Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
(1) Principios de Derecho público y corutitu- (2) Preda élémentaire de Droit constífiíííon-
cional, ed. en castellano, Madrid, 1927. nel, 4« ed., París, 1938.
J
citada ley de 1887. La ley de 8 de abril de recho de asociación y de modo particular
1932 estableció las normas para la consti- el de asociación obrera, sin que, en ningún
tución de asociaciones patronales y obre- caso, el ejercicio del derecho de asociación
ras encaminadas a la defensa de sus in- pueda tener fines obstruccionistas.
tereses profesionales. Actualmente, el Fue- En Italia no se reglamentó el derecho
ro de los españoles, reconoce en el artícu- de asociación, por lo cual el Poder público
lo 16 que éstos se pueden asociar libre- frente al hecho de la asociación, limítase
mente para fines lícitos: pero entre las Ili- a establecer restricciones, además de las
citudes señaladas por las leyes, figuran las establecidas en el Código penal. Como con-
que tienen fines sindicales o políticos. Y, secuencia de un informe emitido en 1862
por otra parte, el decreto de 25 de enero por el Consejo de Estado, el Gobierno se
de 1941, que modifica parcialmente el ré- atribuyó la facultad de disolver las asocia-
gimen establecido en la ley de 1887. exige ciones cuyos fines estimare perjudiciales al
para la constitución de las asociaciones la orden público. Esa orientación limitativa
previa aprobación de sus estatutos por el se acentuó en los años siguientes a pretex-
Ministerio de la Gobernación, excepto si to de combatir las actividades anarquistas
se trata de asociaciones regruladas por las y revolucionarias, y culminó en el decreto-
legislaciones civil o mercantil, de asocia- ley de 22 de junio de 1S99. La reacción que
ciones religiosas católicas, de institutos o el mismo produjo, obligó a derogarle en el
corporaciones regidos por leyes especiales, siguiente año, abriéndose paso a una liber-
de cooperativas registradas en el Ministe- tad de asociación, aunque sin estatuirse
rio de Trabajo, o de asociaciones sujetas a una reglamentación de carácter general.
la legislación sindical y a la disciplina del Esta aparece en el año 1925 (ley de 26 de
partido y sindicato únicos. noviembre) y en ella se decretaba la obli-
En Inglaterra la libertad de asociación, gatoriedad de comunicar a la autoridad la
aun sin contar con la protección de una constitución de las asociaciones y demás
garantía legal escrita, representa uno de entidades o institutos, acompañando los
los fundamentos de su vida social en to- estatutos y la lista de las personas que la
dos los órdenes muy principalmente en el integraban. Como es lógico, dado el régi-
político y en el sindical: pudiendo decirse men político a la sazón imperante en aquel
algo muy similar en lo eme respecta a los país, no se permitía la formación de par-
Estados Unidos de Norteamérica. tidos políticos, puesto que a los mismos era
En Alemania se reconoció la libertad de aplicable el principio fascista de partido
asociación sin necesidad de aprobación pre- único. La norma precitada fue recogida pos-
via, en el Código civil prusiano de 1794, teriormente en la ley de seguridad públi-
con la sola condición de la licitud de sus ca de 1931. Desaparecido el régimen tota-
fines. Ese derecho es luego garantizado litario, la Constitución de 1947 se orienta
por ley del Reich de 19 de abril de 1908 y en un sentido de libertad, reconociendo el
por la Constitución de Weimar de 1919. El derecho de asociación para fines no pro-
nacionalsocialismo al imponer el partido hibidos en la ley penal.
único, establece una grave limitación, igual En Rusia la Constitución de 1936, reco-
a la que posteriormente se implantó en Es- noce el derecho de asociación y lo incluye
paña, mediante la prohibición de asociarse entre los derechos de los ciudadanos. Aho-
con fines políticos distintos de los reore- ra bien, si se advierte que conforme al
sentados por el único partido admitido. propio texto constitucional, los derechos
Terminada la segunda guerra y derrocado ciudadanos se conceden en la U.R.S.S. "con-
el régimen hitlerista. la Constitución de forme a los intereses de los trabajadores
Alemania occidental, de 8 de marzo de 1949, y a fin de fortalecer el sistema socialista",
restablece íntegramente el derecho de aso- se comprende sin esfuerzo el muy distinto
ciación salvo para aquellas cuyos fines o sentido que en ese Estado —como en todos
actividades sean contrarias al orden cons- los totalitarios— tiene el concepto de la
titucional, a las leyes penales o a la so- libertad de asociación o de cualesquiera
lidaridad de los pueblos. De modo concre- otros derechos individuales, con respecto a
to se reconoce el derecho de asociación para los Estados que se desenvuelven dentro de
la defensa y mejora de las condiciones del sistemas liberales. (M. O. y F.)
trábalo y de la economía. No obstante, el
derecho de asociación se wiede perder por JURISPRUDENCIA.— Los estatutos de las asocia-
ciones constituyen para los socios normas a que
abuso de esa libertad tendiente a combatir deben someterse como a la ley misma (Cám. Ped.
el orden democrático, a .iuicío del Tribunal Cap. Ped., 20-11-922, J. A., t. 9, pág. 683). Los
constitucional federado. En la Constitución contratos celebrados por los socios de asociaciones
sin personería jurídica, no les obligar, solidaria-
de Alemania oriental, de 19 de marzo de mente (Cam. Clv. 2» Cap. Fed., 23-7-924, J. A.,
1949 se reconoce de manera general el de- t. 13, pá{j, 370). La asociación extranjera con per-
sonería jurídica acordada por la autoridad com- Igual forma que en los contratos comunes, la re-
petente, únicamente necesita la autorización pre- lación se crea por el acto voluntarlo del asocia-
via def gobierno cuando haya de ejercitar una do al aceptar los estatutos o reglamentos, y de la
acción permanente, llenando en nuestro país las asociación al admitir el ingreso del postulante
Junciones propias de su institución, y no cuando (Cám. Civ. 2» Cap. Fed., 24-4-939, J. A., t. 66,
pretende ejercitar un acto ordinario o común re- pág. 199). En el supuesto de que el art^!684 no
gido por el Derecho civil (Cám. Civ. 2' Cap. Fed., fuera aplicable a las asociaciones con personería
21-12-925, J. A., t-48, pág. 1110). Los tribunales jurídica, la Justicia siempre tendrá la posibilidad
no pueden rever las resoluciones de orden interno de conceder la medida precautoria de nombrar un
de las comisiones directivas de las asociaciones administrador (Cám. Civ. 2» Cap. Fed., 16-10-939,
privadas o personas Jurídicas (Cám. Civ. 1» Cap. J. A., t. 68, pág. 296). La aprobación por autori-
Fed., 3-5-928, J. A., t. 27, pág. 721). Los Jueces dad administrativa de una resolución ilegal de
carecen de facultades para remover a los admi- los órganos de una asociación, sobre puntos regi-
nistradores o directores de una asociación con per- dos por el Derecho privado, no impide la Juris-
sonalidad Jurídica, y designar un administrador dicción judicial (Cám. Clv. 1' Cap. Fed., 8-4-942,
Judicial provisorio, con carácter previo a la sus- J. A., 1942-11, pág. 354). Los derechos de los miem-
tanciaclón del Juicio sobre nulidad de las actas bros de una sociedad con personería jurídica, se
o resoluciones de la comisión directiva o asamblea, rigen por sus estatutos, y solamente en caso de
aun en el caso de que el Poder Ejecutivo haya silencio de éstos debe acudirse a las disposiciones
suspendido toda resolución con motivo de la ini- sobre sociedades de los Códigos civil y comercial,
ciación del Juicio (Cám. Civ. 2' Cap. Fed., 24-4- teniendo en cuenta el objeto de la asociación
929. J. A., t. 29, pág. 478). Los miembros de una como un medio de establecer los derechos confor-
asociación, en su calidad de tales, pueden soli- me a la Intención o voluntad presunta de las par-
citar la intervención Judicial sin dependencia de tes (Cám. Civ. 1' Cap. Fed,, 8-4-942, J. A., 1942-11,
la deliberación de la mayoría, siendo procedente pág. 354).
tal intervención Judicial cuando median el reco-
nocimiento y el desconocimiento sucesivo por el BIBLIOGRAFÍA. — Boix, J. M., Régimen legal de las
presidente, del carácter de directores que revis- asociaciones en España, Barcelona, 1915. — Sch-
ten los socios elegidos,para esas íunciones (Cám. mltt, C., Teoría de la Constitución, ed. en caste-
Civ. 1» Cap. Fed., 17-6-930, J. A., t. 33, pág. 477). llano. Madrid, 1934. — Benito, L. de. El derecho
La comisión de socios designada por una asocia- de asociación, Barcelona, 1903. — Waldeck-Hous-
ción, se encuentra respecto a ésta en la situación seau, Xssodaííons et congregations, París, 1901.—
del mandatario (Cám. Civ. 2» Cap. Fed., 28-11- Crouzll, L., La liberté d'association, comentain
930. J. A., t. 34, pág. 875). La institución que ob- de la loi de 1901. — Blelsa, R., Estudios de Dere-
tiene personería jurídica, es sucesora de la exis- cho público, Bs. Aires, 1952. — Ferrara, F., reorto
tente con anterioridad a serle concedida (Cám. de las personas jurídicas, ed. en castellano, Ma-
Civ. 2f Cap. Fed., 28-11-930, J. A., t. 34, pág. 875), drid, 1929. — Además las obras de Haurlou cita-
Las corporaciones o asociaciones son personas en- das en el texto y notas.
teramente distintas de sus miembros (Sup. Corte
Nac., 7-9-931, J. A., t. 36. pág. 817). Las relacio- ASOCIACIÓN CIVIL. * En el Derecho
nes jurídicas de los miembros de una asociación positivo argentino, la palabra asociación
sin personería jurídica, entre ellas y con respecto
a terceros, se rigen por las leyes generales (Cám. no tiene un significado preciso, a conse-
Civ. li Cap. Fed,, 29-3-933. J. A., t. 41, pág. 370). cuencia del empleo diverso de la misma
No es de aplicación a las asociaciones con perso- en el Código civil.
nería Jurídica e! art. 1684 de! Cód. clv. (Cám.
Civ. 2» Cap. Fed., 28-12-931, J. A., t. 37. pág. 345). Indudablemente que en un sentido am-
La personalidad Jurídica de las asociaciones cons- plio, asociación abarca un complejo de re-
tituye una creación estadual dentro de la teoría laciones jurídicas que configuran entida-
de la ficción aceptada en nuestro Derecho (Sup. des corporativas caracterizadas dentro del
Corte Es. Aires, 26-9-933,, J. A., t. 43, pftg. 828).
Las asociaciones con personalidad Jurídica reco- género, como especies definidas legalmen-
nocida no constituyen un conjunto amorfo de te, v. gr., la asociación civil y la asociación
individuos aislados, sino que son grandes unida- mercantil; la asociación profesional y la-
des colectivas para la consecución de fines e inte-
reses comunes, cuya eficaz y adecuada protección asociación mutual, etc.
sólo es posible mediante esa forma Jurídica de la En la doctrina se ha definido, latus sensu,
personalidad (Cám. Clv. 1» Cap. Fed., 23-2-934, la asociación como "la pluralidad de per-
J. A., t. 45, pág. 324). El retiro de la personalidad sonas, independiente en su existencia del
jurídica equivale a la muerte de la asociación y
determina la cesación del mandato de los miem- cambio de miembros, que tiene una cons-
bros que la representaban (Cám. Civ. 2' Cap. titución corporativa y un nombre colectivo,
Fed., 25-11-935, J. A., t. 52, pág. 530). Las publi- correspondiendo la administración de los
caciones que determina el art. 349 Cód. com. no asuntos de la misma a los miembros"
son aplicable a las sociedades civiles de fines
Ideales y no lucrativos (Cám. Civ. 1» Cap. Fed., (Enneccerus, op. cit., pág. 442).
24-8-935, J. A., t. 51, pág. 560). La intervención "Es una organización de personas, con
judicial de las asociaciones con personería jurí- independencia jurídica, a cuyas decisiones
dica, es medida excepcional sólo adoptable cuando y acuerdos se concede el valor de actos de
se hayan agotado todos los recursos del meca-
nismo interno (Cám. Clv. 1» Cap. Fed., 30-9-936, voluntad, con poder de disponer y obligar
J. A., t. 55, pág. 917). Toda cuestión privada que su patrimonio" (Castro, nota en Dice. Der.
se suscite con motivo de un acuerdo de volunta- priv. citado).
des como el que entraña el acto constitutivo de
una asociación, aun con personería jurídica, debe En la legislación, la ley francesa del I?
resolverse en definitiva por vía judicial (Cám. de julio de 1901 ha definido la asociación
Civ. 2« Cap. Fed., 24-4-939, J. A., t. 66, pág. 199).
En las asociaciones con personería Jurídica, el
bien no existe el Intercambio de voluntades en * Por el Dr. CÁELOS B. OBAL.
por oposición a la idea de sociedad: "Es micos, profesionales o de producción. Se
la convención por la cual dos o más per- caracterizarían por su índole económica.
sonas, ponen en común de un modo per- 39) Las que tienen un propósito polí-
manente, sus conocimientos o sus activi- tico, ya que persiguen el ejercicio de una
dades con otro fin que el de partir bene- acción sobre el gobierno, la ordenación
ficios". social y toda manifestación de la vida
Nuestro tema queda circunscripto de esta pública.
manera: Dentro de la esfera del Derecho En realidad, la distinción exacta se pre-
privado, la asociación civil se delimita por senta difícil en la práctica, ya que mu-
exclusión de otras asociaciones dentro del chas asociaciones adoptan finalidades com-
género respectivo, v. gr., en nuestro Dere- plejas que pueden abarcar las diversas
cho, atendiendo ai fin esencial de la en- finalidades señaladas en la clasificación
tidad, se pueden diferenciar la asociación de Miele.
civil de la sociedad, Aquélla comprendería En el sistema del Derecho civil argentino
toda la gama de entidades con fines no la palabra asociación puede tener tres
lucrativos, que desarrollan sus actividades significados, según Lafaille:
dentro de una esfera de intereses pura- !<?) El más extenso, que equivale al
mente privados por oposición a los inte- concepto genérico y abarcaría a todos los
reses públicos, v. gr., las asociaciones cul- entes de derecho de carácter corporativo
turales, 'recreativas, científicas, deportivas. —asociaciones y sociedades—, quedando ex-
Pero también conviene tener en cuenta la cluidas del concepto solamente las funda-
distinción fundamental, desde el punto ciones (arts. 38, 40, 46 y 50).
de vista del tratamiento legal, que se hace 2?) Puede ser sinónimo de sociedad,
de las asociaciones civiles reconocidas o v. gr., en las disposiciones sobre personali-
no reconocidas por el Poder administrador, dad jurídica y de acuerdo al modelo uti-
atendiendo a un requisito de carácter for- lizado (Freitas, Esbogo, arts. 34, 39 y 45).
mal-constitutivo. 3"?) Las llamadas simples asociaciones,
En la legislación y la doctrina compa- caracteriaadas por su finalidad no lucra-
radas se han efectuado las siguientes dis- tiva (arts. 46 y 33, y conc. Cód. civ.).
tinciones respecto a las asociaciones: Derecho positivo argentino. — Dispone el
Sistemas legislativos que caracterizan las artículo 46 del Código civil: "Las asocia-
asociaciones: I1?) El sistema de la unidad ciones que no tienen existencia legal como
en Inglaterra, por ejemplo; no existen personas jurídicas, serán consideradas co-
normas específicas para las asociaciones mo simples asociaciones civiles, comercia-
sin fin lucrativo, las que son registradas les o religiosas, según el fin de su insti-
como, sociedades de responsabilidad limi- tuto".
tada. Esta disposición debe concordarse con
2?) El sistema de la dualidad vigente el texto constitucional que garantiza a los
en España, Bélgica, Francia, donde la legis- particulares el derecho de asociación, siem-
lación opone fundamentalmente los con- pre que persigan fines útiles.
ceptos de asociación y sociedad. En el mis- La caracterización jurídica de la simple
mo se han dictado leyes especiales para las asociación en nuestro ordenamiento posi-
primeras. tivo lo constituye el fin de "bien común",
3<?) El sistema tripartito, propio de la que deben proponerse (Busso). La juris-
legislación germánica y suiza. Se legisla prudencia entiende asimismo la subsisten-
sobre asociación y sociedad en los respec- cia de la asociación, si prevalece por sobre
tivos Códigos civiles, distinguiéndose: la la desaparición temporal de los miembros
asociación y la sociedad de ñn ideal, de la dicho atributo finalista. (V. Cám. civ. 2*,
asociación de fin económico. Estas últimas 8-XI-1939, en J. A., t. 68, pág. 467.)
forman el grupo intermedio, v. gr., las En nuestro Derecho se ha planteado la
cooperativas inscriptas y asociaciones de cuestión de la diferenciación entre la
seguros mutuos. asociación y la persona jurídica. Para
En la doctrina se distinguen, en un in- Busso y la mayoría de los civilistas que le
tento de clasificación, los siguientes gru- precedieron, las simples asociaciones "no
pos de asociaciones: son personas jurídicas, ni pueden actuar
1?) De tipo moral o ideal: que persi- como sujetos de derecho mientras no ob-
guen el perfeccionamiento moral o espiri- tengan la autorización oficial" (Ello re-
tual-cultural de los asociados, v. gr., aso- sultaría de la misma nota del codificador
ciaciones culturales, religiosas, recreativas, al artículo transcripto). "Tales asociaciones
de caza, deportivas. no son sujetos de derecho distinto de sus
2<?) Las que tienen por finalidad la miembros y, por ende, no son personas, ya
defensa de determinados intereses, econó- que el atributo de la personalidad es la
titularidad de derecho" (Busso, op. cit., en simples, solamente no reconocidas por un
la parte bibliográfica). En todo caso, el acto administrativo, se les atribuye un
autor citado reconoce que las asociaciones patrimonio afectado al fin común, "el
existen como una realidad de hecho. que queda obligado, sin perjuicio de que
Para Spota, las asociaciones, tengan o deba presumirse la obligación simple o
no carácter lucrativo, "se trate o no de solidaria —si se hubiera pactado— de los
asociaciones reconocidas, son personas ju- que actuaron en nombre y por cuenta de
rídicas". "No se trata de entes de hecho, la asociación no reconocida" (Spota, op.
ni de meras sociedades de personas, ni cit., pág. 765).
tampoco de simple agregado de personas Responsabilidad. — El problema es, si
individuales. Son verdaderos entes corpo- los representantes del ente responden pa-
rativos, aun cuando la falta de reconoci- trímonialmente, cuando actúan en su nom-
miento expreso las coloque en una situa- bre y representación, en la esfera contrac-
ción de entes con autonomía patrimonial tual. Spota entiende que la regla debe
imperfecta, en el sentido de que sus buscarse en el principio del articulo 1161
miembros que actúen ante terceros, en ca- del Código civil. Es decir, "la responsabi-
lidad de órganos, responde ante éstos. lidad personal de los que actuaron por el
(Spota, op. cit., en Bibliografía de este ente, así como el poder de agresión de los
trabajo.) acreedores contra la prenda común que
Régimen legal. — En el Código civil constituye el patrimonio de la asociación",
existe una laguna respecto a la reglamen- es un distingo necesario que debe efec-
tación de estas asociaciones. La jurispru- tuarse. Por otra parte, agrega, "en todo
dencia ha entendido que deben aplicarse caso, la responsabilidad de los miembros
los principios de leyes análogas y los ge- no es solidaria, sino por su parte civil, lo
nerales del Derecho. (V. Fallos, Cám. civ. cual es la regla del Derecho común, al que
1?, 5-VIII-1937, en J. A., t. 61, pág. 68; se remite el artículo 46" (op. cit., pág. 794).
Cám. civ. 2*, 14-X-194L en J. A., t. 76, V. en este sentido el fallo de la Cámara
pág. 845.) Se considera que, en consecuen- civil 2*, Capital Federal, 23-VII-1924, en
cia, se han de aplicar los principios conteni- Jurisprudencia Argentina, t. 13, pág. 500.
dos en el artículo 40 del Código civil, como En cuanto a. la responsabilidad extracon-
¿ey general, de la cual habla el codificador tractual, aquí rigen los principios del De-
en la nota al artículo 48. (V. Fallos, Cám. recho común y de aplicación sobre respon-
civ. 2^, 14-X-1941, cit. y del 29-UI-1933, sabilidad aquiliana de las personas jurídi-
en J. A., t. 41, pág. 370.) cas. Mas todavía reconociendo a estas
El acto constitutivo. — Se considera que asociaciones simples una personalidad res-
el acto constitutivo al cual acompaña la tringida, como ya lo dejamos señalado
adopción- de un estatuto "no tiene otro (arts. 1113, 1133, 1066 y conc. del Código
valor que el de un complejo de cláusulas civil).
contractuales". El estatuto, en estas aso- Capacidad procesal. — Se debe partir del
ciaciones, es un contrato de asociación y principio de que aquí existe un ente, con
debe correlacionarse con el principio sen- un fondo común, con un fin colectivo y con
tado en el artículo 1197 del Código civil, órganos de voluntad, en definitiva, como
según el cual, el contrato es ley entre las lo hace notar Spota, que existe un sujeto
partes. Todo ello como una consecuencia jurídico (op. cit., pág. 793). De ahí que
de la falta de personalidad jurídica, atri- pueda reconocerse a estas asociaciones ca-
buida por una autorización y reconoci- pacidad procesal como demandante y co-
miento del Poder administrador, lo que mo demandada. (V. Fallos, Cám. civ. 1»,
trae como consecuencia la no existencia 5-VTII-1937, en J. A;, t. 61, pág. 68, y 29-
de la entidad encargada de expresar una 111-1933, en J. A., t. 41, pág. 371. Cám. civ.
voluntad distinta a la de cada uno de los 2», 19-V11I-1927, en J. A., t. 25, pág. 967.)
miembros. Otra corriente jurisprudencial niega a la
El aspecto patrimonial. — En cuanto no simple asociación capacidad procesal para
se la considera un ente diferenciado jurí- actuar como actor o demandado, partien-
dicamente, el patrimonio que resulta de do, como es lógico, del concepto del ente
los aportes y contribuciones de los asocia- sin ninguna personalidad jurídica, diferen-
dos, pertenece a la colectividad de los ciada de la de sus componentes. (V. Cám,
mismos. No representa ni forma un todo apel. La Plata, sala I, 20-11-1948, La Ley,
único y exclusivo del ente. t. 51. pág. fallo 24.648. Confr. Busso, op. ctf,
Pero, teniendo en cuenta la posición pág. 386, N° 46 y sigs.)
doctrinaria apuntada, que considera la JuEispEtrDENciA. — La citada en el texto.
existencia de un sujeto de derecho, distin- BIBLIOGRAFÍA. — Busso, E. B., Código tívü ma-
to de sus miembros, a estas asociaciones tado, t. 1, "Ley Personas", arts. 33, n' 179, y 16,
Bs. Aires, 1944. — Enrieccerus-Klpp-Wolff, Trata- confianza social en el seguro desenvolvi-
do de Derecho civil, Parte general, t. 1, pág. 442, miento pacífico de la vida civil" C 1 ).
Barcelona, 1934. — Ferrara Fr., Teoría de las per-
sonas jurídicas, págs. G, 872 y s!gs., Madrid, 1929. Así como cuando se trata de las activi-
— Lafallle, H., Curso cié contrato, t. 2, págs. 340 dades humanas útiles, la asociación de
y sigs., Bs. Aires, 1928. — Páez, J. L., El derecho varias personas posibilita y asegura una
de las asociaciones, 2* ed., Bs. Aires, 1940. — Sa!-
vat, R., Tratado de Derecho civil, Parte general, mejor, más amplia y exitosa realización
t. 1, págs. 723 y sigs., Bs. Aires, 1950. — Spota, de las empresas, en el ámbito criminal, la
A. O., Tratado de Derecho civil, t. 1, "Parte ge- concurrencia de diversos individuos unidos
neral", vol. 3, "El sujeta del Derecho. Personas por una finalidad de ese carácter aumenta
jurídicas", págs. 67, 175, 189 y sigs., y t. 1, vol. 3,
nos. 624 y sigs., Bs. Aires. 1951. — Diccionario de la magnitud del peligro social, puesto que
Derecho Privado (español), voz Asociación civil. la influencia del número, al facilitar la
consumación de los atentados criminales,
ASOCIACIÓN ILÍCITA. (V. ASOCIACIO- disminuye en los particulares la garantía
NES DELICTIVAS.) de la propia seguridad. La víctima que
ve invadida su casa por tres o más indi-
ASOCIACIÓN MERCANTIL. El término viduos decididos a robar, se siente mucho
asociación es más amplio que sociedad. menos segura de poder ejercitar el derecho
Hay una relación de género a especie, si de legítima defensa, dice De Rubeis. Y
nos atenemos a la interpretación gramati- este ejemplo tan simple, demuestra que
cal. En efecto, asociación se refiere a toda las asociaciones delictivas, por la conmo-
reunión de personas que persiguen un fin ción social que causa su existencia, sig-
común. Pero en Derecho, se distinguen las nifican un peligro común de por sí dañoso
asociaciones que no persiguen fines lucra- y más que suficiente para que el Estado,
tivos de aquellas que así lo hacen: estas frente a él, haga valer su potestad puni-
últimas son las llamadas sociedades, que el tiva, declarando penalmente ilícitas esas
artículo 1648 del Código civil define como agrupaciones cuando el número de sus
asociación de dos o más personas que se hu- miembros pasa de cierto límite, variable
biesen mutuamente obligado, cada una con según las legislaciones; y cuando su exis-
una prestación, con el objeto de obtener tencia, por su finalidad, constituye un fac-
alguna utilidad apreciabíe en dinero, que tor de intranquilidad colectiva.
dividirán entre sí, del empleo que hicieren En las asociaciones delictivas toma, pues,
de lo que cada uno hubiere aportado. especial significado, lo que Carrara de-
El artículo 282 del Código de Comercio, nomina la fuerza moral objetiva del de-
por su parte, define la compañía o socie- lito.
dad mercantil como "un contrato por el Este instituto, en realidad, precisa re-
cual dos o más personas se unen, ponien- cién su moderno concepto jurídico penal
do en común sus bienes e industria, o al- en el Código toscano de 1853, artículo 421,
guna de estas cosas, para practicar actos en donde las otras nomenclaturas, de
de comercio, con ánimo de partir el lucro banda del Código francés de 1810, artícu-
que pueda resultar. Son también mercan- los 265 y siguientes, cuadrilla del Código
tiles las sociedades anónimas, aunque no español de 1822, artículo 338, asociación
tengan por objeto actos de comercio". (V. de malhechores del Código sardo de 1859,
SOCIEDAD MERCANTIL.) (H. Ch.) artículos 426 y siguientes, que se remon-
tan a2 las antiguas conventículas roma-
ASOCIACIONES DELICTIVAS. * Si la nas ( ), son substituidas por la nueva de-
delincuencia es un fenómeno grave cuando nominación jurídica de asociaciones para
resulta del acuerdo momentáneo de varias delinquir, o asociaciones delictivas o ilíci-
personas para cometer un hecho criminal tas, que expresa en forma más exacta qué
determinado, mayor y extraordinario es la (1) Soler, Derecho penal argentino, t. 4, pa-
alarma social que ella provoca cuando es gina 630.
el resultado de una conjunción de volun- (2) La palabra conventiculum o conventícula
tades referida a un modo de actuar per- en los primeros tiempos se usó para designar las
manente que comprende hechos inde- reuniones de eclesiásticos con el objeto de pro-
paganda religiosa. La bula de Sixto V comprendió
terminados. En este caso la tranquilidad también bajo tal nombre las sociedades de ban-
general resulta amenazada en forma más doleros que asolaban el Estado romano, constitui-
grave, porque la falta de seguridad que das para atentar contra las personas y la propie-
dad, siempre que se hubieran reunido "con mal
Implica para los individuos una tal alian- íin y con armas". Los prácticos romanos y luego
za, es propensa a provocar un estado de los Italianos, extendieron el uso del vocablo para
temor colectivo que afecta el orden públi- designar las agrupaciones armadas con fines de
co, entendido como "la tranquilidad y venganza o para cometer saqueos, depredaciones
u otros hechos de tal Índole maléfico (Carrara,
Programma, § 2094, nota 1, y Enciclopedia Giu-
* Por el Dr. JOSÉ MANUEL NÚÑEZ. ridica Italiana, vol. 1, 4» parte, pág. 1116).
actuación humana es la que cae dentro ciación delictiva, el criterio seguido no es
del ámbito penal. uniforme en lo que se refiere al número de
En las legislaciones diferentes a la tos- personas requerido para constituirla.
cana, como el Código penal francés de En el Código francés, artículo 265, con-
1810, la simple resolución y acuerdo entre forme a su letra, es suficiente la concu-
varias personas para cometer delitos in- rrencia de dos personas: "Toute associa-
determinados, no constituye de por sí la tion formée quelle que soit sa durée ou le
causa de la incriminación, sino que es ne- nombre de ses membres..." En el Código
cesario que la asociación se manifieste por Zanardelli, artículo 248, era necesario un
actos previos: su organización jerarquiza- mínimo de cinco, que en el Código Rocco,
da y operativa y la determinación de la artículo 416, se ha reducido a tres. En el
forma en que debe participarse en el Código del Brasil, artículo 288, se exige
producto de los delitos. En cambio, en el también tres personas, lo mismo que en
Código toscano, el delito se agota con el el Código argentino, artículo 210, y que en
simple pacto de cometer los atentados que el proyecto del Poder Ejecutivo, artículo
señala la ley (¿). 380, sometido a consideración del Congre-
Tal es también el delito en el derogado so Nacional, en donde se prevé el delito de
Código italiano (art. 248), en el que se asociación ilícita bajo el título "De los de-
abandona el nombre de asociación de litos contra la tranquilidad pública".
malhechores, reemplazado por el de aso- En realidad, como lo sostiene Manzi-
ciaciones para delinquir, porque la res- ni (5), la fijación del número mínimo de
ponsabilidad por el delito surge por el personas para la constitución de la socie-
simple hecho de haber tomado parte en dad, es una cuestión de política criminal
la asociación, con independencia de los que más interesa al legislador que al ju-
antecedentes y conducta anterior de los rista. Pero no se puede dudar de la con-
participantes. Igual concepto recepciona veniencia de que se fije en la ley el nú-
el Código Rocco en el artículo 416, y la ley mero de personas suficiente para integrar
del 18 de diciembre de 1893, que reforma la asociación, no solamente por las difi-
el Código penal francés (*). cultades que se evitan en la práctica, sino
El substráete material del delito consis- también desde el punto de vista de la bue-
te, como dice Manzini, en el hecho de aso- na técnica legislativa, que aconseja eli-
ciarse para cometer delitos (o los delitos minar en lo posible el arbitrio judicial,
señalados en la ley). Es suficiente el acuer- sobre todo en puntos que son propensos a
do de voluntad de los diversos individuos, cobrar complejidad al apreciarse por el
sin que sea necesaria formalidad alguna, juzgador («).
bastando su existencia concreta. El fin específico de los asociados debe
Desde el punto de vista de cada partici- ser cometer delitos, pero no delitos deter-
pante, lo importante es que sea conscien- minados, que es lo que caracteriza la
te de que se liga para actuar por y en pro participación criminal, sino indetermina-
de la asociación, por acuerdo de volun- dos. El programa de acción de una con-
tades tendiente a la comisión de delitos c junción de voluntades, para ser penal-
de los delitos que prescriben las diferen- mente ilícita como asociación, deberá te-
tes legislaciones. ner por objetivo la comisión de delitos, sin
Para que se configure el delito de aso- que su actividad quede limitada a la con-
sumación de un plan que comprenda un
(3) En el art. 338 del Código español de 1822,
determinado número de hechos, previstos
si bien ya se precisaba este concepto, todavía no específicamente, pues lo que tipifica a la
se lo diferenciaba del simple complot, es decir, asociación delictiva, es el peligro de la va-
no tomaba aún valor particular la asociación de- riedad y de la repetición de los atentados
lictiva para cometer delitos indeterminados como criminales, es decir, el peligro de la divul-
instituto criminal típico.
(4) Vid. Bafaele de Rubels, "Dell'associazione gación del crimen. Y esto, precisamente,
per delinquere", en Enciclopedia Pessina, vol. 7, es lo que distingue la societas delinquen-
pág. 1022; Carrara, "L'associazione a delinquere tium, o asociación delictiva, de la societas
secondo l'abolito Códice toscano", en Enciclopedia
Giuridica Italiana, de Manzlnl, vol. 1, 4* parte, delinquendi, o concurso de varias personas
pág. 114; Crlvellari-Suman, II Códice pénale per en el delito (T).
il regno d'Italia, vol. 7, págs. 33 y slgs.; Manzlnl, La asociación delictiva supone asi una
Trattato di Diritto pénale italiano, ed. 1936, t. 6, "relativa estabilidad", cierta permanencia,
págs. 647 y slgs.; Zerbogllo, A., Delitti contra l'or-
dine publico, etc., pág. 51; — Chauveau y Hélie.
Theorte de Code penal, t. 3, págs. 267 y slgs., (5) T. 5, pág. 649, nota 1.
París, 1873; Ooyet, F., Précis de Droit penal spe- (6) Di Rubela, op. cit., pág. 1024; Soler, t. i
cial, 3i ed., pág. 171, París, 1937; Oroizard, Código pág. 644.
penal de 1870, 2» ed., t. 4, págs. 116 y slgs., Ma- (7) Impallomeni, Istituzioni di Diritto pénate,
drid, 1914. pág. 309, Torlno, 1908.
que es de donde deriva la eventualidad del quiere una "reunión material de los aso-
peligro que constituye ( 8 ). ciados, ni la identidad del lugar de resi-
El Código italiano derogado limitaba la dencia, ni el conocimiento recíproco de los
categoría de los delitos que, formando el que la constituyen, ni, en fin, la identifi-
objetivo de la asociación, la volvían ilíci- cación de todos y cada uno de los respon-
ta; y al elaborarse el mismo se admitió esa sables y tampoco es necesaria una organi-
limitación, temiéndose que en otra forma zación ni la unión en concreto. Basta la
cualquier inocua asociación política fuera rudimentaria organización inherente al
considerada delictiva. El Código Rocco no criminal convenio y al propósito común y
la contiene, porque se estimó que la mis- la resolución de delinquir" ( 10 ). Es indis-
ma no corresponde a una absoluta exi- pensable que la asociación se componga
gencia de justicia y por constituir un obs- de tres o más personas que tengan por ob-
táculo para la eficaz represión de las jetivo común cometer delitos, no debiendo
asociaciones ilícitas ( 9 ). Pero este criterio, existir duda sobre la "seriedad de la de-
que es también el del Código argentino y terminación de su propósito criminoso". La
el que mejor responde a la verdadera fina- asociación debe tener, por lo tanto, "un
lidad del instituto, no es el que común- carácter de relativa permanencia" (").
mente siguen las diversas legislaciones. La asociación ilícita es delito per se, y
En el Código argentino se prevé el delito de los hechos concretos cometidos sólo res-
en el libro segundo, título VIII, capítulo 2°, ponden los que participan en su ejecu-
como atentado contra el orden público. Su ción (12) .
definición está dada en el artículo 210: El objetivo de la asociación no debe ser
"Será reprimido con reclusión o prisión una actividad limitada, definida, en el
de un mes a cinco años, el que tomare sentido de que con su constitución se esté
parte en una asociación o banda de tres solamente frente al peligro de la ocurren-
o más personas, destinada a cometer de- cia de hechos determinados, pues es de
litos, por el solo hecho de ser miembro de su esencia, como antes lo señaláramos, que
la asociación". sea susceptible de hacer temer la13repeti-
Tanto en el proyecto Tejedor (arts. 18 ción del crimen, su propagación ( ). Los
y 19) como en el proyecto Villegas, Uga- hechos que constituyen su objetivo tie-
rriza y García (arts. 18 y 19) y Código nen que ser delitos, exclusivamente, y en
derogado (arts. 25 y 30), el complot y la el sentido técnico legal de la palabra, por
banda eran objeto de previsiones particu- lo que no incurrirían en infracción al
lares en la Parte General, contemplados artículo 210 del Código penal, quienes se
ambos como modalidades de la autoría, asociaran para contravenir, por ejemplo,
no estando reprimida la simple asociación el reglamento de tránsito, o para cometer
delictiva, que recién toma significación pe- otras infracciones que no fueren de carác-
nal como delito per se en el proyecto de ter estrictamente delictivo (14).
1891, en el artículo 252, y en la ley 4189, Frente a los artículos 216 y 233 (traición
artículo 30, eliminándose ya en el primero y sedición), el artículo 210 pierde su vi-
de" la Parte General, las disposiciones re- gencia en virtud del principio de especia-
ferentes a la banda y ,al complot, por con- lidad (18) .
siderarse a éste como una especie de la Como lo que caracteriza a las asociacio-
codelincuencia y por pasar la banda a nes delictivas es la finalidad de cometer
constituir un delito. El proyecto de 1906, delitos, no quedan, por consiguiente, com-
con ligeras variantes, sigue al de 1891. prendidas dentro de ellas otras asociacio-
En el Código vigente se abandona así el nes que, aunque su objetivo determinado
antiguo criterio y obtiene sanción legisla- pueda implicar la comisión de delitos, no
tiva la asociación ilícita como Instituto sea ésta su finalidad específica. Así ocurre,
criminal típico. por ejemplo, con las conjuraciones anár-
Respecto a las condiciones requeridas quicas, con la propaganda comunista, cu-
para la constitución de la asociación, la ya finalidad, la transformación del orden
Cámara en lo Criminal y Correccional de
la Capital, tiene declarado que no se re- (10) Cám. Crim. Corr. Cap. Ped., La Ley, t. 16,
pág. 150.
(8) Vid. Manzinl, op. cit., t. 5, pág. 661; So- (11) Cám. Crlm. Con. Cap. Ped., Fallos, t. 2,
ler, t. 4, pág. 647. Sentencias del Tribunal de Ro- pág. 70; La Ley, t. 14 ,pág. 432; Cám. Apel. Ro-
ma del 31 de enero de 1938 y del 13 de mayo de sario, La Ley, t. 29, pág. 233, especialmente.
1939, en Annali dt Diritto e Procedura Pénate, (12) Cám. Apel. Rosario, La Ley, t. 29, pág. 233.
año 7, íasc. 8, 1928, pág. 706, y en Se. Posít., (13) Cír. Soler, t. 4, pág. 647.
año 19, nos. 11-12-, 1939, 2' parte, pág. 363, res- (14) Soler, t, 4, pág. 645.
pectivamente. (15) Supr. Trlb. Entre Ríos, Rep. La Ley 4,
(9) Vid, entre otros Zerbogiio, op. cit., pa- pág. 130; Oderlgo, Código penal anotado, 2» ed.,
gina 64. 1946, pág. 319; Soler, t. 4, pág. 645.
social y estatal, puede suponer actividades del artículo 210, proporciona elementos
contrarias al régimen jurídico imperante, decisivos de juicio, que son los que han
y caer por cierto, dentro del ámbito cri- determinado a la doctrina a ver, casi uná-
minal, pero siempre que resulte una con- nimemente, en el artículo 210, la definición
creta infracción penal (i«). legal de lo que dentro de la ley penal ar-
A este respecto, como lo señala Anasta- gentina debe entenderse por "banda" («).
si ( 1T ), la deliberada supresión del artículo En cuanto a lo que sostiene Finzi (2'),
18
229 del proyecto de19 1906 ( ) por la Co- que no es del todo exacto que en el ar-
misión del Senado ( ), significa que den- tículo 210 se haya querido definir la "ban-
tro del régimen del Código penal, sólo da", ello sólo podía afirmarse hasta que
existen como asociaciones ilícitas las del por iniciativa de la Comisión del Senado
artículo 210, es decir, las destinadas a co- no se suprimió del artículo 78 del proyecto
meter delitos. en revisión esa definición, por considerar-
El concepto de asociación ilícita, o ban- se que ya se la daba con toda precisión
da, tiene también importancia frente a los en el artículo 210, expresándose que esa
artículos 166, inciso 2°; 167, inciso 2?, y noción "debe ser la misma de que tratan
184, inciso 49, del Código penal, en que se los artículos 166, 167 y 184, porque de no
califican el robo y el daño por su comisión ser así, esa palabra (banda) tendría dos
"en banda". Se ha discutido al aplicarse acepciones: la del artículo 78 y la del ar-
la ley, si en estos incisos se hace referencia tículo 210". Y estimándose conveniente con-
al concepto tradicional de la calificante o servar una sola significación, la del artícu-
a la excepción especial que asume en el lo 210, se suprimió la contenida en el 78 («).
artículo 210. Informa ampliamente sobre Es por lo tanto evidente que el legisla-
la controversia la sentencia de la Cámara dor ha utilizado la palabra "banda" en el
en lo criminal y correccional de la Capital, concepto limitado del artículo 210 del Có-
reunida en pleno í 20 ). digo penal.
Se declara allí: "Que para que la aplica- Con acierto se ha señalado en apoyo
ción de los artículos 166, inciso 2°; 167, de esta conclusión, que el simple concurso
inciso 21?, y 184, inciso 4° del Código penal, de varias personas en un hecho es cir-
y con respecto a la banda, se requiere la cunstancia comprendida en los artículos
concurrencia en el hecho de los elementos 40 y 41 del Código penal, y por consi-
constitutivos de la asociación ilícita o guiente, importante para la determina-
banda del artículo 210 del mismo Código". ción de la magnitud de la pena ( 2 s>. Mien-
Previéndose esta resolución "contraria a tras que al calificar el robo y el daño por
la adoptada en casos anteriores", fue que su comisión en banda, el legislador argen-
la Cámara convocó a tribunal pleno. Con tino, desviándose de la doctrina tradicio-
anterioridad, aunque no uniformemente, nal, ha fundado la agravante en la mayor
se había llegado a la conclusión de que a alarma social y temor colectivo que pro-
los efectos de la calificación del robo, la voca la actuación criminal de individuos
asociación formada para cometer un de- asociados para delinquir W.
lito determinado, el complot, debía equi-
pararse a la destinada a la ejecución de (22) Es Finzi quien en la antes recordad»
nota constituye la excepción, pues piensa que los
delitos indeterminados, o sea la banda, arts. 186, 167 y 184, al referirse a la "banda", pre-
bastando para darse la calificante que en vén una circunstancia agravante que alude a U
la consumación del robo concurrieran tres forma de comisión del robo. Mientras que el ar-
21
o más personas ( ). tículo 210 reprime, en cambio, a quien forma
parte de una asociación o banda de tres personas
Es nuestra opinión, que el examen de los o más, destinada a cometer delitos, por el solo
precedentes inmediatos a base de los cua- hecho de ser miembro de la asociación. Observa
les se elaboró, y a que se remonta el origen Finzi que no es del todo exacto que el art. 210
haya querido defina- la banda, porque tiene mal
bien un sentido interpretativo, ya que aclara el
(16) Vid. Manzinl, t. 5, págs. 652-3. Senten- concepto de que comete también el delito de aso-
cia del Tribunal de Roma del 26 de octubre de ciación ilícita quien toma parte en una banda.
1923, in re Bordíga y otros, en Se. Posit., 1923, Su conclusión es que en los arts. 166, 167 y 184
2» parte, pág. 633; Soler, t. 4,1 pág. 645; Cám. la palabra banda —concurrencia en el hecho de
Crlm. Corr. Cap. Ped., J. A., t. 39, pág. 882. tres o máa personas— conserva su sentido tradi-
(17) J. A., t. 25. pág. 10. cional, no requiriendo por lo tanto la preexisten-
(18) "Será reprimido con prisión de quince cia de la asociación destinada a la comisión de
días a un año, el que formare parte de cualquier delitos, siendo suficiente la reunión accidental de
otra asociación con un fin ilícito". El art. 228 se los concurrentes.
refiere a la asociación ilícita. (23) Loe. ctt.
(19) Código penal, ed. oficial, págs. 200 y 458. (24) Código penal, ed. oficial, págs. 262 y 546.
(20) J. A., 1944-IV, pág. 423, con nota del doc- (25) Gómez, Tratado de Derecho penal, 1941,
tor Marcelo Finzi, contraria a la opinión de la t. 4, pág. 149.
mayoría del tribunal. (26) Núñez, H. C., Delitos contra la prople-
(21) Fallos, t. 2, págs. 384 y 391, entre otros. dad, pág. 230.
Si en virtud del acuerdo criminal se lle- temas de historia argentina, Ed. J. Maggi & Cía.,
ga a la perpetración de delitos por los aso- Villa María, 1938, págs. 7 y sigs. — Anastasi, L.,
su nota en Jurisprudencia Argentina, t. 35, pág. 9.
ciados, los hechos cometidos concurren — pinzl, M., "La banda como agravante del robo
materialmente con el de asociación ilícita, y del daño" (arts. 166, inc. 2'; 167, Inc. 2», y
que constituyendo un delito per se, con- 184, Inc. 4«, Cód. pen. arg.), en Jurisprudencia
Argentina, 1944-IV, pág. 423; etc.
serva también su Independencia cuando
califica al robo y al daño ( 2T ). ASOCIACIONES PROFESIONALES.* SU-
Como ejemplo de asociación ilícita que MARIO: Capitulo I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
llegó a ser en nuestro país grave causa de 1. El espíritu de asociación. 2. El clan. 3. Los
intranquilidad colectiva, debe citarse la gremios y las corporaciones de oficios. 4. Con-
Mafia, que culminó en el tristemente céle- secuencias de la Revolución francesa. 6. Di-
ferencias entre las corporaciones de oficios
bre secuestro y homicidio de Abel Ayerza. y las asociaciones profesionales. — Capitu-
Del contenido del proceso incoado por lo 11. DEFINICIÓN y FINES. 6. Distinción en-
este hecho, resultó acreditado que se tra- tre asociaciones, sociedad y sindicato. 7. De-
finición y concepto de asociación profesio-
taba de una derivación de la Mafia sici- nal. 8. Finalidad sindical. 9. Limitación de
liana, que trasplantada de Italia, encontró los fines sindicales. — Capítulo III. NATU-
aquí, en cierto momento, campo apropia- RALEZA JURÍDICA. 10. Sociedad, asociación y
do para sus actividades, llegando a un alto sindicato. 11. Personas moral«s y Jurídicas.
12. Teorías diversas sobre la personalidad
grado de organización jerárquica y opera- Jurídica y moral. 13. Las corporaciones co-
tiva («). mo sujetos de Derecho público. — Capítu-
lo IV. LIBERTAD DE ASOCIACIÓN. 14. Tendencia
JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas. natural a la asociación. 15. El derecho de
reunión y la libertad de asociación. 16. Li-
BIBLIOGRAFÍA. — Chauveau y Hélle, Theorie de bertades de coalición, trabajo y asociación.
Code penal, t. 3, pág. 267, París, 1873. — Ga- 17. Libertad de asociación. 18. La asociación
mma, E., Traite theorique et pratique ¿tu Droit libre y la asociación compulsiva. 19. Limi-
penal /roncáis, t. 4, págs. 78 y slgs., Ed. Larose et tación de la libertad sindical. 20. Limitacio-
Foroel, París, 1801. — Ooyet, F, Preda de Droit nes por razón de orden público. 21. Reno-
final special, 3» ed. pág. 171, Páris, 1937. — Ca- vación de ¡a tendencia corporativa. 22. Ten-
rrera, P., Programma del corso di Dirítto crimi- dencia al monopolio sindical. 23. La sindi-
nóle, 11» ed., 1924, pág. 146, | 2094 y 3039, cación obligatoria. 24. La libertad de aso-
nota 1, — "L'&seoclazlone a dellnquere secondo ción en Hispanoamérica. 25. La libertad de
l'abollto Códice toscano", en Enciclopedia Giuri- asociación en el plano internacional. — Ca-
áica Italiana, de Mandril, vol. 1, 4» parte, pág. 1114. pitulo V. TEOR!A Y CONTENIDO DEL SINDICA-
— OaróíaJo, R., "Associazione per delinquere", en LISMO. 26. Los sindicatos y la acción política.
Enciclopedia Giurídica Italiana, de Mancini, vo- 27. Intereses políticos e intereses profesio-
lumen 1, 4» parte, pág. 1111. — Buhéis, R. de, nales en los sindicatos. 28, El sindicalismo,
"DelTassociazlone per dellnquere", en Enciclope- 29. La doctrina de la Iglesia. — Capitulo Vf.
dia Festina, vol. 7, pág. 1022. — Crivellarl-Suman, DIVERSOS REGÍMENES SINDICALES. 30. Tenden-
11 Códice pénale per il regno d'ltalia, vol. 7, pá- cias diversas. 31. El régimen sindical ar-
ginas 33 y sigs. — Manzini, V., Trattaío di Diritto gentino. 32. El movimiento sindical en His-
pénale italiano, ed. 1926, t. 5, págs. 647 y sigs.— panoamérica. — Copííiíío Vil. CLASES DE
Zerboglio, A., Delitti contra l'ordine publico, etc., SINDICATOS. 33. Clasificación general. 34. Di-
pág. 61. — Sforza, U., "Associazione di malíattori versas clases de sindicatos en la legislación
o per delinquere", en Digesto Italiano, vol. 4, positiva. 35. Sindicatos de oficios varios y
2i parte. — Ferri, E., La lotta contra la Mafia in mixtos de patronos y trabajadores. 36. Fe-
Sicilia, Be. Pos., 1928, 1' parte pág. 289. — Man- deraciones y confederaciones de sindicatos.
cl,, P., /! problema della delinquenea in. Sicilia, 37. Otras clases de asociaciones de patronos
Be. Pos., 1828, 1» parte, pág. 389. — Salenno, N., y trabajadores. 38. Sindicatos agrícolas.
Cancano delittuoso e associasione a delinquere, 39. Los sindicatos agrícolas en la legisla-
Se. Pos., 1930, 1» parte, pág. 52, — Puglia, O. M,, ción comparada. 40. Los funcionarios pú-
11 mafioio non é un associato per delinquere, blicos y el derecho de sindicación. 41. Agre-
Se. Pos., 1930, 1» parte, pág. 452. — Rivarola, R., miación de las profesiones liberales. — Capí-
Derecho penal argentino, Parte general, pág. 544. tulo VIII. DERECHOS Y OBLIGACIONES. I. CA-
— Moreno, R. (h.), El Código penal y sus aittece- PACIDAD SINDICAL. 42. Calidad de sujeto de
áentes, 1923, t. 5, n» 131, y t. 6, nos 165 y 247. — las asociaciones profesionales. 43. Trabaja-
Malagarriga, C., Código penal argentino, ed. 1927, dores menores de edad. 44. Mujeres trabaja-
t 2, pág. 352, y t. 3, pág. 73. — González Rou- doras. 45. Trabajadores extranjeros. 46. Pa-
ra, O., Derecho penal, 2» ed. 1826, t. 3, nos. 165 tronos. 47. Incapacidad para formar parte
y 347. — Diaz, E., £1 Código penal, 3» ed. 1928, de un sindicato. II. DERECHOS Y OBLIGACIO-
págs. 322 y 398. — Peco, 3., La reforma penal en NES DE LOS SINDICATOS. 48. Capacidad del
el Senado de 1933, págs. 523 y 542. — Soler, S., Dere- sindicato. 49. Capacidad contractual. 50. De-
cho penal argentino, 1846, t. 4, págs. 283 y sigs. y recho a comparecer en justicia. 51. Poderes
641 y sigs. — Gómez, E., Tratado de Derecho penal de los sindicatos. 52. Derechos de los sindi-
t. 4, pág. 149. — Oderígo, M. A., Código penal ano- catos. 53. Poder normativo de los sindica-
tído, 2» ed. 1946, págs. 233 y 318. — Núfiez, R. C., tos. 54. Participación en huelgas y "lock-
Delitos contra la propiedad, 1951, pág. 228.— outs". 55. Obligaciones de los sindicatos.
Núfiez, J. M., Tres casos de Derecho penal y dos III. DERECHOS Y DEBERES DE LOS ASOCIADOS.
56. El titulo de asociado. 57. Cláusula de
(27) Oír. Soler, t. 4, pég. 285; Núfiez, R. C., ex ilusión. 58. Derechos y deberes de los
op. cit., pégs. 282-3. asociados. 59. Derechos sindicales. 60. Po-
(28) Vid. Núfiez, J. M., Tres casos de Derecho
fenol y dos temas de historia argentina Ed J
teggi & Cía., Villa María, 1938. • Por el Dr. GUILLERMO CABANELLAS.
der disciplinarlo. 61. Causales de expulsión. ras, en las cuales la fuerza no es menos
Capítulo IX. ESTATUTOS, PATRIMONIO Y DISO- real porque sea menos aparente, y en las
LUCIÓN DE LAS ASOCIACIONES PROFESIONALES.
I. FORMACIÓN Y ESTATUTOS DE LOS SINDICATOS. que las diversas relaciones, bien observa-
62. Trámites previos. 63. El acto constituti- das, constituyen el verdadero conocimien-
vo. 64. Requisitos esenciales. 65. Estatutos. to de las costumbres. Todas esas asociacio-
68. Contenido de los estatutos. 67. Inscrip-
ción. II. ÓRGANOS DE LOS SINDICATOS. 68. No- nes, tácitas o formales, son las que modi-
ciones generales. 69. Asambleas. 70. Juntas fican, de tantas maneras, mediante su in-
directivas. 71- Los diversos cargos directi- flujo, las expresiones de la voluntad pú-
vos. 72. Responsabilidad por gestión. 73. Le- blica" (3).
gislación nacional. III. PATRIMONIO. 74. No-
ciones generales. 75. Formación del patri- Son pues, diferentes tendencias asocia-
monio. 76. Administración, gastos, garan- tivas que dan origen a sociedades de di-
tías, rendición de cuentas. IV. DISOLUCIÓN versas dimensiones y de distinta especie;
Y LIQUIDACIÓN DE LAS ASOCIACIONES PROFESIO-
NALES. 77. Nociones generales. 78. Causas la máxima expresión de tal tendencia, co-
de disolución. 79. Autoridad competente. mo se ha dicho, la constituye la colectivi-
80. Liquidación. 81. Destino de los fondos dad estatal (*). Sean de un tipo u otro, en
sociales. todas las comunidades los individuos se
Capítulo primero unen para la realización de un fin común,
con la tendencia firmemente impresa por
ANTECEDENTES HISTÓRICOS un esfuerzo colectivo que proporciona ma-
1. El espíritu de asociación yores posibilidades de triunfo. La asocia-
ción constituye, pues, un resorte del di-
La vida humana se caracteriza por un namismo de los seres humanos en su ca-
definido espíritu de asociación. Cada una mino incesante hacia el progreso, en ese
de las necesidades que el hombre tiene, avance constante que la humanidad sigue
hace posible una forma diferente; y des- hasta la implantación de sus ideales ( B );
de la más simple, la reproducción de la pero es, al mismo tiempo, "un fenómeno
especie, hasta las más complicadas de la que aparece en provecho del individuo, un
existencia moderna, todas integran varie- medio natural destinado a protegerlo y
dades de asociación; son tantas como ne- desarrollarlo; porque merced a ella los su-
cesidades humanas surjan, cuyas finalida- jetos acrecen sus fuerzas, las amplifican
des cumplen. La familia, la tribu, la igle- en virtud del concurso que le aporta la ac-
sia, el municipio, el Estado, constituyen es- ción de otros hombres. En todos los órde-
pecies diversas de asociación; así, la socie- nes, el individuo extrae de la asociación
dad aparece como inseparable de la huma- el beneficio que comporta el crecimiento
nidad (i). de la propia personalidad, porque todo su-
Antokoletz señala que desde los tiempos jeto puede ser parte de un grupo con tal
más remotos los hombres se agruparon en que adopte su programa" («).
clanes, tribus, gens, familias. Dentro de la
colectividad se formaron castas, órdenes, 2. El clan
colegios y otras agrupaciones sociales que Si la familia es unidad orgánica creada
adoptaron formas religiosas, semirreligio- por la propia naturaleza, evidentemente el
sas o semipolíticas ( 2 ). Entre esas agrupa- primer tipo de sociedad ha de tener su ori-
ciones destaca sobre todas el Estado, el gen en aquélla. Este primer tipo de socie-
cual, como afirma Rousseau, nace de un dad, cuya existencia aparece probada ya
contrato social. En su "Discurso sobre la desde la prehistoria, es el clan. De ese tipo
Economía Política", el filósofo ginebrino de sociedad habrán de derivar otros distin-
señaló: "Toda sociedad política está com- tos, origen de la sociedad actual. Pero ¿qué
puesta de otras sociedades más pequeñas es el clan? Para Renard, el clan está com-
y de diferentes especies, cada una de las puesto por seres que reconocen un ante-
cuales tiene sus intereses y sus máximas; pasado común. "Es la familia agrandada,
pero estas sociedades, que todos advierten, prolongada. Supone que comprende, no so-
porque tienen una forma exterior y auto- lamente una pareja inicial y sus hijos, sino
rizada, no son las únicas que realmente los hijos casados y sus retoños; que llega
existen en el Estado; todos los particulares así a contener dos o tres generaciones uni-
a quienes un interés común reúne compo- das por la comunidad de sangre, y, ade-
nen otras varias, permanentes o pasaje-
(3) V. también Rousseau, El contrato social
(1) Oír. Nuevo Digesto Italiano, artículo Asso- donde asimismo sostiene tesis semejante.
ciazioni (Diritto civile), t. 1, paga. 1035 y sigs. La (4) Nuevo Dlgesto .Italiano, t. 1, pág. 1018.
bibliografía especializada sobre esta materia es (5) Cfr. R. Moreno, Las personas en el Dere-
mencionada en las notas. cho civil comparado, pág. 9, Madrid, 1911.
(2) Tratado cíe legislación del trabajo, t. 2. (6) Páez, El Derecho de las asociaciones. • Áio
pág. 748, Bs. Aires, 1941. (•¡aciones civiles, pág. 13, Bs. Aires. 1940.
más, miembros adoptivos que pueden ser del mismo oficio que estaban sujetas a re-
clientes que buscan una protección o es- glas comunes. Junto a la corporación exis-
clavos que fueron en principio prisione- tía, generalmente, en Francia y en Espa-
ros de guerra. Entonces se convierte en el ña, el jurado y la cofradía. El jurado era
clan, en un grupo estrechamente solidario, la corporación funcionando con jurisdic-
homogéneo, igualitario, hasta el punto que ción disciplinaria; o tenía por misión vi-
no solamente está prohibido matar o herir gilar a sus miembros y asegurar la aplica-
a alguien perteneciente al grupo, sino que ción de íos reglamentos sobre el aprendi-
toda Injuria hecha a uno de sus7 miem- zaje, fabricación y venta. La cofradía solía
bros debe ser vengada por todos" ( ). ocuparse de obras de caridad: doblábase
La aparición de la propiedad rural tien- así casi siempre la corporación mediante
de a sustituir el clan por otra organización una cofradía religiosa, colocada bajo la ad-
distinta, y la base de la sociedad cambia vocación del santo patrono del oficio í11).
inesperadamente. "En lugar de la comu- El régimen corporativo, con sus privilegios,
nidad de sangre, es la comunidad de do- estaba fuertemente arraigado; y tanto es
micilio y de intereses la que une a los hom- así que, cuando Turgot decidió su supre-
bres. Así se formaron, en el antiguo Egip- sión, las corporaciones se alzaron elevan-
to, los distritos llamados nomos; así fue- do al rey memorias en defensa de sus in-
ron creados en el Ática los acmés; así, en tereses ( 12 ). La Ley Chapelier, del 14-17 de
el Perú de los Incas, se puede comprobar junio de 1791, que abolió las corporaciones
la coexistencia de los dos sistemas. El clan, de oficios; expresaba en su preámbulo: "De-
desprovisto de su poderío, se reduce, lenta- be, sin duda, permitirse a los ciudadanos
mente, a no ser más que una piadosa co- de un mismo oficio o profesión celebrar
fradía que honra a los mismos antepasa- asambleas, pero no se les debe permitir
dos" ("). que el objetivo de esas asambleas sea la
La base del Estado, en los primeros tiem- defensa de sus pretendidos intereses comu-
pos de Grecia y Roma, son agrupaciones nes; no existen corporaciones en el Esta-
u organismos de carácter social y político, do y no hay más interés que el particular
conocidos con el nombre de gens. de cada individuo y el general; no puede
permitirse a nadie que inspire a los ciu-
3. los gremios y corporaciones dadanos la creencia en un interés inter-
de oficios medio que separe a los hombres de la cosa
Los antiguos collegia, gildas y corpora- pública por un espíritu de corporación".
ciones de oficios, son antecedentes obliga- La Ley Chapelier prohibía tanto la aso-
dos de los modernos sindicatos, formas de ciación como la coalición í 13 ), y el rigor
asociaciones que constituyeron base sufi- de 14los términos en que estaba concebi-
ciente para el desarrollo del trabajo. da ( ) revela la preocupación de una épo-
Las corporaciones de oficios sufren vici- ca en que el concepto de libertad se debía
situdes diversas, pero sus bases más defi- cimentar en el más crudo individualismo.
nidas han sido: a) la estructura Jerárqui- Tal propósito, para desarrollarse, tenía
ca, o) el monopolio del gremio, c) la re- que vencer, y venció, múltiples dificulta-
gulación de la capacidad productiva, d) la des. La más grave de todas, era la sanción
regulación de la técnica de la producción. legal, que en Francia, modelo en esto de
Esas bases permitieron que el trabajador la mayor parte de los países europeos, está
gozara de una situación quizás muy supe- incluida entre las prescripciones de la ley
rior a la que tiene hoy en día (»), aun del 14 de agosto de 1791, la cual determi-
cuando fuera a costa de perder gran par- naba: "Siendo una de las bases de la Cons-
te de su libertad. El carácter de asocia- titución francesa la anulación de toda es-
ción voluntaria que en sus comienzos ofre- pecie de corporaciones de un mismo esta-
cieron las corporaciones fue perdiéndose do y profesión, se prohibe restablecerlas
al instaurarse un sistema exclusivista que con cualquier pretexto y en ninguna for-
obligaba a cuantos quisieran ejercer un ofi- ma que sea... los ciudadanos de un mls-
cio a inscribirse en el gremio ( 10 ).
La corporación era la reunión de gentes (11) Perrette, Manuel de législatíon industrie-
lie, 2i eá., pág, 19, París, 1913.
(7) Ob. clt. y también Nardl-Grfico, Sociología (12) Perrette, ob. clt., págs. 35 y 36.
jurídica, Bs. Aires, 1949. (13) Cfr. Capltant y Cuche, CUTÍ de législation
(8) Ibidem. industríele. 2' ed., pág. 95. París, 1921.
(9) Cír. Jay, La protección legal de los traba- (14) Dice el art. 1« de la referida ley: Siendo
jadores, pág. 181, Madrid, 1905;, y Mahalm, Etudes la anulación de toda especie de corporaciones d«
tur l'association professionelle, pág. 50, Bruse- los ciudadanos del mismo estado y profesión una
las, s/f. de las bases fundamentales de la Constitución
(10) Cfr. Balella. Lecciones de legislación del francesa, queda prohibido restablecerlas de he-
traba/o, págs. 23 y 24, Madrid, 1933. cho, bajo cualquier pretexto y forma que fuera".
ir.o estado y profesión, ¡os contratistas, los que imponían unilateralmente la ley del
que tienen tienda abierta, los obreros y trabajo, la masa obrera dividida, todo, en
demás de un arte u oficio no podrán, cuan- suma, contribuía a que la libertad se con-
do se reúnan, nombrar presidente ni se- fundiera con el aislamiento; procedimien-
cretario, ni síndico, ni tener registro, ni to éste, a juicio de Bureau, el más seguro
tomar acuerdos o deliberaciones, ni formar para caer en la servidumbre; así la liber-
reglamentos sobre sus pretendidos intere- tad se transformó en negación de la auto-
ses comunes". Y concluía con una sanción nomía (1C>).
a los contraventores: "Si algunos ciudada- De ese estado de falsa libertad habrían
nos de una misma profesión, arte u oficio de derivar, como con acierto señala Ra-
tomasen acuerdos entre ellos tendientes a mírez Oronda, "las causas de la coalición
rechazar o fijar, de común concierto, un momentánea destinada a la acción direc-
precio determinado para prestar el concur- ta, primero, y al movimiento sindicalista,
so de sus industrias o de sus trabajos, las posteriormente, que tienden a la lucha con-
dichas deliberaciones y convenios serán de- . tra la injusticia. La unión hace la fuerza.
clarados anticonstitucionales, atentatorios a Esta es la máxima vieja y siempre nueva
la libertad y a la Declaración de los De- que formará parte del credo de los traba-
rechos del Hombre". jadores con conciencia de su potencial po-
A partir de esas prescripciones, el poder derío, y que se lanzarán a la conquista, pa-
absorbente del Estado se mostró celoso de cífica o violenta, de lo que creen su de-
sus prerrogativas. "La historia de los mo- recho" (").
vimientos sociales —dice Páez— da fe de Para combatir el atomismo de la clase
ello. La revolución de 1789 temió, desde el trabajadora surgen las asociaciones pro-
principio, la aproximación entre los asala- fesionales, y con sus cajas de resistencia,
riados, y la legislación que siguió a ese pro- su organización de carácter internacional
nunciamiento no tuvo por objeto solamen- y su acción revolucionaria e intransigente
te destruir las viejas corporaciones, des- constituyen un valladar que se opone para
acreditadas por sus abusos y exclusivismos, la acción conjunta o aislada de los patro-
sino que tendió a prohibir, en nombre de nos. Pero esta acción no se desarrolla sino
aquellos prejuicios, la asociación en sí, que en forma lenta, continua, que es como en
no ha de legalizarse sino en nuestros días, sus movimientos actúan las multitudes. Co-
después de haber suscitado, bajo todos los mo señala Contenson, "por el momento co-
regímenes políticos, una gran desconfian- mienzan solamente a tener conciencia de
za. Este temor, inspirado por la asociación su fuerza, pero no saben todavía exacta-
obrera, aun en la época contemporánea, mente el uso que de ella les conviene ha-
ha hecho reducir paralelamente la consa- cer" («). Para lograr esa fuerza es nece-,
gración, en provecho de la asociación pro- sario "un factor psicológico en la vida pú-
fesional, de la libertad que esta última de- blica, que es el espíritu y conciencia del
bía aprovechar, y que a veces ha sido cer- clase" O»), espíritu que alienta unas ve-
cenada" (i») . ces en el ataque y otras en la defensa, y]
que se concreta en las asociaciones profe-j
4. Consecuencias de la Revolución sionales.
Francesa Otra circunstancia que ha contribuido i
La reacción contra los gremios tenía que poderosamente a combatir el atomismo de]
ser, como hemos visto, exagerada: de un la clase trabajadora y que ha favorecido*
sistema monopolizador, regido sistemática las coaliciones obreras consiste en la con-
y minuciosamente por reglas precisas, se centración, base de la sociedad actual: con-
pasó a otro caracterizado por el más vio- centración de capitales, de mercados, de po-
lento individualismo, por un culto Incom- blaciones, de trabajo; o concentración de
prensible de la libertad, en todos los ór- los individuos en sindicatos, y de éstos en
denes de la vida social, política y econó- federaciones.
mica. Fue esa la consecuencia más nota- Todos estos elementos, condiciones y fac-
ble de la Revolución, la cual, como afirma tores han facilitado el desarrollo de un
Renán, no dejó a su paso más que un gi- derecho de sindicación, de accidentado
gante: el Estado; y millones de enanos: los desenvolvimiento. Las medidas de represión
individuos. Triunfaba plenamente el tipo (16) El contrato colectivo de trabajo, pág. S1T.
de Estado-gendarme Madrid, 1904.
El culto exagerado a la libertad, un Es- (17) Derecho del trabajo, 2» ed., pág. 372, Bs.
tado que desarrollaba funciones de bene- Aires, 1040.
(18) Syndicats, mutuantes, retraités, pág. 9,
ficencia sin prevenir los males, patronos París, 1904.
(19) Gallart Polch, Derecho español del traba-
(15) Ob.-clt., págs. 17 y 18. jo, pág. 118, Barcelona, 1938.
subsisten en algunos países, quizás debido de el capital, creador y organizador de la
a los problemas que en su evolución efec- gran industria, no tiene límites en su am-
tiva plantean las asociaciones profesiona- plio desarrollo. Los gremios no mueren por
les y por ser, además, premisa obligada del efecto de una disposición legal que los su-
derecho de asociación el de huelga, no bien prima, sino por el convencimiento de re-
visto por quienes pretenden estructurar la sultar innecesarios y perjudiciales, y por-
realidad social en la armonía de una cola- que carecen de utilidad. Las asociaciones
boración dentro del Estado y al servicio de profesionales nacen, se consolidan y crecen
éste, desconociendo que a ese derecho de por una necesidad hondamente sentida, y
sindicación le sirve de base una pugna los obreros cierran sus filas para defender
real materializada en la necesidad de su- sus intereses frente a otra agrupación de
primir, por la acción colectiva de los gru- hecho: la del capital.
pos, la ley de la oferta y de la demanda Para combatir los efectos de la nueva
en el trabajo o, por lo menos, disminuir industria se creó un sistema sindical tam-
los efectos de esa realidad social, que re- bién diverso del de los antiguos gremios,
sulta imposible ignorar. La realidad sindi- los cuales no se enfrentaban sino con ne-
cal tiene efectividad desde el momento en cesidades puramente profesionales; mien-
que la industria se desenvuelve y concen- tras los actuales sindicatos tienen como
tra, cuando la población obrera aumenta principal problema la defensa de intereses
y se aglomera en las fábricas, a partir del totales, de carácter profesional y econó-
día en que la ascención al patronato se mico. Las asociaciones que en todo tiem-
torna imposible para los trabajadores (20) po han existido, no tienen otra relación
y esta realidad muestra distinta visión se- con los actuales sindicatos que la de ser
gún que las asociaciones sean patronales éstos también una combinación de indi-
u obreras. Estas últimas, que tienen una vidualidades tendientes a una finalidad. El
finalidad defensiva de intereses profesio- sindicato moderno, producto o hijo de la
nales, son las primeras que surgen. Los pa- gran industria, ha nacido, como ésta, en
tronos, que unílateralmente fijaban las una etapa muy próxima a nosotros.
condiciones de trabajo, se encontraron de A pesar de la clara diferencia entre las
pronto frente a una fuerza insospechada: corporaciones de artesanos y las actuales
la que la organización de los trabajadores asociaciones profesionales, hay quienes in-
daba a sus subordinados. Los ukases dicta- sisten en encontrar en aquéllas los antece-
dos por los dueños de fábrica comenzaron dentes de éstas. Desde luego, las corpora-
a ser discutidos, y la solidaridad obrera ciones han significado una organización
pudo más —hasta cierto punto— que las laboral y, por ende, pueden confundirse al-
individualidades que usufructuaban la di- gunos de sus fines con los de los sindica-
rección de la industria y del comercio. Los tos modernos; pero difieren esencialmente
empresarios formaron entonces efectivas una y otra organización social, la de en-
coaliciones, y surgieron los primeros sindi- tonces y la de ahora, por ser distintos los
catos de patronos que, en esa forma, y en problemas y diversas sus causas. Los gre-
un plano de aparente igualdad, enfrenta- mios constituían organizaciones de traba-
ban sus intereses con los de los trabajado- jo integradas por patronos y obreros y, al
res. Así, el sindicalismo patronal se produ- mismo tiempo, cofradías religiosas; los ac-
ce como un movimiento de defensa contra tuales sindicatos son independientes, como
el sindicalismo obrero. norma, de todo orden confesional, no agru-
pan en su seno más que a obreros o a pa-
5. Diferencias entre las corporaciones de tronos, pues los sindicatos mixtos forman
oficios y las asociaciones profesionales la excepción que confirma la regla. Esa di-
El Edicto de Turgot y luego la Ley Cha- ferencia se acentúa ante la existencia de
pelier de 1791, que prohibió las asociacio- nuevos problemas cuyo origen está en el
nes en Francia, abren un paréntesis que nacimiento de la gran burguesía, en la fa-
permite establecer una diferencia precisa bricación en serie, en la división entre ca-
entre los actuales sindicatos y la añeja con- pital y mano de obra y en el carácter es-
cepción corporativa. Los problemas que se trictamente profesional de las asociaciones,
debaten son distintos. Durante este parén- donde cada uno de los asociados tiene los
tesis llega a su cénit la Revolución Indus- mismos derechos e idénticas obligaciones.
trial y continúan progresando el maquinls- Los gremios eran instituciones de mono-
mo y la técnica. Pasamos así de una etapa polio encaminadas a restringir el ejercicio
en la que los gremios constituían un privi- de la profesión: las asociaciones profesio-
legio de clase —los maestros— a otra don- nales presentan, por el contrario, un ca-
rácter defensivo de intereses, que no en-
(20) Capitant y Cuche, ob, cit., pég. 94. frentan normalmente a los trabajadores en-
tre sí, sino que actúan únicamente para presenta rasgos comunes, son específica-
combatir los privilegios del capital. La or- mente disímiles".
ganización corporativa fue contraria a la La teoría clásica consagra la distinción
libertad de trabajo: los sindicatos tratan estableciendo que las sociedades son per-
de reconocer esta libertad, pero reglamen- sonas jurídicas que persiguen un propó-
tada en el propio beneficio de los trabaja- sito de lucro, y, por tanto, egoístas; mien-
dores. Pero donde la diferencia resulta más tras que las asociaciones carecen de esa
precisa es en el carácter que revisten unas finalidad y se caracterizan por el altruis-
y otras organizaciones: los gremios fue- mo. Pero, como señala Tabeada, "por la
ron instituciones nacidas de un orden pro- ambigüedad y sutileza de tal diferencia-
fesional, mientras que las actuales asocia- ción, la doctrina jurídica contemporánea
ciones profesionales revisten una finalidad la ha desestimado, atenta a que es muy
de clase, tendiente a dar a los trabajado- difícil, si no imposible, descubrir el ele-
res, y en su caso a los patronos, la idea mento diferencial y la clara y exacta de-
de solidaridad en la defensa de sus inte- marcación de las finalidades perseguidas
reses frente a otras fuerzas con ellos en por ambas entidades, en las infinitas y
pugna. complejas manifestaciones económicas de
Por otra parte, las funciones, facultades la vida moderna". Y más adelante agrega:
y competencia de los antiguos gremios se "En el Derecho moderno se busca y explica
dividieron; los sindicatos sólo ejercen una su diferenciación, apreciando los elementos
parte de aquellas facultades y funciones. esenciales que, generalmente, se computan
Su competencia se encuentra determinada para distinguirlas, los que, en último aná-
por el cuadro profesional, el cual se ha lisis, pueden reducirse o concretarse en la
hecho más complejo conforme se ha pro- aifectio societatis del Derecho romano, o
ducido una mayor división del trabajo por espíritu de colaboración activa en el con-
la aparición de nuevos oficios y profesio- cepto de Thaller; es decir, que cuando el
nes y la multiplicación de los existentes. ente colectivo de que se trata se caracte-
En otro aspecto, las funciones de asisten- riza por la variabilidad de los miembros
cia han desaparecido casi de los actuales individuales que lo constituyen, por la
sindicatos así como lo referente al culto desvinculación de unos y la incorporación
religioso. En cuanto a la organización del de otros, estaremos en presencia de una
trabajo profesional, subsiste sólo como un asociación o corporación; si, por el con-
recuerdo del pasado, cual ocurre en Fran- trario, el ente colectivo se hallare for-
cia, con las llamadas Chambres de mé- mado por personas unidas en función de
tiers, o con los colegios profesionales en la confianza recíproca y de la mutua es-
España. timación de las cualidades individuales
de sus miembros, tendríamos una socie-
Capitulo II dad".
Hauriou declara que la asociación es un
DEFINICIÓN Y FINES grupo de hombres obrando en común de
6. Distinción entre asociación, socie- un modo permanente. La asociación, por
dad y sindicato tanto, al contrario de la sociedad, como
bien se ha dicho, se particulariza por un
Conviene aclarar que decir sindicato no elemento de estabilidad: la permanencia
equivale a referirnos a organización profe- del grupo. Los asociados, indica Páez, de-
sional de trabajadores. El sindicato no es ben poner en común, de un modo perma-
sino el denominador que recibe la asocia- nente, su actividad. En la sociedad, en
ción profesional; puede, indistintamente, cambio, no es así. Los grupos temporales •
estar integrada por obreros o por patronos, no pueden considerarse como asociaciones,
o por obreros y patronos conjuntamente. en el verdadero sentido jurídico de la pa-
Por otra parte, con Páez, podemos decir labra (21).
que la "sinonimia asignada a las palabras La ley 1*, título X, Partida V, definía
asociación y sociedad es aparente, al menos la sociedad como un contrato consensúa!
en el Derecho aplicado. Los juristas oponen celebrado entre dos o más personas, que
la asociación a la sociedad; y, así, la pri- ponen en común sus bienes e industrias,
mera se ha empleado para designar los o alguna de esas cosas, con objeto de lo-
g;upos formados sin fin lucrativo, reser- grar algún lucro. El codificador argentino
vándose la segunda para aquellos que tie- también señaló que la sociedad persigue,
nen por objeto la realización de beneficios como fin principal, alguna utilidad apre-
pecuniarios. Así, ha venido a oponerse la ciable en dinero que los socios dividirán
asociación a la sociedad, y a formarse dos
figuras de contextura diferente que, si bien (21) Ob. cit., pág. 43.
entre sí. El Código de Comercio de la Re- 1920, modificadora del artículo 6° de la
pública Argentina, en su artículo 282, de- ley del 21 de marzo de 1884 ( M ).
fine la compañía o sociedad mercantil Las diferencias más acentuadas entre las
como "un contrato por el cual dos o más asociaciones y los sindicatos son, de acuer-
personas se unen poniendo en común sus do con la legislación francesa, y siguiendo
bienes o industrias, o alguna de estas co- a Bry ( 2 1 ): a) basta un objetivo común
sas, para practicar actos de comercio, con para la asociación, que puede comprender
ánimo de partir el lucro que pueda resul- a personas de toda condición y profesión:
tar". el sindicato debe ser homogéneo; b) el
Hasta ahora hemos tratado de caracteri- depósito de los estatutos en la alcaldía,
zar la sociedad, tanto civil como mercan- exigido para los sindicatos, no se requiere,
til, por el fin de lucro perseguido por las sino en casos muy excepcionales, para las
partes; excluyendo dicho fin pecuniario asociaciones; c) es la ley la que determina
es como el legislador francés llega a con- la esfera de actividad de los sindicatos;
cretar la asociación. Así, el artículo 1° de son los estatutos los que indican la activi-
la ley francesa del 1° de julio de 1901, dad de la asociación; d) el sindicato puede
define la asociación como "la convención recibir donaciones y legados: la asociación
por la cual dos o más personas ponen en no puede aceptarlos, salvo estar reconocida
común de un modo permanente sus co- como establecimiento de utilidad pública;
nocimientos o su actividad con fin distinto e) la acción sindical puede ejercerse para
al de repartir los beneficios" ( 22 ). Páez, asegurar la defensa de los intereses co-
por su parte, da la siguiente definición: lectivos de la profesión; no cabe ejercitar
"Es todo grupo organizado en vista de la acción colectiva de la asociación sino
servir los intereses o los fines comunes de cuando los intereses comunes de la agru-
aquellos que se han adherido a la Idea en pación han sido perjudicados.
cuya virtud el grupo fue formado". La asociación constituye el género; el
Las anteriores definiciones nos sirven sindicato, la especie. Todo sindicato es una
para tener una idea de las diferencias sen- asociación cuya finalidad particular con-
sibles que hay entre sociedad y asociación. siste en la defensa de los Intereses profe-
Los sindicatos, o asociaciones profesiona- sionales, no sólo en su aspecto económico,
les, son, dentro de ese cuadro, un tipo de sino" también moral. Cabe así decir que el
asociación formado por un conjunto de objeto de los sindicatos es "la defensa, el
voluntades coincidentes en obtener un estudio y la protección de los intereses
mejoramiento de clase y de las condicio- económicos y culturales del gremio y de
nes laborales. Conviene, así, reservar la los asociados".
denominación asociación profesional para Lo expuesto hasta aquí permite deducir
designar la unión de personas que ejercen la existencia de un derecho de asociación
una misma profesión, poseen Idénticos in- y de un derecho de sindicación, situación
tereses y se encuentran en igual necesidad bien definida por el legislador francés: por
de unirse a efectos de la defensa de sus la ley de 1901 se reconoce el derecho de
derechos. asociación; por la de 1884 se aceptan los
Entre las asociaciones voluntarlas dota- derechos de los sindicatos profesionales.
das de personalidad se encuentran las La primera crea un derecho común para
asociaciones sindicales y los sindicatos todas las personas jurídicas; mientras la
profesionales, distinción que aparece en segunda, anterior en el tiempo, origina un
Francia. Las primeras se encuentran for- derecho de excepción: el sindical, sola-
madas por propietarios y terratenientes, mente ejercítale por quienes pertenezcan a
para llevar a cabo ciertos trabajos de In- una categoría profesional, y con tal ca-
terés común, y gozan de personalidad rácter.
siempre que se trate de asociaciones sin- Ese derecho, que hemos llamado de
dicales libres. Las segundas, también en sindicación, debe ser reglamentado esta-
Francia, suelen constituirse mediante la talmente en forma distinta del relacionado
presentación, en la alcaldía, de los estatu- con el de las sociedades en general. Una
tos y de los nombres de los administrado- ley sobre asociaciones profesionales tiene
res. Tales sindicatos adquieren de pleno una extensión mayor de lo que a primera
derecho personalidad civil, que es comple- vista se supone. Así, aparte lo relativo
ta a partir de la ley del 12 de marzo de propiamente a su formación (fines, go-
bierno, existencia, capacidad y disolución
(22) La ley belga del 24 de mayo de 1921 de-
fine la asociación sin fin lucrativo "como aquella (23) Cfr. Planlol y Rlpert, Tratado práctico de
que no se dedica a operaciones Industriales o co- Derecho civil, t. 1, pág. 165. La Habana, 1940.
merciales, o que no busca procurar a sus miem- (24) Les lois du travail industriel, págs. 558
bros ganancia material". y 559, París, 1921.
de la entidad), debe regular las relaciones cionarios que se proponen, como obje-
jurídicas que nacen de los pactos colecti- to, la mejora de las condiciones de traba-
vos de condiciones de trabajo que ellas jo de sus miembros, aplicando para lograr-
pueden suscribir y de la reglamentación lo, entre otros procedimientos, en caso
de las condiciones de trabajo que les necesario, la abstención de trabajar" («).
compete, también está comprendido el En la legislación positiva, la ley chilena
derecho de huelga y el de lock-out, así del 8 de septiembre de 1924, en su artículo
como los sistemas de conciliación y arbi- 24, da la siguiente definición: "Entiéndese
traje, el "control" obrero y las medidas por sindicatos profesionales las asociacio-
represivas de los delitos que atacan la li- nes que se constituyen, de conformidad a
bertad de asociación. este título, entre empleados y obreros de
una misma profesión, industria o trabajo,
7. Definición y concepto de asociación o profesiones, industrias o trabajos simi-
profesional lares o conexos, con el fin de ocuparse ex-
La voz sindicato sirve para designar muy clusivamente del estudio, desarrollo y le-
diversas clases de asociaciones, con distin- gítima defensa de los intereses económicos
tas finalidades; y así existen sindicatos comunes de los asociados". Incurre en la
agrícolas, financieros, de producción, cré- misma falta, la de considerar el sindicato
dito, venta, etcétera. Pero conviene, como o asociación profesional como privativos
ya hemos señalado, reservar esta palabra de la clase obrera, el decreto del 2 de
para aquellas asociaciones cuyos integran- octubre de 1945, en vigor en la Argentina;
tes persiguen como fin la defensa de los su artículo 2"? considera tal al formado
intereses a la cual pertenecen sus miem- "por trabajadores manuales o intelectuales
bros. El fin del sindicato es lo que lo que desempeñen su actividad en una mis-
caracteriza; y tal objetivo, en los profe- ma profesión, industria, oficio u otros si-
sionales, consiste exclusivamente en el milares o conexos que se constituya para
robustecimiento de los intereses de la ca- la defensa de sus intereses profesionales".
tegoría frente a otros intereses opuestos. No incurre en tal parcialidad la ley fe-
Si, con Antoine, podemos definir el deral del Trabajo de México; en su artícu-
derecho de asociación como la facultad que lo 232 define al sindicato como "la aso-
tiene el hombre de unir sus fuerzas con ciación de trabajadores o patronos de una
las de sus semejantes, de una manera misma profesión, oficio o especialidad, o de
constante, con el objeto de2 realizar un fin profesiones, oficios o especialidades simi-
común, lícito y honesto ( 5), el derecho lares o conexos, constituida para el estu-
de sindicación se configurará cuando dicho dio, mejoramiento y defensa de sus inte-
objeto tenga carácter profesional; esto reses comunes".
es, como señala Sforza, cuando la aso- Omitiendo considerar otras definiciones
ciación voluntaria de personas se propon- de la legislación positiva comparada (**),
ga "desenvolver colectivamente una acción cabe examinar la caracterización del sin-
jurídica para la tutela de los intereses de dicato a través de dos distintas concep-
la categoría profesional a que pertene- ciones: la primera, la liberal clásica, puede
cen" W. Tal categoría profesional la de- expresarse con la definición de Ferrete, el
fine Bottai como "la agrupación ideal de cual concibe el sindicato profesional "como
todos los que cumplen una función idén- una asociación de personas que ejercen la
tica en un determinado proceso producti- misma profesión, y que tiene por objeto el
vo" (27) . estudio y la defensa de los intereses eco-
Hasta ahora hemos caracterizado el nómicos, comerciales industriales y agrico-
sindicato en el sentido de agrupación vo- (28) Compendio de política social, pág. 225,
luntaria de personas cuyo objetivo es la Barcelona, 1931.
defensa de los intereses profesionales, por (29) Cfr. las definiciones contenidas en lo»
lo cual pueden integrarlos tanto patronos arta. 2» de la ley argentina de asociaciones prole-
sionales; 99 de la Ley Gen. del Trab. de Solivia;
como obreros. Empero, ni en la doctrina 511 de la Consolio de las Leyes del Trab. del Bra-
ni en la legislación positiva tal aspecto sal; 1° de la Ley 83, de 1931, de Colombia; 269 del
ha sido admitido con unanimidad; y así, Cód. de Trab. de Costa Rica; 1» de la Ley de aso-
dentro de la teoría, Heyde expresa que elaciones de patronos y obreros, del 8 de abril de
1932, de España; 1» y 2' del lib. 3 del Cód del
se "llaman sindicatos las asociaciones Trab. de Francia; 206 del Cód. de Trab. de Gua-
profesionales de obreros, empleados o fun- temala; 232 de la Ley Fea. del Trab. de México;
276 del Cód. de Trab. de Panamá; 1» del De-
(25) Curso de economía social, t. 2, pág. 55, creto-ley 1.217, del 11 de noviembre de 1943, del
Madrid, s/f. Paraguay. Otras leyes y códigos de trabajo carac-
(26) Corso di Dirítto corporativo, pág. 95, Pa- terizan al sindicato, pero se abstienen de definirlo,
dua, 1935. como las legislaciones rusa, portuguesa, italiana,
(27) Ob. cit., pág. 54. etcétera.
las" ( 30 ); la segunda, estructurada en el sona jurídica, aparte las limitaciones im-
régimen corporativo se expresa en el con- puestas por la ley o por los estatutos, tiene
cepto de Bottai al concebir a las asocia- plena capacidad para realizar actos que
clones profesionales como "la unión de rebasen incluso los fines a ella asignados.
varias personas que perteneciendo a la "Compete, naturalmente, a la autoridad
misma categoría se unen con el fin de tutelar, donde su aprobación preventiva
desenvolver colectivamente una acción ju- sea requerida, la denegación del permiso
rídica para la tutela de sus intereses y para legalizar el acto, cuando reconozca
de los de la categoría". que éste traspasa los confines de la acti-
vidad de la persona jurídica en relación
8. Finalidad sindical a los fines".
Las asociaciones pueden tener fines idea- Mas para establecer las finalidades que
listas o de lucro y ser egoístas o altruistas. los sindicatos persiguen se requiere deter-
La asociación profesional persigue finali- minar las causas que impulsan su naci-
dades egoístas", fines que, además y como miento, pues, como dice Ruzo, los motiva
norma, son fijados por leyes de fondo en un sentimiento solidario de defensa. Y
forma expresa. Cualquiera entidad de pa- agrega el citado autor: "Es el medio más
tronos o trabajadores que se constituya eficaz, porque significa una organización
para dar cumplimiento a propósitos dis- seria de que se vale el elemento más débil
tintos de los expresados en la ley con- en la lucha por el reconocimiento de sus
figurará una actividad, pero no una derechos: son instituciones perfectamente
asociación profesional. Solamente las aso- regulares, organizadas sobre una base ra-
ciaciones de obreros y de patronos, cons- cional y que llevan en su acción la fuerza
tituidas para cumplir los fines establecidos imponderable de las uniones que obedecen
en las leyes sobre asociaciones profesiona- a un propósito levantado".
les, presentan el carácter de sindicatos. Además de ser medios de lucha, las aso-
Tales objetivos, como norma, son el estu- ciaciones profesionales representan una
dio, la defensa y la coordinación de los base de unidad y de colaboración, mucho
intereses profesionales. Si además de los más fácil de lograr por medio de la con-
propósitos indicados se incluyen otros, no junción que considerando aisladamente
por ello dejará el sindicato profesional de cada uno de los individuos. Ese aspecto es
tener el carácter que la ley le da; pues muy pocas veces reconocido en la defensa
los primeros son fines esenciales y los que se hace de los sindicatos. Los obreros
demás resultan accesorios, no previsibles y los patronos, concebidos aisladamente, no
en la mayoría de los casos por la ley. Esas representan más que sus intereses, normal-
tendencias accesorias no pueden, por otra mente impulsados por ese egoísmo ingénito
parte, oponerse a las principales que hayan en el ser humano. Enfocado colectivamente
sido expresadas en la ley o en los estatutos el problema, la situación cambia, pues el
de la entidad. Interés superior que el grupo representa
La determinación de los fines sindicales carece de los móviles que podrían impulsar
reviste singular importancia, ya que por o inspirar a cada una de las individualida-
ellos está limitada la capacidad de las des, y quedan tamizados por la acción co-
personas jurídicas. Como indica Bale- lectiva. Y mientras que el obrero Indivi-
lla ( i), en los Estados Unidos y en Ingla- dualmente considerado resulte más fácil de
3
terra, por ejemplo, está admitida la teoría llevar por un derrotero contrario a sus
vltra, vires, basándose en la cual una per- propios intereses, por encontrarse en la
sona jurídica puede obrar en cuanto ello necesidad de ganar un salario, en la unión
es necesario para la consecución de su fin: que forma dentro del sindicato logra una
los actos realizados fuera de ese círculo fuerza de resistencia que en definitiva lo
de vida son nulos. En Francia rige un sis- ampara. El capital, por el contrario, indi-
tema análogo, con el nombre de teoría de vidualizado en una o pocas manos, impone
la especialidad. En Italia prevalece, por el normalmente condiciones más onerosas que
contrario, la opinión según la cual la per- cuando el problema se plantea a través
de un grupo; porque entonces surgen sen-
(30) Manuel de législation ináustrlelle, pá- timientos de cooperación, humanitarios,
gina 466, París, 1913. Cfr. las definiciones de Ca- que tratan de lograr una compenetración
pitant y Cuche, Cours de législation industrielle, colectiva bien distinta a la individual. La
2t ed., págs. 102 y 103. París, 1S21; Bouast y Du-
rant, Precis de législation industrielle, 3, ed., Pa- gran evolución experimentada por el De-
rís. 1948, para quienes los sindicatos son asocia- recho de Trabajo y su tendencia a suavizar
ciones que tienen por objeto la defensa de los In- el problema social se logran precisamente
tereses profesionales.
(31) Lecciones de legislación del trabajo, pá- por la acción combinada de grupos.
gina 65, Madrid, 1933. Planteada en esa forma la cohesión de
la clase trabajadora y de la patronal, cada sindicatos, como una de sus funciones es-
una de ellas se traduce en sindicatos pro- pecíficas, intervienen en la elaboración
pios. Por tanto, el principal de los fines del Derecho de Trabajo; ya que son con-
perseguidos por las asociaciones profesio- sultados, o deben serlo, generalmente, an-
nales no es otro que el de regularizar el tes de la promulgación de las leyes refe-
mercado de trabajo, dirigir la mano de rentes a las relaciones derivadas de la
obra y establecer un precio justo y equita- actividad laboral, para obtener en esa for-
tivo para ésta. En esa finalidad coinciden ma información directa, mediante la opi-
con la acción del Estado, como se demues- nión de los núcleos representativos, sobre
tra por e j itervencionismo de éste en los problemas relativos al trabajo.
materia laboral. Ahora bien, si aquél cons- Participan también en la elaboración del
tituyera el único objetivo, la vida de los Derecho Laboral, por cuanto son, hasta
sindicatos tendría poca vitalidad una vez cierto punto, los creadores de los pactos
resuelto el primer y principal problema: colectivos de condiciones de trabajo, que
el de diluir los choques derivados de las constituyen, con la ley, decretos, usos,
relaciones contractuales entre patronos y costumbres y jurisprudencia, las fuentes
obreros. Pero subsisten otros propósitos, los principales de aquel Derecho. La inter-
de dignificar la profesión, proporcionarle vención de los sindicatos en los contratos
medios superiores de desenvolvimiento, me- colectivos de condiciones de trabajo y en
jorar la situación general y de las catego- la elaboración de las normas legislativas
rías profesionales y, en particular, la de que versan sobre las relaciones entre pa-
los, agremiados; y tender, por último, a que tronos y obreros está justificada por tra-
la producción se logre en forma armónica, tarse de partes interesadas. Eso no impide,
en virtud de la unidad que la preside. empero, el reconocimiento de que, surgida
Clasifica Unsaín las funciones de los la diferencia, pertenece a los sindicatos
sindicatos estableciendo en la siguiente aportar los elementos de juicio para lograr
forma las diversas manifestaciones que en el arbitraje, cuando la situación no puede
su desarrollo pueden darse: "a) vida in- resolverse por el mutuo acuerdo de las
terna del sindicato, que comprendería su partes o están en juego los intereses de
gestión interior, elección de autoridades, terceros, como en el caso del consumidor.
estatutos, administración de fondos, crea- Los sindicatos se proponen también in-
ción de cooperativas, cursos profesionales, tervenir, en forma directa a veces, e indi-
cajas de socorros, etcétera; b) relaciones recta otras, no sólo en la elaboración de
con los patronos, que admitirían una do- las normas legislativas que integran el
ble vía: (I), por los medios pacíficos (con- Derecho de los oficios, sino, asimismo, en
venciones colectivas, "control" obrero, par- la administración de la justicia del tra-
ticipación en los tribunales mixtos); (II), bajo; en este último caso, bien en los
por los medios de acción directa (huelga, tribunales o jurados mixtos, ya por meólo
boycot, etcétera); c) relaciones con las de jurados o por asesores, para los tribu-
autoridades administrativas- (derechos de nales de Derecho.
denuncia, intervención de los representan- Más difícil se presenta el problema, en
tes de los obreros en las condiciones de la realidad de los hechos, cuando se plan-
tarifas para la fijación del salario mínimo tea la participación de representantes de
o en la administración de las cajas de se- los sindicatos en los tribunales o jurados
guros sociales); d) relaciones con el poder mixtos del trabajo, lo cual toca a la esen-
judicial (el sindicato puede estar en jus- cia de tales organismos. El procedimiento
ticia) ; e) relaciones del sindicato en el ha sido objeto de fogosas polémicas, lle-
orden internacional. Actúa como conse- vadas en ocasiones al terreno de la vio-
cuencia de la organización permanente del lencia; pero no creemos que haya sido
trabajo prevista en el Tratado de Versalles resuelto el problema, ni siquiera en teoría,
y en las asociaciones o confederaciones y menos en la práctica.
existentes de índole internacional, que as- También los sindicatos quieren partici-
piran a obtener la unificación de los tra- par, y a veces lo consiguen, en las funciones
bajadores de todo el mundo" ( 32 ). inspectoras relacionadas con el cumpli-
Tres funciones principales desarrollan, miento de las leyes de trabajo.
con más o menos efectividad, los sindicatos También es misión esencial de los sindi-
profesionales; presentan, respectivamente, catos, para la cual se encuentra en in-
carácter legislativo o normativo, judicial mejorables condiciones, la de distribuir a
y de inspección. En primer término, los veces, principalmente en momentos de cri-
sis, la mano de obra. Como afirma García
(32) Legislación del trabajo, t. 2, pág. 170, Oviedo, "nadie como ellos conoce el mer-
Es. Aires, 1926-1928. cado del trabajo en su respectiva profesión
y pueden con;|3 más éxito acoplar el personal Ahora bien, cuando se expresa cuáles
excedente" ( ). Como colaboradores de los son los fines que persiguen los sindicatos,
organismos correspondientes, o por medio se menciona siempre la prohibición de
de las bolsas de trabajo, por los mismos desarrollar los de carácter lucrativo. Las
organizadas, los sindicatos están capaci- asociaciones profesionales pueden tener
tados para distribuir la mano de obra de objetivos de carácter económico; pero no
acuerdo con las necesidades de la industria han de traducirse en lucro para la entidad,
y el comercio; pero sin que tal misión por no constituir ése el móvil que deben
signifique suprimir en absoluto el derecho pretender, al no tratarse de entidades
que los empresarios o patronos tienen para mercantiles. Pero como son organismos
elegir, conforme a sus necesidades, la con vida propia, requieren medios econó-
mano de obra requerida por ellos. micos para su desenvolvimiento, los cuales
Pero la principal finalidad de los sindi- se obtienen para un solo fin: hacer que
catos es la de regular el trabajo en su la entidad pueda desarrollar con recursos
manifestación contractual. Los sindicatos privativos la acción necesaria para lograr
procuran, en todo caso, mejorar las con- los objetivos que se propone.
diciones de trabajo, y en esa forma, los La prohibición de los fines lucrativos no
contratos individuales que sus afiliados impide que la entidad adquiera fondos. El
subscriben están influidos por las conquis- sindicato puede percibir cuotas de sus
tas que la organización sindical ha obte- asociados y obtener otros beneficios, pero,
nido. Esa finalidad se une a la facultad, en su manifestación visible y directa, no
reconocida a los sindicatos en casi todas es ésa la finalidad propia y principal que
las legislaciones, de concertar pactos co- debe pretender, sino la defensa de los in-
lectivos de condiciones de trabajo. tereses económicos y profesionales de que
Aparte las finalidades reseñadas, las se trata.
asociaciones de patronos y de obreros Como se expresa en la obra de Planiol
sostienen con frecuencia escuelas de ense- y Ripert el principio de la especialidad
ñanza técnica y profesional; y funcionan, implica el que las personas morales no
en ocasiones, como cooperativas de pro- reciban derechos y no celebren actos sino
ducción, consumo y crédito. También se de conformidad con su objeto ( 35 ). Así,
empeñan en lograr mejores condiciones de una agrupación gremial no está autoriza-
vida, para lo cual constituyen fondos de da para realizar negocios como la compra-
reserva y realizan obras de asistencia mé- venta de inmuebles o actos de comercio
dica y social mediante sanatorios, servicios con fines lucrativos. Hay que tener presente
médicos y demás organizaciones adecuadas. la posibilidad de que, por acuerdo de los
Además, se preocupan de fomentar el integrantes, la entidad modifique el objeto
desarrollo cultural, mediante la creación de la misma; la extensión de los fines es
de bibliotecas, la edición de órganos pe- variable, pero siempre queda sometida la
riodísticos, conferencias, clases nocturnas asociación a la competencia preestableci-
y diurnas; y, por último, realizan eficaz da para el desarrollo de su función prin-
obra de solidaridad, al emprender el reme- cipal. Una asociación profesional, regla-
dio de magnos problemas sociales, tales mentada como tal, no puede pretender
como la defensa colectiva en momentos de realizar sino los actos necesarios para des-
crisis o de carestía de las subsistencias, u envolver eficazmente los propósitos pre-
orientando y normalizando situaciones di- viamente fijados en sus estatutos, que
fíciles, para resolver las cuales las aso- constituyen la ley a la cual deben some-
ciaciones profesionales prestan su concurr terse.
so de amplia colaboración. Capítulo III
NATURALEZA JURÍDICA
9. Limitación de los fines sindicales
10. Sociedad, asociación y sindicato
Resumiendo lo dicho hasta aquí, cabe
concluir que el objeto exclusivo de los Muchos de los elementos contenidos en
sindicatos consiste en el estudio y defensa la ley civil sustantiva para la sociedad
de los intereses económicos de la profesión
a que correspondan, finalidad expresamen- y a la defensa de los Intereses económicos, y no
pueden ejercer comercio. Sin embargo, de confor-
te señalada por el artículo 3° de la ley midad con el art. 14 de la ley en vigor, los sindi-
francesa de 1884, modificada por otra del catos pueden subvencionar sociedades cooperativas
12 de marzo de 1920 ( 84 ). de producción o de consumo. De esa manera, los
sindicatos pueden asumir ciertos objetivos de ca-
rácter económico, siempre que los mismos no sean
(33) Ob. clt., pág. 126. principales en relación a su desenvolvimiento y
(34) De acuerdo con la ley francesa, el fin de no tengan estricto carácter comercial.
los sindicatos se limita exclusivamente al estudio (35) Ob. cit., t. 1, pág. 77.
en general son de aplicación a los sindica- ruarlos: !a asociación tiene carácter des-
tos profesionales; los cuales reconocen, sin interesado.
embargo, la especialidad de sus fines. Los El artículo 1.832 del Código civil francés
términos de asociación y sociedad, aun expresa como definición: "La sociedad es
cuando jurídicamente signifiquen cosa bien un contrato por el cual dos o varias perso-
distinta, en el lenguaje corriente se con- nas convienen en poner algo en común
funden. Aún más, se llega a denominar con propósito de repartirse los beneficios
sociedades a asociaciones de carácter típi- que puedan obtener". Y el artículo 1.883 del
camente profesional, que no persiguen mismo cuerpo legal dispone: "Toda socie-
por sus estatutos propósito alguno de lucro dad debe tener un fin lícito y pactarse
o beneficio directo en las utilidades ( 38 ). para el interés común de las partes. Cada
El vocablo sociedad conviene reservarlo asociado debe aportar a ella dinero y otros
para las entidades dedicadas con fines de bienes o su industria". Los conceptos con-
lucro a la industria o al comercio; el de tenidos en ambos preceptos se resumen
asociarían simple, para las agrupaciones en la definición que da el articulo 1.648
constituidas con fines distintos de los de lu- del Código civil argentino: "Habrá socie-
cro o utilidad directa; el de sindicato o aso- dad cuando dos o más personas se hubie-
ciación profesional para las organizaciones sen mutuamente obligado, cada una con
gremiales, sujetos del Derecho laboral. una prestación, con el fin de obtener al-
Como dice Lafaille (3?), entre los auto- guna utilidad apreciable en dinero, que
res franceses surgió la diferencia de la dividirán entre sí, del empleo que hicieren
llamada asociación simple y la sociedad. de lo que cada uno hubiera aportado".
El individualismo de la Revolución Fran- Dentro de esa definición no caben aquellas
cesa se incorporó al Código civil de Napo- asociaciones que no persiguen un fin de
león, el cual, prohibió, como ya hemos visto, lucro o en las cuales no hay efectiva apor-
toda clase de asociaciones. Durante el pe- tación al propósito de obtener utilidades
ríodo que media entre la promulgación de apreciables en dinero.
aquel Código —o, mejor dicho, desde la ley De lo dicho puede deducirse que la»
Chapelier— y la del 1884, que autoriza los asociaciones profesionales o sindicatos son
sindicatos, las sociedades estuvieron per- personas jurídicas, lo mismo que las socie-
mitidas tanto en el orden civil como co- dades, tanto civiles como mercantiles. Se
mercial; pero, en cambio, permanecieron diferencian en que estas últimas persiguen
prohibidas las asociaciones. En Derecho un inmediato objetivo de lucro; mientras
francés se llamó simple asociación, como las primeras constituyen uniones perma-
opuesta a sociedad, a toda agrupación de nentes, dirigidas a obtener beneficios to-
personas que no persiguiera cual finalidad tales, sin atender a especulaciones concre-
la distribución de beneficios. Cabe, pues, tas. Las asociaciones, dentro del Derecho
como señala el mismo Lafaille, dentro de del Trabajo, ofrecen carácter distinto al
la técnica del Código civil argentino, la de las sociedades admitidas por las legis-
palabra asociación, en tres significados laciones civil y mercantil. En este orden
distintos: a) el más extenso, equivalente a existen tres clases de personas jurídicas,
todos los entes jurídicos compuestos por con confusión posible: o) las reconocidas
miembros (corporaciones y sociedad, con por el Derecho civil; o) las aceptadas por
la única exclusión de las fundaciones); b) el Derecho mercantil o comercial; c) las
como sinónimo de sociedad; O las llama- admitidas por el Derecho laboral. Estas
das simples asociaciones, que serían aque- últimas, para distinguirlas de las anterio-
llas desprovistas de propósito de lucro O38). res, reciben el nombre de asociaciones
Lafaille se muestra partidario de adoptar profesionales. Tales asociaciones tienen
la terminología francesa, que establece un tienen carácter gremial y señalan la uni-
límite bien preciso entre sociedad y aso- dad de individuos reunidos por razón del
ciación. Las sociedades se integran por ejercicio de una misma actividad.
miembros que persiguen beneficios pecu- Los sindicatos profesionales pueden, a su
vez, presentar dos caracteres: uno, pura-
(36) Se acostumbra a utilizar, erróneamente, mente sindical, que interesa al Derecho
el término de sociedad para designar cierta clase Laboral; otro, de asociación simple, con •;
d« sindicatos de trabajadores; asi, se dice Socie- fines culturales, científicos, artísticos, re- ¡
dad de obreros marítimos, Sociedad de obreros
panaderos, etc., a entidades de carácter exclusi- creativos, benéficos, de asistencia, coope- }
vamente profesional que no persiguen, por sus es- ración, etcétera. «, i
tatutos, propósitos de beneficio directo, y sí de
carácter profesional. 11. Personas morales o jurídicas í
(37) Curso de contratos, t. 2, pág. 341, Ba.
Aires, 1928. Con los expresados antecedentes podemos i
(38) Ob. c!t., t. 2, pág. 342. señalar que los sindicatos constituyen per- >
sonas jurídicas, seres ficticios, cuya exis- concebía, en su Sistema de Derecho ro-
tencia resulta hasta cierto punto imagi- mano actual, la persona jurídica como su-
naria. jeto creado artificialmente, capaz de tener
Dentro de un orden general se llaman un patrimonio. En la obra de Planiol y
personas, según Planiol, los seres 39capaces Bipert se define la personalidad moral
de tener derechos y obligaciones ( ). Las como "la atribución de derechos y obliga-
personas se dividen en reales y íicticias o ciones a otros sujetos que no son seres
morales. El Código civil argentino define, humanos". Se dice que "esos sujetos de
en su artículo 30, las personas como "to- derecho son llamados personas morales,
dos los entes susceptibles de adquirir de- personas civiles, personas jurídicas o, tam-
rechos* o contraer obligaciones". Y el ar- bién, personas ficticias, denominación que
tículo 31 agrega: "las personas son de una implica ya una cierta concepción de la
existencia ideal o de una existencia visible". personalidad" («).
El artículo 33 del citado cuerpo legal pun- Como acertadamente se afirma, "mien-
tualiza que "todos los entes susceptibles tras que las personas físicas se hallan, en
de adquirir derechos o contraer obligacio- principio, sobre un pie de igualdad, las per-
nes, que no son personas de existencia sonas morales tienen derechos desiguales;
visible, son personas de existencia ideal o porque esos derechos dependen del papel
personas jurídicas". que tienen que representar, y que son muy
Las que el codificador argentino llama diversos" ( 4 2 ). Las personas morales, según
personas de existencia no visible han re- representen a la autoridad pública en el
cibido muy diversos nombres: Miraglia las ejercicio de sus funciones, o se creen por
denomina personas incorporales; Wins- simple iniciativa de los particulares, per-
cheid, personas ficticias; Vauthier, perso- tenecen al Derecho público o al Derecho
nas místicas; Comas, personas colectivas; privado: o, mejor dicho, son de Derecho
Flori y Giorgi, personas morales; Colmeiro, público o de Derecho privado. Esta clasi-
personas abstractas; Giner de los Ríos, ficación de personas privadas y personas
Azcárate, Taparelli y otros, personas so- públicas no está limitada prácticamente:
ciales. Puede aceptarse, doctrinalmente, así, puede decirse, en ocasiones, que la
cualquiera de tales denominaciones, me- clasificación jurídica corresponde, como
nos la de personas naturales o personas veremos más adelante, al texto legal que
Jurídicas; pues tanto las personas físicas formula la definición.
como las morales, son personas naturales, Por otra parte, como se señala en la
surgen espontáneamente de la naturaleza. obra de Planiol y Bipert, "hay entre estas
Además, ambas son jurídicas, porque su dos clases de personas morales otras dife-
existencia tiene efectos jurídicos, recono- rencias numerosas e importantes. Mientras
cidos en todo tiempo y por todas las leyes. que para los seres humanos hay igualdad
Por otra parte, si unas fueran personas desde el punto de vista de goce y ejercicio
jurídicas, las otras serían antijurídicas o, de los derechos privados, para las personas
por lo menos, "ajurídicas" ( 40 ). morales el goce y ejercicio de esos derechos
No obstante ello, por la difusión alcan- se hallan sometidos a ciertas condiciones,
zada, comprensión evidente de la idea y, de acuerdo con el servicio público llamadas
sobre todo, por su uso frecuente en textos a llenar" (* 3 ).
legales, nos vemos obligados a emplear el
dudoso tecnicismo de "persona jurídica". 12. Teorías diversas sobre la per-
SI tenemos en cuenta que para la reali- sonalidad jurídica o moral
zación del Derecho se requiere un sujeto, Dos tendencias principales disputan su
el cual se llama persona, comprenderemos hegemonía en lo referente al momento de
que las de existencia no visible son indis- la existencia de las asociaciones profesio-
pensables para el gobierno y acción de las nales. Por una de ellas se da vida a la
relaciones colectivas, y que surgen como asociación con el reconocimiento oficial
una necesidad inobjetable e insustituible. que los poderes públicos otorgan al aprobar
Por eso, las legislaciones de todos los paí- su constitución; por la segunda, el sindi-
ses admiten la existencia de entidades cato tiene existencia independiente de su
colectivas y les atribuyen personalidad; reconocimiento oficial. Esas dos tendencias
es decir, las consideran susceptibles de no sólo se presentan en el campo legisla-
adquirir derechos y contraer obligaciones, tivo, sino en el de la doctrina, generalmen-
al igual que la persona física. Savigny te en lo relacionado con las personas
(39) Traite élémentaire de Droit civil, t. 1, (41) Tratado práctico de Derecho civil, t. 1,
pig. 139, París, 1914. pág. 61, La Habana, 1940.
(40) Cfr. Enciclopedia Jurídica Española, t. 24, (42) Planiol y Bipert. ob. clt., t. 1, pág. 67.
articulo Persona jurídica, Barcelona, s/'í. (43) Ob. cit., t. 1, pág. 68.
jurídicas. Según unos, su constitución pue- actuar como sujeto de derecho. No obs-
de ser previa; pero su existencia parte del tante, el principio de la libertad de aso-
principio de que no tienen vida si no son ciación parece autorizar la tesis de quienes
reconocidas por la autoridad estatal. Otros sostienen la posibilidad de que los sindi-
estiman que constituyen dos hechos que catos profesionales adquieren personalidad
se excluyen: las personas jurídicas nacen sin necesidad de autorización, inscripción
por un concierto de voluntades hacia un o publicación de los estatutos; pero tenien-
fin concreto; ese concierto de voluntades do en cuenta que la reglamentación legal,
da vida a la sociedad, y por ello el reco- que de derecho y de hecho se produce, no
nocimletno oficial carece de eficacia para limita esa libertad, únicamente la fiscaliza,
hacer viable un organismo ya constituido. no tenemos inconveniente en admitir que
Una tercera doctrina, con menos partida- la personalidad jurídica de las asociaciones
rios, equilibra las dos anteriores. Las per- profesionales puede estar supeditada tanto
sonas jurídicas tienen vida desde el mo- al reconocimiento legal como a la autori-
mento en que existe acuerdo de volunta- zación previa, o a cualquier otro requisito
des para un fin concreto; pero el Estado que la ley establezca.
legaliza con su autorización, la cual posee En cuanto al problema de la considera-
efecto retroactivo, la existencia de esta ción de la personalidad jurídica o moral,
clase de personas morales. se han podido señalar sistemas fundamen-
Empero, evidentemente, la ley es la que tales, reducidos prácticamente a dos ( 44 ):
debe reconocer una u otra situación. Así, o) el de la personalidad ficticia, esto es,
en Francia, la ley del 21 de marzo de 1884 teoría que considera la personalidad jurí-
consagraba el principio del derecho de dica de los entes sociales como sujetos fin-
asociación, que podía ser ejercido sin ne- gidos; b) el de la personalidad real, o sea,
cesidad de autorización previa. En esa teoría que conceptúa a los entes sociales
forma, según se adopte una u otra de las como sujetos efectivos. Examinaremos en
teorías que se disputan su predominio en primer lugar estas dos teorías fundamen-
el campo de la legislación positiva, así tales, para encuadrar después la que co-
también se establece la extensión de los rresponde, a nuestro juicio, aceptar.
derechos que tienen las personas jurídicas. A) TEORÍA DE LA FICCIÓN. — Ha sido de-
Por el primero de los sistemas expues- fendida por juristas como Laurent, Seig-
tos, la autorización legal crea la persona neur, Vauthier, Heine, Arndts, Unger, Roth,
jurídica; por el segundo, ésta existe sin y expuesta magistralrnente por Savigny, en
necesidad de autorización alguna. Pero su Sistema de Derecho romano. Para él,
ambos sistemas, a dúo, se armonizan las personas jurídicas deben su existencia
prácticamente, dentro del Derecho com- a la ley, son una ficción del Derecho. La
parado, en virtud de la reglamentación entidad se constituye con un conjunto de
legal. La asociación no sólo requiere aque- personas físicas. Textualmente expresa:
lla personalidad jurídica con fines de ins- "Por una parte hay personas sociales (la na-
pección, porque en ellas está interesado el ción) que no son un agregado de individuos,
poder del Estado, sino, además, a los efectos sino verdaderos seres naturales, dotados de
de la necesaria publicidad de su constitu- conciencia; y, por otro, las personas jurí-
ción. Se persigue, esencialmente, el deter- dicas que son seres ficticios, sujetos arti-
minar la verdadera trayectoria de los ficialmente creados por y para el Derecho
fines de las entidades, y que éstos no sean
ilícitos ni contrarios al orden público o a
(44) Sobre el tema propuesto pueden exami-
'las buenas costumbres. El sistema de re- narse con provecho las obras de Barcia López, La
gistro, con variantes que no llegan al fondo teoría de las personas jurídicas; Chiarelli, La per-
de la cuestión, prevalece en la mayoría de sonalitá giuridica delle associazione profesionali;
las legislaciones. Pese a esa aparente una- Donatl, Natura giuridica del novo Diritto italiano
del lavoro; Duguit, Las transformaciones del De-
nimidad, los dos sistemas —el de la con- recho privado desde el Código de Napoleón; Gs-
cesión estatal que da vida a la organización llart Folch, "E! sindicato profesional y sus proyec-
sindical, y el del reconocimiento de la or- ciones en e) Derecho público", en rev. Derecho del
ganización por inscribirse en el registro Trabajo, t. 5, n" 7; GIner de los Rfos, La persona
social; Gottschalk, Norma pública e privada no
establecido— divergen en cuanto a la na- Direito do trabalho; Páez, El Derecho de asocia-
turaleza jurídica de la personalidad de las ciones; Pérez Botija, "La autonomía del Derecho
asociaciones; pero coinciden en la necesi- del trabajo", en rev. Derecho del Trabajo, t. 5,
n« 8; Plañía! y Klpert. Tratado práctico de Dere-
dad de tal fiscalización, de ese intervencio- cho civil, t. 1; Purpura de Lulgl, Capacita di Di-
nismo que es en la práctica común, bien ritto privato del sindicati; Rava, La posizioni delle
para dotar a la asociación de capacidad, associazioni sindican nel Diritto privato; Beale,
bien para reconocerle, por el hecho de su Teoría do Direito e do Estado; Saleml, Caratterl
politici e giurtdici del sindicato; ZanelH, Le fonü
Inscripción, personalidad suficiente para di Diritto corporativo.
positivo, pues la idea primitiva y natura! Estado; de ahí la necesidad de subordinar,
de persona coincide con la de individuo". a la autorización del Estado, la posibilidad
Criticando esta tesis, expresa Chiarelli: para esas agrupaciones de poseer un pa-
"Admitido el principio, del cual parte Sa~ trimonio y la utilidad de limitar la com-
vigny, de que sólo el hombre es sujeto de posición de su patrimonio a los derechos
derecho, y reducido el Estado, como toda que el Estado les permitiera comprender
persona jurídica, a una ficción, no se pue- en el mismo. En el sentido de esa doble
de explicar ya su soberanía, sobre la cual limitación se hacía observar, además: que
se basan ¡as funciones públicas de los sin- el patrimonio inmovilizado en poder de
dicatos. No se puede, por tanto, entender personas morales, por un período casi in-
la personalidad jurídica de las asociacio- definido, se sustrae al aprovechamiento de
nes sindicales, tal como es regulada por los demás miembros de la sociedad política
nuestra ley —se refiere a la italiana— sin y resulta frecuentemente bastante mal
considerar el ordenamiento jurídico de que administrado,
forma parte, y que constituye lo que se "El error o la exageración de esos te-
llama Estado corporativo; esto es, el Es- mores apareció a fines del siglo xrx y pro-
tado que, en sus particulares ordenamien- vocó un ataque general contra la teoría
tos, es la realización jurídica de determi- de la ficción. Al ver en la personalidad
nados fines políticos, económicos y mora- moral una realidad natural, ya objetiva,
les de la nación, y no aquella figura o bien simplemente técnica, se ha querido,
jurídica artificial, espirítualmente compa- en efecto, evitar la intervención del Esta-
rada a un maniquí, a que lo reduce la do, evidentemente inútil para reconocer
teoría de la ficción" («). esta realidad preexistente" (* 7 ).
La anterior tesis, no del todo acertada, B) TEORÍA DE LA PERSONALIDAD REAL. —
ya que modifica en parte la de Savigny, Por esta teoría se concibe la existencia de
no enfoca la totalidad de la teoría, con- conjuntos efectivos que tienen un fin con-
cretada por Giorgi ( 46 ) en la siguiente for- creto, dentro del Derecho, finalidad no
ma: no puede existir derecho sin sujeto, creada por el legislador, sino anterior a la
es así que en las personas jurídicas falta ley, realidad absoluta capaz de obrar y de
individuo que sea sujeto de derecho; luego, desear. Uno de los más genuinos repre-
y a fin de evitar contradicción entre el sentantes de esta teoría es Ihering; afir-
hecho y el principio racional que reclama ma que los verdaderos sujetos de las
un sujeto, se finge su existencia y se per- corporaciones son los miembros que las
sonifica su abstracción. Esta teoría es la integran; y los de las fundaciones, los in-
de la personalidad (personificationstheo- teresados en sus beneficios. Por otra par-
rie), sustituye la ficción radical de Savigny, te, sostiene que no se "entiende la asocia-
que da vida a una personalidad inexisten- ción únicamente en el sentido que se
te, por un artificio menos completo. Al refiere ai Derecho privado, ni en particular
ente social le atribuye no una personali- a las sociedades comerciales... Tomada
dad, sino una representación de persona- en sentido jurídico, la sociedad es un caso
lidad; por lo cual el ente colectivo no de aplicación particular de una noción
constituye verdadero sujeto, sino que des- más general. Es una institución tipo, como
empeña el papel de tal. Esta teoría no el cambio y la donación... en la asociación
salva ninguno de los muchos inconvenien- vienen a juntarse todas las relaciones de
tes que invalidan la doctrina antes seña- igual naturaleza; las comunidades, las
lada. uniones todas, desde las más humildes
La teoría de la ficción, como ha sido hasta las más4Í!elevadas, el Estado mismo
expresado, "en su exceso de liberalismo, y la Iglesia" ( ). Para Ihering, la persona
se acomoda perfectamente a las concep- social, como se ha dicho, se convierte en
ciones sociales en boga a principios del un nomen juris que sirve de medio a va-
siglo xix. Esas concepciones, impregnadas rios individuos para proporcionarse un
de individualismo, tendían a ver en las cierto goce de los derechos fijados eri el
agrupaciones con personalidad reconocida estatuto corporativo o en el acta de fun-
instrumentos opresores para los individuos. dación. No tiene en cuenta la diferencia-
Al mismo tiempo temían que las agrupa- ción que existe entre el individuo y la
ciones demasiado poderosas, y cuya per- persona Jurídica, esto es, entre el derecho
petuidad aumentaba indefinidamente su y patrimonio de la universitas y el dere-
fortuna, se convirtieran en rivales del cho y patrimonio de los particulares.
Son tantas las opiniones formuladas que
(45) ta personaUta giuridica delle assoriazioni
pro/essionaii, pág. 121, Padua, 1931. (47) Pianlol y Ripert, ob. clt., t. 1, pág. 82.
(46) La áottrina della persone giuriáiche e (48) El fin en el Derecho, pág. 109, Bs, Ai-
eorpo moraU, t. 1, pág. 142. res, 1945.
tienen su punto de partida en las dos ya tos, afectos, propósitos, una expresión co-
esbozadas, que su desarrollo llevaría espa- mún, un fondo homogéneo de ideas y emo-
cio y tiempo superiores a los limitados de ciones, tendencias que no es la mera resul-
un estudio de orden general. Podemos con- tante mecánica de los elementos individua-
cretar que por la teoría de la realidad les. Antes el ser social, subordinando estas
objetiva se le reconocen a las personas fuerzas y contrayéndolas dentro de su
jurídicas los mismos derechos que a las esfera, necesidades, condiciones y límites,
personas físicas, sin perjuicio de las res- las determina por relación a su fin en un
tricciones impuestas por el legislador. Por producto orgánico" (50).
la teoría de la ficción legal, se limitan los Otra teoría, también realista, es la del
derechos a aquellas facultades que el Es- patrimonio sin dueño; valiéndose de un
tado concede expresamente a las personas curioso sistema, se pretende que un patri-
morales. Por la teoría de la realidad téc- monio puede existir perfectamente sin
nica, las personas morales poseen exclusi- dueño, mientras esté destinado a un fin.
vamente los derechos correspondientes a No se investiga el sujeto de derecho, pues,
los intereses cuya finalidad persiguen. según se afirma, no hace falta; el patri-
Modalidades distintas son, entre otras, la monio destinado a su fin hace sus veces.
que formula Zittelmann, con su nueva Pero como hay entes sociales que carecen
teoría de la persona social, y la que de- de patrimonio, esta teoría cae por su pro-
riva de la filosofía hegeliana, y llamada pia base.
sistema de la voluntad (wittenstheorie'). Después de lo expresado hasta aqui, ¿qué
Tal sistema pretende que el sujeto no es es la asociación? A ello responde Páez:
otra cosa que la voluntad, mientras el todo, menos un contrato. Y agrega: "Es
Derecho supone sólo potencia de querer. fácil admitir que constituye un acuerdo,
Afirma que dondequiera se encuentra una un pacto, una unión o acto colectivo; pero
voluntad, ya sea adherida al ser corporal esta clasificación, asimismo, no alcanza a
o separada de él, nos encontrarnos en envolver sino su aspecto formal. Cuando
presencia de un sujeto de derecho; de tal es necesario profundizar su mecanismo
manera que, en la corporación, la voluntad interno, ella es insuficiente, y debía echar-
de los particulares que la componen, ma- se mano de las normas contractuales que
nifiesta acerca de los intereses comunes, pretende son adaptables a todas las rela-
de acuerdo con el estatuto corporativo, ciones que se derivan de un acuerdo, de
constituye el sujeto jurídico de la univer- una unión o de un pacto. Este error es
sitas. Esta teoría olvida, como bien se ha justamente el que viene a subsanar la
dicho, que hay necesidad de un elemento teoría de la institución. Todos sus elemen-
corporal y que, por otra parte, esa voluntad tos básicos se encuentran en la organiza-
abstracta y aislada, propuesta como prin- ción corporativa; ella se funda sobre tina
cipio explicativo de la personalidad social, idea de bien común cuyo desarrollo y
no se encuentra en el mundo. practicabilidad exige, con tactores coad-
Hasta cierto punto similar es la ten- yuvantes, la comunión integral de los su-
dencia de Gierke, el cual expresa: "Tan jetos conglutinados alrededor de esa idea,
luego como entre varios individuos se es- y el poder de autoridad que haga posible
tablece una comunidad de vida, sea con la cohesión y mantenimiento; porque el
intervención de su voluntad, según acon- día que aquella idea desaparece, caduca
tece en una corporación profesional, sea naturalmente la institución. Ello vendría
sin ella, que es lo que ocurre en una de- a demostrarnos que el elemento principal
terminada familia; y ora esta comunidad es la idea directriz, ya que sólo a 5su exis-
abrace la vida entera en todas sus energías tencia se aplican las restantes" ( I ).
y aspectos, al modo de la Nación, ora a Define Páez, como teoría de la institu-
un solo elemento y función de ella —una ción, aquella que comprende todos los as-
asociación industrial—; no bien existe un pectos parciales destacables de la vida de
fin común, más o menos permanente, y la asociación y son fácilmente explicables
una cooperación para dicho fin, nace al por esa tesis: "Está en pequeño su natu-
punto una personalidad real" (*»>. Coin- raleza- con el privilegio de su autonomía;
cidente es Giner de los Ríos, el cual apoya funcionarios, sus órganos; autoridad le-
también esta teoría. Dice este último: "La gítima, su poder de gobierno; ley positiva,
comunión de los individuos que forma —la sus preceptos estatutarios, etcétera, y todo
sociedad— va engendrando, mediante la ello reglado por un Derecho corporativo que
compenetración de sus diversos pensamien- abarca desde un Derecho constitucional
(50) Estudios y fragmentos sobre la teoría it
(49) La naturaleza de las asociaciones huma- la persona social, Madrid, 1899.
nas, pág. 72, Madrid, s/f. (51) Ob. cit,, pág. 109.
hasta un poder disciplinario propio, el más 13. Las corporaciones como sujetos
necesario para mantener incólume los tres de Derecho público
elementos fundamentales conocidos".
Páez se pliega, como se ve, al sistema Para evitar confusiones es necesario
institucional sostenido por Hauriou; esti- considerar el derecho de los sindicatos
ma éste que el concepto orgánico establece dentro de concepción absoluta impresa por
que la multiplicidad de los intereses hu- los regímenes corporativos y por la que se
manos coincidentes en el grupo —inte- revela en las legislaciones inspiradas to-
grado por un número de sujetos, siempre talmente en el principio de libertad de
extenso— no puede lograr satisfacción si sindicación. Establecer la misma norma
no es por una cooperación. para unos y otros sería incurrir en contra-
Si a la legislación civil (52), que concibe dicciones.
la sociedad como un contrato, oponemos el Las corporaciones, definidas por el Có-
espíritu típicamente social que anima a digo civil español en su artículo 35, son
las asociaciones profesionales, se substrae personas jurídicas de interés público reco-
de aquella fórmula individualista a los nocido por la ley. Esa caracterización, sin
sindicatos, cuya importancia resulta ma- ser exacta para las corporaciones gremia-
yor aún si se analizan como tales entidades les, corresponde, empero, a la distinción
profesionales con un fin determinado, fundamental que media entre las corpora-
visible, con proyecciones históricas. En la ciones simples y las asociaciones. La dife-
asociación no hay acreedor ni deudor: rencia estriba en que la personalidad de
todos los socios son, al mismo tiempo, las primeras procede de la ley: y las de las
acreedores y deudores. El concierto de vo- segundas, de los estatutos; unas son en
luntades que preside, conjuntamente, el absoluto producto de la ley; las otras, de
acto asociativo y el acto contractual diver- la voluntad de los integrantes. Esta tesis
ge por senderos opuestos: en un sentido se resulta, hasta cierto punto, falsa; pues
dirige a un fin donde todos los derechos tanto la corporación como la asociación
y deberes tienen una determinada armo- tienen en la mayoría de las legislaciones
nía; en otro, tanto unos como otros, de- su origen en la ley, por concederles ésta
rechos y deberes, tienden a una pugna por eficacia jurídica, y ambas proceden de !a
parte de cada uno de ios contratantes. voluntad humana, que es, en último ex-
Las teorías que hemos expuesto presen- tremo, la creadora de todas las relaciones
tan interés meramente teórico; ya que, jurídicas. En realidad, la corporación tien-
en realidad, se amalgaman en el campo de a realizar fines de orden general, que
del Derecho positivo. La ley, como norma, corresponden más bien a una determinada
comunidad; mientras la asociación cum-
va desechando su elección entre dichas teo- ple fines particulares en beneficio exclu-
rías e interviniendo de hecho regula la sivo de sus asociados.
existencia de las personas jurídicas, y, en Conforme a la Declaración VII de la
especial, la de las asociaciones profesiona- Carta del Lavara, el Estado italiano era
les, dados los amplios intereses que ellas un Estado corporativo. El Fuero del Tra-
encierran. Por otra parte, tal como defi- bajo de España declara personas de De-
namos la asociación en el acto de su Ini- recho público a los llamados sindicatos
ciación, como contrato, acto colectivo, verticales. De ahí, que en los países donde
acuerdo o unión, pacto estatutario o ins- se identifica el Estado con el sistema cor-
titución, tal será el carácter y naturaleza porativo, hay cierta uniformidad en la
del fenómeno corporativo: y así se aproxi- clasificación de Derecho público, que im-
mará a cualquiera de las teorías que par- pide toda distinción particular. Cuando
cialmente hemos enumerado, sin pretender, así ocurre, el Derecho corporativo parece
ni con mucho, haber agotado el tema, ni identificarse con el Derecho administrati-
siquiera haber concretado sus principales vo, constituir una misma cosa; la auto-
matices. nomía del uno desaparece al ser absorbido
(52) Hemos tenido- necesidad de basarnos y re- por el otro. Este sistema es el de los Es-
producir las teorías referentes a la persona Jurí- tados totalitarios, en los cuales, como dice
dica dentro de la técnica del Derecho civil. El Brandao Cavalcanti, se "confunde el indi-
Derecho laboral acepta una realidad: la existen- viduo con el propio Estado, y sólo puede
cia de las personas Jurídicas, y, sobre tal realidad,
construye el régimen de los sindicatos profesiona- considerárselo como una de sus partes, y
les. Eslias entidades son personas Jurídicas; pero constituyendo con él una unidad moral y,
en su desarrollo no se gobiernan sólo por los prin- política. Esta integración completa del in-
cipios del Derecho civil, sino por los del Derecho
d«l trabajo. Por esa razón hemos desarrollado pre- dividuo con el Estado es lo que se puede
viamente los caracteres de las personas Jurídicas llamar totalitarismo" (w).
en general, análisis orientado a través de la doc-
trina civilista. (53) Tratado de Direito administrativo, t. 1,
Estudiando la ley italiana, Balella se corporativo, "una entidad de Derecho pú-
pregunta: "Las asociaciones profesionales blico, que no es órgano del Estado; pero
reconocidas, ¿son entidades privadas de que, una vez reconocida por el Estado y
utilidad privada, o entidades privadas de funcionando bajo su dirección, contribuye
utilidad pública, o entidades públicas de a la consecución de los fines de interés
Derecho público? Parece indudable que general que el Estado se propone" ( 5e ).
se debe excluir, por razones obvias, la Esa tesis no es del todo exacta, y ha sido
primera hipótesis; la elección entre las contradicha tanto por Ranellettl (6?) como
otras dos depende del criterio que se adop- por Gottschalk ( 5 8 ); ya que la corporación
te para distinguir las personas jurídicas puede ser, de acuerdo con su estructura-
públicas de las privadas. Así, pues —si, ción en ei Derecho positivo, tanto órgano
como creemos, debe aceptarse el principio del Estado como persona jurídica del De-
según el cual personas públicas son aque- recho público. Entre ambas formas existe
llas que tienen derecho de saberania, o una distinción fundamental; las personas
potestad pública, o bien funciones de au- de Derecho público, conforme señala Ra-
toridad y de imperio, y que participan, por nelletti, no se confunden con los órganos
ley o por su intrínseca naturaleza, de la del Estado, por cuanto se hallan dotadas
soberanía y autoridad del Estado, según del poder de imperio propio, aunque sea
la teoría profesada principalmente por Je- derivado del Estado; poseen finalidades
llinek y seguida por los principales auto- propias, que también constituyen objetivos
res—, se debe concluir que nuestra ley ha del Estado; pero su actividad y sus actos
impreso a las asociaciones proíesionales el son propios, y no actos y actividades del
carácter de personas jurídicas de Derecho Estado. La corporación, que no asume ca-
público" («*). rácter de órgano estatal, constituye una
Para lograr mejor la distinción se ne- entidad paraestatal o, como se expresa mo-
cesita establecer que la corporación gre- dernamente, una entidad autárquica.
mial puede ser persona de Derecho público Ahora bien, si la corporación gremial
u órgano del Estado. En el primer caso, tiene poder de imperio, cabe observar que
tiene cierto poder de imperio, pero respon- su procedencia no puede ser otra que la
de a fines que le son propios. "El poder de delegación de facultades privativas efec-
imperio —como con acierto señala Gotts- tuada por el Estado. Una corporación no
chalk— encierra el derecho de dictar ór- nace con poder de imperio: sería absurdo
denes incondicionales, esto es: indepen- que sus creadores pretendieran, por el he-
dientes de la previa sumisión o aceptadas cho de aprobar sus estatutos, que los mis-
por el destinatario de estas órdenes, cuyo mos les confieren facultades, si éstas no
cumplimiento tiene como garantía la san- figuran previamente en la ley; el poder
ción coercitiva del Estado. El poder de de imperio es una concesión graciosa de
imperio no es otra cosa que el modo de los poderes públicos. Las corporaciones
actuar y de concretar el ordenamiento gremiales tienen evidentemente fines pro-
jurídico del Estado, de cuya unidad el ente pios que, hasta cierto punto, pueden coin-
de Derecho público forma parte integran- cidir con los estatales, sin confundirse unos
te" í55).,Siendo la corporación órgano del con otros. Ahí reside el error de creer que
Estado, su finalidad es la misma de éste; puede darse la existencia a un Estado cor-
ya que si el Estado requiere órganos para porativo, como si el fin del mismo pudiera
su desenvolvimiento, ellos formarán nece- ser una asociación gremial o los simples
sariamente parte integrante del poder pú- intereses de una categoría profesional.
blico, y su personalidad se confundirá con Cavalcanti de Carvalho estima que, tan-
la del Estado. to en el antiguo Derecho italiano como en
La corporación gremial, órgano del Es- el nuevo Derecho sindical brasileño, "el
tado, es difícil de concebir, porque tales reconocimiento por el Estado no confiere
entidades representan también intereses tan sólo plena capacidad jurídica, sino
particulares, los de cada uno de los in- que atribuye a la asociación el carácter de
tegrantes de la categoría profesional; y ente público, al investirla de una serle de
esos intereses, en un momento dado, pue- poderes jurídicos; poderes respecto a los
den resultar incompatibles con los gene- fines puramente sindicales y poderes rela-
rales del Estado. cionados con los intereses públicos" (").
Bortolotto indica que la asociación pro-
fesional representa, en el ordenamiento (66) Diritto corporativo, pág. 83. Milán, 1936.
(57) Instituzioni di Diritto publico, 7» ed,
pág. 88, 1942. pág. 526, Padua, 1940.
(54) Lecciones &e legislación del trabajo, pá- (58) Ob. cit., pág. 53.
gina 67, Madrid, 1933. (59) Direito social e corporativo, pág. 188, Ufe j
(55) Ob. cit., pág. 108. de Janeiro, 1941.
Pero, aun considerada en esa forma, la ras que se les deben vedar, porque en ellas
corporación gremial tendrá siempre una actúa, con entera libertad, la propia auto-
doble capacidad que es tanto de Derecho ridad del Estado representada por sus
público'como de Derecho privado: la pri- funcionarios.
mera se revela por la capacidad normativa, En esa organización gremial —con im-
procesal, tributaria, judicial, etcétera, que pulso estatal en la creación y freno ulte-
dentro del sistema italiano y brasileño se rior para su genuino desarrollo— se
le da a los sindicatos, al conferirles el invierte el origen espontáneo de los sin-
Estado cierto poder de imperium; 'la se- dicatos; y los elementos productores se
gunda se expresa por su capacidad patri- movilizan y estucturan más bien como
monial y contractual, que no podrá ser unidades militares, no cual factores profe-
nunca de Derecho público. sionales.
Cuando, como en el caso de las concep-
ciones que hemos resumido, lo que se Capítulo IV
plantea consiste en el valor supremo de los LIBERTAD DE ASOCIACIÓN
intereses del Estado; cuando la doctrina
imperante es absolutista, en el sentido de 14. Tendencia natural a la aso-
no reconocer más prerrogativas que aque- ciación
llas que demandan los intereses públicos;
cuando surge unilateralmente una norma Ya Aristóteles señaló que "es el hombre
que no puede ser contradicha; cuando se ser sociable por naturaleza; lo es más que
establecen principios que anteceden a la la abeja y que todos los otros animales
doctrina y que ésta debe necesariamente que viven agrupados. La vida social es un
justificar, no resulta posible la discusión; imperioso mandato de la naturaleza. El
porque la polémica exige un margen de primero que fundó una asociación política
libertad, desconocida en las situaciones en hizo a la humanidad el mayor de los be-
que el Estado, ególatramente, por medio neficios; porque si el hombre, perfeccio-
de sus órganos representativos, establece, nado por la sociedad, es el primero de los
sin posible contradicción, principios que animales, es también el último cuando
son para su uso propio, y los cuales, pese vive sin leyes y sin justicia" (6°). La so-
a adulterar las normas invariables fijadas ciabilidad del hombre representa la soli-
por la doctrina, tienen la fuerza coactiva daridad entre los seres humanos, que cons-
que el poder, que la autoridad, que el mando tituye móvil principal de toda sociedad
dan. Esa es, con otras palabras, la vieja humana y así, en todos los tiempos,
tesis alemana e italiana; conciben tanto al los Individuos se han agrupado con un
patrono como al obrero como "soldados al fin: inicialmente esa solidaridad tenía
servicio de la comunidad"; y, por ende, se por principal objetivo la conservación y
establece, en todos los casos, la suprema- la defensa, después surgió la coopera-
cía del interés público sobre el privado, ción («i). Con Ihering («2), podemos se-
sin posible polémica. Llevan así las cosas ñalar que ciertos fines no podrían alcan-
a extremo tal, que la tiranía de la norma zarse con los esfuerzos aislados de los
se hace patente; y la conducta individual, individuos y que exigen, Imperiosamente,
que debe ser espontánea, resulta dirigida,- el concurso de varios. Aislados, los indivi-
Impuesta coercitivamente, sin posible reac- duos no podrán obtener esas mejoras que
ción. En situación tal, poco queda que ha- les son necesarias, y que se hacen más
cer en lo referente a la clasificación del sensibles conforme la aglutinación natural
Derecho corporativo en las ramas tradi- de grandes empresas y de capitales posi-
cionales en que se divide el Derecho; pues bilita la formación de un frente único
no resulta posible concebir la existencia natural. Situación tal obliga a crear aso-
de un Derecho público y otro privado, uno ciaciones donde los empeños mancomuna-
subordinado al otro, sin emancipación po- dos de sus miembros permiten obtener,
sible, sin prerrogativas propias, sin valor sumadas en ellas diversas voluntades, una
alguno contractual. Así sobran, exacta- fuerza tan poderosa como la que se le
mente, todas las tesis construidas que enfrenta.
parten de una base errónea; un Derecho La necesidad de asociarse se torna más
privado, en total supeditación a los órga- vehemente en el hombre "cuando se trata
nos del Estado, no es tal Derecho privado. de Individuos ligados por la solidaridad de
Y eso tiene enorme importancia; pues si
los entes no son autónomos, sino al ser- (60) política, lib, 1, cap. 1.
vicio más de una doctrina política que del pág.(61) Cfr. Amadeo, ¿os sindicatos •procesionales,
21, Bs. Aires, 1922.
Estado, carecen de esfera de acción pro- (62) El Un en el Derecho, pág 107, Bs. Ai-
pia, reservada; sólo pueden subsistir esfe- res, 194S.
clase y de oficio"; por esa causa, "las desembozada, en todos los problemas po-
prohibiciones legales no han tenido, ge- líticos planteados en la Europa de la post-
neralmente, otro efecto que obligar & las guerra, y su voz se deja oír, si no con
asociaciones que se forman a permanecer carácter oficial, por lo menos con carácter
secretas y a transformar en una actitud autorizadamente oficioso, en las grandes
delictuosaG 3una actividad que debió ser fe- asambleas internacionales, en las que se
cunda" ( ); asi también "los que ejercen gesta Bel nuevo estatuto político del mun-
el mismo oficio tienen necesidad de aso- do" ( «).
ciarse para estudiar las cuestiones concer- Todo tiende a que la asociación sea libre
nientes al ejercicio de su profesión, defen- y no impuesta por la ley. De esa manera,
der los intereses comunes y lograr que como señala Sbarbaro, el individuo encuen-
prevalezcan sus reivindicaciones cerca de tra en su seno nuevas razones de dignidad
los poderes públicos" ( e *). y nuevos auxilios para el incremento de
A esta tendencia natural a la asociación la propia espontaneidad, "no el sepulcro
se opone el liberalismo puro, el cual al- de su nativa autonomía" («'O. Por eso, la
canza su pleno desarrollo desde finales del libertad de asociación no puede trocarse
siglo xvni a mediados del XDC. Ya a prin- en obligación coercitiva. XJnsain declara
cipios de nuestra centuria y en forma que "la asociación es todo lo contrario de
titubeante se inician las primeras leyes de una obligación, ya que hasta el presente
carácter intervencionista, pero no consi- no aparece consagrada sino como derecho.
guen amplio desenvolvimiento hasta dictar- El derecho a la libertad que un obrero
se aquellas disposiciones por la cuales el tiene a asociarse es tan digno de respeto
Estado intervenía en forma efectiva en las como la libertad o el derecho que un obre-
relaciones contractuales entre patronos y ro tiene a no asociarse; y tan injustas se-
obreros, tendientes a suprimir la ley de rían las trabas que al primero se impusie-
oferta y de la demanda en el trabajo, ran como la obligación que se decretase
base principal del proceso económico libe- para el segundo" (««).
ral del siglo xix. Junto a tal evolución apa- Ese concepto que nos lleva a la asocia-
rece el fenómeno sindical; éste, como ción libre, como organización espontánea,
señala Balella, ha "dado hace tiempo el se rige por principios que están en la ley
más rotundo mentís a la teoría proclama- natural; constituye, pues, un derecho in-
da y actuada por la Revolución francesa, nato, por encontrarse en la misma natu-
según la cual, como se decía en la exposi- raleza del hombre. Por razón tal no cabe
ción de motivos de la ley Chapelier, en el concebir la libertad individual sin la de
Estado no existen sino el interés parti- trabajo; y esta última, sin la libertad de
cular de cada individuo y el interés gene- asociación.
ral; y, por tanto, no debe permitirse a Pero antes de llegar a la situación esbo-
nadie inspirar a los ciudadanos un interés zada ha habido, en el propósito de defen-
intermedio, y separarlos de la cosa pública der a los más débiles, tremendos errores.
con un espíritu de corporación ( 65 ). Uno de ellos ha sido, sin duda, la ilimitada
Para concretarse como realidad social y libertad de trabajo; otro, la abolición ab-
jurídica al mismo tiempo ese hecho sin- soluta de las asociaciones profesionales,
dical, ha exigido un principio de libertad por el temor de que significaran la vuelta
y una consideración especial por parte del a los antiguos privilegios. En ese sentido,
legislador. Su fijación ha sido desarrolla- al juzgar la ley Chapelier, ha podido decir
da en apretada síntesis por Gallart, al ex- Renard: "Era la reacción absoluta, exce-
presar: "Después de poco más de un siglo siva, impracticable, contra la asociación
de vida, el sindicato profesional obrero, profesional; era, bajo el nombre falaz de
institución que apareciera de una manera libertad de trabajo, el aislamiento obliga-
espontánea, como concreción de clandes- torio como consecuencia del abandono del
tinas rebeldías proletarias, y cuyos prime- débil a la merced del fuerte, del pobre a
ros resultados positivos se redujeron a la merced del rico; era el individualismo
hacer triunfar, apenas parcialmente, mo- desnudo y sin armas colocado 8frente a
destas reivindicaciones sobre condiciones frente del Individuo armado" (« ).
de trabajo, interviene hoy, de una manera
(66) "El sindicato ptoreslonal y sus proyec-
ciones en el Derecho público", en rev. Derecho it\
(63) Soelle, Le Droit ouvrier, páe. 48, París, Trabajo, t. 5, n» 7, págs. 321 y sigs.
19^2. (67) Filosofía de la riqueza, pág. 315.
(64) Capltant y Cuche, Cauro de législation (68) Legislación del trabajo, t. 2, pág. 198
industrielle, 2» ed., pág. 94, París, 1921. Bs. Aires, 1925-26.
(65) Lecciones de legislación del trabajo, pa- (69) Sindicatos, "Trades Unions" y eorporodo-
gina 68, Madrid, 1933. nes, Madrid, 1916.
15. El derecho de reunión y la ten reunidos La naturaleza jurídica de la
libertad de asociación reunión y de la asociación difieren: la pri-
mera es un hecho que no constituye víncu-
La unión de los esfuerzos de varias per- los jurídicos; la segunda da origen a
sonas para un fin común integra la figura relaciones jurídicas, y tiene una persona-
de la asociación; constituye, como señala lidad y categoría distinta de la de los
Antoine C°), una aproximación de intere- miembros que la componen.
ses que tiene diversos grados. Dentro de
la legislación se distinguen cuatro: a) la 16. Libertades de coalición, trabajo
reunión, consistente en el hecho de en- y asociación
contrarse personas en el mismo sitio, ilus-
trándose o deliberando sobre sus intereses. La coalición no debe confundirse con la
La conversación colectiva puede bastar asociación; ya que, como señala Pie, las
para constituir la reunión; 6) la coalición, asociaciones obreras o patronales tienen,
que es, según Antoine, la acción colectiva un carácter durable y permanente que
decretada por personas del oficio, para falta a la coalición agrupamiento momen-
obrar de concierto en una ocasión deter- táneo, llamado a disolverse en vista del
minada. Según del Diccionario de la Aca- resultado obtenido, que se juzga satisfac-
demia Española, coligarse equivale a unirse, torio o se reconoce, a la inversa, como
a confederarse unos con otros para algún inaccesible. A veces, la una nace de la otra.
fin; c) la asociación, que constituye, en La asociación permanente forma la coa-
este caso, una organización colectiva re- lición; y ésta, a su vez, se transforma,
sultante de un contrato formal que agrupa después de la lucha, en un grupo perma-
a las personas para deliberar y obrar de nente o da origen a un sindicato disiden-
manera continua en esfera determinada te ("). Por otra parte, como igualmente
de intereses; d) la sociedad, que integra observa Pie, si los trabajadores pueden
una especie de asociación, caracterizada luchar eficazmente con objeto de mante-
porque los asociados ponen valores en co- ner y aumentar sus salarios, y están inves-
mún y persiguen un provecho pecunia- tidos del derecho de coligarse, con más
rio. razón es necesario concederles el derecho
Sin reiterar el examen ya efectuado de constituirse en grupos permanentes,
acerca de la naturaleza jurídica de la destinados a la defensa de sus intereses
asociación y de la sociedad conviene, an- comunes. El derecho de coalición crea,
tes de proseguir, establecer las diferencias lógicamente, el derecho de asociación (?2).
y analogías entre el derecho de reunión y La libertad de trabajo consiste en el de-
de asociación, y ello por estimarse que la recho a exigir del Estado el reconocimiento
libertad sindical posee su base en el dere- de la facultad de elegir, aprender y ejerci-
cho de reunión. Hay distinciones muy es- tar, sin coacciones, la profesión o industria
pecíficas entre la asociación y la reunión: que cada cual estime preferible; la liber-
a) en cuanto que la segunda no implica, tad de sindicación es el derecho que se
como la primera, relaciones de derecho tiene a reunirse y organizarse para la de-
entre sus miembros; b) porque la reunión fensa o logro de aquellos intereses y obje-
supone la confluencia de actividades para tivos comunes a la colectividad. Ambas
un fin momentáneo, mientras que el ob- libertades tienen su origen, como hemos
jetivo es permanente en la asociación. Por dicho, en la libertad individual; y también,
otra parte, la asociación es estable^ mien- como expresa Miceli, en su Diritto Costitu-
tras la reunión presenta carácter transi7 zionale, en el propio interés de conviven-
torio. La organización tiende en la asocia- cia.
ción al cumplimiento de un fin; en la 17. LIBERTAD DE ASOCIACIÓN
reunión, el fin queda, como norma, cum-
plido con la realización de la misma. La Se pretende reconocer la más completa
reunión no constituye otra cosa que una libertad de asociación, la cual tiende a
manifestación de voluntad; la asociación que las personas sociales no encuentren,
se propone la realización de esa voluntad. al formarse, traba alguna. Nadie debe ser
La reunión posee una existencia de hecho, impelido a formar parte, contra su volun-
tad, de un sindicato; pues nos encontra-
ilslble y concreta; la asociación configura ríamos con que un derecho se convierte
una comunidad distinta al hombre aislado, en un deber. Lo mismo que nadie puede
m existencia es ideal y subsiste su perso- ser forzado a ingresar en una asociación,
nalidad aun cuando sus miembros no es-
(71) Traite élémentiiire d¿ législation indus-
(70) Curso de economía social, t. 2, pág. 63, trielle, 5i «d., pég. 16C, París, 1922.
Ibdrld, s/í. (72) Ob. clt., pág. 166.
el Individuo es libre para separarse de 18. La asociación libre y la aso-
los sindicatos. "La libertad de no asociar- ciación compulsiva
se —ha dicho Páez— es parte integrante
de la libertad de asociación. No es posible, Las diversas modalidades de la asocia-
en su nombre, crear obligaciones coerci- ción, en sus tipos esenciales, se circuns-
tivas. Ella presupone en los individuos un criben a tres etapas. Conforme enseña
derecho subjetivo, pero no es un deber; ya Figuerola, son: la sindical, la del sindicato
que, si así fuera, se pervertiría su concep- obligatorio impuesto por la coacción y la
to... El asociacionismo compulsivo es la violencia de los trabajadores y la del
negación de la libertad; así como el dere- sindicato obligatorio impuesto por el Es-
cho de asociación significa la consagra- tado (7«). Esas tres fases, en realidad, co-
ción universal de la libertad' indivi- rresponden a la época actual, y se yuxta-
dual" ("). ponen en forma tal que resulta difícil
establecerlas en orden cronológico.
Evidentemente, como se ha afirmado, la Tales situaciones, sobre la libertad sin-
libertad de trabajo sin la de asociación dical, se reducen a dos tesis diametralmen-
sería incompleta, desprovista de sentido. te opuestas; una, consiste en la de la aso-
El trabajador aislado queda a merced del ciación libre, que, a su vez, puede ser
más fuerte; y su libertad, por más que particular u oficial; otra, la de la asocia-
se proclame enfáticamente, resulta nula, ción obligatoria, que también se manifiesta
Incierta, falsa. El Individualismo obrero, como particular u oficial, según que pro-
frente a la coalición natural de fuerzas, ceda de la voluntad coincidente de los
de medios, de relaciones del capital, no individuos o de la imposición de éstos so-
constituiría otra cosa que la negación de bre quienes no han prestado su consenti-
toda libertad. Prueba de ello es el inter- miento a la afiliación, o lograda coactiva-
vencionismo estatal en materia de trabajo, mente por los podres públicos, sin necesidad
equivalente a la confesión inequívoca de de consentimiento alguno.
que el sistema de libertad de trabajo, en Por otra parte, tal como indica Antoine,
el individualismo histórico, es perjudicial, el derecho de asociación, como todos los
al menos para la clase trabajadora. derechos, tiene sus límites. Provienen: a)
Dice acertadamente Páez que, "sin la de su propio fin; nadie puede, en efecto,
libertad de asociación, la fórmula exacta tener derecho a asociarse para fines con-
del convenio de trabajo y de la locación de trarios a la naturaleza de los hombres y,
servicios estaría aún por encontrarse; por- por consecuencia, a la ley moral; b) de
que el problema consiste en unir a los derechos superiores, de conformidad con
contratantes de otro modo que por los el principio de la colisión de derechos. Así,
vínculos de sus intereses, siempre necesa- no cabe legitimar una asociación particu-
riamente contrarios... La realización del lar opuesta al bien común del cuerpo so-
principio de solidaridad, su traducción en cial, de donde deriva el poder del Estado
reglas de Derecho, no se podrá imponer de vigilancia sobre las asociaciones (").
jamás a golpes de decretos, y no puede Dos principios, como ya señalamos, se
resultar más que del esfuerzo continuo de disputan su hegemonía; el de la asociación
las asociaciones libres" ( T4 ). libre (libertad de asociación) y el de la
De la libertad de asociación surge la asociación obligatoria (asociación compul-
multiplicidad sindical; la cual, según Ga- siva). En relación con esos dos principios
llaft, obtiene plena justificación; pues puede dividirse la legislación positiva en
"desde el momento en que los sindicatos dos granues grupos: a) aquellos países en
no son puramente profesionales, no pueden los que la libertad sindical se desarrolla
exigir la adhesión unánime de los obreros sin Ingerencias del poder público, como
de la profesión. La diversificación parti- ocurre, en Inglaterra y los Estados Unida
dista de los sindicatos, tanto por lo que de América; 6) aquellos en los cuales el
se refiere a las técnicas a emplear, como Estado vigila la actividad sindical, regulán-
al contenido de ideario que los inspira, dola a su antojo u orientándola en su be-
lleva consigo, dentro de un ambiente de neficio.
convivencia, el derecho para el obrero de 19. Limitación de la libertad sindical
libre elección entre los diversos credos sin-
dicales" ("). En el terreno de las realizaciones prác-
ticas, la libertad de sindicación, concebida
(73) El derecho de las asociaciones, pág. 22, como un derecho absoluto, ha provocado
Bs. Aires, .1940.
(74) Ob. cit., pág. 21. (76) La colaboración social en Hispanoamérica,
(75) Las convendor.es colectivas, Barcelona, Bs. Aires, 1943, pág. 11.
1932, pág. 131. (77) Ob. clt., t. 2, pag. 57.
consecuencias, algunas de ellas tan graves, surge la posibilidad de que estas entidades
que ha llevado a muchos a sostener la se constituyan libremente, siempre que los
necesidad imperiosa de limitar esa libertad fines perseguidos sean lícitos. La libertad
restringiéndola a adecuados cauces. Ese de asociación, como ya hemos dicho, es el
concepto de libertad ha provocado la lla- corolario obligado de la libertad de tra-
mada tiranía sindical; mediante ella, un bajo. Aquélla tiene un límite, y es el orden
corto número puede ejercer su despotis- público, el cual aparece donde el interés
mo sobre una mayoría no solidarizada ni de la sociedad está por encima del de los
unida. particulares. Dicho orden público impone
una serie de restricciones que modifican
20, Limitaciones por razón de orden los diversos conceptos mantenidos acerca
público de! Derecho, de la moral y de las buenas
costumbres en relación con el factor tiem-
Son pocos los que consideran hoy la li- po. La unión de fabricantes de artículos
bertad de asociación como ilimitada; pues de primera necesidad, para dictar un pre-
hay determinadas normas de orden gene- cio uniforme al consumidor, pudo ser le-
ral que regulan y amparan la eficacia de gitimar, pero no lo es si este precio significa
este derecho. La libertad de asociación se monopolio. Igual cosa ocurre cuando la
convertiría bien pronto en libertinaje si finalidad de la asociación lleva a fijar
no existiera la vigilancia del Estado; lo condiciones de trabajo que, por lo onero-
cual no significa admitir ciertas restric- sas para los trabajadores, resultan insos-
ciones que adulteran y anulan esa libertad. tenibles. Todas las situaciones extremas
Como señala Werner Sombart, hay dos son perjudiciales, y es más grave, mucho
clases de protección obrera: "sobre el pa- más peligroso, un poderoso sindicato crean-
pel y práctica"; y así la libertad de aso- do leyes para los consumidores o para los
ciación, admitida en teoría, viene a re- trabajadores, sin otra razón que su propio
sultar, por las restricciones impuestas, arbitrio y su personal egoísmo, que la res-
nula prácticamente. tricción a la libertad sindical; esta última
En nombre del orden publico vienen li- puede degenerar en opresión y producir,
mitándose derechos que aparecen registra- como consecuencia, ese malestar general
dos en los textos constitucionales, pero sin que las dictaduras de clase llevan consigo
conseguir realización. Este cacareado orden aparejadas. En ese sentido, el legislador
público, para cuya salvaguardia se han debe tratar de buscar el plano de igualdad
cometido tantos atropellos y se han lega- entre las partes; y, para conseguirlo, al
lizado tantas arbitrariedades, se esgrime mismo tiempo que la declaración previa
como motivo principal para atacar el aso- y formal del derecho de libre asociación,
clacionismo; sin tener en cuenta que el se requiere la fiscalización por parte de
orden no puede basarse en la imposición los organismos estatales. En todo caso,
unilateral de tin sistema, y que la fuerza éstos deben examinar si los móviles per-
empleada para tal fin revierte en defini- seguidos por los asociados son efectiva-
tiva contra aquellos mismos que la utili- mente los establecidos en los estatutos del
zan. El espíritu alcanza cierto grado de sindicato; y si no han de crear, en su pleno
tensión que deshace y destruye cuanto desarrollo, situaciones contrarias a esta
encuentra a su paso, si un dique contiene concepción, amplia y equitativa, del orden
esa expansión natural y espontánea. Por público. Como señala Bry, "si la asociación
más que se quiera decir que el orden pú- resulta útil para multiplicar las fuerzas
blico exige atemperar la libertad con la aisladas y si la actitud organizadora cons-
fiscalización, aunque se sostenga que el tituye un signo de civilización, es con la
Estado, como ente superior, ya vela por condición de respetar la libertad indivi-
los intereses particulares, lo evidente, lo dual y de no convertirse en un instru-
comprobado, es que la libertad de asocia- mento de monopolio o de opresión" (").
ción contiene en sí el resorte dinámico del
progreso, y que solamente al restringirla 21. Renovación de la tendencia
ge convierte en una fuerza dlsgregadora y corporativa
nefanda.
Una necesidad impone a los trabajado- Para resolver el problema, al que ne-
res la unión de sus fuerzas con el objeto cesariamente lleva la libertad de sindica-
de, en bloque, conseguir condiciones labo- ción, han surgido varios sistemas tendien-
rales mejores; pues con tal proceder cabe tes a organizar el trabajo; en ese sentido,
obtenerlas en plano de igualdad en rela- la corporación resurge, pero en forma le-
ción con los patronos. Y como derivación (78) Les lois du travatl industriel et de la
del principio de libertad de asociación, prévoyance sacíale, París. 1921, pig. 554.
gal, con personalidad propia y distinta. do de desenvolvimietno de la convivencia
La pregunta que muchos se han formulado Estos grupos, puede decirse, dan fe de la
es: ¿resultaría hoy posible y conveniente existencia del Estado; porque él mismo le
el restablecimiento de los gremios de ar- debe su razón de ser y su existencia a la
tes y oficios? Tal interrogante ha sido asociación. Aún más, el Estado es orgánico
contestado en forma diversa, si bien, por y perfectible si estos grupos tienen li-
lo general, se admite que la organización bertad para crearse y desenvolverse y, en
corporativa de la Edad Media evitó los caso contrario, es atómico y tiende a la
inconvenientes de la libre competencia, disgregación, si faltan aquellos elementos
asoma la discrepancia de las opiniones en de cohesión, verdaderos cartílagos de toda
el punto concreto de si la institución an- sociedad política bien constituida". Esa
taño fecunda podría serlo asimismo en la tesis, que encuadra la sugestión aparente
actualidad. Como se ha dicho con acierto, del sistema corporativo, tan desarrollado
se torna obligado reconocer que hasta los en los últimos años se basa en una reali-
espíritus más tradicionalistas convienen dad: la existencia de la categoría profe-
en que resucitar los gremios en su antigua sional, aspecto independiente en absoluto
organización, sin introducir grandes mo- del sindicato obligatorio, pero sí muy rela-
dificaciones, sería hoy anacronismo. Pero cionado con la renovación de la tendencia
tal tesis no la comparte, ni mucho menos, corporativa.
la doctrina. Ya a finales del siglo pasado,
en un informe de Ducarre sobre las con- 22. Tendencia al monopolio sindical
diciones del trabajo, se expresaba: "Todos
los remedios propuestos conducen a esta Contrariando el sistema de libertad ab-
conclusión: reducir o suprimir la libertad soluta de sindicación, Paul Bureau se
individual de trabajo y reemplazarla por formula en los siguientes términos: "Sin
colectividades, asociaciones y sindicatos duda, los asalariados, con los que luchan
encargados de vigilar los intereses de cada los sindicatos poderosos, no están reduci-
profesión. Esto es, en una palabra, el re- dos a esta miserable situación, y porque,
torno al régimen de las corporaciones de al lado de ellos, los hombres, a costa de
oficio,..." Hitze, jefe que fue del Partido mil esfuerzos, algunas veces heroicos y,
Católico Social del Reichstag, decía: "La en todo caso, a costa de serios sacrificios
solución de la cuestión social está en la pecuniarios, se han agrupado para obtener
organización social de las profesiones. Los una tasa más elevada de su salario, los no
gremios eran, en la Edad Media, vehdade- sindicados se benefician como los otros, y
ras organizaciones sociales. Ahora, el úni- les es lícito alardear de su independencia
co modo de poner un freno a los abusos e invocar la libertad de trabajo. Pero ese
del capital y a los males del maqumismo sofisma es evidente, y sólo manifiesta
es hacer que los progresos de la produc- que se decora aqui con el nombre de li-
ción aprovechen a todos. Es inútil desear bertad lo que no es realmente más que
las corporaciones libres. Una corporación egoísmo y deslealtad. A mayor abunda-
libre es un cuchillo sin filo, con el cual miento, y si se quiere, contra toda eviden-
no se puede asestar un golpe serio contra cia, conceder algún valor a ese argumento
la dominación del capital; toda la re- de la libertad, debe reconocerse a los sin-
glamentación admite el constreñimiento: dicatos un derecho igual para invocar esta
quien dice obligación, dice constreñimien- libertad" (™).
to. Organización social de los Estados;, he Son los llamados males de la libertad,
aquí la solución de la cuestión social". males sólo curables con la libertad, no
como sistema que preconiza la inacción del
Por su parte, Miceli conceptúa que el Estado, sino como propósito de educar la
ejercicio de la libertad de asociación, sensibilidad colectiva, adecuándola a las
como facultad, se apoya en un doble fun- posibilidades que el sistema sindical lleva
damento: de un lado, la libertad indivi- consigo. Es en esa forma cómo Waldeck
dual; de otro, el interés de la convivencia. Rousseau declaraba, al discutirse la ley
"Si todo hombre tiene el derecho de dis- que defendía la libertad de sindicarse:
poner de su actividad del modo que mejor "El derecho de un solo obrero que no quie-
le parezca, bien se comprende que pueda re sindicarse es igual al derecho de diez
unirse a los demás para la realización de mil obreros que quieren sindicarse". Era la
todos los fines de la vida humana. Pero la expresión definida del significado y con-
sociedad no se compone únicamente de tenido de la libertad de asociación, o me-
individuos, se compone también de grupos, jor dicho, del derecho de asociación.
más o menos extensos, que tienden a la El sistema monopolizador no es propio
realización de uno y otro fin, y que son
en mayor número cuanto mayor es el gra- (79) Ob. Cit., g. 21.
de las asociaciones aisladas, sino que se ditarla en los hechos, sin permitir que de
eleva a las federaciones, confederaciones la libertad se abuse por parte de quienes
e internacionales. Así se suscita una lucha pretenden tener adquirido el supuesto mo-
permanente, de resultados estériles, don- nopolio de la misma (80).
de la fuerza de organización, de combate Esta tendencia a ejercer el monopolio
y de disciplina se agota sin finalidad al- de la categoría respectiva lleva a las or-
guna en pugnas constantes entre las di- ganizaciones, como bien se ha dicho, a
versas entidades nacidas de la libertad de hacer imposible la actividad de las em-
sindicación, y que son como su natural presas industriales o comerciales no afi-
consecuencia. Por tal causa tenemos que liadas; y, también, "algunos sindicatos
enfrentarnos con el régimen monopollza- obreros se proponen negar o reducir no-
dor y deducir diversos corolarios: el pri- tablemente, más o menos abiertamente,
mero, la justicia evidente del postulado las posibilidades de empleo a los trabaja-
que exige de la masa obrera, para la rea- dores que no se adhieren a los mis-
lización de sus fines, el constituir unidad; mos" (si).
exigencia que destruye, por entero, la li-
bertad de no asociarse. Esta pugna entre 23, La sindicación obligatoria
libertad y exigencia compulsiva resulta Para obviar los males a que conduce la
más aparente que real: la exigencia mo- libertad de asociación sin límite, se pro-
nopolizadora es viable cuando se formula pone reducir la misma, o sustituirla por el
en el sentido de requerir que la masa tra- sindicato obligatorio. Empero, a finales
bajadora sea representada unida, sin per- del siglo pasado y comienzos del presen-
mitir escisiones en la misma, por demás te, el Derecho penal positivo ha sanciona-
ventajosas para la clase patronal; es in- do, como delito contra la libertad, la coac-
justa, arbitraria e Inoportuna cuando pre- ción ejercida para obligar a un trabajador
tende establecer, por medio de un sindi- o a un patrono a ingresar en una entidad
cato, el dominio absoluto de la profesión sindical o para dejar de pertenecer a ella.
o de la clase trabajadora, sin permitir la Pero en la actualidad, y principalmente
existencia de otros sindicatos ni la de los en la tercera década del corriente siglo,
obreros libres, esto es, no sindicados. Tal se Inaugura un nuevo sistema, tan extre-
situación repugna al sentimiento de liber- mista como las ideas que le sirvieron de
tad, inmanente en la clase trabajadora y origen; por obra del mismo, esa libertad
que debe serlo en la patronal igualmente. desaparece para convertir al individuo en
En algunos aspectos, el criterio de los unidad dentro de la masa, a la cual, sí, se
Integrantes de la categoría profesional se le conceden derechos, pero basados en la
revela semejante, mientras que en otros más absoluta supeditación al régimen po-
aparecen pugnas y antagonismos imposi- lítico imperante.
bles de unificar en iguales opiniones: mó- El sindicato profesional obligatorio ha
dulo común de clase son las ventajas sido defendido con múltiples argumentos.
Inherentes a los propios intereses profe-
sionales. En los problemas referentes a ese
módulo común puede considerarse a la (80) He aquí un curioso caso que menciona
clase trabajadora formando unidad, repre- Bureau (ob. clt., pág. 308): Un obrero había aban-
donado el sindicato a que pertenecía. Trabajaba
sentada por uno o varios sindicatos y por por otra parte, un número normal de horas, y por
la masa no adherida a ninguno. Resultan el precio de costumbre. El sindicato lo sometió
inadmisibles, en tal supuesto, diferencia- a Interdicción y manifestó a los patronos la for-
mal prohibición de contratarle, bajo pena de
ciones en la manera de enfocar los desalojar los talleras. Como la Inmensa mayoría
problemas cuando son consecuencia de de los obreros de la profesión pertenecía al sindi-
necesidades comunes; como no puede acep- cato, se encontró con todas las puertas de las fá-
tarse la libertad contractual absoluta en bricas cerradas para él; ningún patrono se exponía
a afrontar una huelga, que sólo hubiera servido
materia laboral. Pero cuando los proble- para atestiguar la omnipotencia de los sindicatos.
mas son de otro orden, cuando la diver- El obrero demandó al sindicato daños y perjui-
gencia de opinión existe de hecho y está cios: un fallo del Tribunal de Bourgin, del 11 de
enero tíe 1890, y una sentencia de la Corte de
respaldada por un derecho, no cabe man- Grenoble, del 23 de octubre siguiente, absolvieron
tener el principio monopolizador, debe al sindicato; pero el Tribunal de Casación le con-
hacerse efectiva la libertad de sindicación, denó e hizo triunfar al obrero reclamante. El
de acuerdo con la ley que ha de garanti- Tribunal Supremo consideró que el art. 7» de
la ley de 1884 reconocía a todo miembro de un
zarla, por considerar que la libertad no sindicato el derecho de retirarse y que el ejer-
es sólo una palabra, sino un contenido. cicio de ese derecho resultaría ilusorio si su uso
Por ello no resulta necesario, como se se encontrara expuesto al "boicot" pronunciado
efectúa, pregonar tanto la existencia de por sus antiguos coasociados.
(81) "Nota sobre fallo", en rev. Derecho del
la libertad en materia sindical, sino acre- Trabajo, t. 5, págs. 549 y slgs.
Se dice de él que libra de las violencias y ciaüsta. El sindicato oficial, privado de la
coacciones que la multiplicidad de aso- adhesión popular, sería un instrumento
ciaciones obreras y patronales crea; que, inútil" ( 83 ),
en esa forma, el proletariado constituye En esta polémica entre la asociación li-
unidad y consigue mayor fortaleza; que, bre y la asociación obligatoria se olvidan
el sindicato único obligatorio representa !os factores que influyen en el problema
los intereses de clase que están por enci- y no se ve sino la fase política, aquella
ma de los intereses de los individuos ais- que ha desviado precisamente la solución
lados. Se afirma, por otra parte, que el y la que enturbia la visión de conjunto.
fin perseguido con la asociación obliga- Esa misma confusión se plantea al exa-
toria consiste en dar mayor unidad a la minar la tesis del sindicato obligatorio y
masa trabajadora. Los que opinan así ar- la del sindicato único. Al parecer, son
gumentan de la siguiente forma: a) existe ideas gemelas; pero, en realidad, se diver-
una mayoría de obreros no agremiados que sifica uno de otro porque el primero su-
resta fuerza al conjunto; b) la huelga, prime la übertad sindical; mientras que,
como expresión colectiva de mejoramien- en el segundo caso, la representación de
to, fracasa por falta de unanimidad entre clase se obtiene por una sola asociación,
los obreros, cuando no dependen de un mas dejando a los individuos en libertad
centro o sindicato las decisiones predomi- para incorporarse o no a ella. Esas dife-
nantes en los obreros de la empresa o rencias, prácticamente, no son sensibles,
profesión interesada. por cuanto el sindicato único suele per-
Argumentando en contra de la sindica- seguir un monopolio en su acción, privan-
ción obligatoria, Sorel señala que "el sin- do al obrero no afiliado dft medios de vida,
dicato obligatorio es la destrucción de to- al negarle la posibilidad de encontrar
do lo que tiene de socialista la institución trabajo; pues como exigencia se impone
sindical, fundada en la libre asociación contar con el "carnet" sindical, requisito
de individuos que. persiguen fines prácti- que, ante razones perentorias, se ven obli-
cos, próximos y razonables. Un sindicato gados a aceptar los patronos.
obligatorio es un contrasentido". Y el pro- A cuanto se ha expresado puede agre-
fesor Despontin declara: "Doctrinalmente, garse que la sindicación obligatoria anula
la sindicación obligatoria significa la anu- la libertad y crea una obligación destina-
lación del principio de libertad, por un da, generalmente, a asentar regímenes de
lado; y, por otro, que la potestad legisla- predominio. El derecho de asociación re-
tiva es reemplazada por la sindical, que clama, para ser tal, una libertad que re-
Impone su voluntad como expresión colec- chaza el establecer el sindicato obligatorio
tiva, no consultando o manifestando la oficial; pues equivale a negar práctica-
realidad de la opinión de sus componen- mente ese derecho de asociación. Si el
tes" (82) . obrero o el patrono es libre de sindicarse,
Gallart Folch se proclama contrario a la lo es totalmente; porque aquí no caben
sindicación obligatoria al decir: "A la luz términos medios. El derecho de asociación
de un criterio meramente racionalista, significa que tanto obreros como patronos
prescindiendo en absoluto de considera- puedan crear sus propias organizaciones,
ciones de vitalismo social, indudablemente darles vida, regirlas, reglamentar su efi-
el sindicato oficial obligatorio presenta una cacia, proveer a su sostenimiento; todo
enorme superioridad sobre el sindicato es- ello dentro de los límites legales absolu-
pontáneo. El sindicato oficia; estaría inte- tamente indispensables para el manteni-
grado por todos los trabajadores de la miento del orden público. Obligar a la
profesión; sus directivos, elegidos por és- sindicación es lo mismo que negar ese
tos, representarían auténticamente la ma- derecho. En la sindicación obligatoria, los
no de obra de aquella especialidad produc- fines de los sindicatos están predetermina-
tora y, por tanto, serían los únicos man- dos, sus autoridades vigiladas, su regla-
datarios autorizados para convenir con el mentación impuesta por personas extra-
capital el régimen de trabajo a que esta ñas a los mismos; lo que era un derecho
mano de obra habría de sujetarse. Pero se convierte así en un deber. Los sindicatos
este mecanismo, tan perfecto teóricamen- no pueden desviarse de sus verdaderos
te, no daría un buen rendimiento funcio- propósitos; pero tampoco cabe variar sus
nal. El sindicato dejaría de ser una ma- fines, modificar su estructura, imprimirles
nifestación Viva de la conciencia colectiva, derroteros contrarios a su vocación. El de-
para convertirse en un frío organismo oíi- recho de sindicación, concesión benévola
o forzada de la autoridad estatal, debe ser
(82) La técnica en el desarrollo del moderno
Derecho del tra&o/o, pág. 184, B». Aires, 1941. (83) Las convenciones colectivas, pág. 129.
eso: un derecho, nunca un deber impuesto tos constitucionales europeos, que igual-
coercitivamente desde arriba. mente consagran el derecho de asociarse
libremente í88). Los Códigos de trabajo y
24. La libertad de asociación en leyes especiales sobre asociaciones profe-
Hispanoamérica sionales establecen en sus textos, y lo re-
Un absurdo planteado frecuentemente gulan, el derecho de libre asociación (»«).
consiste en sostener que el derecho de 25. La libertad de asociación en el
sindicación representa, a lo más, una con- plano internacional
cesión benévola de la autoridad estatal. Se
ha afirmado muchas veces, principalmen- La expresión más definida del derecho
te situando el problema en los pueblos del de asociación, como tal, ha sido plasmada,
Nuevo Mundo, que en ellos, a difereílcia en el orden internacional, entre los prin-
de Europa, la sindicación no ha sido ga- cipios que hizo suyos el Tratado de Paz
nada después de largas y cruentas luchas. de Versalles. Su artículo 427, inciso 2°,
Llégase a declarar que este derecho no ha declara: "El derecho de asociación, en
encontrado una clase obrera madura para vista de todos los objetos no contrarios a
la perfecta comprensión y ejercicio de los las leyes, lo mismo para los asalariados
derechos y prerrogativas. Lo precedente re- que para los patronos".
sulta sólo y en parte cierto, porque, para El problema de la libertad sindical fue
saber hasta dónde pueden conducirse los el tema principal tratado en la conferen-
grupos sociales, se necesita que éstos dis- cia general de la Organización Interna-
pongan de una mínima libertad de desen- cional del Trabajo, reunida en Ginebra,
volvimiento, no concedida, prácticamente, en mayo de 1927. En ella no se llegó a
hasta ahora. ningún resultado práctico, por cuanto las
En Hispanoamérica, las asociaciones pro- delegaciones representativas de los diver-
fesionales no han tenido un desarrollo tan sos intereses de clase se opusieron a una
eficaz y combatiente como en el Viejo fórmula que armonizara sus diferencias
Mundo, debido, sin duda alguna, a que en de apreciación, en punto tan delicado
la etapa inicial de la independencia de las cual era el régimen de los sindicatos. Las
antiguas provincias españolas de América amplias discusiones que se desarrollaron
no existia en ellas el llamado problema en dicha conferencia son buena prueba
social. Incluso, actualmente, el movimien- de que el problema candente en los pro-
to asociacionista no resulta comparable legómenos de la contienda iniciada en el
con el desarrollado en la, mayoría de los año 1939 era el del desarrollo sindical, y,
pueblos europeos. Son situaciones distin- por ende, el de la situación social, que se
tas, y no encuentran ajuste en una misma debatía de esa manera dentro de los com-
e idéntica fórmula. La conciencia de la petentes organismos laborales en el plano
masa trabajadora, como clase, no se pro- internacional.
duce en América sino ya a finales del pa- Empero se ha protegido, en diferente
sado siglo, y la gran industria, con sus forma, el derecho de sindicación tanto de
ingentes pfoblemas, sólo por excepción se los obreros agrícolas como de los extran-
ha hecho presente en algunas grandes jeros. Así, la Recomendación 2, adoptada
ciudades. El problema se diluye en enor- por la Conferencia Internacional del Tra-
mes extensiones superficiales, territorios
inmensos que esperan aún al hombre para de la República Dominicana; 187 del Ecuador;
hacerse productivos. El problema europeo 35 de El Salvador; 32 y 53, Inc. 8», de Guatemala
es distinto; allí las ciudades concentran 26 de Haití; 9' de México; 81 de Nicaragua; 40
en fábricas a millares de obreros someti- y 67 de Panamá; 19 de Paraguay; 27 de Perú;
42 de Venezuela; 38 y 56 del Uruguay.
dos a la disciplina del trabajo, sin otros (85) Por ejemplo, Const. de Bélgica, del 7 de
medios de defensa que el sindicato; allí noviembre de 1831, art. 20; de Holanda, de 1848.
la situación se estabiliza y la dificultad es art. 10; de Checoeslovaquia, del 28 de lebrero
insuperable para lograr una armonía en- de 1920, art. 113. La Const. rusa, del 18 de Junio
de 1918, reconocía a favor de los trabajadores el
tre las clases que se disputan por todos los derecho de asociación en el art. 16.
medios su supremacía. (86) Art. 1" de la ley argentina de asociaciones
En general, los textos constitucionales profeslonaless obreras; 99 y 511 de la Consolid.
latinoamericanos, que han reconocido tan- de Leyes del Trab. del Brasil; 1» de la ley colom-
biana; 271 del Cód. de Trab. de Costa Rica; 362
to el derecho de reunión como la libertad del de Chile; 2» del llb. II del Cód. del Trab. de
de asociación (**), se Inspiran en los tex- Francia; 209 del de Guatemala; 234 de la Ley Ped.
del Trab. de México; 188 y 190 del Cód de Trab.
(84) Arta. 14 de la Const. argentina de 1853; de Nicaragua; 1? de la ley especial del Paraguay:
128 de la de Solivia; 150 de la de Brasil; 44 de la ley del 1» de marzo de 1902, enmendada el 26 de
de Colombia; 55 (Ley 24, del 2 de Julio de 1943) abril de 1939, de Puerto Rico; 132, 135 y 136 de
de Costa Rica; 37, 69 y 70 de Cuba; 6», Inc. 6', la Ley del Trab. de Venezuela.
bajo, prevé que sea asegurado a los obre- el punto de vista político. Declaran no estar
ros extranjeros el goce del derecho de aso- afiliadas a ningún partido político. Pero
ciación reconocido, en los límites legales, aun entonces, desde que esas asociaciones
a los obreros nacionales. En este orden de proclaman, como actualmente lo hacen en
cosas, las restricciones y limitaciones son la mayoría de los casos, que su finalidad
desgraciadamente tan numerosas, que poco es la supresión del asalariado, que su fin
o nada queda a los obreros extranjeros de es la transformación del régimen, de la
la libertad de asociación, pues en bastan- propiedad, ciertos gobiernos consideran
tes casos ha sido cercenada o limitada. En este programa como un programa polí-
ese sentido parece que el derecho de aso- tico" (87) .
ciación constituye un privilegio de orden
político y no profesional o laboral, conce- Capitulo V
dido al obrero nacional por méritos de su
acción revolucionaria y no para el des- TEORÍA Y CONTENIDO DEL SINDICALISMO
arrollo de una eficiente política sindical.
En cuanto a los obreros agrícolas, el 26. Los sindicatos y la acción
proyecto de Convenio 11 de la Conferencia política
Internacional del Trabajo, que entró en Es sabido que para lograr mejores con-
vigor el 11 de mayo de 1923, establece en diciones de trabajo se requiere una orga-
su artículo 1"? que "todo miembro de la nización sindical fuerte, libre y espontánea,
Organización Internacional del Trabajo así como un espíritu colectivo robustecido
que ratifique el presente convenio se obli- por la cohesión disciplinada que la profe-
ga a asegurar a todas las personas ocupa- sión da; en tanto que "las actividades al
das en la agricultura los mismos derechos margen de los intereses profesionales dis-
de asociación y de coalición que a los tra- persan las fuerzas morales y materiales
bajadores de la industria, y a derogar toda de los sindicatos en 8asuntos que no son
disposición legislativa o de otra clase que típicamente suyos" (» ).
tenga por efecto restringir dichos derechos La teoría sindicalista se desenvuelve,
en lo que atañe a los trabajadores agrí- como señala Gonnard, "en una florescencia
colas". de doctrinas con frecuencia muy diferen-
Por lo que hace a los citados trabajado- tes unas de otras con su color político,
res, en la práctica, se ¡es ha venido limi-
tando los beneficios del derecho de sindi- social o religioso, y que no se parecen más
cación; en algunos países únicamente se que por su tendencia uniforme a convertir
les ha reconocido a los de la industria y los sindicatos en el gran instrumento de
el comercio, los privilegiados por parte de la reforma (o de la revolución) social y
los gobiernos comprometidos por las cam- en la piedra angular de la sociedad futura.
pañas electorales previas, o como conse- Efectivamente, junto al sindicalismo obre-
cuencia de la acción revolucionaria de rista más o menos expresamente revolu-
aquéllos, a darles mayores ventajas, cier- cionario se hallan el sindicalismo legal,
tas veces en detrimento de los trabajado- pacífico y reformador, de ciertos teóricos
res del campo. pertenecientes a los partidos políticos de
El problema de la libertad de sindicación, izquierda; el sindicalismo confesional, de
los católicos socialistas; y, más recien-
reconocido como hemos visto por el Tra- temente, el sindicalismo fascista italia-
tado de Versalles, fue abordado por la no" (89) .
Oficina Internacional del Trabajo, al plan-
tearse-ante ella un caso de violación, ocu- Esta expansión de la teoría sindicalista
rrido en Hungría. En tal oportunidad, el parece indicar que la política es, o debie-
citado organismo se pronunció en los si- ra ser, no inconciliable con la organización
guientes términos: "Casi ningún gobierno, sindical. Se considera que en eso hay error,
ni aun aquellos que parecen como más "porque la acción sindical, aunque sus
acusados de violar el derecho sindical, propósitos inmediatos sean económicos, es
niegan este derecho a los trabajadores. esencialmente política en el bueno y es-
Resulta que todos los gobiernos poseen le- tricto sentido del vocablo" (»°).
yes que consagran el principio y definen
el ejercicio de la libertad sindical. Cuando (87) Cita tomada de XTnsain: obra mencio-
los sindicatos son perseguidos, en la ma- nada, t. 2, págs. 168 y 169.
(88) Krotoschin, Instituciones de Dertcho íel
yor parte de los casos, lo son como sin- trabajo, t. 1, págs. 128 y 120, Bs. Aires, 1947-48.
dicatos de tendencias políticas, como sin- (89) Historia de las doctrinas económicas, pá-
dicatos revolucionarios. Es verdad que, en gina 682. Madrid, 1938.
(90) Oír. editorial del diarlo La Prensa, de
un gran número de países, las organizacio- Bs. Aires, sobre "Política y sindicalismo", publi-
nes sindicales se declaran neutrales desde cado el 9 de diciembre de 1946.
00 J. ASOC