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Jornada nacional de pastoral vocacional

Salto de calidad en la pastoral vocacional

El Congreso continental europeo de pastoral vocacional, reunido en mayo de 1997 planteó


la necesidad un “salto de calidad” en este ámbito pastoral. La expresión, sugerida por el papa
Juan Pablo II, está tomada de la teoría de la evolución. Cuando la naturaleza pasa de una
especie a otra implicando un cambio cualitativo, se reconoce un momento peculiar, que desde
la antropología teológica se identifica como una intervención creadora de Dios. ¿Cómo se
explica el salto de calidad de la vida animal a la vida racional si no es así? Se quiere plantear
algo similar, un salto de calidad en el modo de comprender el misterio de la vocación y de
realizar la pastoral vocacional. Tal salto de calidad hay que realizarlo como una moción del
Espíritu y por ello en coherencia con la revelación y con la teología.
El Congreso hace eco de la voz del Papa, que utilizó esta expresión en el discurso final, y al
mismo tiempo de una serie de documentos y artículos sobre el tema, que desde mucho tiempo
antes clamaban por este cambio de perspectiva1. Este modo de hablar es coherente con la
llamada que el Papa hizo a toda la Iglesia, en torno al inicio del tercer milenio del cristianismo,
a una nueva evangelización, nueva en su contenido pero también en sus métodos. Surge la
inquietud por una nueva pastoral vocacional, también nueva en su contenido o pretensión
fundamental y en los métodos que aplica en la práctica.
Diez años más tarde, en 2007, tenemos la conferencia de los obispos de Latinoamérica y el
Caribe en Aparecida. El documento adopta ciertamente una nueva perspectiva vocacional al
remitir continuamente al llamado de los “discípulos y misioneros”, e incluyendo desde allí a
todos los creyentes, cada uno en su vocación específica. En esto no hacen los obispos sino seguir
con claridad la doctrina del Concilio Vaticano II, especialmente la Lumen Gentium. Su perspec-
tiva es otra en relación a lo que muchas veces se fomenta: la de la propuesta y el discernimiento
vocacional para todos, con nuevos modos de proceder.
Como suele ocurrir con muchas realidades en esta cultura emergente, lo particular y concre-
to es eco de lo global y común y al mismo tiempo revierte en la globalización. Tenemos aquí
dos perspectivas diversas y sin embargo ambas aportan datos interesantes para el conjunto, al
grado de que podemos colocar los textos del Congreso y de Aparecida en columnas paralelas,
con el fin de buscar la consonancia entre ambos. Queda muy claro que, desde perspectivas tan
diferentes y desde realidades vocacionales distintas, como la europea y la latinoamericana, se ve
la urgente necesidad no sólo de una pastoral vocacional renovada, con más impulso y entusias-
mo, sino de implementar un nuevo paradigma en el modo de comprender el misterio de la
vocación y en el modo de proceder en esta acción pastoral de la Iglesia, que es reconocida
como una tarea trascendental, delicada y difícil.
Vamos ahora a acercarnos a ambos documentos con la intención de captar la novedad que
proponen. Para ello es conveniente conservar una mente abierta y realizar una discusión más
bien amplia, que nos lleve a descubrir estos rasgos de novedad y a llamarlos por su nombre, con
nuestras propias palabras.

1 La bibliografía al respecto es abundante. Una referencia obligada es el II Congreso mundial de pastoral vocacio-
nal, La pastoral vocacional en la Iglesia Particular, 1981. Propongo una selección de artículos escritos en torno a
la celebración del Congreso europeo: Rubio, L. – Da Silva, C., Rumbos nuevos para una pastoral vocacional
renovada, Seminarios 43 (1997) 143-185. García Velasco, J., Urgencia de una pastoral vocacional nueva, Semina-
rios 43 (1997) 207-223. García, J. – Rico, J., Crónica del Congreso europeo sobre las vocaciones al sacerdocio y
a la vida consagrada, Seminarios 43 (1997)249-254. Rubio Parrado, L., Nuevas vocaciones para una nueva
Europa, Seminarios 44 (1998) 307-325. Cencini, A., Coordenadas actuales para la opción vocacional e itinerario
formativo para la decisión, Seminarios 42 (1996) 163-181. Instituto Vocacional Maestro Ávila, La pastoral
vocacional, una pastoral de vanguardia. Entrevista a Amadeo Cencini, Seminarios 42 (1996) 183-194.

1
Análisis comparativo de los documentos

Congreso continental europeo CELAM


Tema Nuevas vocaciones para una nueva
Europa (1997) n. 13-c Conferencia de Aparecida (2007)

41. Los cristianos necesitamos recomenzar desde Cris-


El congreso de las vocaciones se en- to, desde la contemplación de quien nos ha revelado
cuentra ante la exigencia de un en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vo-
cambio radical, de un «impacto idó- cación humana y de su sentido. Necesitamos hacernos
neo», según el documento de traba- discípulos dóciles, para aprender de Él, en su segui-
jo, o de «un salto de calidad», como miento, la dignidad y plenitud de la vida. Y necesita-
Necesidad de el Papa recomendó en su Discurso mos, al mismo tiempo, que nos consuma el celo mi-
un cambio de al final del Congreso. sionero para llevar al corazón de la cultura de nuestro
paradigma o tiempo, aquel sentido unitario y completo de la vida
“salto de No se trata sólo de una invitación a humana que ni la ciencia, ni la política, ni la economía
calidad” reaccionar ante una sensación de ni los medios de comunicación podrán proporcionar-
cansancio o de desaliento por los le. En Cristo Palabra, Sabiduría de Dios (cf. 1 Cor 1,
escasos resultados; ni con estas pala- 30), la cultura puede volver a encontrar su centro y su
bras se pretende incitar a renovar profundidad, desde donde se puede mirar la realidad
simplemente ciertos métodos o a en el conjunto de todos sus factores, discerniéndolos a
recuperar energía y entusiasmo. la luz del Evangelio y dando a cada uno su sitio y su
dimensión adecuada.

42. La persona humana es, en su misma esencia,


aquel lugar de la naturaleza donde converge la varie-
La pastoral vocacional en Europa ha
dad de los significados en una única vocación de sentí-
llegado a una articulación histórica,
do. A las personas no les asusta la diversidad. Lo que
a un paso decisivo. Existe una histo-
les asusta, más bien, es no lograr reunir el conjunto de
ria, con una prehistoria, seguida de
Motivación del todos estos significados de la realidad en una com-
fases que se han sucedido lentamen-
cambio de prensión unitaria que le permita ejercer su libertad
te a los largo de estos años, como
paradigma con discernimiento y responsabilidad. La persona
estaciones naturales, y que ahora
busca siempre la verdad de su ser, puesto que es esta
deben necesariamente avanzar ha-
verdad la que ilumina la realidad de tal modo que
cia el estado «adulto» y maduro de
pueda desenvolverse en ella con libertad y alegría,
la pastoral vocacional.
con gozo y esperanza.

Si la pastoral de las vocaciones na-


ció como emergencia debida a una
situación de crisis e indigencia voca- 315. Ante la escasez de personas que respondan a la
cional, hoy ya no se puede pensar vocación al sacerdocio y a la vida consagrada es ur-
De la situación
con la misma incertidumbre y moti- gente dar un cuidado especial a la promoción voca-
de crisis a la
vada por una coyuntura negativa; cional, cultivando los ambientes en los que nacen las
maternidad de
al contrario, aparece como expre- vocaciones, con la certeza de que Jesús sigue llamando
la Iglesia
sión estable y coherente de la ma- discípulos y misioneros para estar con él y para enviar-
ternidad de la Iglesia, abierta al los a predicar el Reino de Dios.
designio inescrutable de Dios, que
siempre engendra vida en ella;

285. Cuando el impulso del Espíritu impregna y moti-


Si en un tiempo la promoción voca-
va todas las áreas de la existencia, entonces también
cional se orientaba exclusiva y prin-
Del fomento de penetra y configura la vocación específica de cada
cipalmente a algunas vocaciones,
la vocación de uno. Así, se forma y desarrolla la espiritualidad propia
ahora se debería dirigir cada vez
algunos a la de presbíteros, de religiosos y religiosas, de padres de
más a la promoción de todas la vo-
vocación de familia, de empresarios, de catequistas, etc. Cada una
caciones, porque en la Iglesia de
todos de las vocaciones tiene un modo concreto y distintivo
Dios o se crece juntos o no crece
de vivir la espiritualidad, que da profundidad y entu-
ninguno.
siasmo al ejercicio concreto de sus tareas.

2
Si en sus comienzos la pastoral vo-
cacional trataba de circunscribir su
campo de acción a algunas catego-
31. En el rostro de Jesucristo, muerto y resucitado,
rías de personas (los nuestros, los
maltratado por nuestros pecados y glorificado por el
más próximos a los ambientes de
Padre, en ese rostro doliente y glorioso, podemos ver,
Iglesia, o a aquéllos que parecían
con la mirada de la fe, el rostro humillado de tantos
manifestar inmediatamente un cier-
hombres y mujeres de nuestros pueblos y, al mismo
to interés, los más buenos y estima-
tiempo, su vocación a la libertad de los hijos de Dios,
dos, los que habían hecho ya una
a la plena realización de su dignidad personal y a la
opción de fe, etc.), ahora se siente
De los fraternidad entre todos. La Iglesia está al servicio de
cada vez más la necesidad de exten-
ambientes todos los seres humanos, hijos e hijas de Dios.
der con valor a todos, al menos en
evangelizados a
teoría, el anuncio y la propuesta
la amplitud de
vocacionales, en nombre de aquel
los hijos de Dios 107. Bendecimos al Padre por el don de su Hijo
Dios que no hace acepción de per-
Jesucristo, “rostro humano de Dios y rostro divino del
sonas, que elige a pecadores en un
hombre”. ”En realidad, tan sólo en el misterio del
pueblo de pecadores, que hace de
Verbo encarnado se aclara verdaderamente el misterio
Amós, que no era hijo de profeta si-
del hombre. Cristo, en la revelación misma del miste-
no tan solo recogedor de sicómo-
rio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el
ros, un profeta, que llama a Leví, y
hombre al propio hombre y le descubre su altísima
entra en la casa de Zaqueo, que es
vocación”.
capaz de hacer nacer incluso de las
piedras hijos de Abraham (cfr. Mt
3,9).

Si anteriormente la actividad voca- 127. Alienta nuestra esperanza la multitud de nuestros


cional nacía en buena parte del niños, los ideales de nuestros jóvenes y el heroísmo de
miedo (a la desaparición, a la dismi- muchas de nuestras familias que, a pesar de las cre-
nución) y de la pretensión de man- cientes dificultades, siguen siendo fieles al amor.
Del miedo a la
tener determinados niveles de pre-
esperanza
sencia o de obras, ahora el miedo, 128. Reconocemos el don de la vitalidad de la Iglesia
cristiana
siempre pésimo consejero, cede el que peregrina en América Latina y El Caribe, su op-
puesto a la esperanza cristiana, que ción por los pobres, sus parroquias, sus comunidades,
nace de la fe y se proyecta hacia la sus asociaciones, sus movimientos eclesiales, sus nue-
novedad y el futuro de Dios. vas comunidades y sus múltiples servicios sociales y
educativos.

Si una cierta animación vocacional


135. La respuesta a su llamada exige entrar en la
es, o era, perennemente insegura y
dinámica del Buen Samaritano(cf. Lc 10, 29-37), que
tímida, casi hasta aparecer en condi-
nos da el imperativo de hacernos prójimos, especial-
ciones de inferioridad respecto a
mente con el que sufre, y generar una sociedad sin
una cultura antivocacional, hoy ha-
De la timidez a excluidos, siguiendo la práctica de Jesús que come con
ce auténtica promoción vocacional
la convicción publicanos y pecadores (cf. Lc 5, 29-32), que acoge a
sólo quien está animado por la con-
los pequeños y a los niños (cf. Mc 10, 13-16), que sana
vicción de que toda persona, sin
a los leprosos (cf. Mc 1, 40-45), que perdona y libera
excluir a ninguna, es un don origi-
a la mujer pecadora (cf. Lc 7, 36-49; Jn 8, 1-11) que
nal de Dios que espera ser descu-
habla con la Samaritana (cf. Jn 4, 1-26).
bierto.

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282. Cada sector del Pueblo de Dios pide ser
acompañado y formado, de acuerdo con la peculiar
vocación y ministerio al que ha sido llamado; el
Si el fin, un tiempo, parecía ser el
obispo que es el principio de la unidad en la diócesis
reclutamiento, o el método de pro-
mediante el triple ministerio de enseñar, santificar y
paganda, a menudo con resultados
gobernar; los presbíteros, cooperando con el
obtenidos forzando la libertad del
ministerio del obispo, en el cuidado del pueblo de
individuo o con episodios de «com-
Del Dios que les es confiado; los diáconos permanentes en
petencia», ahora debe ser cada vez
reclutamiento al el servicio vivifi-cante, humilde y perseverante como
más claro que el fin es la ayuda a la
discernimiento ayuda valiosa para obis-pos y presbíteros; los
persona para que sepa discernir el
consagrados y consagradas en el segui-miento radical
designio de Dios sobre su vida para
del Maestro; los laicos y laicas que cumplen su
la edificación de la Iglesia, y reco-
responsabilidad evangelizadora, colaborando en la
nozca y realice en sí misma su pro-
formación de comunidades cristianas y en la
pia verdad.
construcción del Reino de Dios en el mundo. Se
requiere, por tanto, capacitar a quienes puedan
acompañar espiritual y pastoralmente a otros.

170. Entre las comunidades eclesiales, en las que viven


y se forman los discípulos misioneros de Jesucristo,
sobresalen las Parroquias. Ellas son células vivas de la
Si en época aún no muy lejana
Iglesia y el lugar privilegiado en el que la mayoría de
había quien se engañaba creyendo
los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y la
resolver la crisis vocacional con op-
comunión eclesial. Están llamadas a ser casas y escue-
ciones discutibles, por ejemplo «im-
Del tráfico de las de comunión. Uno de los anhelos más grandes que
portando vocaciones» de allende las
vocaciones a su se ha expresado, es el de una valiente acción renova-
fronteras (a menudo desarraigando-
nacimiento en dora de las Parroquias a fin de que sean de verdad
las de su ambiente), hoy nadie de-
cada Iglesia y en “espacios de la iniciación cristiana, de la educación y
bería engañarse con resolver la crisis
cada lugar celebración de la fe, abiertas a la diversidad de caris-
vocacional vagando de un lado a
mas, servicios y ministerios, organizadas de modo co-
otro, porque el Señor continúa lla-
munitario y responsable, integradoras de movimientos
mando en cada Iglesia y en cada
de apostolado ya existentes, atentas a la diversidad
lugar.
cultural de sus habitantes, abiertas a los proyectos pas-
torales y supraparroquiales y a las realidades circun-
dantes”.

294. Asumir la iniciación cristiana exige no sólo una


El «cirineo vocacional», solícito y a
renovación de modalidad catequística de la parroquia.
menudo improvisador solitario, de-
Proponemos que el proceso catequístico formativo
bería cada vez más pasar de una
adoptado por la Iglesia para la iniciación cristiana sea
De la animación hecha con iniciativas y
asumido en todo el Continente como la manera ordi-
improvisación a experiencias episódicas a una educa-
naria e indispensable de introducir en la vida cristiana,
la seguridad de ción vocacional que se inspire en la
y como la catequesis básica y fundamental. Después
un método seguridad de un método de acom-
vendrá la catequesis permanente que continúa el pro-
pañamiento comprobado para po-
ceso de maduración en la fe, en la que se debe incor-
der prestar una ayuda apropiada a
porar un discernimiento vocacional y la iluminación
quien está en búsqueda.
para proyectos personales de vida.

El mismo animador vocacional de- 314. En lo referente a la formación de los discípulos y


bería llegar a ser cada vez más edu- misioneros, ocupa un puesto particular la pastoral vo-
cador en la fe y formador de voca- cacional, que acompaña cuidadosamente a todos los
De la acción
ciones, y la animación vocacional que el Señor llama a servirle a la Iglesia en el sacerdo-
individual a la
llegar a ser siempre más acción co- cio, en la vida consagrada o en el estado laical. La pas-
acción coral
ral, de toda la comunidad, religiosa toral vocacional, responsabilidad de todo el pueblo
o parroquial, de todo el instituto o de Dios, comienza en la familia y continúa en la co-
de toda la diócesis, de cada presbí- munidad cristiana, debe dirigirse a los niños y especial-
tero o consagrado o creyente, y pa- mente a los jóvenes para ayudarlos a descubrir el sen-

4
ra todas las vocaciones en cada fase tido de la vida y el proyecto que Dios tenga para cada
de la vida. uno, acompañándolos en su proceso de discernimien-
to. Plenamente integrada en el ámbito de la pastoral
ordinaria, es fruto de una sólida pastoral de conjunto,
en las familias, en la parroquia, en las escuelas católi-
cas y en las demás instituciones eclesiales.

Es tiempo de que se pase decidida-


mente de la «patología del cansan-
cio» y de la resignación, que se
justifica atribuyendo a la actual ge-
De la patología
neración juvenil la causa única de la
del cansancio al
crisis vocacional, al valor de hacerse
cuestionamiento
los interrogantes oportunos y ver
los eventuales errores y fallos a fin
de llegar a un ardiente nuevo im-
pulso creativo de testimonio.

Se hace necesario un cambio de paradigma en la pastoral vocacional porque se constata, con


más frecuencia de lo que quisiéramos, que las motivaciones y los estilos pastorales que la han
caracterizado carecen de fundamento tanto teológico-doctrinal como antropológico-educativo.
El cambio que se propone no obedece a una mera estrategia, ni tampoco a una situación cultu-
ral nueva o a una coyuntura histórica, sino fundamentalmente a una revisión a fondo de lo que
define a la pastoral vocacional y el compromiso que implica. A esto se refiere el documento del
congreso europeo cuando habla del estado “adulto” de la pastoral vocacional, un modo de
hacer en este ámbito que se corresponda al fundamento bíblico, antropológico y pedagógico de
la vocación misma.
Podríamos hablar incluso de la validez moral de ciertos comportamientos y estrategias que
se han utilizado libremente en la pastoral vocacional, definiendo el “ethos” de esta acción pas-
toral dentro de la Iglesia. Evidentemente el marco para esta ética de los animadores vocaciona-
les debe ser el evangélico y el evangelizador. Evangélico en el sentido de que aplique al trato
con los jóvenes y al estilo de la promoción vocacional los criterios del evangelio. Evangelizador
en el sentido de que pretenda sobre todo difundir la buena noticia de la vocación, y no mire a
otro tipo de intereses.
Por ello, antes de insistir en los rasgos prácticos de este cambio de paradigma, es necesario
referirse al fundamento doctrinal del mismo. Vamos a hacer un análisis de estos fundamentos,
siguiendo un esquema simple, con el fin de dar seguridad a los animadores vocacionales a la
hora de actuar.

5
1 La vocación es un don de Dios para todos

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

En la sagrada Escritura queda muy claro que la La catequesis vocacional es con frecuencia impar-
vocación es un don de Dios para todos. La na- tida por sacerdotes y personas consagradas que
rración de la vocación personal de algunos se son nombrados para este fin por sus institucio-
integra de un modo dinámico e incluyente con nes, pero en general participan poco los laicos
la narración de la vocación del pueblo de Dios. en esta misión. Este hecho hace que el mensaje
Todos son llamados a formar un pueblo sacer- no llegue a los destinatarios. Si es algo que inte-
dotal, una nación santa. La lumen gentium, do- resa a todos, el mensaje debería ser transmitido
cumento vertebrador de la doctrina conciliar, por todos, o al menos por una cantidad repre-
subraya la llamada universal a la santidad y el sentativa de laicos comprometidos en la pastoral
sentido y valor de la vocación de los fieles vocacional. Es urgente una acción evangelizado-
laicos, religiosos y ministros ordenados. ra que llegue a todos.

Motivación pastoral Estilo pastoral

Si la vocación es para todos, la motivación para Es un estilo marcado por dos notas: la colabora-
nombrar personas, organizar eventos y hacer pu- ción-comunión y la claridad teológica-catequé-
blicaciones vocacionales será anunciar la buena tica. El animador vocacional, convencido del
noticia de la vocación y hacer el bien a los jóve- don que Dios ha dado a todas las personas, se
nes y a todos en algo tan fundamental como la mantiene abierto a la diversidad de los carismas
propia identidad. Esto significa que hay en los úl- y ministerios. Fomenta todas las vocaciones.
timos responsables y en los mismos animadores Abre a los jóvenes y a todos a la perspectiva am-
vocacionales un auténtico deseo de evangelizar plia de la armonía de las vocaciones. Tiene un
o “celo” pastoral, que les lleva a entre-gar la interés grande por ofrecer a todos el contenido
vida en un servicio oculto que multiplica la vida teológico que define su ser en la Iglesia, para que
vocacional en cada persona. puedan vivirlo.

6
2 La comunidad cristiana, madre de las vocaciones

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

Se ha insistido mucho en que el surgimiento de El centro diocesano de pastoral vocacional y las


vocaciones es un signo inequívoco de la vitali- instancias correspondientes en las congregacio-
dad de la Iglesia. Las vocaciones se engendran, nes religiosas no deben suplir a las parroquias y
nacen y se desarrollan en el seno comunitario. El comunidades locales en su tarea vocacional, por-
sentido de pertenencia a la Iglesia particular y a que ellas son los centros primarios de la pastoral
la parroquia o comunidad local se origina aquí. vocacional. La parroquia y la comunidad local es
Por eso es necesario que toda vocación sea un ámbito privilegiado donde los jóvenes apren-
acompañada, principalmente en el momento den a escuchar la Palabra de Dios, a participar en
inicial que rodea la toma de conciencia del la comunidad de fe, a ponerse al servicio de los
llamado de Dios, en esta instancia comunitaria demás. Es el ámbito en el cual se ensaya su
local, para que en ella hunda sus raíces. vocación y una posible consagración a Dios.

Motivación pastoral Estilo pastoral

El objetivo de la pastoral vocacional en el nivel La maternidad se muestra en la acogida incondi-


local no es sólo el acompañamiento a jóvenes cional y en la puesta en práctica de los medios
que manifiestan inquietudes por la vida sacerdo- educativos. La comunidad local es un ámbito en
tal y consagrada. Más bien se trata de sembrar el que se acoge a los jóvenes de forma definiti-
inquietudes y de abrir perspectivas, fomentando va, invierte en ellos sus mejores recursos, procu-
una cultura vocacional entre los jóvenes espe- rando su educación en el plano específico de la
cialmente, pero también entre los niños y las vocación. Cultiva de modo especial la pastoral
personas adultas. Por eso hay que entender la juvenil-vocacional, es decir, las acciones pastora-
pastoral vocacional como un elemento central e les que ayudan a los jóvenes a romper los prejui-
incluso vertebrador de la pastoral de conjunto. cios ante el llamado de Dios y les ofrece un
Evangelizar es ayudar a cada uno a encontrar su conocimiento más completo de la vocación y las
lugar. vocaciones.

7
3 La vocación, una respuesta a las necesidades

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

La doctrina bíblica de la vocación nos enseña Es fundamental que los jóvenes que experimen-
que Dios interviene en la Historia llamando a tan el llamado de Dios tengan bien claras las
distintas personas para que se pongan al servicio coordenadas sociales de su vocación. Es decir,
de su pueblo en necesidades bien concretas. El que no sólo quieran responder a Dios que llama,
Señor ve la opresión, siente la miseria de su pue- sino también a los demás que los necesitan, de
blo, escucha su clamor y responde con pronti- modo que den nombres concretos a los destina-
tud. La persona es enviada como un signo del tarios de su opción, al estilo del buen samarita-
amor de Dios que actúa eficazmente. Jesús es el no. Hay que garantizar que excluyan otro ti-po
buen pastor que, con sentimiento por la oveja de ambiciones o de expectativas que los aleja-
perdida la busca hasta que la encuentra. Muestra rían del servicio al pueblo de Dios. Como el
así la misericordia que hay en el corazón de buen pastor han de tener sentimiento de la
Dios. necesidad del prójimo.

Motivación pastoral Estilo pastoral

La motivación para trabajar a favor de las voca- El estilo evangélico del humilde servicio. El ani-
ciones es el servicio al pueblo de Dios, no el mador vocacional está como el que sirve. La
mantenimiento de las propias obras o de la pro- misma actividad es una introducción a la radica-
pia institución. El animador vocacional está im- lidad del servicio evangélico. Se plantea de tal
pregnado de este espíritu de servicio y bien iden- manera, que se excluye sistemáticamente a quie-
tificado con el servicio concreto que presta su nes tienen afán de poder o deseo de aprove-
institución. Por eso, una institución que se empe- charse económicamente desde la opción voca-
ña en el fomento de las vocaciones a la vez cional. El proceso vocacional pone al joven en
revisa y cuestiona su propia tarea pastoral, man- contacto con las necesidades sociales que marcan
teniéndose abierta y disponible ante las necesi- desde su origen a la propia institución y enseña
dades sociales, es así una escuela de servicio. desde el principio a elegir prioridades.

8
4 La vocación, objeto del discernimiento comunitario

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

La descripción de la vida de la Iglesia naciente Para garantizar la selección de las vocaciones es


muestra cómo las vocaciones y ministerios fue- totalmente necesario que se hagan procesos sufí-
ron desde el principio objeto de un cuidadoso cientes de acompañamiento. Un criterio objetivo
discernimiento, en el que se hace participar a la para juzgar la calidad de los procesos consiste en
comunidad en su conjunto. En este discernímien- que al joven se le ofrezcan experiencias formati-
to el criterio fundamental no son las inquietudes vas en la línea de la vida espiritual y de la misión
ni la realización del individuo, sino la mejor rea- apostólica. Al mismo tiempo que se le haya
lización de la misión. La comunidad es conscien- acompañado personalmente, con unas diez en-
te de que se juega mucho en la elección de trevistas, de modo que se hayan detectado los
quienes van realizar diversos servicios y por ello principales impedimentos y se haya dado el paso
pone todos los medios para que sean idóneos. a una primera confrontación.

Motivación pastoral Estilo pastoral

El objetivo de la pastoral vocacional no consiste Un estilo pastoral exigente, en el sentido de que


en conseguir que ingresen muchos candidatos a plantea procesos y propone experiencias que ha-
la casa de formación, mucho menos que ingre- cen crecer al sujeto. Propone la vocación especí-
sen de cualquier manera. El animador vocacional fica como un camino de auténtica entrega apos-
encuentra su satisfacción en la calidad de los tólica y de exigencia en todas las dimensiones de
procesos que acompaña y consecuentemente en la personalidad. En este sentido evita que la op-
el crecimiento de cada uno de los jóvenes, no en ción vocacional se convierta en un refugio ante
el número ni en la rentabilidad de su trabajo. problemáticas de la persona o de su ambiente
Este tipo de motivación se hace evidente cuando social. Promueve, al contrario, que todo lo que
continúa ofreciendo el acompañamiento a quien la persona es y sus capacidades se pongan al ser-
ha manifestado otro tipo de intereses. vicio.

9
5 El cuidado de la vocación, una tarea comunitaria

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

En la pastoral vocacional hay una responsabili- La pastoral vocacional en su sentido amplio llega
dad para cada uno de los miembros de la comu- a existir cuando se desarrollan ministerios de di-
nidad cristiana. El obispo, los presbíteros y diá- versas personas y en diversos niveles a favor de
conos, los padres de familia, los religiosos y reli- las vocaciones. También cuando se implementan
giosas, tanto de vida contemplativa como apos- estructuras que se hacen responsables de ello,
tólica, los miembros de los institutos seculares, como los colegios, las familias, los grupos y mo-
los laicos, los animadores juveniles, los mismos vimientos juveniles, etc. Este desarrollo e inte-
jóvenes. Es fundamental detallar la responsabili- gración de diversos agentes y estructuras da un
dad de cada uno y desarrollarla conveniente- mensaje claro de que el cuidado de las vocacio-
mente para que la pastoral vocacional llegue a nes es algo importante en la vida de la Iglesia.
representar un compromiso vivo de toda la Cada comunidad cristiana debe desarrollarlas.
comunidad eclesial.

Motivación pastoral Estilo pastoral

La comunidad desarrolla estructuras y ministerios Es un estilo de creciente participación de nuevos


porque sabe que la promoción de las vocaciones animadores, de atención a la formación de las
es el problema fundamental de la Iglesia, porque estructuras pastorales, de atención subsidiaria a
está convencida de que es en esta acción pasto- las pastorales afines como la familiar, la juvenil,
ral donde se edifica con solidez su futuro. Tiene la educativa, la catequética y la social. La pasto-
ante los jóvenes la misma actitud que los padres ral vocacional se va abriendo espacio en la pas-
de familia: invierten en ellos sus mejores recursos toral de conjunto, de modo que dinamiza toda
y lo mejor de su tiempo. La capacitación de los la acción pastoral desde su mismo corazón, que
agentes tiene como núcleo su propia identidad es la vida vocacional de cada uno de los creyen-
vocacional, por ello esta misma capacitación es tes. La consigna de abrir espacios parece intere-
considerada una acción pastoral. sante: en la comunidad y en el corazón de cada
uno.

10
6 La vocación, don de Dios que resuena en el corazón

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

La experiencia vocacional de los personajes bíbli- La pedagogía de la vocación es pedagogía de la


cos y de los santos reporta un acontecimiento vida de la gracia, que por un lado es participa-
profundo que ocurre en el corazón del creyente. ción en los misterios de la fe y por otro es ense-
Equivale a una nueva creación, pero también es ñanza de la vida interior y de la oración. Es fun-
presentado como un enamoramiento y una se- damental introducir a los jóvenes al silencio
ducción. La experiencia vocacional se da en el como ámbito en el que resuena la voz de Dios
contexto de un diálogo amoroso e íntimo, un que llama, pero sobre todo en la vida de ora-
cara a cara con el Señor, tanto en el antiguo tes- ción, entendida como amistad personal con
tamento como en el nuevo. La relación personal Cristo y camino de seguimiento. Ya en el proce-
con Jesús, bajo la forma de discipulado, es el so del acompañamiento vocacional, el candidato
ámbito en el cual la vocación nace y se desarro- debe ir formando una interioridad rica, habitada
lla. por el Espíritu.

Motivación pastoral Estilo pastoral

La enseñanza de la vida espiritual y de la amis- Un estilo pastoral en el que la enseñanza de la


tad personal con el Señor es objetivo prioritario oración efectivamente ocupa el centro. Las
de la pastoral vocacional. El animador está con- actividades vocacionales se diseñan de tal mane-
vencido del valor central de esta experiencia de ra, que se consigue una verdadera introducción a
gracia y por ello se convierte en maestro de vida la oración, a sus métodos y en concreto al tipo
interior para el muchacho que acompaña. Lo de oración que propicia el discernimiento voca-
más importante en el proceso no es que llegue a cional. Así se garantiza que el joven abra espa-
ser sacerdote o religioso, sino que descubra un cios de oración en su vida diaria, comprenda y
camino de santidad para su vida. La insistencia aplique un método y a través de este medio
de Aparecida en formar discípulos y misioneros llegue a un discernimiento espiritual en su vida
va en esta línea. ordinaria y en torno a la decisión vocacional.

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7 Un camino probado de acompañamiento

Fundamento teológico Fundamento pedagógico

El acompañamiento vocacional es tan complejo El proceso de acompañamiento vocacional debe


como la personalidad del candidato. No se trata estar bien fundamentado. Primeramente en una
sólo de que llegue a tomar una decisión, sino de visión del hombre y del joven con el que se tra-
que esta opción esté bien sustentada desde el ta, de modo que ayude a afrontar los aspectos
punto de vista espiritual, pero también desde el humanos que necesariamente entran en juego en
punto de vista humano. El animador vocacional su opción vocacional. Pero también debe propo-
debe permanecer atento a la solidez de la for- ner los pasos para la maduración de la decisión,
mación ya desde este momento inicial. Esta reali- que se han conseguido en la experiencia de
dad exige que se vaya acumulando la experien- acompañar personas una y otra vez. Son por
cia de los animadores de modo que ofrezcan un ello necesarios los itinerarios personales y grupa-
camino probado y eficaz para el acompaña- les, con materiales bien elaborados y probados.
miento.

Motivación pastoral Estilo pastoral

El animador vocacional siente una responsabili- El estilo pastoral viene marcado por cierta profe-
dad en torno a la calidad del proceso que pro- sionalidad. Se toma en serio el proceso y por
pone al joven en su camino de decisión. Esta es ello se sistematiza, evitando lo más posible la
una de sus prioridades. Por ello se esfuerza por improvisación y la pérdida de tiempo. Hay con-
estudiar el proceso y por utilizar materiales que tinuidad cuando cambian los animadores, gracias
puedan facilitarlo. Rescata la experiencia de a los materiales que comparten y van enrique-
quienes lo han precedido, creando tradiciones ciendo unos y otros. Los jóvenes captan que
para el acompañamiento vocacional en la pro- existe un conjunto de criterios para el acompa-
pia institución. Recurre a las ayudas técnicas y se ñamiento y el discernimiento que son aceptados
prepara para realizar con solvencia las entrevis- y aplicados por todos los animadores. Hay un
tas y el acompañamiento grupal. lenguaje común entre animadores y formadores.

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