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A grandes rasgos podemos definir el modelo de originar para retener como aquél donde
las entidades asumen y gestionan el conjunto de los riesgos que generan con sus clien-
tes. De esta forma, sus accionistas, inversores y fundadores, asumen en su inversión el
riesgo derivado del conjunto de la actividad de la Entidad.
Por el contrario, el modelo de originar para distribuir es aquél donde se distinguen las
entidades que generan la operación de financiación de las entidades o agentes que apor-
tan esa financiación y asumen el riesgo de la misma. Debe entenderse que la asunción
de este riesgo se realiza de una manera directa sobre una operación o conjunto de ope-
raciones concretas y perfectamente identificadas y no sobre el conjunto de riesgos de la
entidad financiera.
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Estas serían las definiciones de los modelos puros o teóricos. La realidad de los merca-
dos es que en muchos de ellos conviven elementos de ambos modelos. No obstante, y
salvando la realidad de este «mestizaje» de modelos, pueden identificarse mercados que
pueden asociarse a cada uno de los modelos. Por ejemplo, el norteamericano, el britá-
nico y el holandés son países que han avanzado más en el modelo de originar para dis-
tribuir, mientras que el modelo español o el italiano son exponentes del modelo de ori-
ginar y retener.
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Actividad crediticia:
Se observan diferencias en el patrón de financiación de las empresas que tienen su
origen en la configuración del tejido empresarial de cada mercado. En los mercados
anglosajones, donde existe una población relevante de corporaciones y grandes
empresas existe un mayor desarrollo de la financiación empresarial a través de ins-
trumentos distintos del crédito bancario (bonos, project finance, sindicados, etc.).
Por el contrario, en el mercado español con mayor peso de la empresa pequeña y
mediana predomina el crédito bancario.
Se puede concluir por tanto que la financiación a la empresa en España esta for-
mada en mayor medida por operaciones de menor tamaño formalizadas a través de
productos bancarios más sencillos.
Por otra parte, y pese al crecimiento reciente del crédito hipotecario en España, la pro-
pensión al endeudamiento del cliente particular es inferior a la que se da en los merca-
dos anglosajones.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
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Ahorro financiero
En cuanto al ahorro también se observan significativas diferencias entre el merca-
do español y los mercados de originar para distribuir.
En primer lugar, el ahorro financiero por habitante en España es inferior al exis-
tente en otras economías, lo que conlleva a que el potencial del mercado sea
inferior.
Por otro lado, el cliente español tiene una mayor tendencia a canalizar el ahorro
financiero hacia productos de balance (depósitos) frente al mayor peso que se da
en otros mercados a los productos de desintermediación del ahorro (fondos de
inversión, planes de pensiones, seguros de ahorro, acciones, etc.). Este factor com-
pensa el hecho de que el ahorro financiero sea menor, explicando el hecho de que
el pasivo minorista en España tenga un peso tan relevante frente a otras fuentes de
financiación.
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Podemos concluir que el mercado español y por extensión el resto de mercados con
modelos de originar para retener, además de estar más focalizado al negocio minorista:
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Así, las principales entidades holandesas e inglesas acumulan la práctica totalidad de los
depósitos (llegando, en los depósitos a clientes, hasta niveles del 95% y del 85% de
cuota de mercado respectivamente), en comparación con una cifra sustancialmente infe-
rior (57%) por parte de las entidades financieras españolas. En cuanto a los créditos, de
nuevo se observa un patrón similar, donde las principales entidades holandesas cuentan
con la mayor parte del mercado, muy alejadas de los niveles registrados por las entida-
des inglesas y de las españolas.
Fuentes: Bancos Centrales y elaboración propia. Fuentes: Bancos Centrales y elaboración propia.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Las entidades líderes de cada país, tanto españolas como de países anglosajones, han
seguido una estrategia de expansión internacional, convirtiendo a los mercados interna-
cionales en una fuente de contribución muy relevante a la cuenta de resultados. Para
ello, las grandes entidades financieras internacionales han basado su estrategia de posi-
cionamiento internacional en la compra de participaciones en los distintos mercados
(tanto mayoritarias como minoritarias). En el gráfico siguiente se puede observar la
contribución de los mercados internacionales al beneficio de las entidades.
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
En el caso concreto de las entidades financieras españolas, éstas han sido especialmen-
te activas en abordar su proceso de internacionalización mediante la potenciación de sus
principales capacidades y ventajas competitivas orientadas al establecimiento y repli-
cación del modelo de banca minorista en el país destino. Adicionalmente, se han estruc-
turado alianzas, oficinas de representación y sucursales operativas para dotar de conte-
nido a una estrategia de acompañamiento a clientes (básicamente grandes y medianas
empresas), si bien esta estrategia ha sido, generalmente, un complemento de la anterior...
Por el contrario, las entidades anglosajonas han optado por una estrategia de expansión
internacional específica a los intereses de cada entidad (orientada a la obtención de finan-
ciación generalmente, y al aprovechamiento de oportunidades específicas en casos muy
concretos), observándose menos elementos comunes en la estrategia de las entidades.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
– El resto de la banca inglesa (principales entidades del país pero con un enfoque de
internacionalización menos global), ha optado por la expansión hacia mercados his-
tóricamente de mayor afinidad (Europa, Estados Unidos y en algún caso determina-
dos países de Centro y Latinoamérica) combinando estrategias orientadas al retail
como estrategias focalizadas hacia la banca corporativa y de inversión.
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Se desarrolló por tanto en gran medida el negocio de reunir grandes sumas de capital
para financiar grandes operaciones y proyectos de inversión. Más reciente en el tiempo,
observamos cómo este mismo modelo se ha replicado en otros negocios alejados del
mundo empresarial, como puede ser el negocio hipotecario. El desarrollo del sector
inmobiliario requiere también de grandes capitales no solo para la promoción y cons-
trucción sino para la adquisición en última instancia de las viviendas, lo que justifica
que en estos mercados hayan aparecido fondos y vehículos de inversión hipotecaria con
modelos típicos de originar y distribuir.
Por el contrario, en el tejido empresarial privado español siempre han predominado las
pequeñas y medianas empresas, que tienen otras necesidades y demandas, como son:
El modelo español de banca de originar para retener ha ido ajustándose a las necesida-
des de los clientes y adaptando su red de distribución a sus expectativas. Así, el mode-
lo bancario español se basa en el establecimiento de relaciones cercanas y duraderas con
sus clientes para compensar factores como la menor cultura de crédito y la menor con-
centración de grandes clientes.
Esta menor cultura del crédito por parte de los clientes de países como España o Italia
en comparación con los países anglosajones, conlleva un mayor desarrollo de la red de
oficinas y el desarrollo de sistemas de gestión de otras necesidades de los clientes basa-
dos en un modelo de banca próxima (como consecuencia de lo anterior, la amplia red
de oficinas existente en España no sólo cumple con las necesidades y expectativas de la
clientela sino que evita, adicionalmente, la exclusión financiera en zonas más rurales).
En este sentido, son necesarias estructuras de distribución extensas para dar servicio a
la totalidad de la población, en comparación con modelos anglosajones donde un menor
número de puntos de distribución pueden dar servicio a las necesidades financieras de
la mayoría de la población.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Las entidades financieras españolas, fieles a las peculiaridades del modelo de originar
y retener, no sólo ofrecen la mayor cobertura de oficinas de los distintos países de la
Unión Europea, sino que continúan comprometidos con esta estrategia (como prueba el
aumento de oficinas por 10.000 habitantes reflejado en el gráfico siguiente). Esta situa-
ción se complementa con una red de cajeros sustancialmente superior a la de cualquier
otro país europeo, llegando incluso a doblar la estructura ofrecida por las entidades
holandesas, permitiendo el acceso a los servicios financieros por una mayor parte de la
población.
Fuentes: Banco Central Europea y elaboración propia. Fuentes: Banco Central Europea y elaboración propia.
En este sentido, cabe mencionar el papel relevante de los agentes y brokers financieros
en los países anglosajones (principalmente RU y EEUU), que basan su modelo de nego-
cio en incentivos derivados de la mayor venta de productos generados por terceros. Así,
el foco no es necesariamente el establecimiento de relaciones duraderas con clientes,
sino la colocación y distribución de productos, un enfoque radicalmente distinto al
adoptado por las entidades financieras españolas (que son capaces de gestionar la rela-
ción end-to-end con el cliente).
No obstante lo anterior, se observa que la oficina continúa siendo el canal de mayor uti-
lización por parte de los clientes de ambos modelos, si bien los canales directos están
adquiriendo un mayor peso en la relación de las entidades financieras con los clientes.
Como se puede observar en el gráfico siguiente, el cliente español es el que más uti-
liza las oficinas como canal básico de relación con la entidad. En países de mayor
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desarrollo de los canales directos (p.e. Holanda), la relación con el cliente se ve reo-
rientada hacia éstos canales (principalmente Internet) reduciendo en mayor medida
la capilaridad de la red de oficinas (y, como consecuencia de un interés por fomen-
tar los canales directos, se observan tendencias orientadas a limitar la operativa que
se permite realizar en oficina).
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
ciona en gran medida el modelo que es el comportamiento del cliente ante el consumo
de productos bancarios.
Esta situación muestra la menor facilidad para fidelizar y rentabilizar a los clientes. Por
tanto, la necesidad de establecer relaciones duraderas con los clientes, y el comportamien-
to de los mismos ante las entidades financieras (incluyendo la necesidad de redes capilares
y de relación duradera) es un factor influyente en la escasa importancia de las redes espe-
cialistas en comparación con los modelos anglosajones (principalmente UK y USA) donde
estas figuras han adquirido un peso significativo dentro del sistema financiero.
Resulta necesario mencionar, como elemento del comportamiento del cliente ante los
productos financieros, la utilización de los medios de pago. En comparación con otros
países europeos el cliente español utiliza menos los medios de pago electrónicos y el
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cheque, mostrando una preferencia muy destacable por el uso de efectivo como forma
de pago en comparación con otros medios (ver gráfico adjunto).
Esta preferencia por el efectivo viene a soportar la necesidad de esa densa red de ofici-
nas y cajeros para prestar los servicios de dispensación e ingreso de efectivo que
demandan los clientes.
Como norma general, la competitividad de los mercados anglosajones está marcada por
la competencia entre las principales entidades del mercado (generalmente, 5 ó 6 enti-
dades) que son quienes aglutinan la mayor parte de la cuota de mercado a nivel nacio-
nal (como se ha visto anteriormente, de hasta el 80% y 90% en depósitos).
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Esta situación contrasta de manera muy relevante con el mercado español, caracteriza-
do por un elevado nivel de competitividad interna (los siguientes indicios dan muestra
de ello):
• Por último, cabe citar que son escasas las entidades extranjeras que han logra-
do obtener un posicionamiento relevante en el mercado español de banca mino-
rista. En realidad, las únicas que han conseguido una cuota de mercado consi-
derable han sido aquellas con una acertada estrategia de nicho (por ejemplo,
banca por Internet) y aquellas que se posicionaron es España a través de la
compra de entidades ya establecidas y reconocidas en el mercado.
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De este modo, las Cajas de Ahorros llegan a alcanzar una cuota en el entorno del 40%
– 50% del negocio bancario nacional según los indicadores, siendo varias las Cajas que
cuentan con presencia relevante en el mercado nacional en su conjunto.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Es conveniente recordar que las Cajas de Ahorros, por su naturaleza fundacional, tienen
limitada su capacidad de incrementar su capital a su propia generación de reservas. Por
tanto, para financiar su crecimiento –especialmente el crecimiento en inversión crediti-
cia– las Cajas al igual que los bancos han recurrido de forma sistemática a los merca-
dos mayoristas emitiendo diferentes instrumentos de deuda que incluyen títulos hipote-
carios.
Podría pensarse que en este punto el modelo se asemeja al de originar y distribuir, pero
hay que tener en cuenta dos consideraciones que nos hace alejarnos de esta idea:
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Este modelo contrasta con el esquema de supervisión típico de mercados con modelos
de originar y distribuir, donde la responsabilidad supervisora está dividida en sectores
de actividad y en distintos cuerpos supervisores, como es el caso de los Estados Unidos.
Los mercados con este tipo de modelos han experimentado mayores dificultades para
desarrollar una regulación consistente en su conjunto y eficiente en sus resultados.
Estos tres factores (la configuración del sistema regulador, la prudencia regulatoria y la
regulación ex – ante) configuran un escenario regulador proteccionista tanto con el
cliente final como con la estabilidad del sistema financiero.
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– En España, el enfoque prudente del regulador ha tenido como resultado unos niveles
de provisionamiento y solvencia superiores a los de otros mercados, lo que contribu-
ye igualmente a aumentar la capacidad de absorción de pérdidas.
– El sistema financiero español está más protegido ante las pérdidas ocasionadas por
situaciones de colapso del sistema financiero internacional. Esto es igualmente con-
secuencia del modelo de negocio orientado al cliente, puesto que se mantiene una
menor exposición a la banca corporativa y a inversiones de alto riesgo. Este mismo
modelo es el que se ha seguido en los procesos de expansión internacional del nego-
cio, lo que reduce el efecto contagio de los mercados mayoristas internacionales.
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Durante los últimos 15 años, el Sistema Bancario Español ha mostrado un notable dina-
mismo, acorde con el periodo de bonanza vivido por nuestra economía (ver Gráfico 1).
Así, la media anual de crecimiento de la inversión crediticia en este periodo se situó en
el 12%, mostrando tasas negativas exclusivamente durante el segundo semestre de
1994, durante la crisis de los activos de renta fija, con caídas de la deuda pública a
Largo Plazo de más del 15%. La etapa de máximo crecimiento sostenido se produce
entre 2005 y 2007, con una tasa media de crecimiento superior al 20%, coincidente con
la fuerte expansión del sector inmobiliario español.
Así, en estos 15 años, la inversión crediticia se ha multiplicado por cinco, desde los 0,5
billones de Euros de 1993 hasta los cerca de 2,5 billones de Euros a Junio del 2008.
Este fuerte crecimiento mostrado por la inversión crediticia es consecuencia del notable
aumento del crédito a otros sectores residentes (OSR), fundamentalmente familias y
empresas, que ganan 40pp de cuota, en detrimento de la financiación a entidades de cré-
dito (EC), a las administraciones públicas (AP) y al resto del mundo (ver Gráfico 2).
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Es también reseñable que, dentro del crédito al sector constructor (recordemos, 16% del
total destinado a actividades productivas), el grueso se concentra en la construcción de
edificios de oficinas y viviendas.
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Merece la pena destacar que tal circunstancia cobre especial relevancia dada la dificultad de
otorgar a dichos productos complejos una valoración adecuada, en especial bajo el actual
entorno de mercado (pobre liquidez en los mercados de crédito, alta volatilidad, etc.).
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Sin embargo, la evolución de la aportación de cada uno de estos sectores al valor aña-
dido bruto nacional no muestra un reflejo equilibrado en el crédito concedido a cada
uno de ellos por nuestro sector bancario. En este sentido, merece la pena destacar lo
siguiente:
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
La relación entre el valor añadido bruto generado por las principales economías de la
UM y la financiación que les conceden las instituciones financieras nos da una idea de
la eficiencia de los diferentes sectores productivos de cada una de las economías que la
componen, por lo menos desde la óptica de los recursos financieros consumidos. En
este sentido, y con las matizaciones que toda gran agregación comporta, cabría decir
que la media europea se sitúa en 2,17 veces, es decir, la financiación concedida es 2,17
veces el valor añadido bruto generado. Así Alemania, con un ratio de 2,09, muestra una
eficiencia de un 4% superior a la media. España y Francia, con valores de 2,22 y 2,20,
se sitúan en torno a la media, con niveles de eficiencia similares. Finalmente, Bélgica,
Portugal y Holanda se encuentran claramente por encima de la media europea, desta-
cando Holanda que, en términos medios, utiliza un 16% más de financiación por uni-
dad de valor añadido generado.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
los dos con valores del 1%. Muy por encima aparecen Italia (6%) y Alemania (5%). Si
bien como consecuencia de las diferentes estructuras administrativas no es posible obte-
ner conclusiones contundentes de dichas cifras, en un entorno generalizado de deterio-
ro de los déficits públicos la menor dimensión de la financiación a las AAPP en España
y Portugal les aportaría cierta ventaja.
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El gráfico adjunto muestra la evolución del ratio de morosidad medio anual de las enti-
dades bancarias en España, desde 1990 hasta la actualidad:
Fuente: elaboración propia con datos del Boletín estadístico del Banco de España
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– Una paulatina recuperación en dicho ratio desde 1995, en línea con la recuperación
económica del país. Dicho proceso alcanza mínimos históricos del 0,6% en este ratio
en la primera mitad de 2007, en un ambiente de reducción y estabilización en los
tipos de interés como consecuencia de la incorporación de España al Euro en 1999.
Esta evolución se aprecia de forma más clara aún, analizando los porcentajes de creci-
miento anual del PIB en España durante el periodo indicado:
Otro factor que ha influido en la evolución del ratio de morosidad en los últimos ejer-
cicios ha sido el cambio normativo en relación con la regulación contable que han de
aplicar las entidades de crédito en España. La normativa vigente desde 2005 (Circular
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
4/04 de Banco de España) exige un reconocimiento más rápido e intenso de los activos
dudosos que su predecesora. En este sentido, el Informe de Estabilidad Financiera de
Banco de España de Noviembre de 2008 estima que el incremento del ratio de morosi-
dad desde diciembre de 2007 por este motivo está en torno al 10%, y que su importan-
cia relativa crecerá en los próximos trimestres.
La morosidad puede verse afectada tanto por los factores propios de las economías nacio-
nales como por los factores supranacionales, que condicionan los mercados de una mane-
ra global y que pueden afectar de una forma similar a todos los países. Es por ello impor-
tante realizar un análisis comparativo de la evolución de la morosidad en España toman-
do como referencias la evolución media de la misma en el entorno europeo y americano.
A la hora de establecer comparaciones entre distintos países, en especial hasta el año 2005
(año de implantación de las Normas Internacionales de Información Financiera por parte
de todos los Grupos cotizados de la Unión Europea), debe tenerse en cuenta no sólo la dis-
tinta situación económica en los mismos, sino también que las normas para clasificar
como dudoso parte o la totalidad de los saldos con un determinado acreditado, o los cri-
terios existentes para el cálculo de provisiones, no son, en todos los casos, similares.
Como se puede apreciar en el gráfico anterior, si bien los ratios de morosidad españoles
eran superiores a los existentes en Estados Unidos y en el conjunto de Europa durante la
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primera mitad de los 90, su evolución posterior los ha situado en unos umbrales claramen-
te inferiores a los de la media europea y norteamericana durante los últimos 10 años.
Por lo que se refiere a los principales países europeos, el siguiente gráfico muestra la
situación de dichos ratios al cierre del ejercicio 2006.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Si analizamos la evolución del ratio de morosidad medio de la Unión Europea con el ratio de
morosidad español durante los últimos cinco años podemos apreciar como, desde niveles
comparativamente mucho más bajos que la media europea se está produciendo un proceso de
convergencia durante los últimos meses como producto de la situación de los mercados.
Para ello, dicho análisis se centra en el crédito al sector privado nacional, que representa
más del 90% del total de la exposición crediticia a entidades no financieras por parte de
las entidades bancarias españolas (correspondiendo el resto a administraciones públicas
y no residentes).
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Como puede apreciarse, los sectores de actividad con un mayor peso específico en España
dentro del conjunto de la cartera crediticia son las Adquisiciones y rehabilitación de vivien-
das con un 35%, las Actividades inmobiliarias con un 17% y la Construcción con un 8%.
Ha de tenerse en cuenta que en dicho desglose no siempre resulta fácil la adecuada separación
entre Actividades inmobiliarias y Construcción. Por ello, para nuestro análisis se ha optado por
considerar ambos segmentos de forma conjunta. De este modo, los tres sectores sobre los que
se va a centrar dicho análisis son la financiación para la Adquisición de viviendas, los présta-
mos concedidos para las Actividades inmobiliarias y de construcción y el Resto de la cartera,
fundamentalmente constituida por préstamos a la industria y al consumo de los hogares.
El gráfico siguiente muestra la evolución de los ratios de morosidad para cada una de
las actividades mencionadas, así como para el conjunto de la cartera crediticia con el
sector privado residente.
Fuente: Elaboración propia con datos del Boletín Estadístico del Banco de España.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
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El repunte de morosidad desde mediados del 2007 está asimismo influido, de forma
evidente, por los incrementos registrados en los niveles de desempleo en dicho período.
Los datos anteriormente mencionados reflejan una calidad de los préstamos hipoteca-
rios para la Adquisición de viviendas, que queda más acentuada si la comparamos con
carteras hipotecarias de países en los que el fenómeno de las hipotecas «subprime» ha
tenido una especial relevancia.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Estados Unidos ha sido el país en el que más ha crecido en los últimos años el merca-
do hipotecario, en general, y el mercado de las operaciones «subprime», en particular,
por lo que constituye un obligado punto de referencia para evaluar la evolución com-
parada de la morosidad.
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En este sentido, y comparando los ratios de morosidad de las entidades españolas con los
ratios de morosidad de los estadounidenses del segmento «prime», podemos apreciar como
a lo largo de toda la evolución histórica analizada se han mantenido muy por debajo de los
del mercado americano, que se mantienen de forma casi constante cercanos al 2%.
Como se puede apreciar en el gráfico anterior, debido en parte a las altas tasas de morosi-
dad de los préstamos «subprime», por encima siempre del 10%, la media del mercado hipo-
tecario en Estados Unidos se sitúa en todo el periodo en niveles entre el 4% y el 6%. Por
ello, la comparación del ratio de morosidad global en Estados Unidos («prime»+«subpri-
me») con el ratio de morosidad español (que podríamos considerar en términos generales
como «prime») muestra una diferencia todavía más acusada a favor de la española.
Además, tal y como apunta la Asociación Hipotecaria Española, «el mercado hipotecario
español es de clientes y no de operaciones» como sucedería en el mercado norteamericano.
Es decir, no se prima la optimización de la rentabilidad de la operación hipotecaria en parti-
cular por cuanto se pretende establecer una relación de fidelidad y mayor vinculación con el
cliente a largo plazo que revierta en un mayor negocio futuro. Por este motivo, la focaliza-
ción en la calidad de los préstamos ha sido un objetivo prioritario de la banca española que
ha sido antepuesto con frecuencia a la obtención de una mayor rentabilidad de los mismos.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
En este sentido, cabe destacar que, si bien los concursos de acreedores instados por
empresas inmobiliarias y de construcción vienen representando sólo entre el 20% y el
30% del número total de concursos desde 2004, si atendemos al importe de los mismos
su representatividad asciende al 82% en los tres primeros trimestres de 2008.
Por último, el sector denominado «Resto» incluiría, fundamentalmente, tanto los prés-
tamos a las industrias distintas de las inmobiliarias/constructoras como el préstamo al
consumo de los hogares. Este tipo de préstamos suele contar, habitualmente, sólo con
la garantía personal de los clientes (en contraposición a una garantía real que normal-
mente corresponderá a una hipoteca que respalda el pago de la deuda) y presentan un
ratio de morosidad más alto que el relacionado con la vivienda tanto por su perfil de
riesgo mayor como por su mayor propensión al impago frente a variaciones adversas en
el ciclo económico. El siguiente gráfico nos ilustra la evolución del ratio de morosidad
en el resto de sectores excluidos la financiación a los hogares para la adquisición de
viviendas, la actividad inmobiliaria y la construcción.
Como podemos apreciar en el gráfico anterior los sectores que mantienen un ratio de
morosidad medio más elevado durante el periodo de análisis son los sectores de servi-
cios e industria al ser los dos sectores más sensibles a las variaciones en el ciclo eco-
nómico.
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Los factores más significativos que han determinado la morosidad en nuestro entorno
son los siguientes:
El siguiente gráfico muestra la evolución de los tipos oficiales de interés desde 1987 en
los Estados Unidos, Japón, Reino Unido y la zona Euro.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
En los gráficos siguientes puede apreciarse el alto grado de correlación existente entre
el incremento de los tipos de interés (cuadro a la izquierda) y el descenso en el ritmo de
concesión de préstamos desde finales de 2006 (cuadro de la derecha):
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Fuente: INE
Puede apreciarse como, a pesar de los repuntes que se producen anualmente como con-
secuencia de la finalización del periodo estival, la estabilidad en el empleo ha sido una
constante hasta el ejercicio 2007, momento en el que se produce un significativo incre-
mento en el número de parados.
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Por otro lado, la evolución del mercado laboral vendrá marcada, entre otros aspec-
tos, por la capacidad del sistema bancario de recuperar la liquidez en los próximos
meses y, por tanto, de reactivar los mecanismos de financiación a las empresas que
ayude a revertir la tendencia en la destrucción de empleo manifestada en los últimos
meses.
Las principales medidas correctoras implantadas por las entidades financieras pueden
agruparse del siguiente modo:
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mos como dudosos por razón de su morosidad. En este sentido, es importante destacar
que el sistema bancario español, a diferencia de otros modelos, se basa en una gran cer-
canía y conocimiento del cliente, a través de una red de oficinas de gran capilaridad, que
facilita, en gran medida, las gestiones de recobro. Asimismo, las entidades han reforza-
do sus equipos de recuperaciones de préstamos para poder atender de una manera
mucho más inmediata los, por otro lado, más frecuentes episodios de impago de sus
clientes.
Las adjudicaciones o las donaciones en pago se han convertido en los últimos meses
en un método alternativo para evitar la morosidad de los clientes. En estos casos, la
entidad financiera adquiere activos inmobiliarios como contraprestación de un prés-
tamo concedido evitando así su inclusión dentro de la cartera dudosa y, anticipando
en muchos casos, la previsible incapacidad de los prestatarios para devolver los pres-
támos obtenidos mediante la amortización ordinaria de sus cuotas. Las entidades
españolas deberían utilizar este mecanismo de forma muy selectiva, centrándose
solo en activos inmobiliarios que cuenten con un elevado grado de liquidez. De no
ser así, podría producirse un efecto de acumulación de activos inmobiliarios por
parte de las entidades financieras, que elevaría su exposición al riesgo de la evolu-
ción del valor de dichos activos, así como a la gestión de un tipo de activos que no
conforma su actividad originaria.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Este espíritu tuvo un especial reflejo en la normativa contable emitida por Banco de
España en nuestra historia reciente a través de la emisión de la Circular 4/1991 de
Banco de España, la cual introdujo un marco de provisiones específicas y genéricas de
insolvencias que sería más tarde complementado mediante la implantación de un Fondo
Estadístico para la Cobertura de Insolvencias (FONCEI) en 1999. El fondo genérico
anteriormente mencionado, implicaba la dotación de un 1% del total de las inversiones
crediticias, valores de renta fija y pasivos contingentes. Este porcentaje se reducía al
0,5% para determinados créditos hipotecarios. Por su parte, el FONCEI se constituía
cargando cada ejercicio en la cuenta de pérdidas y ganancias una estimación de las
insolvencias globales latentes en las diferentes carteras de riesgos homogéneos. Las
entidades debían estimar las provisiones a realizar mediante métodos de cálculo basa-
dos en su propia experiencia de impagos y en las expectativas de pérdidas por catego-
rías homogéneas del riesgo crediticio, teniendo en cuenta la calidad de los diferentes
tipos de contrapartes, las garantías constituídas y su valor recuperable, la vida de las
operaciones cuando ello fuese relevante, y la evolución futura del riesgo en función de
los cambios previsibles de la coyuntura a medio y largo plazo.
Los métodos de cálculo utilizados para ello debían formar parte de un sistema ade-
cuado de medición y gestión del riesgo de crédito, y usar una base histórica que abar-
case un ciclo económico completo. Estos métodos de cálculo debían ser verificados
por los Servicios de Inspección del Banco de España. Alternativamente, Banco de
95
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
España ofrecía una serie de coeficientes a aplicar al riesgo crediticio que, en la prác-
tica, se convirtieron en un baremo de común aceptación y utilización por las entida-
des financieras.
Aunque la creación de este fondo genérico estuvo avalada por la posibilidad incluida
por la Directiva 86/635/CEE sobre cuentas bancarias en su artículo 37, esta provisión,
así como el fondo complementario creado posteriormente (FONCEI) no estuvieron
exentos de polémica entre aquellos partidarios del mantenimiento exclusivo de provi-
siones específicas y aquellos que consideraban que la provisión genérica de insolven-
cias así como el FONCEI aportaban un marco de prudencia contable necesario en un
entorno bancario sujeto a múltiples riesgos.
Desde un punto de vista conceptual, estas provisiones reflejan el hecho de que, para
los sistemas bancarios, los riesgos tienden a acumularse a lo largo de los ciclos
expansivos, y a manifestarse cuando estos se acaban, es decir, tienen que ver con el
comportamiento procíclico que caracteriza a los mercados financieros. El sistema
está diseñado de tal modo que ha obligado a las entidades a constituir fondos que
les permitirán absorber el impacto de un potencial incremento de las provisiones
específicas.»
96
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Banco de España ha establecido la necesidad de que las entidades generen sus propios
modelos internos de cálculo de provisiones, tanto específicas como genéricas, en base
a su experiencia histórica si bien, de forma alternativa, ofrece una guía de cálculo para
ambas que pueden ser adoptadas por las entidades en ausencia de un módelo interno de
cálculo.
La provisión específica de insolvencias sería aquella provisión que es dotada por las
entidades sobre activos clasificados como dudosos, bien por el mero transcurso del
tiempo desde el momento del impago del crédito en función de unos porcentajes prees-
tablecidos por Banco de España (causas objetivas), o bien por la concurrencia de facto-
res (causas subjetivas) que hacen dudar de la capacidad de pago del acreditado aun
cuando esta no se ha puesto de manifiesto todavía mediante el impago de las cantida-
des adeudadas. Ejemplos de este tipo de factores o causas serían la inadecuada estruc-
tura patrimonial de un acreditado o la presentación de un concurso de acreedores.
La provisión genérica cubre, según la Circular, «las pérdidas inherentes de los instru-
mentos de deuda no valorados por su valor razonable con cambios en la cuenta de pér-
didas de pérdidas y ganancias, así como de los riesgos contingentes, clasificados como
riesgo normal teniendo en cuenta la experiencia histórica de deterioro y las demás cir-
cunstancias conocidas en el momento de la evaluación. A estos efectos, las pérdidas
inherentes son las pérdidas incurridas a la fecha de los estados financieros, calculadas
con procedimientos estadísticos, que están pendientes de asignar a operaciones con-
cretas».
97
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Por otro lado, Banco de España creó una nueva categoría de activos denominados
«subestándar» los cuales, sin concurrir las circunstancias necesarias para ser considera-
dos como activos dudosos, pertenecen a colectivos con dificultades que deben ser pro-
visionados en un importe al menos superior del que les correspondería en el caso de ser
considerados como activos corrientes mediante la cobertura genérica de insolvencias.
Esta provisión, respetanto el límite mínimo mencionado anteriormente, debe arrojar
unos importes similares a la diferencia entre el importe registrado en el activo para
dichos instrumentos y el valor actual de los flujos de efectivo que se espera recuperar,
descontados al tipo de interés contractual medio. Este tipo de provisión por activos
subestándar también es de aplicación para aquellos riesgos que no se encuentren ade-
cuadamente documentados y sean superiores a 25.000 euros para los que se dotará una
provisión del 10% de su importe dispuesto.
Tal y como podemos apreciar en el siguiente gráfico, el peso de las provisiones genéri-
cas de insolvencias, ha sido un factor determinante en el amplio ratio de cobertura
(Provisiones para Insolvencias/Activos dudosos) alcanzado en el sistema bancario espa-
ñol, como consecuencia de su dotación en los periodos de mayor expansión crediticia,
máxime si lo comparamos con la media europea:
98
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Fuente: Informe de Estabilidad Financiera. Abril 2008 de Banco de España (pag. 28)
99
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Como puede apreciarse en el gráfico anterior, las dotaciones netas para insolvencias
sobre activos netos se incrementaron significativamente durante los años 2001 a 2004,
a pesar de que los ratios de morosidad se situaron en mínímos históricos, tal y como se
ha descrito anteriormente. Esto es debido al efecto anticíclico que las antiguas provi-
siones estadística y genérica de insolvencias producían en la cuenta de resultados. En el
2004 y 2005 se aprecia un descenso en las dotaciones netas como resultado de la
implantación de la nueva Circular 4/2004 de Banco de España y su menor exigencia en
relación a la cobertura genérica de insolvencias. A partir del 2005 las dotaciones netas
siguen aumentando hasta el 2007 de forma correlativa a los incrementos exponenciales
de la inversión crediticia durante ese periodo.
100
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Fuente: elaboración propia con datos de AEB, CECA y Boletín estadístico del Banco de España.
Así, como puede apreciarse, incluso si al 30 de junio de 2008 la morosidad hubiera estado
en un nivel del 5% y sólo se recuperara un 50% de los importes clasificados como dudo-
sos (hipótesis conservadora, dado el elevado peso de la cartera con garantía hipotecaria en
España), ello supondría unas pérdidas estimadas de 42.439 millones de euros para el siste-
ma bancario (1.697.576 x 5% x 50%), que se encontrarían cubiertas ya en un 80% tan sólo
con las provisiones existentes a dicha fecha (33.933 millones de euros).
101
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Del mismo modo, si la pérdida estimada estuviera en un rango del 25%, las provisiones
existentes al 30 de junio de 2008 cubrirían ya un 89% de dichas pérdidas estimadas aún
en el supuesto de una morosidad del 9% (máximo histórico de los últimos 20 años en
España).
En ambos casos, sólo con que las entidades de crédito en España incrementaran su saldo
de provisiones en la segunda mitad de 2008 y en 2009 en un importe similar al regis-
trado en los últimos ejercicios (entre 2.000 y 3.000 millones de euros al semestre), el
100% de dichas pérdidas esperadas estarían cubiertas al 31 de diciembre de 2009 sin
necesidad de esfuerzos adicionales para las entidades bancarias españolas.
Como en otros aspectos, la financiación del sistema bancario español está muy vincu-
lada al modelo de negocio imperante en el mercado español (ver apartado 3.1), basado
en una banca comercial muy capilar y orientada al cliente. Así, tradicionalmente, la
fuente principal de financiación del sistema han sido los depósitos de los clientes (a la
vista y a plazo), que han tenido una evolución muy estable en el tiempo, pues han sido
históricamente uno de los principales vehículos de ahorro.
102
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Adicionalmente, cabe destacar que en 2008 esta partida crece más aún que el balance
total de las entidades (en los últimos meses de 2008 los depósitos a plazo del sector pri-
vado están creciendo un 30%), debido al descenso en la demanda de crédito y al esfuer-
zo comercial realizado por las entidades, que pone de manifiesto la capacidad de estas
para adaptar su oferta de productos a las necesidades y exigencias del mercado en cada
momento, sobre la base de un modelo de negocio basado en la proximidad al cliente y
una cuota de mercado muy fuerte en la distribución de otros productos de ahorro no típi-
camente bancarios como fondos de inversión o seguros de vida.
– En primer lugar hay que tener en cuenta que el saldo neto es acreedor debido princi-
palmente al efecto del negocio de las sucursales de entidades extranjeras cuyo acti-
vidad fundamental (sindicados, project finance etc..) consiste en prestar y financiar-
se en el interbancario, principalmente con sus casas matrices.
103
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
La financiación neta recibida del BCE se situó en junio de 2008 en el 1,39% del total
balance frente al 1,33% al cierre del ejercicio 2007 (fuente: Informe Estabilidad
Financiera noviembre 2008 del Banco de España). Además, de suponer un pequeño por-
centaje de la financiación ajena de las entidades, este peso está muy por debajo del peso
relativo de España en el Eurosistema en términos de PIB agregado o del peso del sec-
tor financiero español. Este hecho, se acentúa si se considera la liquidez que el
Eurosistema ofrece en las diferentes divisas y no solo la financiación en euros.
El cuadro siguiente muestra los saldos vivos de las emisiones en los mercados mayo-
ristas de las entidades financiaras de nuestro sistema para el periodo 2005-2007
(Fuente: Informe Estabilidad Financiera, abril 2008):
104
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
105
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Además en 2008, a pesar de las dificultades del mercado, las entidades españolas han
sido capaces de colocar unos 36.000 millones de euros (22.000 millones en deuda finan-
ciera y 14.000 en cedulas hipotecarias), hecho significativo tanto por los volúmenes
como por el hecho de que un amplio numero de entidades accedieron al mercado (fuen-
te: Informe Estabilidad Financiera: noviembre 2008).
106
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Hasta el 2002 los depósitos habían sido suficientes para financiar la actividad crediticia
de las entidades, aunque en los años 2000 a 2002 ya se movían en cifras muy similares,
pero como ya se ha comentado desde el ejercicio 2003 el fuerte crecimiento del crédi-
to y también el desplazamiento del ahorro a otros productos, hizo que las entidades
tuvieran que acudir a otras fuentes de financiación. No obstante la contención del cré-
dito desde el segundo semestre de 2007 ha hecho que el ratio se haya mantenido esta-
ble y que durante este ejercicio los créditos crecieran de forma similar a los depósitos
en 2007. Ya en 2008, el esfuerzo comercial de las entidades en la captación de depósi-
tos, ha hecho que este indicador comience a descender, como se observa en los cuadros
siguientes, tanto si atendemos a las cifras de actividad en España como a las de
Negocios totales, como se aprecia en los dos cuadros siguientes.
107
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
108
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Hemos analizado la evolución de las fuentes de financiación ajena y los distintos fac-
tores que han influido en ella, pero no se puede concluir sobre ello, considerando sólo
su evolución en términos absolutos y la tipología de los productos utilizados. Una vez
más es necesario realizar alguna reflexión de tipo cualitativa sobre este endeuda-
miento y para ello analizar el nivel de apalancamiento y la solvencia de las entidades,
y sin perder de vista como comparan estos parámetros con el de otras entidades de su
entorno.
En cuanto a solvencia los recursos propios sobre total activo sin ponderar se sitúan en
el 7%, habiendo permanecido estable en los últimos años, y en el 6% si sólo se consi-
dera el «core capital» o Tier 1.
109
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
3.4.3. Titulizaciones
Aunque estas operaciones se iniciaron en los años 70 en los Estados Unidos, en los últi-
mos años la titulización de activos ha sido uno de los principales productos de la inno-
vación financiera. Este proceso de innovación ha hecho que tanto los activos objeto de
titulización como las estructuras a través de las que se realiza el proceso se hayan ido
sofisticando de forma extraordinaria. Como hemos visto en los apartados anteriores, la
titulización se ha convertido en España en uno de los productos más utilizados por las
entidades financieras para captar financiación.
A pesar del auge generalizado de las titulizaciones en muchas de las economías desarro-
lladas, existen diferencias muy relevantes entre el proceso de titulización que se ha
seguido en España del seguido en otros países de nuestro entorno. Estas diferencias se
sustentan en los objetivos perseguidos por las entidades al titulizar, en el papel de los
diferentes agentes intervinientes, así como en la calidad crediticia de los activos tituli-
zados (más del 80% del saldo vivo tiene garantía hipotecaria).
110
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Agentes intervinientes
El proceso de titulización puede llevarlo a cabo cualquier tipo de empresa, aunque nor-
malmente lo desarrollan entidades financieras por su capacidad para generar activos
financieros. En España el 99,5% del saldo vivo al 31 de diciembre de 2007 de opera-
ciones de titulización corresponden a entidades financieras (bancos, cajas, cooperativas
de crédito y establecimientos financieros de crédito), siendo esto también una diferen-
cia de la Titulización en España donde los activos titulizados han sido mayoritariamen-
te originados por entidades que operan en un sector regulado y sometido a un sistema
de regulación prudencial que se describe en el capítulo 3.5 de este estudio.
En los procesos de titulización participan una variedad de agentes que incluyen el ori-
ginador (entidad que es propietaria de los activos a titulizar), el administrador encar-
gado de recibir y transferir los flujos de los activos titulizados así como hacer segui-
miento de la calidad crediticia de los activos (que puede ser o no el propio origina-
dor), el vehículo (SPV o SPE) o entidad con personalidad jurídica o no que recibe los
activos y emite los pasivos financieros que se colocarán en el mercado y la sociedad
gestora (solo en aquellas operaciones y jurisdicciones donde el vehículo no tiene per-
sonalidad jurídica) responsable de vigilar los pagos a los inversores y de que se obser-
ven las normas relativas a la operación. Además, de estos agentes principales, en las
operaciones de titulización intervienen un estructurador que diseña la operación,
garantes o proveedores de liquidez, un gestor de activos en aquellos estructuras que
requieren una gestión activa de su cartera, la contraparte de los derivados contratados
para mitigar los riesgos financieros de la estructura, las agencias de calificación y por
último los inversores.
Tipos de titulización
111
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Titulizaciones tradicionales
Los tramos de primeras pérdidas suelen ser préstamos o créditos subordinados (a través
de diferentes mecanismos de subordinación) concedidos por la entidad originadora al
vehículo, que absorben las pérdidas esperadas en la cartera de activos titulizados y que
al ser retenidos por el originador conceden mejoras crediticias al resto de tramos, de
forma que éstos sean más atractivos para su colocación en el mercado, al tener un rating
elevado y un menor coste de financiación. Como veremos más adelante, el hecho de que
el originador retenga estos créditos subordinados y por tanto el riesgo de crédito es uno
de los hechos diferenciadores de las titulizaciones en España, situación que tiene un
impacto directo tanto en aspectos relativos a la gestión de riesgos (no hay incentivo a
relajar las políticas crediticias por parte del originador) como en el reflejo contable de
estas operaciones en el balance de las entidades originadoras.
112
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
titulizada (líneas de crédito subordinadas) o son simples líneas de liquidez que funcio-
nan como cuentas de tesorería.
Titulizaciones sintéticas
Estas son aquellas que permiten transferir el riesgo de crédito asociado a una cartera a
través de la contratación de derivados de crédito (CDS). Estos instrumentos permiten
transferir el riesgo de crédito asociado a un activo sin que sea necesario vender o ceder
dicho activo. En estas estructuras, por tanto no es necesaria la emisión de bonos, y por
tanto de un vehículo, dado que no hay una compra de activos a financiar. No obstante,
en ocasiones las entidades pueden querer financiar parcialmente la operación, siendo
necesaria en este caso la existencia de un vehículo que emita bonos o valores que cubri-
rán ciertos tramos de riesgo.
Así el originador contrata un derivado de crédito con el vehículo que emite valores cuyo
rendimiento está vinculado al comportamiento de la cartera subyacente del CDS. Dado
que no hay compra de activos a financiar, con la liquidez obtenida, el vehículo compra
activos (normalmente de alta calidad) o se deposita en cuentas de efectivo en la entidad
originadora, que sirven como garantía del derivado de crédito. En caso de impago en la
cartera subyacente el originador recibe la compensación del fondo (por ejemplo a tra-
113
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
vés de la cuenta de efectivo) y el fondo amortiza en la misma cuantía los valores emi-
tidos.
Este tipo de titulizaciones ha sido más utilizado en mercados donde el desarrollo de las
titulizaciones ha fomentado en cierta medida la aparición de un modelo de negocio ban-
cario denominado originar para distribuir. Bajo este modelo, que no se ha desarrollado
en España, el originador que concede la financiación al cliente y la vende a un tercero
a través de una titulización (no retención de primeras pérdidas) y hace que éste se des-
vincule del cliente dado que no tiene interés en seguir gestionando la cartera pues ha
transmitido al mercado el riesgo asociado a la misma, ha recuperado la financiación uti-
lizada y ha obtenido un diferencial de rentabilidad como remuneración.
Desde un punto de vista conceptual el originador es el que mejor conocimiento tiene del
riesgo de los clientes lo que le otorga sin duda ventajas en aspectos como la identifica-
ción anticipada de problemas (impagos), así como llevar a cabo un proceso de recupe-
114
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
ración de la deuda más eficiente. Esto unido al hecho de haber retenido a través de los
mecanismos de subordinación las primeras pérdidas de la cartera supone que las carte-
ras titulizadas administradas por los originadores tengan menores tasas de impago y
mejores niveles de recuperación en caso de pérdida, factores cruciales para determinar
la calidad crediticia de la cartera y por tanto de los valores colocados en el mercado para
financiar la operación (bonos de titulización).
Por otro lado en los procesos de titulización se utilizan distintos activos subyacentes así
como las emisiones de valores difieren en su tipología (principalmente el plazo).
En función del vencimiento de los valores emitidos tenemos los programas que emiten
valores a corto plazo (ABCP o de papel comercial) y los que emiten valores a largo
plazo, más de un año.
En las titulizaciones que emiten a corto plazo el vehículo emite títulos con vencimien-
to a menos de un año, mientras que el activo del fondo puede estar formado por activos
de distinta naturaleza y vencimientos. Aunque estos programas se suelen realizar sobre
activos a corto plazo (cuentas a cobrar), también han proliferado los programas que
financian activos a largo plazo (préstamos hipotecarios u otros bonos de titulización).
Estas estructuras tienen unas características específicas dado que continuamente están
amortizando y emitiendo papel, asumiendo un elevado riesgo de liquidez, que debe ser
cubierto por líneas de liquidez que conceden normalmente las entidades financieras que
actúan como sponsors de las estructuras.
115
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Entre los ABS destacan mayoritariamente en todos los mercados los programas de prés-
tamos hipotecarios para vivienda, aunque en los últimos años han comenzado a proli-
ferar titulizaciones de préstamos a empresas, administraciones públicas, consumo, tar-
jetas de crédito y compra de vehículos. En los CDO, programas de más reciente implan-
tación, pero que ocupan un porcentaje muy elevado de las operaciones realizadas en
algunos países (Estados Unidos, Reino Unido y Alemania), los activos titulizados pue-
den ser bonos o préstamos de carácter muy diverso (préstamos a grandes empresas,
bonos de alta rentabilidad, fondos de inversión libre (hedge fund) o bonos de tituliza-
ción). Estos programas suelen ser estructuras diseñadas a medida de los inversores que
persiguen maximizar rentabilidades para lo que se utilizan altos niveles de apalanca-
miento y sistemas de gestión dinámica de la cartera.
Las diferencias entre los programas ABS y CDO van más allá de que las primeras
sean normalmente titulizaciones tradicionales frente a los CDO que suelen ser sinté-
ticas, aunque no siempre. La homogeneidad de los activos titulizados en programas
ABS y la baja concentración de riesgo hacen que la estimación de las pérdidas sea
más sencilla, y se apliquen modelos generalmente aceptados basados en la probabili-
dad de impago, la severidad de la pérdida y la correlación de los impagos entre los
diferentes prestamistas de los préstamos titulizados. Sin embargo, la heterogeneidad
de los activos titulizados en los programas CDO hace más complejo el proceso de
medición del riesgo de crédito subyacente, por lo que no son aplicables los modelos
utilizados para los programas ABS. La complejidad en la medición de estas opera-
ciones se ha puesto de manifiesto con mayor claridad, si cabe, en la situación actual
del mercado de crédito.
La titulización presenta ventajas tanto para los originadores como para los inversores,
que estando asociadas a una titulización están obviamente muy relacionadas con los
objetivos perseguidos. Así para una entidad que persiga captar financiación, la tituliza-
ción permite reducir su coste al tiempo que mejora la gestión de riesgos al transformar
un conjunto de activos poco líquidos en activos negociables o posiciones que se podrán
colocar ente los inversores con mayor facilidad.
Desde la perspectiva de los inversores, las diferentes alternativas que ofrece la tituliza-
ción permiten lograr una mejor diversificación de la cartera, llegando incluso a poder
crearse estructuras en las que el factor rentabilidad riesgo esté diseñado a la medida del
116
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
inversor. También las estructuras apalancadas (sintéticas) permiten asumir una posición
de riesgo de crédito sin necesidad de realizar una fuerte inversión inicial, vinculando el
rendimiento y el riesgo de esa posición a la cartera o activos subyacentes, con indepen-
dencia de la calidad crediticia de un originador, cuya evaluación puede resultar en oca-
siones más compleja.
Además de estas ventajas especificas para los agentes participantes en el mercado se ha con-
siderado que el proceso de titulización ha contribuido significativamente a obtener mejoras
en la gestión de los riesgos al haber estimulado la modelización del riesgo de las carteras de
las entidades y haber favorecido el desarrollo del mercado del riesgo de crédito.
Otras ventajas que se han argumentado a favor de la titulización han sido la posibilidad
de eliminar del balance determinadas posiciones así como reducir el consumo de capi-
tal regulatorio en las entidades financieras. No obstante, teniendo en cuenta los últimos
desarrollos normativos en las Normas Contables (NIIF) y en los requerimientos de capi-
tal (Nuevo Acuerdo de Capital de Basilea) que vinculan la cancelación del activo y la
liberación de capital al hecho de que se produzca una transferencia sustancial de ries-
gos, no parece que éste sea un factor relevante.
En cuanto a los riesgos asociados a una titulización, además de los riesgos típicos como
serían el de crédito, de dilución, de base, de prepago, de confusión de la tesorería (com-
mingling risk) y de liquidez o los riesgos operativos y legales presentes en mayor o
menor medida, en todo proceso de titulización, son especialmente relevantes sobre todo
en el actual entorno de mercado aquellos riesgos derivados de la excesiva concentración
en algunos segmentos del mercado y de la complejidad de algunas estructuras. En cuan-
to al primero se ha observado una excesiva concentración de algunos emisores (deudo-
res) en el mercado de CDO sintético, sirviendo como colateral de numerosos CDO la
deuda corporativa de los mismos grupos cotizados, aumentando de esta forma el impac-
to en el sistema de un evento de crédito de estos deudores, al no ser necesario en estas
estructuras sintéticas haber tomado una posición real en deuda de esos grupos. En cuan-
to al segundo, la complejidad de algunas estructuras ha generado una dificultad añadi-
da a la hora de determinar las pérdidas esperadas de la cartera de activos titulizados y
117
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
su distribución entre los distintos tramos. Además, los distintos intereses perseguidos
por los agentes participantes y las relaciones entre los mismos, donde juegan un papel
de relevancia las agencias de rating, pueden generar conflictos de interés que sin duda
deben ser objeto de consideración.
Dado que una operación de titulización permitiría inicialmente realizar una transferen-
cia de los riesgos asociados a los activos titulizados, esta mayor complejidad de las
estructuras y la falta de transparencia de algunas de ellas, ha hecho que en la actualidad
sea más difícil identificar dentro del sistema donde está el riesgo y ha convertido estos
productos en productos financieros aptos para inversores muy cualificados, situación
que no se han dado en ocasiones, provocando una asunción de riesgos excesiva para
algunos inversores y además de difícil evaluación.
En resumen podríamos concluir que los riesgos asociados a cualquier proceso de tituli-
zación vienen determinados o dependen en gran medida por las características del pro-
ceso en cuanto a su diseño y estructura.
Aunque en los apartados anteriores ya se han avanzado algunas de las características del
proceso de titulización seguido en nuestro país, a continuación se describen las carac-
terísticas principales de este producto en España, siendo algunas de ellas factores cla-
ramente diferenciadores de los procesos seguidos en otros países. Las principales carac-
terísticas del modelo de titulización español son las siguientes:
Este hecho diferencial se debe, entre otros factores, a que el objetivo principal de los
procesos de titulización realizados en España han perseguido la obtención de financia-
118
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
ción (reduciendo el coste de la misma) más que la transferencia de riesgos. Para ello,
las entidades han titulizado los activos de mayor calidad crediticia.
Un hecho diferencial de las titulizaciones en España viene determinado por las caracte-
rísticas de nuestro sistema bancario y su modelo de negocio. Como se ha apuntado en
el capitulo 3.1. el modelo de negocio bancario imperante en España está enfocado al
cliente más que al producto, sustentado en una potente red comercial, muy cercana al
cliente, y en un sistema de pagos eficiente y con niveles de competencia muy elevados
(los grandes bancos líderes en cuota de mercado no son líderes en cuota de mercado en
la mayor parte de las provincias).
119
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Como ya hemos comentado el primer factor que incide en la calidad de los activos titu-
lizados ha sido el mantenimiento de la exigencia en las políticas crediticias de los ori-
ginadores, dado que éstos seguían reteniendo los riesgos asociados a los activos tituli-
zados.
120
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
cado debería llevar a la morosidad hipotecaria hasta el 14% y que la pérdida o LGD
fuera del 50%. Además, este escenario llevaría implícito que para una cartera de prés-
tamos con un LTV del 80% el precio de la vivienda debería caer un 60%. Aunque la
situación actual del mercado y las causas que la han motivado sean diferentes a la situa-
ción del mercado español durante el último periodo recesivo de nuestra economía, los
parámetros de este escenario de stress están muy por encima de los niveles que se alcan-
zaron durante la anterior crisis de la economía española, por lo que cabría asignarle una
probabilidad de ocurrencia muy reducida.
Entre las condiciones que necesariamente deben cumplir los préstamos que sirven de
colateral para las emisiones se encuentran:
– Estar garantizados con primera hipoteca sobre el pleno dominio de los bienes inmo-
biliarios hipotecados que deberán pertenecer en su totalidad, también en pleno domi-
nio al cliente que hipoteca. El pleno dominio no podrá estar sujeto a condiciones o
prohibiciones de disponer o a limitaciones de cualquier clase. La inscripción de la
finca habrá de estar vigente sin ninguna contradicción o limitación.
121
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
– Los inmuebles que sirvan de garantía deben ser valorados previamente con unos
estándares legalmente establecidos y el importe del préstamo no puede superar el
60% del valor del inmueble, o el 80% en caso de las viviendas (cuando estamos
hablando de titulizaciones de participaciones hipotecarias PH).
– Los inmuebles que sirvan de garantía a los préstamos deberán estar asegurados con-
tra daños que cubran el valor de tasación.
El siguiente cuadro ilustra la evolución del saldo vivo de titulizaciones en España por
tipo de activo subyacente y originador:
122
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
a) Suma de los importes de las categorías «Hipotecarios no PYME ni promotores», «Préstamos hipotecarios
a promotores» y la parte con garantía hipotecaria de aquellos fondos clasificados como «PYME»,
«Empresas» y «Otros».
b) Todos los datos bajo el epígrafe «Transferencia de activos por titulizaciones» corresponden al balance
reservado presentado por las entidades de crédito según la nueva normativa contable establecida en la
CBE4/2004. La diferencia entre el total establecido en este epígrafe y la suma de los epígrafes «Activos de
EC, emisión de bonos» y «Activos de EC, emisión de pagarés» de este cuadro se debe a que, en el primer
caso, las entidades informan sobre el saldo vivo de los activos subyacentes en la titulización, mientras que,
en el segundo, el dato corresponde al saldo vivo de los títulos en el mercado (AIAF).
123
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
• Basilea I
Los antecedentes de la actual normativa de recursos propios que han servido de refe-
rencia para los desarrollos normativos en esta materia realizados tanto en el ámbito
nacional como internacional debemos encontrarlos en el Acuerdo del Comité de
Supervisión Bancaria de Basilea de 1998. El Comité de Supervisión Bancaria se fundó
en 1975 estando compuesto, en su inicio, por miembros de los organismos supervisores
y los bancos centrales de Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón,
Luxemburgo, Holanda, Suecia, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos. Nuestro país
forma parte del citado Comité, como miembro de pleno derecho, desde 2001.
Según Vicente Salinas (La solvencia de las entidades bancarias: el nuevo acuerdo de
capital, Basilea 2) los objetivos de este primer acuerdo eran «aumentar la solidez y la
estabilidad del sistema bancario estableciendo criterios de suficiencia de capital y que
mediante una aplicación similar del acuerdo en los diferentes países sirviese para redu-
cir una de las fuentes de desigualdad competitiva entre los bancos que operan interna-
cionalmante».
124
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
El proceso de revisión del primer Acuerdo de Basilea vino marcado por la identifica-
ción de determinadas aspectos de mejora que intentaron ser cubiertos mediante la revi-
sión del mismo y la emisión del nuevo Acuerdo de Basilea (Basilea II) en 2004. Los
aspectos de mejora detectados en el primer Acuerdo de Basilea se centraban en la falta
de diferenciación en la probabilidad de impago de las diferentes clases de activos y, por
otro lado, en la falta de cobertura de otro tipo de riesgos diferentes como el riesgo ope-
rativo.
125
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
opciones de adopción del acuerdo que, en algunos casos, debían ser objeto de valida-
ción por las entidades supervisoras de cada país como veremos a continuación. En
buena medida podríamos afirmar que la superación de la simplicidad del primer
Acuerdo de Basilea ha sido también el mayor handicap para la aplicación del Acuerdo
revisado ya que, el factor de complejidad que éste introdujo es mucho mayor que su
predecesor.
Según el texto del acuerdo «los activos ponderados por su nivel de riesgo se calcu-
lan multiplicando los requerimientos de capital para el riesgo de mercado y el ries-
go operativo por 12,5 (es decir, la inversa del coeficiente mínimo de capital del 8%)
y añadiendo la cifra resultante a la suma de los activos ponderados por su riesgo de
crédito».
Basilea II propone tres métodos de cálculo de riesgo de crédito que podrán ser adopta-
dos por las entidades en función de la complejidad de su operativa y en la medida que
sus mediciones internas, en el caso de los métodos avanzados, sean avaladas por las
entidades supervisoras de sus países:
126
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
• Método estándar
• Método IRB básico basado en calificaciones internas
• Método IRB avanzado
Por su parte los métodos IRB básico y avanzado se diferencian, fundamentalmente, por
el diferente grado de discrecionalidad a la hora de utilizar estimaciones internas en los
diferentes componentes del riesgo de crédito. En este sentido el nuevo Acuerdo esta-
blece que «en el método básico los bancos proporcionan sus propias estimaciones de
PD y utilizan las estimaciones del supervisor para los demás componentes de riesgo.
En el método avanzado, los bancos avanzan un grado en la provisión de sus propias
estimaciones sobre PD, LGD y EAD, y de su propio cálculo de M (Maturity), sujeto a
la observancia de ciertos criterios mínimos».
Por otro lado, el riesgo operativo se define como «el riesgo de pérdida debido a la
inadecuación o a fallos de los procesos, el personal y los sistemas internos o bien a
causa de acontecimientos externos. Esta definición incluye el riesgo legal, pero exclu-
ye el riesgo estratégico y el de reputación».
Los métodos establecidos para el cálculo de los recursos propios derivados del riesgo
operativo son los siguientes:
127
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Tanto en el método del indicador básico como en el método estándar se utiliza como
base el promedio de ingresos positivos brutos de los últimos tres años. En el método del
indicador básico, este promedio será multiplicado por un coeficiente alfa del 15% para
obtener el importe de los requerimientos de capital derivados del riesgo operativo.
Según el Acuerdo «los bancos con presencia internacional y los bancos con una expo-
sición importante al riesgo operativo (por ejemplo, los bancos especializados en pro-
cesamiento) deberían utilizar un método más sofisticado que el Método del Indicador
Básico que resulte adecuado al perfil de riesgo de la institución»
En el caso del método estándar se diferencian ocho líneas de negocio en las cuales se
debe distribuir el promedio de los ingresos brutos de los tres últimos años y se les asig-
na un coeficiente beta entre el 12% y el 18%.
El segundo pilar de Basilea otorga un papel predominante tanto a la dirección de las enti-
dades, como responsables de la implantación y evaluación continua de medidas de control
sobre sus niveles de capital, como a las autoridades supervisoras de cada país. En este sen-
tido el Acuerdo establece que «el papel de los supervisores consistirá en evaluar si los ban-
cos cuantifican adecuadamente sus necesidades de capital en función de sus riesgos, inter-
viniendo cuando sea necesario. Esta interacción persigue fomentar un diálogo activo entre
los bancos y los supervisores, de modo que cuando se identifiquen deficiencias, pueda
actuarse con rapidez y decisión al objeto de reducir el riesgo o de restituir el capital. En
consecuencia, los supervisores podrán adoptar una política que incida en mayor medida
en aquellos bancos cuyo perfil de riesgo o historial de operaciones justique tal atención».
1º. Los bancos deberán contar con un proceso para evaluar la suficiencia de su capital
total en función de su perfil de riesgo y con una estratégia para el mantenimiento de sus
niveles de capital.
128
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
2º. Las autoridades supervisoras deberán examinar y evaluar las estratégias y evalua-
ciones internas de la suficiencia de capital de los bancos, así como la capacidad de éstos
para vigilar y garantizar el cumplimiento de los coeficientes de capital regulador. Las
autoridades supervisoras deberán intervenir cuando no queden satisfechas con el resul-
tado de este proceso.
3º. Los supervisores deberán esperar que los bancos operen por encima de los coefi-
cientes mínimos de capital regulador y deberán ser capaces de exigirles que mantengan
capital por encima de este mínimo.
4º. Los supervisores tratarán de intervenir con prontitud a fin de evitar que el capital des-
cienda por debajo de los niveles mínimos requeridos para cubrir las características de ries-
go de un banco dado. Asimismo, deberán exigir la inmediata adopción de medidas correc-
toras si el capital no se mantiene en el nivel requerido o no se recupera ese nivel.
Con este tercer pilar se pretende fomentar la publicación de información relevante por
parte de las entidades que permita al mercado evaluar la exposición al riesgo de las mis-
mas, sus procesos de evaluación, el ámbito de aplicación de tal información y la ade-
cuación de sus niveles de capital de acuerdo con los anteriores. Se pretende, asimismo,
que estas divulgaciones sean fieles al modo en que la Dirección de las entidades con-
trola y evalúa sus riesgos. También se faculta a los organismos supervisores para que
puedan requerir de las entidades la divulgación de información relevante.
129
EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Pos otro lado también se ha criticado que, si bien unos de los objetivos de Basilea era
incorporar un marco homogéneo de establecimiento de los requerimientos de capital a
las entidades financieras que favoreciese, por ello, la competencia entre ellas, la inclu-
sión de métodos avanzados de cálculo basados en mediciones internas de las entidades
desvirtúa en cierto modo este primer objetivo.
Por todo lo anterior, la Reserva Federal ha avanzado hacia el desarrollo de una adapta-
ción plena con los principios establecidos por Basilea II para los denominados «core
banks» y una adaptación simplificada o «estandarizada» de Basilea II para aquellos
bancos calificados como «non-core» que pueda ser objeto de aplicación para las enti-
dades de menor tamaño. En este sentido se pronunciaba el Gobernador de la Reserva
Federal en una conferencia pronunciada el 13 de noviembre de 2007 en Nueva York al
afirmar que los denominados «non-core banks» podrían optar entre la propuesta «estan-
darizada» de Basilea II o continuar aplicando el marco existente basado en Basilea I.
Esta propuesta estandarizada trataría de responder a los requerimientos de información
y divulgación de los pilares II y III de una manera simplificada que no crease ventajas
ni desventajas competitivas entre los dos tipos de bancos.
La Circular 3/2008 abarca los tres pilares definidos por Basilea II tanto en lo referente
a la los requerimientos mínimos de capital, en buena medida, cubierto ya por la anterior
130
ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Circular 5/1993 de recursos propios, como a los pilares II y III sobre el proceso de auto-
evaluación del capital y a la divulgación de información al mercado.
Para las entidades que no usen dichos modelos, y que sigan por tanto el método están-
dar, la Circular determina las ponderaciones aplicables, al mismo tiempo que fija los
requisitos que deben cumplir las agencias de calificación externas que se usan para
determinar, en muchos casos, dichas ponderaciones.
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
El contenido mínimo del informe anual establecido por Banco de España deberá con-
tener, adicionalmente al resumen y las conclusiones del mismo, la descripción del
gobierno interno de las entidades, su política de gestión de riesgos y los procesos de
auditoría interna que se realizan para controlarlos. Asimismo, deberán contener los
métodos utilizados para la evaluación de los riesgos y la cuantificación del capital
necesario para cubrirlos por cada uno de los riesgos identificados. El informe anual
no deberá contener sólo aspectos retrospectivos, sino también aspectos prospectivos
referentes a la planificación futura de las entidades en los referente a sus necesida-
des de capital.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
• Riesgo de crédito (tanto método estándar como Internal Ratings Based (IRB)): para
cada categoría importe que represente el 8% de las exposiciones ponderadas.
• Riesgo de posición, liquidación, contraparte y grandes riesgos cartera de nego-
ciación.
• Riesgo de cambio y posición neta en oro y materias primas.
• Riesgo operacional (y su método de cálculo).
• Resumen del procedimiento aplicado para evaluación de suficiencia para cubrir
actividades actuales y futuras.
Requerimientos generales:
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Requerimientos complementarios
• Requerimientos generales: diferencias entre circulares (si las hay), por tipo de
riesgo, el importe de requerimientos por riesgo de posición, liquidación y con-
traparte de la cartera de negociación.
• Modelos internos: características de modelos, pruebas de tensión, alcance de la
autorización de Banco de España, etc.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
• Naturaleza e hipótesis.
• Variación en los ingresos en el análisis de perturbaciones por divisas.
Fuente: OCDE. Datos disponibles para United Kingdom referidos a «large commercial banks» y para United
States of America para «commercial banks»
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Fuente: OCDE. Datos disponibles para United Kingdom referidos a «large commercial banks» y para United
States of America para «commercial banks»
Como podemos apreciar, la evolución del ratio de capital de las entidades españolas es
especialmente favorable si atendemos a la relación entre el capital regulatorio (capital
por Tier I y Tier II menos deducciones) y los activos medios ponderados por el riesgo
debido al incremento de los recursos propios de segunda categoría o Tier II que inclu-
yen, entre otros, reservas de revalorización, provisiones genéricas o deuda subordinada.
El siguiente gráfico nos muestra la citada evolución del ratio Tier II en España respec-
to a los países objeto de comparación:
Fuente: OCDE. Datos disponibles para United Kingdom referidos a «large commercial banks» y para United
States of America para «commercial banks»
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Como vemos en el gráfico anterior, ambos coeficientes se sitúan por encima de los
mínimos exigidos por la normativa. En particular, el coeficiente de solvencia básico o
Tier I se situaba a Junio de 2008 en un 7,7% mientras que el coeficiente de solvencia
total se situa en un 11,3%.
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Uno de los factores que han reforzado la solvencia del sistema bancario español es la
existencia de un Fondo de Garantía de Depósitos que tiene por objeto «garantizar a los
depositantes de las entidades de crédito, la recuperación de sus depósitos dinerarios y
en valores hasta los límites establecidos. Además de ofrecer estas dos garantías, dis-
tintas y compatibles, también tiene por objeto realizar actuaciones que refuercen la sol-
vencia y funcionamiento de una entidad en dificultades, en defensa de los intereses de
los depositantes y del propio Fondo».
Esta garantía se estructura a través de la creación de tres fondos de garantía para cada
una de las principales tipologías de entidades financieras españolas (bancos, cajas de
ahorros y cooperativas de créditos). Estos fondos deberán ser constituidos mediante
aportaciones realizadas por las entidades financieras calculadas como el 2 por 1000 de
los depósitos de clientes que las entidades dispusiesen a final del ejercicio. No obstan-
te, el Ministerio de Economía y Hacienda está autorizado a reducir las aportaciones
cuando el patrimonio de un Fondo se considere suficiente para el cumplimiento de sus
fines y a suspenderlas cuando alcance el 1% de la base de cálculo de las aportaciones
de las entidades adheridas en conjunto. Las aportaciones actualmente en vigor para cada
una de las tipologías anteriormente mencionadas son las siguientes:
Las causas estipuladas para la ejecución de estas garantías son las siguientes:
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Existe un amplio debate doctrinal sobre cuál debe ser la estructura óptima de supervi-
sión de un país respecto a los diferentes agentes que actúan en su mercado. En particu-
lar, la discusión se centra en si es más adecuado atender a un enfoque sectorial en el que
varios organismos supervisen la actuación de los agentes financieros implicados en
cada uno de los sectores específicos consiguiendo por ello un alto grado de especiali-
zación o, por el contrario, si es más adecuado optar por sistemas de enfoque funcional
en los que los diferentes organismos supervisarían la actuación de los mercados inde-
pendientemente del sector en el que operan.
En este sentido, los esquemas de supervisión sectoriales pueden demostrar una mayor debi-
lidad que los esquemas de supervisión funcionales o también denominados «consolidados»
al separar los organismos supervisores en base a su sector de actuación (ejemplo, banca, segu-
ros y valores) cuando los grandes grupos financieros integran hoy en día estos sectores den-
tro de su actividad. El enfoque sectorial podría suponer, en cierta medida, la pérdida de una
visión global y unificada que cubriese los riesgos manifestados por las entidades, indepen-
dientemente del área de actividad que desarrollen. Si bien las carencias de información glo-
bal y unificada derivadas de los enfoques sectoriales se tratan de solventar mediante meca-
nismos de colaboración entre organismos supervisores, el riesgo de dispersión de la informa-
ción y dilación en la respuesta de los organismos supervisores podría poner en riesgo la efec-
tividad de una actuación coordinada de varios organismos supervisores. Adicionalmente, la
inexistencia de un modelo «consolidado» de supervisión incrementa el riesgo de arbitraje
regulatorio derivado de la diversidad de organismos supervisores que puede inclinar a los
agentes del mercado a desviar su actividad hacia los sectores más permisivos.
Por el contrario, los modelos funcionales o consolidados cuentan con una visión
más global de los negocios objeto de supervisión, eliminan el riesgo de arbitraje
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
Por su parte, el modelo británico, al igual que el holandés, evolucionó hacia un mode-
lo unificado como consecuencia de las dificultades que la actuación intersectorial de los
conglomerados financieros planteaba en la tarea supervisora. En este caso, el cambio
del modelo sectorial hacia un modelo funcional desembocó en una distribución según
la cual el Banco de Inglaterra tenía encomendada la supervisión macroprudencial mien-
tras que la Autoridad de Servicios Financieros («FSA»), que integraría la supervisión
intersectorial, quedaría al cargo tanto de la supervisión microprudencial como de la
supervisión de los mercados.
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Por su parte, la SEC tiene como misión proteger a los inversores y mantener la integri-
dad de los mercados de valores. La SEC supervisa también otros participantes clave en
el mundo de las bolsas y mercados financieros, incluyendo las bolsas de valores, los
corredores, los consejeros de inversiones, los fondos mutuos, y los consorcios contro-
ladores de empresas de servicio público.
El modelo existente en España hasta la fecha ha estado marcado por un modelo secto-
rial constituido por tres organismos de supervisión; el Banco de España, la Comisión
Nacional del Mercado de Valores y la Dirección General de Seguros.
Respecto a la actividad llevada a cabo por el Banco de España durante estos últimos
años cabe destacar su papel proactivo en la adaptación de las mejores prácticas
supervisoras y en el desarrollo normativo de regulaciones internacionales. En este
sentido debemos destacar, por un lado, su avance metodológico a través de la super-
visión orientada al riesgo (enfoque SABER) que determina los diferentes tipos de
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EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL ANTE EL NUEVO ENTORNO FINANCIERO
riesgos a los que una entidad financiera puede estar expuesta (crédito, mercado, tipo
de interés, liquidez, tipo de cambio, negocio, operativo y legal). Para cada uno de
estos riesgos Banco de España identifica su riesgo inherente, su control y el riesgo
residual de los mismos para llegar a determinar el perfil de riesgo de la entidad. A
partir de este perfil de riesgo de la entidad y tomando en consideración otros aspec-
tos como el gobierno corporativo de la entidad o la solvencia de la misma, Banco de
España llega a determinar el perfil de supervisión aplicable a cada una de las enti-
dades.
Por otro lado, es relevante también destacar el papel de Banco de España en la emisión
de normas clave para el sistema bancario español como la Circular 4/2004 de Banco de
España en materia contable o las Circulares que han adoptado la normativa de sendos
acuerdos de Basilea, la última, la Circular 3/2008 sobre determinación y control de los
recursos propios mínimos de las entidades de crédito.
«El Banco de España, al que se le atribuirá la supervisión sobre los riesgos de la sol-
vencia de todas las entidades financieras, bancos, entidades aseguradoras y a empre-
sas de servicios de inversión; y una Comisión Nacional de Servicios Financieros que
sustituyendo a la actual Comisión Nacional del Mercado de Valores, vigile el correc-
to funcionamiento en la transparencia de los mercados financieros, mediante la
supervisión de la conducta de los intermediarios en su relación con los inversores,
los ahorradores, asegurados y en general con todos los consumidores de servicios
financieros».
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ASPECTOS DIFERENCIALES DE NUESTRO SISTEMA BANCARIO
Dentro de los mecanismos de cooperación producto de este nuevo enfoque cabe desta-
car la creación de los siguientes organismos:
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