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com/2009/03/26/concepto-filosofico-de-ser-humano/
El concepto filosófico del ser humano ha sido estudiado desde tres puntos de vista diferentes:
la relación entre mente (alma) y cuerpo, la forma de actuar según la razón o según los
sentimientos y, por último, el análisis del ser humano como un ser personal.
· Mente / Cuerpo – Para empezar, hay que saber distinguir qué es el cuerpo y qué es la mente.
El cuerpo es la parte física del ser humano mientras que la mente o el alma es la parte
abstracta, lo que se podría denominar como la “esencia” de la persona.
En clase se debatieron dos puntos de vista diferentes respecto a la relación entre el cuerpo y la
mente. Por un lado (del que yo formo parte) estaban los que pensaban que el cuerpo y la
mente van unidos y que no existe una sin la otra, que en realidad, la mente es parte del
cuerpo, ya que, al fin y al cabo, no somos más que un cerebro y la serie de reacciones químicas
y eléctricas que ocurren ahí.
Por el otro lado, existía la opinión, mucho más espiritual, de que no, que aunque estén de
acuerdo con que en un principio cuerpo y mente van unidos, están convencidos de que una
vez que el cuerpo ya no está, el alma de la persona sigue existiendo eternamente.
Personalmente, no estoy de acuerdo con este último punto de vista ya que aunque lo más fácil
es pensar que nosotros y la gente que queremos siempre estará ahí, no me parece lo más
realista. De hecho me parece un punto de vista un poco egocéntrico, es decir, ¿tan importante
te crees como para no poder desaparecer de este mundo? Yo, no lo creo.
· Razón o sentimientos – ¿Cómo actúas?¿Guiado por la razón o por los sentimientos? Después
de debatirlo en clase, todos llegamos a la conclusión de que nadie es capaz de actuar solo por
la razón (ya que existe el instinto y los reflejos) ni nadie que actúe guiado tan sólo por los
sentimientos (dado que, como seres humanos, tenemos implícita la capacidad de razonar).
· ¿Persona o ser humano? – Para mí esta pregunta es absurda ya que me parece que tanto
persona como ser humano son sinónimos. Sin embargo, solo habían dos o tres personas que
estaban de acuerdo conmigo. El resto decía que el animal “ser humano” solo es persona
cuando tiene todos sus derechos, y en el momento en el que no tiene alguno de ellos, como
por ejemplo, que no tiene comida, deja de serlo para pasar a ser un ser humano, un animal.
Esto me parece un sinsentido, no puedo entender cómo, por no poder comer o no ser libre, ya
dejas de ser persona. Es que no es “eres persona porque tienes derechos” si no que es: “como
eres persona, tienes derechos”. Además, dado que son personas, pueden exigir esos derechos,
si no lo fueran, no podrían
Como dije en clase, esa teoría de que dejas de ser persona si padeces desnutrición, por
ejemplo, es absurda. Según esto, yo podría ahora mismo ir a bombardear a un país entero
lleno de gente muerta de hambre, y, como no son personas, no cometería ningún delito, solo
estaría matando animales.
Desde que nacemos entramos a un mundo peculiar, a un ámbito eminentemente humano. Ello significa
que vivimos compartiendo hábitos, costumbres, tradiciones, lengua y sobre todo normas, valores y leyes
con otros seres humanos. Y a este mundo o ámbito humano se le llama también sociedad. Vivir en
sociedad es en suma, desde el punto de vista sociológico y antropológico: convivir con los otros.
Aristóteles, uno de los más importantes filósofos de la antigüedad griega, define al hombre como un
animal político, lo que en otros conceptos significa, que como humanos necesariamente tenemos que vivir
en sociedad. No cabe la menor duda, nacemos humanos, pero lo humano no es meramente biológico, lo
genéticamente dado en cada uno de nosotros. Los demás seres vivos, nacen ya genéticamente
programadas para ser lo que son, y no pueden hacer otra cosa de lo que viene dado en su programa
biológico.
Los seres humanos, al vivir en sociedad, a diferencia de los animales, nos educamos, nos transformamos
para bien o para mal, ya que fuera del ámbito social esto no sería posible. Por esta razón el mismo
Aristóteles nos dice que fuera de la sociedad sólo podrán existir los dioses o las bestias.
Se podría decir que la diferencia entre los seres humanos y los animales radica, entre otras cosas, en el
grado de inteligencia que desarrollan; sin embargo, la inteligencia humana conlleva la capacidad de poder
transformar el mundo. Marx entendió esta capacidad humana productiva no solamente como una
transformación que genera bienes de consumo, sino también una capacidad humana productiva no
solamente como una transformación que genera bienes de consumo, sino también una capacidad que
nos permite producir valores culturales.
Un individuo requiere de la sociedad para poder formarse y proyectar como ser humano. Podemos decir
que las normas o reglas sociales permiten en gran medida la convivencia, ya que regulan nuestra
conducta y formas de relacionarnos con los demás. La tolerancia, la justicia y la solidaridad, entre otros
valores, se hacen patentes en una comunidad integrada por seres humanos que ordenan sus vidas ya en
lo individual o en lo social, de acuerdo a formas de vida, principios, valores, normas y leyes establecidas
justamente para garantizar el bien común.
http://www.gramsci.org.ar/TOMO1/10_que_es_el_hombre.htm
¿Qué es el hombre?
Pero a nosotros no nos interesa lo que es cada hombre por separado o, lo que es lo mismo,
cada hombre en cada momento. Si pensamos en esto, veremos que con la pregunta sobre qué
es el hombre queremos significar: ¿Qué puede llegar a ser el hombre? ¿Puede dominar su
destino? ¿"Hacerse", crearse una vida? Decimos, por lo tanto, que el hombre es un proceso y,
precisamente, que es el proceso de sus actos. Pensando un poco veremos que la pregunta
¿qué es el hombre? no es una pregunta abstracta u "objetiva". Nace del hecho de haber
reflexionado sobre nosotros mismos y sobre los demás, y del hecho que queremos saber, en
relación con lo que hemos reflexionado y visto, qué somos y podemos llegar a ser; si
realmente, y dentro de qué límites, somos los "artífices de nosotros mismos", de nuestra vida
y de nuestro destino. Y esto queremos saberlo "hoy", en las condiciones dadas hoy en día, de
la vida "de hoy" y no de cualquier vida y de cualquier hombre:
Los católicos dirán que ninguna otra concepción es seguida puntualmente, y tienen razón. Pero
ello demuestra solamente que de hecho no existe históricamente un modo de concebir y de
actuar igual para todos los hombres, y mucho menos un modo único; que no hay ninguna
razón favorable al catolicismo, aun cuando este modo de pensar y de obrar esté organizado
desde hace siglos; lo cual no ha ocurrido con ninguna otra religión con los mismos medios, el
mismo espíritu de sistema, la misma continuidad y centralización. Desde el punto de vista
"filosófico", lo que no satisface en el catolicismo es el hecho de que éste, a pesar de todo,
coloca la causa del mal en el hombre individual mismo, esto es, que concibe al hombre como
individuo bien definido y limitado. Todas las filosofías existentes hasta ahora reproducen,
puede decirse, esta posición del catolicismo, o sea, que conciben al hombre como individuo
limitado a su individualidad y al espíritu como tal individualidad. Y en este punto es necesario
reformar el concepto de hombre. Es preciso concebir al hombre como una serie de relaciones
activas (un proceso) en el cual, si bien la individualidad tiene la máxima importancia, no es, sin
embargo, el único elemento digno de consideración. La humanidad que se refleja en cada
individualidad está compuesta de diversos elementos: 1) el individuo; 2) los otros hombres; 3)
la naturaleza. Pero el segundo y tercer elemento no son tan simples como puede parecer. El
hombre no entra en relación con los demás hombres por yuxtaposición, sino orgánicamente,
es decir, en cuanto forma parte de organismos, desde los más simples hasta los más
complejos. Así, el hombre no entra en relación con la naturaleza simplemente por el hecho de
ser él mismo naturaleza, sino activamente, por medio de la técnica y el trabajo. Y aún estas
relaciones no son mecánicas. Son activas y conscientes; corresponden al grado mayor o menor
de conciencia que de ellas tenga el hombre. Por ello se puede decir que cada cual se cambia a
sí mismo, se modifica, en la medida en que cambia y modifica todo el conjunto de las
relaciones de las cuales es el centro de anudamiento. En este sentido, el filósofo real no es y
no puede ser otra cosa que el político, es decir, el hombre activo que modifica el ambiente,
entendido por ambiente el conjunto de las relaciones de los que el hombre forma parte. Si la
individualidad misma es el conjunto de estas relaciones, crearse una personalidad significa
adquirir conciencia de esas relaciones, y modificar la personalidad significa modificar el
conjunto de estas relaciones.
Pero, como ya se ha dicho, estas relaciones no son simples. En tanto algunas de ellas son
necesarias, otras son voluntarias. Por otra parte, tener conciencia más o menos profunda de
ellas (es decir, conocer más o menos la manera de modificarlas) ya las modifica. Las mismas
relaciones necesarias, en cuanto son conocidas en su necesidad, cambian de aspecto y de
importancia. En este sentido, la conciencia es poder. Pero el problema es complejo también en
otro aspecto: no es suficiente conocer el conjunto de relaciones en cuanto existen en un
momento dado como sistema, sino que importa conocerlas genéticamente, en su movimiento
de formación, puesto que cada individuo no es sólo la síntesis de las relaciones existentes, sino
de la historia de estas relaciones, esto es; el resumen de todo el pasado. Se dirá que lo que
cada individuo puede cambiar es bien poco, en relación con sus fuerzas. Esto, hasta cierto
punto, es verdad. El individuo puede asociarse con todos aquellos que quieren el mismo
cambio, y si este cambio es racional, el individuo puede multiplicarse por un número
imponente de veces y lograr una modificación bastante más radical de lo que a primera vista
parece posible.
Las sociedades de las que cada individuo puede participar son muy numerosas, más de lo que
pueda parecer. A través de estas "sociedades" forma parte el individuo del género humano.
Así, son múltiples los modos por medio de los cuales el individuo entra en relación con la
naturaleza, puesto que por técnica debe entenderse no sólo el conjunto de las nociones
científicas aplicadas industrialmente, sino también los instrumentos "mentales", el
conocimiento filosófico.
Que no pueda concebirse al hombre sino viviendo en sociedad, es lugar común. Sin embargo,
de ello no se sacan todas las consecuencias necesarias e incluso individuales: que una
determinada sociedad presuponga una determinada sociedad de las cosas; y que la sociedad
humana sólo es posible en cuanto existe una determinada sociedad de las cosas, también es
lugar común. Es verdad que hasta ahora, a estos organismos supra-individuales se les ha dado
una significación mecanicista y determinista (tanto a la socíetas hominum como a la societas
reum); de ahí la reacción contra este punto de vista. Es preciso elaborar una doctrina en la cual
todas estas relaciones sean activas y estén en movimiento, fijando bien claramente que la sede
de esta actividad es la conciencia de cada hombre que conoce, quiere, admira, crea, en todo lo
que ya conoce, quiere, admira, crea, etc.; de cada hombre concebido, no aisladamente, sino
rico de posibilidades provenientes de otros hombres y de la sociedad de las cosas, de las cuales
no puede sino tener cierto conocimiento. (Como cada hombre es filósofo, cada hombre es
científico, etc.)
La afirmación de Feuerbach: "el hombre es lo que come", tomada en sí, puede ser interpretada
diversamente. Interpretación mezquina y tonta: el hombre, en cada oportunidad, es lo que
materialmente come, esto es, las comidas tienen una inmediata influencia determinante sobre
el modo de pensar. Recordar la afirmación de Amadeo* de que si se supiese lo que un hombre
ha comido antes de un discurso, por ejemplo, se estaría en mejores condiciones de interpretar
el discurso mismo. Afirmación infantil y, de hecho, extraña a la ciencia positiva, puesto que el
cerebro no se nutre de habas y de trufas [hongo subterráneo], dado que los alimentos
consiguen reconstruir las moléculas del cerebro al ser transformados en sustancias
homogéneas y asimilables, que tienen la "misma naturaleza" potencial de las moléculas
cerebrales. Si la referida afirmación fuese verdadera, la historia tendría su matriz determinante
en la cocina y las revoluciones coincidirían con los cambios radicales en la alimentación de las
masas. Lo contrario es históricamente cierto: las revoluciones y el complejo desarrollo
histórico han modificado la alimentación y creado los "gustos" sucesivos en la elección de los
alimentos. No es la siembra regular del trigo lo que ha hecho cesar el nomadismo, sino, al
contrario, las condiciones que se oponían al nomadismo han conducido a las siembras
regulares, etcétera.**
* Amadeo Bórdiga, ex dirigente del Partido Comunista, extremista, expulsado de sus filas. (N.
de la R.).
Pero, por otra parte, también es cierto que el "hombre es lo que come en cuanto la
alimentación es una de las expresiones de las relaciones sociales en su conjunto, y cada grupo
social tiene su alimentación fundamental; pero al mismo tiempo puede decirse que "el hombre
es su vestimenta", "el hombre es su departamento", "el hombre es su particular modo de
reproducirse, es decir, su familia"; dado que la alimentación, la vestimenta, la casa, la
reproducción, son elementos de la vida social en los cuales, del modo más evidente y amplio
(es decir, masivo) se manifiesta el complejo de las relaciones sociales.
Que la "naturaleza humana" sea el "conjunto de las relaciones sociales", es la respuesta más
satisfactoria, porque incluye la idea de devenir: el hombre deviene, cambia continuamente con
la modificación de las relaciones sociales y porque niega al "hombre en general"; en verdad, las
relaciones sociales son expresadas por diversos grupos que se presuponen entre sí y cuya
unidad es dialéctica, no formal. El hombre es aristocrático; en cuanto es siervo de la gleba, etc.
Se puede decir también que la naturaleza del hombre es la "historia" (y en este sentido --
considerando historia igual a espíritu--, que la naturaleza del hombre es el espíritu), si se da a
la historia el significado de "devenir", de una concordia discorde que no parte de la unidad,
pero que tiene en sí las razones de una unidad posible. Por ello la "naturaleza humana" no
puede hallarse en ningún hombre por separado sino en toda la historia del género humano (y
el hecho de que se adopte la palabra "género", de carácter naturalista, tiene su significado), en
tanto que en cada hombre se hallan caracteres que se ponen de relieve en su contradicción
con los de otros hombres. La concepción del "espíritu" en las filosofías tradicionales, como la
de "naturaleza humana" tomada de la biología, deben ser consideradas "utopías científicas"
que sustituyen a la máxima utopía de la "naturaleza humana" derivada de Dios (los hombres
hijos de Dios) y sirven para indicar el trabajo continuo de la historia, una aspiración racional y
sentimental, etc. Es verdad que tanto las religiones que afirman la igualdad de los hombres, en
tanto que hijos de Dios, y las filosofías que afirman su igualdad. en tanto que partícipes de la
facultad de razonar, han sido expresiones de complejos movimientos revolucionarios (la
transformación del mundo clásico, la transformación del mundo medieval) que han colocado
los anillos más potentes del desarrollo histórico.
Que la dialéctica hegeliana haya sido el último reflejo de estos grandes nudos históricos y que
la dialéctica, de expresión de las contradicciones sociales, deba convertirse, con la
desaparición de estas contradicciones, en una pura dialéctica conceptual: esta idea sería la
base de las últimas filosofías de fundamento utópico, como la de Croce.
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Introducción
El dualismo de Platón
En la tradición de la filosofía hay dos opiniones principales de los seres humanos; 'dualismo'
inmaterial donde el alma y el cuerpo material se encuentran y "materialismo" donde nos
encontramos un solo ser.
El "Padre de dualismo" puede decirse que es Platón quien vivió en Atenas alrededor de 428 a
347 antes de Cristo y que era, por lo que sabemos, el primero en escribir sobre el tema del
"alma" de cualquier longitud. Platón presenta al menos dos teorías. El más conocido, debido a
su influencia duradera, fue el que desarrolló en el Fedón, que describe un diálogo que su
amigo Sócrates tiene con algunos amigos poco antes de su muerte, sobre lo que sucede en la
muerte.
Selman afirma que hay dos teorías principales sobre el cuerpo humano y su relación con el
alma. Uno de ellos es la visión dualista, lo que sugiere que hay una división total entre el alma
inmaterial y el cuerpo material. La otra es la idea de que el cuerpo y el alma de un ser humano
están completamente unificadas.
En su teoría, a través de las palabras de Sócrates, Platón sostiene que el alma se separa del
cuerpo, es inmortal, inmaterial y pre existe el cuerpo y por lo tanto no depende del cuerpo
para su existencia o supervivencia. Este concepto - que el cuerpo y el alma son dos entidades
diferentes, que pasan a ocupar el mismo espacio incómodo durante toda la vida se denomina
dualismo.
La teoría de Platón va más allá al elevar el papel del alma. El pre existente, alma inmortal pasa
tiempo en el cuerpo, en un período de castigo y la muerte libera al alma de su exilio en el
cuerpo. Como era de esperar, el concepto de Platón de dualismo produjo dificultades a los
primeros filósofos y teólogos cristianos, aunque su opinión no era impopulares y su visión del
alma siguió siendo la dominante en el pensamiento cristiano durante los primeros mil años
Aristóteles
Aristóteles fue otro filósofo que trató de explicar la idea del cuerpo y la mente. A pesar de que
Aristóteles fue discípulo de Platón, sus pensamientos sobre el dualismo eran muy diferentes
de los de Platón. Él todavía cree que el alma es la parte del cuerpo que le da vida y que el alma
se volvió toda forma física en un organismo vivo en su tipo en particular. Sin embargo,
Aristóteles creía que el cuerpo y el alma son inseparables, el alma todavía desarrolla las
habilidades, carácter y temperamento, pero no puede sobrevivir a la muerte. Una vez que el
cuerpo muere, el alma muere con él. "El alma es la forma del cuerpo, porque es lo que hace
que el cuerpo sea un cuerpo vivo"
Para Aristóteles entonces un cuerpo sin alma es materia muerta. Materia muerta ya no actúa.
Sólo se actúe en consecuencia. Mientras que Aristóteles pudo ver que el cuerpo y el alma
estaban unidos no pudo dar el salto a hablar de un alma inmortal. Esto quedaría en manos de
los filósofos posteriores, como Tomás de Aquino que consideraría este punto desde una
perspectiva cristiana.
Aquino estaba de acuerdo con Aristóteles en el sentido de que él pensaba que el alma anima al
cuerpo y le dio vida y que él llamó el alma del "ánima". Aquino creía que el alma opera
independientemente del cuerpo y que lo que es divisible en partes, está destinado a la
decadencia. A medida que el alma no es divisible, es capaz de sobrevivir a la muerte. Sin
embargo, debido a la relación con el cuerpo humano en particular, cada individuo se convierte
en el alma por lo que incluso cuando el cuerpo muere, el alma una vez salido todavía conserva
la identidad individual del cuerpo que ocupaba antes. Descartes creía que el alma conserva su
naturaleza en ausencia del cuerpo, pero Aquino sostuvo que el alma sin cuerpo está en un
estado antinatural. El alma humana es naturalmente la forma del cuerpo vivo. "Ahora que el
alma es lo que hace que nuestro cuerpo vivir, por lo que el alma es la fuente principal de todas
estas actividades que diferencian a los niveles de la vida: el crecimiento, la sensibilidad, el
movimiento, la mente o el alma comprensión, es la forma de nuestro cuerpo"
San Agustín, al igual que la mayoría de los padres de la Iglesia, fue influenciado por las
enseñanzas de Platón, quien considera que el cuerpo y el alma son dos sustancias. San Agustín
sostuvo que el alma, como el cuerpo, se deriva de los padres en el acto de la creación. Según
Agustín, el pecado original se transmite desde Adán a través del tiempo de esta manera. Esta
es la forma en la que explica cómo el pecado original podría existir en un alma creada por Dios,
porque Dios solo podía crear lo que era bueno. Más tarde renunció a su idea de que el alma se
traduce. Esta herejía fue condenada por el Concilio de Braga en 561 que establecía que el alma
no se traduce sino que es creada directamente por Dios.
Conclusión
Al examinar la cuestión, he mirado a la naturaleza del alma de las filosofías principales del
alma según lo propuesto por Platón y Aristóteles. He mostrado cómo San Agustín y Tomás de
Aquino presentan una antropología cristiana. He encontrado que el Magisterio, al tratar de
mantener fiel a la tradición y la revelación bíblica, se prefiere el uso de la doctrina de Santo
Tomás de Aquino, que sostiene que el alma es la forma del cuerpo. El alma está con el cuerpo
ahora y lo será de nuevo después de la resurrección de entre los muertos
Bibliografía
Wansbrough, Henry. 1994. (Gen ed) La Nueva Biblia de Jerusalén. London: Darton, Longman &
Todd
Flannery Austin, O. P. 1982. El Concilio Vaticano II Vol. 2. Nueva York: Costello Publishing Co.
Neuner y J. Dupuis J. 2001. La Fe Cristiana. Nueva York: / St. Paul de Alba House
Aquino, Santo Tomás. Summa Theologica Parte Ia q.75 los artículos 2 y 6, y art1 q.76.
Tertuliano, 2004. Sobre la resurrección de la carne. Kessinger Publishers.
Internet
Santa Teresa de Avila. El camino de la perfección. (1995) (en línea) Disponible en:
http://www.ourladyswarriors.org/saints/wayperf.htm. (Abril de 2008)
http://html.rincondelvago.com/filosofia-del-hombre.html
http://www.buenastareas.com/ensayos/Concepcion-y-Debate-Acerca-Del-
Hombre/43244293.html
1. ¿cuáles fueron las concepciones tradicionales acerca del hombre? Explique cada una.
2. ¿qué es la antropología filosófica?
3. ¿cuáles fueron los debates contemporáneos acerca del hombre?
4. ¿Cuáles fueron los debates acerca del humanismo?
5. ¿qué se entiende por humanismo?
6. ¿cuáles fueron las críticas hacia el humanismo?
DESARROLLO.
6. Althusser y Foucault son los críticos al humanismo que más se han mencionado en los
últimos tiempos. Ambos sostienen en la dignidad de la vida humana, pero rechazan las teorías
antropológicas y la idea de hombre como construcción. Esta crítica es una reacción a la idea
universal del hombre.
Althusser propone comprender el marxismo como una propuesta científica que critica los
supuestos ideológicos del humanismo. Dice al respecto… “el marxismo no es una doctrina que
propone una idea de hombre, sino una ciencia de la transformación de la sociedad”…
Foucault, en cambio dice que lo que llamamos hombre es una representación reciente que
tiende a desaparecer. “…el hombre concebido como sujeto es un concepto histórico y
construido, perteneciente a un cierto paradigma de discursos y no una evidencia temporal
capaz de fundar la ciencia o la ética…”
Foucault, sostiene que el humanismo es el que ha inventado el alma, la conciencia, la libertad
fundamental, elindividuo.
EL CAMPO PROBLEMÁTICO DE LA FILOSOFIA DE LA EDUCACION.
La sociedad actual, está en constante cambio, y por ello también así la educación. Los
problemas que se plantean tienen que ver con las decisiones que se toman, las tares que se
proponen, los obstáculos, los sentidos. Las nuevas y las viejas razones de la educación se
plantean la necesidad de criticar a la educación. En todos sus sentidos, el de orientaciones,
fines, medios, modos.
Lo que no es y lo que es la filosofía de la educación.
1. No pretende definir la educación en sí. Todo lo contrario, trata de construir y reconstruir
tantas veces sea necesario un discurso acerca de la educación, que fundamente y legitime la
esencia o la propiedad de su nombre adecuadamente. La educación no es una esencia o una
idea arquetípica, sino más bien una construcción histórica de complejas practicas sociales.
2. No se pregunta que es la educación, ni la razón única de esta ciencia, tampoco pregunta por
las leyes del progreso de la misma, ya que estos fundamentos se encuentran en el uso de la
razón puramente humana. Lo que si pretende demostrar es que la educación ha transitado un
camino que así como los hombres y la sociedad a reemplazado la relación de nombres con
cosas por una relación aun más directa de objetos con los sujetos. En este sentido tomamos
como punto de partida, la llamada crisis de la modernidad que nos introduce al debate de la
posmodernidad y la racionalidad quebrantada, esto quiere decir que la racionalidad es más
variada de lo que creíamos.Con la idea de educar se introduce el pensamiento crítico acerca de
la educación, que pretende que esta tenga una construcción propia del sujeto, es decir que en
la cuestión de educar hay conflictos de interpretación, imposición ideológica, construcción de
subjetividad y de realidad social.
3. Trata de pensar a la educación según su historia y discursividad social, y por lo tanto
propone críticas a la razón de educar.
4. No pretende descubrir el sentido pragmático o la palabra pedagogía, sino que lo toma como
una forma de vida para aclarar nociones acerca de la filosofía educativa, que en su modo de
analítica logra criticar al positivismo, pero no logra crear una crítica a la razón de educar.
5. Sabiendo que la educación no tiene una razón única que defina la objetividad, lo que
pretende es analizar críticamente la presencia de la educación en las prácticas sociales, para
tratar de encontrar poder productivo de subjetividad social, que nos permita comprender la
razones de educar.
6. No podemos decir que la educación es un movimiento natural, un cambio, un paso de la
potencia a acto, o solo una cuestión de desarrollo. Pero tampoco podemos decir que la
educación es una operación cultural, o una cuestión de socialización solamente.
7. La educación no es un fenómeno natural del desarrollo de potencialidades, como lo
plantean los positivistas, lo que se busca es que los hechos modifiquen todo pensamiento
crítico en la educación.
8. Que no exista razón de educar no quiere decir que es solo una acción cultural, complejay
variada. Los pragmatistas tienden a confundir la educación con la adaptación la al grupo.
9. No pretende definir a la educación como esencia, ni como objeto natural. Más bien
colaborar con la producción de una crítica en las razones de educar, en la forma de vida y en la
misma practica social.
10. Pretende introducir el debate acerca de la educación, preguntarnos y reconstruir caminos
para pensar sus razones.
11. La educación no es solo desarrollo y socialización, mas aun cuando aparece el pensamiento
crítico, que no solo transforma la esencia de la educación sino que limita el alcance de los
objetos, entonces el sentido de la educación obliga a privilegiar el estudio, los procesos, los
mediadores entre el desarrollo y la socialización, que se encuentran en la intención de enseñar
o de transmitir determinados conocimientos.
12. Las razones para educar son razones para justificar una práctica social, un accionar
humano, en relación con los fenómenos naturales o los objetivos teóricos, que hacen que la
educación pueda ser pensada desde un punto de vista de las filosofía practica, es decir que los
actos sean pensados y meditados. Ya que la educación no solamente tiene que ver con la
historia y la discursividad sino que tratara de instalar un un producto complejo de identidades,
de un saber que incluya a todos, tanto desarrollo y socialización deben ser puestos al alcance
de todos.
Son estos los principios que en distintos tiempos y circunstancias, fueron tratados con la
finalidad de pensar la educación.
http://autoayudaypsicologia.es/quien-es-el-hombre/
¿Quién es el hombre?, ¿de dónde viene?, ¿cuál es su fin último?. Durante mucho tiempo se ha
intentado responder estos interrogantes. Desde el punto de vista filosófico, se trató de dar
respuesta desde diferentes ideologías. “Ser racional”, “animal que posee razón”, “un ser
atravesado por lo simbólico”, etc. Son formas en las que podemos referirnos sobre éste ser
que es el hombre.
A pesar de los numerosos sistemas filosóficos que intentaron hablar sobre el misterio del
hombre, éstos no dan cuenta de “cómo el hombre se hace hombre”, valga la redundancia.
El niño nace indefenso, pobre e inválido. Un organismo biológico que se irá humanizando a lo
largo de su historia personal. La humanización de ese organismo biológico es una conquista
laboriosa y que en su camino para conseguirlo corre el riesgo de desviarse: por el camino de la
perversión, de la anormalidad, de la neurosis, quedarse atrapado en un infantilismo o no
alcanzar su hominización, como en los casos de aquellos niños totalmente aislados de un
entorno humano.
Para acceder a lo propiamente humano, ese organismo biológico debe recorrer un proceso de
estructuración psicológica: “inconsciente y consiente”.
El psicoanálisis y su fundador, Freud, criticado, odiado, amado hasta el punto que en algunos
llega a ser su religión, pone su toque de genialidad al describir cómo ese ser vivo llega a
humanizarse.
Los sistemas filosóficos hacen una descripción conceptual y valorativa sobre el hombre, pero
es el psicoanálisis quien hablará sobre el hombre desde un punto de vista genético: “el hombre
se hace hombre por un largo proceso en el cual interviene la historias de sus antecesores y el
entorno cultural.
Hasta la próxima.
9. EL HOMBRE Y LA FILOSOFÍA
http://www.ucsm.edu.pe/rabarcaf/fividu09.htm
El conocerse a uno mismo y conocer a los otros que son como uno
mismo (a los demás hombres) ha sido el contenido principal de la
sabiduría humana. Además, el conocerse a sí mismo es además
requisito de madurez personal; pues no se pasa de la infancia a la
adultez sin preguntarse ¿qué es un hombre y qué o quién soy yo?. La
respuesta a tal pregunta la debe buscar cada generación humana, cada
filosofía y cada hombre.
La visión del hombre, que entre los griegos fue de carácter esencialista
y estática, tuvo un concepto cíclico de la historia. Mientras que la
visión cristiana es progresiva y marca un cambio profundo respecto a la
filosofía griega, pues se trata de una historia soteriológica interpretada
desde Cristo como eje y centro de la historia que es la base unitaria
tanto en san Pablo, san Agustín y Teilhard de Chardin.
a) Tendencias intermedias:
Pues, el hombre es un ser consciente: sólo él sabe que sabe, por eso
Friedrich Nietzsche (1844-1900) habló del hombre como único animal
capaz de hacer promesas. El hombre es el único animal que ríe y que
sonríe, evidenciando ahí las posibilidades de inteligencia comunicativa
y recíproca entre los hombres. Pero muchas veces, y debido a la
introducción de técnicas electrónicas de las cuales casi nadie tiene la
menor idea de cómo todo eso funciona, pareciera que el hombre de
nuestro tiempo ejecuta constantemente operaciones sin inteligibilidad;
es decir, se vive con una extrañísima renuncia a entender, confiando en
el éxito, en la eficacia, sin preocuparse de más.
El hecho del libre albedrío se infiere ante todo de sus relaciones con la
personalidad ética. Por tanto, sin libertad y sin la posibilidad de querer
de tal o cual manera, el hombre no puede razonablemente ser más
responsable de las orientaciones de su voluntad ni más digno de premio
o castigo de lo que lo es un enfermo de su enfermedad. Por
consiguiente, sin libertad no cabría tampoco separar con razón la
bondad moral o la maldad del querer del puro valor de utilidad. Con
mucha razón afirma Jean Paul Sartre (1905-1980): "Cuando yo elijo,
elijo por todo el mundo, soy responsable de algún modo del pasado y
del futuro del mundo"
En último término, la libertad de la voluntad ancla en último término en
la esencia del ser espiritual. El alma espiritual es forma sustancial del
hombre, sustancia única en la cual lo espiritual y lo potencial forman un
único ser (aunque, por ser espiritual, el alma humana sigue subsistiendo
después de la muerte, y ha de ser creada directamente por Dios). Por
tanto, el estudio del hombre requiere la consideración de todo lo propio
de los entes corpóreos y de los vivientes inferiores; pues sólo el ser
espiritual ha de llegar de manera esencialmente necesaria al
conocimiento del valor meramente relativo de los fines limitados
apetecidos.
Es una crítica universal, que somete todas las opiniones, todas las
imágenes del mundo y cualquier exigencia de sentido a su juicio como
ciencia racional. Es una crítica de las ideologías, de la religión, de la
ciencia empírica y de la sociedad. Combate todo dogmatismo acrítico,
con lo que adopta una función clarificadora en la sociedad.
Para Platón, los filósofos son aquellos que pueden entender cualquier
cosa que sea; prefieren siempre aquel saber que les revela algo del ser,
el cual no cambia con ningún nacimiento ni muerte. Persiguen el ser
mismo, por lo que no pueden permanecer en las muchas cosas
particulares, que se consideran como entes; más bien deben seguir
adelante sin dejarse cegar, y su afición sólo se satisface cuando han
comprendido la naturaleza misma de cada ser que existe, y lo hacen con
la fuerza del alma, que es capaz de entenderlo. De ese modo se
aproximan al verdadero ser y se mezclan con él, produciendo así razón
y verdad. (La República, p. 160).
René Descartes afirmaba que quería explicar ante todo qué es filosofía
y empezó por las cosas más sencillas, como que la palabra filosofía
significa estudio de la sabiduría y que por sabiduría no sólo se entiende
la astucia habitual sino un saber completo sobre todas las cosas, que el
hombre puede conocer, tanto con vistas a obtener una orientación para
su vida, como para conservar su salud y descubrir todas las artes. Quiso
explicar que para el logro de ese saber es necesario partir de las causas
primeras.
Karl Popper (1902-_ ) afirma que todos los hombres tienen una
filosofía, sabiéndolo o sin saberlo. Admitamos que todas estas
filosofías nuestras no sean muy valiosas. Pero su influencia sobre
nuestro pensamiento y nuestra actuación a menudo es desoladora. Por
lo que se hace necesario un análisis crítico de nuestras filosofías. Esa es
la tarea de la filosofía. Así como cada uno tiene su filosofía, también
cada cual tiene (generalmente sin saberlo) su teoría del conocimiento; y
hay muchas razones para pensar que nuestras teorías epistemológicas
influyen decisivamente en nuestras filosofías. Su pregunta básica es
ésta: ¿Podemos saber algo?... La respuesta no es pesimista, relativista ni
escéptica; muestra que podemos aprender de nuestros errores. Es
posible una aproximación a la verdad. Nuestro saber es una consulta
crítica, un nido de hipótesis, un trenzado de suposiciones.
Ciertamente que no son objeto los misterios ni los mitos. Pero los
hechos de la mente pensante se exteriorizan en una multitud de sujetos
infinitos; para decirlo claramente, son pensamientos humanos con todos
los condicionamientos y contingencias del curso histórico propios del
hombre.
HOMBRE
VocTEO
http://www.mercaba.org/VocTEO/H/hombre.htm
E C Rava
MIGUEL MOREY
“El hombre, de quien no poseemos una idea unitaria a pesar de los crecientes
saberes parciales que sobre lo humano no dejan de acumularse. La conciencia de
esta problematicidad permite establecer según Morey una demarcación para la
antropología filosófica. Se trata de la distinción en la consideración del hombre
entre tema y problema. Con el primer término se alude a cierto saber acerca del
hombre, algo definido, estable y permanente que dominó hasta la concepción
moderna del Universo. Desde allí, el hombre comienza a presentarse como
problema en todos los órdenes, alcanzando la propia existencia, que se vuelve
problemática. La antropología filosófica toma al hombre como un problema, y no
como un tema, por ello no
(1) http://www.sigueme.es/librospdf/El%20problema%20del%20hombre.pdf
no comienza su reflexión a partir de una definición acerca del hombre, sino que su
carácter filosófico invita a abrir nuevos interrogantes. La pregunta por el ser del
hombre no es punto de partida sino punto de llegada, como todo pensar que se
busca a sí mismo para despoblarse de sus presupuestos”. 2
Esto se ubica más en el nivel del hombre como tema. También podríamos inclinarnos a
pensar que la pregunta por el ser del hombre tiene una orientación ético-política, y que
históricamente se ha constituido una reflexión acerca del hombre que ha tenido como
objetivo determinar la relación con nuestro propio tiempo, atender a “lo que (nos) pasa”, ser
capaces de formar parte de nuestro propio tiempo. Se trata, en este sentido de una práctica
vivencial y política de nuestro pensar.
IMMANUEL KANT
“Kant en sus textos quiere decir que el ser del hombre no se orienta hacia una
analítica de la verdad, sino hacia la determinación del presente por lo que
somos”. 3
El hombre no es definible porque no tiene esencia, es pura existencia que se auto constituye
a sí mismo en la historia (Dios no existe, por lo tanto no hay quien constituya las esencias).
(2)http://experienciasdepensamiento.blogspot.com/2010/05/el-hombre-como-problema-y-
la-finalidad.html
(3)http://experienciasdepensamiento.blogspot.com/2010/05/el-hombre-como-problema-y-
la-finalidad.html
¿POR QUE EL HOMBRE ES UN PROBLEMA?
De todo lo visto anteriormente, podemos deducir que el hombre es un misterio para el propio
hombre, todo parece indicar que se tratara de un enigma indescifrable, porque se mire como
se mire está demasiado cerca de sí mismo, está “dentro de él”
El hombre es a la vez un individuo aislado y un grupo de entes dentro de la naturaleza,
incluso organizado, jerarquizado, estatalizado. El hombre nace biológicamente terminado,
pero al mismo tiempo con grandes carencias y deficiencias, inadaptado al ambiente y debe
de hacerse así mismo a través de las circunstancias que le rodean. El hombre es a la vez
poco y mucho. Esta es la gran diferencia del hombre con cualquier otro objeto o ser de la
naturaleza, cuya vida parece prefijada y resuelta desde el principio. Sin embargo, si
tuviéramos que destacar una idea que subyace al intentar resolver el problema del hombre,
al intentar encontrar su respuesta, esta sería la idea de su complejidad: cambia, se
transforma continuamente, posee infinitas facetas, adquiere muchísimos aspectos,... y todas
ellas y todos ellos a veces están de acuerdo y a veces se contradicen.
El hombre siempre trata de comprender y saber porque ocurren los sucesos o fenómenos
que observa o que presiente en el mismo. La filosofía ayuda a tener más conocimientos o
pensamientos para darle una explicación a los sucesos o fenómenos de la naturaleza, de la
sociedad, de la cultura y desde un punto de vista metafísico. El hombre trata siempre de ir
más allá de lo objetivo, buscando un razonamiento apegado a lo subjetivo. Tratando de
llevar sus conocimientos a un punto de vista donde entre en discusión en el mismo, para que
su capacidad intelectual y intuitiva se desarrolle; así el hombre podrá responder a sus dudas
con mayor facilidad.
El hombre está expuesto a las dudas, y a diario surgen dudas y problemáticas que
empleando el razonamiento será la única forma de resolverlas o darle soluciones, una
persona no puede haber vivido sin que se le hubiera presentado la duda, ya que a diferencia
de otros seres, nosotros tenemos una mente capaz de conducirnos hacia la problemática del
porque, ya que a diario se nos presenta y a cada momento.
Nuestra mente, mejor dicho nuestro cerebro es tan complejo que aun no sabemos hasta
dónde puede llegar su capacidad. Pero si sabemos que esta se desarrolla filosofando y
dándole un sentido lógico a nuestros pensamientos.
A cada momento el hombre se pone a reflexionar sobre su vida, tratando de encontrar sus
respuestas mediante el pensamiento; para poder tener un mejor punto de vista de lo que es,
utilizando la parte espiritual en muchas ocasiones.
ACTIVIDAD
1- ¿Qué es el hombre?
2- ¿De dónde crees que proviene el hombre? Explica.
3- ¿Por qué crees que el hombre se presenta como un problema?
4- ¿piensas que el hombre se asemeja a los seres de la naturaleza? ¿Por qué?
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CAPÍTULO 5
de La Vida Embarazada. Una teoría global sobre la vida terrestre y la evolución
EL HOMBRE
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- Los orígenes
- La tecnología
- La guerra
- La carrera espacial
- La razón de la sinrazón...
Los orígenes
La tecnología
La guerra
La palabra religión viene de religare -ir al origen-. Parece ser que los
primeros dioses que el hombre adoró eran femeninos. Las primeras
estatuillas que hemos encontrado en hallazgos arqueológicos, y a las
que les suponemos el papel de diosas, eran mujeres. El hombre
adoraba a diosas, porque veía en la mujer el origen de la vida. Incluso
en religiones como la cristiana, de marcado carácter sexista
masculino, la figura de la Virgen María toma un carácter
extraordinario, a pesar de no ser dios, ni un miembro de la Trinidad.
Sin embargo en el dolor, en la pena y en la soledad siempre nos
acordamos de nuestra madre, nuestro origen, e incluso la figura del
padre sufre -desde mi punto de vista- una marginación extraña.
Un mensaje claro recibido por los fieles católicos es que aquel que
siga el camino marcado por Dios irá al cielo, y el que no lo siga se
consumirá en el fuego del infierno. Sin embargo explicar donde está el
cielo o el infierno es problemático, aunque es evidente que en toda la
iconografía el cielo siempre se identifica con un lugar situado lejos del
suelo que pisamos, por encima de nuestras cabezas, apareciendo
representado en los techos de las iglesias entre nubes donde se
suelen situar los ángeles. Sin embargo hay un cielo más lejano.
La carrera espacial
La razón de la sinrazón...
EL HOMBRE SEGUN
ARISTOTELES:
xD
El hombre para Aristóteles
es un animal social.,
constituido por cuerpo y
alma pero, no separadas, o
sea están unidas . el
cuerpo necesita del alma
,al igual que la vista
necesita el órgano ojo para
ver., de tal forma que
cuando muere el cuerpo
muere el alma.(teoría
hileformista) por otro lado
el da un fin al ser humano,
que es la felicidad, por eso
su ética es
eudaimonista(de la
felicidad) y la única forma
que puede encontrar la
felicidad es siendo
virtuoso.
Para Aristóteles lo real
solo se puede explicar en
la unión indisoluble de la
idea y de la materia para
Aristóteles el hombre es
un compuesto
inseparable de la materia
que llamamos cuerpo y
una forma que llamamos alma a diferencia de platón esta unión es necesaria el alma
requiere del cuerpo para cumplirlas exigencias de la vida DEP
http://marisolrolhaiser.blogspot.com/2012/12/como-concibe-al-ser-humano-
aristoteles.html
Platón concibió al hombre formado por una realidad dual, el cuerpo y el alma, que considera
la idea de lo material y lo inmaterial o espiritual como opuestos. La biografía de Platón
podéis encontrarla en este artículo.
Su discípulo Aristóteles diferirá en esta idea como en muchas otras de su
maestro. Aquí podéis leer sobre la vida de este filósofo.
Según Aristóteles alma y cuerpo son una sola sustancia que componen al hombre, con ello
deshace la tesis dualista platónica. La relación entre alma y cuerpo es la de forma y materia
o acto y potencia, siendo el alma la "energía" que anima al cuerpo.
Platón dice que el cuerpo es material, mortal y se degrada o corrompe, en definitiva, que con
el envejecimiento se produce el deterioro del cuerpo. Sin embargo con el cuerpo es como
estamos en el mundo sensible y es a través del mismo que lo percibimos.
Por su parte el alma es el componente inmaterial e inmortal del hombre según Platón. No se
trata de algo físico que dependa del cuerpo sino que, simplemente, reside en él. No puede
verse, ni medirse o pesarse porque es físicamente inaprensible.
Las características del alma según Platón son tres: lo racional, lo irascible y lo concupiscible.
Esas características marcan las actividades que dependen del alma que es "tripartita".
Lo irascible tiene la función de proteger y defender, representa las pasiones nobles, y las
virtudes que provoca son la fortaleza y el valor, se sitúa en el pecho.
Lo concupiscible tiene la función de conservar y producir, conlleva los "bajos deseos" y las
necesidades físicas, la virtud que produce es la templanza, se sitúa en el hígado.
¿Y cómo define al hombre en su conjunto Platón? Parece que una de las definiciones de
hombre que hizo es la siguiente: "Hombre. Animal sin alas, con dos pies, con las uñas
planas; el único entre los seres que es capaz de adquirir una ciencia fundada en
razonamientos".
Respecto a la historia de esa definición hay una anécdota que cuenta Diógenes Laercio y que
refleja una más de las constantes desavenencias entre Diógenes de Sinope -filósofo cínico- y
Platón, que solían saldarse con sarcasmos entre ambos en los que, si seguimos a Laercio,
Diógenes de Sinope se llevaba la mejor parte. La definición platónica de hombre no estuvo
exenta de la causticidad del filósofo cínico, así dice Diógenes Laercio:
"Habiendo Platón definido al hombre "animal de dos pies sin plumas", y habiéndose agradado
de esta definición, tomó Diógenes un gallo, le quitó las plumas y lo echó en la Academia de
Platón, diciendo: «Éste es el hombre de Platón». Y así se añadió a la definición, "con uñas
anchas". (Diógenes Laercio, "Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres",
Libro VI, "Diógenes el cínico")
ARISTÓTELES
Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha
sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil
trescientos años, siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores
contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de múltiples especialistas. La
filosofía de Aristóteles constituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del
pensamiento de la Grecia antigua.
Pese a ser discípulo de Platón, Aristóteles se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar
un pensamiento de carácter naturalista y realista. Frente a la separación radical entre el mundo
sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de
aprehender la realidad a partir de la experiencia. Así pues, en contra de las tesis de su maestro,
consideró que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, sino que
estaban inmersos ellas, como forma específica a la materia. Por estos motivos, otorgó gran
importancia a los estudios científicos y a la observación de la naturaleza. Sin embargo, las
preocupaciones de Aristóteles no se dirigieron únicamente al estudio especulativo de las cosas y
sus causas, sino que también se centraron en cuestiones de lógica formal, moral, política y
estética. De acuerdo con las fuentes antiguas, el filósofo griego escribió 170 obras, aunque sólo 30
se han conservado hasta nuestros días.
La metafísica
Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo
verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados
por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. En todo ser se da la sustancia (ousìa,
esencia de cada ente individual subsistente en sí mismo) y el accidente (cualidad que no existe en
sí misma sino en la sustancia). Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios:
materia, que dice de qué está hecha una cosa, y forma, disposición o estructura de la misma.
Para explicar el cambio se vale de las nociones de acto ypotencia, determinaciones primeras del
ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero
no sabemos por qué. Esto lo conocemos mediante las razones o causas del cambio, que
Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o
teleológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, ya que está convencido de que
todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca
perfección.
La ciencia metafísica de Aristóteles culmina en la teología, la cual se ocupa del ser que existe per
se, o sea, el ente en su sentido más pleno, la forma pura sin materia. Para probar la existencia de
ese ser, apela a varios argumentos: "Entre las cosas que existen una es mejor que la otra; de allí
que exista una cosa óptima, que debe ser la divina". Su argumento más conocido es el
denominado de predicamento cosmológico: las cosas de este mundo son perecederas, y por lo
tanto sufren cambio; este cambio acaece en el tiempo. Cambio y tiempo son, pues,
imperecederos; mas para que se produzca el cambio o movimiento eterno ha de existir una
sustancia eterna capaz de producir ese movimiento. Pero no podemos retrotraernos al infinito para
buscar las causas de las causas, por lo que debemos llegar a unPrimer Motor inmóvil. Este motor
es Dios, concebido por Aristóteles como fuerza inmaterial inalterable. Ese Ser, sin embargo, no
aparece en Aristóteles como creador del mundo, porque éste es eterno.
Alma y conocimiento
Todos los seres vivos se presentan a Aristóteles como poseedores de alma (psyché), con lo cual se
distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma: vegetativa
(propia de las plantas, pero presente también en los animales y en el hombre), sensitiva (propia
de los animales y del hombre), racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es
causa del movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea.
Ética
La ética de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la
felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el
ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye
el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la
contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud. La virtud
consiste en el justo medio. Lo que quiere dar a entender es que el actuar del hombre debe estar
regido por la prudencia o regla recta. Hay dos modalidades de virtud: las dianoéticas (que se
refieren al ejercicio de la inteligencia) y las éticas (que se refieren a la sensibilidad y los afectos).
Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por
excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los
demás ciudadanos.
Política
Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo los animales y los dioses
pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los
hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y
finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento
de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se
requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los
ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad
clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).
Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de
los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la
tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los
pobres). No se puede decir cuál de las tres es mejor, pues la teoría concreta para un pueblo hay
que deducirla de una indagación objetiva de las varias formas históricas de gobierno, y definir
según las circunstancias cuál es más conveniente para un determinado estado (Aristóteles recogió
y estudió las constituciones de 158 estados). En principio, toda forma de gobierno es buena si
quien gobierna busca el bien de los gobernados.
Su influencia
Durante mucho tiempo, el pensamiento aristotélico se vio eclipsado por el prestigio de las
doctrinas de Platón. En época de la Roma cristianizada, el naturalismo y el realismo de Aristóteles
eran despreciados y se privilegiaban las lecturas neoplatónicas de Plotino y Beocio. Debido al
espiritualismo que caracterizó al pensamiento medieval, las doctrinas de Platón gozaron de
preeminencia hasta el siglo XII.
Los filósofos árabes -y, particularmente, Avicena y Averroes- contribuyeron a que el pensamiento
aristotélico fuese de nuevo objeto de atención en Occidente. El creciente interés por la naturaleza
mostrado por el pensamiento cristiano en la Baja Edad Media hizo posible que la obra de
Aristóteles fuese estudiada. Roger Bacon y Alberto Magno reivindicaron el pensamiento de este
filósofo, y santo Tomás de Aquino lo transformó en la base de la teología cristiana.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/aristoteles/filosofia.htm
EL SOBRE HOMBRE
Articulo de El Imparcial, 13 julio 1908.
TODOS los que no siendo actualmente demasiado viejos nos hemos dejado
llevar desde la niñez a un comercio supérfluo y tenaz con las cosas del espíritu
encontramos en el recuerdo de nuestros dieciocho años una atmósfera
caliginosa y como un sol africano que nos tostó las paredes de la morada
interior. Fue aquella nuestra época de «nietzscheanos»; atravesábamos a
la sazón, jocundamente cargados con los odrecillos olorosos de nuestra
juventud, la zona tórrida de Nietzsche. Luego hemos arribado a regiones de
más suave y fecundo clima, donde nos hemos refrigerado el torrefacto espíritu
con aguas de alguna perenne fontana clásica, y sólo nos queda de aquella
comarca ideal recorrida, toda arena ardiente y viento de fuego, la remembranza
de un calor insoportable e injustificado. Y, sin embargo, no debemos
mostrarnos desagradecidos. Nietzsche nos fue necesario; si es que algo de
necesario hay en nosotros, pobres criaturas contingentes y dentro de los
aranceles de la historia universal probablemente baladíes. Nietzsche nos hizo
orgullosos.
Waiting for the Miracle imagen de David Ezziddine
Ha habido un instante en España —¡vergüenza da decirlo!— en que no hubo
otra tabla donde salvarse del naufragio cultural, del torrente de
achabacanamiento que anega la nación un día y otro, que el Orgullo. Gracias a
él pudieron algunos mozos inmunizarse frente a la omnímoda epidemia que
saturaba el aire nacional. «Vous étes appelés á recommencer l'histoire!»,
clamaba Barreré a los hombres de la Asamblea Legislativa, y esto, que es por
sí mismo una ridiculez, parece en ocasiones necesario si ha de salvarse algo
del maltraído equipaje de la cultura. Fue forzoso a aquellos españoles jóvenes
creer que España nacía con ellos, que habían venido sobre la tierra por
generación espontánea, sin colaboración de los antepasados, y, en
consecuencia, sin la morbosa herencia de lo antes pasado. Movióles el orgullo
a buscar una norma propia para sus propias energías, a cavarse en el árido
terruño un estuario por el que fluir libremente y sin contagio repudiando las
normas tradicionales y los cauces viciados. Pero las cosas han ido adobándose
con mejor ventura y el ambiente espiritual de España ha mejorado un poco —
no por virtud de la sabiduría catalana ciertamente, sino más bien por una
mezcla dichosa de lo vasco y asturiano con lo de la región que fue rica en
«castiellos». Es, pues, hora buena para corregir nuestra formación antigua y
rectificar las capas juveniles de nuestro ánimo. Convengamos en que la historia
comenzó un chorro de siglos antes de nuestra venida. Fue nuestro orgullo una
de esas mentirijillas benéficas y necesarias merced a las cuales va el mundo
poco a poco hacia una organización superior y que forman parte de lo que
Renán —¡siempre Renán!—- llamaba plan jesuítico de la naturaleza. Acabo de
leer un libro de Jorge Simmel, donde el celebérrimo profesor habla de
Nietzsche con la agudeza que le es peculiar, más sutil que profunda, más
ingeniosa que genial. Las opiniones centrales de Nietzsche me parecen, no
obstante, admirablemente fijadas en este libro. Desde su primera obra —«El
nacimiento de la tragedia del espíritu musical»— hasta su última carta (1888)
escrita, en plena amencia, a Jorge Brandes y firmada «El
Crucificado», Nietzsche ha movido guerra vehemente y sin tregua al
problema más hondamente filosófico: la definición del hombre. El
problema es, asimismo, lo único que de científico tiene su labor. Las
revoluciones políticas, la del patentemente, son también luchas por la definición
del hombre, y, sin embargo, suele hallarse en las barricadas muy poca filosofía.
Si hubiera de determinarse con puntualidad cronológica la hora en que ésta
aparece plenamente sobre el haz de Europa, habría que escoger aquella en
que Sócrates se preguntó: ¿Qué cosa es el hombre?
Los clásicos de la filosofía han ido pasándose de mano en mano, siglo tras
siglo, esta cuestión, y cuando la pregunta se escurría por descuido o adrede,
entre dos manos, cayendo sobre el pueblo, reventaba una revolución. La
definición del hombre, verdadero y único problema de la Ética, es el motor de
las variaciones históricas. Por eso los gobernantes han perseguido en todo
tiempo la «moralita», explosivo espiritual, y han hecho lo imposible para
precaverse ante el terrorismo de la Ética. Si Nietzsche, por tanto, busca una
nueva definición del hombre, queda fuera de toda duda que se afana tras
una nueva moral. Zarathustra es un moralizador, y acaso de los más
fervientes. La palabra «amoralismo», usada por algunos escritores en los
últimos años, no es sólo un vocablo bárbaramente compuesto, sino que carece
de sentido. Nietzsche busca también una norma de validez universal que
determine lo que es bueno y lo que es malo. Guando habla «allende el bien y el
mal», entiéndase el bien y el mal estatuido por la moral greco-cristiana, con
quien es necia y groseramente injusto. «La moral, ruge el ardiente pensador, es
hoy en Europa moral de rebaño; por consiguiente, sólo una especie de moral
humana, junto a la cual, antes de la cual y después de la cual son o deben ser
posibles muchas otras, y, desde luego, superiores, morales».
Nótese bien una cosa: para Nietzsche no tienen valor esos individuos por ser
individuos: Nietzsche no es individualista ni egoísta. No todo individuo por ser
un «yo», un «sujeto», debe ser considerado como norma, sino aquellos
individuos cuyo ánimo, cuya «subjetividad » pueda tener un valor objetivo para
elevar un grado más, sobre los hasta aquí alcanzados, al tipo Hombre. El
conjunto, pues, de virtudes culturales —no digamos ahora cuáles son éstas—
cada vez más perfectas y potentes, es lo que Nietzsche llama humanidad,
oponiendo al concepto extensivo y cuantitativo, que dan a esta palabra los
altruistas, una noción cualitativa e intensa. Para Nietzsche vivir es más vivir, o
de otro modo, vida es el nombre que damos a una serie de cualidades
progresivas, al instinto de crecimiento, de perduración, de capitalización de
fuerzas, de poder. E l principio de la vida, la voluntad de la vida es «Voluntad
de poderío». Tanto de vida habrá en cada época cuanto más libre sea la
expansión de esas fuerzas afirmativas. De aquí que la moral de Zarathustra
imponga como un deber fomentar la liberación de esas energías. En cada siglo
ciérnese ante las miradas de los fuertes el ideal de una organización humana
más libre y expansiva donde unos cuantos hombres podrán vivir más
intensamente. Este ideal es el Superhombre.
Como se ve, Nietzsche no predica el rompimiento de toda ley moral. «El hecho
—nota Simmel— de que se haya tomado esta doctrina como un egoísmo
frivolo, como la santificación de una epicúrea indisciplina, es uno de los errores
ópticos más extraños en la historia de la moral». Zarathustra escupe mil
desdenes e improperios contra los snobs del libertinaje, a quienes falta el
instinto para los altos fines de la humanidad. «Yo, grita, soy una ley para los
míos, no para todos». Y en otro lado: «No se debe querer gozar». «El alma
distinguida se tiene respeto a sí misma». En fin: «El hombre distinguido
honra en sí mismo al potente, al que tiene poder sobre sí mismo, al que
sabe hablar y callar, que ejercita placentero rigidez y dureza consigo
mismo y siente veneración hacia todo lo rígido y duro».
http://www.microfilosofia.com/2011/08/nietzsche-y-la-definicion-de-hombre.html