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Aproximaciones a los Derechos Humanos de Cuarta Generación

Roberto González Álvarez

Evidentemente las «generaciones» de lo derechos humanos son tan sólo un


criterio clasificatorio de los mismos, del que su denotada utilidad lo ha asentado
válidamente como dominante en los estudios actuales que atienden a la esencia
natural humana erigida en normas y principios ideales, pautasestimativas y
criterios valorativos. «Derechos humanos» o «derechos del hombre», son
paradigmáticas exposiciones de equivocidad filológica, sobrepuestas por una
significancia ya institucionalizada culturalmente por su asistencia intrínseca al
desarrollo de la humanidad. Los hitos evolutivos de los derechos humanos son los
mismos de la historia de la humanidad civilizada, y es que derechos humanosson
humanidad y civilidad amalgamadas por la historia.
El creador de la noción generacional de los derechos humanos es el
checoslovaco, ex Director de la División de Derechos Humanos y Paz de la
UNESCO, Karel Vasak, radicado en París, de ahí que el tema de las generaciones
de los derechos humanos tiene facturación doctrinal francesa. Vasak, introdujo el
concepto de las tres generaciones delos derechos humanos en su conferencia para
el Instituto Internacional de Derechos Humanos, en Estrasburgo, 1979; su
inspiración fue la de la bandera francesa, es decir, «libertad, igualdad y
fraternidad», sustituyendo esta última con mayor acierto por la presencia del valor
«solidaridad»1. La idea de nuestro autor refleja el orden temporal sucesivo (de ahí
lo generacional) del reconocimientointernacional de los derechos humanos a nivel
estatal, identificando tres generaciones que marchan de lo individualista a lo
solidario.
Antônio Augusto Cançado Trindade, señala2 que siendo amigo de Karel
Vasak, le preguntó «por qué Usted formuló esa tesis en 1979?», y él le respondió:
«Ah, yo no tenía tiempo para preparar una exposición, en tanto se me ocurrió
hacer alguna reflexión, yrecordé la bandera francesa». Para Cançado Trindade, ni
el propio Vasak tomo muy en serio esa tesis, pero, como todo que es palabra
Más adelante, su trabajo apareció publicado, en nuestro idioma, en la obra colectiva Las
dimensiones internacionales de los derechos humanos, Serbal-UNESCO, Barcelona, 1984, v. I, p. 15.
2 http://www.dhnet.org.br/direitos/militantes/cancadotrindade/Cancado_Bob.htm
1
2
«cliché», pegó; de ahí Norberto Bobbio copió esta tesis y algunos confunden su real
pertenencia a Vasak.
Los principales detractores de la tesis de las generaciones de los derechos
humanos, sostienen: a) que el propio derecho fundamental a la vida pertenece a
todas las generaciones y es civil, político, económico, social, cultural,
prácticamente universal, como lo es la libertad y susdiferentes expresiones; b) que
no tiene precisión histórica del surgimiento de los derechos de cada una de sus
generaciones; c) que la visión generacional implica el surgimiento de una
generación y la extinción de otra, porque está referida a la vida de un período y
esta llega en un momento a extinguirse; y, d) que es propensa a la atomización de
derechos y padece vacíos.
A pesar de compartirtodos estos criterios, no rechazo la tesis generacional
de los derechos, porque al margen de sus debilidades se ha mostrado con sólida
convocatoria para el estudio clasificatorio de los derechos humanos, y es que, es
sólo ese sentido el que debe asignársele, y no confundirla como determinante vital
del surgimiento y desarrollo de los derechos. Veamos, entonces, qué comprende la
tesisgeneracional y a dónde se proyecta.
La primera generación, denominada de los derechos civiles (v. gr. derechos a
la vida, integridad física y moral, dignidad, justicia, igualdad y libertad en sus
diferentes manifestaciones individuales de pensamiento, conciencia, religión,
opinión, expresión y movimiento) y políticos (v. gr. derechos a participar en la
organización estatal, elegir y ser elegido y...

Ciudadanía y Derechos Humanos.

La sociedad de la Información
Hacia la cuarta generación de Derechos Humanos: repensando la condición humana en la sociedad
tecnológica.

La relevancia de la ética para el análisis de la tecnología


Toda una serie de problemas éticos y jurídicos que tienen que ver con dichos derechos, y que están pidiendo
urgente respuesta, están a la espera de serreformulados. De dicha reformulación, que nos encamina hacia una
cuarta generación de los derechos humanos, es el tema de este artículo.

La necesidad de una cuarta generación de Derechos Humanos


Es evidente constatar que la tecnociencia está presente como uno de los hechos configuradores de la realidad
actual, y que el mundo ha cambiado de forma sustancial a partir de ese impulso. Pero también se debede
entender como un fenómeno multidimensional que proyecta su influencia de una manera directa sobre las
realidades morales, psicológicas y sociales. Por esta razón es necesario considerar dos programas de acción
distintos pero convergentes:
1º de carácter teórico, estudia la forma en que la tecnociencia está modelando la identidad y la conciencia
humanas.
2º nos previene frente a lanecesidad de elaborar políticas coherentes que reconozcan las nuevas necesidades
humanas para aprovechar dichos medios.
Evolución de los derechos humanos:
Los derechos civiles y políticos de primera generación, aquellos que inciden sobre la expresión de libertad de
los individuos, proceden de la tradición constitucionalista liberal.
Los derechos de segunda generación se incorporan a partir de unatradición de pensamiento humanista y
socialista; son de naturaleza económica y social, e inciden sobre la expresión de igualdad de los individuos.
Los llamados derechos de la solidaridad constituyen una tercera generación que se concretiza en la segunda
mitad del siglo XX. Su motor impulsor será la acción de determinados colectivos que reclaman legítimos
derechos.

En las dos últimas décadasdel siglo del siglo XX estos derechos han ido cobrando un papel cada vez más
importante, y gracias a ellos se ha desarrollado concepto de diálogo Norte Sur, el respeto y la conservación de
la diversidad cultural, la protección del medio ambiente, la conservación del patrimonio cultural del
humanidad, etc.
Surgen nuevas necesidades humanas y donde estas exigencias obligan a desarrollar nuevosderechos que
garanticen el acceso universal a formas más avanzadas de ciudadanía y civilidad, de libertad y de calidad de
vida.
Comienzan a reivindicarse con fuerza los derechos a la paz y a una justicia internacional, a poder intervenir
desde instituciones de carácter supranacional en los conflictos armados locales, imponiendo a la paz desde
una fuerza legítima.
Estas nuevas condiciones permiten quevayan cristalizando nuevos derechos que aspiran a concretarse en
Declaraciones como las anteriores de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos, sociales y
culturales. Este conjunto de derechos va tomando forma en las últimas décadas, y abre el camino para un gran
reto añadido en el siglo XXI: las nuevas formas que cobran los derechos de primera, segunda y tercera
generaciónen el entorno del ciberespacio, es decir, la cuarta generación de los derechos humanos.

La histórica alianza de la tecnología con el poder.


La utilización perversa la dicha tecnología tendría una traducción directa en el menoscabo de las libertades
públicas civiles, en la disminución de los estándares de vida, y en un desequilibrio cada vez mayor entre
poder personal y poder institucional.Por tanto, debemos observar que, al lado de dinámicas positivas, también
surgen mecanismos de dominación y ataques a los derechos humanos en este ciberespacio.
En el mundo real, los ataques a los derechos humanos en forma de acciones políticas tienen una traducción
casi inmediata en términos de hambre, tortura, discriminación, flujos migratorios o de refugiados, recorte de
libertades civiles,...

LEER DOCUMENTO COMPLETO Declaración de los derechos humanos en el ciberespacio

Algunos de los derechos más relevantes contenidos en la propuesta "Declaración de los derechos humanos en
el ciberespacio":
Las ideas yopiniones de todos los seres humanos merecen una oportunidad igual para poder expresarse y
compartirse con otras, según la voluntad del emisor
Toda persona tiene todos los derechos y libertadesexpuestos en esta Declaración, sin distinciones de ningún
tipo (...)
Además, no se realizará ninguna distinción en base a jurisdicciones políticas o físicas, ni por el método de
acceso a la red. (Artículo2).
Toda persona tiene derecho a la privacidad, anonimato y seguridad en las transacciones en línea. (Artículo 3)
No se obligará a la revelación de información personal por parte de los proveedores deservicios ni de los
sitios, y cuando sea requerida, deberá realizarse con el consentimiento informado de la persona afectada.
(Artículo 4)
Nadie debe ser sometido, sin acuerdo, a envíos masivos decorreo electrónico no requerido (spam)
Aunque todas las personas tienen un derecho igual a acceder a la información o a formar parte de
comunidades en la Red, la participación continuada en esascomunidades debe estar sometida a las normas de
conducta desarrolladas y expresadas en el seno de dichas comunidades. (Artículo 6).
Las leyes existentes, (...) se aplican en el ciberespacio al igual queen el mundo físico, aunque la persecución
de las violaciones a la ley pueden depender de acuerdos entre jurisdicciones geográficas. (...) (Artículo 7).
Toda persona tiene el derecho a una compensaciónlegal efectiva por las violaciones cometidas contra sus
derechos o por la apropiación indebida y fraudulenta de fondos o información. (Artículo 8).
Nadie debe ser sometido a vigilancia injusta desus opiniones o actividades en línea. (Artículo 9).
Toda persona tiene el derecho a ser oída, de forma equitativa y abierta, por un tribunal independiente y justa,
para la determinación de sus...
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DERECHOS HUMANOS: Primera, Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta Generacion


16:41 Helio Cruz No comments

Hoy en día se hacen muchos comentarios, en los diversos medios de comunicación sobre los derechos que nos
son inherentes como ciudadanos. Así observamos que tenemos el derecho a la vida, el derecho a la libertad, el
derecho a la información, el derecho a la salud, y, en fin, una gama dederechos que solo la imaginación puede
crear a causa de nuestra vida cotidiana y de acuerdo a los diversos papeles que desempeñamos en la sociedad
contemporánea.

Es, relativamente fácil, dialogar, hasta con un niño, de los derechos que nos corresponden. Sin embargo
resulta difícil, y hasta a veces imposible, encontrar a cada uno de los derechos su obligación equivalente.
Tanto el derecho como laobligación son partes integrantes de un todo y que, si bien para su estudio pueden ser
separados, en la práctica son inseparables para cumplir su misión, es decir, la paz, tranquilidad y armonía de
la sociedad.

Es necesario, ahora, que todos participemos de la concientización de que, si bien tenemos derechos, también
tenemos obligaciones que nos corresponden cumplir.

Si tenemos el derecho ala vida, también tenemos la obligación de respetar y conservar la vida de nuestros
semejantes. Si tenemos el derecho de manifestación, también, consecuencia lógica, tenemos la obligación de
respetar la libertad de toda la colectividad.

Por todo ello se establecen dependencias que surgen con un propósito común: salvaguardar y garantizar el
respeto de los derechos humanos de los ciudadanos,quienes demandan el establecimiento de una sociedad más
justa e igualitaria.

Por lo que puedo resumir que el derecho es correlativo a una obligación; que el derecho nace cuando se
cumple una obligación. Afirmando como premisa categórica que: "Cumple tus obligaciones para que tengas
derechos".

DERECHOS HUMANOS

Otras definiciones se han tratado de realizar, de manera más simples, para lamejor comprensión del concepto
y que establecen que: "Los derechos humanos son todas aquellas facultades y prerrogativas fundamentales
que tiene una persona por el simple hecho de serlo, sin las cuales, no se puede vivir como ser humano".

PRINCIPIOS GENERALES EN QUE SE FUNDAN LOS DERECHOS HUMANOS

a).- La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de ladignidad intrínseca y
de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.

b).- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de
razonamiento y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

c).- La realización plena del ser humano libre necesita condiciones que permitan gozar a cada persona de
susderechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

d).- El derecho de los pueblos para auto determinar su destino y su desarrollo económico, social y cultural, es
condición para disfrutar los derechos y las libertades fundamentales.
e).- Favorecen la consolidación, dentro de las instituciones democráticas, de un régimen de libertad personal y
de justicia social, fundado enlos derechos esenciales.

f).- El Estado no podrá destruir ni restringir los derechos humanos fundamentales.

g).- Los Estados se han comprometido a respetar absolutamente los derechos individuales y a lograr
progresivamente la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales.

h).- Tienen una dimensión histórica y constituyen un ideal común para hombres y mujeres detodos los
pueblos.

CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN GENERACIONES

Los Derechos Humanos han sido clasificados de diversas maneras, de acuerdo con su naturaleza, origen,
contenido y por la materia que refiere. La denominada Generaciones es de carácter histórico y considera
cronológicamente su aparición o reconocimiento por parte del orden jurídico normativo de cada país.

1.- PRIMERA...

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DESARROLLO
I. Derechos humanos, concepto y desarrollo histórico

1. Concepto e historia.

Aunque el tema de la dignidad humana se nutre sobre todo de la herencia grecolatina y


judeocristiana, la historia de los derechos humanos, y de la lucha por su reconocimiento
en las disposiciones jurídicas de las naciones y de los organismos supranacionales,
comenzó a finales del siglo XVIII. De manera muy general, se entiende por derechos
humanos, aquellos derechos que el ser humano, considerado individualmente, posee por
el simple hecho de ser eso: un miembro del género humano y que en conjunto otorgan
dignidad y valor a su naturaleza humana. Su importancia radica en que por primera vez se
reconocen derechos al hombre por el simple hecho de serlo, concediéndoseles el carácter
de universales.1 Para algunos autores, ese acto representó uno de los momentos decisivos
que marcan el fin de una etapa y el inicio de otra en la historia humana.

Los derechos humanos son entonces una categoría histórica que nace en el tránsito a la
modernidad y crece en el seno del iluminismo. Surgieron en una determinada
circunstancia. Antes de este periodo podríamos decir que estamos, en la prehistoria de los
derechos humanos, ya que si bien existieron posturas filosóficas que postularon el tema
de la dignidad humana y existían “derechos”, así entrecomillados, éstos eran más bien
privilegios, es decir prerrogativas ganadas por ciertos estamentos o grupos sociales
estamentales al príncipe, pero que no eran iguales para todos los miembros de la
sociedad. La idea de que los hombres tienen derechos innatos, correspondientes a su
propia naturaleza, hunde sus raíces en el jusnaturalismo racionalista del siglo XVIII.
La Declaración de Derechos del Estado de Virginia de 12 de junio de 1776, la Declaración
de Independencia Norteamericana del 4 de julio de 1776 y la Declaración de los Derechos
del Hombre y el Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional de la Revolución francesa
el 26 de agosto de 1789, son las primeras manifestaciones a favor de una serie de
reclamos que tendrían que ver con las relaciones que el hombre individualmente
considerado establece con los poderes públicos: la libertad, la seguridad jurídica, la
igualdad, la propiedad, la posibilidad de alcanzar la felicidad de los pueblos.

Detrás de estas históricas declaraciones de derechos estaba la filosofía jusnaturalista,


cuyos conceptos se sustentan en una idea central: el hombre, individualmente
considerado, es poseedor de derechos naturales, es decir, derechos que le son propios
desde antes de entrar a formar parte de la sociedad, del estado de sociedad; tales
derechos son reconocibles por medio de la razón y la comunidad, es decir la sociedad y el
estado, debe respetárselos. Estos derechos son anteriores a la formación del Estado
mismo, le anteceden.
Luego entonces, la sociedad no es natural, los derechos del hombre si son naturales, le
corresponden desde antes de asociarse. La sociedad así es resultado de un pacto social entre los
hombres los cuales renuncian al estado de naturaleza para vivir en sociedad. Y para vivir en
sociedad, de tal manera que pueda existir el orden, acuerdan someterse a una autoridad, el
Estado, al cual se le imponen límites relacionados con esos derechos naturales. Tanto la sociedad
como el Estado son instituciones creadas por el pacto entre los individuos, no son instituciones
naturales.
En todas estas declaraciones de derechos resaltan dos aspectos centrales: la aparición del
individuo como persona, como sujeto de derechos, y el establecimiento de que el poder público
ha de hallar límites en su ejercicio en la libertad y la igualdad de los hombres.

Sin embargo, los derechos humanos y su inclusión en los marcos normativos de los llamados
estados territoriales y en organismos internacionales, de ninguna manera son sólo aquello que los
gobiernos han reconocido a la sociedad civil. Por el contrario, por su propia naturaleza, muchas
veces han resultado de luchas sociales al proponer la reivindicación de mejores formas de vida;
mientras que los grupos que controlan la dirección de la sociedad a través de los aparatos
estatales no están dispuestos a aceptarlas porque supone pérdida de una parte de sus propias
condiciones de privilegio.

Para algunos autores, de todos los derechos existe uno, el de la libertad, que es la base sobre la
que descansa el reconocimiento y la tutela de los demás derechos. Por eso, éstos no existen como
tales mientras no se materialicen en disposiciones constitucionales y legales y se garantice la
tutela de los mismos. De tal forma que los derechos humanos pueden considerarse como las
concreciones del valor libertad en su vertiente positiva, es decir expresamente asentada en
disposiciones constitucionales o legales, definiendo esferas concretas de actuación del sujeto y
ámbitos de obligaciones determinadas del poder. Por lo que a diferencia de la libertad en
abstracto, requieren de una clara determinación de su ámbito y alcance por ser zonas concretas
de autonomía en que se desenvuelven las voluntades individuales.

2. Derechos humanos en las naciones e internacionalmente.


A partir de esas grandes transformaciones políticas que fueron las revoluciones norteamericana y
francesa, se iniciaría el proceso de construcción de los llamados Estados nacionales en sentido
moderno en las unidades territoriales del mundo, proceso que no ha terminado de completarse
todavía. De la misma manera, poco a poco fueron incorporándose a las Constituciones de los
diversos países, los derechos establecidos en las declaraciones americana y francesa.
Durante más de un siglo, sólo correspondió a los propios Estados nacionales y a sus ciudadanos, la
lucha por su establecimiento y cumplimiento. La comunidad internacional no tenía mucho peso
para influir en la adopción de legislaciones a favor de los reclamos sociales en países concretos.
Los primeros intentos serios relacionados con el derecho internacional resultan de la iniciativa de
la Sociedad de las Naciones luego de la Primera Guerra Mundial.

No obstante, habría que esperar varios años aun para entrar en otra etapa. Fue hasta después de
la segunda conflagración mundial, luego del genocidio provocado por los nazis, cuando los
gobiernos nacionales y sus representantes en los organismos internacionales llegaron a la
conclusión de que el tema no era sólo un asunto interno de los Estados, sino también una
necesidad imperante de toda la humanidad. De esta reflexión surgirían la Carta de la ONU suscrita
en 1945 y la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948.Con ellas
aparece una noción internacional de los Derechos Humanos, que se convirtió en marco de
referencia para que las naciones y los ciudadanos del mundo buscaran adecuar en sus propias
realidades.
La Carta de las Naciones Unidas se firmó el 26 de junio de 1945 en San Francisco, al terminar la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de
octubre del mismo año.9 En este documento se harían referencias a la cuestión de los derechos
humanos en el Preámbulo, así como en los artículos 1.2; 1.3.1b); 55.c); 56; 62.2; 68 y 76.c), de las
que se desprende el interés y la importancia que el nuevo organismo internacional daría a la
promoción de los derechos humanos de todos, sin discriminación. Sin embargo, no se hizo ninguna
definición del concepto, ni se establecieron los procedimientos o mecanismos de protección
internacional, ni se clarificó la problemática de la jurisdicción interna en relación a violaciones de
estos derechos.
Pese a que hubo iniciativas en la conferencia de San Francisco para ir más allá, el documento
quedó en enunciaciones generales sobre el compromiso de promover el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales. No obstante, estas enunciaciones encontrarían pronto
concreción en documentos más comprometidos para los estados miembros de las Naciones
Unidas. Y una de los motores de esos avances sería precisamente la creación de la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU, surgida del seno del Consejo Económico y Social, en 1946.
Con su trabajo fue posible poco a poco, consolidar instrumentos internacionales de tutela en
materia de derechos como la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la
Asamblea General de NU el 10 de diciembre de 1848;12 el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos de 16 de diciembre de 1966; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de la misma fecha; el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 16 de diciembre de 1966, que entró en vigor hasta el 23 de marzo de 1976; y el
Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos Destinado a
Abolir la Pena de Muerte, adoptado el 15 de diciembre de 1989

4. Cuarta generación de derechos

A partir de las últimas décadas surgieron nuevas demandas en sectores sociales de diversos países
por el derecho al desarrollo, al progreso, a la autodeterminación, a la paz, a un ambiente sano, a la
libertad informática, a la identidad. A estos derechos se les llama de solidaridad o de los pueblos.
Esta generación de derechos viene a responder a nuevas necesidades de la sociedad que no
habían aparecido antes y en el contexto de la contaminación de las libertades ante los usos de
algunas nuevas tecnologías y avances en las ciencias biomédicas. Son resultado de nuevas
reivindicaciones de los ciudadanos, por una parte y, por la otra, de las transformaciones
tecnológicas, resultado de los nuevos conocimientos científicos y de su aplicación a diversos
campos de la vida del hombre. Corresponden al actual Estado social de derecho o Estado
democrático de derecho.

Las tres primeras generaciones de derechos humanos, son producto sobre todo de la evolución
política de las sociedades nacionales y la internacional, en esta última generación que está
apareciendo y sobre la cual se debate mucho todavía,
por los diferentes derechos que comprende, el peso de la tecnología y la globalización son más
importantes.

En la mayor parte de los casos de esta nueva generación, se trata de nuevos derechos, pero en
otros se trata de derechos ya enunciados y regulados anteriormente pero redefinidos por las
nuevas condiciones de la sociedad, la tecnología y la globalización. Es la visión que sostienen
algunos estudiosos españoles respecto a este nuevo campo de reflexión de derechos, en los que
todavía no se llegan a definir con toda claridad los mismos, aunque se tiene enorme claridad sobre
el tipo de demandas que los generan.

Una de las clasificaciones realizadas de esta generación los divide en tres subgrupos:
a) Derechos del hombre relativos a la protección al ecosistema, para garantizar la pervivencia
futura de la vida humana en el planeta, y al patrimonio de la humanidad, dentro de estos los
derechos culturales y de autonomía de los pueblos indígenas. Se trata en algunos casos de
derechos encaminados a las generaciones futuras. Incluye derechos ya definidos en la anterior
generación, como el derecho al medio ambiente.
b) Un segundo subgrupo de esta nueva generación de derechos corresponde a aquellos relativos a
un nuevo estatuto jurídico para la vida humana como resultado de las nuevas condiciones de las
tecnologías biomédicas. Dentro de ellos se encuentra el derecho a la vida, pero, al igual que en
caso anterior, se trata de un derecho que por los avances recientes de la ciencia es necesario
redefinir.
c) El tercer subgrupo corresponde a los derechos derivados de las nuevas tecnologías de la
comunicación y la información.

5. Generaciones en el sistema internacional.

Aunque hablamos de generaciones de derechos y su relación con tipos específicos de Estado, el


modelo presentado anteriormente corresponde sobre todo al ejemplo europeo y el de las
sociedades occidentales con estados democráticos. En América Latina y en otras regiones del
mundo, el desarrollo de tales generaciones de derechos presenta variaciones, al igual que en el
sistema internacional.

En este último caso se han privilegiado, en sus convenciones y acuerdos para reconocer y tutelar,
es decir garantizar su cumplimiento mediante sanciones, los derechos correspondientes a la
primera generación (primera y segunda generación en la visión más ampliada de los mismos): es
decir los derechos civiles y políticos y se ha empezado a hacerlo con los de la cuarta generación, o
derechos de solidaridad o de los pueblos. En lo que corresponde a los derechos sociales,
económicos y culturales, es decir los derechos de prestación, se ha impuesto el criterio de los
Estados, bajo el argumento de las carencias presupuestales para cumplirlos, lo que debería
cambiar en nuestro país a partir de la suscripción del Protocolo Facultativo, en diciembre de 2008.

Sin duda alguna, para algunos reclamos en el mundo contemporáneo relacionados con derechos
humanos, ante la inexistencia de disposiciones en los Estados nación, la recurrencia a los
instrumentos internacionales es fundamental. Así ha pasado desde la creación de la ONU con
ciertos derechos de los grupos considerados minorías, sobre todo las llamadas minorías
nacionales.

III. Derechos de minorías y derechos de los pueblos indígenas

1. ¿En la cuarta generación?

Dentro de los derechos de cuarta generación, podemos destacar, por su importancia actual, las
reivindicaciones por los derechos a la identidad cultural y a la autodeterminación de los pueblos
indígenas. Su aparición se da en un contexto de conflictos entre naciones y al interior de las
naciones, por parte de grupos que defendían la posibilidad de disponer de una religión, una
lengua, costumbres, formas de representación simbólica, es decir, culturas diferentes a la de los
grupos mayoritarios o dominantes.

En los círculos internacionales que tratan sobre los derechos humanos se inició una amplia
discusión que no ha terminado. Algunos autores niegan que estos derechos sean derechos
humanos en absoluto, mientras otros, afirman que deben ser reconocidos por los estados
territoriales. Otros más, consideran que aunque sean derechos humanos, son de un nivel inferior a
los básicos o de las primeras generaciones.
Sin embargo, aquí está parte de la discusión contemporánea, aún no completamente resuelta. El
concepto tradicional de derechos humanos se ha aplicado predominantemente a los individuos.
Por otro lado, los derechos colectivos, corresponden a los Estados, y en casos excepcionales, a
algunos pueblos que luchan por su liberación nacional y que son reconocidos como tales por la
comunidad internacional. No obstante, entre los derechos del individuo y los del Estado existen
millones de seres humanos en docenas de países de todo el mundo, que reclaman su propia
identidad, su propio derecho a existir según sus propios valores y formas de organización social y,
en muchos casos, su derecho a la autodeterminación. De ahí es donde surge la reivindicación de
estos grupos de tener reconocidos esos derechos, como derechos colectivos, tal y como lo hacen
hoy en día los pueblos indios de América.

La integración entre los diversos grupos o generaciones de derechos no ha sido resultado de una
simple suma o acumulación de los mismos. Sobre todo, ha sido el apuntalamiento de unos y otros
a lo largo de la historia de los últimos siglos resultado de la movilización social y de la negociación
de las clases y grupos sociales con la estructura del poder.Por eso es necesario hacer un recuento
del proceso de reconocimiento de derechos para estos grupos humanos.

2. Discriminación y minorías

Desde que se dieron los primeros pasos en la formulación de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, hubo delegaciones que buscaron incluir, en la misma, dispositivos para proteger los
derechos humanos de las minorías étnicas. Pero la mayoría de los delegados occidentales
desestimaron estas posiciones insistiendo en una visión de los Derechos Humanos individuales y
universales, hasta fechas más recientes en que las cosas han empezado a cambiar.

La Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de Minorías En 1947, se crea al


seno de la Comisión de Derechos Humanos, la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y
Protección de Minorías y con el paso de los años el tema empezó a concretarse, aunque lento, en
documentos de la ONU.

El 20 de noviembre de 1963, apuntalándose en la Declaración Universal, se adopta la Declaración


de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación, cuyo artículo
1o. se afirma que: “La discriminación entre los seres humanos por motivos de raza, color u origen
étnico es un atentado contra la dignidad humana y debe condenarse...” Pero como una
declaración, no tiene carácter vinculatorio y de obligatoriedad, cosa que si se encuentra en el
artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al afirmar que: “En los Estados
en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no se negará a las personas que
pertenezcan a dichas minorías el derecho que les corresponde, en común con los demás
miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su religión y a
emplear su propio idioma.
Como se ve el texto es demasiado ambiguo y vago, y no especifica quién definirá cuando se trata
de una minoría étnica, religiosa o lingüística, por lo que la Subcomisión buscó avanzar en nuevos
documentos que permitieran responder a los reclamos de estos importantes grupos sociales,
dentro de ellos los indígenas, que exigían protección internacional de derechos, para avanzar en
sus propios países. El trabajo de la misma, llegó a un mejor destino con la aprobación de otro texto
declarativo más completo: la Declaración sobre Derechos de las Personas Pertenecientes a
Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas, aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas de 18 de diciembre de 1992.

Pero al igual que las otras declaraciones, la DM no tiene carácter vinculante, y no llegó a
establecer con claridad qué se entiende por minorías. No obstante, habrá que reconocerle
elementos importantes que incorpora como el de establecer que los Estados firmantes protegerán
la existencia y la identidad de las minorías nacionales o étnicas, culturales, religiosas y lingüísticas
en sus territorios; y adoptarán medidas legales y de otro tipo que favorezcan la identidad y su
desarrollo cultural. Establece además los derechos que tienen las personas pertenecientes a
dichas minorías, ya sea en forma individual como colectiva, aunque no se reconocen a las minorías
como grupo social portador de derechos. Es decir, presentan una visión individualista de esos
derechos.
Para entender parte de la discusión cerrada que se ha dado en los organismos internacionales en
tornos a los derechos colectivos de los pueblos indígenas, repasaremos a continuación sus dos
componentes esenciales: el derecho a la identidad cultural y el derecho a la autodeterminación.

Los derechos de cuarta generación

La humanidad se encuentra viviendo una verdadera revolución tecnológica, el


hombre ha creado cantidades de herramientas y aparatos que han alterado de
manera significativa su desarrollo en el paso por la historia, o sea que se
han transmitido y mejorado de generaciones a generación nuestra condición de
vida, dando como resultado el desarrollo de la tecnología actual.
Con la revolución tecnológica de finales del siglo XX y principios del siglo XXI y la
consecuente aparición de lo que se denomina Sociedad del Conocimiento, ha
resultado necesaria la creación de una nueva generación dederechos humanos
relacionados directamente a las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (TICs) y su incidencia en la vida de las personas4.

En esta nueva etapa de la humanidad, las libertades y derechos se han introducido


en el espacio digital lo que ha provocado que su reconocimiento y protección por
parte del Estado constituya un verdadero reto por parte del sistema jurídico.

Dentro de la gama de derechos de cuarta generación se pueden citar5:


 El derecho de acceso a la informática.
 El derecho a acceder al espacio quesupone la nueva sociedad de la información en
condiciones de igualdad y deno discriminación.
 Al uso del espectro radioeléctrico y de la infraestructura paralos servicios en línea sean
satelitales o por vía de cable.
 El derecho a formarseen las nuevas tecnologías.
 El derecho a la autodeterminación informativa.
 Elderecho al Habeas Data y a la seguridad digital.
Conjuntamente con los nuevos avances tecnológicos se ha introducido en el mundo
de los derechos humanos diversas formas de vulnerarlos que obligan a la
ampliación de la protección de los derechos del ser humano. Esta transición de la
humanidad desde la revolución industrial hasta nuestros tiempos ha generado
cambios en el plano jurídico, social y político que exigen nuevas formas de
protección.

Los derechos de cuarta generación están basados en la necesidad de asegurar a


todos los individuos el acceso a las tecnologías de la información y la
comunicación. La tecnología surge por una necesidad y su fin no es otro que hacer
más eficiente los recursos y hacer más fácil y practica nuestra vida cotidiana.

Observamos que el reconocimiento y protección de los derechos de cuarta


generación se encuentran reconocidos de forma tácita en nuestro compendio
legislativo. Por ejemplo, el Código Penal dispone en su artículo 337 que “se castiga
con prisión de seis meses a un año y multa de veinticinco mil a cincuenta mil pesos
el hecho de atentar voluntariamente contra la intimidad de la vida privada, el o
las personas que por medio de cualquiera de los procedimientos siguientes: 1.-
Capten, graben o transmitan, sin el consentimiento de su autor, palabras
pronunciadas de manera privada o confidencial; 2.- Capten, graben o transmitan,
sin su consentimiento, la imagen de una persona que se encuentra en un lugar
privado”. Fácilmente podemos comprender que el legislador está protegiendo la
vida privada de las personas en cualquier aspecto de la dinámica social. De igual
forma, el Proyecto de Reforma del Código Civil, contempla la incorporación de los
contratos vía internet, con lo que se regula la actividad jurídica en el ciberespacio.
Siguiendo la misma línea, nuestra Constitución ya le ha dado un carácter
fundamental a los derechos protegidos por la cuarta generación de derechos
humanos, ya que estos sin importar la evolución de la sociedad siempre encajaran
en la nuevas realidades políticas o tecnológicas, por ende debemos comprender
que el derecho a la intimidad o a la información serán protegidos sin importar el
medio por el cual fueron vulnerados, de ahí la certeza del apelativo
“fundamental” de estos derechos.

Ejemplos de derechos protegidos por la Constitución y contemplados en la cuarta


generación de los derechos humanos:

Art. 43.- Derecho al libre desarrollo de la personalidad. Toda persona tiene


derecho al libre desarrollo de su personalidad, sin más limitaciones que las
impuestas por el orden jurídico y los derechos de los demás.

Artículo 44.- Derecho a la intimidad y el honor personal. Artículo 44.- Derecho a la


intimidad y el honor personal. Toda persona tiene derecho a la intimidad. Se
garantiza el respeto y la no injerencia en la vida privada, familiar, el domicilio y
la correspondencia del individuo. Se reconoce el derecho al honor, al buen nombre
y a la propia imagen.

Artículo 49.- Libertad de expresión e información. Toda persona tiene derecho a


expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin
que pueda establecerse censura previa.

En nuestra opinión, las prerrogativas consagradas en la cuarta generación de


derechos humanos responden a una necesidad provocada por la misma humanidad
pero que por sí misma no tiene vinculación alguna con el carácter “esencial” bajo
el cual han sido creados los derechos de primera, segunda y tercera generación
que ya conocemos.

Es imprescindible que el derecho positivo evolucione conjuntamente con el


hombre para que su aplicación en la resolución de conflictos sea efectiva, pero los
derechos humanos son “esenciales” porque tienen un carácter que se manifiesta
en los principios mismos del ser humano, por lo que consideramos que se estaría
desvirtuando el verdadero concepto de derecho humano al encasillar los derechos
del ciberespacio dentro de esta categoría (cuarta generación de derechos
humanos).

Muchos son los que piensan que los derechos de cuarta generación contribuyen con
una vida digna porque les permite a las personas el acceso a la información de
forma rápida, directa y segura, pero esta es una interpretación errónea del
concepto de vida digna.
Para que un derecho sea considerado como derecho humano debe tener una
connotación tal en la vida de las personas que sin este la vida misma, el respeto a
la dignidad y el desarrollo de la personalidad se vean obstaculizados. El acceso al
mundo digital solo busca mejorar las condiciones de vida, pero ello no implica que
se trate de un elemento esencial para la misma. Son muchos los beneficios que
obtenemos de la tecnología y es lógico que se le desee proteger pero tenemos que
ser conscientes que la tecnología en si misma no soluciona todos nuestros
problemas y así como soluciona algunos genera otros muchos más graves que los
existentes.

En adición a lo expresado hasta el momento, consideramos que para un derecho


adquirir la categoría de derecho humano debe poseer el carácter de ser
imprescindible para el ser humano; De allí que no consideramos que la protección
de los derechos de cuarta generación se adecuen a ese criterio. Actualmente son
muchas las personas que no tienen acceso a las TICs e incluso comunidades que
prefieren vivir al margen de las mismas, sin que esto afecte su modo de vida y su
concepción del bienestar.

Consideramos que lo recomendable es ampliar el rango de protección de las leyes


ya conformadas para el resguardo de los derechos relacionados a la intimidad de
las personas, el desarrollo de su personalidad, la libertad de asociación, el acceso
a la información, etc., para garantizar la custodia progresiva de los derechos
humanos a través de la historia.

La tecnología nos proporciona todo un abanico de posibilidades pero depende de


nosotros mismos el uso que les demos y la dirección a la que encaminemos nuestros
futuros estudios e investigación. La labor de los legisladores está en la creación de
leyes adjetivas que regulen directamente estas nuevas formas de atentados
contra los derechos humanos y evitar así las lagunas jurisprudenciales y
doctrinales.

La quinta 'generación' de derechos humanos se genera a partir de las posibilidades de


intrusión de las tecnologías de punta mercantiles en el mapa genético de la vida y
específicamente de la autoproducción personal (individuación) y social humana. Se trata
centralmente de una demanda que busca proteger de manipulaciones genéticas inconsultas u
obligatorias la autonomía de las personas y las individuaciones peculiares con sus efectos
sobre la sociabilidad. Su racionalidad proviene de una sospecha radical sobre unas ciencias
disciplinares (y tecnologías) que se declaran social y políticamente neutrales y despolitizadas
pero que, en el mismo movimiento, establecen alianzas (financiamientos, aplicaciones, etc.) y
sirven a las grandes corporaciones mercantiles y a las burocracias estatales y sus gobiernos
eventuales. La sospecha por esta toma de partido antipopular y antihumano se extiende a los
diversos niveles de contaminación transgénica en tanto tecnología monopólica que agrede a
los entornos naturales, recorta y acosa la producción de los pequeños y medianos
productores, tiende a tornar no factible la experiencia campesina original, y potencialmente
daña a todas las formas de vida existentes en el planeta sin hacerse responsable ni jurídica ni
culturalmente por ello. A diferencia de la generación de demandas cosmocentradas, ésta se
inscribe en una perspectiva más íntima acerca de la vida y la existencia humana sin
entrar en conflicto con la perspectiva cosmocentrada sino más bien complementándola.
Su antivalor es el cambio y el ‘progreso’ (el reino de lo efímero a partir de invariantes, en
realidad) unilateralmente determinado por la codicia.

DERECHOS DE 4ª GENERACIÓN Se toman algunos derechos de la tercera generación


y los incluyen en la cuarta, como el derecho al medio ambiente o aspectos
relacionados con la bioética, La cuarta generación de derechos humanos no es
estrictamente conferida o atribuible a seres humanos, sino que son los derechos
de los animales no-humanos. Ejemplos son la conservación de especies en peligro
de extinción y trato ético a animales no-humanos.

DERECHOS DE 5ª GENERACIÓN 0 La quinta generación de derechos humanos


tampoco será estrictamente extensible a seres humanos, sino a maquinas,
artefactos, robots y software inteligente. Ejemplo será el día en que un robot
pueda tener una conducta autárquica con respecto a su programador y realice un
acto ilegal. ¿Habrá que castigarle?, ¿otorgarle derechos de protección legal justa?

La quinta generación de derechos humanos tampoco será estrictamente extensible


a seres humanos, sino a maquinas, artefactos, robots y software inteligente.

Ejemplo será el día en que un robot pueda tener una conducta autárquica (libre)
con respecto a su programador y realice un acto ilegal. ¿Habrá que castigarle?,
¿otorgarle derechos de protección legal justa?

IV. Conclusiones.

Hemos visto en este breve ensayo cómo el concepto de derechos humanos es una
categoría sobre todo ligada al tránsito a la modernidad en la vida humana y a la
filosofía jusnaturalista. Aunque se pueden definir los derechos humanos como
aquéllos inherentes a la naturaleza del hombre y que le dan dignidad y valor, su
ejercitación sólo puede ser posible cuando tales derechos se materializan en
disposiciones legales que permiten tutelarlos, poniendo cotos al poder frente a la
libertad del individuo. De esta manera, el concepto es un concepto histórico y por
lo mismo sus contenidos han ido cambiando en un sentido acumulativo a partir de
la aparición del Estado nación moderno. De ahí que se hable de varias generaciones
de derechos. Los derechos de primeras generación son sobre todo los derechos
civiles: vida, libertad, seguridad, propiedad, etc. Los derechos de segunda
generación, llamados también de participación y muy relacionados con los
primeros en su creación histó- rica, son los políticos: libertad de expresión, de
religión, de prensa, de asociación y sobre todo el derecho as: el sufragio, que
permite reconocer el poder del ciudadano organizado para darse su propia forma
de gobierno: la soberanía en el más alto sentido del término. Estos dos tipos de
derechos corresponden con el llamado Estado liberal de derecho que predominó
de los siglos XVIII a principios del XX. Una tercera generación de derechos
comprende derechos sociales, económicos y culturales, y están sobre todo
relacionados con la necesidad de las sociedades de establecer controles y barreras
a la expansión de un capitalismo voraz que destruía a las clases obreras y
campesinas. Ello requirió la transformación del Estado liberal, abstencionista, no
intervencionista en la vida social y económica, en un Estado social de derecho,
activo y decidido a implementar medidas para resolver problemas sociales,
económicos y culturales de la sociedad. Aquí se contemplan derechos tales como
el de la organización sindical, el acceso a la educación gratuita, a la cultura, a un
pedazo de tierra, etc., que fueron implementados sobre todo a principios del siglo
XX como en el caso de la constitución mexicana de 1917, aunque la experiencia
alemana de Bismarck en el último cuarto del siglo XIX es su principal antecedente.
El tipo de estado que corresponde a esta época es el Estado social de derecho o
estado de bienestar social. También corresponde a este tipo de estado la llamada
cuarta generación de derechos, todavía no definida claramente porque se debate
en ella. Pertenecen a esta generación distintos grupos de derechos llamados de
solidaridad o de los pueblos, como los relacionados con la protección del
ecosistema y el patrimonio de la humanidad; los relativos a la necesidad de un
estatuto sobre la vida humana de cara los importantes avances de la ciencia en
campos antes no pensados en la historia del hombre y los relativos a los avances
de la tecnología en áreas como la comunicación y la información. Algunos de estos
derechos reclamados recientemente son redefiniciones en las nuevas
circunstancias históricas de derechos de anteriores generaciones. Las generaciones
de derechos no se han asentado de la misma manera en los distintos estados
nacionales del mundo. Mientras algunos estados discuten cómo incorporar y tutelar
nuevos derechos que se agrupan en una cuarta generación, en algunas regiones
apenas se transita por las primeras generaciones de los mismos. Lo mismo sucede a nivel
de los organismos internacionales, que han respaldado sobre todo los derechos de las dos primeras
generaciones y de la cuarta, desatendiendo el carácter tutelado de los derechos de tercera
generación: económicos, sociales y culturales, porque suponen fuertes erogaciones presupuestales
de los Estados, relacionadas con políticas públicas de desarrollo; y en esto último la negativa de las
élites dirigentes es crucial en el poco avance. Dentro de los derechos de cuarta generación, podemos
agrupar también a los derechos de los pueblos indios de América al disfrute de su cultura y a la
autodeterminación. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aunque no tiene carácter
vinculatorio, es considerada como derecho consuetudinario internacional, y establece, antes que
los propios derechos individuales, el derecho de los pueblos a la libre determinación o
autodeterminación. Se trata aquí de la concepción de la ONU, de una atribución de los
conglomerados humanos que viven en los territorios antiguamente colonizados, para asumir una
soberanía nacional; pero esta misma atribución se les ha negado a las llamadas “minorías”, pueblos
desde el punto de vista sociológico —que comparten una serie de valores e identidades culturales
tales como religión, lengua, tradición, etc.—, que viven en sociedades donde el control de los
aparatos de Estado es patrimonio de otro pueblo o grupo con identidades diversas a aquéllos.53
Por esta situación, en primer lugar no existía en los documentos de Naciones Unidas una definición
clara del concepto de “pueblo”. En segundo lugar, las organizaciones indígenas venían insistiendo
desde hace dos décadas en que se utilice el concepto de pueblos indios en documentos
internacionales. En tercer lugar el convenio 169 habla de pueblos, pero señalando que se deslinda
del uso dado a este concepto en el derecho internacional. En cuarto lugar, hay argumentos sólidos
de naturaleza sociológica y cultural para que el concepto de pueblos sea utilizado en relación a las
poblaciones indígenas. El temor de los estados americanos a utilizar el concepto sociológico de
pueblos, está asociado al reclamo que se deriva de ese reconocimiento: el derecho a la libre
determinación. Quinto: el temor deriva de la creencia de que desencadenaría movimientos
separatistas, pero esos temores son infundados, ya que la definición que los propios movimientos
indígenas hacen de la autonomía como libre determinación, es entendida en los límites de Estados
nacionales actualmente existentes. Conciben la autonomía más como la capacidad de autonomía
regional o local y pugnan por una nueva relación con el Estado. Se trata de un concepto de
autodeterminación interna y no externa; en donde la autonomía tiende a fortalecer la unidad
nacional en vez de minarla. Varios países ya han establecido, como el caso de Nicaragua, regimenes
autonómicos diversos, que son considerados como satisfactorios para todos los actores
organizados.54 Durante más de diez años, un grupo de trabajo surgido de la Subcomisión de
Prevención de Discriminaciones y Protección de Minorías, de la Comisión de Derechos Humanos de
la ONU, discutió los términos de una propuesta de Declaración sobre los Derechos de los Pueblos
Indios, que finalmente fue consensada. La creación del Consejo de Derechos Humanos, a principios
del año 2006, por parte de las Naciones Unidas, que sustituye a la Comisión del mismo nombre, le
dio mayor jerarquía en el orden internacional al tema de los derechos humanos. Ello ha permitido,
que en su primera sesión en junio de ese mismo año adoptara el proyecto de Declaración
mencionado antes, el cual por fue sometido finalmente tres meses más tarde a la consideración de
la Asamblea General de la ONU. Superadas algunas diferencias que llevaron a realizar algunos
pequeños ajustes al proyecto original para alcanzar los respaldos necesarios, finalmente fue
aprobada el 13 de septiembre de 2007. Con ella, el paso para el reconocimiento de los derechos de
los pueblos indios en los Estados nacionales, parece estar cerca si se dispone de un instrumento que
aunque no es tutelar todavía, sí contiene la fuerza moral y política para derribar barreras nacionales.
Y para el caso de nuestro país, abre mejores posibilidades para posicionar el tema de nuevo en la
agenda nacional, avanzar en una reforma más completa a nivel de la constitución que reconozca la
personalidad jurídica de pueblos y comunidades indígenas, profundizar en la reforma a la legislación
federal particular, reformar las constituciones locales en las dos terceras partes de los estados que
aún no han incorporado la reforma federal de 2001 y hacer realidad el mandato constitucional de
que estados y municipios asignen partidas específicas para la población indígena; mandato que se
cumple de manera escasa en unos pocos estados y en ningún municipio revisado hasta la fecha por
quien esto cierra.
Cuarta generación de los Derechos Humanos
Este con junto de avances en informática, matemática aplicada y tecnología de telecomunicaciones que se
agrupan bajo la etiqueta de nuevas tecnologías de la in formación y la comunicación (TIC), han cambiado
nuestras relaciones sociales de un modo tan acelerado, que han producido una auténtica revolución de
la información, del mismo modo que en su momento fue la revolución Industrial; amenazando con transformar
por completo nuestra idea de so cie dad y de las estructuras que la conforman. El uso de las informaciones
permite influir y controlar la conducta de los ciudadanos sin necesidad de recurrir a medios coactivos, por lo
que la libertad personal y las posibilidades rea les de intervenir en los procesos socia es, económicos y
políticos se hallan determinadas por el acceso a la información. Hoy en día asistimos a la aparición de nuevas
estructuras sociales, de nuevas formas de interrelación humana, de nuevas comunidades virtuales, cuyo
patrón de adscripción no es el territorio, ni la lengua compartida, si no un nuevo modelo visionario de la
sociedad que encuentra en la comunicación no-presencial un elemento de unión entre individuos, y que en su
conjunto representan también el riesgo de la aparición de otras maneras de agresión al sistema de derechos
humanos.
En efecto, es te mundo tan sorprenden te por su carácter radicalmente distinto, crea una problemática que su
pone un reto inédito para el derecho, tanto en la adaptación de conceptos y teorías jurídicas al nuevo medio,
como en la creación y desarrollo de nuevas fórmulas, porque los conceptos y teorías que funcionan o han
funcionado perfectamente en el mundo "real" o "analógico" son incapaces de hacer frente a la multitud
deproblemas generados en el mundo "virtual". No se trata de que el advenimiento del mundo digital provoque
la obsolescencia de los conceptos y teorías jurídicas tradicionales, sino más bien que algunas características
totalmente nuevas impidan, tanto la aplicación de los instrumentos jurídicos tradicionales, como su adaptación
al nuevo medio y, por tanto, exigen una respuesta nueva por parte del orden jurídico.
La existencia tanto de amenazas como de oportunidades en la transición a una sociedad de la información
subraya la necesidad de crear garantías normativas y políticas públicas que guíen el proceso hacia el
resultado previsto. Así como a lo largo de su proceso de desarrollo aparecieron nuevos derechos humanos en
cuanto concreción o derivación de otros anteriormente consagrados y de carácter más genérico (como el caso
de del derecho a la objeción de conciencia en cuanto que concreción del derecho a la libertad de conciencia);
o bien surgieron otros como consecuencia de la aparición de nuevas formas de agresión al sistema de
derechos humanos o de nuevos bienes de la personalidad (como el derecho a la paz, el derecho al medio
ambiente sano, el derecho al desarrollo, el derecho a un mundo multicultural en el que se respeten las
minorías étnicas, lingüísticas y religiosas o el derecho a la libre circulación de las personas, no sólo de
capitales y bienes, que permita condiciones de vida dignas a los trabajadores inmigrantes).
Las profundas trasformaciones sociales, la expresión abrupta de conflictos de intereses entre los sectores
involucrados y las riesgosas manipulaciones en áreas de lo público y de lo íntimo, que provocan las
tecnologías de la información y las comunicaciones, abren camino para el gran desafío del derecho
constitucional en el siglo XXI: el desarrollo y proceso de positivación de nuevas categorías de derechos
fundamentales, así como la adecuación de las ya existes de la primera, segunda y tercera generaciones, al
entorno de la sociedad de la información y del conocimiento; es decir, el advenimiento de la cuarta generación
de los derechos humanos, que garantizarán el nuevo status del individuo de la sociedad digital, y en los que la
universalización del acceso a las TIC, la libertad de expresión en la red y la libre distribución de la información
y conocimiento juegan un papel determinante.
Los derechos humanos de la primera generación se soportan axiológicamente a partir de la necesidad
existencial del ser humano como ser racional en lo privado primero y en lo público luego; los de segunda
generación se basan en la necesidad del desenvolvimiento de éste en los marcos sociales y económicos de
una sociedad determinada, dimensiones imprescindibles para la propia reproducción humana; los de tercera
generación se explican en la inefable prioridad del mantenimiento y subsistencia de la raza humana como tal,
mientras que los de la cuarta generación se sustentarían en la necesidad urgente e inédita de asegurar a
todos los individuos el acceso a las tecnologías de información y comunicación, fomentar el flujo e intercambio
de información, alentando la transferencia de conocimientos y estimulando la innovación y formación de
capital humano, en el objetivo de que la sociedad de la información esté orientada a eliminar las diferencias
socioeconómicas existentes, evitar la aparición de nuevas formas de exclusión y transformarse en una fuerza
positiva para todos los pueblos del mundo, reduciendo la disparidad entre los países en desarrollo y los
desarrollados, así como en el interior de las naciones.
El elemento finalístico implícito de estos derechos fundamentales de la cuarta generación los diferencia y hace
absolutamente distintos a los de las tres generaciones anteriores, a saber: el uso y aprovechamiento de las
tecnologías de información y comunicación (TIC) como indispensables para satisfacer las necesidades de los
individuos, de las comunidades y de la sociedad en general; el progreso social y económico y bienestar de las
personas y de las comunidades, como prioridad en las actividades destinadas a construir una sociedad de la
información; el acceso universal a las tecnologías de la información y comunicación como objetivo de todos
los actores involucrados en la construcción de la sociedad de la información; la sociedad de la información
al servicio del interés público y al bienestar social, mediante su contribución a la erradicación de la pobreza, la
generación de la riqueza, la promoción y el realce del desarrollo social, la participación democrática, la
diversidad lingüística y la identidad cultural, asegurando siempre iguales oportunidades de acceso a las
tecnologías de información y comunicación; la sociedad de la información como eminentemente global.
Como consecuencia, como ideal final en el espacio digital, la cuarta generación de derechos humanos
comprendería el derecho a la plena y total integración de la familia humana; igualdad de derechos sin
distingos de nacionalidad, y el derecho a formar un Estado y Derecho supranacionales. O sea que su fin
último, esta nueva generación de derechos fundamentales obedecería a la necesidad de concebir a la
humanidad como una sola familia; a que todos sus miembros sumen esfuerzos para el bienestar global, y
sería el resultado del inevitable desenvolvimiento de la organización política social hacia formas cada vez
mayores y complejas; y, junto a ello, también el arribo hacia ordenamientos jurídicos correspondientes a esas
nuevas formas. Esta sería la etapa de hacer realidad el principio de la unidad en la diversidad.
Se debe a Robert B. Gelman la emisión en 1997 de una propuesta de Declaración de los Derechos Humanos
en el Ciberespacio, basada en los principios que inspiran la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de las Naciones Unidas de 1948. En su redacción se hace referencia a nuevas versiones o modalidades de
derechos tradicionalmente aceptados, que cobran en el nuevo espacio on-line una importancia especial,
amplificando tanto los riegos para su defensa como las nuevas posibilidades de promoción y desarrollo. En
otros puntos de su exposición se presentan nuevos derechos que están basados en las nuevas vías para la
libertad de expresión y de asociación (por ejemplo, en colegios invisibles, comunidades virtuales,
comunidades de intercambio tipo Napster, etcétera) que surgen al abrigo de las nuevas tecnologías. En el
preámbulo de esta de esta declaración se destacan varios factores que justifican dicha iniciativa. En primer
lugar, las autopistas de la información representan un camino abierto para la potencial mejora de la condición
humana, para la libertad, la justicia, la igualdad y la paz mundiales, acercando a las personas más allá de las
fronteras y creando un entorno en el que la diferencia no es vista como un elemento amenazador. Se
reconoce también que todas las personas tienen derechos inalienables relativos a la libertad de expresión, y
que en una sociedad global, los derechos humanos se deben extender para incluir el acceso a la educación y
el derecho a estar conectados libre y universalmente a las redes telemáticas. Por último, se señala que es
vital promover la difusión de información, como un recurso que, al compartirse, se multiplica, en lugar de
dividirse entre sus poseedores, que no se degrada con el uso, no se consume, sino que adquiere una
mayor calidad cuando se difunde y se comparte, y cuyo valor no se relaciona directamente con su escasez.
Con esta perspectiva, el grado de desarrollo actual de las tecnologías de la información y comunicación obliga
revisar de inmediato en los siguientes aspectos del Derecho:
4.1. Los derechos que protegen la vida privada:
La incorporación de las nuevas tecnologías, que permiten la circulación de millones de datos en cuestión de
segundos, conlleva la aparición de nuevas posibilidades de intromisión y control en la vida privada de los
individuos, y, en esa medida, la necesidad de reforzar los sistemas de protección y de
seguridad electrónica que posibiliten el ple no y libre ejercicio de los derechos que protegen
constitucionalmente la esfera privada de las personas, en especial los relativos a la intimidad, la inviolabilidad
del domicilio y el secreto de las comunicaciones.
Ello implica que el legislador habrá de buscar un adecuado equilibrio entre la protección de tales derechos y
otros derechos e intereses no menos relevantes, como son los derechos a una comunicación libre, el interés
creciente que tiene la sociedad en la circulación de la información sobre los individuos y el también legítimo
interés del Estado en garantizar la aplicación de la ley. Indudablemente que la exigencia de que se proteja la
intimidad experimentará un fuerte aumento al hacerse realidad el potencial de las nuevas tecnologías,
capaces de conseguir (incluso más allá de las fronteras nacionales) información detallada sobre individuos a
partir de fuentes en forma de datos, voz e imágenes, y de manipular dicha información. Sin la seguridad legal,
la falta de confianza por parte de los consumidores socavará sin duda el rápido desarrollo de la sociedad de la
información.
4.2. La igualdad en las condiciones de acceso a las nuevas tecnologías (servicio universal).
Problema de crucial que plantea la sociedad de la información en el ámbito de los derechos, es el relativo a la
desintegración social y la oposición de los que tienen acceso a las nuevas tecnologías y los que no. En el
futuro podrían existir diferentes modelos de sociedad de la información, como ahora existen diferentes
modelos de sociedades industrializadas. Es posible que difieran en el grado en el que evitan la exclusión
socialy en la creación de nuevas oportunidades para los menos afortunados. Por ello, la obligación de los
poderes públicos de promover la igualdad y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida pública
adquiere así una nueva dimensión en la sociedad de la información. La difusión de las nuevas tecnologías
aporta nuevas oportunidades para construir una sociedad más igualitaria y participativa. Evitar la exclusión de
parte de la población constituye el reto más importante que plantea la era del conocimiento.
Uno de los principales riesgos de la nueva sociedad de la información reside en la creación de una "sociedad
de dos velocidades", en la que una parte de la población tenga acceso a la nueva tecnología, la maneje con
soltura y goce plenamente de sus beneficios, mientras que otra parte quede absolutamente excluida. Esto
plantea la necesidad de establecer salvaguardas jurídicas y de garantizar la cohesión de la nueva sociedad.
Deberá garantizarse a todos un acceso equitativo a la infraestructura, al igual que la prestación de un servicio
universal, cuya definición debe ir de la mano de la evolución tecnológica. La educación, la formación y la
promoción desempeñarán necesariamente un papel fundamental.
4.3. Las telecomunicaciones como soporte para el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión
e información.
Es vital la trascendencia que tienen los servicios de telecomunicación, y concretamente los medios
de comunicación social (servicios de difusión), no sólo como cauce para el desarrollo de los nuevos servicios
de la sociedad de la información y de las nuevas tecnologías, sino también como soporte para el ejercicio de
los derechos constitucionalmente reconocidos y garantizados a la libertad de expresión y a informar y ser
informado.
4.4. La integración entre sistemas de comunicación y medios de comunicación social.
Debido a la convergencia entre la tecnología de telecomunicaciones, la informática y la radiodifusión, las
nuevas tecnologías afectan a todos los sistemas de comunicación hasta este momento considerados como
sistemas independientes: los sistemas privados o de comunicación bidireccional o interpersonal (teléfono,
correo, fax, etcétera) y los medios de comunicación de masas, o de comunicación unidireccional entre un
centro emisor inteligente y una multitud de receptores pasivos.
Como consecuencia de las posibilidades técnicas que ofrecen las nuevas tecnologías, caracterizadas por la
integración entre ambos sistemas de comunicación y sus posibilidades de interactividad para los usuarios
(el paradigma de este fenómeno es Internet), la distinción tradicional entre emisor y receptor de información
sobre la que se basa la dicotomía entre sistemas de comunicación y medios de comunicación social tiende a
difuminarse, lo que lleva a la necesidad de explorar nuevos modelos de intervención pública en este ámbito en
los que se refleje la variedad de tipos de comunicación que ofrecen las nuevas tecnologías.
4.5. La concentración de medios y la garantía del pluralismo.
La concentración de los medios de comunicación escrita y audiovisual que se está produciendo como
consecuencia de la fusión entre los sectores de información y entretenimiento, da lugar a la creación de unos
pocos grandes imperios de la comunicación dedicados a la producción, distribución y presentación de
recursos electrónicos de información, lo que desvanece la distinción tradicional entre la prensa, la radio,
la televisión, las telecomunicaciones y las empresas productoras de contenidos. Este proceso de
concentración o integración de medios tiene lugar tanto en un sentido vertical, agrupando a
los proveedores de contenidos, a las empresas titulares de redes o medios de transmisión y a las compañías
fabricantes de equipos electrónicos e informáticos, como horizontal entre distintos medios de comunicación.
La excesiva concentración de medios, aunque parece una respuesta natural del mercado para afrontar las
elevadísimas inversiones que requieren las nuevas tecnologías de la información, plantea sin embargo el
problema de articular fórmulas específicas y más eficaces de control, además de las tradicionales que existen
en el derecho de la competencia, con el fin de garantizar adecuadamente el pluralismo cultural, social y
político que garantiza la Constitución.
4.6. El control de la información en Internet.
Otra situación que exige dilucidarse es la referida a la regulación de los contenidos que circulan por Internet,
y, más concretamente, la necesidad o no de establecer nuevas normas limitativas de la libertad de expresión
en Internet, distintas a las existentes para los medios tradicionales en el mundo analógico (comunicación
privada, prensa y radiodifusión).
La solución a tal cuestión es enormemente compleja debido al carácter mundial de las redes y, por tanto, a la
facilidad de eludir disposiciones nacionales con distintos grados de tolerancia. Pese a ello, dado el peligro
potencial que para determinados sectores (menores, por ejemplo) supone cierta información presente en la
red, algunos países sí han introducido normas específicas restrictivas de la libertad de expresión en Internet.
4.7. La libertad informática. Derecho fundamental de la cuarta generación.
Como ejemplo claro de esta nueva generación de derechos fundamentales, el derecho la intimidad ha
adquirido nuevas dimensiones en la sociedad de la información. En su calidad de pilar fundamental de la
protección a la individualidad de la persona se ha visto vulnerado por la transferencia indiscriminada de datos
que sobrepasa las fronteras y la soberanía de cada región, con una rapidez y facilidad sorprendentes. Internet
introdujo una modalidad de tratamiento invisible de los datos que se ha acentuado a través
del comercio electrónico. Todos los días miles de ciudadanos proporcionan sus datos personales de forma
expresa o tácita a empresas públicas y privadas a través de la red. Eso provoca que las empresas realicen
ciertos tratamientos de datos que no son perceptibles al usuario, ya sea porque se presentan en principio
como intrascendentes o bien porque se obtienen sin el consentimiento del usuario o a expensas de omisiones
ilegítimas de información que afectan su autodeterminación informativa.
Entre los riesgos asociados con el tratamiento y entrecruzamiento de datos personales se han señalado la
creación de perfiles, la asignación de identificadores únicos, la categorización de sujetos sin matices ni
variantes, la agregación y la toma de decisiones únicamente tomando como referencia la información
contenida en los bancos de datos. La toma de conciencia sobre esta circunstancia ha llevado a sostener, que
el derecho a la intimidad no pude seguir considerándose simplemente la ausencia de información acerca de
nosotros en la mente de los demás (el "déjenme solo"), sino que debe adquirir el carácter de un control sobre
la información que nos concerniera, o sea la facultad del sujeto de controlar la información personal que sobre
él figurara en los bancos de datos.
La libertad informática adquiere así la categoría de nuevo derecho fundamental que tiene como propósito
garantizar la facultad de los individuos para conocer y acceder a las informaciones que les conciernen
archivados en bancos de datos, controlar su calidad, lo que implica la posibilidad de autodeterminación
informativa, de corregir o cancelar los datos inexactos o indebidamente procesados y disponer sobre su
trasmisión. El control de la información personal está relacionado con el concepto de autonomía individual
para decidir cuándo y qué información referida a una persona, puede ser objeto de procesamiento
automatizado.
Como se ha demostrado, los derechos fundamentales son categorías abiertas y permeables a
nuevos valores y derechos. Esto significa que ellos constituyen una respuesta a las exigencias de respeto a la
dignidad humana en las nuevas realidades económicas, sociales, políticas, culturales y tecnológicas de los
pueblos. La aparición de las tecnologías de la informática, de las telecomunicaciones y de la telemática crea
nuevos espacios que requieren ser regulados por el Derecho, pero que sin duda alguna, irrumpen de forma
agresiva en las dimensiones de la libertad humana. Basados en estos argumentos es válido afirmar que el
derecho a la libertad informática constituye una respuesta a la contaminación de las libertades en la
sociedad cibernética, como un derecho fundamental de la cuarta generación, asegurando que la información
de carácter íntimo o privado del individuo no pueda ser manipulada o trasmitida por terceros sin su
consentimiento y que sea rectificada y actualizada en los casos que sea necesario.
El derecho fundamental a la libertad informativa ha surgido así para aplicarse a nuevas realidades jurídicas,
que sólo parcialmente, pueden ser descriptas o fundamentadas a través de la noción tradicional de
"intimidad", y pensamos que incluso el encuadre como "derecho personalísimo" genera restricciones. El
derecho a la autodeterminación informativa pertenece al contexto de la era informática, y cada día es más
dudoso afirmar que esta como leja disciplina legal estuviera ya implícita en las referencias generales al
derecho a la intimidad insertas en cuerpos normativos del ámbito nacional o internacional de la era pre-
informática.
Cuadro comparativo de Derechos Humanos en las
constituciones
Otras nuevas generaciones
5° Generación
La quinta generación de derechos humanos tampoco será estrictamente extensible a seres humanos, sino a
maquinas, artefactos, robots y software inteligente. Ejemplo será el día en que un robot pueda tener una
conducta autárquica (libre) con respecto a su programador y realice un acto ilegal. ¿Habrá que castigarle?,
¿otorgarle derechos de protección legal justa?

La cuarta generación de derechos humanos no son estrictamente conferidos o atribuibles a seres


humanos, sino que son los derechos de los animales no-humanos. Ejemplos son la conservación
de especies en peligro de extinción y trato ético a animales no-humanos.

La quinta generación de derechos humanos tampoco sera estrictamente extensible a seres


humanos, sino a maquinas, artefactos, robots y software inteligente. Ejemplo sera el día en que un
robot pueda tener una conducta autarquica con respecto a su programador y realice un acto ilegal.
¿Habrá que castigarle?, ¿otorgarle derechos de protección legal justa?
Ante todo cabe reflexionar sobre la utilización de este titulo, debo decir que la cuarta
generación ya ha sido reservada para los derechos vinculados a la internet que sin lugar a
dudas tendrán en los próximos años un alcance inusitado. Los derechos de quinta generación
son aquel grupo de prerrogativas innovadoras, protegidas por leyes del siglo XXI en países de
cuño liberal y progresista que cumplen un papel de secularización muy marcado pues denotan
el intento final para separar completamente la lógica religiosa, en general cristiana, del alcance
de los derechos que alcanzan a un individuo. Puedo citar como meros ejemplos el matrimonio
gay (llamado igualitario en Argentina) o la ley de identidad de género y sin dudas el máximo
alcance y finalización de esta generación de derechos será la consagración del derecho de la
mujer a disponer de su cuerpo en forma interruptiva de su embarazo, ergo, el derecho al
aborto sin las limitaciones actuales.

Las generaciones de derechos a mi entender pueden definirse con un patrón según el cual
hay una proporcionalidad directa entre el número de generación y la importancia del bien
tutelado, es decir, al alejarnos de los derechos de primera generación notamos que el carácter
de imprescindible de la tutela de los derechos se va desvaneciendo y las razones por las que
se pretende legislar dejan de basarse en la mera justicia social y hasta jurídica, acercándose a
aspectos políticos. No niego que el avance de medios tecnológicos antes desconocidos y el
progresivo "desarrollo" de las sociedades requieren nuevas tutelas pero no es menos cierto
que la gran mayoría de los derechos esenciales terminan sólo al mencionar un pequeño
catalogo de prerrogativas que toda persona debe tener a su alcance y el resto, quizás siendo
algo ácido, no podrían siquiera llamarse derechos sino meros artilugios políticos.

Otro patrón interesante es que a medida que avanzan las generaciones de derechos
aumenta su capacidad de satisfacción, es decir si el derecho a la dignidad o a la vida con su
amplio espectro son de dificultosa y, hasta diría, imposible satisfacción total, este tipo de
derechos de quinta generación (que a mi entender no son derechos per se) son tan simples en
cuanto a su respeto como hacer meros cambios en el ámbito administrativo, permitiendo por
ejemplo que un hombre o mujer cambien su nombre con un nuevo DNI que acredite su
renovada identidad. Con eso basta, no es necesario invertir millones en inclusión social y se
puede agasajar a una enorme comunidad con dos o tres leyes de 30 o 40 artículos cada una,
redactadas con prístina técnica.
La tan mentada modernidad permite darle a la ley un alcance que no necesariamente
merece, así como en otras oportunidades trataré lo innecesario de un catalogo delictual tan
complejo ahora cuestiono una actitud política que va dirigida a agrupar ciertos aspectos bajo
una generación de derechos que si bien es novedosa (no creo haberla leído en otro lugar sin
arrogarme su creación) no por esto no es criticable. El derecho a la autodeterminación del
género es un derecho?, o formulado desde otro punto de vista, si fuese un derecho humano,
acaso no sería mejor preocuparse por la tutela efectiva de aquellos derechos de primera,
segunda y tercera generación en lugar de crear nuevos espectros legales para satisfacer la
petición de grupos con intereses sectarios que no buscan el bien para la comunidad sino para
"su" comunidad?. Con cada matrimonio igualitario que se festeja hay un niño que no tiene
acceso a la educación o está por las tardes vendiendo encendedores por alguna ciudad que
pretende ignorarlo cuando el trabajo infantil está claramente prohibido y todas las
convenciones a las que ha suscrito Argentina consagran el derecho a una niñez digna, con
esparcimiento y pleno desarrollo del menor. Si nos preocupásemos por satisfacer a aquel niño
en lugar de intentar "ganar" adeptos políticos?. Se que quienes lean esto pensaran con algo
de astucia que si anteriormente mencioné el poco esfuerzo que se requiere para tutelar a los
llamados derechos de quinta generación, entonces no hay perdida para aquel niño....esto es
cierto, los derechos de quinta generación no se oponen a los de primera o segunda, o no
deberían, pero muestran un rumbo del estado que prefiere hacer publicidad de su progresismo
en lugar de ejercerlo con políticas concretas, algo harto difícil sin dudas.

No cuestiono per se los derechos de quinta generación, los critico en cuanto a su utilización
que esto quede bien en claro. No me opongo a que dos personas del mismo sexo contraigan
matrimonio pero cuando esto se permite para aglutinar sectores que pueden ser valiosos en
una elección, para darles la bandera de un partido y que jamas dejen de enarbolarla, es aquí
donde dudo sobre su plena legimitidad máxime la consideración realizada en el párrafo
inmediato anterior, es decir, el día que la dignidad, la vida, la salud (entre otros) sean
realidades y no derechos estáticos para hablar en la facultad de forma académica, será este
día donde estaré contento y reconoceré que los derechos de quinta generación existen en
plenitud. No puede construirse una casa sin cimientos, no puede hablarse de cuarta o quinta
generación si la primera, segunda y tercera están diezmadas, así como no hubiera existido
evolución humana para estar acá escribiendo este humilde blog (probablemente vos tampoco
podrías leerlo) si mi bisabuelo no hubiera existido o hubiera vivido en una miseria absoluta
propagada a mi abuelo, padre y ulteriormente a mi persona.
Tampoco cabe olvidar el rol de los medios de comunicación en los debates parlamentarios y
de forma mucho más genérica, con la asimilación completa de la comunidad homosexual a
todo programa, tira, miniserie y serie televisiva, pero esto indudablemente es rol de un
sociólogo y mi profesión de abogado no pretende inmiscuirse en aspectos que no me
corresponden.

Bibliografía

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