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ALIMENTOS FUNCIONALES

I. INTRODUCCIÓN

El concepto de alimentos funcionales nació en Japón, en los años 80, cuando las
autoridades sanitarias japonesas se percataron de que para controlar los gastos sanitarios ,
generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar
también una mejor calidad de vida. Se introdujo así un nuevo concepto de alimentos que
se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer
enfermedades. Hasta la fecha, Japón es el único país que ha formulado un proceso de
aprobación regulatorio específico para alimentos funcionales. Conocidos como Alimentos
para Uso Específico de la Salud (FOSHU), estos alimentos son elegibles para llevar un sello
de aprobación del Ministerio de Salud y Bienestar de Japón (Arai, 1996). Actualmente, 100
productos están autorizados como alimentos FOSHU en Japón.1

El Consejo de Nutrición y Alimentación de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos


los define como «alimentos modificados o que contengan un ingrediente que demuestre
una acción que incremente el bienestar del individuo o disminuya los riesgos de
enfermedades, más allá de la función tradicional de los nutrientes que contiene».4 Por
otra parte, ILSI (International Life Sciences Institute) los define como «alimentos que, por
virtud de la presencia de componentes fisiológicamente activos, proveen beneficios para
la salud, más allá de la acción clásica de los nutrientes». Estas definiciones son genéricas,
lo que permite que cualquier alimento puede cumplir con las condiciones de la definición
y de esta forma el término funcional pierde su especificidad. El Centro de Información
Internacional de Alimentos (IFIC) los define como «aquellos productos a los cuales
intencionalmente se les adiciona un compuesto específico para incrementar sus
propiedades saludables» y define como alimentos saludables a aquellos que, en su estado
natural o con un mínimo de procesamiento, tienen compuestos con propiedades
beneficiosas para la salud. En este sentido, nos parece acertado que los alimentos
naturales que cumplen con estas propiedades se llamen alimentos saludables, y precisar el
uso del término funcional a aquellos que han experimentado algún cambio por el
procesamiento que conlleve un aumento de sus propiedades saludables. La perspectiva
europea de los AF difiere de la norteamericana, que los incorpora en el grupo de los
«nutracéuticos». En consecuencia, en Europa el concepto sólo se aplica a alimentos que
constituyen habitualmente parte de la dieta y excluye su consumo en forma de cápsulas,
comprimidos u otras formas farmacéuticas.2,3

El interés de los consumidores en la relación entre la dieta y la salud ha incrementado la


demanda de información sobre los alimentos funcionales y son muchos los factores
sociales y demográficos que contribuyen simultáneamente al creciente interés en este tipo
de alimentos. Además del envejecimiento, otros factores que han suscitado el interés por
los mismos son los avances tecnológicos en biotecnología y nutrición, la genómica y el
cambiante marco regulatorio referido a las declaraciones de propiedades saludables.1

Se ha descubierto que muchos productos alimenticios tradicionales, como las frutas, las
verduras, la soja o la leche, contienen componente s que pueden resultar beneficiosos
para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que añaden o
amplían estos componentes beneficiosos, por las ventajas que suponen para la misma.1

II. DEFINICIÓN

En la actualidad no existe un consenso general en cuanto a la definición de alimento


funcional. de acuerdo al Instituto Internacional de Ciencias de la Vida en Europa (ILSI-
Europe): “Un alimento puede considerarse funcional si ha demostrado satisfactoriamente
que afecta de manera beneficiosa a una o más funciones del organismo, más allá de sus
efectos nutricionales, de manera que es relevante tanto para mejorar el estado de salud y
bienestar como para reducir alguno de los factores de riesgo de enfermedades”. Incluyen
macronutrientes con efectos fisiológicos concretos (fibra, omega-3, calcio, etc.);
micronutrientes esenciales, en ocasiones con ingestas funcionales superiores a las ingestas
recomendadas. Pueden ser nutrientes o no nutrientes, esenciales o no esenciales,
naturales o modificados, pero siempre debe seguir siendo un alimento con formato
convencional en el contexto de una dieta equilibrada.3

Es muy importante el concepto de que el efecto beneficioso debe conseguirse con las
cantidades que habitualmente se consumen del alimento de referencia. Este concepto
excluye por lo tanto a los denominados nutracéuticos, que se asimilan a suplementos
dietéticos que incorporan una fuente concentrada de un componente saludable. 3

III. TIPOS DE ALIMENTOS FUNCIONALES

Existen numerosos ejemplos de alimentos saludables y funcionales. Para describirlos, los


hemos clasificado en torno a sus características nutricionales complementarias y a su
recomendación de consumo.

3.1. ALIMENTOS SALUDABLES DE BAJO VALOR NUTRITIVO

Prototipos de este grupo de alimentos son la cebolla y el ajo, alimentos utilizados como
condimentos o especias en guisos y ensaladas. Ambos productos se justifican como
alimentos saludables por su alto aporte de flavonoides, compuestos polifenólicos con
propiedades antioxidantes y compuestos organoazufrados, respectivamente, cuyo
consumo se asocia en estudios epidemiológicos y experimentales con disminución de
riesgos de enfermedad cardiovascular, stress oxidativo y además poseen un efecto
anticancerígeno. El elevado contenido de inulina de la cebolla también es interesante,
debido a que este compuesto no se digiere ni absorbe a nivel del intestino delgado,
fermenta a nivel de colon y estimula selectivamente el desarrollo de los bacilos lácticos
que son denominados probióticos y son beneficiosos para la ecología intestinal; sin
embargo, su aporte nutritivo es escaso. En consecuencia, son alimentos cuyo consumo se
justifica por sus propiedades saludables y organolépticas y no por sus propiedades
nutricionales.4
Otro ejemplo de alimento de este grupo es el té, el que aporta polifenoles y en forma
específica flavonoides como el kemferol y quercetina, las que se correlacionan con la
disminución de enfermedades crónicas no transmisibles. Su consumo tiene que ser alto
para que se manifiesten las propiedades saludables. Se ha comunicado que una ingesta de
flavonoides de 30 mg diarios (equivalentes a 5 a 6 tazas de té) o más disminuye la
mortalidad de enfermedad cardiovascular desde un 18,5 por 1000 a un 7,8 por 1000.
Además, las catequinas son fuertes antioxidantes que actúan como anti-inicio, anti-
promoción y anti-progresión de la carcinogénesis. Este producto tampoco aporta
elementos nutritivos, y constituye un excelente representante de la quimoprevención.5
3.2. ALIMENTOS SALUDABLES Y FUNCIONALES DE BUEN VALOR NUTRITIVO

Un ejemplo de este grupo de alimentos es el poroto común o frejol, que presenta un alto
contenido de proteínas, almidones de velocidad de digestión intermedia, un alto
contenido de fibra dietética, fitatos, taninos y oligosacáridos no digeribles. El yogurt es un
alimento funcional con buen valor nutritivo por su alto aporte de calcio, proteínas de
buena calidad, alto contenido de riboflavina y aporte de probióticos, que le otorgan el
sello de alimento funcional. Los probióticos constituyen uno de los ingredientes
funcionales más consumidos y habitualmente se presentan como mezclas de lactobacilos y
bifidobacterias.6

3.3. ALIMENTOS SALUDABLES NO CONVENCIONALES

La semilla de linaza es un alimento que no es consumido habitualmente en la dieta de gran


parte de los países y por esta razón es considerado como un alimento no convencional.
Contiene elevados porcentajes del ácido graso esencial alfa linolénico (18:3n-3), precursor
de EPA (20:5n-3) y DHA (22:6n-3), los que poseen una amplia gama de roles fisiológicos
destacados y cuyo consumo contribuye a disminuir los riesgos de enfermedades crónicas
no transmisibles. Además, esta semilla presenta concentraciones importantes de
antioxidantes, tales como flavonoides y lignanos, ácido fítico, tocoferoles y aporta
mucílagos hidrosolubles.6
3.4. ALIMENTOS SALUDABLES CONDICIONADOS

Un buen ejemplo de éstos es el chocolate. La pasta del cacao posee una alta concentración
de polifenoles, de flavanales como la catequina y epicatequina, flavonoles como la
quercetina y antocianidinas como las cianidinas y sustancias estimulantes como las
metilxantinas (teobromina y cafeína). Sin embargo, el alto contenido de grasa saturada
(principalmente ácido esteárico, 18:0) en la manteca de cacao y de azúcares, lo hacen
poco recomendables para las personas con riesgo de obesidad y enfermedades
relacionadas. Por lo tanto, la recomendación de su consumo debe evaluarse de acuerdo a
la persona a la que va dirigida.7
3.5. ALIMENTOS SALUDABLES CONTROVERTIDOS

En este grupo se encuentran el vino y la cerveza, que provocan una gran discusión en
cuanto a la recomendación que propende a un aumento de su consumo. Aunque
contienen flavonoides y otros fitoquímicos saludables, el consumo de estas bebidas
alcohólicas debe moderarse en países en que el alcoholismo es un riesgo para la salud.8

Actualmente existen muchos alimentos funcionales en el mundo. A continuación se


presentan algunos ejemplos de componentes de alimentos funcionales. Siendo Estados
Unidos uno de los países que tiene muy claro el objetivo de los alimentos funcionales para
llegar a prevenir enfermedades en la población, por ejemplo, resulta fácil encontrar barras
de cereales destinadas a mujeres de mediana edad, suplementadas con calcio para
prevenir la osteoporosis, o por proteína de soya para reducir el riesgo de cáncer de mama
y con ácido fólico, para un corazón más sano, panecillos energizantes y galletas
adicionadas con proteínas, zinc y antioxidantes. En Europa se utilizan rótulos que indican
"Valor aumentado", así como en Alemania se comercializan golosinas adicionadas con
vitamina Q10 y vitamina E. En Italia las góndolas de los supermercados ofrecen yogures
con omega 3 y vitaminas y Francia ofrece azúcar adicionada con fructooligosacáridos para
fomentar el desarrollo de la flora benéfica intestinal.9
CLASE/COMPONENTE ORIGEN BENEFICIO POTENCIAL

CAROTENOIDES

Betacaroteno zanahoria Neutraliza los radicales libres que podrían


dañar a las células

Luteína Vegetales verdes Contribuye a una visión sana

Licopeno tomate Podría reducir el riesgo de cáncer de


próstata

FIBRAS DIETETICAS

Fibra insoluble Cascaras de trigo Podría reducir el riesgo de cáncer de colon

Beta glucano avena Reduce el riesgo de enfermedad


cardiovascular

ÁCIDOS GRASOS

Omega 3, ácido graso, Aceites de peces Podrían reducir el riesgo de enf.


DHA Cardiovascular y mejorar funciones
mentales y visuales
Ácido linoleico Queso, productos cárnicos Podrían mejorar la composición corporal,
podrían reducir el riesgo de ciertos tipos de
cáncer

FLAVONOIDES

Catequinas Té Neutraliza radicales libres, podría reducir el


riesgo de cáncer
Flavonas Cítricos Neutraliza radicales libres, podría reducir el
riesgo de cáncer

ESTEROLES VEGETALES
Ester estanol Maíz, soya, trigo Reduce los niveles de colesterol sanguíneo

PREBIOTICOS/PROBIOTIC
OS

Fructooligosacaridos Achicoria, cebolla Podría mejorar la salud gastrointestinal

Lactobacilos Yogurt Podría mejorar la salud gastrointestinal

FITOESTROGENOS Podrían reducir los síntomas de la soya


menopausia

Isoflavonas Alimentos con soya

IV. UTILIDAD DE LOS ALIMENTOS FUNCIONALES


Según ILSI, los alimentos funcionales no constituyen una entidad única, bien definida y
correctamente caracterizada abarcando diversos componentes, nutrientes y no nutrientes,
que afectan a toda una gama de funciones corporales relacionadas con el estado de
bienestar y salud, la reducción del riesgo de enfermedad, o ambas cosas. todos son
alimentos o productos alimenticios comercializados con mensajes que destacan sus
propiedades saludables.10

Los alimentos funcionales en la infancia y adolescencia pueden contribuir a modular


funciones relacionadas con el crecimiento y desarrollo. desde el desarrollo esquelético
(calcio, vitamina C, vitamina d), desarrollo del tubo neural (ácido fólico), crecimiento y
composición corporal (factores de crecimiento, aminoácidos esenciales, ácidos grasos
poliinsaturados), función inmune (vitamina A, vitamina d, antioxidantes, ácidos grasos
omega-3 y omega-6, elementos traza, arginina, nucleótidos y nucleósidos, probióticos) o
des arrollo cognitivo y psicomotor (ácidos grasos omega-3 y omega-6, hierro, zinc o yodo).
Estos mismos elementos seguirán siendo de utilidad en la edad adulta y en relación a los
procesos de envejecimiento celular y funcional.10,11
Los alimentos con un contenido reducido en grasas y/o en azúcares y, por tanto, con
menor densidad calórica, pueden ser de utilidad en la prevención del exceso de peso y en
la mejora del perfil dietético ante la presencia de distintas patologías crónicas. El uso de
alimentos funcionales en la infancia, adolescencia y primeros estadios de la edad adulta
está más orientado a mejorar el estado de salud y bienestar que a la prevención de
enfermedades. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el desarrollo de factores
de riesgo y enfermedades crónicas que se manifiestan en la edad adulta o en la vejez
comienzan a desarrollarse antes de finalizar el periodo de crecimiento y desarrollo. Por
tanto, la ingesta de nutrientes en esta etapa puede contribuir a prevenir enfermedades
que se manifestarán potencialmente en etapas posteriores de la vida.10,11

V. INCLUSIÓN DE LOS ALIMENTOS FUNCIONALES EN LA DIETA HABITUAL

Existe evidencia científica continuada de que la dieta y la nutrición son factores muy
importantes en la promoción y el mantenimiento de una buena salud durante todo el ciclo
vital de las personas. En este contexto, los alimentos funcionales no deben sustituir a
ningún alimento natural, sino que deben incorporarse a nuestros aportes sobre la base de
una dieta equilibrada y variada, complementada con la práctica habitual de ejercicio físico
gratificante (figura 1).10,11
VI. ALIMENTOS FUNCIONALES, REDUCCION DEL COLESTEROL Y
DISMINUCION DEL RIESGO CARDIOVASCULAR

Diversos alimentos funcionales, tanto diseñados por la naturaleza como por la industria
humana, influyen favorablemente en el perfil lipídico y, en conjunción con una dieta
saludable, son útiles en el tratamiento de pacientes dislipidémicos. Se dispone de
evidencias científicas consistentes de un efecto beneficioso para el perfil lipídico para los
siguientes alimentos: fibra soluble, esteroles vegetales, frutos secos, bebidas alcohólicas y
ácidos grasos n-3. En dosis apropiadas, los tres primeros tienen un claro efecto
hipocolesterolemiante, con reducciones del colesterol LDL de alrededor de un 10%. En el
caso de los fitoesteroles, se ha comprobado que este efecto es complementario con el de
las estatinas. Las personas que consumen bebidas alcohólicas con moderación tienen un
colesterol HDL más alto que los abstemios. En dosis de al menos 2 g al día, los
suplementos de ácidos grasos n-3 tienen un claro efecto hipotrigliceridemiante. Las
evidencias recientes son controvertidas en el caso de otros alimentos o suplementos que
se habían considerado hipocolesterolemiantes, como el ajo, la proteína y lecitina de soja, y
dos variedades de fibra soluble, los β-glucanos y los fructanos. Un patrón dietético
funcional que incluye varios de estos alimentos en el contexto de una dieta rica en
vegetales y baja en grasa animal tiene un alto potencial de mejorar la mayoría de factores
de riesgo cardiovascular, tanto lipídicos como no lipídicos.12

VI.I BENEFICIOS PARA LA SALUD

La base de la nutrición, es una alimentación completa y variada, que nos aporte los
nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Los alimentos
funcionales, complementan la función nutritiva y ayudan a la prevención de ciertas
enfermedades.12

Existen muchas enfermedades crónicas íntimamente relacionadas con la nutrición, como


es el caso de la obesidad y numerosas enfermedades cardiovasculares, que pueden
atribuirse a hábitos alimentarios inadecuados.1

Ejemplos de alimentos funcionales13

• Probióticos: contienen bacterias vivas que tienen efectos en el intestino: ayudan a la


rehidratación (sobre todo en niños y ancianos), proporcionan antibióticos naturales que
parecen reducir la intensidad de las diarreas, y algunas hipótesis afirman que
podrían mejorar la respuesta inmune del organismo.

• Prebióticos: favorecen el desarrollo de determinadas bacterias beneficiosas presentes


naturalmente en nuestro intestino. Los prebióticos pueden producir en el intestino ácidos
grasos de cadena corta, que ayudan al funcionamiento del sistema digestigo y a la
prevención de enfermedades, pudiendo incluso disminuir el riesgo de cáncer.

• Fibra dietética: se trata de materia vegetal que resiste a la digestión y absorción por el
aparato digestivo. La fibra está naturalmente presente en vegetales, legumbres, frutas y
cereales. Su consumo se asocia a diversos efectos beneficiosos sobre la salud: favorece el
tránsito intestinal, menor riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, disminución del
colesterol en sangre o efecto protector frente al cáncer.

• Ácidos grasos omega 3: presentes en aceites de pescado, se han estudiado por su papel
en la prevención de enfermedades como el cáncer de mama o enfermedades
cardiovasculares.13

VI.II NUTRACÉUTICOS CON EFECTOS LIPÍDICOS14


Entre las dianas terapéuticas de los alimentos funcionales, el sistema cardiovascular es tal
vez la más importante. De los que tienen funcionalidad cardiovascular, destacan los
alimentos naturales o elaborados que modifican favorablemente el perfil lipídico por su
riqueza en compuestos bioactivos del tipo de la fibra soluble, esteroles vegetales
(fitoesteroles) y AGn-3. Por el reconocido efecto hipocolesterolemiante de su consumo
frecuente, hay que destacar también unos alimentos naturales que contienen a la vez
varios de los nutrientes mencionados, los frutos secos. 14
Entre los alimentos naturales o enriquecidos con estas sustancias, los frutos secos y los
nutracéuticos enriquecidos en fibra soluble o fitoesteroles tienen un efecto reductor del
colesterol que está avalado por un cuerpo de evidencia científica abundante y 15Utilidad
de los alimentos funcionales y nutracéuticos en el tratamiento de las dislipemias
consistente.
El consumo habitual y con moderación de bebidas alcohólicas se asocia a cifras más altas
de colesterol vinculado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) que la abstención de
alcohol, por lo cual, aunque el concepto tal vez peque de heterodoxo, pueden
considerarse como nutracéuticos con funcionalidad lipídica. Tradicionalmente se han
atribuido efectos hipocolesterolemiantes a otros alimentos completos, componentes
alimentarios o suplementos dietéticos, como el ajo, la proteína de soja, el β-glucano y la
lecitina, pero las evidencias sobre su eficacia son poco convincentes.14
VI.III FIBRA ALIMENTARIA 15
La fibra alimentaria es un componente principal en una alimentación abundante en
vegetales y su influencia sobre la fisiología digestiva, metabolismo del colesterol y estado
de salud en general ha suscitado un gran interés desde hace tiempo. Existen dos tipos
distintos de fibra alimentaria, definidos por su comportamiento físico en el agua: la fibra
insoluble, como la celulosa, lignina y algunas hemicelulosas, abundante en los cereales
integrales (el salvado de trigo es particularmente rico en este tipo de fibra), y la fibra
soluble, como las gomas, mucílagos y pectinas, contenida sobre todo en legumbres,
verduras y frutas, y los β-glucanos presentes en la avena, la cebada y algunas levaduras;
una variedad particular de fibra soluble es el psyllium, un coloide hidrofílico procedente de
la corteza del arbusto zaragatona (Ispaghula), utilizado como laxante no catártico por
aumento del bolo fecal y como agente reductor del colesterol en pacientes con
hipercolesterolemia moderada. También pueden incluirse dentro de las fibras solubles los
polisacáridos no digeribles de cadena corta llamados fructooligosacáridos o fructanos, que
son básicamente dos moléculas, la inulina y la oligofructosa. La mayoría de vegetales
comestibles contienen una mezcla de fibra soluble e insoluble en una proporción
aproximada de 1:3. Sólo la fibra soluble tiene el efecto de reducir las cifras de colesterol al
secuestrar ácidos biliares en el intestino y promover su eliminación fecal, estimulando el
catabolismo del colesterol.15
Sin embargo, la contribución del aumento de fibra soluble al efecto reductor del colesterol
de la dieta es discreta, estimándose en un descenso del colesterol total y del colesterol LDL
de unos 2 mg/dL por cada gramo de fibra soluble añadido a la dieta. Por ejemplo, el comer
tres manzanas al día contribuye 3 g de pectina, por lo que puede esperarse que se reduzca
el colesterol LDL unos 6 mg/dL mientras se mantenga el consumo. Por otra parte, la
ingesta de 10 g de psyllium al día a modo de suplemento en personas con
hipercolesterolemia moderada reduce el colesterol LDL en un 7% de promedio.
Aparte del efecto hipocolesterolemiante, es un hecho conocido desde hace tiempo que la
ingestión de carbohidratos indigeribles del tipo de la fibra soluble, como la goma de guar
(obtenida a partir de legumbres del tipo de las alubias) y la pectina, modifican la cinética
de absorción de glucosa, reduciendo los picos pospandriales de glucemia e insulinemia,
por lo que su consumo en las comidas es útil en el tratamiento de la diabetes.15

Alimentos/ ↓colesterol LDL ↑colesterol HDL ↓triglicéridos


componentes
alimentarios
Evidencias científicas consistentes
Fibra soluble ++* - -
Esteroles vegetales ++ - -
Frutos secos ++ - -
Bebidas alcohólicas - ++ ↑**
Ácidos grasos n-3 ↑*** - ++***

Evidencias no concluyentes

Proteína de soja ± - ±

Lecitina de soja ± - -

β-glucanos ± - -

Fructanos ± - -

Ajo ± - ±

* Las evidencias para los efectos hipocolesterolemiantes de algunos subtipos de fibra


soluble, como los β-glucanos y fructanos, son menos claras. ** Pueden aumentar en
personas susceptibles aún con dosis moderadas de alcohol. *** Sólo con dosis
“farmacológicas” a partir de 2 g/día, con las cuales se han descrito aumentos leves del
colesterol LDL, recíprocos al descenso de triglicéridos.
VI.IV ESTEROLES VEGETALES 14,15
Las semillas oleaginosas (cereales, legumbres, frutos secos) contienen compuestos
fitoquímicos de tipo esteroide, los esteroles vegetales o fitoesteroles, cuyas propiedades
reductoras del colesterol son conocidas desde la década de 1950 a 1960. La estructura
química de los fitoesteroles difiere de la del colesterol por la presencia de cadenas
laterales modificadas en C: 24. El sitosterol y el campesterol son los más abundantes y en
promedio comprenden el 65 y el 30% de la ingesta de fitoesteroles con la dieta habitual.
Los estanoles, menos abundantes en la naturaleza, son esteroles saturados, es decir,
carecen del doble enlace en el anillo esteroideo.14
A pesar de que su estructura es casi idéntica, el colesterol y los fitoesteroles se
metabolizan de modo distinto. La absorción del colesterol en el intestino humano es de un
50% en promedio, mientras que la absorción de los fitoesteroles no supera el 5% y, una vez
absorbidos, son rápidamente excretados en la bilis. En cantidades de gramos en la luz
intestinal, los fitoesteroles y estanoles reducen la absorción del colesterol, tanto del
procedente de la dieta como del de origen biliar, porque desplazan al esteroide de las
micelas que lo solubilizan como paso previo a su absorción por el transportador NPC1L1.
La reducción de la absorción determina que llegue menos colesterol al hígado, lo cual
tiene dos efectos compensatorios: aumento de la síntesis e incremento de la expresión de
receptores LDL. El efecto neto es la reducción de las cifras séricas de colesterol LDL.15
Existen numerosas evidencias científicas de estudios clínicos controlados que indican que
el consumo de fitoesteroles/estanoles en dosis de 1,5 a 4 g/día disminuye la
colesterolemia entre un 5 y un 15%, con un promedio de reducción del 10%. Eso ocurre
aunque la dieta sea baja en colesterol, porque la bilis transporta grandes cantidades de
colesterol al intestino, cuya reabsorción se dificulta cuando se ingieren fitoesteroles. Existe
un dintel, pues el efecto hipocolesterolemiante es dosis dependiente hasta 2 g al día pero
ya no aumenta claramente con dosis superiores, por lo que ésta es la dosis recomendada.
Los fitoesteroles/estanoles carecen de efecto sobre el colesterol HDL o los triglicéridos. La
eficacia hipocolesterolemiante se ha comprobado en niños, adultos y personas de edad
avanzada, en pacientes con hipercolesterolemia moderada o grave y en pacientes con y sin
diabetes o con y sin enfermedad cardiovascular.15

VI.V FRUTOS SECOS16


Los frutos secos (almendras, avellanas, nueces, pistachos, macadamias, piñones, etc.) son
unos vegetales peculiares por su alto contenido en grasa, que suele superar el 50% de la
energía que contienen, pero está formada principalmente por ácidos grasos insaturados,
sea monoinsaturados tipo ácido oleico (en las almendras, avellanas y otros), o
poliinsaturados tipo linoleico y α-linolénico (en las nueces), mientras que contienen pocos
ácidos grasos saturados. Aunque los cacahuetes no son realmente frutos de un árbol sino
legumbres, su composición general y alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados los
asimila a los frutos secos, tanto desde el punto de vista nutricional como por sus efectos
biológicos. Aparte de su riqueza en ácidos grasos insaturados, los frutos secos, como todas
las semillas, contienen abundante fibra, antioxidantes, potasio, magnesio y multitud de
compuestos fitoquímicos de gran actividad biológica. Éstos se encuentran en buena
medida en la piel, por lo que es aconsejable consumir los frutos secos crudos y no
tostados.
Una reducción máxima del colesterol del 10% equivale a una disminución del riesgo de
ECC del 20%, inferior a la observada (alrededor del 40%) en los estudios epidemiológicos.
Esto sugiere que los frutos secos pueden tener un efecto preventivo de las enfermedades
cardiovasculares más allá de sus efectos lipídicos. Obviamente, este efecto debe estar
relacionado con la peculiar composición de los frutos secos, ricos en ácidos grasos
insaturados y fibra, pero también en micronutrientes antioxidantes y diversos compuestos
fitoquímicos cardiosaludables. Destacan entre ellos la arginina, la vitamina E y el ácido α-
linolénico. La mayoría de frutos secos contienen proteínas de alto valor biológico,
incluyendo cantidades apreciables de arginina, el precursor del óxido nítrico. También son
una fuente apreciable de vitamina E, que protege las lipoproteínas de la oxidación y se
considera actualmente un nutriente importante en la prevención de la aterosclerosis. Las
nueces son uno de los alimentos naturales más ricos en ácido α-linolénico, un ácido graso
muy poliinsaturado de la serie omega-3 a cuyo consumo se atribuye un número creciente
de efectos beneficiosos, incluyendo propiedades antiarrítmicas que pueden estar en la
base de la reducción de muerte súbita cardíaca observada en los estudios
epidemiológicos.14

VI. VI OTROS NUTRACÉUTICOS16


El potencial para reducir el colesterol de la proteína de soja, un alimento ampliamente
consumido por poblaciones asiáticas, parecía bien establecido por numerosos estudios y
en 1995 se publicó un metaanálisis que indicaba una reducción del colesterol LDL y
triglicéridos de alrededor del 9%, sólo apreciable en personas con hipercolesterolemia o
hipertrigliceridemia. Sin embargo, muchos de los estudios efectuados antes de esta fecha
carecían del riguroso diseño para estudios de intervención dietética que actualmente se
considera aceptable. Ya que estudios más recientes de calidad científica superior no han
tenido resultados tan buenos, no está tan claro que los productos que la contienen o la
administración aislada de isoflavonas de soja (fitoestrógenos) tenga efectos lipídicos
valorables. El efecto aparentemente protector de la aparición de ECC observado con la
proteína de soja en estudios prospectivos podría ser debido meramente a que, en muchos
casos, su consumo sustituye el de diversas fuentes de proteína animal con efectos
aterogénicos bien conocidos.
Los productos de lecitina de soja son ampliamente consumidos por la creencia de que
influyen favorablemente en la salud en general y la colesterolemia en particular. Sin
embargo, y a pesar de su efecto antiaterogénico en animales de experimentación, la
administración de lecitina en humanos no tiene efectos claros sobre el perfil lipídico más
allá del atribuible a su alto contenido en ácido linoleico o a una reducción secundaria del
consumo de otras grasas de la dieta para compensar las calorías proporcionadas por la
propia lecitina.16

VII. CONCEPTO DE LA FIBRA DIETÉTICA:

En la actualidad se define como un material complejo de origen vegetal resistente a la


digestión por las enzimas del tracto intestinal humano. La denominación de FD es genérica
y abarca una serie de sustancias químicas definidas, con propiedades físico químicas
peculiares y efectos fisiológicos individuales.17

La fibra dietética está conformada mayoritariamente por: celulosa, hemicelulosa, pectinas,


lignina, carragenatos, alaginatos y gomas. También están asociados otros componentes de
las células vegetales generalmente en pequeña cantidades, y que pueden ser de
importancia fisiológica, como son las proteínas de la pared celular, los polifenoles, las
cutinas, el ácido fitico, algunos esteres del ácido acético, los minerales y el almidón
resistente.
Algunos de estos componentes tiene propiedades parecidas a las de la FD y, en concreto
los polifenoles, se considera que podría incluirse como sustituyentes de la fibra dietética. 17

VII.I CLASIFICACION:

La fibra dietética se puedes Clasificar según diferentes criterios: origen botánico,


naturaleza química de sus componentes, relación con la estructura de las pareces
celulares, etc.
Sin embargo la clasificación más adecuada desde el punto de vista nutricional es de su
solubilidad en agua.
La fibra dietética soluble incluye almidón resistente, pectinas, gomas, mucilagos y ciertos
tipos de hemicelulosa y polisacáridos no amiláceos de reserva de la planta. Se caracteriza
porque gran partes de ella sufre un proceso bacteriano de fermentación en el colon, con
producción de hidrogeno, metano, dióxido de carbono y ácidos grasos de cadena corta
que son absorbidos por el organismo y metabolizados, teniendo una relación estrecha con
los procesos metabólicos del aparato digestivo, y cuyos efectos fisiológicos se asocian
generalmente con la disminución del colesterol en sangre, con el control de la glucemia y
el control de la diabetes. La fracción solubles es variable, existiendo proporciones elevadas
de la misma respecto al total de la fibra dietética en: frutas (38%), verduras y hortalizas
(%32) y legumbres (25 %). La fermentación de la fibra puede producir un rendimiento
energético que oscila entre 1 y 2,5 kcal/g.

La fibra dietética solubles es capaz de acelerar el tránsito intestinal y se degrada


rápidamente por la micro flora del colon, produciendo, entre otros, ácidos grasos de
cadena corta, que son el sustrato energético fundamentalmente del colonocito.
La fibra dietética insoluble incluye celulosa, algunos hemicelulosas, lignina y otros poli
fenoles, como taninos condensados. La fracción insoluble apenas sufre procesos
fermentativos en el colon, y dada su capacidad para retener agua, tiene un efecto más
marcado en la regularidad intestinal, con reducción del tiempo de transito digestivo y
aumento del peso de las heces. Predomina en las hortalizas, verduras, algunas
leguminosas y cereales.17

La ingesta ejerce su influencia a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, desde la ingesta


hasta la excreción.
El consumo de fibra dietética en las patologías se expone en la tabla 3.

VII.II ESTREÑIMIENTO:
El estreñimiento es uno de los trastornos digestivos crónicos más frecuentes .su frecuencia
puede variar según el concepto de estreñimiento que se utilice. Si se contempla solo la
frecuencia de deposiciones por semana, su prevalencia es de aproximadamente 5%de la
población, mientras que si considera estreñimiento como dificultad o esfuerzo para
defecar, la frecuencia llega hasta el 20-30%.referente al sexo, durante la infancia es más
frecuente en los niños. Pero en la adultez afecta más al sexo femenino que al masculino.
En los ancianos es por igual en ambos sexos. Las causas suelen ser múltiples: por
trastornos del funcionamiento del propio intestino-estreñimiento primario, descartando la
posibilidad de otra enfermedad como la relación que hay con las enfermedades
neurológicas o por la ingesta de medicamentos. El estreñimiento también puede ser la
manifestación de tumos intestinal (benigno o maligno).18
El tratamiento inicial del estreñimiento suele ser dietético, orientado hacia el consumo
mayor de fibra. El consumo recomendado de fibra es adultos es de 25-20 g al día o bien de
10 a 13 g/1.000 kcal, debiendo ser la relación insoluble/soluble de 3:1.18
VII.III EFETO PREVENTIVO DE LA FIBRA DIETETICA FRENTE A LA NEOPLASIA DE COLON:

Aunque la relación no ha sido evaluada por la unión europea de seguridad alimentaria


(EFSA), el consumo de la fibra dietética se ha relacionado directamente con la reducción
del tracto gastrointestinal.
Cada día existen más pruebas del efecto protector de la fibra dietética frente al cáncer de
colon, proporcionándose diversos mecanismos, aunque probablemente el efecto se deba a
la suma de todos ellos:
La fibra absorbe y diluye una serie de sustancias cancerígenas que pueden estar presentes
en el colon. También fija ácidos biliares, manteniéndolos unidos a su estructura e
interfiriendo con su transformación por parte de las bacterias intestinales en ácidos
biliares secundarios, que son agentes cocarcinogenesicos endógenos.

La fibra disminuye el tiempo de tránsito intestinal, con lo que hay menos tiempo de
contacto de los carcinógenos con la pared del intestino.
La fibra dietética modifica la flora intestinal, produciendo una población de bacterias cuyos
metabolitos so menos peligrosos para la pared del colon. Por ejemplo, evitando el
crecimiento de cepas bacterianas que degradan los ácidos biliares en compuestos
cancerígenos.
La fermentación de la fibra soluble en el colon produce ácidos grasos de cadena corta.
Estos acidifican el lumen intestinal y disminuye la actividad intestinal de 7-alfa-hidroxilasa,
reduciendo la trasformación de ácidos biliares secundarios y sus metabolitos, que, como
hemos dicho anteriormente, son cocarcinogenesicos. Además, estimulan el flujo
sanguíneo en las paredes del colon.

Unos de los ácidos grasos de cadena corta utilizado preferentemente por la células del
colon como fuente de energía en su metabolismo parece ser el butirato; en estudios in
vitro se ha observado que este acido estimula el crecimiento de las células del colon y
reduce la degradación de las criptas de la mucosa y la aparición de neoplasias .también el
butirato está relacionado con la regulación del sistema inmune en el intestino. Estos
efectos se ven favorecidos por que el consumo de dietas ricas en alimentos de origen
vegetal implica un consumo reducido de proteínas y grasas animales, y elevado de
diferentes componentes vegetales protectores de las enfermedades degenerativas, como
los antioxidantes.19

VII.IV. INGESTA RECOMENDADA DE FIBRA:


Según diferentes organizaciones, la ingesta recomendada de fibra debe estar entre 20 y 31
g por persona y día
Siguiendo las recomendaciones del food and nutrition board(FNB-IOM), no se indica
ninguna ingesta de fibra dietética de referencia hasta cumplido el primer año de vida . Así,
de 7 a 12 meses, cuando comienza la ingesta de fibra dietética, puede aumentar, pero no
existe suficiente evidencia científica para establecer una ingesta adecuada de fibra en
estas edades. A partir del primer año de edad se unas ingestas adecuadas según los
grupos de edad y género.
La unión europea considera adecuada una ingesta de 25g/día para la evacuación normal
de los adultos, aunque admite la evidencia de que cantidades superiores podrían ser
beneficiosas para la reducción del riesgo coronario, la diabetes tipo 2, así como el
mantenimiento del peso corporal (tabla 4).19
VII.V. LÁCTEOS FUNCIONALES ENRIQUECIDOS CON FIBRA:

Los productos lácteos se han convertido en los últimos años en una nueva fuentes de
aporte de fibra, utilizándose particularmente fibra soluble y maltodextrina resistente a
digestión (MRD) e inulina. Extensas investigaciones han demostrado que la ingesta
moderada de fibra prebiótica tiene como resultado un aumento de la flora bacteriana
benéfica. Este hecho contribuirá, por una parte, a tener un colon más sano, y además,
debido a este tipo de fibra promueve la absorción de calcio, se formaran huesos más sanos
y fuertes. También estimulara el crecimiento de bacterias beneficiosas, como las
bifidobacterias y los lactobacilus, los cuales protegen contra enfermedades y posibilitan un
mejor aprovechamiento de los nutrimentos, disminuyendo la incidencia de infecciones
gastrointestinales, disminuyendo el riesgo de diarreas ocasionadas por elementos
patógenos y reducen las posibilidades de padecer cáncer de colon.20
La MRD se produce mediante un proceso patentado en que el voluntariamente se cambia
la disposición de las moléculas de almidón de maíz a fin de convertir una porción de los
enlaces normales de glucosa alfa 1,4 en enlaces aleatorios alfa y betas 1.2,1.3,1.4. El
sistema digestivo humano digiere con eficacia solo los enlaces 1,4. Por lo tanto, el resto de
los enlaces creados son resistentes a la digestión, de modo que no se absorben en el
intestino delgado. La MRD se fermenta parcialmente en el intestino grueso y las fracciones
no utilizadas se excretan (efecto similar a la fibra insoluble). La MRD tiene efectos
prebióticos para la apropiada salud del tracto intestinal, contribuyendo a mantener los
niveles normales de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre, así como un grado de
laxación regular, y promueve el crecimiento de la micro flora benéfica en el intestino.20
La inulina es resistente a la hidrolisis por las enzimas digestivas humanas, de modo que
alcanza intacta el tracto final del aparato digestivo donde se metaboliza por las bacterias
que colonizan el intestino grueso. La flora intestinal de colon metaboliza previamente de
forma anaerobia la inulina, dando lugar, como productos de degradación, a ácidos grasos
de cadena corta, dióxido de carbono, lactato y otros metabolitos.20
Finalmente, un estudio de una leche contenido MRD e inulina tuvo por objetivo
determinar si la administración de un preparado lácteo enriquecido con un suplemento de
fibra soluble afecta a la sintomatología en el estreñimiento crónico primario idiopático. La
conclusión fue que la ingesta de un preparado lácteo como suplemento de fibra que
contiene 20 gramos de fibra soluble (inulina y MRD), mejora la situación de estreñimiento
crónico primario idiopático.20

VIII. VITAMINAS MINERALES E INMUNIDAD


El concepto de nutrición es como aquel aporte necesario de nutrientes (hidratos de
carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales) para satisfacer las necesidades de
nuestro cuerpo. Cuyo objetivo es el mejorar la calidad de vida y bienestar integral del
individuo a través de la promoción de la salud y la disminución del riesgo de enfermar.
TABLA N°01. ALIMENTOS FUNCIONALES Y SUS EFECTOS
INGREDIENTES FUNCIONALES EJEMPLOS

Probióticos Lactobacilos y bifidobacterias (yogures


bio)

Prebióticos Fructo-oligosacáridos (cereales


integrales, lácteos)

Vitaminas Vitamina B6, vitamina B12, acido fólico,


vitamina D y vitamina K (lácteos)

Minerales Calcio, magnesio, y zinc (productos


lácteos, zumos)

Antioxidantes Vitamina C Y E, carotenos, flavonoides y


pifenoles (refrescos y zumos)

Ácidos grasos Ácidos grasos omega-3 (pescado, frutos


secos)

FitoquÍmicos Fitoesteroles, isoflavonas y lignina


(lácteos)
21
TABLA N° 02. VITAMINAS LIPOSOLUBLES
VITAMINA FUNCIÓN DÉFICIT EN

A Interviene en Xeroftalmia, ceguera, Leche, hígado, huevos,


fenómenos de queratinización atún y sardinas.
proliferación y
diferenciación celular
de origen epitelial,
mecanismos de la
visión, metabolismo
de colesterol

D Regula el Raquitismo, Pescado, leche,


metabolismo osteomalacia huevos, luz solar.
fosfocalcico

E Acción antioxidante Anemia hemolítica, Aceite de oliva, yema


degeneración de huevo, nueces,
neuronal, edema, guisantes.
hemorragia

K Mecanismo de hemorragias Verduras (espinacas,


coagulación brécol), aceite de oliva
y soja

21

TABLA N° 03. VITAMINAS HIDROSOLUBLES


VITAMINA FUNCION DÉFICIT EN
B1 Coenzima. Beri-beri, edema, Cereales, nueces,
Metabolismo de ataxia, neuritis. guisantes, vegetales,
hidratos de carbono frutas y lácteos
B2 Precursora de Conjuntivitis, glositis, Hígado, queso, leche,
coenzimas. dermatitis huevos, vegetales
Catabolismo de de AA. verdes cereales
enteros.
B3 Grupo activo de Pelagra, dermatitis, Levaduras, carnes,
coenzimas NAD Y demencia, diarrea cereales y legumbres
NADP
B5 Constituyente de la Muy raro Origen animal, frutas
coenzima A cereales completas,
leche, legumbres.
B6 Coenzima. Anemia, polineuritis, Arenque, salmón,
Metabolismo del AA dermatitis, glositis lentejas, conejo
B12 Coenzima activa en Anemia Carnes rojas,
reacciones megaloplásica, productos lácteos,
enzimáticas polineuropatía cereales, pan, nueces,
(conversión de leguminosas y frutas
homocisteína en
metionina)
C Indispensable para Retraso cicatrización, Kiwi, naranja,
mantener la escorbuto, pimiento, espinacas
estructura de la hemorragias
sustancia intracelular
del tejido conectivo,
acción de óxido
reducción en
reacciones químicas
intra y extracelulares.
Antioxidante
H Coenzima en las Raro Yema del huevo,
carboxilaciones hígado, vegetales y
frutos secos

ACIDO FÓLICO Metabolismo de los Anemia macrocítica, Berros, hígado,


radicales glositis, diarrea, mala acelga, nueces, yema
monocarbonados absorción de huevo.
21

Todos los alimentos naturales, que contienen vitaminas y minerales pueden considerarse
alimentos funcionales. Con la aparición de las nuevas tecnologías alimentarias pueden
suplementarse distintos productos con dichos micronutrientes y crear nuevos alimentos
funcionales enriquecidos en ellos, que pueden contribuir a mejorar nuestra alimentación, pero
con la gran abundancia de alimentos ricos en vitaminas y minerales, cabría preguntarse si es
necesario que se creen alimentos funcionales modificados para optimizar nuestra dieta. 22

INMUNIDAD Y NUTRICIÓN
El sistema inmunitario nos protege de los agentes infecciosos del medio ambiente y de otros
agentes nocivos. Podemos distinguir entre el sistema inmunitario innato (primeria línea de defensa
presente antes de la exposición a patógenos) y el adquirido, mediado por los linfocitos que
producen una respuesta especifica frente a un antígeno que persiste tras su desaparición, dando
lugar a una memoria inmunológica que ocasionara una respuesta mayor ante una nueva
exposición a dicho antígeno.22

Estos dos sistemas están comunicados entre sí a través del contacto directo célula a célula, con la
adhesión de moléculas y con la producción de citoquinas: factor de necrosis tumoral (TNF), la
interleuquina IL-1 y IL-6, que activan a neutrófilos, macrófagos y monocitos para iniciar la
destrucción de las bacterias y células tumorales.22

MICRONUTRIENTES Y FUNCIÓN INMUNITARIA


Nutrientes a nivel de inmunidad:
• Nivel de las barreras locales (piel e intestino): actúan las vitaminas A, C, E y el zinc.
• Nivel de inmunidad celular: vitamina A, B6, B12, C, D, E, ácido fólico, y hierro, zinc, cobre y
selenio.
• Nivel de la producción de anticuerpos: todos los micronutrientes, excepto la vitamina C y
el hierro. 22

XI. LA LECHE COMO ALIMENTO FUNCIONAL: 23

Numerosos estudios publicados en los últimos años sugieren que la leche debe de o sus
derivados debe de formar parte de la dieta diaria ya que constituye una fuente de calcio.
Además, nuevos estudios demostraron su efecto Hipotensor de la llamada dieta DASH, por
eso su consumo fue promovido por el American Heart Association en sus directrices para
prevenir y tratar la hipertensión.23
Algunos nuevos datos epidemiológicos se añaden a la ciencia emergente que indica que la
ingesta de calcio y especialmente el consumo de leche pueden dar lugar a cambios
beneficiosos para la salud a través de una reducción de peso y grasa corporal.
Todos estos hallazgos no son de ninguna manera sorprendente dada la alta densidad de
nutrientes.23

IX.I COMPOSICIÓN DE LA LECHE DE VACA23


La leche es una dispersión coloidal compleja de glóbulos de grasa y proteínas (caseína,
suero de leche) en una solución acuosa de lactosa, minerales y otros componentes
menores. Las características físicas de la leche se ven afectadas por varios factores, como
la composición y el procesamiento de la leche.23
Los principales componentes de la leche son agua 87,4% y un 12,6% de sólidos lácteos
(3,7% de grasa y 8,9% de sólidos lácteos no grasos que contienen proteínas (3,4%), lactosa
(4,8%) y minerales (0,7%). La leche es un alimento denso en nutrientes que proporciona
una alta concentración de los mismos en relación con su contenido energético.23

En cuanto a proteínas, alrededor del 80% es caseína (alfa, beta, gamma y kappa-caseína) y
el 20% restante, proteínas de suero (predominante beta-lactoglobulina y alfa-lacto
albúmina, pero también inmunoglobulinas, peptonas, lactoferrina y transferrina), aunque
también contiene pequeñas cantidades de enzimas (como lipoproteínas lipasa, fosfatasas
alcalinas, lacto peroxidasa) y trazas de compuestos no nitrogenados (amoniaco, urea,
creatinina, ácido úrico).23

Las proteínas individuales de la leche poseen una amplia gama de beneficios funcionales.
De igual modo, determinados aminoácidos de la leche de vaca son capaces de aumentar la
resistencia ósea y prevenir la pérdida de masa muscular. Las proteínas de la dieta aportan
los aminoácidos necesarios para el desarrollo y mantenimiento de células y tejidos de
nuestro organismo. Como consecuencia de la digestión de las proteínas, además de
aminoácidos libres, se liberan péptidos, que son cadenas con distintos números de
aminoácidos. 23

El principal carbohidrato de la leche es la lactosa, un disacárido natural formado por


galactosa y glucosa, que supone alrededor de 54% del contenido total sólidos no grasos de
la leche entera y un 30% de sus calorías. La lactosa en el colon promueve el crecimiento
de bacterias beneficiosas productoras de ácido láctico que ayudan a mantener una
microflora adecuada y, además, facilita la absorción de calcio. También hay en la leche
pequeñas cantidades de glucosa, galactosa y oligosacáridos. Glucosa y galactosa son
productos de hidrólisis de la lactosa por enzima lactasa.
La grasa de la leche es una grasa natural de propiedades físicas, químicas y biológicas
únicas que contribuyen a la apariencia, textura, sabor y poder saciante de leche, siendo
una fuente de energía, ácidos grasos esenciales, vitaminas liposolubles y otros
componentes con potenciales efectos saludables.23
La grasa de la leche es uno de los más complejos lípidos. Está formada por glóbulos
microscópicos en una emulsión aceite-agua y la componen principalmente triacilgliceroles
(triglicéridos) o ésteres de ácidos grasos con glicerol (97-98%), entre 0,2 y 1% de
fosfolípidos, de 0,2 a 0,4% de esteroles libres (colesterol, ceras y escualeno – un
intermediario de colesterol-), trazas de ácidos grasos libres y cantidades variables de
vitaminas liposolubles A, D, E y K.23

Aunque la composición de la grasa de la leche varía en función de factores tales como la


raza de la vaca o la composición de los piensos, la media es del 65% de grasa saturada, un
32% de monoinsaturada y un 3% de poliinsaturada, con pequeñas cantidades de otros
tipos de ácidos grasos. Los ácidos grasos saturados presentes en mayores cantidades en la
leche son mirístico, palmítico y esteárico, y aunque, en general, la grasa saturada aumenta
los niveles plasmáticos de colesterol, otros ácidos grasos saturados individuales, como
esteárico, butírico, caproico, caprílico y cáprico, poseen un efecto neutral o pueden reducir
el colesterol sanguíneo.23

El ácido oleíco es el principal ácido graso monoinsaturado en la grasa láctea. Los ácidos
grasos poliinsaturado, como el ácido araquidónico, están presentes en pequeñas
cantidades en la grasa de la leche, pero el ácido linoleico está presente en una forma que
favorece su conversión en ácido araquidónico. Los ácidos grasos omega-3 se encuentran
en pequeñas, pero significativa, cantidades.23

La leche de vaca contiene relativamente poco colesterol, relacionándose con el contenido


de grasa de la misma. Además de ácido linoleico conjugado, la leche de vaca contiene
otros componentes dentro de su estructura lipídica, como esfingomielina, ácido butírico y
ácido mirístico, que están siendo investigados por sus beneficios potenciales para la salud.
El ácido linoleico conjugado es un término colectivo para una mezcla de isómeros de ácido
linoleico, siendo el principal isómero de CLA en la grasa de la leche del cis 9, trans -11-
octadecadienoico, conocido como ácido rumérico. La grasa de la leche es la mayor fuente
natural de CLA, aportando unos 5,5 mg de CLA/g aunque su contenido está influenciado
por una variedad de factores, tales como el contenido de CLA en la leche de partida y el
contenido de grasa final, el contenido de proteínas y el método de procesamiento
utilizado. También el incremento del aporte de grasa poliinsaturada en la alimentación de
las vacas aumenta el contenido de CLA en la leche.23

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