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Guía para trabajo 2do parcial educativa:

¿Qué es la neurociencia?

¿Qué relación hay entre la neurociencia y el aprendizaje?

¿En qué consiste los problemas de aprendizaje.

Estudiante con trastorno de imperactividad y falta de atención.

Estudiante con trastorno del lenguaje y comunicación.

Estudiante con problemas emocionales o conductuales.

Estudiantes con discapacidades intelectuales.

Estudiantes con problemas de salud.

¿En que consiste el trastorno autista?

¿En que consiste el síndrome de asperger?

Nota: no lleva introducción ni conclusión.

Solo hoja de presentación.

Y es digital no a mano el trabajo


Qué es la neurociencia

La neurociencia es un campo de la ciencia que estudia el sistema nervioso y


todos sus aspectos; como podrían ser
su estructura, función, desarrollo ontogenético
y filogenético, bioquímica, farmacología y patología; y de cómo sus diferentes
elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la cognición y
la conducta. Existen múltiples disciplinas como la neuroanatomía,
neurofisiología, neurofarmacología, neuroquímica… etc. Es por ello que la
neurociencia debe ser estudiada de manera integrada y complementaria con el
fin de comprender la complejidad del cerebro.

Qué relación hay entre la neurociencia y el aprendizaje


En qué consisten los problemas de aprendizaje

Los trastornos de aprendizaje no son contagiosos, pero pueden tener una base
genética. Esto significa que se pueden trasmitir en una familia a través de los
genes, como otros muchos rasgos que heredamos de nuestros padres y de
nuestros abuelos. Lo más probable es que las personas que padecen un
trastorno de aprendizaje tengan parientes con problemas de aprendizaje.

Algunos niños con problemas de aprendizaje se sorprenden al enterarse de


que uno de sus padres tenía problemas similares cuando iba al colegio. Pero
los niños de hoy en día tienen una ventaja con respecto a sus padres. Los
expertos en aprendizaje actuales saben mucho más sobre el cerebro y sobre
cómo funciona, lo que permite que los niños reciban la ayuda que necesitan.

La dislexia es un trastorno de aprendizaje en el que un niño tiene muchas


dificultades para leer y escribir. Los niños con dificultades importantes en las
matemáticas pueden padecer una discalculia. Y aquellas personas que tienen
problemas para formar letras al escribir pueden padecer una disgrafía. Otros
niños pueden tener trastornos del lenguaje, presentando dificultades para
entender el lenguaje oral y para comprender lo que leen.

De todos modos, el tema puede ser confuso. ¿Qué se considera lo


"suficientemente problemático" como para que se pueda diagnosticar como un
trastorno de aprendizaje? La lectura, las matemáticas y la escritura de letras
pueden ser tareas difíciles para muchos niños al principio. Pero, cuando estas
dificultades iniciales no desaparecen y al niño le cuesta mucho avanzar, es
posible que padezca un trastorno de aprendizaje.

A veces el trastorno por déficit de atención con hiperactividad se plantea


como si se tratara de un trastorno de aprendizaje, pero, de hecho, no lo es.
¿Por qué? Porque muchos niños con TDAH pueden aprender en la escuela sin
ayudas especiales, aunque se distraigan con gran facilidad y les cueste mucho
quedarse quietos y sentados en clase. Aunque el TDAH no sea un trastorno de
aprendizaje en sí mismo, los investigadores creen que los niños con TDAH
tienen más probabilidades de padecer este tipo de trastornos.

Los problemas o trastornos del aprendizaje afectan la capacidad de aprender.


Pueden causar problemas con:

 Comprender lo que las personas dicen


 Hablar
 Leer
 Escribir
 Resolver problemas matemáticos
 Poner atención
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una disfunción
de origen neurobiológico que conlleva una inmadurez en los sistemas que
regulan el nivel de movimiento, la impulsividad y la atención.
“El TDAH puede presentarse con hiperactividad o sin ella”, especifica a
CuidatePlus Azucena Díez, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría
Infantil de la Asociación Española de Pediatría y miembro del departamento de
Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra. “Estos niños tienen menos
capacidad para atender o se mueven más de lo que se esperaría para su edad”.
Dado que es un trastorno del neurodesarrollo, para que se considere TDAH los
síntomas tienen que aparecer antes de los 12 años. Si no aparecen antes, no se
puede hacer un diagnóstico. “No hay TDAH que comience en la edad adulta”,
añade.

Causas
La causa principal del TDAH es la herencia. Aproximadamente el 75 por ciento de
los casos con este trastorno tiene causas de origen genético. No obstante,
determinar este origen es complicado ya que la patología no la causa un solo gen y
además estos genes interactúan entre ellos. Hay muchos implicados,
principalmente los sistemas que regulan la dopamina, la adrenalina, la serotonina,
etc. Es una herencia poligénica y compleja porque también interactúan entre ellos,
etc.
Además del origen genético, Díez explica que hay una serie de factores, los
denominados perinatales, que están relacionados con el embarazo, el parto y los
primeros meses de vida que también pueden producir TDAH. Estos son el consumo
de tabaco y alcohol durante el embarazo o la presencia de sufrimiento fetal, entre
otros.

Síntomas
Los niños con TDAH son muy inquietos impulsivos y tienen problemas para prestar
atención y concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar
correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de
trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca
problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en
movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante
inquietud (que se ve en tamborileo de dedos o en el movimiento constante de los
pies o las piernas).
Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el
colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.
Las manifestaciones pueden dividirse en tres grupos:

Síntomas relacionados con la inatención


La presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil explica que el principal
síntoma es que los infantes no son capaces de mantener la atención que se espera
para su edad durante mucho tiempo. Además, a estos niños les cuesta ponerse a
hacer todas las tareas que suponen un esfuerzo mental. “Está como en su mundo,
se distrae con facilidad y va de un tema a otro”, afirma.
El principal lugar donde se aprecian estas manifestaciones es en el ámbito escolar.
Los profesores a veces presentan quejas en este sentido, pero también aparecen
en casa: cuando un niño tiene que organizar sus cosas, también está muy
despistado.
En general suele caracterizarse por:
 No atiende detalles, comete errores.

 Dificultad para mantener la atención.

 Sordera ficticia.

 No sigue instrucciones, no termina las tareas.

 Dificultad para organizarse.

 Evita tareas que requieren esfuerzo continuado.

 Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.

 Fácil distracción por estímulos externos.

 Olvidadizo en las actividades diarias.

Síntomas relacionados con la hiperactividad


La hiperactividad puede ser muy evidente en niños de menor edad y va
desapareciendo con el crecimiento. Se manifiesta de forma diferente dependiendo
del niño aunque suele caracterizarse porque están siempre en movimiento, corren,
saltan, tienen dificultades para estar quietos, hablando mucho y de forma
precipitada y sin pensar.
Los síntomas más frecuentes en este bloque son:
 Inquietud, se mueve en el asiento.

 Se levanta cuando debería estar sentado.

 Corre y salta en situaciones inapropiadas.

 Dificultad para jugar tranquilamente.

 Excitado a menudo, "como una moto".

 Verborrea.

 Responde antes de que finalice la pregunta.

 Dificultad para guardar el turno en actividades de grupo.

 Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc.

Síntomas relacionados con la impulsividad


Aquí tiene cabida todo lo que hace referencia a las situaciones en las que los niños
actúan sin pensar en las consecuencias de sus actos. “Los niños con TDAH suelen
ser personas muy impacientes que a veces corren riesgos innecesarios y sin pensar
en las consecuencias negativas que tienen”, advierte Díez.
Estudiante con trastorno del lenguaje y comunicación.
El lenguaje es uno de los rasgos más característicos de la especie humana, ya que
nos permite la comunicación entre dos o más interlocutores mediante un código
convencional de señales sonoras articuladas. Comprende tres dimensiones: la forma,
que se refiere tanto a la fonología como a la sintaxis; el contenido, directamente
relacionado con el léxico y el significado de la frase y el discurso; y las funciones
comunicativas, afines a la competencia conversacional, la capacidad de adaptar el
lenguaje al contexto y el lenguaje no verbal, entre otros. Es más, en todas las
dimensiones coexisten e intervienen los procesos de comprensión y expresión. El
proceso de adquisición del lenguaje es universal e intervienen la percepción, la
atención, la memoria y el pensamiento. Los niños lo adquieren de manera implícita al
estar dotados de una “capacidad innata” que les permite descubrir e incorporar los
registros de la lengua hablada en su entorno más inmediato de forma natural y
casi sin esfuerzo. Para que el lenguaje oral aparezca y se desarrolle es
necesario que haya estructuras neurológicas en el hemisferio izquierdo,
capacidades cognitivas de simbolización, estimulación afectiva y social,
competencia para interactuar y capacidad para recibir y reproducir sonidos1.
Básicamente, el desarrollo del lenguaje2 comprende una etapa preverbal, que
va desde el nacimiento a los 12 meses, y una etapa verbal en la que se
adquiere el léxico, la morfosintaxis, la fonología, la fonética y la pragmática.

El habla es la producción expresiva de sonidos e incluye la articulación, la


fluidez, la voz y la calidad de resonancia de un individuo, además de involucrar
a los órganos bucofonatorios y a los circuitos cerebrales para su correcto
funcionamiento

La comunicación hace referencia al proceso mediante el cual se transmite


información y apunta a todo comportamiento verbal o no verbal sea intencional
o no, que influye en la conducta, las ideas o actitudes de otro individuo.

Los trastornos de la comunicación son trastornos del discurso y del lenguaje


que se refieren a problemas en la comunicación y áreas relacionadas, como la
función motora oral. Los retrasos y trastornos pueden ir desde la sustitución de
sonidos simples a la incapacidad de comprender o utilizar su lengua materna.

Las personas que padecen del trastorno de la comunicación tienen dificultades


con la pragmática (disciplina que estudia el lenguaje en relación con el acto del
habla y las circunstancias de la comunicación). Estas personas no entienden el
ir venir de una conversación, otros interrumpen constantemente y algunos
simplemente no se deciden a hablar. Los trastornos de la comunicación
generalmente se diagnostican en la infancia o la adolescencia, aunque pueden
persistir hasta la edad adulta (DSM-IV-TR, Rapoport DSM-IV Guía de
Capacitación para el diagnóstico de trastornos de la infancia). También puede
ocurrir con otros trastornos.
Trastornos de la comunicación (DSM-IV)
 Trastorno del lenguaje expresivo: caracterizado por la dificultad para
expresarse más allá de oraciones simples y un vocabulario limitado.
 Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo: problemas para comprender
las demandas de los demás.
 Tartamudeo: un trastorno del habla caracterizado por una ruptura en la fluidez,
en donde los sonidos, sílabas o palabras pueden ser repetidos o prolongados.
 Trastorno fonológico: errores de la producción, utilización, representación u
organización de los sonidos, tales como: sustituciones de un sonido por otro
(utilización del sonido /t/ en lugar de /k/ u omisiones de sonidos tales como
consonantes finales).
 Trastorno de la comunicación no especificado: en el que los trastornos dentro
de la categoría no cumplen con los criterios específicos para la enfermedad
mencionados anteriormente.

Estudiante con problemas emocionales o conductuales.


Las dificultades emocionales y de la conducta en los escolares constituyen un serio y
difícil problema tanto para la educación y la salud mental de los estudiantes como para
los padres cuyos hijos no logran en la escuela un rendimiento acorde con sus
esfuerzos y expectativas. La mayoría de los alumnos que presentan dificultades
emocionales y conductuales poseen leves alteraciones en su desarrollo cognitivo,
psicomotor o emocional, sin que –en general– puedan ser asignados a categorías
diagnósticas específicas tales como retardo mental, síndrome de déficit atencional o
trastornos específicos del aprendizaje.

La duración, la frecuencia y la intensidad con que ocurre la conducta disruptiva


son algunos de los elementos que permiten concluir que el alumno presenta un
problema. Cada estudiante presenta características cognitivo-afectivas y
conductuales distintas, y las escuelas, en general, otorgan una enseñanza
destinada a niños “normales” o “promedio” que prácticamente no presentan
diferencias entre sí y que no muestran alteración, desviación, déficit o lentitud
en ningún aspecto de su desarrollo. Esto provoca que todos los niños que por
alguna razón se desvían o alejan de este “promedio” están en riesgo de bajo
rendimiento y de fracaso escolar. Un estudiante en riesgo no significa que sea
retrasado o que tenga alguna incapacidad. La designación “en riesgo” se
refiere a características personales o a circunstancias del medio escolar,
familiar o social que lo predisponen a experiencias negativas tales como
deserción, bajo rendimiento, trastornos emocionales, alteraciones de la
conducta, drogadicción, etc.

Estudiantes con discapacidades intelectuales.

La atención a las personas con discapacidad y más en concreto a las personas


con discapacidad intelectual ha ido experimentando una evolución
considerable. Nos parece importante reseñar cómo, a lo largo de la historia, el
trato que han recibido las personas con discapacidad ha sido mayoritariamente
de rechazo, exclusión o en el mejor de los casos de compasión.
Estudiantes con problemas de salud.

En qué consiste el trastorno autista

En qué consiste el síndrome de asperger

El síndrome de Asperger (AS) que padece el carismático Sheldon Cooper (el


personaje, no el actor), de la serie televisiva The Big Bang Theory, es
un trastorno que se caracteriza porque el paciente manifiesta intereses
limitados o una preocupación inusual y obsesiva con un objeto o un tema en
particular, llegando a excluir otras actividades y temas de conversación. Las
personas que lo padecen suelen tener una inteligencia normal o ligeramente
por encima de la media, pero muestran rutinas o rituales repetitivos, así como
una tendencia a hablar de manera demasiado formal o monótona y a
interpretar figuras retóricas e ironías de manera literal. A veces su lenguaje
corporal es inexistente. También exhiben un comportamiento social y
emocionalmente inadecuado y se muestran incapaces de interactuar
exitosamente con los demás. La torpeza física y la ausencia de
empatía hacia los demás son otros rasgos característicos de la enfermedad,
que se suele diagnosticar en edad escolar.

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