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UNIVERSIDAD MARCELINO CHAMPAGNAT

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

REALIDAD NACIONAL

ARTÍCULO DE OPINIÓN

En octubre del 2007 el diario El Comercio, publicó un artículo del presidente de la republica:
Dr. Alan García Pérez, en dicho artículo nuestro presidente plantea su opinión sobre las
personas y las situaciones que nos impiden el desarrollo. Bajo el título de “El síndrome del
Perro del Hortelano”.

El primer mandatario indica que la oposición a una economía basada en la mera extracción
de riquezas constituye el principal problema para mantener el crecimiento económico que
durante casi seis años viene manteniendo el país. Señala diversos obstáculos para la
puesta en valor de estos recursos: la sacralización de la selva; el sueño de un país agrario
más no minero, la falta de una visión de apuesta hacia el futuro. Indica que es necesario
fomentar las grandes propiedades privadas y que las tierras deberían ser vendidas en
grandes lotes para generar inversión y desarrollo. Sin embargo, varios temas importantes
quedan, por decirlo de alguna forma, en el tintero.

No estoy en contra de las grandes inversiones. Pero me preocupa el contenido cultural del
discurso, su tono ambiguo, el hecho que se señale a una serie de grupos de una forma
generalizadora, como los grandes obstáculos para esta panacea que dice el presidente es la
gran inversión. Pero también hay que decir que muchas veces esos recursos se pierden
más que por el desaprovechamiento o el boicot, por el mal diseño del marco institucional.

La posibilidad de dar en propiedad los terrenos eriazos de la Amazonía, por ejemplo, para
que entidades ajenas al Estado inviertan en su reforestación no traerá mayor inversión al
Perú en el contexto actual, tal y como promueve el presidente Alan García en foros
extranjeros al defender el proyecto Nº 840/2006, ya conocido como la "Ley de la Selva"

El presidente dice textualmente: hay muchos recursos sin uso que no son transables, que
no reciben inversión y que no generan trabajo. Y todo ello por el tabú de ideologías
superadas, por ociosidad, por indolencia o por la ley del perro del hortelano que reza: "si no
lo hago yo, que no lo haga nadie". Quizás tenga razón. Pero falta algo. Falta la variable
Estado, y más aun, una autocrítica porque en todo este tiempo de gobierno, el gobierno no
ha emprendido lo que se le exige hace tiempo: una Reforma del Estado.

El tema lleva entonces a plantear como una de las premisas básicas para una correcta
utilización de los recursos con los que cuenta el país, una reforma integral y profunda del
Estado. De esa manera, una eficaz modernización de los aparatos que tienen que ver con la
producción y al mismo tiempo la existencia de planes estratégicos y de personal técnico
calificado, así como de políticos idóneos en los cargos de representación, ofrecerían una
mejor capacidad de negociación y de acuerdos concertados que involucren tanto al
inversionista nacional o extranjero, como a las poblaciones concernidas en proyectos que
tengan un efectivo horizonte de desarrollo humano.

Una reforma que profundice la descentralización transfiriendo no solo recursos económicos


a las regiones sino también asesoría técnica y procedimientos administrativos modernos
sería un paso importante, como lo sería dotar de un mayor protagonismo a las provincias.
Asimismo, es fundamental que el marco institucional favorezca la inversión y que se definan
mejor los derechos de propiedad.

Wilber Cesar Villanueva Anco

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