Técnica Alexander 1

Miguel Ángel Hoyos Marín 201614989

LA SOLUCIÓN A MIS MOLESTIAS

Como estudiante de música con énfasis en clarinete, había notado que después de
largas jornadas de práctica experimentaba dolores en algunas partes de mi cuerpo,
especialmente, en el antebrazo derecho, pensando que era algo normal ya que, es
allí donde descansa todo el peso del instrumento. Con el propósito de encontrar la
raíz del problema, decidí tomar el curso de Técnica Alexander gracias a los
comentarios de algunos compañeros de la carrera que habían visto grandes
cambios en el desempeño de sus actividades diarias después de algunas clases
con el tan conocido método de Frederick Matthias Alexander.
F. M. Alexander (1869-1955) fue un
reconocido actor australiano con un gran
interés en la elocución y la poesía
dramática. Tras varios años en escena
empezó a presentar una molestia que podía
ponerle fin a su carrera; la pérdida parcial
de la voz durante sus presentaciones.
Ningún médico pudo dar diagnostico a su
problema por lo que decidió encargarse él
mismo a través de la observación en casa
con ayuda del espejo.
Tras una larga experimentación sobre sí
mismo, Alexander pudo percibir que cuando
recitaba contraía los músculos de la cabeza
y del cuello, afectando su aparato fonador.
Fueron diez años de investigación y
práctica (ensayo - error) para desarrollar su propia técnica con la cual pudo ayudar
a otras personas poniéndole fin a los malos hábitos que generaban tantas
dolencias, además, se pudo demostrar con el paso del tiempo que gracias a estas
terapias personalizadas mejoraba en gran medida la respiración, el rendimiento
físico, la postura y los dolores musculares fueron desapareciendo poco a poco. Una
vez el cuerpo es liberado de toda tensión innecesaria hay un incremento en el
bienestar emocional y por ende, mejora nuestra calidad de vida.
Desde 1931 muchos profesores han sido capacitados bajo los parámetros de la
técnica Alexander con el propósito de llegar a todos los rincones del mundo.
Actualmente, este método educativo se imparte en escuelas de teatro,
conservatorios de música e incluso, los deportistas lo utilizan; sin embargo, los
resultados son tan amplios que todo ser humano puede disfrutar de sus beneficios
sin importar a lo que dedique su vida.
Podemos decir que existen varios factores que influyen en algunos de nuestros
desvíos con la postura; en primer lugar, como estudiantes universitarios tenemos
múltiples responsabilidades que provocan estrés, principalmente en temporada de
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exámenes, recitales y proyectos finales; en segundo lugar, una mala alimentación y

por supuesto una mala distribución en las horas de descanso puede reflejarse con
problemas en nuestro organismo.

Según lo aprendido con el docente Jonatan Gonzalez, lo más importante, es

entender el funcionamiento de nuestro organismo integrado en cada una de sus
partes, así, desde el más simple movimiento como señalar con nuestra mano, hasta
actividades mucho más complejas como nadar o interpretar un instrumento musical,
teniendo como eje central a la cabeza, el cuello y el torso; lo que Alexander llamó
control primario. Por otro lado, el objetivo de las primeras clases fue hacer que el
estudiante creara consciencia de sus propios actos, encontrara cuál debía ser el
correcto funcionamiento de su cuerpo y atacara todo hábito que le afectara
directamente. Una vez aplicada la técnica se puede sentir que el movimiento se
hace más ligero y la respiración mejora considerablemente,
Es interesante ver cuando después te tomar consciencia, podemos diagnosticar los
problemas y empezar a trabajar en ellos; desde primer semestre cuando me
enfrentaba a pasajes difíciles en mi repertorio individual y de orquesta, la primera
reacción era sostener el clarinete con mis rodillas, inclinarme y juntar un poco los
hombros. Ahora, gracias a la técnica y la guía de Jonatan Gonzalez puedo estar
más tranquilo sin tensiones en mi cuerpo.
Una de los factores más preocupantes es creer que hacemos bien las cosas cuando
en realidad todo va mal. El ejemplo más claro para entender esta situación fue en
las primeras clases cuando el profesor nos corregía la postura estando de pie; la
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primera sensación de muchos fue la de estar inclinado hacia adelante cuando en

realidad estaban perfectamente erguidos; es decir, nuestra percepción sensorial no
es de confiar.
Un punto importante para resaltar es la inhibición como otro de los descubrimientos
de Alexander, pues pudo notar que si nos negábamos al acto de la manera habitual,
el control primario funcionaba correctamente junto con un mejor equilibrio de mente
y cuerpo. Se trata de ir eliminando todo aquello que sobra, en otras palabras,
simplemente es dejar de hacer (SOLTAR para PERMITIR).
Para concluir, la técnica Alexander no enseña mejores posiciones, se encarga de
mejorar el uso de sí mismo para finalmente, obtener un óptimo funcionamiento de
nuestro organismo. Es un proceso lento que traerá beneficios con ciertas
incomodidades al principio, poniendo en consideración que, cuando dejamos de
hacer lo incorrecto, lo correcto se hace solo. La combinación de todas las
direcciones, inhibir la respuesta habitual a los estímulos y entender el concepto de
control primario, resulta ser una tarea bastante difícil, pero es la única manera para
mejorar el desempeño en las actividades de nuestra vida cotidiana. Después de
tomar este curso he tenido grandes cambios en mi interpretación y en el manejo de
los nervios, aunque no he dejado mis malos hábitos en su totalidad, soy más
cuidadoso y puedo decir que, ahora soy mucho más consciente de lo que es
verdaderamente correcto en mi cuerpo.