El Mensú y la Historia de la Tierra en la Argentina
Considerada como la piedra basal del cine argentino motorizado por el
reclamo social, “Prisioneros de la Tierra” de 1939 también ha quedado para la antología como la Mejor Película de toda la historia de esa industria, si atendemos a la decisiva encuesta llevada adelante en 1985 por el Museo del Cine Nacional. La base de la imponencia del film es, indudablemente, la suma de cuatro cuentos del inmortal Horacio Quiroga, adaptados por su propio hijo Darío: “Los Desterrados”, “Un Peón”, “Los Destiladores de Naranja” y “La Bofetada”. Quiroga fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos breves, que a menudo retratan a la naturaleza como enemiga del ser humano bajo rasgos temibles y horrorosos, le valieron ser comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe. En seguida ha de contabilizarse la presencia detrás de las cámaras de Mario Soffici, eximio realizador y argentinista insobornable, y en la primera plana interpretativa los aportes de dos figuras irrepetibles: Francisco Petrone y Angel Magaña, nada accidentalmente reunidos nuevamente tres años después por otro clásico por excelencia :”La Guerra Gaucha” de Lucas Demare. Cumbre de la dramaticidad más fluida, del realismo más neto y del compromiso más profundo, “Prisioneros de la Tierra” es – asimismo- una obra de consulta y relectura insoslayable a la hora de escrutar los orígenes más nobles del mejor cine argentino actual. El mismísimo Jorge Luis Borges, apenas la vio escribió sobre ella con su genio incontestable :”Es casi intolerable de eficaz…·”
Mario Soffici fue un director, actor y guionista de cine, nacido en
Florencia, Italia en el año 1900 que vivió desde muy pequeño en Argentina; tenía también la particularidad de haber sido un trabajador rural y conocer en carne propia la realidad de la que habla en la película. A los 8 años de edad ya trabajaba en la provincia de Mendoza ayudando a su padre en la recolección de uvas en los viñedos. Abandonó la escuela a muy temprana edad porque era discriminado y burlado por sus compañeros debido a su acento italiano. En la pubertad comenzó su gusto por el teatro y la actuación. La película centra su acción en 1915 y fue estrenada en 1939. Cómo era la situación en 1915? Argentina, desde sus comienzos estuvo fuertemente marcada por un MODELO DE PAIS AGROEXPORTADOR en un campo que no pertenecía a quien lo trabajaba. Eran muy pocos, casi nulos, los campesinos, pequeños propietarios de tierras, los minifundistas. “Prisioneros de la tierra” es una denuncia sobre la explotación de los trabajadores de la yerba mate en Misiones ; los mensús.
Mensú es el nombre que recibe el trabajador rural de la selva en la zona
de Paraguay y las provincias argentinas de Corrientes y Misiones, al que se le imponían regímenes de trabajo forzado en condiciones abiertamente esclavas. Los intentos de abandonar las plantaciones eran castigados con azotes o la muerte. También constituía una práctica habitual la violación de las mujeres de los mensúes por parte de los capataces y gerentes de las plantaciones.
Aquí tenemos la problemática del film: una sociedad trabajadora reprimida,
esclava de los terratenientes a quienes tenían que obedecer. Una sociedad sin posibilidades de expresión y/o progreso independiente. Tal cual podremos observar en el film, la clase obrera y trabajadora en general (y muy especialmente la rural) necesitaba, requería y pedía un cambio; estaba en un estado de desesperación, reprimido tanto política como laboralmente. Un año después de la fecha de desarrollo de la película, se sanciona en Argentina la Ley de Sufragio Universal con la que se produjo el primer triunfo de un partido denominado popular: La Unión Cívica Radical, liderada por Hipólito Yrigoyen. A pesar de ser considerado un gobierno de corte popular, Yrigoyen no logró mejorar la calidad de vida de los trabajadores, mucho menos aún de los trabajadores rurales, lo que provocó sentimientos de desazón en algunos sectores de la población; esta desilusión se ve reflejada en el enorme éxito que tuvo el film al ser estrenado. La siguiente década estaría dominada por dictaduras y crisis económicas, en este contexto surge un coronel que rápidamente comienza a mostrar un perfil diferente, orientado a un capitalismo social, humanitario y humanizado que toma como principal interlocutor a la clase trabajadora. Juan Domingo Perón desde el Departamento de Trabajo y Previsión Social comenzó a desarrollar un programa sindical histórico en el que se sancionó el Estatuto del Peón de Campo , entre otras acciones.
El Estatuto del Peón de Campo fue establecido mediante un decreto del
Poder Ejecutivo Nacional en 1944; esta normativa fue la primera en fijar, para todo el territorio de la república, condiciones de trabajo humanitarias para los asalariados rurales no transitorios, entre ellas: salarios mínimos, descanso dominical, vacaciones pagas, estabilidad, condiciones de higiene y alojamiento.
A la par del Estatuto del Peón de Campo se dictaron sucesivos decretos
presidenciales que regularon el trabajo transitorio de las cosechas. Posteriormente, la ley 13.020, fijó mayores precisiones sobre las modalidades en que debían desarrollarse los trabajos y creó la Comisión Nacional de Trabajo Rural, como organismo intersectorial (con representación del gobierno, de los sindicatos y de los empleadores) encargado de decidir las condiciones del trabajo que regirían en cada cosecha y en cada zona del país.
En 1980, en pleno desarrollo de la DICTADURA que asoló Argentina entre
1976 Y 1983, El Estatuto del Peón de Campo fue derogado y reemplazado por el decreto ley 22.248 donde por ejemplo, dejaban de contemplarse la regulación de las relaciones laborales para los «trabajadores no permanentes». (Que se estiman en unos dos tercios del total de los trabajadores rurales).
El año próximo pasado el tema volvió a debatirse en Argentina; se
sancionó un nuevo ESTATUTO DEL PEON RURAL el cual fue enviado al poder legislativo por iniciativa de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El Nuevo Estatuto del Peón Rural denota un claro propósito de jerarquizar a los trabajadores del sector, eliminando cualquier discriminación, a la vez que recupera plenamente la libertad sindical y los derechos colectivos de autotutela; asegura el legítimo ejercicio del derecho de huelga y habilita la concertación de convenios colectivos de trabajo, en similares condiciones a las que se reconocen a los demás gremios. Todo ello se corresponde con una decisión clara del gobierno nacional de prestar particular atención y priorizar las acciones dirigidas a los sectores más vulnerables y postergados, como en lo laboral es el caso de los trabajadores rurales.
Adecuar la situación de los trabajadores agrarios a los estándares generales
alcanzados por los trabajadores de cualquier otro sector rompiendo con algunas antiguas y anacrónicas prácticas vigentes en el medio rural, no es sólo justo sin o también necesario tanto para el desarrollo sustentable como para el cuidado de los recursos renovables y no renovables y para el establecimiento de la Justicia Social.
“Sembremos el país con nuestras propias manos y tendremos el país que