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Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal De Ayacucho”

Facultad de ciencias económicas y sociales


Escuela de administración
Barcelona, edo. Anzoátegui

“Venezuela como ente comercializador”


Enfoques y métodos de estudio de la
geografía económica.

Profesor: Estudiantes:

José Marchan Gustavo Gutiérrez


C.I: 25.245.377
+
Daniel De Sousa
C.I: 28.407.023
Carlos Ramos
C.I: 18.867.438
Kelvis Gil
C.I: 28.057.212

Barcelona, octubre 2019


1). Enfoques de la geografía económica
Entre los principales enfoques de la geografía económica tenemos los siguientes:

a) Enfoque tradicional: los hombres y los sistemas económicos; Estructura y


formas de organización de la actividad económica y las formas de organización;
Estudio de la producción (industrial, agraria, minera, energía, pesca, forestal);
Estudios de localización de las actividades humanas; Estudios de la actividad
comercial; Estudios de distintas actividades de los sectores terciario y cuaternario;
Estudios del transporte y de las comunicaciones.

b) Enfoque de economía espacial: Estudio de los bienes y servicios disponibles,


analizando su desigual reparto, sus polos de atracción, sus flujos y movilidad;
Estudios de las unidades de consumo y gasto; Estudio de las unidades de
producción con sus motivaciones, factores de equilibrio, problemas de organización,
beneficios, dimensiones y relaciones externas; Estudios de la localización industrial,
agrícola y de servicios; Estudio de los mecanismos del mercado, su localización,
organización, evolución y regulación; Estudio de la organización regional del
espacio, transportes y comunicaciones; Estudio de la estructuración del espacio y
los agentes macroeconómicos; Estudio de los mecanismos macroeconómicos en
economías cerradas y abiertas; Estudio de la economía centralizada; Estudio de la
organización del espacio y el progreso técnico; Estudio del sistema económico
mundial; Estudio del problema de los recursos y el crecimiento.

c) Enfoque locacional: participa de casi todas las preocupaciones de los dos


anteriores, pero centra su trabajo en los temas del desarrollo urbano, regional, del
análisis territorial, y del planteamiento urbano y regional. Utiliza de modo preferente
los modelos como instrumentos de trabajo y de aproximación a la realidad de los
problemas planteados.

Como modelos referentes a la estructura locacional tenemos los referentes al


movimiento (de interacción, de interacción modificados, de difusión), a la formación
de redes (localizaciones, densidades, desarrollos, variaciones), a los nudos (puntos
de poblamiento, distribuciones, relaciones entre rango y tamaño, dispersión,
concentración), a las jerarquías (tamaño y función, lugares centrales, localización
de recursos, distorsiones, especializaciones, aglomeraciones), a las superficies
(superficies y gradientes, modelos de movimiento, distorsiones debidas a la
localización de los recursos, a la concentración, a la evolución en el tiempo y al
comportamiento). Como métodos de análisis locacional están la recolección de
datos, la descripción de la localización absoluta y relativa, los análisis regionales y
la verificación de hipótesis mediante analogías, modelos y métod0s estadísticos.

Entre los modelos de desarrollo urbano y regional, destacamos los referentes a la


accesibilidad para distribución del crecimiento, los de usos del suelo, los de
distribución del crecimiento, los de desarrollo residencial, los de programas de
renovación, los de análisis mercado, los de ventas al por menor , y los de transporte.

En los modelos de análisis territorial, tenemos los referentes a usos del suelo, a
conversión del suelo, a distintas actividades económicas, a ciudades nuevas, a
transporte, a sistemas comarcales, ya planificación regional.

En los modelos de planteamiento urbano y regional, destacan los referentes a


población, economía urbana y regional, transporte, distribución espacial de
actividades (localización, interacción espacial, utilización de los servicios), de
inversiones y nuevas realizaciones, de predicciones, y el uso de modelos generales
o de conjunto (econométricos, de interacción espacial) que nos llevan a un
planteamiento general urbano y regional.

2.) Métodos para estudiar la geografía económica.

La Geografía económica como ciencia explicativa se inició con un dilema


metodológico. Dada la existencia de dos alternativas para su estudio los geógrafos
se dividieron en torno a dos posiciones metodológicas: Método inductivo y Método
deductivo.
La diferencia principal estriba en que el método deductivo procede de lo particular a
lo general, mientras que el deductivo lo hace de lo general a lo particular

Método Inductivo:

Este método implica, en primer lugar, ir al terreno de estudio y, después de un


análisis regional, relacionarlo con otros casos similares y, de ser posible, llegar a
generalizaciones que, eventual pero no necesariamente, podrían conducir leyes y
teorías. Sigue los siguientes pasos:

a) Observación: Consiste en observar el problema o fenómeno que se va estudiar,


en forma directa, en el lugar donde ocurre, o en forma indirecta, por medio de
fotos, revistas, láminas, mapas, videos, etc..

b) Descripción: Consiste describir, definir y precisar la ubicación del problema en


el espacio geográfico

c) Medición: Consiste en determinar tamaño y alcance del problema.

d) Clasificación: Es la forma de cómo está repartido el problema en el espacio


geográfico, buscando las causas y consecuencias del problema

e) Explicación: Se propone la solución o posibles soluciones para el problema.

Método Deductivo: Por su parte, prefiere las siguientes etapas:

1) Sistematización: Se considera que antes de ir al terreno se


organizan las ideas y se definen los conceptos a utilizar.

2) Hipotetización: Se formulan las hipótesis de la investigación

3) Modelación: Se construyen los modelos a contrastar con la


realidad

4) Operacionalización: Adecuación de la realidad regional.

5) Explicación: Al final, luego de haber comparado los modelos y evaluado las


hipótesis se verifiquen) intentar formular leyes o teorías. Si la hipótesis es
rechazada, o sólo es aceptada parcialmente, debe reiniciarse la investigación.
Venezuela como ente comercializador:

Venezuela pese a las grandes potencialidades energéticas, agrícolas, pecuarias e


industriales, y a su trayectoria en el comercio internacional, desde el siglo XIX e
inicios del siglo XX, no ha dejado de ser una nación en vías de desarrollo,
caracterizada por exportar a los países desarrollados, (EEUU principal socio
comercial tanto en importaciones como en exportaciones) recursos naturales
(petróleo, hierro o acero, cobre, níquel, aluminio, plomo, zinc, estaño, y otros) e
importar productos terminados con gran valor agregado (maquinarias y equipos,
vehículos, aparatos eléctricos y electrónicos, y otros). Lo cual implica un grave
riesgo ambiental al realizar una explotación excesiva e indiscriminada de los
recursos naturales, y una dependencia hacia los países avanzados en el
abastecimiento de bienes de capital, y hasta de rubros alimenticios (carne, leche, y
otros).

La activa participación venezolana en el comercio internacional se debe en gran


parte a la actividad petrolera, la cual no sólo ha dejado su huella en el pensamiento
económico venezolano (como un gran enclave extranjero luego, rentística, y
finalmente como sector reservado del Estado que siempre tendrá dominio en la
política y economía del país) sino en la sociedad resumidas en los espacios
ocupacionales y ambiéntales del territorio; es decir, el desenfrenado desarrollo
urbano, el abandono del campo, la macrocefalia de las ciudades en el desarrollo de
la infraestructura social y el desarrollo de un sistemas de transporte vehicular
exacerbado, son algunas de las secuelas que la actividad petrolera ha dejado.

No todos estos efectos han sido negativos, pero siempre han tenido un alto costo
social y ambiental, lo cual inducen a la reorientación de políticas preparatorias a la
era post-petroleras y de escasez de energía barata. Es cierto que al asumir el
Estado venezolano el control de la industria petrolera el atentado contra la
naturaleza se ha detenido considerablemente, pero la herencia en materia
ambiental provocó severas e irreparables lesiones.
Desde la perspectiva económica del DS y su vinculación con el principio de las
ventajas comparativas, con la dependencia venezolana hacia el comercio
internacional petrolero, el mañana parece incierto y más aún en la medida que el
comercio internacional del petróleo arroje menos utilidades y mucho más cuando
hayan fuentes de energía alternas tan poderosas y difundidas como el petróleo, a
esta mañana dramática se tiene que despertar Venezuela. Un aspecto clave es la
urgente reducción de la dependencia petrolera, pues son muchos los bienes de
consumo (alimentos) y bienes de capital que pueden producirse con relativa
facilidad en el país, e inclusive con calidad y cantidad suficiente para abastecer la
demanda nacional y exportar, generándose así la anhelada diversificación
económica y de exportaciones, con las cuales se podría participar en el comercio
internacional de forma más dinámica y no sólo a través de su producto básico y
tradicional como es el petróleo, sino a través de producto de mayor valor agregado;
dado que los países en desarrollo siempre han sido explotadoras y exportadoras de
simples materias primas (recursos naturales) con escaso empleo de tecnología,
mano de obra y de poco valor en los mercados internacionales, los cuales regresan
transformados en bienes terminados luego de haber generado empleo, y dinamismo
económico o riqueza en otros lugares del mundo.

Por ello Venezuela debe empeñarse por producción de bienes y servicios de alto
valor agregado capaces de satisfacer las necesidades nacionales, y la
exportación. Justamente el G-3, la ALADI, CAN, MERCOSUR y muchos otros
acuerdos de integración regional como bloques comerciales, son oportunidades
para que Venezuela diversifique sus exportaciones e incremente ingresos, en
condiciones más favorables, y consolidar presencia en mercados internacionales de
forma más justa, pues estos grupos regionales considerando las asimetrías de los
países (tamaño económico relativo dispar) como condición necesaria para el
desenvolvimiento exitoso de un acuerdo de integración, intentan aliarse para
contrarrestar los efectos de las economías capitalista mundiales liderados por los
países desarrollados.
Impacto de crisis Venezolana en el comercio internacional

El tiempo del aislamiento ha terminado, en la era de la globalización, el libre


intercambio juega un papel de enorme importancia en el desarrollo de las naciones.
Hoy, ningún país para crecer económicamente y acceder al bienestar puede
mantener una política de fronteras cerradas: es necesario abrirse al intercambio de
bienes, servicios y tecnología y, sobre todo, al libre flujo de las ideas; cuidando
siempre que esta libertad de flujos deba desarrollarse bajo contextos que aseguren
una competencia realmente equitativa, dentro de un sistema internacional, con el
fin de que el beneficio del crecimiento económico alcance a todos los grupos
humanos, y no existan marginados. Pues siempre en los procesos de apertura ha
existido un cruel desequilibrio, según Sánchez (2001), son siempre los países
pobres los mayores productores de materias primas a los que se les exige mayor
apertura de fronteras, mientras que potencias industrializadas, como EEUU y UE se
apegan a un fuerte proteccionismo.

Por otra parte todos los países sudamericanos, incluyendo Venezuela buscan en el
comercio internacional una salida al subdesarrollo, pero los vínculos entre el
comercio y desarrollo, además de importantes, son múltiples y complejos. Según
Glance (2005), en la última década del siglo XX se generó un gran progreso
económico mundial, pero también estancamiento y reveses; el comercio mundial ha
crecido a razón de un ritmo tres veces más rápido, con un volumen de 6 billones de
$ por año, las empresas más grandes se hacen más grandes aún y más
internacionales, (en 1970 había unas 7.000 transnacionales, y para el 2000 hay más
de 50.000), y aunque la porción de exportaciones de los países en desarrollo ha
aumentado, (aún mucho menor que la de los países desarrollados), se estima que
1.200 millones de habitantes todavía viven con menos de 1$ diarios, y que el
número de personas que no consumen agua potable, que sufren de enfermedades
degenerativas o contraídas en el ambiente es mayor.

Pese a la importancia de la expansión económica, los efectos diferenciales de


comercio y bienestar demuestran que el incremento del comercio internacional y la
mejora de los indicadores económicos no necesariamente implica una mayor
calidad de vida, porque la clave para ésta última está en el desarrollo
sustentable. Aún cuando el comercio se expande en el mundo la brecha entre
pobres y ricos es más notoria, de allí que el comercio internacional no
necesariamente es bueno o malo para la calidad de vida y la salud del planeta, sino
que apunta en dos dimensiones. La primera al uso más eficiente de los recursos
para crear riquezas y satisfacer necesidades humanas, protegiendo a la vez el
medio ambiente; y la segunda al aumento de las presiones relacionadas con el
comercio que contribuyen notoriamente al agotamiento de los recursos naturales y
a la degradación ecológica.

El reto consiste en manejar los procesos de liberalización comercial y


mundialización promoviendo la sustentabilidad ecológica y el desarrollo humano
equitativo, dado que mientras más integradas sean las políticas mundiales
(ecológicas, comerciales y otras) tanto más sostenible será el crecimiento
económico, y tanto más positiva será la contribución hecha por la globalización al
medio ambiente. Según Fox (2005), los problemas mundiales de orden ambiental
y social son tan graves y amenazadores que exigen una cooperación internacional
fortalecida; los problemas comunes requieren soluciones y compromisos mutuos
que eviten la dispersión de esfuerzos dirigiendo los procesos mundiales, que tan
fuerte influencia ejercen sobre la evolución de la sociedad, a solucionar en lugar de
agravar los serios desequilibrios (entre ricos y pobres, y entre la humanidad y la
naturaleza) que actualmente hostigan al mundo.

Los compromisos concretos no sólo son por parte de los gobiernos y los organismos
multilaterales, sino también del sector privado, de las organizaciones no
gubernamentales para la protección y defensa del medio ambiente, y de la sociedad
mundial. Según lo planteado no solo los cuerpos y plataformas legislativas son
necesarios, sino la voluntad gubernamental y empresarial así como los recursos
tecnológicos y financieros, para cumplirlas. Los gobiernos no sólo deben velar por
el respeto a esas leyes, sino también por que existan mecanismos que permitan al
sector productivo funcionar como una industria limpia, avances tecnológicos. La
conciencia ecológica ciudadana y una mayor educación es esencial en el objetivo
de lograr el bienestar social y ambiental. De esta manera en la medida en que los
niveles de bienestar alcancen a todas las personas, éstas no sólo superarán las
condiciones de pobreza que enfrentan en la actualidad, sino también tendrán
nuevas oportunidades de desarrollar su talento y capacidades; y podrán, a su vez,
contribuir a mejorar el mundo en que vivimos en el largo plazo, como un circulo
virtuoso. Además el bienestar como el bien de mayor circulación en el mundo, como
una globalización constructiva, será la mejor garantía de paz y estabilidad en la
comunidad mundial.

Socialismo del mercado en Venezuela y sus impactos en los indicdores


económicos de la misma
No hay un ejemplo más reciente de los muchos escollos teóricamente aparentes del
socialismo que cobran vida en Venezuela. La nación sudamericana es el último
ejemplo en la larga lista de países que han sido víctimas del canto de sirena de una
utopía socialista. Mientras que en la última década periodistas como Michael Moore,
políticos como Bernie Sanders y economistas como Joseph Stiglitz elogiaron el
llamado «milagro económico» socialista en Venezuela, con una hiperinflación que
ahora llevan el hambre y a millones de personas huyendo del país, es indiscutible
que estos elogios fueron prematuros y totalmente injustificados.

Desafortunadamente, el economista convertido en pirata político, Paul


Krugman, aún hoy en día sigue la línea cansina de que el gobierno venezolano
simplemente estuvo «mal administrado» y es corrupto, y no admitirá que esta
situación surgió de problemas inherentes a los ideales y políticas socialistas. Mi
objetivo es mostrar cuán débil es esta línea de pensamiento. Además, lo que
pueden ser los últimos meses del gobierno de Maduro es un recordatorio de cómo
incluso los regímenes socialistas dependen irónicamente de los éxitos del
capitalismo para mantener los últimos vestigios de su sociedad socialista.
La filosofía política tiene consecuencias

La Revolución Bolivariana, dirigida por el fallecido presidente venezolano Hugo


Chávez, comenzó en 1999 bajo el pretexto de acabar con el imperialismo, la
corrupción y la desigualdad. En la práctica, esto significaba implementar políticas
nacionalistas y una economía socialista estatal. Con un eslogan como «patria,
socialismo o muerte», parecería que la Revolución Bolivariana debió haberse visto
desde el principio: el principio del fin de la economía venezolana. El fracaso de los
mencionados periodistas, políticos y economistas para prever la ruina económica y
política como el resultado necesario de tal «revolución», a pesar de la larga lista de
evidencias históricas que harían que tal optimismo sea claramente inmerecido, no
solo habla de su sesgo ideológico pero también a su escasa comprensión de los
fundamentos del éxito económico e institucional.

Muchos hasta el día de hoy no admitirán que la devastación observada en


Venezuela es un problema inherente al socialismo. Afirman que Venezuela no es
un modelo de «verdadero socialismo», sino de autocracia, y culpan a la corrupción
de los gobiernos y la economía. Sin embargo, durante mucho tiempo ha sido
evidente que la correlación histórica entre el aumento de las tiranías y las
economías socialistas estatales son en realidad relaciones causales. Como dijo
Mises, «la idea de que la libertad política se puede preservar en ausencia de libertad
económica, y viceversa, es una ilusión». Décadas antes de que los venezolanos
planearan su revolución, Mises ya había observado que «la tiranía es el corolario
político del socialismo, así como el gobierno representativo es el corolario político
de la economía de mercado». Sugerir lo contrario es ignorar la historia económica
y política.

En lugar del capitalismo, el socialismo pone el destino de los individuos en manos


de las burocracias. Las burocracias no pueden gestionarse mediante cálculos
económicos como las empresas en una economía capitalista y, por lo tanto, están
destinadas a la hinchazón, la ineficiencia y la mala gestión. Como escribió Mises,
«la conducta burocrática ... es una conducta que debe cumplir con las reglas y
regulaciones detalladas establecidas por la autoridad de un organismo superior. Es
la única alternativa a la gestión de beneficios. . . .Siempre que la operación de un
sistema no esté dirigida por motivos de lucro, estará dirigida por reglas
burocráticas».

La filosofía alternativa del liberalismo económico y político, que se originó a partir


de la época de la ilustración y coloca los derechos del individuo sobre los de la
sociedad en general, ha estado, por lo tanto, en el punto de mira de los buenos
siervos socialistas y los tiranos descarados desde sus orígenes. La relación entre la
filosofía política y el bienestar material no es un misterio, dado que la filosofía
política de una nación es el principal determinante de sus políticas económicas. Una
filosofía política arraigada en los principios fundamentales de los derechos de
propiedad privada y el individualismo promueve el intercambio de mercado y la
innovación que permite una gran cantidad de comodidades materiales como
comida, refugio y medicina. Solo un marco legal construido sobre la soberanía de
los derechos de propiedad privada permite a los ciudadanos individuales poseer los
medios de producción, negociar y depender de contratos exigibles, y da lugar a la
acumulación de capital e inversión que hace que el espíritu empresarial y el
capitalismo florezcan.

Irónicamente para los socialistas, la ausencia del motivo de lucro por el cual se villan
bajo el capitalismo conduce a incentivos perversos y falta de responsabilidad en las
burocracias socialistas que siembran las semillas de la corrupción y la tiranía en el
gobierno. La ineficiencia, la corrupción, la corrupción y la tiranía son, por lo tanto,
características del socialismo, y no son algo que pueda evitarse si solo se intentara
una vez más el «verdadero socialismo». No es que el «verdadero socialismo», la
utopía socialista de la prosperidad compartida por los medios de producción, no
haya sido el objetivo de muchos estados fracasados como Venezuela, sino que es
un resultado inherentemente imposible de la promulgación de una política socialista.

El mito de la maldición del recurso venezolano

Una de esas burocracias venezolanas que desempeña un papel clave en la


economía venezolana es Petróleos de Venezuela, SA, que se conoce más
comúnmente como PdVSA. PdVSA es la compañía estatal de petróleo y gas natural
de Venezuela que sirve como la mayor fuente de ingresos del gobierno debido a su
producción y exportación de petróleo crudo. Venezuela tiene las reservas de
petróleo probadas más grandes del mundo, con casi 300 mil millones de barriles de
petróleo. La nación también es rica en otros recursos naturales preciosos como el
oro. Esto puede hacer que uno se pregunte: ¿por qué un país tan rico en recursos
naturales sigue sufriendo tales dificultades económicas?

A partir de mediados de la década de 1990, la literatura académica comenzó a


centrarse en la llamada «maldición de los recursos», en la que se examinó de cerca
la relación entre la abundancia de recursos naturales y el crecimiento económico.
Algunos investigadores han concluido que muchos países no solo han despilfarrado
sus recursos naturales, sino que el desempeño económico en realidad ha sufrido
como resultado del aumento del descubrimiento y la producción de recursos
naturales. Por lo tanto, la gente señala rápidamente a Venezuela como otro ejemplo
más de la «maldición de los recursos» en acción en lugar de atribuir la culpa al
socialismo. Sin embargo, algunas investigaciones recientes han encontrado
evidencia de que no es probable que la culpa sea simplemente por tener una
industria de recursos naturales de gran tamaño que hace que la economía de la
inversión se vea afectada por otros factores. Después de todo, hay muchos
ejemplos históricos en los que no surgió esta maldición.

No es casual que las naciones que han sido en gran medida inmunes a la maldición
de los recursos a pesar de sus grandes sectores de recursos naturales hayan sido
las que surgieron de los fundamentos de los derechos de propiedad, el
individualismo y el capitalismo. Los derechos de propiedad, que permiten el
aumento de los contratos privados y la acumulación privada de los medios de
producción, impiden la confiscación masiva y la gestión gubernamental de los
recursos que está presente bajo el control socialista. Como Mises declaró de
manera tan concisa, «el cálculo económico solo puede realizarse a través de los
precios monetarios establecidos en el mercado de bienes de producción en una
sociedad que se basa en la propiedad privada en los medios de producción».
Nacionalizando las industrias, y luego haciendo dependientes los presupuestos
gubernamentales inflados. En los ingresos de dichas industrias, el gobierno está
necesariamente expuesto financieramente a sus industrias más grandes. En un
estado socialista como Venezuela, donde los ingresos del gobierno dependen cada
vez más de un solo producto altamente volátil como el petróleo que se cotiza en el
mercado global, no es de extrañar que la economía se vea empañada por la
inestabilidad.

La supuesta maldición de los recursos en Venezuela, debidamente descrita, no es


más que otro ejemplo del fracaso de las burocracias socialistas en su esfuerzo por
tratar de funcionar como economías de mercado. Poner recursos en manos de «la
gente», realmente significa ponerlo en manos del gobierno y sus amigos. Además,
en economías socialistas de planificación centralizada, como Venezuela, donde
muchos individuos obtienen sus ingresos en grupos que compiten por los ingresos
del gobierno, parece ser que necesariamente se sigue que la corrupción, el injerto
y una clase de élites con conexiones políticas crecerían a expensas del resto de la
sociedad. En términos de ciencia política, engendra clientelismo, o el intercambio
de bienes y servicios para el apoyo político implícito o explícito. De hecho,
investigaciones recientes han sugerido que no solo puede no existir la maldición de
los recursos, sino que una economía clientelar puede ser un requisito previo para
los resultados de la supuesta maldición de los recursos.

No es una mera coincidencia que a pesar de que la demanda y la producción


mundiales de petróleo han aumentado en las últimas décadas, una nación tan rica
en reservas de petróleo vio su pico de producción de petróleo justo antes de que
comenzara la nacionalización de la industria del petróleo y el gas a principios de los
años setenta. La producción petrolera venezolana aumentó una vez más a lo largo
de la década de 1990 cuando PDVSA comenzó a emplear contratistas privados,
pero todo eso cambió con la elección de Hugo Chávez y el inicio de la Revolución
Bolivariana. Durante la huelga general de Venezuela de 2002-2003, Chávez
despidió a 19.000 empleados de PDVSA y los reemplazó por empleados leales a
su gobierno. Desde entonces, la producción petrolera venezolana se ha
desplomado en un 70 por ciento. Claramente, esto no es el resultado de una
maldición que naturalmente surge de las leyes de la economía, sino una que surge
del gobierno que trata de ignorar esas leyes.

El comercio en los últimos días de la revolución

En julio pasado, el mayor general Manuel Quevedo, el oficial militar de carrera que
se había hecho presidente de PDVSA, se reunió con un sacerdote católico y con los
trabajadores y funcionarios de PDVSA en la sede para una ceremonia de oración
con la esperanza de que Dios ayude a impulsar el petróleo venezolano. Pero ni
siquiera los llamados a Dios podrían revertir la desgracia económica que sigue
cuando se pone a la industria en manos de oficiales militares y simpatizantes
socialistas.

Lo que siguió fue un creciente desorden económico y político a lo largo de 2018.


Con pocas opciones, el gobierno venezolano invirtió silenciosamente la campaña
de dos décadas para nacionalizar la industria petrolera y comenzó a contratar firmas
externas para ayudar a mantener las últimas operaciones en el gigante petrolero
estatal. Esto ocurre menos de un año después de que Maduro fue citado diciendo:
«Quiero una PDVSA socialista. Una PDVSA ética, soberana y productiva. Debemos
romper este modelo de la empresa petrolera rentista».

Si bien es cierto que el gobierno y la economía venezolanos se han vuelto más


dependientes de los préstamos de sus aliados geopolíticos más alineados
ideológicamente con China, India y Rusia en la última década, su adversario
ideológico, los Estados Unidos, ha sido, con mucho, el mayor comprador de
petróleo. Que financia el gobierno venezolano. Los EE. UU. importaron casi 500.000
barriles por día de crudo venezolano en 2018, representando cerca del 40 por ciento
del total de las exportaciones venezolanas y un aumento del 34 por ciento del total
de las exportaciones venezolanas en 2017. Dado que Venezuela está muy
endeudada con muchos de sus otros compradores más grandes como China e
India, exportar petróleo a estos países solo paga las deudas y no ayuda a satisfacer
las necesidades de financiamiento adicional. Como tal, se cree que los Estados
Unidos representan el 75 por ciento del efectivo total que Venezuela recibe por sus
exportaciones de crudo.

Además, el petróleo venezolano es demasiado pesado o grueso para fluir a través


de la infraestructura de la tubería y de la exportación sin tener diluyentes, o
productos refinados de petróleo liviano como la gasolina, para mezclarse con el
crudo para reducir su viscosidad. En el pasado, PDVSA creó su propio diluyente en
sus propias refinerías. Pero con casi toda la base de refinación fuera de línea
después de años de mala gestión burocrática, en 2018 Venezuela recurrió cada vez
más a las refinerías en los EE. UU. para suministrar los productos derivados del
petróleo que les permitirían continuar produciendo y exportando crudo. Los EE. UU.
Suministraron casi el 80 por ciento del total del diluyente importado a Venezuela en
2018. Si bien Venezuela puede obtener esta fuente desde cualquier otro lugar del
mundo, esto tendría un costo mayor que la obtención del suministro
geográficamente próximo a los EE. UU.

Impacto del mercado socialista en Venezuela en la hiperinflación, PIB, Balanza


de pagos

Una crisis económica socialista difícilmente estaría completa sin un colapso de la


moneda. Después de todo, como la corrupción y los negocios ilícitos, la inflación de
la oferta monetaria de la nación en un estado socialista debería ser esperada. El
colapso de la moneda venezolana, el bolívar, es particularmente trágico dado que
fue una de las monedas más fuertes de América del Sur en la época del éxito
económico venezolano desde la década de 1950 hasta la década de 1970. La
inflación comenzó a afianzarse en los años 80, luego de que el gobierno venezolano
nacionalizara cada vez más la industria y politizara el banco central en los años 70.

Como era de esperar, la expansión del gobierno condujo al crecimiento del gasto,
los déficits y la deuda. Como ha sido el caso a lo largo de la historia, en lugar de
admitir el fracaso y revertir el rumbo, el gobierno comenzó a hacer volar a la gente
de Venezuela a través del impuesto de inflación inicialmente oculto, pero ahora
obvio, imprimiendo más bolívares a expensas del poder adquisitivo de la moneda.
Esta política permite a los gobiernos inflar sus deudas a medida que conducen la
moneda hacia la inutilidad. Como Mises señaló tan acertadamente en la Teoría del
dinero y el crédito, «la inflación siempre ha sido un recurso importante de las
políticas de guerra y revolución y por eso también la encontramos al servicio del
socialismo».

Para los consumidores, una política de inflación monetaria ha llevado a aumentos


de precios abrumadores en toda la economía. En un esfuerzo fallido para
compensar, Maduro ordenó seis aumentos del salario mínimo en el país a lo largo
de 2018, y en 2019 ya ha emitido un aumento adicional del 300 por ciento. Esto
eleva el salario mínimo a 18.000 bolívares por mes, o menos de 7 dólares
estadounidenses. Junto con los controles de precios del Estado, esto ha llevado a
una escasez masiva de productos básicos como alimentos, agua y papel higiénico.
En este punto, el bolívar literalmente ni siquiera vale el papel en el que está impreso.
De hecho, tiene más sentido financiero usar el bolívar como papel higiénico que
usarlo para intentar y comprar papel higiénico. Se necesitan enormes pilas de
efectivo para los bienes básicos, dada la inutilidad de las monedas. Una taza de
café, que hace un año costaba 0,45 bolívares, ahora cuesta 1.700 bolívares.

Las mejores estimaciones muestran que los venezolanos vieron que los precios
aumentaron a una tasa anualizada de 160.000% a fines de 2018. Los venezolanos
no tienen acceso a servicios médicos, los niños y los ancianos están muriendo de
hambre, y millones de personas están huyendo del país en masa como un resultado.
La tragedia es que este sufrimiento es el resultado directo de algo que es
completamente evitable. Como lo describió Mises en la década de 1950, «Lo más
importante a recordar es que la inflación no es un acto de Dios, que la inflación no
es una catástrofe de los elementos o una enfermedad que se presenta como la
plaga. La inflación es una política». De hecho, como se ha demostrado a lo largo de
la historia, es una política que se deriva del crecimiento del gobierno bajo el
socialismo.
En cuanto al PIB, Las cifras ahora conocidas revelan una caída del PIB 52,3% desde
2013, cuando Nicolás Maduro fue elegido presidente. El Banco Central estima,
además, que la inflación ha alcanzado la cifra más alta en la historia reciente del
país al pasar del 180,9% en 2015 al 130.060% en 2018.

Por otra parte la balanza de pagos, La información que se divulgó por sorpresa el
martes incluye la balanza de pagos. Estos datos revelan que las importaciones.
Estas últimas cayeron de 57.183 millones de dólares (millones de euros) en 2013 a
14.886 millones (millones de euros) en 2018, una caída en picado mucho antes de
que Estados Unidos impusiera sanciones económicas y petroleras al país, lo que
ha mermado aún más las arcas públicas.

Ese descenso en las compras del exterior explica a las claras el fuerte
desabastecimiento de bienes que padecen los venezolanos, dado que es una
economía que tiene que importar la práctica totalidad de los bienes que consume.
Esa curva coincide con la de los ingresos por exportaciones de petróleo, que se
redujeron a un tercio de 85.603 millones de dólares en 2013 a 29.810 millones de
dólares en 2018, a causa de la abrupta caída de la producción de crudo por los
malos manejos de la petrolera estatal y por la corrupción. Este año, la producción
de petróleo en Venezuela ha caído a su mínimo histórico: 740.000 barriles diarios,
por primera vez por debajo de Colombia, según ha señalado la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El petróleo es la principal, y casi única
(96%), fuente de ingresos del país caribeño.

Este año, la producción de petróleo en Venezuela ha caído a su mínimo histórico:


740.000 barriles diarios, por primera vez por debajo de Colombia, según la
Organización de Países Exportadores de Petróleo. El petróleo es la principal, y casi
única (96%), fuente de ingresos del país caribeño.

El informe del Banco Central dibuja una economía totalmente demolida. Según la
institución, el sector de la construcción cayó un 95% entre el tercer trimestre de 2013
y mismo de 2018; el de manufactura, un 76%; el comercio, un 79%, y las
instituciones financieras, un 79%. Según los datos difundidos el martes, hacia
finales de 2018 el colapso se aceleró.

Entonces, ¿qué sucedió cuando la Venezuela socialista acumuló deudas con sus
aliados socialistas en todo el mundo y se quedó sin ingresos y con los insumos de
los que depende su industria? Irónicamente, pero no sorprendentemente,
recurrieron al supuesto malvado país capitalista al que Maduro culpa por su
desgracia económica. A medida que aumenta la presión global contra Maduro y su
gobierno, solo podemos esperar para el pueblo de Venezuela que el país realmente
se aleje de la mentalidad anticapitalista que los llevó a este punto. El verdadero
problema en Venezuela no se resolverá simplemente con un rescate por parte del
FMI o el Banco Mundial. Debe haber una resolución dentro del pueblo venezolano
para alejarse del socialismo. Como Mises observó tan astutamente: «El problema
de hacer que las naciones subdesarrolladas sean más prósperas no puede
resolverse con ayuda material. Es un problema espiritual e intelectual. La
prosperidad no es simplemente una cuestión de inversión de capital. Es un tema
ideológico».
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