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TEXTO ARGUMENTATIVO

Lengua y Literatura 5° “C”

AGOSTINA ABALLAY
SECUNDARIO N° 25 LAGO DEL DESIERTO
Texto Argumentativo – ¿Por qué
hacernos veganos/vegetarianos?
Aunque a veces pueda parecerlo, el vegetarianismo no es sólo una
moda. Constituye no sólo una dieta sana, sino toda una filosofía de vida.
Cientos de filósofos, artistas, profetas, escritores, y científicos, desde Platón
hasta Gandhi practicaron esta forma de vida.

El término moderno “vegetariano” procede del Reino Unido y data del


año 1842, cuando un grupo de amigos que luego fundarían la Sociedad
Vegetariana Británica decidieron adjetivar la dieta sin carne ni pescado.
Pero, en contra de lo que muchos creen, la palabra “vegetariano” no
deriva de “vegetal” sino del término “vegetus”, que significa “completo,
fresco, lleno de vida y activo”. Por lo tanto, el vegetariano no es un ser
que simplemente come vegetales, sino que se trata de una persona
filosóficamente evolucionada que ha hallado una forma integral de
relacionarse con su entorno.

Actualmente, muchas personas consideran que el vegetarianismo o el


veganismo son dietas de moda que la gente comienza a realizar para
sentirse incluidos en determinados grupos, por ejemplo, cuando se cree
que estas personas son “fitness” o están obsesionados con un estilo de
vida saludable, cuando, de lo contrario, existen diferentes razones y
argumentos en los que se puede basar una persona para cambiar su
forma de alimentación, las cuales no tienen nada que ver con las modas.
Así como también se piensa que con estas maneras de alimentarse, los
humanos no pueden llegar a estar completamente nutridos, ya que se
considera que la carne es un nutriente primordial (macronutriente) para
el correcto desarrollo del ser humano, pero, la gente, la mayoría de las
veces habla sin saber, y eso termina creando pensamientos erróneos que
en el siguiente texto se dejarán claros…

Con la ciencia en la mano, podemos afirmar que, tal y como defiende la


Asociación Norteamericana de Dietética: “las dietas vegetarianas
adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente
vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas, y
pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el
tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien
planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluido
el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así
como para los atletas”.

Es importante destacar que, aunque existen ciertos nutrientes importantes


que han de ser objeto de especial atención en las dietas vegetarianas, –
por ejemplo, ácidos grasos omega-3, hierro, zinc, yodo, calcio, vitamina
D y vitamina B12– tan solo la última supone un auténtico reto a la hora de
alcanzar los niveles adecuados. Para eso, además de una adecuada
planificación, es preciso realizar un aporte extra de esta vitamina con
independencia del estilo de vegetarianismo que se lleve a cabo, tal y
como señale en este artículo. Ese aporte se puede realizar con el uso de
alimentos ricos en esta vitamina, con el uso de suplementos de B12
(pastillas) o mediante la inyección periódica de la misma. Esta vitamina,
según la Licenciada en Nutrición Victoria Lozada (especializada en
alimentación vegetariana) es muy importante para el buen
funcionamiento de nuestro organismo, especialmente de nuestro sistema
nervioso y de la sangre, se la necesita suplementar ya que es una
sustancia que sólo la producen las bacterias presentes en el suelo y en el
tubo digestivo de los animales que se alimentan del suelo, ingiriendo las
bacterias, es decir, que sólo las podemos obtener (aparte de la
suplementación química) a través de productos o derivados animales

Cabe aclarar que el veganismo no es lo mismo que el vegetarianismo, ya


que el vegano no consume ningún tipo de derivados animales, desde la
comida hasta la ropa o cosméticos que consume. En cambio, los
vegetarianos si pueden consumir huevos, leche, queso, etc., alimentos
donde podemos encontrar vitamina B12 sin necesidad de
suplementarla..
Razones por las cuales deberíamos replantearnos nuestra alimentación
carnívora:

- Los carnívoros mueren más jóvenes que los vegetarianos: Tras los
estudios de Rashni Sinhas y colaboradores, de acuerdo a los cuales
el consumo de carnes rojas produce un aumento en la mortalidad
del 31% en hombres y 36% en mujeres, tanto el World Cancer
Research como la OMS recomiendan un máximo de 300 gramos
de consumo semanal de esa vianda. Si bien todos los excesos son
malos, específicamente, el exceso de la carne conduce a una
muerte prematura.
- La producción de carne es la causa principal del calentamiento
global: Entre el 18% y el 50% de las emisiones generadoras del
calentamiento global –la mayor amenaza a la que jamás se ha
enfrentado la especie humana– provienen de la producción de
carne.
- La producción intensiva de carne favorece la emergencia de virus
con poder epidémico: La encefalopatía espongiforme bovina del
Reino Unido, la gripe aviar de China, la gripe porcina de México,
por mencionar solo algunas, han sido resultado de las condiciones
de crianza animal destinadas a reducir los costos de producción y,
así, aumentar la rentabilidad.
- Los modernos métodos de producción intensiva de carne
condenan a los animales a un sufrimiento de por vida: Pollos
deformados hasta la monstruosidad, cerdos plagados de llagas y
tumoraciones, vacas sacrificadas en plena consciencia... El precio
de la carne… ¿es proporcional al sufrimiento animal?

En Argentina específicamente, la cultura de la carne es parte de


nuestra historia e identidad, por lo tanto, en nuestra sociedad actual,
los vegetarianos o veganos encuentran muy difícil poder ser
aceptados como personas “normales”, cuando, simplemente
tomaron una decisión de vida que no afecta a las demás personas de
su alrededor. Hemos crecido escuchando que la carne es NECESARIA
e IMPRESIENDIBLE, oyendo a nuestros abuelos decir frases conocidas
como: “todo bicho que camina va a parar al asador” del Martín Fierro,
realizando encuentros familiares o de amigos y consumiendo el
famoso asado que “nos une”. Todos estos aspectos de nuestro país
hacen que todavía no existan muchas mentes abiertas para pensar
que estos tipos de alimentaciones sin productos animales son
saludables o completos.

La lucha por los derechos de los animales es un paso más en la


evolución humana. Sólo en tiempos relativamente recientes se
empezó a luchar por la abolición de la esclavitud, los derechos
humanos, el derecho al voto, la igualdad de las mujeres y la ecología.
El siguiente paso será el respeto hacia los animales. Los animales del
mundo no tienen voz propia. Si no hablamos por ellos, ¿quién lo hará?

El vegetarianismo y el veganismo adoptan una actitud de


compromiso ante los derechos humanos, los derechos animales, la
ecología y el hambre en el mundo. A través de lo que consumimos
somos responsables de la gestión de los recursos de la Tierra y de la
coexistencia pacífica con otros seres en el planeta. Estas posturas
crean las condiciones para una sociabilidad basada en la no
violencia. Cada vez más gente reconoce estos planteamientos. En los
Estados Unidos el número de vegetarianos supera los 12 millones, de
ellos 500.000 son veganos. En el Reino Unido, hay ya más de 4 millones
de vegetarianos, de ellos
170.000 veganos.

Hoy, la economía alimentaria


gira en torno a la producción
cárnica y nosotros la
costeamos con nuestros
impuestos. Hacerse vegano o
vegetariano no es un mero
gesto simbólico, ni un intento
de mantenerse aislados de las
crueles realidades del mundo.
Es un paso práctico para
poner fin a la muerte de los
animales no humanos y a todo
aquello que les causa
sufrimiento como las granjas
industriales y demás prácticas crueles de la producción animal.

Ser vegano no es sinónimo de llevar una existencia miserable y llena


de privaciones, masticando tristemente una zanahoria entre dos hojas
de lechuga. El estilo de vida vegano es la puerta hacia un futuro mejor,
más feliz y compasivo que nos haga sentir más satisfechos.

A modo de conclusión, puedo decir que en el mundo existen


muchísimas formas de alimentarse, algunas basadas en filosofías,
religiones, salud, cultura y, aunque sepamos que hay que respetar la
decisión de cada persona, debemos tener en cuenta que somos seres
con la capacidad de elegir, por lo tanto, yo considero que debemos
decidir lo mejor para nuestra especie, para los otros seres con los que
compartimos nuestra existencia y para nuestro planeta.

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