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ERROR DE TIPO:

En la R.N. N° 529 – 2018, Puno, se presenta en caso en el que la menor, presuntamente


violada, induce o hace creer al imputado que es mayor de edad por las cualidades
desarrolladas de su cuerpo, cayendo este último en un error de tipo, puesto que este sin
tener pleno conocimiento de que la agraviada no cuenta con la mayoría de edad,
mantiene relaciones sexuales con la menor agraviada, es en este caso que cabe la
figura del error de tipo.
Ahora bien, en la resolución R.N. N° 529 – 2018, Puno, se advierte dicha situación antes
descrita y se solicita la realización de una pericia psicosomática a la menor agraviada o
un odontograma para determinar si es posible imputar al acusado el conocimiento de la
edad real de la agraviada; por lo que, en el presente caso, la ausencia de dichos
exámenes determina aplicar el principio del in dubio pro reo aceptando el error de tipo
planteado.
Además se advierte que una persona no puede ser condenada mientras no exista
prueba plena de su responsabilidad penal; si obra contra ella prueba incompleta o
insuficiente, no es procedente condenarlo, sino absolverlo, debido que si no se realiza
la absolución del procesado se estaría atentando el principio de presunción de
inocencia.
El tribunal Supremo en dicha resolución afirma que, en el tipo penal de violación sexual
de menor de edad, el bien jurídico protegido es la indemnidad sexual del menor –la
preservación de su sexualidad cuando no está en condiciones de decidir sobre su
actividad sexual–; por lo tanto. Es irrelevante para la configuración del delito el que la
menor agraviada preste su consentimiento para la realización del acto sexual.
Cuando el Tribunal Superior evaluó la concurrencia del elemento subjetivo del dolo en
la conducta del sujeto activo, solo tuvo en cuenta elementos indiciarios circunstanciales,
como la edad y el estado civil del sujeto activo, y la forma como se desarrollaron los
hechos, sin valorar lo declarado en torno a este tema por la agraviada en su declaración
rectificatoria y por la sentenciada absuelta Cecilia Ilahuanco –quien indicó que la menor
aparentaba mayor edad de la que tenía.
También sustentó la condena (absolución del imputado) sobre el argumento de la
ausencia de una prueba objetiva que acredite que a la fecha de los hechos aparentaba
mayor edad de la que tenía. Pero la certeza de culpabilidad del acusado debe ser
resultado de la valoración razonable de los medios de prueba practicados en el proceso
penal, los que deben ser capaces de acreditar, más allá de la duda razonable, que este
conocía que la agraviada tenía menos de catorce años.
Es cierto que concurre una pluralidad de indicios circunstanciales, pero la versión vertida
en la declaración rectificatoria de la agraviada es exhaustiva y coherente, y la ratificó en
su relato de los hechos en la pericia psicológica que se le tomó: afirmó que mintió
respecto a su edad diciéndole que tenía dieciséis años.
Por otro lado, su versión sobre su apariencia física en la fecha de los hechos –que era
bajita pero de contextura gruesa y pesaba alrededor de sesenta y cuatro kilos, por lo
que no parecía de trece años– no solo coincide con lo que al respecto manifestó Cecilia
Ilahuanco en juicio oral, sino que además proporcionó datos objetivos que corroboraban
esta afirmación, como el hecho de que le dieron trabajo en la municipalidad
precisamente porque creyeron que tenía más edad.
Por lo tanto, se desprende que el acusado actuó bajo la percepción errónea de que la
agraviada era por lo menos mayor a los catorce años, por lo que se configura el error
de tipo previsto en el artículo catorce del Código Penal. Al no concurrir el elemento
subjetivo (dolo) del tipo penal corresponde absolver al acusado del ilícito que se le
imputa.
Finalmente en dicha sentencia se absuelve al imputado, teniendo que la Sala Penal de
la Corte Suprema advierte que en dicho caso existe un error de tipo, y por lo tanto el
imputado no tenía la certeza de la edad real de la menor agraviada, ya que esta aseguró
y aparentaba tener más edad de la que tenía.
En el Recurso de Nulidad N° 1740-2017 – Junín, se presentan los aspectos probatorios
del error de tipo, donde se concluye que lo esencial para atribuir dolo al agente delictivo
son las máximas de experiencia y el rol social del imputado. No cabe afirmar el
conocimiento de la edad a partir de una pregunta y de una simple respuesta de la
víctima, lo que diga o deje de decir. Se requiere, desde el rol social del agente o de sus
competencias, examinar las características del hecho, las circunstancias previas,
concomitantes y posteriores al mismo, la situación de vulnerabilidad de la menor
y las normas culturales del lugar, la contextura física de la agraviada no
necesariamente es determinante, para concluir si el agente delictivo estaba en
condiciones de saber la edad de la agraviada para tener sexo con ella.
La casación N° 436 – 2016 – San Martin realiza una diferenciación entre el error de tipo
y el error de prohibición, teniendo que el primero es un error en las circunstancias
fácticas que sirven de supuesto de hecho del tipo penal, no se trata de un problema de
culpabilidad, sino un problema de tipicidad. Por otro lado, el error de prohibición implica
conocer lo que se está haciendo, considerando las circunstancias normativas o
descriptivas del tipo, pero se ignora la licitud de esa conducta.
El error de tipo es la ignorancia sobre uno o todos los elementos del tipo objetivo,
pudiendo el error recaer en cualquier elemento del tipo penal, normativo o descriptivo.
(Fundamento N° 4 R. N. N° 365-2014/Ucally).

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