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SuBiblia

15 versículos bíblicos para matrimonios

El matrimonio es una relación única y maravillosa que requiere dedicación y perseverancia. Los hijos de Dios debemos reflejar
su amor en todas nuestras relaciones y el matrimonio nos da a diario oportunidades para mostrarlo.

La Biblia habla bastante sobre el matrimonio y nos da muy buenos consejos. Es un tema tan importante para Dios que hasta
compara su relación con la Iglesia con la relación matrimonial. Veamos algunos versículos bíblicos que hablan sobre el
matrimonio.

1. Primero el cónyuge, después los padres

Este versículo dice que el matrimonio que Dios instituyó requiere de dos acciones. Primero, dejar a los padres físicamente. Al
casarnos formamos una nueva familia, un nuevo hogar y esa debe ser nuestra prioridad. Por supuesto que tenemos que amar y
honrar a nuestros padres hasta la muerte, pero debemos entender que como nueva familia, haremos planes y tomaremos
decisiones contando el uno con el otro.

Segundo, unirnos en una sola carne con nuestro cónyuge: unidad sexual y unidad emocional. Desde el momento en que nos
casamos disfrutaremos sexualmente el uno del otro y buscaremos caminar juntos en todas las áreas, como por ejemplo, la
economía familiar, el servicio a Dios y la educación de los hijos cuando lleguen.

2. Es para siempre

¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son
dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
(Mateo 19:4-6)

El diseño original de Dios es que el matrimonio sea para siempre. El divorcio no forma parte de su plan, él desea que estemos
juntos hasta la muerte. En este versículo de Mateo Jesús admite que Moisés permitió el divorcio "por la dureza del corazón del
hombre". Hay situaciones límites de abuso o infidelidad que requieren una medida drástica, pero el plan original de Dios para
el matrimonio es que el hombre y la mujer permanezcan juntos hasta que la muerte los separe.

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3. Trae felicidad

Dios debe guiarnos en la elección de nuestra pareja, recibimos bendición cuando escogemos dentro de su voluntad para
nosotros. Debemos casarnos con alguien que trae alegría a nuestro corazón, alguien que nos acerca a Dios y a su propósito
para nuestra vida. Así caminaremos juntos y con gozo el camino por el que Dios nos lleve.

4. Unidad en Cristo

No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener
la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un
incrédulo?
(2 Corintios 6:14-15)

La palabra cónyuge quiere decir unidos por el yugo, en referencia a la yunta que mantiene unidos a los bueyes para que
puedan arar en la misma dirección. El matrimonio debe estar unido en todos los sentidos y la unión espiritual es vital.
Debemos estar unidos en Cristo, ambos amar y obedecer a Jesús para poder vivir en armonía y para que Cristo sea glorificado
en todo lo que hacemos.

5. Sumisión como al Señor

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No hay temor a someternos el uno al otro cuando ambos estamos llenos del amor de Dios. Confiamos que Dios guía a la otra
persona dentro de su voluntad y no tememos que se aproveche o nos haga daño a propósito. Por eso es importante casarnos
con un hombre temeroso de Dios y lleno de su Espíritu Santo. Si sabemos que sus acciones y palabras están guiadas por el
Señor no tendremos miedo a someternos. El amor perfecto que Dios nos da echa fuera cualquier temor (1 Juan 4:18).

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6. Amar como Cristo

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa.
(Efesios 5:25-26a)

El amor de Cristo por la iglesia debe ser nuestro ejemplo. Jesús estuvo dispuesto a ir a la cruz por cada uno de nosotros y lo
hizo por amor. Los seres humanos tendemos a ser egoístas, a buscar nuestro propio bien antes que el de los demás. Pero el
esposo cristiano necesita llenarse del amor de Cristo buscando en todo momento el bienestar espiritual de su esposa, lo que la
acerca a Dios y la santifica.

7. El orden correcto

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Todo en la vida funciona mejor cuando seguimos los consejos e instrucciones y el matrimonio no es la excepción. Para que
haya paz y armonía debe estar claro el orden de liderazgo. El esposo debe buscar la dirección de Dios sobre qué es mejor para
él y su familia, debe tener una vida saludable de oración y estudiar la palabra. La mujer también necesita acudir a Dios
pidiéndole sabiduría para ella y para su marido y apoyar a su esposo en la toma de decisiones que alegren el corazón del Padre.

8. Fomentar la intimidad sexual

¡Bendita sea tu fuente! ¡Goza con la esposa de tu juventud! Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora.
¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive todo el tiempo!
(Proverbios 5:18-19)

Dios anhela que el esposo y la esposa tengan una vida sexual satisfactoria durante toda su vida y que sean exclusivamente el
uno para el otro. La intimidad sexual matrimonial debe traer gozo y satisfacción, no vergüenza ni temor y debe reforzar
también nuestra estima propia. En el acto sexual expresamos nuestro amor, nuestra confianza total en nuestro cónyuge y
también el aprecio a la forma en que Dios nos creó a nosotros y a la otra persona.

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9. Más fuertes con Dios

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Se dice que en la unión está la fuerza y esto es aun más cierto en el matrimonio. Un matrimonio unido es un gran ejemplo en
este mundo que aplaude tanto el individualismo. Si ambos sirven a Dios contarán con su ayuda en los momentos difíciles,
recibirán su sabiduría para tomar las decisiones correctas y la fuerza para superar las pruebas. No solo se apoyarán y animarán
el uno al otro en los momentos de tentación o de dificultad sino que buscarán la dirección de Dios y perseverarán hasta
obtener el resultado deseado.

10. Ser un equipo

Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y
no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?
(Eclesiastés 4:9-11)

El matrimonio debe trabajar junto por metas comunes uniendo esfuerzos para ver cumplidos los sueños y anhelos que Dios
pone en sus corazones. Cada uno debe velar por el bienestar del otro, cuidarle y ayudarle. Si uno cae, el otro lo levanta, le
venda la herida, le anima a seguir.

11. Empezar bien

Es interesante ver que en el Antiguo Testamento se menciona la importancia de crear una base sólida y feliz en el matrimonio
desde el principio. En su gran sabiduría Dios nos anima a que el enfoque del primer año de casados sea el matrimonio,
construir juntos una base fuerte y ser felices. Todo lo demás puede esperar, ya habrá tiempo para los otros deberes o
preocupaciones.

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12. Comprensión y respeto

De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con
respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las
oraciones de ustedes.
(1 Pedro 3:7)

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El matrimonio se construye y se fortalece con el respeto y la comprensión entre ambos. Si entendemos y apreciamos al otro tal
como es, con sus fortalezas y sus debilidades, seremos más felices y todas las otras áreas de nuestra vida se afirmarán, incluida
nuestra vida espiritual.

13. Fidelidad y pureza

Para Dios el matrimonio tiene mucho valor y nos manda a verlo así. El matrimonio es sagrado, la fidelidad entre el esposo y la
esposa no es negociable: hemos de ser fieles el uno al otro. Todo tipo de inmoralidad sexual, adulterio, fornicación,
pornografía, todo uso erróneo del acto sexual para avergonzar o manipular al otro es inaceptable y será juzgado. Siempre
debemos tratar al otro con amor, con pureza y respeto.

14. El poder del amor

Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la
muerte, y tenaz la pasión, como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas
pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo.
(Cantares 8:6-7a)

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El amor verdadero es poderoso y eterno, es un compromiso de estar al lado del otro pase lo que pase. El sello sobre el corazón
y la marca en el brazo no se refieren a tatuajes que se pueden borrar sino a marcas incrustadas que perduran y que jamás se
podrán quitar. El amor verdadero perdurará a través de todas las estaciones o tormentas que puedan llegar. No habrá
enfermedad, escasez o desavenencia que logre apagarlo.

15. Construir con sabiduría

Necesitamos sabiduría y la Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor del Señor (Proverbios 1:7). Si queremos
construir un matrimonio sólido que perdure debemos ir a la fuente de la sabiduría, a Dios. Él nos ayudará a superar nuestras
diferencias y a tomar decisiones sabias. Si acudimos cada día a él presentándole nuestras inquietudes y nuestros anhelos, él
nos guiará, y con el pasar de los años miraremos atrás y nos regocijaremos al ver cómo obró en nosotros y en nuestro
matrimonio.

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