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EL ANTROPOCENO CONTRA LAS ESPECÍES MARINAS DEL PERÚ

I. INTRODUCCIÓN
Vivimos una época en la que hacemos más de lo que debiéramos. Existimos
en una cultura en la que muchas de las cosas que deberíamos hacer,
pudiendo hacerlas, no las hacemos. Una época y una cultura en las que se
hace difícil poner límites y orientar hacia los fines adecuados todo aquello de
lo que somos capaces. Cada vez sabemos más qué podemos hacer, pero
sabemos menos qué debemos hacer o dejar de hacer; en otras palabras,
andamos relativamente bien servidos de tecno ciencia, pero, al parecer, algo
escasos de la sabiduría necesaria para poner coto y orientar
convenientemente nuestras capacidades.
Se hará una recopilación de la información más relevante de la época
Antropoceno, por los problemas ambientales que afectan el medio ambiente.
Sé explicará en que consiste, como fue descubierta y los aspectos más
relevantes, centrándose en el uso excesivo de la desembocadura de los
desagües al mar.
II. MARCO TEÓRICO
ANTROPOCENO
DEFINICION:

Del griego anthropos, por humano, y cene, que significa nuevo o reciente, se
considera necesario que el nombre de la época en que vivimos refleje lo que
está ocurriendo en el planeta, principalmente porque la Tierra está
cambiando aceleradamente por la actividad humana.

El concepto de Antropoceno fue acuñado en el año 2000 por el premio nobel


de química holandés Paul Crutzen. Su punto era que el nombre de la época
geológica actual debería reflejar el impacto del hombre sobre la Tierra.

Pero, ¿cuándo se inició esta nueva época? Una de las sugerencias es que
comenzó con la Revolución Industrial que se inició en Inglaterra a mediados
del siglo XVIII para luego extenderse al resto de Europa y a otras regiones
del mundo.

Otra posibilidad, tomando en cuenta la importancia de que la marca haya


dejado una impronta global, es definir el inicio del Antropoceno por la
aparición de los radioisótopos o isótopos radioactivos, producto de las
bombas atómicas de los años 40 y 50.

También algunos sugieren que se puede establecer como línea divisoria el


inicio de la agricultura. La limpieza de terrenos para la agricultura y el inicio
de la domesticación de animales, hace aproximadamente unos diez mil años,
dejaron una marca en los sistemas naturales. Lo que ocurre, es que ésta
sería una fecha muy cercana al inicio del Holoceno y entonces muchos
argumentan que ya existe una terminología para designar esa época: el
Holoceno.
CAUSAS DEL ANTROPOCENO:

A la hora de analizar qué motivos han provocado la aparición de esta nueva


era geológica, se pueden hablar de dos causas principales: el modelo de
producción de energía y el modelo de consumo de recursos. La energía
producida a partir del carbón, petróleo y gas natural emite grandes cantidades
de gases de efecto invernadero, principales causantes del calentamiento
global.

Por otro lado, el crecimiento de la población propicia que se necesite de una


mayor utilización de recursos naturales que, en la actualidad, sobrepasa la
capacidad de la Tierra para regenerarlos.
CONSECUENCIAS DEL ANTROPOCENO:

Estas acciones del ser humano provocan, entre otras consecuencias,


cambios en el ciclo del agua, desequilibrios y destrucciones en los
ecosistemas marinos y terrestres, el aumento de fenómenos meteorológicos
extremos, la acidificación de los océanos o la desaparición de los bosques.

¿Es posible frenar el devastador impacto que estamos causando sobre el


planeta? Por fortuna, todavía estamos a tiempo de revertir parte del
problema. Aunque ya hay ciertas secuelas irreversibles, todavía podemos
mitigar en gran medida el daño provocado al medio ambiente.

Es necesario atajar el problema desde su origen, descarbonizando la


economía y recurriendo a fuentes de energía renovables y no contaminantes
como el sol, el agua y el viento. También haciendo un uso responsable y
equitativo de los recursos naturales se logrará un sistema más sostenible que
pueda evitar que el Antropoceno sea la última era de nuestro planeta.

POSIBLES SOLUCIONES AL ANTROPOCENO:

Para hacer frente a los problemas del Antropoceno, uno de los principales
escollos con que se tropieza es la necesidad de resolver la delicada cuestión
de la justicia medioambiental.
En efecto, el cambio climático va crear nuevos peligros y aumentar los que
ya se ciernen sobre los ecosistemas naturales y humanos.
Ahora bien, esos riesgos están desigualmente repartidos y en general
afectan más a las personas y grupos desfavorecidos.

Sin embargo, no resulta fácil encontrar una solución a este problema, habida
cuenta de lo heterogéneos que son los países en función de su nivel de
desarrollo, extensión territorial, población, recursos naturales, etc.

Además, la huella ecológica humana sobrepasa en un 50% la capacidad de


regeneración y absorción del planeta, y el 80% de la población mundial vive
en países cuya capacidad biológica ya es menor que su huella ecológica.

Brasil –al igual que otros países del continente americano– posee todavía un
amplio excedente de capacidad biológica, pese a que consume el
equivalente de 1,8 planetas.
Sin embargo, un 26% de sus emisiones de gases de efecto de invernadero
se deben a la deforestación. Una porción importante de su huella ecológica
procede de la exportación de productos primarios causantes en buena
medida de esa deforestación.

El sistema competitivo mundializado busca por doquier abastecimientos al


menor costo, fomentando así una extracción abusiva de recursos naturales
en muchos países y el acaparamiento de tierras en otros.

Si fuera posible suprimir desde ahora la totalidad de las emisiones de dióxido


de carbono de los países de ingresos altos, no sería suficiente para reducir
la huella de carbono mundial y no sobrepasar los límites impuestos por la
biosfera hasta 2050.

En otras palabras, a pesar de las grandes diferencias de desarrollo


económico y riqueza de recursos naturales existentes entre los países del
mundo, todos ellos tendrán que esforzarse por solucionar el problema más
apremiante del periodo Antropoceno y reducir en proporciones drásticas sus
emisiones de gases con efecto de invernadero.

Pero aquí entramos en el callejón sin salida que reaparece continuamente en


todas las negociaciones internacionales: “la caza de culpables”.

Debido a ella, los países se resisten a contraer compromisos para no hacer


peligrar su crecimiento y su tasa de empleo, y también para no ir en contra
de intereses sumamente poderosos.

La solución encontrada el 22 de abril de 2016, fecha de la firma del Acuerdo


de París, consistió en pedir a los países que contrajeran compromisos
voluntarios, en vez de imponerles criterios establecidos a nivel mundial.
Esto es, se propuso que cada país se comprometiera a alcanzar
determinados objetivos en materia de reducción de emisiones de gases que
fuesen acordes con lo que estimaba viable.

Gracias a este planteamiento se pudieron evitar los callejones sin salida y


posibilitar la puesta en marcha de acciones, pero también se creó una
confusión en los criterios de evaluación que va a complicar la tarea de
comparar los esfuerzos realizados por cada país.
Además, a pesar de su alcance universal, este acuerdo internacional no
prevé sanción alguna contra los países que no cumplan los compromisos
contraídos.
Esto revela cuán endeble es la gobernanza del cambio climático.
En efecto, como se carece de una institución dotada con un mandato preciso
para ejercerla, es muy arduo imponerse a los intereses económicos de los
países y las empresas.

A los gravísimos problemas medioambientales de la época antropocena no


se les otorga la debida prioridad en los proyectos y programas de las
sociedades del mundo entero.
Parece como si la humanidad estuviera viendo aletargada una película y
esperando que en la secuencia final aparezcan los héroes salvadores que le
van a solucionar todo para su mayor felicidad.

III. CONCLUSIÓN
 Muchos de los impactos del sistema urbano-agro-industrial en las
tierras, hidrósfera y atmósfera, tienen un impacto directo en la
biosfera, es decir en el sistema formado por el conjunto de los seres
vivos y ecosistemas y hábitats propios del planeta Tierra. Hasta el
siglo XX, vivimos en la era geológica del holoceno. Pero ya hay
declaraciones científicas y evidencia para describir el actual periodo
histórico como una nueva era geológica: el Antropoceno. Y en esta
nueva era la causa principal de la extinción masiva no es el cosmos,
los meteoritos, los volcanes o las grandes glaciaciones, como fue en
el holoceno, sino simplemente el capitalismo global y la sociedad
industrial con sus patrones de producción y consumo, mantenido por
su voraz metabolismo urbano-agro-industrial, a través de la utilización
masiva del petróleo.

 La actividad humana siempre ha tenido consecuencias directas sobre


los ecosistemas de la Tierra, pero en los últimos 200 años, la actividad
del Homo sapiens sobre el planeta se ha incrementado de forma
exponencial provocando cambios radicales en periodos de tiempo
muy breves, lo que ha provocado graves problemas
medioambientales que a largo plazo y si no se controlan puede
suponer la propia desaparición como especie. La contaminación, el
calentamiento global, el deterioro de la capa de ozono, la explosión
demográfica, la urbanización salvaje, la destrucción de ecosistemas,
la minería y el uso de combustibles fósiles, la sobrepesca marina, la
extinción masiva de especies que dará lugar a la sexta extinción en
masa más grande en la historia de la Tierra y otros muchos problemas
son aspectos que dejará sentir durante millones de años, algunos de
ellos ya irreparables. Muchos de estos efectos son fácilmente
observables en vuestras ciudades y pueblos. Un consejo, desconfiad
de los que critican a los grupos ecologistas. Es cierto que el ser
humano ha tenido una gran influencia en la Tierra como sistema
geológico, pero no el suficiente (es minúsculo comparado con la de
cambios que ha sufrido el planeta en su historia, y muchos de ellos sin
merecer el título de nueva era), y además, el tiempo es muy corto.
IV. BIBLIOGRAFÍA
 Crutzen, P. J. y Stoermer, E. F. (2000). «The 'Anthropocene'». Global
Change Newsletter 41: 17-18.
 Schmidt, G. A., D. T. Shindel and S. Harder (2004). «A note on the
relationship between ice core methane concentrations and insolation».
Geophysical Research Letters 31 (23): L23206. doi:
10.1029/2004GL021083.
 Ruddiman, William F. (diciembre de 2003). «The anthropogenic
greenhouse era began thousands of years ago». Climatic Change 61
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 Ruddiman, William F., Stephen J. Vavrus and John E. Kutzbach
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doi:10.1016/j.quascirev.2004.07.010. Archivado desde el original el 3
de octubre de 2006.
 Ruddiman, William F. (2005). Plows, Plagues, and Petroleum: How
Humans Took Control of Climate. Princeton, N.J: Princeton University
Press. ISBN 0-691-12164-8.

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