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COMPETENCIA FEDERAL
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Art. 116.- Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la
Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del
artículo 75: y por los tratados con las naciones extranjeras: de las causas concernientes
a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros: de las causas de
almirantazgo y jurisdicción marítima: de los asuntos en que la Nación sea parte: de las
causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de
otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos,
contra un Estado o ciudadano extranjero.
La Corte tiene también competencia por apelación, cuando entiende sobre el recurso
extraordinario (artículo 14 de la ley 48), el de apelación ordinario, el de queja por
denegatoria y en los recursos de aclaratorio de las resoluciones que ella dicta.
Art. 117.- En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según
las reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos
concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna
provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.
Es la que ejerce cada una de las provincias dentro del ámbito de sus respectivos
territorios al juzgar delitos comunes y las contravenciones o faltas ocurridas dentro de
los estados provinciales.
Así, las provincias han delegado en el Estado Nacional las facultades que el texto
Constitucional consagra, pero reservándose otras, entre las que se encuentra la
regulación de su servicio de justicia y de los procedimientos pertinentes. Claro está,
que ello debe hacerse dentro de los principios fundamentales adoptados por la Nación
Argentina, cuales son el régimen republicano, lo que implica la separación de poderes,
y el pleno reconocimiento de los derechos y garantías individuales.
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A su vez, el artículo 75º que fija las atribuciones del Congreso de la Nación, en su inciso
12 le otorga la de dictar los códigos generales, entre los que se encuentra el penal, “sin
que tales códigos alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los
tribunales federales o provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo sus
respectivas jurisdicciones”.
CLASES: La tarea judicial se reparte según varios y clásicos criterios según un caso
concreto.
Cuando el juez puede conocer y juzgar un determinado delito por la relación que existe
entre el lugar donde se cometió el delito y el lugar sobre el que el juez ejerce su
jurisdicción.
Como regla general se estatuye que el tribunal competente por territorio será el del
lugar donde se cometió o tentó el hecho con apariencia delictiva. Como se advierte es
improrrogable.
Incompetencia y efectos
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Cuando el juez puede conocer y juzgar un determinado delito en razón de la entidad
de ese delito.
Incompetencia y efectos
Hay que tener en cuenta que la acumulación de causas por conexión sólo puede
realizarse entre jueces de la misma jurisdicción (v. gr. Nacional o Provincial).
Presupuestos objetivos:
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cometidos por varias personas reunidas pero sin mediar acuerdo previo;
ejemplo los saqueos) o, aunque lo fueran en distintos lugares o tiempo, cuando
hubiera mediado acuerdo entre ellas (prevé que exista acuerdo entre los
distintos imputados, resultando que la pluralidad de delitos imputados se
cometen en distintos lugares y tiempo; ejemplo asociación ilícita)
Por el otro, si un delito hubiera sido cometido para perpetrar o facilitar la
comisión de otro, o para procurar al culpable o a otros el provecho o la
impunidad.
Cuando se sustancien causas conexas por delitos de acción pública, los procesos se
acumularán y será competente:
b) Si los delitos estuvieren reprimidos con la misma pena, el Tribunal competente para
juzgar el que se cometió primero.
Recordar que estas reglas se aplican en el momento de juzgar esos delitos, por eso, a
pesar de la acumulación, las actuaciones sumariales (las de investigación penal
preparatoria) se compilarán por separado, salvo que fuere inconveniente para la
investigación.
CUESTIONES DE COMPETENCIA
Las cuestiones de competencia son aquellas que surgen cuando dos órganos
jurisdiccionales se declaran en forma simultánea y contradictoria competentes o
incompetentes para la investigación o juzgamiento de un mismo hecho.
Los conflictos de competencia trabados entre dos tribunales pueden ser positivos
(cuando ambos se declaran competentes) o negativo (cuando ambos se declaran
incompetentes).
Consecuencias
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Estos planteos no suspenderán la investigación penal preparatoria, la que deberá ser
continuada (fundamentos: evitar que se frustre la producción de prueba, se facilite la
fuga de los responsables, etc). Esta es la regla general.
Ante esta posibilidad se establece que la investigación debe ser continuada por:
Todos los actos realizados por el tribunal posteriormente declarado incompetente son
válidos, no obstante se autoriza que al resolver el conflicto, el tribunal determinara, si
correspondiera, que actos del declarado incompetente no conservan validez.
La incompetencia puede ser planteada por las partes a través de dos vías distintas,
alternativas y excluyentes: la inhibitoria y la declinatoria. El que optare por una de
estos dos medios no podrá abandonarlo y recurrir al otro, ni emplearlos simultánea o
sucesivamente.
Sin embargo, el juez de oficio puede postular su incompetencia para un caso concreto.
Inhibitoria
La inhibitoria es una de las vías con la que cuentan las partes para plantear una
cuestión de competencia, que en este supuesto se entabla ante el juez que se
considera competente. Es decir, debe entenderse que en el caso está interviniendo un
juez que la parte considera incompetente, no obstante lo cual su petición la efectúa
directamente ante el juez que él considera incompetente.
Declinatoria
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FALLO “RUIZ MIRA”
En el fallo “Pedro Ruiz Mira y otros”, surge la doctrina sobre competencia penal y lugar
del delito. En los delitos cometidos dentro del país, en los cuales hay que determinar,
frente al propio ordenamiento jurídico, cuales es el lugar que prevalece para su
juzgamiento. En este sentido la jurisprudencia ha dado un giro. En un primer
momento, se inclinó por el lugar de la consumación (el lugar del delito se decide por el
último momento de la acción delictiva). En la actualidad prima la teoría de la
equivalencia o de la ubicuidad (el hecho se considera perpetrado indistintamente
donde tiene lugar la manifestación de voluntad y donde se desarrolla la actividad
delictuosa, como también en el lugar en que se produjo el resultado). Ella fue
establecida por la Corte Suprema, y consiste en procurar la mejor actuación de la
justicia, permitiendo que la investigación y el proceso se lleven a cabo en la proximidad
del lugar en el que ocurrió la infracción, donde se encuentran los elementos de prueba
y los testigos, y donde muchas veces también se halla el domicilio del imputado, cuya
defensa de tal modo se facilita. Tales propósitos pueden resultar desvirtuados si se
tiene en cuenta solo el lugar de consumación del delito, donde se produjo el resultado
cuando la acción una etapa principal y decisiva de esta han ocurrido a gran distancia.
Ese criterio fue reiteradamente seguido por el alto tribunal y por la mayor parte de los
país.