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EL TERRITORIO COMO MOLDE DE NUESTRA ARQUITECTURA

Diego Mondragón Luján

Al estudiar la historia de las distintas culturas prehispánicas que habitaron en nuestro país es
innegable sentir una gran admiración y respeto por el legado cultural que nos han dejado. Cada
una de ellas, a pesar de tener ancestros culturales en común, poseen tradiciones, costumbres y
manifestaciones artísticas y arquitectónicas únicas, que las hacen en algún sentido distintas al
resto.

La gran constante que podemos ver en cada una de estas civilizaciones es que todas usaron como
base de su cultura y arquitectura su entorno inmediato, reflejándola en cada una de sus
manifestaciones artísticas, incluyendo sus grandes monumentos y obras arquitectónicas. ¿Es acaso
el territorio en el que habita una civilización, un molde que da forma y orienta la manera en la que
esta se desarrolla cultural y arquitectónicamente?

Remontémonos a dos grandes Civilizaciones que habitaron nuestro territorio: La cultura Chimú y
Paracas. Ambas situadas cronológicamente en el Intermedio tardío según John Rowe, y que
surgieron como estados regionales luego del decaimiento del gran Imperio Wari. Ambas
civilizaciones se desarrollaron paralelamente y tienen como predecesores culturas similares. Sin
embargo, su arquitectura se desarrolló de una manera distinta.

La Cultura Chimú se emplazó en la zona


costera norte del Perú, entre los años 1100
al 1400. Esta cultura se caracterizó por el
uso del barro, formado con arcilla y arena
abundantes en la zona, como materia
prima para construir grandes ciudadelas;
tanto en los imponentes muros hechos con
adobones como en las pequeñas viviendas
hechas con quincha.

El lugar en donde se asentaron también


marcó su estilo de vida. Al visitar la
ciudadela de Chan Chan se pueden
observar, tallados en la pared,
representaciones de peces y aves propias
de la zona costera, lo que nos indica que
usaron su arquitectura para expresar
realidades que vivían en su entorno
geográfico y cronológico.
Ciudadela de Can Chan, Fuente: https://www.researchgate.net
La cultura Chachapoyas, es
emplazó en la zona nororiente
del Perú, durante el 800 d.C. y
1270 d.C. Al igual que en los
chimú, utiliza su entorno para
desarrollar su cultura y
arquitectura. Ellos no usaron
adobes de barro como base de
sus construcciones, puesto que
este material no era el más
abundante en su zona. Los
Chachapoyas utilizaron la piedra
como materia prima para la
construcción de sus
edificaciones.
Fuente:http://kuelaplafortalezadelasnubes.blogspot.com

Esta cultura utiliza su entorno como uno de sus principales elementos dentro del diseño de sus
edificios. En la fortaleza de Kuelap podemos observar que usaron el cerro en donde se emplazaron
como estrategia defensiva, haciéndola parte de su arquitectura y marcando una diferencia con
otras culturas de la época. Los Chachapoyas permitieron que su territorio se integrara con sus
manifestaciones culturales incluyendo la arquitectura.

En ambas culturas podemos observar, que, a pesar de su similitud en cronología, existe una
diferencia marcada por el contexto en el que habitaron. El territorio sirvió como un molde no solo
en la manera en la que construían sus edificios, sino también en cómo fueron creciendo y
reorientando sus actividades comunes y sus manifestaciones culturales.

El uso de nuestro entorno como molde de arquitectura y forma de manifestación cultural única es
un importante legado que necesitamos aprender de las grandes culturas que nos han precedido y
que debemos aplicar hoy en día.

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