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Los últimos modelos de educación vigentes en nuestro país, han servido a intereses de grupos
dominantes y se han constituido en instrumentos de dominación y control ideológico a partir
de la educación.
La razón fundamental que caracteriza la educación actual tiene como fundamento central la
teorización de nuestra realidad, configura procesos de aprendizaje basados en la instrucción
pasiva, bajo conocimientos "universales" sin relación contextual con la problemática actual.
Los conocimientos impuestos, como sus formas de ponerlos en práctica por los docentes, a
través de las denominadas "estrategias de aprendizaje y enseñanza", estaban altamente
impregnados por las ideologías educativas dominantes.
Toda problemática para "resolverlo" necesita ser considerada desde la mirada de quien o
quienes quisieran abordar un problema; esta forma de ver e interpretar una determinada
situación exige al/los investigador/es tomar una postura personal, social, política y dialógica
de una situación. En la problemática social y educativa, bajo procesos de cambio exige que
quienes investigan deben tener una relación de compromiso con los problemas abordados y
los procesos de transformación vigentes.
Este hecho establece muy bien el desarrollo de la puesta en práctica de las comunidades de
aprendizaje, que pueden considerarse como espacios de investigación e interacción
socioeducativa comunitaria e intercultural.
RESUMEN
La investigación para la transformación de la práctica educativa nos plantea el desafío de
romper con la lógica hegemónica occidental, apuntando a la construcción del conocimiento
colectivo que emerge desde el ámbito de lo real, que se bosqueja en las prácticas cotidianas
en el marco de una metódica que demanda de un sujeto activo participativo y protagónico
porque se reflexiona sobre la propia práctica, desde un pensamiento crítico que permite
comprenderla con el fin de volver sobre ella y transformarla a partir de herramientas
conceptuales y prácticas
Lo que nos coloca frente a un enfoque alternativo de investigación que emerge del encuentro
con el Otro, superando la individualidad y el saber congelado que comúnmente se establece
como una única forma de ver y comprender el mundo, acción socio-formativa que en el
Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel) de la Universidad
Bolivariana de Venezuela, venimos sistematizando y desarrollando en los múltiples y
complejos espacios en donde estamos anclados.
El propósito del artículo es presentar estas primeras notas sobre la investigación para la
transformación de la práctica educativa a partir de la dialogicidad que se teje al trenzar una
urdimbre sobre la reflexión de la propia práctica que demanda reflexionar desde la acción y
durante la acción, para la construcción del conocimiento en la acción, que se valida cuando
participamos y socializamos en los encuentros con el Otro, al descubrir el significado que se
le asigna a la experiencia, apuntando a la construcción del conocimiento colectivo que
emerge de la realidad y la fundamenta.
A MODO DE INTRODUCCIÓN
El proceso de inflexión-acción nos acerca a estas primeras notas sobre la investigación para
la transformación de la práctica educativa, reflexionando desde la acción y durante la acción,
a partir de la dialogicidad que se entreteje al pensar, repensar y resignificar la propia práctica,
construyendo conocimiento en la acción, al descubrir el significado que tiene la experiencia
en el marco de la “hermenéutica interactiva” que hace posible el diálogo entre el saber
académico, el popular y el común, al proporcionar un acercamiento a los diversos y diferentes
factores de análisis del quehacer educativo en la vida cotidiana, que nos conduce a romper
con las recetas y manuales de investigación, creando zonas de significación colectiva desde
el ámbito de lo real.
La tarea demanda que seamos investigadores militantes, con pensamiento propio, crítico,
cuestionador, capaz de poner en tensión nuestra propia práctica, de hacer y ejecutar
propuestas innovadoras, creativas, aportando elementos para la transformación no solo de la
práctica educativa, sino también de la realidad social, caminando humildemente en el umbral
de la ruptura epistemológica-cognitiva con la lógica hegemónica dominante.
Como podemos ver es toda una complejidad que como artesanos del conocimiento debemos
enfrentarla para abonar el terreno que genera ruptura epistemológica-cognitiva con las recetas
y manuales de investigación, para la creación de zonas de significación colectiva desde el
ámbito de lo real, de lo que representa el quehacer pedagógico desde la cotidianidad.
Ante esta realidad que nos invita a superar el individualismo y que representa establecer una
relación cara a cara con el Otro desde el Otro para ser un nos-Otros, donde emerge el diálogo
permanente y la participación protagónica de los sujetos anclados en su territorio, nos
coadyuva a romper con el enfoque hegemónico occidental apuntando a la construcción del
conocimiento colectivo y propio que emerge de la realidad.
Para ello necesitamos de conciencia crítica que permita construir una racionalidad
interdependiente que además de superar el reduccionismo estructurante hegemónico,
resignifique las prácticas investigativas en un esquema flexible a partir de referentes teóricos
claros a nivel ontológico, epistemológico, axiológico, conceptual y éticos, orientados al
ejercicio de la libertad, denunciando el saber congelado, profundizando en la inflexión ética
crítica y en el saber cómo constitutivo de su cotidianidad.
El plantearnos una racionalidad diferente nos invita a destacar lo que nos advierte Zemelman
a saber:… zambullirse más allá de lo observable y para eso hay que contener la respiración,
que en el caso de la investigación, equivaldría a recurrir al pensamiento crítico, el cual hace
las veces de oxigeno. Si queremos zambullirnos para ver lo que hay debajo del iceberg,
debemos tener capacidad de crítica y ésta significa no contentarse con lo que se ve, con lo
observable.
Lo que ayuda a resignificar, redefinir desde un accionar diferente, alternativo, que conduce
hacer cosas distintas para poder conocer distinto, como fundamento para crear una lógica
diferente que rompe con la investigación encadenada a una sola mirada, dando paso a
constituir una comunidad real de investigadores, donde se logra una interacción entre los
grupos de trabajo.
De aquí que la investigación para la transformación de la práctica educativa sea una reflexión
desde la acción, donde se entrecruzan sensaciones, intuiciones y pensamientos que
interactúan en la acción, que conducen a un quehacer educativo cargado de incertidumbre,
con un carácter único y su sistema axiológico que lo hace inigualable, con una visión que ve
su realidad como una totalidad, en la diversidad se hace unidad, en su dinámica en
permanente en su metamorfosis.
Lo que demanda “forjar nuevos espacios donde el intercambio colectivo a través del diálogo
de saberes origine nuevos conocimientos producto de la realidad de cada uno de sus
protagonistas”, en donde la innovación permanente construya una racionalidad investigativa
que privilegie el abordaje de la práctica educativa cotidiana desde lo local, regional y nacional
con nuevas formas y enfoques de interpretación de la realidad, desde una mirada pluridiversa,
fortaleciendo el compromiso territorial de formar al ciudadano que demanda nuestra sociedad
de acuerdo a los principios y valores establecidos en nuestra Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, además de resolver los problemas que se presentan en su quehacer
educativo cotidiano en concordancia con el Estado social de derecho y justicia.
Es a partir de la dialogicidad y su reflexión activa desde donde podemos tejer una urdimbre
que trenza la reflexión a la acción sobre la propia práctica, que implica reflexionar desde la
acción y durante la acción, para la construcción del conocimiento en la acción, que se valida
cuando participamos y socializamos en los encuentros con el Otro, de aquí que la
sistematización como investigación juega un papel muy importante para descubrir el
significado que se le asigna a las experiencias y por qué son significativas las prácticas.
Las utilidades son múltiples: para que los educadores y educadoras nos apropiemos
críticamente de nuestras experiencias; para extraer aprendizajes que contribuyan a
mejorarlas; para aportar a un diálogo crítico entre los actores de los procesos educativos; para
contribuir a la conceptualización y teorización; para aportar a la definición de políticas
educativas, etc.
Lo que nos indica que reflexionar sobre nuestra propia práctica es una condición para su
transformación, donde hay que considerar los diversos y diferentes factores que forman parte
de ella, transformándose en una “acción permanente que demanda de humildad para asumir
las críticas que puedan emerger”.
Lo que implica que la reflexión se debe realizar estableciendo el diálogo entre lo teórico y la
práctica de manera que se pueda avanzar desde una actitud crítica hacia la investigación para
reconstruir detalladamente la experiencia y poder aprender de ella, considerándose como una
fuente de conocimiento, en una lógica de descubrimiento.
El rumbo que debemos trazar debe orientar hacia la construcción de conciencia crítica, a la
valoración y resignificación de los aportes que podemos dar desde las diferentes realidades
locales, regionales y nacional, de manera de establecer el diálogo “hermenéutico interactivo”
a partir de múltiples aportes que se pueden hacer desde las particularidades de cada
investigación, contribuyendo a la construcción de nuestros propios referentes teóricos desde
el discurso venezolano.
Ello nos permite establecer un orden cultural en el sentido de la búsqueda desde el contexto
real en su quehacer cotidiano, de reflexionar críticamente y construir los escenarios de
investigación para estudiar, comprender, explicar e interpretar las ideas para la
transformación de la práctica educativa. Tomando en cuenta como lo señala Gergen, la
especificidad histórica y didáctica, las condiciones políticas, económicas y pedagógicas, de
la época histórica en que se produce y aceptar un tipo determinado de conocimiento.