IMPRIMIR LAS DOS PÁGINAS DE ESTE TRÍPTICO EN UNA HOJA POR LOS DOS LADOS

Sin embargo... dejo en tus Padre uestro, Ave María,

manos mi petición, sabien- Gloria al Padre.
do que Tú sabes las cosas
mejor que yo; y que, si no
me concedes esta gracia Sacratísimo Corazón de
que te pido, sí me darás en Jesús, en Vos confío.
(3 veces).
cambio otra que mucho
necesita mi alma; y me
concederás mirar las cosas,
mi situación, mis proble-
mas, mi vida entera, desde
otro ángulo, con más espí-
ritu de fe.
«PEDID Y RECIBIRÉIS; BUSCAD Y
Cualquiera que sea tu deci- NOTA: SE SUGIERE REZAR ES- ENCONTRARÉIS; LLAMAD Y SE OS
TA ORACIÓN CUANDO SURJA ABRIRÁ; PORQUE TODO EL QUE PIDE
sión, nunca dejaré de ALGÚN PROBLEMA. PUEDE RE- RECIBE, Y EL QUE BUSCA ENCUEN-
amarte, adorarte y servirte, ZARSE EN FORMA DE TRIDUO O TRA, Y A QUIEN LLAMA SE LE
ABRE». (LC. 11, 9)
oh buen Jesús. NOVENARIO, O POR UN TIEMPO
INDETERMINADO. SE ACONSEJA

Acepta este acto mío de QUE, PARA REZARLA CON MA-

YOR PROVECHO, SE RECIBAN
Oración al
perfecta adoración y sumi- LOS SACRAMENTOS DE LA CON- Sagrado Corazón
sión a lo que decrete tu FESIÓN Y COMUNIÓN.

Corazón misericordioso. para una grave

Amén. De vocionario Católico
necesidad
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PARA FORMAR EL TRÍPTICO: A) RECORTE LA HOJA POR EL INTERIOR DE LA LÍNEA DE PUNTOS; B) DOBLE LA HOJA DOS VECES USANDO LAS LÍNEAS VERTICALES IM-
PRESAS COMO GUÍA (LA PORTADA DEBE QUEDAR DELANTE UNA VEZ PLEGADO EL TRÍPTICO).

ORACIÓN PARA UNA ¿Dónde he de buscar sino Creo firmemente que pue-
GRAVE NECESIDAD en el tesoro de tu corazón, des concederme la gracia
* que contiene todas las ri- que imploro, porque tu Mi-
quezas de la clemencia y sericordia no tiene límites

O h Divino Jesús que di-

jiste: «Pedid y recibir-
éis; buscad y encontraréis;
llamad y se os abrirá; por-
que todo el que pide reci-
be, y el que busca encuen-
tra, y a quien llama se le
abre». Mírame postrado a
tus plantas suplicándote
me concedas una audien-
cia. Tus palabras me in-
funden confianza, sobre
todo ahora que necesito
que me hagas un favor:
(Se ora en silencio pidien-
do el favor)
¿A quién he de pedir, sino
a Ti, cuyo Corazón es un
manantial inagotable de
todas las gracias y dones?
generosidad divinas? ¿A
dónde he de llamar sino a
la puerta de ese Corazón
y confío en que tu Corazón
compasivo encontrará en
mis miserias, en mis tribu-
Sagrado, a través del cual laciones y en mis angus-
Dios viene a nosotros, y tias, un motivo más para
por medio del cual vamos oír mi petición.
a Dios? Quiero que mi corazón es-
A Ti acudimos, oh Co- té lleno de la confianza con
razón de Jesús, porque en que oró el centurión roma-
Ti encontramos consuelo, no en favor de su criado;
cuando afligidos y perse- de la confianza con que
guidos pedimos protec- oraron las hermanas de
ción; cuando abrumados Lázaro, los leprosos, los
por el peso de nuestra cruz, ciegos, los paralíticos que
buscamos ayuda; cuando la se acercaban a Ti porque
angustia, la enfermedad, la sabían que tus oídos y tu
pobreza o el fracaso nos Corazón estaban siempre
impulsan a buscar una abiertos para oír y reme-
fuerza superior a las fuer- diar sus males.
zas humanas.

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