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UNIVERSIDAD CATÓLICA

SEDES SAPIENTIAE

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y


COMERCIALES

ESCUELA DE CONTABILIDAD Y FINANZAS

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
PODER Y ESTADO

AUTORES
CAYAO VÁSQUEZ ARASELI
QUIROZ GUEVARA KEIKO
LINARES VASQUEZ DIANA

DOCENTE
WILTON FERNÁNDEZ MOLOCHO

CURSO
FUNDAMENTOS CRISTIANOS DE LA ECONOMÍA Y LA
EMPRESA

NUEVA CAJAMARCA-PERÙ
NOVIEMBRE, 2019
PODER Y ESTADO

CONCEPTO DE PODER
Un verbo el citado que vendría a traducirse como “ser posible” o “ser capaz de”, y que
emana de la una expresión, pote est, que tiene el mismo significado que la
mencionada forma verbal.

Es la facultad, habilidad, capacidad o autorización para llevar a cabo una determinada


acción

EL PODER SEGÚN EL FILÓSOFO FRANCÉS MICHEL FOUCAULT

El poder no está centrado en el Estado, sino disperso por una gran cantidad de
espacios de «micropoder» que se reparten por toda la sociedad. Criticó la filosofía
política corriente por creerla basada en la noción de autoridad formal y por su
insistencia en analizar una entidad llamada «Estado». Para Foucault, el Estado no es
más que la expresión de las estructuras y la configuración del poder en la sociedad,
y no una entidad única que ejerce su dominio sobre las personas. Esta visión del
Estado como una «práctica», y no como una «cosa en sí misma», significa que
únicamente se puede alcanzar la verdadera comprensión de la estructura y la
distribución del poder en la sociedad a través de un análisis más amplio.

El análisis de Foucault se ocupaba de la naturaleza de la soberanía. Quería apartarse


de lo que consideraba un planteamiento erróneo: que la teoría política debe centrarse
en comprender el poder que esgrime un soberano individual, que aprueba leyes y
castiga a quienes las violan. Foucault pensaba que la naturaleza del gobierno había
cambiado entre el siglo XVI –cuando los problemas de la política se limitaban a cómo
podía obtener y mantener el poder un soberano– y la época actual, en la que resulta
imposible separar el poder del Estado de otras formas de poder en la sociedad. Indicó
que los teóricos políticos necesitan «cortarle la cabeza al rey» y crear un método de
comprensión del poder que refleje dicho cambio.
LA POLÍTICA Y EL PODER SEGÚN EL PAPA FRANCISCO

“La política es ante todo servicio, no es sierva de ambiciones individuales, de


prepotencia de facciones o de centro de intereses. Como servicio, no es tampoco
patrona, que pretende regir todas las dimensiones de la vida de las personas, incluso
recayendo en formas de autocracia y totalitarismo.” En esta perspectiva el Papa no
considera el poder como un espacio para afirmarse, para ganar, para mantenerse en
él. Verdaderamente como Jesús responde a Pilatos: “Mi reino no es de este mundo”.

El poder, y con ello la política, no hay que concebirlo con categorías mundanas. Es
más, para Papa Francisco, la política es vista como “el más alto servicio de la caridad”
retomando una expresión de San Pablo VI. Política, es bueno especificarlo, como
construcción del bien común; una concepción alta, diría noble de la política, nunca
una política partidista.

Bergoglio ama la política que es capaz de poner su fuerza de acción y transformación


en los pobres, en los descartados de la sociedad. De hecho la política tiene incidencia
solo si aporta al país los beneficios que favorezcan y equilibren las desigualdades, y
no para maquillar el propio egotismo político o el deseo de instrumentalizar e
ideologizar a los pobres.

EVOLUCIÓN HISTORICA DE LA IDEA DE ESTADO

CONCEPTO DE ESTADO

Es aquel conjunto de organizaciones que en su totalidad poseen la facultad de


establecer las normas que guiaran una determinada sociedad, ejerciendo su poder
en un territorio previamente establecido.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL ESTADO

Comunidades políticas originarias

En la antigüedad, Roma o Grecia, no fueron Estados en sentido estricto, eran


organizaciones políticas con diferentes características. En la Edad Media no hubo
Estado. Se trataba de formas políticas caracterizada por la “poliarquía”: diversas
formas de poder político que competían entre sí.

Aparte de la poliarquía, en la Edad Media había pluralismo jurídico, es decir que el


derecho no se producía de modo centralizado sino que esos poderes tenían
capacidad de imponer reglas, mientras que las propias comunidades hacían respetar
las costumbres que con el tiempo habían consolidado como formas de “derecho”. La
característica de la Edad Media era la dispersión. Solo la Iglesia Católico era elemento
articulador de la sociedad.

El Estado Absoluto

Con el Estado Absoluto, se puede hablar de un Estado en sentido moderno. Un


Estado moderno caracterizado como aquel en donde el poder político y la fuerza están
monopolizados: un rey, un territorio, una nación. El Estado absoluto significó la
centralización, la unificación bajo el poder del Rey, de todo aquello que en la Edad
Media estaba disperso: el territorio, el pueblo, el derecho.

El Siglo XVI es el momento clave en la formación del Estado Absoluto. Aparece la


“burocracia estatal”, la diplomacia en las relaciones internacionales con otros Estados
y el ejército al servicio de la Corona.

El Estado Liberal

El Estado liberal como forma de Estado moderno tardó varios siglos en consolidarse.
Cada país de Europa tuvo procesos distintos, entre los estados absolutos más
consolidados se pueden nombrar a Francia e Inglaterra, por oposición a Alemania o
Italia.

Varios factores contribuyeron a la llegada del Estado Liberal, que tardó varios siglos.
Entre ellos la Reforma Protestante. El nacimiento de la burguesía, el protestantismo,
el descubrimiento de América y los avances científicos, contribuyeron al surgimiento
de la Modernidad y del pensamiento liberal.

El Renacimiento también fue un proceso previo que sin duda contribuyó a los cambios
que tomaron varias décadas. Sin embargo, el Estado Liberal sólo se puede entender
como resultado de las Revoluciones Liberales: Inglesa, Americana y Francesa, las
que, trataremos de modo especial en este curso.
NACIMIENTO DEL ESTADO MODERNO

Generalmente se considera que el Estado moderno nace con el Renacimiento. Sin


embargo, en el pasado histórico existieron formas de organización política basadas
en la unidad territorial, en la existencia de ejércitos permanentes y/o, en la existencia
de una hacienda pública. A diferencia de esas formas pre-estatales, en donde podía
existir una o algunas de esas características, el Estado moderno reúne todas las
anteriores condiciones; incluso incorpora otras, como la existencia de un orden
jurídico exclusivo y uniforme aplicable a un gran territorio y categorías jurídico-
políticas como la soberanía y el monopolio de la fuerza legítima.

Las formas preestatales y el Estado moderno tienen en común ser, des- de nuestro
punto de vista, instrumentos de dominación política, pero su diferencia específica
radica en el modo de producción económica dominante. El Estado moderno es una
forma de dominación política con un modelo de producción capitalista; en donde para
algunos teóricos, la explotación eco- nómica no tiene que recurrir directamente a la
dominación política para realizarse.22 Nosotros, por el contrario, pensamos que la
ficción que separa el mundo económico y el político es bastante cuestionable, porque
en última instancia el Estado tiene los instrumentos para recurrir a la violencia legítima
o no y con ello, sostener o apuntalar al modo de producción capitalista. Aunque es
verdad que la legitimidad del Estado moderno se busca imponer, generalmente, no
por la fuerza física sino por la aceptación al poder.

RELACIÓN ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO

La religión y la política son ámbitos distintos, aunque no separados pues el hombre


religioso y el ciudadano se funden en la misma persona, que está llamada a cumplir
tanto sus deberes religiosos cuanto sus deberes sociales, económicos y políticos. Es
necesario, sin embargo, que «los fieles aprendan a distinguir con cuidado los
derechos y deberes que les conciernen por su pertenencia a la Iglesia y los que les
competen en cuanto miembros de la sociedad humana. Esfuércense en conciliarlos
entre sí, teniendo presente que en cualquier asunto temporal deben guiarse por la
conciencia cristiana, dado que ninguna actividad humana, ni siquiera en el orden
temporal, puede sustraerse al imperio de Dios. En nuestro tiempo, concretamente, es
de la mayor importancia que esa distinción y esta armonía brille con suma claridad en
el comportamiento de los fieles».
Puede decirse que en estas palabras se resume el modo en que los católicos deben
vivir la enseñanza del Señor: «Dad, al César lo que es del César y a Dios lo que es
de Dios» ( Mt 22,21).

La relación entre la Iglesia y el Estado comporta, por tanto, una distinción sin
separación, una unión sin confusión (cfr. Mt 22,15-21 y paral.). Esa relación será
correcta y fructuosa si sigue tres principios fundamentales: aceptar la existencia de
un ámbito ético que precede e informa la esfera política; distinguir la misión de la
religión y de la política; favorecer la colaboración entre estos dos ámbitos.

Los valores morales deben informar la vida política

La propuesta de un “Estado ético”, que pretende regular el comportamiento moral de


los ciudadanos, es una teoría ampliamente rechazada, ya que con frecuencia lleva al
totalitarismo o al menos implica una tendencia marcadamente autoritaria. Al Estado
no le corresponde decidir lo que está bien o lo que está mal, en cambio si tiene la
obligación de buscar y promover el bien común y para eso, a veces, necesitará regular
sobre el comportamiento de los ciudadanos.

Este rechazo a un “Estado ético”, sin embargo, no debe conducir al error opuesto: la
“neutralidad” moral del mismo que de hecho ni existe ni se puede dar. En efecto, los
valores morales indican los criterios que favorecen el desarrollo integral de las
personas; ese desarrollo, en su dimensión social, forma parte del bien común terreno;
y el principal responsable del bien común es el Estado. El Estado debe, entre otras
cosas, favorecer la conducta moral de las personas, al menos en la vida social.

BIBLIOGRAFIA

https://opusdei.org/es-pe/article/tema-15-la-iglesia-y-el-estado/
https://definicion.de/poder/
http://www.nocierreslosojos.com/foucault-michel-poder-
soberania/?fbclid=IwAR3wXkm8DY5FT3-
H2ZXVX4U1h1fB7_xIOcOqmM4yBQjjDDlltUyenFJENfQ
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