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Ciento setenta y tres//173

Opazo Fuentes, Darwin Williams


Sociedad Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.
Infracción Ley 19.496.
Rol N° 224-2015 (Rol 3446-2014 del Juzgado de Policía Local de Los
Vilos).

La Serena, siete de junio de dos mil dieciséis.


VISTOS:
Se reproduce la sentencia en alzada, solo en su parte expositiva,
eliminándose lo demás.
Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMAS PRESENTE:
PRIME RO : Que en autos mediante querella de fojas 36 ha comparecido
don Darwin Williams Opazo Fuentes, dando cuenta que el 25 de julio de
2014, siendo las cinco horas en circunstancias que conduc ía el minib ús
patente PZ-2329, marca Toyota, modelo Hiace, año 1997 color blanco de
su propiedad, al llegar al kilómetro 200 de la ruta 5 Norte, se atraves ó en
forma sorpresiva por el centro de la calzada un caballo, choc ándolo con la
parte frontal de su vehículo, animal que con el impacto el result ó muerto
causando daños al minibús, arguyendo que la existencia del caballar en la
carretera irroga responsabilidad de la concesionaria por infracci ón a los
artículos 12 y 23 y de la Ley 19.496 sobre Protecci ón de los derechos del
Consumidor.
SEGUNDO : Que en su querella sostiene que la empresa concesionaria no
ha cumplido con su obligación de prestarle en forma segura el servicio
contratado consistente en la utilización de la ruta 5 Norte en el sector
concesionado Santiago Los Vilos, a consecuencia de lo cual el consumidor
sufrió un perjuicio patrimonial personal y moral. Aduce que la presencia de
un caballo en medio de la autopista concesionada es una muestra clara que
no está cumpliendo con sus obligaciones legales y contractuales con los
usuarios, no obstante exigir el pago de un peaje, citando al efecto la
normativa de los artículos 21.1, 23.2 de la Ley de Concesiones, la primera
dispone que “ El concesionario deberá conservar las obras, su acceso,
señalización y servicios en condiciones normales de utilización ”; la segunda
refiere que “ la continuación de la prestación del servicio le obligara
especialmente, facilitarlo en condiciones de absoluta normalidad,

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suprimiendo las causas de origen, molestias, incomodidades, inconvenientes
o peligrosidad a los usuarios de las obras”.
TERCERO : Que la concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.
contestando la querella, niega responsabilidad en los hechos denunciados
aduciendo que no ha infringido ninguna norma establecida en la Ley de
Concesiones. Sostiene que las supuestas infracciones a tal normativa no son
materia de conocimiento de los juzgados de Policía local, salvo en lo
dispuesto en el artículo 42 de la ley, relativo a sanciones por el no pago de
peajes, agrega que tampoco es responsable de la presencia de animales, que
la primera de las disposiciones citadas por el querellante no existe y la
segunda no dice relación con la Ley de Tránsito. Enseguida alega falta de
legitimidad pasiva por cuanto las imputaciones efectuadas por el querellante
se vinculan con un tercero ajeno al juicio, el dueño del caballo. Finalmente,
en cuanto a la infracción al artículo 23 de la Ley 19.496, reitera que la
responsabilidad que se persigue es de carácter extracontractual y no tiene
ninguna relación con el deber de seguridad impuesto a los prestadores de
servicios porque el peaje es un impuesto y no el pago de un servicio.
Concluye señalando que la concesionaria no responde por ley del
consumidor toda vez que no existe un contrato de prestación de servicios.
CUARTO : Que al contrario de lo sostenido por el querellado se ha
sostenido uniformemente por los tribunales que los jueces de polic ía local
son competentes para conocer de infracciones a la ley del consumidor. En
efecto, de conformidad con lo previsto en la ley 19.496, en su art ículo 50,
las acciones que derivan de esta ley, se ejercerán frente a actos o conductas
que afecten el ejercicio de cualquiera de los derechos de los consumidores.
Agrega que el incumplimiento de las normas contenidas en la ley dar á lugar
a la acciones que indica, determinando en su inciso 3 °, que el ejercicio de
dichas acciones puede realizarse a título individual, o en beneficio del
interés colectivo o difuso de los consumidores, definiendo, en su inciso
siguiente, a las primeras -que son las que interesan en el caso sub lite- como
aquellas acciones que se promueven exclusivamente en defensa de los
derechos del consumidor afectado. Por su parte, el art ículo 50 A inciso 1 °
del citado texto legal, previene que a los jueces de Polic ía Local les
corresponde conocer de todas las acciones que de él emanan, disponiendo

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que será competente aquel juez de la comuna en que se hubiere celebrado
el contrato, se hubiere cometido la infracción o dado inicio a su ejecuci ón, a
elección del actor; luego, en su inciso 3°, incorpora una primera excepci ón
a la regla establecida en el inciso 1°, señalando que tal norma no tendr á
aplicación respecto de las acciones mencionadas en la letra b) del art ículo 2 °
bis, que emanen de esta ley o de leyes especiales, incluidas las acciones de
interés colectivo o difuso, cuyo conocimiento será de competencia de los
tribunales ordinarios de acuerdo a las reglas generales.
QUINTO : Que el citado artículo 2° bis letra b) de la Ley 19.496 prescribe
que las normas de esta ley no se aplicarán a las actividades que indica, entre
ellas, la prestación de servicios que se encuentren reguladas por leyes
especiales, prescribiendo a continuación; “salvo: c) en lo relativo al derecho
del consumidor o usuario para recurrir en forma individual, conforme al
procedimiento que esta ley establece, ante el tribunal correspondiente, a fin
de ser indemnizado de todo perjuicio originado en el incumplimiento de
una obligación contraída por los proveedores, siempre que no existan
procedimientos indemnizatorios en dichas leyes especiales”. Por tanto, este
precepto no es más que la consagraci ón adjetiva del derecho establecido en
el artículo 3° letra e) de dicha ley, que señala como derecho del consumidor
“la reparación e indemnización adecuada y oportuna de todos los da ños
materiales y morales en caso de incumplimiento de cualquiera de las
obligaciones contraídas por el proveedor, y el deber de accionar de acuerdo
a los medios que la ley le franquea”.
SEXTO : Que, en consecuencia, si bien el Decreto Supremo N ° 900,
publicado el 18 de diciembre de 1996, que fija el texto refundido del D.F.L.
N° 164, conocido como Ley de Concesiones de Obras Públicas, constituye
un cuerpo normativo especial que establece un conjunto de reglas destinadas
a regular la ejecución, reparación, conservación o explotaci ón de obras
públicas fiscales, las licitaciones y concesiones que deban otorgarse, ya se
trate de la explotación de las obras o servicios, del uso y goce sobre bienes
nacionales de uso público o fiscales, destinados a desarrollar las áreas de
servicio que se convengan, de la provisi ón de equipamiento o la prestaci ón
de servicios asociados, no obstante, dicho texto legal no contempla
mecanismos especiales de procedimiento para hacer efectivas las normas de

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responsabilidad en él contenidas ni para obtener las indemnizaciones de los
daños causados al usuario con motivo u ocasión del incumplimiento de los
deberes u obligaciones que se imponen al concesionario, por lo que,
efectivamente, resulta procedente la aplicación del procedimiento
contemplado en la ley 19.496, para perseguir la responsabilidad de aqu él,
sin perjuicio que el juez de Policía Local deba resolver el asunto conforme a
las normas sustantivas o de fondo previstas en el citado Decreto Supremo.
SEPTIMO : Que por otra parte, en relación a la aseveración formulada
por la querellada y demandada civil, en cuanto afirma que es el propietario
del animal el responsable infraccional y civil de los hechos denunciados en
esta causa, en mérito de las disposiciones que ha invocado, debe tenerse en
cuenta a este respecto, que sin perjuicio de dichas responsabilidades, el
querellante y demandante civil tiene también el derecho a accionar en
contra de la sociedad concesionaria, por cuanto en virtud de la relaci ón
existente entre la concesionario y el usuario, la primera adquiri ó las
obligaciones cuyo incumplimiento se enmarcan en la Ley 19.496, sobre los
Derechos de los Consumidores, responsabilidades de naturaleza civil e
infraccional que tienen también su sustento normativo en las disposiciones
contenidas en la Ley de Concesiones. En consecuencia, las mencionadas
responsabilidades, tanto del propietario del animal, del propietario del
predio y de la sociedad concesionaria, se pueden perseguir e incoarse en
forma separada y conforme a sus respectivos ordenamientos jur ídicos, los
que son independientes entre sí.
OCTAVO : Que por otra parte, el artículo 23 del Decreto Supremo N °
900, texto refundido de Ley de Concesiones de Obras P úblicas, del a ño
1996, dispone que el concesionario deberá conservar las obras, sus accesos,
señalización y servicios en condiciones normales de utilización, ordenando,
además, en la letra a) de su N° 2, que la continuidad de la prestaci ón del
servicio obliga al concesionario especialmente a “facilitarlo en condiciones
de absoluta normalidad, suprimiendo las causas que originen molestias,
incomodidades, inconvenientes o peligrosidad a los usuarios de las obras …”;
mientras que en su artículo 35 señala que “el concesionario responder á de
los daños, de cualquier naturaleza, que con motivo de la ejecuci ón de la
obra o de la explotación de la misma se ocasionaren a terceros, a menos

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que sean exclusivamente imputables a medidas impuestas por el Ministerio
de Obras Públicas, después de haber sido adjudicado el contrato ”. Por su
parte, el artículo 62 del Decreto Supremo N° 956, de 20 de marzo de 1999,
que contiene el Reglamento del D.F.L. N° 164 del Ministerio de Obras
Públicas, estatuye en su numeral segundo: “La sociedad concesionaria ser á
la única responsable de todo daño, de cualquier naturaleza, que con motivo
de la ejecución de la obra y de su explotación se cause a terceros, al
personal de la obra, a la propiedad de terceros o al medio ambiente, a
menos que el daño sea exclusivamente imputable a medidas impuestas por
el MOP después de la publicaci ón del decreto supremo de adjudicaci ón en
el Diario Oficial”, de lo que resulta que recae sobre el concesionario vial
una especial diligencia en el cumplimiento de la obligación de seguridad que
tiene respecto de los usuarios, de manera de suprimir cualquier obst áculo o
alteración que impida el desplazamiento seguro de los vehículos.
En cuanto a lo contravencional :
NOVE NO : Que dilucidadas las alegaciones de la defensa es preciso
establecer la existencia del accidente, motivo de la denuncia infraccional.
En efecto, con el mérito probatorio del denuncio de fojas 1, ratificado
a fojas 11 por don Darwin Williams Opazo Fuentes, que da cuenta que el
25 de julio de 2014, siendo las cinco horas en circunstancias que conduc ía
el minibús patente PZ-2329, marca Toyota, modelo Hiace, año 1997 color
blanco de su propiedad, al llegar al kilómetro 200 de la ruta 5 Norte, se
atravesó en forma sorpresiva por el centro de la calzada un caballo,
chocándolo con la parte frontal de su vehículo ; con el impacto el animal
resultó muerto; fotografías agregadas a fojas 20 a 26 observ ándose en las
primeras el animal, la ruta y el estado en que qued ó el veh ículo del
denunciante, antecedentes que apreciados conforme a las reglas de la sana
crítica, permiten a estos sentenciadores adquirir la convicción que el d ía
25 de julio de 2014, alrededor de las 00:05horas, el minibús marca Toyota,
modelo Hiace, placa patente PZ-2329 , conducido por don Darwin
Williams Opazo Fuentes, que circulaba de Sur a Norte por la carretera ,
al llegar al Km. 200 atropelló a un caballar que se encontraba en el centro
de la vía con la parte frontal de su vehículo, resultando el animal muerto y
el minibús con daños y la pasajera del vehículo con lesiones.

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DECIMO : Que, de lo anterior se deriva la responsabilidad de la
querellada por el incumplimiento de sus obligaciones orientadas a mantener
la ruta concesionada en condiciones normales de servicio, en los t érminos
previstos en el precitado artículo 23 de la Ley de Concesiones de Obras, de
modo de evitar accidentes, omitiendo el deber de vigilancia, destinada al
mayor control y seguridad relativa al uso de la carretera, no repar ó del
ingreso de un animal a la vía, desacato a los deberes que provoc ó que el
conductor del automóvil, querellante y demandante civil de autos haya
debido enfrentarse y colisionar con un caballar que ocupaba la pista de
circulación, al extremo de causar, como consecuencia de ello, los da ños en
el vehículo y de que dan cuenta el parte policial de fojas 1, el set de
fotografías que rolan de fojas 22 a 26 y los presupuestos de fojas 31 y 32,
hecho que configura la infracción contemplada en el artículo 23 inciso 1° de
la ley 19.496, al haber obrado el querellado con negligencia, causando un
menoscabo al usuario, debido a fallas o deficiencias en la calidad y
seguridad del servicio prestado.
Que en cuanto al monto de la infracción, estos sentenciadores estiman
prudente, atendida la entidad de la infracción rebajar el monto de la
sanción pecuniaria impuesta a la cantidad que se señalar á en lo dispositivo.
En cuanto a la acci ón civil:
UND ÉC IMO : Que cabe consignar que la responsabilidad civil se
relaciona con la obligación en que se coloca una persona de reparar
adecuadamente todo daño o perjuicio causado, derivada del injusto que se
produce con la vulneración de un deber de conducta, afectando el inter és
de una determinada persona. Por tanto, independiente de cu ál sea la
denominación que se asigne al contrato habido entre empresa concesionaria
de una ruta y el usuario de la mismo, lo importante es que el desacato por
una parte a una obligación comprometida en ese v ínculo y que provoque
daño al otro contratante, hace que el primero debe responder por ello y,
como es lo ordinario, la responsabilidad se traduce en la obligaci ón de
resarcir los perjuicios causados al afectado.
D ÉCIMOSE GU ND O : Que, enseguida, menester resulta precisar que
conforme a lo preceptuado en el artículo 1547 del C ódigo Civil y
habiéndose establecido que la demandada civil ten ía el deber de adoptar las

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medidas de seguridad y control en el servicio que presta a los usuarios,
desplegando las labores que propendieran a evitar la existencia de
obstáculos que impidieran la normal circulación vehicular y el consiguiente
peligro de los móviles que se desplazaban por la ruta concesionada; no
obstante, encontrándose acreditado el ingreso de un animal a la v ía, que
constituyó el escollo contra el cual el automóvil del demandante colision ó,
forzoso es concluir que la exención de responsabilidad alegada por la
concesionaria quedaba supeditada a que hubiese demostrado que actu ó con
el debido cuidado o diligencia en la ejecución de los referidos deberes, a
objeto de justificar que no estuvo en situación de evitar el incumplimiento
que se le atribuye; sin embargo, correspondiéndole, la demandada no alleg ó
elemento probatorio útil alguno destinado a convencer que se haya
conducido en la especie, empleando una cumplida diligencia, de modo de
justificar que el hecho no le fue imputable por haber observado el deber de
cuidado, siendo insuficiente para ello los documentos acompañados de fojas
66 a 110 ,relativos a la labor preventiva de la autopista y los dirigidos a
Carabineros dando cuenta de la existencia de animales sueltos en la
carretera, como también los documentos agregados de fojas 111 a 113
relativos al móvil de patrullaje y asistencia en la ruta ,pues no demuestran
cuales fueron las medidas implementadas el día del accidente.
Igualmente tampoco se encuentra acreditado el hecho alegado por la
demandada relativo a que el conductor se expuso imprudentemente al daño.
DECIMOTE RC ERO : Que respecto al daño emergente demandado por
el actor, relativo al valor de reparación de su vehículo, el mérito del
contenido del parte Carabineros de fojas 1, los presupuestos emitidos por
Automotriz Carmona y Camal Musalem que rolan a fojas 31 y 32, de las
fotografías allegadas por su parte, incorporadas de fojas 22 a 27, que
revelan los deterioros provocados al vehículo marca Toyota, modelo Hiace,
año 1997 , placa patente PZ -2329, permite inferir la naturaleza y extensi ón
de los daños materiales ocasionados a dicho vehículo, consistentes en la
abolladura del capot, la rotura de los ópticos delanteros, hundimiento del
parachoques frontal, destrucción de la máscara, rotura del parabrisas
delantero, deformación de la cabina y puerta derecha, da ños en el tablero,
por lo que, efectivamente, resultaba procedente acoger la demanda

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indemnizatoria deducida en lo que al daño material se refiere, toda vez que
es evidente la mengua que los referidos deterioros del veh ículo le han
provocado al patrimonio del demandante.
DECIMOC UARTO : Que en cuanto al monto de los daños, por tal
concepto prudencialmente se estiman en la suma de $2.100.000, teniendo
en consideración el año de fabricación del vehículo, su tasaci ón fiscal del
año 2016 que asciende a un monto de $ 2.070.000 y el hecho que no
acompañó documentación de los valores pagados por las reparaciones del
vehículo ; y, por consiguiente, solo cabe dar lugar al resarcimiento de los
prejuicios derivados del daño emergente, por la suma indicada, con reajustes
desde la fecha de notificación de la demanda y los intereses que sobre la
suma reajustada, se devenguen a contar de la mora.
DECIMOQU INTO : Que, en cambio, improcedente resulta la
indemnización por daño moral reclamada por el actor, toda vez que su
parte no ha acreditado de modo alguno el perjuicio emocional que le causó
el accidente.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los art ículos 186
del Código de Procedimiento Civil; 23, 50, 50 A y 50 B de la ley 19.496;
14 y 32 de la Ley 18.287, SE DECLARA:
I.- Que SE REVOCA la sentencia apelada de fecha quince de junio
del dos mil quince, escrita de fojas 131 a 136, en cuanto rechaza la
demanda civil por concepto de daño emergente y en su lugar se declara que
se hace lugar a ello condenando a la demandada a pagar por tal concepto
la suma de $ 2.100.000 (dos millones cien mil pesos).
II.- Que se CONFIRMA en lo demás, la referida sentencia, con las
siguientes declaraciones: a) que la multa impuesta a la denunciada
“Sociedad Concesionaria Autopista del Aconcagua S.A.” representada por
don Claudio Alejandro Barros Casteblanco, se fija en diez unidades
tributarias mensuales(10 UTM) , en calidad de autora de la infracci ón
prevista en el artículo 23 de la Ley 19.496, en relaci ón con lo dispuesto en
el artículo 12 del mismo texto legal; b) que para el caso que la denunciada
no pagare la multa impuesta, su representante sufrir á por v ía de sustituci ón
y apremio, reclusión nocturna, a razón de una noche por cada quinto de
unidad tributaria mensual, apremio que no podrá exceder de cinco jornadas

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nocturnas; y, c) que las sumas decretadas deber án ser pagadas debidamente
reajustada y con los intereses corrientes, todo ello calculado en la forma
dispuesta en el motivo 14° de este fallo.
III.- Que cada parte asumirá las costas generadas en esta sede.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo de la ministro titular, señora Marta Maldonado
Navarro.
Rol N° 224-2015.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de La


Serena, integrada por los Ministros Titulares señor Fernando
Ramírez Infante, señora Marta Maldonado Navarro y la Fiscal
Judicial señora Erika Noack Ortiz.

Jorge Colvin Trucco


Secretario

La Serena, siete de junio de dos mil dieciséis, notifiqué por el


estado diario la resolución que antecede.

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