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I. INTRODUCCIÓN
El concepto de alimentos funcionales nació en Japón, en los años 80, cuando las
autoridades sanitarias japonesas se percataron de que para controlar los gastos sanitarios ,
generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar
también una mejor calidad de vida. Se introdujo así un nuevo concepto de alimentos que
se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer
enfermedades. Hasta la fecha, Japón es el único país que ha formulado un proceso de
aprobación regulatorio específico para alimentos funcionales. Conocidos como Alimentos
para Uso Específico de la Salud (FOSHU), estos alimentos son elegibles para llevar un sello
de aprobación del Ministerio de Salud y Bienestar de Japón (Arai, 1996). Actualmente, 100
productos están autorizados como alimentos FOSHU en Japón.1
Se ha descubierto que muchos productos alimenticios tradicionales, como las frutas, las
verduras, la soja o la leche, contienen componente s que pueden resultar beneficiosos
para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que añaden o
amplían estos componentes beneficiosos, por las ventajas que suponen para la misma.1
II. DEFINICIÓN
Es muy importante el concepto de que el efecto beneficioso debe conseguirse con las
cantidades que habitualmente se consumen del alimento de referencia. Este concepto
excluye por lo tanto a los denominados nutracéuticos, que se asimilan a suplementos
dietéticos que incorporan una fuente concentrada de un componente saludable. 3
Prototipos de este grupo de alimentos son la cebolla y el ajo, alimentos utilizados como
condimentos o especias en guisos y ensaladas. Ambos productos se justifican como
alimentos saludables por su alto aporte de flavonoides, compuestos polifenólicos con
propiedades antioxidantes y compuestos organoazufrados, respectivamente, cuyo
consumo se asocia en estudios epidemiológicos y experimentales con disminución de
riesgos de enfermedad cardiovascular, stress oxidativo y además poseen un efecto
anticancerígeno. El elevado contenido de inulina de la cebolla también es interesante,
debido a que este compuesto no se digiere ni absorbe a nivel del intestino delgado,
fermenta a nivel de colon y estimula selectivamente el desarrollo de los bacilos lácticos
que son denominados probióticos y son beneficiosos para la ecología intestinal; sin
embargo, su aporte nutritivo es escaso. En consecuencia, son alimentos cuyo consumo se
justifica por sus propiedades saludables y organolépticas y no por sus propiedades
nutricionales.4
Otro ejemplo de alimento de este grupo es el té, el que aporta polifenoles y en forma
específica flavonoides como el kemferol y quercetina, las que se correlacionan con la
disminución de enfermedades crónicas no transmisibles. Su consumo tiene que ser alto
para que se manifiesten las propiedades saludables. Se ha comunicado que una ingesta de
flavonoides de 30 mg diarios (equivalentes a 5 a 6 tazas de té) o más disminuye la
mortalidad de enfermedad cardiovascular desde un 18,5 por 1000 a un 7,8 por 1000.
Además, las catequinas son fuertes antioxidantes que actúan como anti-inicio, anti-
promoción y anti-progresión de la carcinogénesis. Este producto tampoco aporta
elementos nutritivos, y constituye un excelente representante de la quimoprevención.5
3.2. ALIMENTOS SALUDABLES Y FUNCIONALES DE BUEN VALOR NUTRITIVO
Un ejemplo de este grupo de alimentos es el poroto común o frejol, que presenta un alto
contenido de proteínas, almidones de velocidad de digestión intermedia, un alto
contenido de fibra dietética, fitatos, taninos y oligosacáridos no digeribles. El yogurt es un
alimento funcional con buen valor nutritivo por su alto aporte de calcio, proteínas de
buena calidad, alto contenido de riboflavina y aporte de probióticos, que le otorgan el
sello de alimento funcional. Los probióticos constituyen uno de los ingredientes
funcionales más consumidos y habitualmente se presentan como mezclas de lactobacilos y
bifidobacterias.6
Un buen ejemplo de éstos es el chocolate. La pasta del cacao posee una alta concentración
de polifenoles, de flavanales como la catequina y epicatequina, flavonoles como la
quercetina y antocianidinas como las cianidinas y sustancias estimulantes como las
metilxantinas (teobromina y cafeína). Sin embargo, el alto contenido de grasa saturada
(principalmente ácido esteárico, 18:0) en la manteca de cacao y de azúcares, lo hacen
poco recomendables para las personas con riesgo de obesidad y enfermedades
relacionadas. Por lo tanto, la recomendación de su consumo debe evaluarse de acuerdo a
la persona a la que va dirigida.7
3.5. ALIMENTOS SALUDABLES CONTROVERTIDOS
En este grupo se encuentran el vino y la cerveza, que provocan una gran discusión en
cuanto a la recomendación que propende a un aumento de su consumo. Aunque
contienen flavonoides y otros fitoquímicos saludables, el consumo de estas bebidas
alcohólicas debe moderarse en países en que el alcoholismo es un riesgo para la salud.8
CAROTENOIDES
FIBRAS DIETETICAS
ÁCIDOS GRASOS
FLAVONOIDES
ESTEROLES VEGETALES
Ester estanol Maíz, soya, trigo Reduce los niveles de colesterol sanguíneo
PREBIOTICOS/PROBIOTIC
OS
Existe evidencia científica continuada de que la dieta y la nutrición son factores muy
importantes en la promoción y el mantenimiento de una buena salud durante todo el ciclo
vital de las personas. En este contexto, los alimentos funcionales no deben sustituir a
ningún alimento natural, sino que deben incorporarse a nuestros aportes sobre la base de
una dieta equilibrada y variada, complementada con la práctica habitual de ejercicio físico
gratificante (figura 1).10,11
VI. ALIMENTOS FUNCIONALES, REDUCCION DEL COLESTEROL Y
DISMINUCION DEL RIESGO CARDIOVASCULAR
Diversos alimentos funcionales, tanto diseñados por la naturaleza como por la industria
humana, influyen favorablemente en el perfil lipídico y, en conjunción con una dieta
saludable, son útiles en el tratamiento de pacientes dislipidémicos. Se dispone de
evidencias científicas consistentes de un efecto beneficioso para el perfil lipídico para los
siguientes alimentos: fibra soluble, esteroles vegetales, frutos secos, bebidas alcohólicas y
ácidos grasos n-3. En dosis apropiadas, los tres primeros tienen un claro efecto
hipocolesterolemiante, con reducciones del colesterol LDL de alrededor de un 10%. En el
caso de los fitoesteroles, se ha comprobado que este efecto es complementario con el de
las estatinas. Las personas que consumen bebidas alcohólicas con moderación tienen un
colesterol HDL más alto que los abstemios. En dosis de al menos 2 g al día, los
suplementos de ácidos grasos n-3 tienen un claro efecto hipotrigliceridemiante. Las
evidencias recientes son controvertidas en el caso de otros alimentos o suplementos que
se habían considerado hipocolesterolemiantes, como el ajo, la proteína y lecitina de soja, y
dos variedades de fibra soluble, los β-glucanos y los fructanos. Un patrón dietético
funcional que incluye varios de estos alimentos en el contexto de una dieta rica en
vegetales y baja en grasa animal tiene un alto potencial de mejorar la mayoría de factores
de riesgo cardiovascular, tanto lipídicos como no lipídicos.12
La base de la nutrición, es una alimentación completa y variada, que nos aporte los
nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Los alimentos
funcionales, complementan la función nutritiva y ayudan a la prevención de ciertas
enfermedades.12
• Fibra dietética: se trata de materia vegetal que resiste a la digestión y absorción por el
aparato digestivo. La fibra está naturalmente presente en vegetales, legumbres, frutas y
cereales. Su consumo se asocia a diversos efectos beneficiosos sobre la salud: favorece el
tránsito intestinal, menor riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, disminución del
colesterol en sangre o efecto protector frente al cáncer.
• Ácidos grasos omega 3: presentes en aceites de pescado, se han estudiado por su papel
en la prevención de enfermedades como el cáncer de mama o enfermedades
cardiovasculares.13
Evidencias no concluyentes
Proteína de soja ± - ±
Lecitina de soja ± - -
β-glucanos ± - -
Fructanos ± - -
Ajo ± - ±
VII.I CLASIFICACION:
VII.II ESTREÑIMIENTO:
El estreñimiento es uno de los trastornos digestivos crónicos más frecuentes .su frecuencia
puede variar según el concepto de estreñimiento que se utilice. Si se contempla solo la
frecuencia de deposiciones por semana, su prevalencia es de aproximadamente 5%de la
población, mientras que si considera estreñimiento como dificultad o esfuerzo para
defecar, la frecuencia llega hasta el 20-30%.referente al sexo, durante la infancia es más
frecuente en los niños. Pero en la adultez afecta más al sexo femenino que al masculino.
En los ancianos es por igual en ambos sexos. Las causas suelen ser múltiples: por
trastornos del funcionamiento del propio intestino-estreñimiento primario, descartando la
posibilidad de otra enfermedad como la relación que hay con las enfermedades
neurológicas o por la ingesta de medicamentos. El estreñimiento también puede ser la
manifestación de tumos intestinal (benigno o maligno).18
El tratamiento inicial del estreñimiento suele ser dietético, orientado hacia el consumo
mayor de fibra. El consumo recomendado de fibra es adultos es de 25-20 g al día o bien de
10 a 13 g/1.000 kcal, debiendo ser la relación insoluble/soluble de 3:1.18
VII.III EFETO PREVENTIVO DE LA FIBRA DIETETICA FRENTE A LA NEOPLASIA DE COLON:
La fibra disminuye el tiempo de tránsito intestinal, con lo que hay menos tiempo de
contacto de los carcinógenos con la pared del intestino.
La fibra dietética modifica la flora intestinal, produciendo una población de bacterias cuyos
metabolitos so menos peligrosos para la pared del colon. Por ejemplo, evitando el
crecimiento de cepas bacterianas que degradan los ácidos biliares en compuestos
cancerígenos.
La fermentación de la fibra soluble en el colon produce ácidos grasos de cadena corta.
Estos acidifican el lumen intestinal y disminuye la actividad intestinal de 7-alfa-hidroxilasa,
reduciendo la trasformación de ácidos biliares secundarios y sus metabolitos, que, como
hemos dicho anteriormente, son cocarcinogenesicos. Además, estimulan el flujo
sanguíneo en las paredes del colon.
Unos de los ácidos grasos de cadena corta utilizado preferentemente por la células del
colon como fuente de energía en su metabolismo parece ser el butirato; en estudios in
vitro se ha observado que este acido estimula el crecimiento de las células del colon y
reduce la degradación de las criptas de la mucosa y la aparición de neoplasias .también el
butirato está relacionado con la regulación del sistema inmune en el intestino. Estos
efectos se ven favorecidos por que el consumo de dietas ricas en alimentos de origen
vegetal implica un consumo reducido de proteínas y grasas animales, y elevado de
diferentes componentes vegetales protectores de las enfermedades degenerativas, como
los antioxidantes.19
Los productos lácteos se han convertido en los últimos años en una nueva fuentes de
aporte de fibra, utilizándose particularmente fibra soluble y maltodextrina resistente a
digestión (MRD) e inulina. Extensas investigaciones han demostrado que la ingesta
moderada de fibra prebiótica tiene como resultado un aumento de la flora bacteriana
benéfica. Este hecho contribuirá, por una parte, a tener un colon más sano, y además,
debido a este tipo de fibra promueve la absorción de calcio, se formaran huesos más sanos
y fuertes. También estimulara el crecimiento de bacterias beneficiosas, como las
bifidobacterias y los lactobacilus, los cuales protegen contra enfermedades y posibilitan un
mejor aprovechamiento de los nutrimentos, disminuyendo la incidencia de infecciones
gastrointestinales, disminuyendo el riesgo de diarreas ocasionadas por elementos
patógenos y reducen las posibilidades de padecer cáncer de colon.20
La MRD se produce mediante un proceso patentado en que el voluntariamente se cambia
la disposición de las moléculas de almidón de maíz a fin de convertir una porción de los
enlaces normales de glucosa alfa 1,4 en enlaces aleatorios alfa y betas 1.2,1.3,1.4. El
sistema digestivo humano digiere con eficacia solo los enlaces 1,4. Por lo tanto, el resto de
los enlaces creados son resistentes a la digestión, de modo que no se absorben en el
intestino delgado. La MRD se fermenta parcialmente en el intestino grueso y las fracciones
no utilizadas se excretan (efecto similar a la fibra insoluble). La MRD tiene efectos
prebióticos para la apropiada salud del tracto intestinal, contribuyendo a mantener los
niveles normales de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre, así como un grado de
laxación regular, y promueve el crecimiento de la micro flora benéfica en el intestino.20
La inulina es resistente a la hidrolisis por las enzimas digestivas humanas, de modo que
alcanza intacta el tracto final del aparato digestivo donde se metaboliza por las bacterias
que colonizan el intestino grueso. La flora intestinal de colon metaboliza previamente de
forma anaerobia la inulina, dando lugar, como productos de degradación, a ácidos grasos
de cadena corta, dióxido de carbono, lactato y otros metabolitos.20
Finalmente, un estudio de una leche contenido MRD e inulina tuvo por objetivo
determinar si la administración de un preparado lácteo enriquecido con un suplemento de
fibra soluble afecta a la sintomatología en el estreñimiento crónico primario idiopático. La
conclusión fue que la ingesta de un preparado lácteo como suplemento de fibra que
contiene 20 gramos de fibra soluble (inulina y MRD), mejora la situación de estreñimiento
crónico primario idiopático.20
21
Todos los alimentos naturales, que contienen vitaminas y minerales pueden considerarse
alimentos funcionales. Con la aparición de las nuevas tecnologías alimentarias pueden
suplementarse distintos productos con dichos micronutrientes y crear nuevos alimentos
funcionales enriquecidos en ellos, que pueden contribuir a mejorar nuestra alimentación, pero
con la gran abundancia de alimentos ricos en vitaminas y minerales, cabría preguntarse si es
necesario que se creen alimentos funcionales modificados para optimizar nuestra dieta. 22
INMUNIDAD Y NUTRICIÓN
El sistema inmunitario nos protege de los agentes infecciosos del medio ambiente y de otros
agentes nocivos. Podemos distinguir entre el sistema inmunitario innato (primeria línea de defensa
presente antes de la exposición a patógenos) y el adquirido, mediado por los linfocitos que
producen una respuesta especifica frente a un antígeno que persiste tras su desaparición, dando
lugar a una memoria inmunológica que ocasionara una respuesta mayor ante una nueva
exposición a dicho antígeno.22
Estos dos sistemas están comunicados entre sí a través del contacto directo célula a célula, con la
adhesión de moléculas y con la producción de citoquinas: factor de necrosis tumoral (TNF), la
interleuquina IL-1 y IL-6, que activan a neutrófilos, macrófagos y monocitos para iniciar la
destrucción de las bacterias y células tumorales.22
Numerosos estudios publicados en los últimos años sugieren que la leche debe de o sus
derivados debe de formar parte de la dieta diaria ya que constituye una fuente de calcio.
Además, nuevos estudios demostraron su efecto Hipotensor de la llamada dieta DASH, por
eso su consumo fue promovido por el American Heart Association en sus directrices para
prevenir y tratar la hipertensión.23
Algunos nuevos datos epidemiológicos se añaden a la ciencia emergente que indica que la
ingesta de calcio y especialmente el consumo de leche pueden dar lugar a cambios
beneficiosos para la salud a través de una reducción de peso y grasa corporal.
Todos estos hallazgos no son de ninguna manera sorprendente dada la alta densidad de
nutrientes.23
En cuanto a proteínas, alrededor del 80% es caseína (alfa, beta, gamma y kappa-caseína) y
el 20% restante, proteínas de suero (predominante beta-lactoglobulina y alfa-lacto
albúmina, pero también inmunoglobulinas, peptonas, lactoferrina y transferrina), aunque
también contiene pequeñas cantidades de enzimas (como lipoproteínas lipasa, fosfatasas
alcalinas, lacto peroxidasa) y trazas de compuestos no nitrogenados (amoniaco, urea,
creatinina, ácido úrico).23
Las proteínas individuales de la leche poseen una amplia gama de beneficios funcionales.
De igual modo, determinados aminoácidos de la leche de vaca son capaces de aumentar la
resistencia ósea y prevenir la pérdida de masa muscular. Las proteínas de la dieta aportan
los aminoácidos necesarios para el desarrollo y mantenimiento de células y tejidos de
nuestro organismo. Como consecuencia de la digestión de las proteínas, además de
aminoácidos libres, se liberan péptidos, que son cadenas con distintos números de
aminoácidos. 23
El ácido oleíco es el principal ácido graso monoinsaturado en la grasa láctea. Los ácidos
grasos poliinsaturado, como el ácido araquidónico, están presentes en pequeñas
cantidades en la grasa de la leche, pero el ácido linoleico está presente en una forma que
favorece su conversión en ácido araquidónico. Los ácidos grasos omega-3 se encuentran
en pequeñas, pero significativa, cantidades.23
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