductas y/o hechos que hacen los de­

conjunto de lo que está pasando en esta relación. más o nosotros. Es decir, hay unos aspectos de contenido y

6) Tener apriori dudas positivas. otros de relación. ¿Recuerdan los dos mensajes de la comuni­

En las conversaciones podemos escoger poner la aten­ cación? Pues ahora se ponen en juego más que nunca.

ción en escuchar aquello en lo que el otro tiene razón


Una de las confusiones mayores que se producen en el feed­

más que en lo que no la tiene. A menudo nos encerra­ back, es entender por un lado que juzgamos a una persona y por

mos en las diferencias, en los desacuerdos, sin tener el otro que ponemos en entredicho sus habilidades. Cuando el

en cuenta que tal vez podemos empezar por atender feedback se da de forma correcta, no debería producir ninguna

y reconocer Jo que tenemos en común. Es un buen de estas sensaciones. Como personas, el feedback nos permite

comienzo. vernos a nosotros mismos cal como nos ven los demás; como

7) Atender la forma de verbalizar. conductas o habilidades, el feedback nos permite mejorar aque­

Podemos atender unas cuantas formas: llo que sabemos hacer.

• Verbalizar de forma clara y precisa; dar vueltas a las El proceso de dar y recibir información sobre uno mismo y

cosas confunde. sobre los demás quedó perfectamente delimitado en el mode­

• Implicarse personalmente, es decir, usar la primera lo conocido como uentana de Joltari de joseph Lufc y l larry

persona: Yo, a mí... Ingham:"

• Saber implicar al otro. A menudo hablamos generali­

zando: "La reunión ha ido muy bien". lPor qué no El Yo

personalizar?: "Me ha gustado mucho la forma en que

has llevado la reunión".


Conocido por el ·vo· No conocido por el ·yo-
• Mostrarse educado y cordial.

Una de las formas en que procede ser asertivo es al dar

y recibir/etdlxuk. De todo ello hablo en el próximo apar­ Área libre Área ciega

tado.

Área oculta Área inconsciente


Dar y recibir feedback: sinceridad efectiva

A veces cenemos que opinar sobre las cosas que hacen los

otros y a la inversa. Es curioso, porque esa actividad realizada

tan febrilmenre cuando se trata de criticar en ausencia del lt> Silvino José Feitzen. /,0 ln/t(J110 dt Jolinn. Sal Teme, Santander. 1982.
, 38 Ni me explico, ni me entiendes capítulo tercero 139

1. Área libre 2. Destacar aquellos aspectos "que se han de mejorar",

En esta área se encuentran las experiencias y los datos concretando exactamente en qué consisten.

que son conocidos tanto por nosotros mismos como por 3. Enviar un mensaje de significado dirigido a la rela­

los demás. ción.

2. Área Citga En el punto 1 es importante la concreción. Si algo nos ha

Contiene informaciones respecto a nuestro "Yo" que no­ gustado, saber especificar "qué" exactamente. Esto avuda a la

sotros ignoramos, pero que son conocidas por los demás. persona a reforzar aquellos aspectos positivos y pote�ciales.

3. Área Oculta En el punto 2 nos centramos en el aspecto principal a co­

Contiene informaciones que uno mismo sabe respecto rregir. Puestos a encontrar defectos siempre se van a encon­

de sí, pero que son desconocidas por los demás. trar. Pero de lo que aquí se trata es de poder definir exacta­

4. Área inconsciente mente aquel aspecro o aspectos principales que se deberán

Representa aquellos factores de nuestra personalidad de corregir en el futuro. ¡y cuanto más precisos mejor!

los que no somos conscientes y que a su vez son desco­ El punto 3 también es importante en cuanto no centra­

nocidos por los demás. mos la atención sólo en la conducta o en la habilidad de la

persona, sino en el "ser" y la relación.


La sencillez y claridad con la que se expresa este modelo
Como reza el subtítulo de este apartado, el/eetlbackconsis­
es sin duda una herramienta de aleo valor para entender el pro­
te en la sinceridad efectiva. Sinceridad porque expresamos
ceso en el que se inscriben las relaciones interpersonales.
aquello que pensamos o sentimos teniendo en cuenta el ha­
Volviendo, pues, a las dos direcciones de los mensajes, el
cerlo oportunamente. Y efectiva porque la información que
feedbad: tiene un destino informativo yocro de significado. Por
proporcionamos es lo sumamente detallada como para saber
un lado, nos permite obtener una información precisa, técni­
exactamente qué aspectos han resultado positivos y cuáles son
ca, de contenido sobre "cómo" hacemos las cosas, y por el
mejorables.
otro, otra que da significado, que define la relación.
Alcanzar este punto de equilibrio es importante. Algunas
"Me ha encantado tu conferencia, he observado que has
personas parece que se colocan filtros de negatividad y sólo
estructurado bien el tema y lo has sabido sintetizar de forma
logran ver aquello que "está mal". Si por lo menos tienen la
clara. Tu voz ha sonado fuerte y nada monótona. Tal vez la
pericia en ser concretas, aún pueden proporcionarnos una in­
duración de la exposición es un poco larga. i1C felicito!"
formación útil. Lo que realmente es inútil son comentarios
"Me ha encantado cu conferencia (Feedback de relación);
del tipo:
he observado que has estrucruradc bien el tema y lo has sabi­
"Ay, pues mira, sinceramente no me ha gustado nada ... y
do sintetizar de forma clara. Tu voz ha sonado fuerte y nada
eso que he procurado se objetivo pero mira ... a veces lasco-
monótona. Tal vez la duración de la exposición fue un poco
sas salen mal... a ver si la próxima vez lo mejoras".
larga (Ferdback de contenido). iTe felicito!" (ftetfb(l(k de rela­
Esto y nada es lo mismo y encima suena muy mal:
ción).
"Ay, pues mira, sinceramente ... no me ha guscado nada (el
Para poder dar unfrerlback que sea realmente eficiente:
qué, concretamente) y eso que he procurado ser objetivo
1. Destacar las cosas muy bien hechas, concretando exac­
(sobre qué) ... pero mira a veces las cosas salen mal (qué cosas
tamente en qué consistían.
Capítulo tercero 141
140 Nt me exchco, ni me entiendes

que lo mejor que podemos hacer es dar las gracias. Nada más.
exactamente) ... a ver si la próxima vez lo mejoras (qué es exac­

Sean dichos con más o menos acierto, todos contienen algún


tamente Jo que debo mejorar)".
cipo de información y representan a la vez un aspecto más de
Del mismo modo puede pasar al revés:

la relación. Alguien a quien no le imponemos para nada segu­


"lFelicidadcs! Me ha encantado ... lo has hecho bien, bien ...

ramente tendrá pocas cosas que decirnos, éverdad? Y si el


es que no lo esperaba de ri ... de verdad, todo bien ... ino hay

que se acerca es un perfecto desconocido, cal vez Je hayamos


nada que decir!".
empezado a importar.
Eso y nada es lo mismo, pero el ego se te sube a la cabeza:

"iFelicidades! Me ha encantado (el qué concretamente) ... Quisiera acabar este apartado recordándole, como ya hice

cuando hablé de los "juicios", las proyecciones personales que


lo has hecho bien (el qué, cuándo exactamente), bien ... es

se esconden detrás de las críticas. Por ello es importante


que no lo esperaba de ti (qué es lo que te esperabas exacta-

que sea prudente en el momento de escuchar comentarios


mente) de verdad, todo bien (Crodo? éno hay nada que me-

sobre usted, sus conductas o habilidades. iNunca se sabe a


jorar?) no hay nada que decir (sobre qué)".

quién estamos haciendo de espejo!


Por el supuesto engorro en el que nos podemos meter a la

hora dedarfmlbad:, mucha gente prefiere centrarse únicamen­

te en el mensaje relacional ("Felicidades, qué bien, me ha en­

cantado ... )". Y esto está muy bien, y aún sería mejor si se acom­
Programación Neurolingüistica (PNL)

pañara de una información concreta y útil.

A estas alturas ya no es nada extraño oír hablar de la PNL o

Programación Neurolingüíscica. Aún así reconozco el interés

Expresar "has hecho un buen trabajo" es una CO(IC/O y que sigue despertando como enfoque exitoso en la consecu­

ción de resultados deseados y más o menos rápidos. Sin duda,


uno buena dosis de autoestima, pero no nos ayudo

el acierto de sus creadores Richard Bandler y John Grinder, a


poro el futura. Por esa es importante expresar también

inicios de la década del 1970, fue dar respuesta a una simple


qué es exactamente Jo que hemos hecho bien. Enton­

pregunta:
ces estamos aprendiendo.

¿Qué hacen los que hacen las cosas bien? Pero además,

si un ser humano puede hacer algo, tú también puedes ha­

cerlo.
Otra experiencia interesante es recibir/m/back. Cuando nos

Para dar respuesta a la pregunta se entretuvieron en buscar


detallan aquellas cosas que los otros han observado sobre noso­

gente que funcionara bien en campos diversos como la comu­


tres y nuestras conductas, ese ha fijado que intentamos justi­

nicación, la creatividad o la psicoterapia. Los observaron, los


ficarnos, que tenemos la necesidad de dar explicaciones, sean

modelaron, y a la postre diseñaron un conjunto de herramien­


de la naturaleza que sean? Si es para bien, parece que la con­

tas y estrategias que posibilitan una relación mayor y más efi­


signa sea quitarle importancia; si es para mal, argumentamos

caz con uno mismo y con los demás. Lo que les interesaba
los diferentes condicionantes que no nos han permitido hacer

saber no era lo que la gente dice que hace, sino desentrañar lo


las cosas como teníamos previsto.

que realmente hace, construyendo después un modelo sobre


"Nada de ello es necesario, nadie nos lo está pidiendo." Ante

ello. Las siglas PNL responden al siguiente argumento:


los comentarios "críricamente constructivos" se me ocurre
142 Ni me exphco, m me entiendes
Capítulo tercero 143

Programación Para cada cosa que hacemos tenemos un


• Ya que utilizamos las mismas vías neurológicas en nuestra
programa. Nuestros aprendizajes tienen
conducta observable que en nuestra conducta inte­
una traducción codificada y ordenada en
riorizada, podemos acceder a muchos recursos que alguna
el cerebro y en el sistema nervioso. A me­
vez nos hayan funcionado muy bien y disponer de ellos
dida que se refuerzan se convierten en pa­
cuando nos sean necesarios. Cuando negociamos, cuando
trones de conducta.
hablamos en público, cuando afrontamos situaciones di­

Neuro Todo comportamiento es resultado de fíciles, necesitamos disponer de unos estados internos

procesos neurológicos. Así pues, los apren­ que nos permitan vivir estas actas lo más eficazmente

dizajes usan nuestra red neuronal tanto posible. Tal vez la manera de "jugar" con nuestra neuro­

para almacenarse como para expresarse. logía, de traducir su funcionamiento en aplicaciones

conductuales, es una de las maravillas de la PNL. Al fin y


lingüística Es la expresión, el eco, de lo que ocurre
al cabo trabaja con la estructura de la experiencia.
en nuestro sistema nervioso y, a la vez,

• Es una herramienta excelente para el cambio personal,


como impacta tanto en nosotros como en
para abandonar hábitos e incorporar nuevas conductas de
el que escucha, es nuestro instrumento
forma sencilla y rápida. Su formulación de objetivos es
de comunicación (verbal y no verbal).
muy correcta:
Desde mi punto de vista la PNL ha hecho una serie de
- Enunciarlos en forma positiva y específica.
aportaciones muy interesantes y sobre todo prácticas, ya que
- La meta debe ser alcanzable, estar bajo el control de
sus autores buscaron precisamente modelos aplicables, sin ex­
la persona.
cesivas dificultades de aprendizaje y sin entretenerse en teo­
- Planificar la acción. los plazos, el tamaño, el tiempo.
rías. Me gustaría destacar de ella lo siguiente:
- Tener en cuenta la ecología, es decir, que el objetivo
• Nos presenta un enfoque "positivo" que parte del su­
esté equilibrado entre las diferentes partes del siste­
puesto de que roda persona cuenta con los recursos nece­
ma de la persona. Que el objetivo no entre en conflic­
sarios para alcanzar los objetivos que desea, siendo el apren­
to con o eros objetivos.
dizaje su principal recurso. No existe el fracaso, sino
- Disponer de recursos. Qué se va a necesitar, qué téc­
únicamente información (feedback). Un error es una opor­
nicas utilizar.
tunidad de aprender algo nuevo. En comunicación no hay
- iQué experiencias sensoriales tendré cuando consiga
errores, sino resultados:
mi objetivo? Es decir, qué veré, qué escucharé, qué

sentiré que confirme que lo he logrado.

Los propios Bandler y Grinder resumen perfectamente lo


Si siempre hoces lo mismo, siempre obtendrás el mis­
que consideran las tres claves del comunicador excelente:
mo resultado. Si lo que hoces no funciono, ¡hoz otro
1.- Saber el resultado que quieres conseguir.
coso!
2.- Saber que necesitas flexibilidad en la conducta.

3.- Tener suficiente experiencia sensorial para darte cuen­

ta de cuándo has logrado el resultado deseado.


144 N1 me explico, m me entiendes Capítulo tercero 145

Este apartado no va a ser ningún tratado sobre la 1':'\L, en Actuamos en ese entorno a través de nuestra conducta, que

primer lugar, porque ya existe en el mercado suficiente volu­ está dirigida por nuestros mapas mentales, nuestras aptitu­

men de ensayos que hablan del rema. En segundo lugar, por­ des y capacidades. Estas aptitudes están organizadas por los

que le recomiendo encarecidamente que si quiere acercarse al sistemas de creencias, y las creencias están organizadas se­

fenómeno de la PNL, no lo haga solo a través de los libros, ya gún la identidad.

que le puede ocurrir que no se entere de mucho. La PNL es • Los niveles se pueden resumir así:

una disciplina experiencia! y como tal requiere de la praxis, Sistema Nuestra pertenencia a sistemas mucho

requiere del conocimiento técnico de profesionales autoriza­ más amplios que nuestra propia identi­

dos y requiere además la complicidad de otras personas. Y en dad (familia,comunidad ... ).

tercer lugar, porque es tan extensa, que cualquier intento de


Identidad Es quiénes somos. La visión general que

reducirla es maca ria. Por otro lado, a lo largo del libro ya he ido
tenemos de nosotros mismos, así como

desgranando mucha PNL, aunque sin citarla explícitamente.


nuestros propósitos.

Lo que sí me gustaría es transmitirle mi experiencia como


Creencias Responde al "por qué" y al "para qué" de
profesional de la PNL y en concreto la enorme utilidad que
nuestras conductas, sistema de creencias
para mí ha tenido en el terreno de la comunicación y de las
y metaprogramas.
relaciones. Para ello me centraré en el universo de los niveles
Capacidades "Cómo" hacemos las cosas, los estados y
neurológicos y los sistemas reprcsemacionales, base importante
las estrategias que orientan las conduc­
de la PNL, más que en otras técnicas que requieren de una
cas.
supervisión imposible de realizar.
Conductas Es lo "que" hacemos específicamente en

el ambiente. Nuestro comportamiento.

Los niveles lógicos


Ambiente Se refiere a los elementos externos anee

los que la persona reacciona, así como al


En cualquier conversación es fácil escuchar una expresión del

contexto: donde hacemos /ascosas, GIOn/o ha­


cipo: "depende del nivel con el que se mire ... " o "visto desde

otro nivel..." o "édesde qué nivel lo vamos a analizar... ?". So­


cemos.

mos conscientes de que existen diferentes niveles o perspec­ Cualquier experiencia tiene su traducción en los diferen­

tivas de las cosas. tes niveles, ya que engloban el conjunto de "conciencias" que

El antropólogo Gregory Batescn, basándose en los traba­ intervienen en el proceso de vivir. Tal vez encuencre a faltar

jos de Russell y Whitehead en matemáticas, constató cómo las emociones y sentimientos. No existe un nivel específico

en los procesos de comunicación, cambio y aprendizaje, exis­ en el que hagan su aparición, sino que se encuencran en el

ten unas jerarquías naturales. La función de cada uno de los fondo de todos y cada uno de los niveles.

niveles es organizar la información del nivel inmediatamente

inferior. La aplicación específica del concepto de niveles lógi­


Los nlw /es en las -
cos en PNL fue agregada por Roberc Diles como una manera

de utilizar este concepto en la práctica de cambios de com­ Una de las potencialidades de los niveles lógicos reside en la capa­

portamiento. El nivel básico es nuestro entorno o ambiente. cidad de ajustar nuestro nivel de conversación a la de nuestro
Capítulo tercero 147
146 Ni me explico, ni me entiendes

consideramos que es necesario darle recursos desde otro nivel


interlocutor.1énga presente que cuidar un detalle de este cipo

no lo lograremos si antes no captamos a través de cuál se expresa'.


es clave para lograr un alto entendimiento. Imagínese que una

A cada nivel corresponde una pregunta que nos puede ser-


amistad le confiesa:

vir de guía:
"Soy un desastre, nada me sale bien. Realmente debo ser

Sistema: ¿Para qué? ¿Quién más?


desastroso".

Identidad: CQuién?
Esta frase, como ya habrán observado, se expresa desde la

Creencias: ¿Po rqu é ? Valores.


identidad. Nuestro interlocutor habla básicamente de cómo se

Capacidades: ¿Cómo?
siente quets.

Conductas: ¿Qué?
Ahora imagine que su respuesta es:

Ambiente: ¿Dónde?
"Mira, cú lo que cienes que hacer es dejarte de tonterías y

Me gustaría observar en este punto que, a pesar de dispo­


acercarte sin miedo a las personas, que no ce van a comer... ".

ner de preguntas tan concretas, solemos hacer como los niños


En este caso la respuesta se ha centrado en lo que debería

pequeños que se pasan el día preguntando ¿porqui?Siguiendo


hacerse, es decir, en la condsaa y, si cabe, en la capacidad. Pero

el esquema de los niveles lógicos se puede apreciar que la pre·


nuestra amistad nos hablaba desde el nivel de la identidad. iAsí

gunta éporqui? corresponde al nivel de las creencias. Dicho


no nos vamos a entender nunca! Tú me dices lo que eres y yo

de otro modo, cada vez que preguntamos el porqué, y lo hace­


te digo lo que tienes que hacer o saber hacer. Esta fisura la

mos en demasía, obligamos a la otra persona a justificarse. Res­


podemos ver en este otro ejemplo:

ponder a un porqué es apelar a nuestros argumentos intelec­


"Cariño, he pensado que podríamos ir al cine ... hace tiem­

tuales, es in temar "razonar". Pero además, hay que tener en


po que no vamos!".

cuenta que generalmente no existe un solo porqué de lasco­


Respuesta:

sas. Seguramente hay más de uno. Y seguramente también,


"¿Pero no eres tú la que siempre dice que el cine de hoy no

algún porqué es can inconsciente como inaccesible.


vale la pena?".

Por supuesto que es importante saber el porqué cuando


La primera expresión contiene un primer nivel, amóimte.
pretendemos acceder a las creencias o a los valores que sostie­
La persona está hablando de ir a un sitio concreto. Y tal vez

nen un pen samiento. Pero si lo que pretendemos es inrervenir


también una conducta, la de ir al cine. Por su lado, la otra per­

en las conductas y/o i


capac dades del otro se rá m ucho más prác­
sona le contesta desde el nivel creencias, en este caso que el

tico preguntar el "qué" y el "cómo". C ual q u i e r situación se


cine de hoy no vale la pena. Se observa un desajuste perfecto

puede analizar desde el nivel de l as creenci as, aunque le sugie­


para propiciar todo tipo de disputas dialécticas. Uno hablaba

ro que analice la conveniencia de reflexionar sobre los "cómo"


de una cosa y el otro de otra. Aparentemente no pasa nada,

en lugar de los ¿porqué?


pero una extraña sensación recorre nuestro cuerpo: "No me

".N
l o
Io soporto m ás, no se puede j
traba ar con es ca perso -
explico; no me entiende" . Qué curioso hablar de lo m i smo

na " !
(el cine), pero tener la sensación de que se habl a de cosas

"¿Por qui?"
d i st i n ta s (niveles).

"Por que es un gandul... y porque no se puede trabajar con


Si queremos acompañar a las personas resultará muy útil

gente que no es té preparad a ... y porque esto y harto de aguan­


aprender a darse cuenta del nivel básico desde el que nos habla

tarlo!"
la ocra persona. Es desde allí que la podemos acompañar. Si
1-48 Ni me explico, ni me entiendes Capítulo tercero 1-49

Probemos de otra manera: Las personas, cuando hablamos, no dejamos de expresar nuestra

"iNo lo soporto más, nose puede trabajar con esta persona!" visión particular de las cosas. A menudo son suposiciones, pero

"¿Qué es lo que hace?" otras veces son "convencimientos" muy arraigados, tanto que,

"iNada! Llega tarde, ficha y se va a desayunar, vuelve y lee incluso ante la evidencia de lo contrario, cuestan de cambiar.

el periódico, hace un par de llamadas y se vuelve a ir con la

excusa de visitar a un cliente ... "

"N como lo sabes?" Una creencia es uno generalización sobre cierta reta­

11
"Ya llevo una temporada fijándome en cómo actúa ... es sis­ ción existente entre experiencias.

temático ... incluso cuando me ofrezco a acompañarle a hacer Robert Dilts

las visitas, siempre encuentra excusas para evitarlo."

Como se puede apreciar las preguntas qui y cómo nos han

permitido acceder a una información mucho más concreta, en La dificultad que supone cambiar de creencias es a la vez

vez de las sobregeneralizaciones aparecidas tras el porqué. Esa una dificultad para quien quiera cambiar las creencias de los

información concreta será muy útil a la hora de intentar inter­ demás. Por eso tan a menudo son inútiles muchas discusiones.

venir en el problema. Siguiendo el ejemplo, una charla con el Lo único que podemos hacer para que alguien cambie de creen­

compañero que tanto hace sufrir a nuestra amistad podría plan­ cias es guiarlo si esa es su voluntad. Aunque estemos muy con­

tearse tanto en términos de creencias y valores como en con­ vencidos de nuestras convicciones, los demás también están

ductas y comportamientos. Eso sí, plantear el tema desde las convencidos de las suyas.

creencias es mucho más delicado. Incluso puede resolverse de

una forma contundente: - un ejercicio pr.ictico con los níveles

"CPorquiactúa usted de esta manera en el trabajo?" Le propongo un ejercicio práctico. Piense en la que considera su

"Porque me da la gana". Y se acabó la conversación. mayor dificultad a la hora de la comunicación. ¿cuál es esa con­

Si en su lugar nos cenuamos en las conductas, en el am­ ducta, actitud o capacidad que le ocasiona problemas en sus

biente y en las capacidades, tenemos más margen de negocia­ relaciones? Una vez haya identificado la dificultad, cuanto más

ción: concreta mejor, vaya siguiendo los pasos sucesivos que corres­

CCómo es que cada mañana en cuanto ficha se va a desayu­ ponden a los niveles lógicos empezando desde el ambiente. Le

nar? sugiero que vaya paso a paso, que cierre los ojos para centrarse

¿Qui tiempo en concreto destina a preparar las visitas con mejoren imágenes que convendrá recordar y sobre todo que no

los clientes? tenga prisa. Est e no es un ejercicio "ra cional" sino experiencial.

¿Dónde realiza las visitas a sus clientes? N o le servirá de nada h acerlo de


" cabe za". Le puede ayudar co­

¿cuánto tiempo necesita para desayunar? ger cinco folios y escribir en cada uno los diferentes niveles; los

Las respuestas nos darán a su vez información concreta que coloca en et suelo, delante de usted y po r orden de ambiente a

podemos usar para negociar nuevas conductas o para cambiar pro­ identidad; en el momento de hacer el ejercicio itúese en cada
s

cedimientos o mejorar la capacitación de la persona. Entonces, folio con el nombre del nivel que corresponde.

éno hay que preguntar porquR Por supuesto que sí; sobre tocio
17
Roben Drhs, C&mruumbia, cr,mrias ron l
o A\'/., Editorial Sirio, 2000.
cuando hayamos de rectado la presencia de una o varias creencias.
150 N1 me explico, ni me entiendes Capítulo tercero 1 s1

Ambtenle Recuerde en qué lugar, lugares o conrex­ puntos de vista que tal vez no había explorado. Pero sigamos

ros habitualmente se produce su dificul­ con el ejercicio:

tad. ¿Qcurre siempre en un lugar deter­ En su álbum de experiencias personales dispone con coda

minado, en un momento concreto, en un probabilidad de alguna vivencia en la que tuvo los recursos

espacio? ¿En qué contextos ocurre y en necesarios para superar una situación igual o parecida. Con los

cuáles no? ¿Qué contextos favorecen más ojos cerrados viaje a ese momento. Sea consciente de la se­

y cuáles menos la dificultad? cuencia, observe las imágenes que tiene ante usted ( é q u é ve,

Conductas ¿Qué es lo que hace exactamente? Repa­ a quién, qué está pasando, es de día, de noche, hay luz, es un

se la secuencia de conductas que antece­ lugar abierco o cerrado?). ¿cómo se ve a sí mismo? ¿se ve us­

den la dificulcad,cuándoocurre y qué hace ted dentro de la escena?

después. Es importante que no pierda de­ Escuche ahora lo que pasaba en ese momento ( é q u é voces

talle y que no analice; simplemente sea escucha o tal vez el silencio, una música, cuál es el tono, qué

observador de usted mismo en la situa­ palabras oye, escucha su propia voz?).

ción. Y ahora recuerde también qué sintió, qué parte de su cuer­

po lo sintió. Qué se decía a sí mismo. Vuelva a sentir el conjun­


capacidades Observe bien "cómo" hace lo que hace.
to de esa experiencia. Hágale sitio dentro de usted, permítase
¿Está siguiendo algún cipo de estrategia?
llenarse de esas sensaciones.
¿oe qué recursos o capacidades dispone
Cuando consiga sentirse metido en la situación, aunque la
y de cuáles no? ¿Qué debería saber hacer
intensidad no sea exactamente igual, rerenga esas sensacio­
que no hace? -En qué otras circunstan­
nes. Puede que necesite hacer un anclaje o asociación que le
cias de su vida sí que dispone de esos re­
ayude. Hágalo tomando con una mano el antebrazo contrario o
cursos? ¿Qué debería pasar para que no
bien colocando la mano derecha en la rodilla derecha. A medida
existiera el problema?
que aumenta la sensación vivida, presione la parre del cuer­
Creencias ¿Qué piensa cuando aparece el problema?
po que haya elegido. A más sensación, más presión. Una vez
¿De qué está convencido? ¿ Puede detec­
ancladas las sensaciones, las tendrá a su disposición cada vez
tar alguna creencia !imitadora? ¿Qué pien­
que coloque las manos en la parte del cuerpo anclada. El ancla­
sa "sobre" el problema? ¿Qué piensa del
je funcionará cuanto más se haya asociado la intensidad de la
otro? ¿Qué valores suyos se expresan en
sensación con la presión de la mano. Cuando lo compruebe,
la dificultad? ¿Por qué está convencido
puede que la intensidad sentida sea algo menor que la primera
de que es un problema?
vez. Es normal; si lo desea, puede reforzar más la sensación a
Identidad ¿Cómo se ve a usted mismo en esca si­
medida que lo repita. El anclaje es útil, sobre todo por la aso­
tuación? ¿En qué afecta a su identidad?
ciación creada, aunque no es una condición imprescindible. Si
¿Qué le motiva y qué le desmotiva de la
sabe mantener la sensación vivida es suficiente.
situación?
Ahora, con ese estado interno de recursos, vuelva a pasar

Ahora que ha podido pasar por los niveles básicos, seguro por los niveles lógicos, pero esta vez empezando por la identi­

que dispone de una información que Je habrá despertado dad. Vuelva a la situación problemática, tal y como la analizó
Capítulo tercero 153
152 Ni me explico, ni me entiendes

desde la identidad, sólo que ahora añádale ese estado de recur­ Los sistemas representacionales

sos. ¿cómo se ve a sí mismo en la situación, haciendo uso de


El proceso humano de percibir consiste en la interpretación
sus recursos? Haga lo mismo con las creencias, capacidad, con­
de la información que recibimos a través de los sentidos: vista,
ductas y ambiente.
oído, racro, gusta y olfato. A la vez, esta experiencia nos la
Como final de ejercicio piense en una situación fu cura en
representamos internamente a nosotros mismos fundamental­
que se pueda producir la situación problemática. Cuando la
mente a través de tres sistemas: visual, auditivo y cinestésico
haya localizado observe cómo se ve ahora en esa situación y
(caceo, olfato, gusto y sensaciones propioceptivas internas).
cómo usa su estado de recursos. Ne aumentar su capacidad de
La PNL los llama sistemas represemacionales.
afrontar la situación? ¿se siente con más tranquilidad ante la
Si bien toda experiencia tiene elementos de los eres siste­
situación? ¿se sien ce igual?
mas represencacionales, las personas normalmente tenemos un
De la realización de este ejercicio va a obtener mucha
canal preferente por el cual procesamos la información, aun­
información y ojalá una nueva manera de experimentar esa
que no de forma exclusiva. Dicho esto, una de las primeras
situación problemática. Pero también será una información
tentaciones de las personas que se aproximan a la PNL es re­
interesante si sigue viéndose y sintiéndose incómodo o con
partir el mundo entre Visuales, Auditivos y Cinestésicos. Me
ansiedad anee la situación. Eso sólo significará que en algu­
gustaría aclarar este aspecto: no existen personas que sean una
no de los niveles, o en el resultado global del ejercicio, se
cosa u otra, sino que se puede capear el mundo o la informa·
puede dar cuenta de lo arraigados que están algunos con·
ción de forma visual, auditiva o cinestésica, prioritariamente.
flicrns. Del mismo modo, suele ocurrir que al remover un
Así pues, un viaje de placer, por ejemplo, será vivido con los
problema aparezcan otros ocultos que tal vez no había ad­
tres canales, aunque habrá secuencias que serán más de un
vertido. Quisiera en este sentido recordar que, del mismo
canal que de otro.
modo que le he propuesto realizar un anclaje consciente­

mente, nos pasamos la vida haciendo anclajes o asociacio­

nes sin apenas darnos cuenca. Por eso cuando levamos an­
El cono/ por el que procesamos lo información será el
clas puede ser que descubramos los misterios ocultos bajo
mismo que usaremos paro expresarla.
el iceberg.

Si nos proponemos realizar cambios en nuestra vida puede

ser interesante acudir a estos niveles lógicos. Para ello sera


Siguiendo con el ejemplo, puede que cada miembro de la
bueno saber que todo cambio en un nivel superior modifica
pareja cuente el viaje de placer desde el canal que actuó
aspectos concretos en los niveles inferiores. Si usted pasa del
prioritariamente:
110 l
o puedo harer al sí, l
o quiero hacer, verá cómo todas sus capaci­
Él: iUn viaje fascinante! lodo lo que vimos fue una mara­
dades, conductas y contextos se alinean con esca nueva mane­
villa ... los contrastes entre el mar y la montaña eran
ra de enfocar según las situaciones. A la inversa, modificando
espectaculares ... el hotel estaba situado cerca de la
algo en un nivel inferior, podría, pero no necesariamente, mo­
ciudad y disponíamos de todo: piscinas,juegos, rien­
dificar el nivel superior.
das, en fin: iuna gozada!
154 Ni me explico, ni me ennendes Capítulo tercero 1 SS

Ella: iUn viaje precioso! Me sentía tan relajada y alucinando O más bien se inclina por: "iEstosuena bien!"

con todo lo que veía ... me sorprendía a cada minuto ... Quizá acostumbra a decir: "iSiemo que va a funcionar!"

y en todos los sitios un trato amable ... ime sentí muy Unas personas anee el contestador automático dicen: "Voy

bien! a ver qué mensajes tengo" (refiriéndose no a la cantidad sino

Élha hecho una descripción muy oisuat, contando de calles al contenido); y otros en cambio: "Voy a escuchar los mensa­

que sugieren la multitud de imágenes que le impactaron. Ello, jes ... ". Unas personas ven el día "brillante"; para otras, el día

ha dispuesto una descripción más cillestésica, una narración de "ce pide que salgas a comértelo"; yocras más "sienten la ener­

lo que sintió. Eso no significa que él no sintiera nada ni que gía" de un día tan espléndido.

ella no hubiera disfrutado de las imágenes extraordinarias del En PNL se llama "predicados" a las palabras, verbos, ad­

viaje. No sería nada extraño que a la pregunta é q u é es lo que verbios y adjetivos que indican acciones o cualidades. Vea­

más recordáis? la respuesta fuera esca: mos algunos ejemplos de este tipo de lenguaje seleccionado

Él: Lo bien que lo pasamos juntos. en un nivel inconsciente:

Ella: Todo lo que vimos, era tan bonito ...

Cada fragmento de la información ha sido vivido con cana­


Visuales Auditivos Cinestésicos
les diferentes. Cabe admitir, de todos modos, que al escuchar

a uno y otro, podemos llegar a la conclusión de que la tenden­ Mirar Armonía Tomar

cia de él es a filtrar sus experiencias de forma Vliuoly ladee/la, Brillante Cantar Pesar

de forma ci11estésica. Horizonte Escuchar Tocar

¿Cómo distinguir los canales preferidos de una persona? Perspectiva Sintonía Suave

Muchas personas pueden realizar imágenes mentales muy


Colorido Sonar Sólido
claras y pensar, básicamente, en imágenes. Otras encuentran

esto difícil y puede que se lo pasen hablando con ellas mis­

mas, mientras otras puede que basen sus actuaciones a partir En cambio palabras como aprender, encender, pensar o pro­

de sus sentimientos en cada situación. cesar no tienen una base sensorial por lo que son neutrales en

Si le pedimos a nuestra pareja del ejemplo que nos narre cuanto al sistema representacional y se les suele llamar

cada uno esa misma experiencia pero utilizando un canal dife­ "inespecíficos".

rente advertiremos ciertas dificultades; les cuesta seguir la ¿Y para qué sirve conocer los sistemas represencacionales

narración, incluso se lo tienen que pensar dos veces. Les falta en la comunicación?

fluidez porque tienen que reinterprerar la información a tra­ Fundamencalmence, para apreciar el sistema preferente que

vés de un canal diferente por el que la procesaron. usa nuestro interlocutor y poder adaptar nuestros mensajes a

Empezamos a capear los canales preferidos al escuchar las su sistema: seguro que nos entenderán mucho mejor. Imagí­

palabras que usa el orro para describir sus experiencias. Y es nese que pretendo invitarle a los Pirineos. Mi mensaje podría

que usamos palabras para describir nuestros pensamientos, por ser el siguiente:

lo que la elección de palabras indicará qué sistema repre­


Para Visuales No te puedes perder este fin de sema­
senracional usamos:
na. Vas a disfrutar con unas monrañas
Es usted de los que dice: "i Lo veo claro!"
156 NI me explico, ni me enuendes capítulo tercero 157

impresionantes, con el verdor de la hierba,

Más allá de la comunicación


con esas cumbres que ya se ven coronadas

por la nieve, yesos manantiales con el agua

A través de este libro, usted, lector, y yo hemos establecido

saltando en forma de cascada, y si hace

una relación. Aunque aparentemente el hecho de ni tan si­


buen día, un cielo azul limpio y claro.
quiera conoc ernos niega mi afirmación a nterior, considere que

Para Auditivos No te puedes perder este fin de semana.


para m í u sted siempre ha es tado ahí. Cuando he es cogido

En las montañas vas a escuchar la paz,


una s palabras y no o tras, pensaba en u sted; cuando he selec­

esos silencios de quietud, sin ningún


cionado un os t emas y no otros, pensaba en usted. Sin d ud a

ruido, es una armonía entre tú y el plane­


que m ientras escrib ía pensaba en una sola persona, en usted

ta, una resonancia que te invita a escuchar­


concretamente. Usted me ha ayudado mucho a o rdenar el

te a ti mismo. Vas andando y escuchando discurso, me ha a yudado a co nrexrualizarlo y me ha dado una

la naturaleza en vivo, el sonido del agua


perspectiva histórica. Yo, a camb o, i le he d is pues t o informa­

cayendo, el viento en los árboles, iuna sin­


c ión, me h e comunicado y he podido transmi tir c u ltura.

fonía perfecta! Me expl co: i

Para Cinestésicos No te puedes perder este fin de semana.


Este trabajo ha puesto a su dis posición informaci ón sob er da­

t os, procesos y personas que usted podrá manejar en el futuro


Si quieres sentirce en paz, si quieres sen­

tirte flotando por encima de la naturale­


como yo he hech o duran te veinte años, cuando em pecé a intere­

sanne por la comunicación. Me he comuni cado con usted porque


za, tienes que venir. Tocando la hierba con

los giros, las metáfo ras, mis repertorios interpretativos hablan d e


las manos o con los pies, incluso las pri­

mí. fbrque las gotas de humor o de ironía que pued an e xistir son
meras nieves, notarás una perfecta co­

m ías. Porque las experiencias que na rro son mi s vivencias. fbrque


nexión con la naturaleza. Vas andando y
la form a en q ue he orden ado el con juncodel material d ice e mí.
d
descubriendo mil emociones en los ma­

Yo no s é lo que lle gará de todo ello: sea lo que sea , es lo que le


nanciales, en los bosques; y sobre todo

h abré comuni cado. Y fina menl te, he transmitido.


esa sensación de relajación. iNo te lo pue­

Existe una i
d ferencia i mportante en tre comunicar y trans­
des perder!

m itir. Si la comun cación e i s esencialmen te un transporte en el


¿cuál ha sido, para usted, la fórmula más atractiva? CCómo

es pacio, la tr ansmisión es un transpo ne e n el tiempo. Existen


lo hubiera dicho usted? Y ahora imagínese un anuncio publici­

máq uinas para comunicar pero no para rransmitir." Yo he


tario que tenga en cuenta todos los canales:

e scogido una serie de valores, de ideolo gías, de creencias sobre


"Venga al Pirineo, el país de las momañas, de los bosques y

la comunicación y las relaciones. Las he es cogido porque antes


los manantiales. El país de la paz y de la serenidad, el lugar

también me las han transm tido, i como ha go yo ahora. Yeso va


ideal para componer una sinfonía de emociones".

m ás allá de la comunicac ón. i Nues tros padres se comunican a


Si usted se da cuenta de que la persona con la que está

diario c on nosotros , sobre todo en la infancia. Nos informan de


hablando tiene un canal preferente, úselo para discriminar sus

mensajes más importantes. Y al revés, cambie de canal si per­

za Régis Debray, 'fi-nnsm1tir, �fanantial, Buenos Aires, 1997.


cibe que la otra persona no le acaba de entender.
1 se Ni me explico, m me entiendes
'

cosas que pasan, nos comunican estados de ánimo, pensamien­

tos, conductas. Pero sin decirlo, "transmiten" valores, creen­


RKUER !

cias, cultura. En los organismos en los que participamos, en el

trabajo, en las instituciones se produce también esa doble con­

dición de comunicación y transmisión. Las relaciones no son

sólo comunicación. Entre ellas se transmite lo suficiente como

para perpetuar lo que posteriormente llamaremos "sociedad".

¿Me entiende?

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