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Uso inapropiado de fármacos de prescripción: dependencia a benzodiazepinas en adultos

mayores.

Introducción

Los benzodiacepinas son medicamentos ampliamente utilizados para el tratamiento


de la ansiedad, trastornos sueño, terapia coadyuvante en pacientes con depresión y
relajantes musculares. Estos fármacos son considerados eficaces y seguros en su
utilización a corto plazo, sin embargo, su uso a largo plazo se asocia con los resultados
de salud adversos, incluida la tolerancia y dependencia, aumento del riesgo de
accidentes de vehiculares, caídas y fracturas de cadera, deterioro cognitivo y cáncer,
muchos de los cuales no se tiene en cuenta al indicar estos medicamentos.

Las BZD comparten un mismo mecanismo de acción, por lo que sus efectos:
ansiolítico, sedante-hipnótico, relajante muscular, anticonvulsivante y amnesia, son
similares para todos ellos. Las principales diferencias entre las BZD están en su
farmacocinética y potencia, por lo que su selección para las diferentes situaciones
clínicas se apoya en estos aspectos.

Los benzodiacepinas actúan sobre el receptor GABA (ácido gamma-aminobutírico),


un neurotransmisor que tiene la función de crear un efecto de relajación, tranquilizante
y/o de calma en nuestro cerebro, reduciendo la transmisión de impulsos nerviosos
entre nuestras células.

El neurotransmisor GABA tiene un efecto inhibidor en nuestro organismo, es decir,


provoca que las células disminuyan su velocidad de comunicación entre ellas o que
dejen de transmitirse información. Gran parte de nuestras neuronas, casi la mitad,
responden a este receptor, lo que causa que, tras el incremento de su actuación en el
cerebro con el fármaco, el receptor GABA causa un efecto relajante sobre todo nuestro
organismo, generando un efecto depresor en él. Por este motivo, hay una reducción
de los elevados niveles de ansiedad e induce a un aumento de relajación muscular y
de hipnótico.
Resumen

El abuso potencial y uso inapropiado de fármacos de prescripción es un problema


creciente relacionado con el potencial adictivo de algunos de ellos. Aunque la
prevalencia del abuso de fármacos de prescripción es difícil de determinar, se sabe
que es más prevalente en adultos mayores de 65 años, sobre todo mujeres, que en
cualquier otro grupo etario de Estados Unidos. En 1991, más de un cuarto de los
tranquilizantes y un tercio de las benzodiazepinas (BDZ) vendidas para el control de
problemas relacionados con dolor, insomnio y ansiedad se prescribieron para adultos
mayores, y era más probable que éstos continuaran su uso por un tiempo más
prolongado que los individuos más jóvenes.
El abuso de fármacos de prescripción es un uso apropiado con indicación médica
hasta el uso inapropiado, con un patrón de abuso persistente y dependencia. El abuso
y uso inapropiado de BDZ tiene un patrón de consumo cualitativa y cuantitativamente
diferente que, en los adultos jóvenes, ya que su consumo no va dirigido a experimentar
emociones de euforia y generalmente no las obtienen de manera ilegal.

Las BDZ son un grupo de fármacos frecuentemente prescritos para el control de la


ansiedad y el insomnio en adultos mayores, que se han relacionado con un alto riesgo
para su uso inapropiado, abuso y dependencia.

La dependencia a las BDZ en adultos mayores se ha estudiado poco. En su abordaje


clínico es importante considerar la compulsión subjetiva a su uso, el deseo por dejar
de consumirlas, el patrón de uso, las evidencias de neuro adaptación y el alivio y la
evitación a la abstinencia, así como el significado que tienen para ellos.

Se han identificado diversos factores de riesgo asociados al uso inapropiado de BDZ


en adultos mayores; entre los más reportados se encuentran: el género femenino, el
aislamiento social e historia de abuso de sustancias. Los adultos mayores con
antecedentes de alcoholismo representan un subgrupo de alto riesgo para el abuso
concomitante y dependencia a BDZ.
En el desarrollo de dependencia a las BDZ se presenta uno o más signos de la llamada
«dependencia fisiológica», un síndrome residual que aparece cuando se suspende o
disminuye su dosificación y tolerancia a los efectos de la sustancia cuando se
prescriben por más de cuatro semanas, incluso a dosis terapéuticas.

El riesgo de desarrollar un cuadro de dependencia a las BDZ en los adultos mayores


es multifactorial y guarda una estrecha relación con las variaciones metabólicas de los
fármacos en el envejecimiento, el uso concomitante de otros fármacos y con los
cambios por neuro senescencia de los sistemas de neurotransmisión. Estos factores
pueden incrementar la vida media de las BDZ y condicionar una mayor permanencia
de los metabolitos en el organismo, así como una mayor susceptibilidad a los efectos
de las BDZ, aun a dosis bajas.
El objetivo del presente estudio que seleccionamos es describir y comparar las
características sociodemográficas y clínicas relacionadas con la prescripción y uso de
BDZ en adultos mayores, con y sin dependencia a las mismas en un servicio
especializado de psicogeriatría.
Conclusión
Las benzodiazepinas son medicamentos psicotrópicos (es decir, actúan sobre el
sistema nervioso central) con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos,
anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes. Por ello se usan las benzodiazepinas en
medicina para la terapia de la ansiedad, insomnio y otros estados afectivos, así como
las epilepsias, abstinencia alcohólica y espasmos musculares, sin embargo, el
fenómeno de la dependencia se puede presentar como una condición debida a
diferentes factores y ambientes a los que este expuesto el paciente o la persona que
hace uso de estos. Con el presente articulo se ha demostrado que el uso prolongado
y abuso de estos medicamentos pueden deteriorar el desempeño cognitivo de los
pacientes, además de que afectan también al funcionamiento global es decir que
afecta de tal manera que un paciente puede estar en riesgo grave de autoagresión
por problemas de salud mental.

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