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ESCUELA MILITAR DE INGENIERIA

C
SEPTIMO SEMESTRE

COCARICOCHEJO VIVIANA

ACTIVIDAD:PREVENCION DE INCENDIOS

ACTIVIDAD
1. ¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE EXTINTORES EXISTENTES?
Elegir un buen extintor es tarea sencilla si se tiene claro qué es lo que se quiere
conseguir y qué peligros tenemos más cerca. Los extintores son necesarios para
combatir un incendio en su inicio y evitar que el fuego se propague.

Hay tantos tipos de extintores como tipos de fuego y cada extintor cuenta con
una etiqueta que señala qué fuego apaga específicamente.

TIPOS DE EXTINTORES SEGÚN LAS CLASES DE FUEGO

Para ofrecerte una información más clara sobre los tipos de extintores que hay en
el mercado, vamos a clasificar en primer lugar las clases de fuego existentes:

 Clase A: fuegos con combustibles sólidos como madera, cartón, plástico, etc.
 Clase B: fuegos donde el combustible es líquido, por ejemplo, aceite, gasolina o
pintura.
 Clase C: fuegos donde el combustible son gases como el butano, propano o gas
ciudad.
 Clase D: el combustible es un metal que arde, como puede ser el magnesio, sodio
o aluminio en polvo.
 Clase K: fuegos que se producen sobre aceites y grasas.
En la etiqueta del extintor podemos comprobar qué tipo de extintor es de acuerdo al
tipo de fuego que puede sofocar.

La gran mayoría de los extintores son capaces de apagar fuegos sólidos, líquidos y
gaseosos, de modo que en sus etiquetas aparecen conjuntamente las letras A, B y
C.

TIPOS DE EXTINTORES SEGÚN EL AGENTE EXTINTOR


Otra manera de clasificar los extintores proviene del sistema que utilizan para
extinguir el fuego. En ese caso, las clases de extintores son las siguientes:

De agua: adecuados para fuegos sólidos (tipo A) y en espacios donde no hay


electricidad. El agua es eficaz para apagar un incendio de madera, por ejemplo,
dado su gran poder de enfriamiento, pero no lo es para sofocar fuegos provocados
por la quema de gasolinas o aceites, ya que la densidad de estos líquidos es
superior al agua y siempre quedaría por encima del agua impidiéndole extinguir el
incendio. Nunca deben utilizarse para fuegos tipo C (con gases), ya que el agua
conduce la electricidad.
De agua pulverizada: son apropiados para apagar fuegos sólidos y líquidos (tipo A
y B), siempre y cuando no haya electricidad, ya que el contacto del agua con la
corriente eléctrica podría provocar una electrocución. Ideales para jardines y
exteriores, cuentan con una boquilla especial que arroja el agua en forma de niebla.
Vaporizar el agua conlleva una mayor efectividad tanto en la absorción del calor,
como en la sofocación del fuego.

De espuma: perfectos para fuegos de tipo A y B, sin presencia de electricidad. La


espuma genera una capa que desplaza el aire, enfría el material y evita que el vapor
se escape y avive la combustión.

De polvo: es el extintor más frecuente y el que solemos encontrar en la mayoría de


casas, edificios y oficinas. Sirve para acabar con fuegos de tipo A, B y C y es
compatible con la presencia de electricidad ya que, al ser polvo, el riesgo eléctrico
desaparece. Actúan químicamente y por sofocación, ya que generan una sustancia
pegajosa que forma una barrera entre las superficies de los materiales y el oxígeno.

De CO2: El dióxido de carbono es un gas que no conduce la electricidad y que es


capaz de apagar fuegos de tipo A, B y C. Se le conoce como hielo seco o nieve
carbónica, y al salir a presión del extintor, provoca un descenso drástico de la
temperatura cercano a los 80 grados centígrados bajo cero.
Generalmente, se emplean en aquellos lugares en el que el uso de un extintor de
agua o espuma podría producir grandes daños, como puede ser una sala de una
fábrica con máquinas de gran valor.

De compuestos reemplazantes de los halógenos: Al igual que los extintores de


polvo, interrumpen químicamente la reacción en cadena. No dejan residuos y,
además, no conducen la electricidad. Son adecuados para fuegos de clase A, B y
C.

Extintores a base de polvos especiales para la clase D: Apagar el fuego


provocado por un metal es quizá el reto más difícil, ya que no existe un extintor
universal para metales y es preciso contar con el compuesto de polvo específico
según cada metal. Actúan por sofocación y, algunos de ellos, también por absorción
del calor.
Extintores para fuegos de la clase K: A base de acetato de potasio, estos
extintores para fuegos de la clase K descargan una fina niebla sobre el fuego
producido en aceites y grasas de freidoras industriales o cocinas. Crean una especie
de espuma que enfría el aceite o grasa y la separan del aire.

TIPOS DE EXTINTORES SEGÚN SU PESO

Extintores móviles, que pesan menos de 20 kilogramos.


Extintores portátiles, que pesan más de 20 kilogramos y cuentan con ruedas para
transportarlos.
2. ¿CUÁL ES LA NORMATIVA EXISTENTE EN BOLIVIA RESPECTO A
INCENDIOS? (DESCRIBIR)
LEY N° 1171
LEY DE 25 DE ABRIL DE 2019

EVO MORALES AYMA


PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

Por cuanto, la Asamblea Legislativa Plurinacional, ha sancionado la siguiente Ley:

LA ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL,

DECRETA:

LEY DE USO Y MANEJO RACIONAL DE QUEMAS


Aspectos generales

En Bolivia, la seguridad y salud en el trabajo es un derecho de las personas


incluido en la misma Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. Tal y
como establece su artículo 46.1, los ciudadanos bolivianos tienen reconocido el
“derecho al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional,
sin discriminación y con remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio,
que le asegure para sí y su familia una existencia digna”.

Este deber irrenunciable se ha traducido con los años en la elaboración de leyes y


otras normas que tienen por objeto la protección de la seguridad y la salud de los
trabajadores frente a los riesgos a los que está expuesto con ocasión del ejercicio
de sus labores.
Se desarrollan a continuación las principales normas bolivianas en materia de
seguridad y salud en el trabajo:

• Ley General del Trabajo, del 8 de diciembre de 1942: Consagra el deber de


previsión por parte del empresario, la protección a la salud y vida en el trabajo, la
responsabilidad patronal en los casos de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales y obliga a indemnizar al trabajador cuando sea víctima de un
accidente o enfermedad profesional.

• Decreto Supremo del 23 de agosto de 1943: Decreto Reglamentario de la Ley


General del Trabajo.

• Ley General de Higiene, Seguridad Ocupacional y Bienestar (aprobada por


Decreto Ley nº. 16998, del 2 de agosto de 1979): Se trata de la principal norma del
país en materia de seguridad y salud ocupacional. En ella se establece la
protección a las personas y el medioambiente, se consagra la participación
tripartita, al igual que las obligaciones del empresario en materia de SST, la
organización y las políticas a cargo del Ministerio de Trabajo y Salud y del Consejo
Nacional Tripartito. Esta Ley tiene por objeto preservar, conservar y mejorar la
salud de los individuos en sus ocupaciones.

• Decreto Supremo nº 2348, del 18 de enero de 1951, por el que se establece el


Reglamento Básico de Higiene y Seguridad Industrial. Dispone obligaciones
atribuibles a la gira del empresario en materia de seguridad y salud en el trabajo,
si bien sin tanta profundidad como la Ley anteriormente citada.

• Decreto Supremo del 21 de junio de 1997, por el que se aprueba el Reglamento


sobre Bioseguridad, del 21 de junio de 1997: La finalidad de este Reglamento
consiste en minimizar los riesgos y prevenir los impactos ambientales negativos de
las actividades susceptibles de exponer a los trabajadores y población en general
frente a los riesgos derivados de los agentes biológicos.
• Resolución Ministerial 496/04, del 3 de mayo de 2004, Reglamento para la
Conformación de Comités Mixtos de Higiene y seguridad Ocupacional: Este
reglamento tiene por objeto regular los mecanismos, instrumentos y
procedimientos con los que deberán funcionar los Comités Mixtos de Higiene
Seguridad Ocupacional y Bienestar, creados para lograr la plena participación de
empresarios y trabajadores en la solución de problemas relacionados con la
seguridad y salud laboral.

• Código de la Seguridad Social (Ley del 14 de diciembre de 1956): Señala las


contingencias cubiertas, el régimen de indemnizaciones y pensiones. También
establece algunas obligaciones atribuibles a la figura del empresario en materia de
seguridad y salud en el trabajo como el deber de ofrecer los primeros auxilios y la
atención médica necesaria a los trabajadores que hayan sufrido un accidente
laboral o hayan contraído una enfermedad profesional.

• Decreto Supremo nº 5315, del 30 de septiembre de 1959, por el que se aprueba


el Reglamento del Código de Seguridad Social y desarrollo reglamentario de las
prestaciones.

Estadísticas de siniestralidad laboral

El Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social del Estado Plurinacional de


Bolivia es el ente gubernamental del país responsable de registrar los accidentes y
enfermedades profesionales, ocurridos en el país.

Los últimos datos disponibles datan del año 2012. En ese año se registraron un
total de 5.076 accidentes de trabajo, una cifra considerablemente por debajo de
los 9.272 accidentes laborales del año anterior.

Un aspecto destacable es el bajo número de enfermedades profesionales


registradas, si las comparamos con el número de accidentes de trabajo a lo largo
de los años. En 2012, se produjeron un total de 162 enfermedades profesionales,
siendo de 374 para el periodo de 2011.

Cabe destacar, no obstante, que las cifras proporcionadas por el Ministerio no son
fiables, puesto que existe en el país un profundo problema en cuanto a la
aplicación de las obligaciones relativas a la notificación de los accidentes y
enfermedades profesionales a la autoridad laboral (ver apartado 19 de la presente
guía), por lo que el número real de accidentes y enfermedades profesionales se
presume por encima, año tras año, de los sucesos registrados en la base de datos
del Ministerio.

Ambito aplicación

En Bolivia, la norma de referencia en materia de seguridad y salud en el trabajo la


constituye el Decreto Ley nº 16998, del 2 de agosto de 1979, por el que se
aprueba la Ley de General de Higiene, Seguridad Ocupacional y Bienestar.

Su ámbito de aplicación viene dispuesto en el artículo 3 de la norma, en el que se


establece que la misma es de aplicación a toda actividad en la que se ocupe a uno
o más trabajadores por cuenta de un empresario, persiga o no la actividad fines de
lucro. Además, la norma aplica también a las siguientes actividades:

• Las desempeñadas por parte de la Administración Pública del Estado (Gobierno


Central, Gobierno Local; Instituciones descentralizadas y autónomas, Empresas y
Servicios Públicos; y, en general, todas aquellas entidades públicas o mixtas
existentes.

• Las actividades ejecutadas por entidades cooperativas y otras formas de


organización social.

• Las desempeñadas por alumnos de un establecimiento de enseñanza o


formación profesional, bajo contrato de aprendizaje o de prácticas.
• Las actividades que se desarrollen en prisiones o penitenciarías,
establecimientos correccionales, de rehabilitación y readaptación ocupacional o
social.

Por otra parte, quedan exceptuadas del ámbito de aplicación del Decreto Ley las
siguientes actividades:

• Las realizadas por las Fuerzas Armadas y los Organismos de Seguridad del
Estado en el ejercicio de sus funciones.

• Las efectuadas en el domicilio del trabajador (teletrabajo).

• Las efectuadas por la familia del empresario en el domicilio de éste.

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