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Ediciones Especiaws, 23

<á>- fiLOLOGÍA MEXICANA o€>

Coordinacióu

BELE;..t CLARK DE L\RA


Ft:RNA:"JDO CuRmLDEFOSSÉ

Colaboradores
Antonio Alatorre • José Alejas Garda • Maricela Ayala Falcón
Mauricio Bcuchot Puente • Tatiana Bubnova • Gracie!a Cándano
Belem Clark de Lara y Fernando Curicl Defossé • Concepción Company Company
José Ricardo Chaves • Carmen Chuaqui • Mercedes de la Garza Camino
Laurette Codinas • Giuseppina Grammatico • Roberto Hercdia Correa
Ascensión Hermindez de I.cón~Porti!la • Alejandro Higashi
Martha Patricia Irigoyen Troconis • Luis Fernando Lara
María del Carmen León Cázares • Miguel León-Portilla • Juan M. Lope Blanch
José G. Moreno de Alba • Tsubasa Okoshi Harada • Manuel Picado
José Quiñones Melgoza • José Rubén Romero Ga!ván • Pedro C. Tapia Zúñiga
Frida Vi!laviccncio • Alberto Vital Díaz • Germán Viveros

Universidad Nacional Autónoma de México

México, 2001
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES F1LOLÓGICAS
110 R. CL,\RK DE lAR,, Y F. CURIE!. DF.FOSSé

RUIZ, Elisa. "Capitulo II. Crítica tc.xtual. Edición de textos", en Métodos de estudio
de la ohm literaria. 1a. Reimpresión. Coordinación de José María Diez Bor~
Aspectos metodológicos prácticos para una
que. Madrid, Altea, Taurus, Alfaguara, 1989 (Persiles, 150), pp. 67~120. fi!ologia lingüistica del español colonial de México
Rur;DAS DE LA SERNA, Jorge, coord. "Presentación", a Cuarenta años del Centro de
Estudios Literarios. lvfemoria. México, Universidad Nacional Autónoma de
México, Instituto de Investigaciones Filológicas, 2001, pp. 9-15 (Ediciones
Especiales, 18).
SA!D W. Edward. Beginnings. Intention and Melhod. New York, Columbia University ~ Concepción CoMPAJ\'Y CüMPANI'
Press, 1985,414 pp. Instituto de Investigaciones Filológicas, UNM!

l. Ir-rmooucctóN

número importante de trabajos a lo largo del siglo pasado,

U
N
y de manera insistente en los últimos diez o quince años
numerosos estudios en la línea de la gramática cognitiva y
funcionalista, han se alado que la codificación lingüística refleja en
buena medida, e incluso es altamente icónica, de la cultura y la visión
de mundo de los usuarios de la lengua en cuestión. En la búsqueda de
la relación lengua-cultura han tomado particular auge las disciplinas
de variación lingüística y cambio lingüístico, sincrónico y diacrónico,
disciplinas que tradicionalmente habían sido parte y trabajado al
amparo de la filología. Parece conveniente entonces volver a traer a
escena la definición tradicional de filología: es la disciplina que resca-
ta, conserva, depura e interpreta los testimonios escritos u orales de
una cultura; esto es, la finalidad última de la filología es rescatar e
interpretar el patrimonio escrito u oral de un país. En última instan-
cia, se podría resumir la pregunta qué es filología? en el viejo refrán
"dime cómo hablas y te diré 'quién eres".
El objetivo de este trabajo es mostrar algunos pasos metodológicos
de carácter práctico para la selección, transcripción y edición de do-
112 CONCEI'CIÓN" COMP,\NY COMPANY 113
ASrECTOS METODOLÓGICOS !'!tÁCTICOS •.

~umentación colonial de interés lingüístico, documentacíón que cons- rario, hacen evidente la necesidad de crear infraestructura filológica
tituye el corpus base imprescindible para poder acercarnos a estudiar lingüística sistemática, y esos resultados preliminares son precisamente
la relación lengua-cultura en una comunidad lingüística determina- los que guían la búsqueda y selección de documentación que plan-
da. La lengua es la herramienta fundamental de la manifCstación de tearemos más adelante en el apartado 3.
un pueblo, de manera que a través del estudio de documentación Me detendré muy brevemente en dos áreas de la gramática: pose-
lingüística adecuada se pueden hacer evidentes y matizar aspectos sión nominal y diminutivos, ya que el abundante empleo de marcas
culturales no fácilmente perceptibles a primera vista. La organiza- de posesión y disminución parece constituir un caracterizador dialec-
ción del trab~o es como sigue: en primer lugar, apartado 2, presento tal para el español de México 1 particularmente en la zona del Altipl~­
muy brevemente algunos datos de sintaxis y léxico, extraídos del estu- no Central. En las dos áreas gramaticales se comparan textos mexi-
dio de documentación colonial mexicana y documentación castella- canos con textos españoles cronológicamente coetáneos. Los datos
na peninsular contemporánea de aquélla, que reflejan cómo el uso indican que aunque español de España y español de México compar-
lingüístico puede estar determinado culturalmente y que muestran la ten en lo esencial una misma sintaxis 1 se ha producido entre ellos una
conveniencia de contar con corpora documentales de determinadas escisión dialectal sintáctica debido a la selección y preferencia de di-
características filológicas. En el apartado 3, se plantea el objeto central ferentes rasgos semánticos para codificar una misma área nocional
de este trabajo: mostrar aquellos aspectos relativos a la constitución de funcional; esto es, cada uno de estos dialectos comunica una ''misma"
un corpus de documentación colonial de interés lingüístico, con espe- situación desde diferentes perspectiva¡;; semánticas, ya que dentro de
cial atención a la etapa de selección de los materiales. Finalmente, en una misma semántica, cada uno de esos dialectos enfatiza aspectos
4, se resume esquemáticamente las diferentes etapas del proceso de distintos, cristalizándose dos distintas sintaxis, y ello hace que se cons-
elaboración de una edición crítica de documentación lingüística. tituyan en dialectos diferentes.

i) Posesiim nominal (Company, en prensa, a): Las construcciones posesi-


2. ANTECEOEi\'TES: DATOS PARA, LA RElACIÓN LENGUA-CULTURA vas del tipo su mtg"er de Juan, su novio de mi prima tienen dos valores en
todas las épocas y textos del español: a) dada la ambigüedad y polise-
Investigaciones recientes, en prensa aún o en proceso, sobre cambio mia referencial del pronombre su(s) pueden emplearse para desambi-
lingüístico, realizadas fundamentalmente por investigadores del Insti- guar el poseedor, es decir, para decirnos quién es el poseedor de la
tuto de Investigaciones Filológicas, muestran que el análisis lingüístico entidad poseída, indicando su referencia~ como en el ejemplo de (la),
puede ser una herramienta valiosa para analizar la cultura y la visión valor que puede llamarse referencial; en este ~jemplo, si no se aclara
de mundo de un pueblo. Daremos muy brevemente algunos datos de quién es el verdadero poseedor posponiéndolo al poseído, el posee-
sintaxis y léxico que no sólo apuntan resultados interesantes respecto dor resultante de hermana sería la mamá y no él, y b) pueden emplearse
del vínculo lengua-cultura en México, sino que marcan líneas de in- para indicar que entre poseído y poseedor se establece, desde la pÚs-
vestigación a seguir e indican, como veremos en seguida, que el co- pectiva del hablante, una relación intrínseca o inherente, de carácter
nocimiento del españolcolonial y del español de indígenas son claves inalienable, como en (lb), valor que denominamos no referencial; en
para el entendimiento del españoly de la cultura actual mexicanas. esos ejemplos puede verse que se emplea un poseedor pospuesto aun
Esos resultados de investigación, dado que están basados necesaria- cuando no existe duda alguna de quién es el poseedor, ya que ha sido
mente hasta la fecha en corpora coloniales parciales o de carácter lite- nombrado varias veces antes. El uso de a) es más externo que el de b):
115
114 CONCfJ'C!ÓN COMPANY CO~·lf'ANY ¡\SI'ECTOS ,\l!nDDOLÓGICOS PR,\CTICOS •..

a) es más externo en el sentido de que la duplicación está motivada por ii) Diminutivos (Reynoso, en p~ensa, en p~oceso): E~ dimi~utivo, al igu,al.
la estructuración del texto: la ambigüedad rcferencial~textual del ocurría con las construcciOnes posesivas antenores, tienen en todas
~ d .
poseedor; b) es totalmente interno en cuanto que no hay problemas ]as épocas y dialectos del español dos valores fundamentales: a) es¡g-
de ambigüedad textual y sólo designa la valoración del hablante res- na una disminución del significado de la base de la cual se de~v~,
pecto de la relación posesiva. Lo interesante, como muestra el cuadro esto es, significa una disminución de tama o, corno en (2a): una pzedn-
l, es que el español mexicano tienen una absoluta preferencia por los ta es una dosis más peque a que una piedra, valor al que llamaremos
empleos del tipo (1 b), puede incluso estar muy claro quién es el po- referencial, y b) designa no tama o, sino valores pragmáticos diversos,
seedor porque ha sido nombrado antes y de todos modos el hablante con los cuales el hablante manifiesta su valoración! su postur~ (de
mexicano emplea una duplicación; el español no mexicano, en cam- aprecio) desprecio, ironía, humil~ad, respeto, e.tc.) respecto a una Ciert.a
bio, prefiere emplear las duplicaciones posesivas por razones referen- entidad 0 respecto de lo comumcado en el d1scurso en que esa e~n­
ciales, esto es, para decirnos quién es el poseedor. dad se inserta, como en (2b), valor al que llamaremos no referenctaL
Lo interesante es que el español de México tiene una absoluta prefe-
(1) (a) Ya entonces ya luego dijeron: "pos no, que venga la rencia por diminutivos no referenciales, como se observa en el cuadro
mamá". Y mi papá, como era tan delicado, no quiso 2 construido con español culto de España y México.
que mi mamá viniera. Después mandó a su hermana '
de él (Habla popular de la ciudad de México, 199). (2) (a) Sin embargo, la droga siempre les es insuficiente, pues
una piedra [una dosis] se consume en una fumada y,
(b) Quieres tú hacer creer a éstos lo que los padm predican entonces comenzarán a buscarse en las bolsas del pan~
1

e dizen? ¡Engañado andas! Que eso que wsfiayles hazen talón, la camisa, en el suelo. Todos en busca de resi-
es su oficio dellos hazer eso (AGN, 1539, 4-36). Real- duos ... dirigen la vista a las bolsas, a algún lugar don-
mente sí, hoy la maternidad es un problema para las de pudieron haber guardado aunque sea una
ml!Jf:res, la maternidad entra en conflicto con sus res- piedrita. Se inclinan para ver si encuentran un pun-
ponsabilidades de las m.ujeres en este nuevo rol to blanco en el piso que pudiera ser fumable (español
social que les toca ejercer (español actual de México, de rYiéxico, periódico El Financiero).
programa de radio).
(b) Comencé a invocar a la virgen de Guadalupe. Ay, qué
más te da -le decía- ayúdanos a meter un gol. A ti
CUADRO 1 no te cuesta nada, y para nosotros en estos momentos
es importantísimo. Mira, cuando Bernal esté muy cer-
VALORES DE DUPUCACIÓN POSESIVA quita de la portería como que distraes al portero ita-
liano. Ay, de favorcito haz como que le hablas y ve-
• entra y ¡l.1sto....
rás que en estos momentos, la pelotita 1
REFERENCIAL No REFERENCIAL
No ,vrE..xJCA..r-.JO 60% (67/1 12) 40%(45/!12) ¡Gooool! ... ¡Milagro, milagro[, comencé a gritar corno
ÑlEXICA_¡"lO 22% (38/169) 78% (131/169) loquita en tanto que daba de brincos (español de
México, Loaeza, 38).
ASPf.C:1"0S METODOLÓCICOS PRACTICOS •. , 117
116 CONCEI'C!ÓN COMPANY CO,\JI'ANY

CUADRO 2 gua y aspectos cognitivos y culturales 1• Parece indudable que los dis-
tintos comportamientos gramaticales de los dos dialectos estudiados
DIMINUTIVOS SEGÚN VALORES SEMÁNTICOS~ reflejan visiones de mundo bastante diferentes. El español de México,
al menos en las áreas base del análisis,- sugiere que sus hablantes están
REFERE:\CIAL No REFE~~~:~1L 1 más motivados por su propia relación (psicológica, moral, etc.) con
EsrAl'ioL PENJI'OSUIAR
ESPA~OL MEXICANO
57% (200/34·9)
25% (190/771)
43% (149/349)
75% (581/771) J las entidades y el mundo que por las entidades mismas, esto es, pare-
cen estar interesados en hablar de cómo ellos ven la realidad y no en
hablar o describir la realidad misma; casi no emplean esas formas
para indicar valores referenciales, sino que podria decirse que la len-
Los datos de Reynoso (en proceso) sobre diminutivos en el español gua mexicana se sitúa en un proceso constante de subjetivización, es
de indígenas, cuadro 3, donde se muestra comparativamente el espa- decir, en cómo el hablante ve o valora la escena comunicativa, más
ñol de Madrid, el español de la ciudad de México y el español de que en la descripción del hecho comunicativo mismo. El comporta-
indígenas, indican que éste está relativamente distante del español miento gramatical del español de España sugiere en cambio que los
urbano mexicano, el cual podría ser caracterizado como español mes- hablantes adoptan preferentemente un plano más objetivo o distante
tizo, y que es éste el dialecto que '~abusa" de diminutivos, como muestra y codifican las entidades atendiendo más a las propiedades referen-
el ejemplo de (2b), y Jos emplea casi sistemáticamente no para disminuir, ciales de éstas que a la relación que los hablantes contraen con ellas y
sino para indicar respeto, afecto, ironía etc, de manera que la gorda, con el discurso comunicado; es decir, los españoles, a diferencia de los
así pese cien kilos, siempre será la gordita, y el muerto, que obviamen- mexicanos, prefieren describir la escena comunicativa más que apor-
te no disminuyó de tamaño por haberse muerto, siempre será el muer- tar su propia visión al respecto. El mundo indígena en el área aquí
tito. Todo ello invita a plantearse cuáles son los Vínculos del español ejemplificada parece situarse entre ambos mundos, y emplea casi in-
indígena con el español mexicano general e invita a preguntarse cómo distintamente los dos valores.
se conformó ell\rféxico mestizo.

CUADRO 3 3, C!UTERIOS METODOLÓGICOS PRÁCTICOS PARA UNA


FILOLOGiA iJNGÜÍSTICA
~DIMINVI'IVOS EN ESPANOL DE INDÍGENAS VS. ESPAÑOL URBANO
Para este conocer la cultura e identidad de un pueblo a través de su
MADRID EsPAÑOL INDIGENA CIUDAD iVfÉ..XICO lengua, el requisito indispensable es la existencia de corpora amplios
1 de documentos de interés lingüístico, que hayan sido seleccionados,
1REFERENCIAL 58% (338/586) 45% (387 /856) 28% (397 1 1434) compilados y editados bajo estrictos criterios ecdóticos. La finalidad
/No REFERENCIAl. 4-2% (248/586) 55% (469/856) 72%(1037/1434) de estos corpora filológicos es la creación de infraestructura filológica
!
1 Resultados de investigación similares se obtienen con indigenismos (Rcynoso, l 995),

Estos datos, creemos, permiten adelantar, aunque de manera tími- con dativos (Company 1998, en prensa, a), con transitividad {Flores, en prensa), con es·
da todavía, ciertas conclusiones respecto de la relación entre la len- tructuración del discurso (Compan}; en prensa, b).
ASPEC"fOS MF.TODOLÓC!COS PRÁCTICOS .•.
119
118 CONCEl'ClÓN COM/'ANY COMI'A¡>;Y

sistemática -esto es, rescatada, depurada, organizada y editada crí- tal necesaria para conocer la historia del español de México y n6s
ticamente- documental y textual de interés lingüístico con dos ob- permitan estudiar y llegar a entender en su momento cuál es la rela-
jetivos: a) uno inmediato, consistente en generar nuevas evidencias ción lengua-cultura en nuestro pais y cómo en perspectiva lingüística
para un mejor conocímíento de la historia del español O151-de ma- se generó el México mestizo. Este trabajo es complemento del artícu-
nera particular en el caso que nos ocupa, el español de México-, y lo (Company, en prensa, b): ahora focalizamos aspectos metodológi-
de los procesos de contacto cultural y lingüístico, lo cual permitirá dar- cos ecdóticos externos, aquel focaliza aspectos ecdóticos teóricos y
le continuidad a la investigación que ya se viene realizando, y b) uno metodológicos internos, y realiza una comparación entre las prácti-
mediato, mucho más importante, que nos permitirá contestarnos a cas ecdótícas lingüística y literaria. La ejemplificación en este trabajo
nosotros mismos o a las siguientes generaciones, con una mirada ob- está basada fundamentalmente en el libro Documentos lingüísticos de la
jetiva mediada por los textos rescatados e interpretados, una pregun- Nueva España, abreviado a partir de aquí como DLNK
ta consustancial al ser humano: quiénes somos, por qué somos así y La selección de los materiales que nos permitan estudiar la evolu-
cuáles son nuestras raíces? Sin corpora lingüísticos, generados cientí- ción de la lengua en un determinado país y cuáles son los vínculos
ficamente, no seda posible documentar las preferencias históricas de entre lengua y cultura en esa determinada comunidad debe estar guia-
los hablantes, en este caso, los mexicanos, por ciertos usos lingüísti- da, a mi modo de ver, por varios principios o criterios, que es conve-
cos, ni estudiar qué reflejan esas preferencias de su particular visión niente imponer como requisitos o restricciones a priori en la búsqueda
de mundo, tal como acabamos de ver en el apartado 2. de esos materiales; todos ellos coadyuvarán a encontrar el documen-
En lo que resta de espado atenderé a dos cuestiones: i) examinar el to que sea lingüística y ecdóticamente idóneo. A saber: coloquíali-
tipo de documentación idónea que se requiere para un mejor conocí~ dad, amplitud cuantitativa, diversificación temática, amplitud crono-
miento de la historia del españolcolonial mexicano, de manera que lógica, factura del documento, género textual, homogeneidad
podamos llegar a saber qué comparte con el español general y qué le geográfica y diversificación social y étnica. El respeto de estos requisi-
es propio o idiosincrásico, y a partir de ahí podamos acercarnos a ana- tos -·o de cualesquiera otros que se consideren convenientes o nece-
lizar la relación lengua-cultura en esta comunidad, y ii) señalar algunos sarios de imponer- permitirá ofrecer una documentación estructu-
aspectos ecdóticos prácticos, convenientes de tomar en cuenta en la rada y presentar al estudioso una edición crítica homogénea y útiL
constitución de cmpora de materiales no literarios de interés lingüístico. Tales restricciones son las que guiarán la constitución del corpus o
Lo que sigue es fundamentalmente una reflexión metodológica sur- constitutio corporis -equivalente a la constitutio textus de la crítica textual
gida de la práctica, tanto de elaborar el libro Documentos lingüísticos de literaria~ y guiarán de manera específica los tramos metodológicos
la Nueva Espar7a, Altiplano central (Company, 1994), una edición critica ecdóticos iniciales: discriminación, selección, elección y ordinatio (Com-
de 320 documentos coloniales mexicanos en su mayoría inéditos, que pany, en prensa, b). Pasemos a examinar y justificar cada uno de esos
abarcan prácticamente todo el periodo colonial (1525-1816), cuanto requisitos en la búsqueda y selección de documentación lingüística
de coordinar y participar en el proyecto de investigación "Genera- idónea.
ción de infraestructura filológica para Ia investigación y la docencia"
apoyado por el CONACYT, que se lleva a cabo en el Instituto de i) Coloquialidad, El objetivo general es poner a la disposición del estu-
Investigaciones Filológicas, y cuyo objetivo es generar corpora diversos dioso documentación colonial de carácter coloquial, que se aproxime
y amplios, de español colonial y español de indígenas, presentados en lo más posible a la lengua española hablada en América, específica-
ediciones críticas rigurosas, que nos proporcionen la base documen- mente en México, durante el periodo colonial. Es dificíl, ciertamente,
120 121
CONCEI'C!ÓN Cü.'vll'i\NY COMPANY ASPECTOS Mf.TODOLÓGICOS T'Rt\C.TJCOS ••.

definir el término 'coloquial' y aún más para la lengua escrita, sin con tu padre, sólo con desile que esperas. Que la señal
embargo se trata en una fase inicial de discriminar entre documenta- que será para que estcs en ella es que a las dose de la
ción lingüística idónea y documentación carente de interés lingüísti- noche, dando la esquila en san Fransisco, salgas al ca-
co, Y ?e seleccionar la segunda teniendo en mente que deben ser redor del primer patio de la portería -como que sales
prefenblemente documentos no oficiales y en buena medida espontá- a oriná- y tosas ... (DLNE, 1689, 146).
neos, de poca o nula elaboración literaria, caracterizados, idealmen-
te, por estar escritos en primera o segunda persona, 0 , si en tercera Que Dios Nuestro Señor me deparará alguien que me
person~, por ~r~sentar abundante estilo directo, por reproducir temas traega los traste<;itos que estubieren por allá, que hay pa-
de la .VIda cot.Idrana, ya que ello nos permitirá acercarnos al español peles que me importan en la cartera [... ] y otros pape-
colomal amencano de todos los días, y por mostrar en general un dis- lillos sueltos que tambien le di a guardar a Xavier, que
curso y una sintaxis Huida. En ellos, mucho mejor que en la documen~ no combiene los lea nadie, los quales estan atados con
tación oficial, aflorarán el español cotidiano y las peculiaridades dia~ una hebra de hilo, y un villetito esquinado, sin sobre
lecta!e.s idlosincrásicas del español en México. La coloquialidad es un escrito. Éstos fuera bueno quemarlos, que son cosas de
reqmslto, aunque dificil, fundamental para una filologia lingüística y conciencia. Pero lo que está en la cartera de sayal,
debe tenerse en mente de manera constante en las etapas de discri~ muy guardadito, hasta que embíe por ello (DLNE,
minación y s_elección de materiales. En los ejemplos que siguen, apa~ 1691' 160).
r:cen unos fragmentos del prototipo de documento que integra este
t1po de corpus. Que al hir subiendo este reo las escaleras de la tarima,
ya venía inmutado, y sentó del mismo modo. Y antes
(3) Y uno dellos vestido de azul, que lo conQ(;era mostran- de comenzar a leer cosa alguna, al preguntarle el señor
doselo, echó mano a la espada, y el viejo a hujr. Y inqquisidor si estaba malo, porque se dexaria la au-
segun este testigo vio la capa del viejo cortada, le al- diencia, se puso como tieso, los oxos trabados, y luego
canc;aron en ella, y el dicho vit:jo huyendo venía a se tiró al suelo ... (DLNE, 1739, 197).
entrarse en la Inquisicion. Y vio este testigo que un Ga-
marra, que estava a la puerta de la Inquisíc-ion, salio a Debe tomarse en cuenta que coloquialidad y espontaneidad no sig-
ellos diziendo que lo dexasen, que hera viejo. Y los sol- nifican necesariamente, ni mucho menos, español popular o no culto,
dados dixeron: HiY aun a vos tambien!", y comenc;:aron ya que la selección de sólo este registro de español ofrec~ría u?a vi-
a tirallc de cuchilladas, y él a defenderse. Y a esto salio sión muy parcial, y angulada erróneamente, de la compleJa soct~dad
de la Inquisicion Pedro de Fonseca, portero, con su es- colonial; por el contrario, el corpus debe reflejar el español cotidtano
pada, diziendo: "¡teneos, hombres de bien, teneos! ¿qué empleado en la Colonia por una población socialmente y cultural-
es esto? ¿qué es esto? .. " (DLNE, 1576, 60). mente amplia, popular y culta.
Existe en los diversos fondos documentales coloniales numerosa
Regalo y bien de mis ojos. ¡Lo que me cuestas de lagri- documentación coloquíall culta y popular, de español colonial, si bien
mas y sospriro! Miras si queres salir esta noche, que en hay que se alar que desde luego no es la más abundante. Cabe seña-
ti está. Y si quires, abisa de palabra a Juanilla, que ba lar que dentro de esos fondos documentales coloniales, ciertos ramos
122
CONCEPCIÓN COMI'ANY COMJ>ANY A51'f.CTOS METODOLÓGICOS PRÁCTICOS .•. 123
pr~pician ~ás que otros la existencia de documentación coloquial.
tipo particular de texto o documento o por una temática específica;
As1,. por ?emplo, .en los fondos documentales Archivo General de
esto es, la búsqueda de la filología lingüística es para la lengua y no
Indias (AGI), Archivo General de la Nación (AGN) 0 Fondo Reserva-
para textos particulares. Se requiere, por tanto, cont.ar con bas~s d~­
do de la Biblioteca Nacional (FRBNJ, podemos percatarnos de que en
cumentales amplias en cantidad de páginas y amplias en la diversi-
gen:ral los ramos que contienen documentación epistolar (Patronato
Indtfer~nte General o Audiencia de México en el AGI, Inquisición e~ dad temática, para dar oportunidad a la apa~ción de morfolo~a ex-
tensa, construcciones sintácticas variadas y léXIco abundante y dtverso.
el AGN, Lafragua en el FRBN) o documentación legal y noticias re-
latiVas .a tran~g~eswnes a bandos y prohibiciones para la regulación
Si en diferentes tipos y temáticas de textos encontramos pautas recu~
rrentes de comportamiento lingüístico, ello es garantía de que así era
de laVIda cotidiana (Inquisición en AGN, Gaz;eta de México en FRBN),
el español de la época en cuestión y no el estilo de un texto particu-
o pl~I~os po~ n:>bo, asesinato o contrabando entre gente del pueblo
lar; si en la diversidad y mezcla textual y temática, encontramos los
(.Judicial, CnmmaJ e Inquisición en AGN,.Justicia y Escribanía de Cá-
mismos hábitos lingüísticos, podremos estar más seguros, o menos
mar~ en AGI), propici~~ por Io general, más que otros ramos, la pre-
inciertos de la validez de nuestras generalizaciones lingüística<;.
sencm de documentacwn coloquial y espontánea (por ejemplo Con-
sulados. y Contratación en AGI o 'Tierras de Indios en AGN ~on d e
Para~~ seguimiento de los requisitos ii) y iíi) es conveniente cono-
. cer previamente la estructuración interna del ~ond~ o lo: ,rondes ~o­
menor mt~res pa~ n~estros fines). En general, como un paso prelimi-
cumentales base ele la búsqueda, así como la h1stona pohnca y soctal
nar de caracter practlco, resulta muy útil leer una historia social de la
de la zona y periodo a investigar. En la conformación de un corpus
zona y periodo que se desea documentar con el fin de conocer cuál
lingüístico es determinante saber cuál es la organización del fOndo
er~ el entramado soci~ y étnico de la zona y periodo en cuestión y
documental en cuestión, las relaciones jurídicas y temáticas entre sus
~uálcs aspectos de la VIda colonial estaban prohibidos y cuáles permi-
tid~s, de manera que p~damos dirigir nuestra búsqueda, entre otras ramos, y a qué posibles instancias u órganos políticos coloni~I?s co-
rresponden esos ramos; este aspecto externo del proceso ec?~t1co es
~osJbles, a l~s transgreswnes a esa vida cotidiana en Jos diferentes
angulos que mtegraban la sociedad colonial. similar al apoyo que para la constitutio textus encuentra la cntlca tex-
tual literaria en lo que se conoce como historia textual (Orduna 1991,
ii) Amplitud cuantitati~a, y iii) Diversificaci6n temática. Para poder llegar a
1996).
En la búsqueda de las relaciones lengua-cultura, es importante ha-
ca.racten~ar el espanol de una zona o periodo y a partir de ahí deter-
cerse una idea previa de la historia política y social de la zona y de
:nt~ar ~t:ále~ as.pectos culturales encuentran codificación gramatical, sus movimientos migratorios, porque ello puede iluminar la investi-
es I~qu~sJto mdtspensa~le un punto de partida que sea cuantitativa y
gación y puede incluso determinar la elección del document.~ (Com-
cu~h~at.Jvamente ampho. Es decir, la base documental del análisis fi- pany, en prensa, e). Por ejemplo, si se compara la documentaciOn c~lo­
l~logtco ling~í~tico debe estar constituida por corpora muy amplios y niaJ del altiplano y sur de México con la colonial de Cuba, es pos1ble
diVersos temancamente.
apreciar a primera vista que sus asentamient?s huma.~os eran mu~
El .obj:tivo del análisis lingüístico, como es sabido, es obtener ge-
diferentes, la respectiva vida cotidiana colomal ta.mb1en lo era, as1
~erai,Izacwnes Y, ~ncontrar las pautas y rutinas lingüísticas que con~
como distintas las relaciones sociales entre sus habitantes. Los docu-
~orman la gramaac.a de un determinado estado de lengua, y garanti- mentos del AGN, y del AGI en los ramos relativos a la Nueva España,
zar co~ ell~ que la mterpretación no es contextua! o particular y que
muestran una diversidad éU1ica concentrada en indígenas y españo-
la exphcac1ón no está condicionada, hasta donde es posible, por un
les, en cambio la documentación del Archivo Nacional de Cuba (ANC),
125
124 CONCICPC!ÓN COMI'ANY COMPAi\'Y ASPECTOS METODOLóGICOS PRÁCTICOS .•.

en La Habana, y la correspondiente a Cuba del AGI, refleja una instancia jurídica-; es esto una restricción insalvable de cualquier
mayor diversidad de población europea (además de españoles, apare- acercamiento a la historia de una lengua. Creo, sin embargo, que
cen numerosos portugueses, holandeses, ingleses, y aún franceses en los este panorama un tanto sesgado no afecta de manera profu~da el
d_ocumentos), mucha población negra y mulata y es casi nula la presen- análisis de los niveles inferiores de la lengua, como la fonolog:ta o la
cm indígena. Parecería también que México era en general una zona morfología, pero puede ser un factor a tomar en cuenta a la hora de
de asentamientos más estables, mientras que Cuba parece ser zona de caracterizar la sintaxis, el léxico y la estructuración del discurso de un
paso, bien para tierra firme, bien para realizar transacciones comer- determinado periodo.
cíales con Santo Domingo, Jamaica o La Florida. La vida cotidiana Por ello, como decimos, un modo de garantizar el objetivo de ca-
se nos muestra asimismo muy diferente: los documentos del AGI y racterizar estados de lengua y no textos o temas específicos es, dentro
AGN reflejan una presencia importante de la vida religiosa en la Nueva de ]a coloquialidad e idoneidad lingüística requeridas que ya hemos
España, y, por tanto, el castigo a la transgresión de sus normas se señalado diversificar lo más posible la documentación, tanto en cuanto
vuelve la temática central en varios ramos de estos dos fondos docu- a los te~as como en cuanto a los tipos de documentos, además de
mentales: juicios por solicitación, brujería, idolatria, amancebamiento, procurar que cada periodo esté abundantemente ejempli_ficado. Si en
a iluminados, poseídos, judaizantes, etc. En la documentación colo- la diversidad y amplitud cuantitativa encontramos las m1srn~s pautas
nial cubana, por el contrario, no se encuentran casi temas religiosos lingüísticas, ello significará que las generalizaciones gramanc~les re-
y abundan en cambio juicios a esclavos negros (por asesinat~, po; sultantes no dependen de los textos seleccionados, sino que ast era la
robo o por intentar huir),juicios por trasiego y contrabando de mer- lengua.
cancías de las embarcaciones, y también un buen número de pleitos
callejeros. Incluso la documentación interna de la Nueva España arroja iv) Amplitud cronológica. Aunque la esencia de una leng~a es ~na con~­
diferencias importantes según la zona geográfica que se documente: tante evolución y cambio imperceptible en el que es Impostble reali-
mientras que para e! altiplano central la diversidad en la temática zar cortes o quiebres bruscos, uno de los objetivos de una filología
religiosa parece ser la característica fUndamental de los juicios del lingüística es conocer los cambios experimentados por una lengua en
ramo Inquisición (AGN), la documentación de este mismo ramo para el curso de su acontecer histórico y determinar cuántos estados de
la zona sur de la Nueva España (actuales Oaxaca, Chiapas y Guate- lengua pueden establecerse en ese acontecer. Para po~er realizar una
mala), el área con mayor presencia indígena en México, arroja una diacronía amplia, un corpus lingüístico debe contener rdealmentc do-
concentración notable en sólo dos temas: juicios por brujería y juicios cumentación cronológicamente sucesiva y de periodos completos desde
por idolatría (Tsutsumi, en proceso). el punto de vista historiográfico, ya que ello garantizará que la docu-
Diferencias en la historia externa de las zonas y periodos a docu- mentación perteneciente a cada siglo fue seleccionada con los mis-
mentar condicionan sin duda tanto los ramos a investigar, cuanto las mos criterios, dando homogeneidad al corpus final y facilitando la com-
temáticas y documentos a elegir en la constitutio cmporís, así como, por paración inherente a todo análisis lingüístico. . , . .. , .
tanto, el léxico y el tipo de textos discursivos que deben ser estudia- En el caso de que la documentación colonial de mteres lmgmstlco
dos. Desde luego siempre será parcial la visión de una zona y periodo fuera abundantísima, como sucede, por ejemplo, con la procedente
a través de la documentación, ya que es una visión filtrada por los del altiplano central de México (área geográfic~ en 1~ que se concen-
contenidos de los fondos documentales --por lo regular, la gente "nor- tran los DLNE), puede resultar conveniente realizar ciertos cortes cro-
mal y corriente)} no suele llegar ni a los tribunales ni a ningún tipo de nológicos, y establecer ciertos periodos, a manera de focos cliacróni-
!26
CONCEPCfÓN COMI'ANY COM!'ANY ASPECTOS METODOLÓGICOS PRÁCTICOS •. 127

cos, cuya documentación deberá ser investigada con mucho mayor tarea diciendo que nosotros buscamos aquella documentación que el
detalle y seleccionada más abundantemente, ya que en ellos se con- historiador pasa por alto o desprecia por ser de poca val:ía oficial.
centrará el corpus. Para los DLNE y también para algunas de las edi- Si fuera necesario guiarnos por la factura del documento paraje-
cio~es críticas que se están realizando en el proyecto de CONACYT rarquizarlos en cuanto a su idoneidad lingüística, podríamos decir
arnba mencionado, se decidió agmpar un conjunto grande de docu- que califica con diez aquel documento, cartitas o notitas por lo regular,
mentos e~ cada mitad de siglo, dejando un intervalo temporal entre que no tiene el tama o del folio de uso jurídico, de letra muy cursiva e
cada conJunto de documentos de aproximadamente cincuenta a os irregular, no cortesana y no procesal, y de cursus gráfico muy rápido,
lapso que corresponde grosso modo a dos generaciones de hablantes e~ con una interlínea muy desigual, que no deja márgenes -ello signifi-
el supuesto de que en ese tiempo se harán más fácilmente perce~ti­ ca que no fue escrito pensando en un reuso oficial para posibles cote-
bles los cambios en lengua escrita, ya que entre abuelo y nieto cabe jos y anotaciones al margen___.:, que carece de encabezado y de los
supone.r un mayor quiebre comunicativo que entre padre e hijo. En signos oficiales en el centro superior del folio que 11evan los docume?-
cualqmer caso, todo documento especialmente valioso en cuanto a su tos oficiales o las cartas dirigidas a autoridades, tales como el chns-
coloquialidad y1o espontaneidad se incluye, pertenezca o no a los món, las iniciales S.C.C.M o S.C.Q.M [sacra católica c(<;)esárea majes-
focos cronológicos establecidos.
tad] o las fórmulas del tipo 'Nluy Sr. mio', y que no tiene indicaciones
para destinatario ni del remitente en el vuelto del folio, lo cual puede
v) Factura del documento. El requisito de espontaneidad, informalidad y significar que el destinatario era alguien muy conocido y, por tanto, el
coloqUiahdad de nuestra documentación obliga a una paciente bús- documento podrá reflejar un uso lingüístico más coloquial e incluso
que,da en lo~ fondos docu~entales, ya que el Jengu~e jurídico .y el íntimo. Los dos primeros facsímiles de las siguientes páginas ejempli-
caracter ofic1al de la mayona de su documentación, que utiliza como fican este tipo de documento.
se sabe fórmulas y modelos discursivos previos, puede enmascarar el Tendría una calificación medía aquella documentación destinada
valor lingüístico del documento idóneo, e incluso muchas veces el do- al uso entre particulares, tales como cartas y notas diversas; este se-
cumento espontáneo y coloquial puede estar arrinconado u oculto en gundo tipo de documentación suele ya tener encabezados, en ella el
legajos aparentemente muy oficiales. cursus gráfico es menos irregular, el tama o de papel es algo más gran-
Puede orientarnos en esa búsqueda tanto la adscripción del docu- de que en el primer grupo, y los márgenes son algo más amplios. Por
mento a ciertos tipos de ramos -una adscripción aparentemente rara ejemplo, las solicitudes de embarque para las Indias (AGI, Indiferente
es una pista valiosa·-, cuanto el tipo y ductus de la letra, y desde luego General) correspondiente a los primeros años de la Colonia (1550-
la factura general del documento es una indicación o pista funda- 161 Oaproximadamente) suelen contener valiosísimas cartas persona-
mental en las etapas de discriminación y selección de los materiales. les de los primeros colonizadores, escritas en un tono familiar e íntiw
Las letras cursivas, sueltas, rápidas son más sintomáticas del posible mo, ya que eran la prueba que los familiares de España presentaban
carácter no oficial de un documento; en general los documentos con ante el Consejo de Indias para mostrar que tenían deudos en las
letr~ no oficial, no cortesana o no procesal, que carezcan ele sellos Indias y que eran, por tanto) dignos del permiso de embarque. Una
oficiales, que no tengan el tamaño típico ni las marcas del papel de carta de este tipo se ejemplifica en el tercer facsímiL
estado para el manejo administrativo, o que, incluso, carezcan del Tendria una calificación más baja en cuanto a su posible idonei-
sello de agua de las fábricas de papel autorizadas suelen ser candida- dad lingüística la documentación estrictamente oficial, con letras pro~
tos casi seguros a tener valor lingüístico. Podríamos resumir nuestra cesales encadenadas o cortesanas, éstas pequeñas y muy homogéneas,
129
128 CONCEPCIÓN COMJ>ANY COMPANY ASPt;cros M~:TOOOt.ÓG!COS PRACT!COS ••.

con amplios márgenes, y que suele tener anotaciones marginales, tales


como la ejemplificada en el cuarto y último facsímiL Esta documen-
tación suele ser por lo regular de escaso interés para nuestros fines, ya
que por lo general contiene información administrativa muy oficial y
muchas veces preguntas y respuestas sujetas a fórmulas fijas. Sin em-
bargo, es conveniente no pasar por alto su consulta, ya que pueden
aparecer comentarios y apostillas de gran esponteneidad, y el cuerpo
de la denuncia y los testimonios, en el caso de juicios de carácter
penal, suelen presentar un lenguaje fluido y bastante espontáneo, que
es transcrito por el escribano casi literalmente.
Finalmente, es de escaso o nulo interés lingüístico aquella docu~
mentación exclusivamente oficial y de empleo administrativo, consis~
ten te, por ejemplo, en cédulas reales o en folios sellados y numerados,
con varias firmas y rúbricas en el vuelto del último folio, y que gene-
ralmente tiene grabado o impreso un sel1o y trae un agujero, redondo
u ovoidal, en el ángulo superior izquierdo de cada folio para uso
interno del cuefpo administrativo empleado en la Audiencia, el Con-
sejo, en el Tribunal de la Inquisición o en otras instancias administra-
tivas coloniales.

Documento cuya factura indica alta idoneidad lingüística (DLNE, 1686,14!)


130 CONCE!'C!ÓN C0,\1!',\)<Y COl>ll',\c-;y ASPECTOS Mf..TO()Ol.ÓGICOS PR,;,Cl"JCOS .•. 131

o,

Documento de a!ta idoneidad lingrilística (DLNE, 1689,147) Documento de idoneidad lingüística media (DLNE, 1571, 38)
132 ASPf-CTOS METODOLÓGICOS l'RÁCT1COS •• 133
CONCEPCIÓN GO/o.JP,\NY COMPAIW

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Documento cuya i:lCtura


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sug:¡ere •idoneidad r .. , .
(DLNE, 1529~ ;) mgmsttca media o baja
Documento de escasa idoneidad lingüística (DLNE, 1800, 279)
134
C01':CEJ'C!ÓN COMPANY CO.\!PANY ,,S!'I.;(;TOS ~IE"JODULÓGJU)S l'R:\t:TJCOS ... 135

Ahora bien, no todo documento oficial debe ser desechado de an- para nuestro vi<l:je e tornada a nuestro natural, e como
temano: una documentación muy oficial puede traer ocasionalmente hombres cstranjeros e de fuera destos rreynos, no he-
anotac~ones marginales interesantes por su espontaneidad, o puede mos hallado fabor nj quien nos ayude para camino ...
s.e~ de mterés para estudiar el discurso. Veamos un ejemplo. Las so- (1568, 35).
licitudes de embarque ya aludidas, meramente formulaicas en su
mayoría,, t~enen algunas de ellas valor documental lingüístico: las es- vi) Género textual. En estrecha dependencia con el criterio relativo a la
casas sohcxtudes realízadas por indígenas presentan en general mu- factura del documento especificado en el rubro anterior, está el de
cha más adjetí':'ación que las. r.e,alizadas por españoles, y por Jo regu- género o tipo de documento. En la íase de selección de la documen-
lar el planteamiento de la petJClOn propiamente tarda más en aparecer tación base del corpus, este criterio nos impone tanto respetar la colo-
en el texto indígena, lo cual nos remite a una estructuración más quialidad, cuanto diversificar las temáticas y tipos de documento, con
barroca, menos directa del discurso, y apoya, desde la estructuración el fin de que los resultados obtenidos permítan 1 como ya comenté,
del ~i:curso, lo afirmado en el apartado 2 de este trabajo para Ia formular generalizaciones sobre estados de lengua y no sobre tipos
relacwn lengua-cultura en el español de México. Así, en los dos ejem- específicos de textos. Idealmente este tipo de corpora debe estar con~
plos d~ \4), ambos redactados en primera persona, se puede apreciar f()rmado por una mayoría de cartas y notitas autógrafas diversas. Si
esta d1stmta complejidad discursiva: (4a) es una solicitud de embar- bien son ellas el tipo de documento más dificil de encontrar, son fun-
que para la Nueva España dictada por un español en 1568, y (4b), damentales para constituir un corpus lingüístico, ya que es el único
del mismo año, es una petición dictada por dos indios. Transcribo las tipo de texto que se atreven a escribir los no instruidos, y son, por
primera: líneas de cada documento; el segundo, como digo, es bas- tanto, el género textual que más puede aproximarse a la lengua ha-
tante mas largo que el primero, si bien ambos contienen la misma blada de un determinado periodo; cartas y notitas constituyen el do-
infOrmación esencial.
cumento coloquial por excelencia.
Los inventarios de bienes y testamentos, aunque de nulo interés
(4) (a) Muy poderoso señor.\\\ Juan San eh es de Can pos digo: sintáctico, resultan valiosos para estudios léxicos de campos semánti-
quel año pasado byne de la Nueva España en la flota cos relacionados con diversas facetas de la vida cotidiana. Ocasional-
de que byno por general don Christoval de Eraso. y mente podrá incluir el corpus memoriales y peticiones, ya que, aunque
hize otra en la billa de Al cala de Henares y la presenté bastante oficiales, son casi los únicos tipos de documentos donde puede
ante buestra alteza en este pueblo con la que hallé ... observarse, al menos para la Nueva España, el español aprendido por
(1568, 34).
indígenas. Debe incorporar también denuncias y testimonios en jui-
cios relacionados con aspectos de la vida cotidiana, procurando que apa-
(b) C. real magestad. \\\ Lorenyo de Alameda e Martin rezca estilo directo; éstos últimos son valiosos porque de la confron-
de AguiJar, yndios princ;ipales e naturales de la \'Íbdad de tación de las respuestas de diferentes testigos a una misma pregunta
Niexico, que es en los vuestros rrcynos de la Nueva podemos acercarnos a variación sincrónica y a cambios en proceso.
España, besamos las rreales manos de vuestra mages-
tad .. E como sus humilldes vasallos de aquellas partes, vii) Homogeneidad geográfica. Idealmente un corpus de documentación
dez1mos que nosotros venjmos astes rreynos dEspaña a lingüística debiera abarcar todas las zonas dialectales-geográficas de
nego\=ios, e de algunos nos hemos despachado. E agora un país, de manera que el estudioso que tome como base de su análi-
136 \Si
CONCEPCIÓN COM!'ANY COMPAN\' ASPECTOS ,\lETODOLÓGlCOS PRACT1COS •••

sis estas ediciones críticas pueda acercarse a los materiales coloniales ca como autores, escribientes o testigos la gama de los distintos estra-
t~nto desde un~ perspectiva diacrónica como diatópica. Sin embargo, tos sociales y las distintas etnias y mezclas raciales existentes en la
SI la zona y penodo a documentar tienen una gran extensión geográ- Colonia. Ello permitirá reflejar en el corpus la composición social de
fica Y una compleja composición étnica, y, en consecuencia de estos }a vida cotidiana durante la Colonia, de modo que el estudioso pueda
dos factores, se produce una fuerte variación dialectal, como es el caso acercarse más fidedignamcnte a la lengua hablada durante un deter-
de la ~ueva ~spaña o del actual!\1éxico, este objetivo ideal es práctica- minado periodo en su heterogeneidad y variación sincrónicas ..
~ente Imposrblc de lograr y se corre el riesgo de ediciones críticas dema- Los ocho criterios o requisitos que acabamos de exponer, aplicados
smdo heterogéneas, dificultando la comparabilidad de los materiales de manera rigurosa en los tramos metodológicos ecdóticos de discri-
r Es ;onvenien~e, a mi m~do de ver, en casos de alta complejidad minación y selección, permiten lograr un corpus a~plio y diverso t~x­
geografica fraccionar o zomficar a priori geográficamente el área de tualmente, a la vez que homogéneo, que nos deje entrever los dJfe-
búsqueda, eligiendo sólo una de las posibles zonas dialectales) y reali- rentes estados de lengua que componen el periodo colonial, Y que,
zar tantos corpora lingüísticos como, grosso modoJ zonas dialectales am- dada la naturaleza coloquial de sus materiales, nos permita acercar-
plias existan en el español actual de la zona en cuestión, garantizan- nos a la lengua hablada en esa zona y periodo. La documentació~ .a~í
d.o con ello una mayor homogeneidad documental y língüíst.ica. Por seleccionada deberá proporcionar suficientes elementos de anahs1s
t:Jcmplo, para los DLNE y ei proyecto de CONACYT arriba mencio- como para poder discernir entre usos generales y usos que sc~n ca-
n~d?,.se decidió fragmentar Iviéxico -Nueva España en perspectiva racterizadores dialectales, pudiendo con ello acercarnos a analizar la
h1stonca- en cuatro grandes zonas dialectales, que corresponden a relación lengua-cultura en ese periodo.
ot~s :antos corjJora y ediciones críticas: a) altiplano central, b) costa
atlantt.ca y sureste, e) sur: Oaxaca, Chiapas y Guatemala, d) noroeste:
el terntorio comprendido por Ia Nueva Galicia hacia el noroeste. La 4. FASES METODOLÓGICAS DE UNA EDICIÓN CRÍTICA
com~arabilid~d de estos materiales permite suponer que pronto se DE DOCUMEl\'TACIÓN UNGÜÍSTICA
podra hacer Investigación diacrónica y diatópica sobre la evolución
de~ :spañol colonial de México. Análisis posteriores basados en estas La finalidad de que los materiales estén editados bajo estrictos crite-
edtc1ones críticas nos dirán si fue adecuada o no la fragmentación rios ecdóticos es acercar al estudioso lo más posible al original Y per-
geográfica establecida a priori. mitirle una mejor comprensión de la lengua, y su contexto cultural)
reflejada en esos materiales. Las etapas met~dológi:as q~e ~e ~.~o~o­
viii) Diversificaci~~ socialy étnica. Es i~portante seleccionar sólo aque- nen para la realización de una edición critica de mteres hngmsttco
lla documcntacwn cuyo autor) testigo o denunciante sea originario son las siguientes:
de la zona colonial a estudiar) o se tenga información de que vivió en
c~a zona por años. Este criterio) inaplicable claro está para los primeros a) Ubicación de los fondos documentales base de la ~nvestigación
cm~uenta o sesenta años de existencia de la Colonia} asegura que se y conocimiento de la historia externa de la zona y penado a docu-
esta rescatando la lengua de los hablantes oriundos de la zona colo- mentar.
nial en cuestión .. Es d~~eable .también q~1e en el corpus aparezca repre- b) Localización en los fondos documentales anteriores de los ~a­
sen.tada la estr~tlficacwn social y la vanedad étnica que componía la teriales que pudieran ser de interés lingüístico, con base en los cnte-
sociedad colomal en cuestión; es conveniente dar lugar a que aparez- rios señalados en el rubro anterior.
138
C:Ol\'(;EI'l:lÓN CO;\-II'AN\' C0,\1PANY
ASI'ECTOS METODOLÓGICOS !'RACT!COS .. 139

e) Discriminación del conjunto de materiales localizados entre


BJBI.IOGRAfiA
aquéllos que en opinión del investigador sí son de interés lingüístico y
aquellos que no lo son.
eOMPAN¡y , e• t 994 · Documentos linaüíslicos
"' de la Nueva
, .Espm1a. Altiplano Central, Méxi-
d) Selección de los materiales que integrarán propiamente el cor~ co: Universidad Nacional Autónoma de MeXl~o..
pus con base en los criterios arriba señalados. 1998. "Thc interplay between form and meam~g m lan~ua?c cbange. G~a-
e) Transcripción en paleografía estrecha 1 con criterios estableci- . ¡·JZ at"on
mma Jea I of cannibalistic dativcs in Spamsh", Studtes m Language! 22.3,
'
dos previamente, de los documentos seleccionados para constituir el pp. 529-566. . r ·· E - ¡
E , "Motivaciones distintas para una gramat:Ica Jzacwn. , spano
corpus base. n prensa, a.
de España vs. español de México", Signo)' Seña. JUVU!a ue mguw zca
n. · J
1
L' ··~- · de la
f) Cotejo de cada documento, puntuación y generac10n de epí~ Universidad de Buenos Aires. . .. ,·
grafe-resumen temático 1 ubicación, fecha, fondo documental, etc. que En prensa, b · "Para ' u>ra' historia del español americano.
, ·La G
cdtcJOn cnttca
á Od
encabeza cada documento. de documentos coloniales de interés lingüístico', Homena~e a erm n r una,
Alcalá de Henares v Buenos Aires; Universidad de Alc.'l.la~CONICET. .,
g) Ordúzatio del total de los documentos. La organización está guiada
Fr.ORF..S, M . E·n pre1 lsa . Í.etsnw, laismOJ' loismo en el espm1ol., . Sus orfgenes y evolucwn,
por los criterios arriba señalados, ordenándolos en estricto orden ero~ Mexko· Universidad Nacional Autónoma de Mextco. - .
nológico y dentro de cada año o periodo poniendo primero los de ÜRDUNA, G ..1991. "Ecdótica hispánica y el valor cstemático de la hJstona del
alta idoneidad lingüística dada su coloquialidad. Es importante la texto'' Romance PhiloWgy. 54: 1, 89~1 Ol. . ~

ordinatio en esta etapa metodológica ya que ella permitirá hacernos _ 1996. '"La critica textual ante la documentaciOn ·' h·stórica
1 ' (Los últimos anos

de la Crónica de Enrique U)", lncipit, !6, 1~18. . . .


una idea global del sistema lingüístico subyacente, de los posibles cam- REYNOso,j. 1995. La integración de indigenismos en el español colon~al me:acaniJ;s~s de
bios, de las pautas comunes en la documentación, y evitará en la licenciatura inédita, México: Universidad Nacional A~tonoma d~ l ~XICO~·
etapa del aparato crítico repeticiones innecesarias, ya que lo que, con- - En prensa. "Desarrollos paralelos en el contacto csp~nol .len~as mdigena .
siderado de manera aislada, parece propio o particular de un texto indi enismos léxicos y diminutivos"' Anuario de Estw:ws H!Sp~mcos. -·
específico puede ser una caracteiÍstica compartida por varios docu- - En :roceso. ÚJs diminutivos en el español. Un. estudio de ~u:lcctolog¡a c~~~p~rada, te )!S
mentos de ese periodo. de doctorado, México: Universidad Nacwnal Autonoma de MeXIco. -
TsvTSUMI, A. En proceso. Docwnmto.r lingiifsticos del. sureste de la '!uelia ~:pa~a. Tr_ans"
h) Identificación de los locí critici que ameritan una nota o comen- cripción, edición, estudio.filológico) gr~m_atical, teSIS de maestna, McxJco. Umver
tario crítico. sidad Nacional Autónoma de Mc:·oco.
i) Elaboración de notas: tanto aparato critico, cuando sea perti-
nente, como comentario crítico, atendiendo siempre a la específici-
dacl del texto y periodo y nunca al conocimiento enciclopédico de la
zona o periodo documentados.
j) Lectura total del cmpus para marcado de índices.
k) Elaboración de índices diversos.
1) Elaboración del estudio introductorio, atendiendo tanto a cues-
tiones ecdóticas como lingüísticas) en los varios niveles de lengua, y
culturales reflejadas por los materiales.
Hacia una historia de la crítica textual en México

~ Laurette GomNAS
El Colegio de México

unque no se pueden descartar en el mundo hispánico mues-

A tras aisladas de curiosidad por los problemas de ecdótica 1, la


inquietud en este ámbito se ve reflejada, por un lado, en la fun-
dación en Buenos Aires del Seminario de Crítica Textual y el lanza-
miento de la revista Inápi~ primera revista en lengua española dedi-
cada exclusivamente a problemas de ecdótica y, por el otro, en la
publicación del fecundo Manual de ,,.[tica textual de Alberto Blecua2 ,
ambos a principios de los años ochenta. Desde entonces, numerosas

1
Como dice Germán Orduna, para los autores de lengua castellana la edición crítica
"estuvo librada, desde sus comienzos, más a la laboriosidad y buen juicio de los editores
que a una metodología reOexiva y consecuente [...] Salvando el caso excepcional de Sola-
linde [...], la filología hispánica permaneció ajena, en la práctica, a la experiencia que
alemanes, franceses e italianos realizaron con los textos en provenzal y antiguo francés".
Sin negar la importancia de Ramón !'\'lenéndez Pida!, deja claro sin embargo que "la
ciclópea labor de don Ramón[...], a nivel editorial, se ocupó de textos medievales conoci-
dos por un solo MS. [...],excepto el caso particularísimo de la Crónica Gmeral castellana,
donde la recensio llevó la mayor parte del trabajo [... ] y finalmente se optó por aplicar el
iudicium [•..]" ("Ecdótica hispánica y el valor estemático de la historia del texto", Romance
Pkilology, 45 (1991), p. 89).
2
Alberto B!ecua, Manual de critica textual, Castalia, Madrid, 1983.
142
L-\tJRE'n·c CODINAS lMClA L'C\A HISTORIA !)F. LA CRITICA TI'.XTUAl. E:"' MtXJCQ 143
pu~licaciones han completado el panorama: nuevos manuales3
flexwnes sobre pasos específicos del me't d 4 re- f '
EDICIÓN CRÍTICA Y TEXTO CRÍTICO
d · · o o v un numero e ·
edeclicwnes cri~cas,. ~u; se debe sin duda a la c;eación de espa~~~l~ncüt:s
ca os a su pub1 1cacwn". e - Antes de realizar esta revisión, me parece oportuno dejar claro cuál
~éxico no ha permanecido ajeno a este fCnómeno el int , será el corpus estudiado, con el propósito de llegar a una definición
l~s mvestigadores por la crítica textual empieza a s ' ~ ~res de precisa de la "edición crítica" que permita establecer los cortes nece-
m~eles de la vida académica nacional: poco a ~p;c urgtr a to os Io; sarios en el mundo de la publicación de textos literarios y lingüísticos
mas adela t b . o, Y como se vera en México6 • El problema no es sencillo. Al hacer una revisión históri-
la publicac~ó~ ~e v~~ ~ nend?, espacios dedicados exclusivamente a ca de la edición crítica de textos desde Lachmann hasta Dom Quen-
cad e e rcwnes enOcas y, en las colecciones. existentes es
a vez mayor la preocupación por respaldar la pra' .: ' . tin yJoseph Bédier, Germán Orduna resumió así la falta de una defi-
reflexió d I, · ~cuca con una nición precísa:
n m~t~ .o Ogica sobre la esencia de la ecdótica. Esta f

en una fase Inicmi y tal vez sea el mas aun


pitulación de cort' h. t, . mor?cnto oportuno para una reca- Sea cual haya sido la línea metodológica que se adoptara en ese
e IS onco que permita tomar Jos elementos im
largo siglo de intentos y logros, cada uno de los editores sabía
tanthes de lo ya hecho para incorporarlos a lo que se hace y lo que qupeodr-
por acer. a que el objeto era la edición dd texto, sin mayores definiciones
sobre ella, porque el cuidado y preocupación por mejorar la ver-
sión disponible hasta ese momento en que comenzaron los tra-
bajos para editar el texto estaban ordenados sistemáticamente
para lograr su objetivo [...] Una definición parecía obvia cuando
~-
1
José Manuel Fradejas Rueda !ntroducciOn ¡ d" · . cada trabajo teórico o práctico sobre edición de textos proponía
Madrid, 1992; Miguel Ángel Pé~ez Prie o a a e -~i6n de lextas mcdT.eval.e.s castellanos, UNED, ejemplos textuales para justificar la normativa o presentaba el
Pedro Sánchcz-Pricto Bo·¡·a' __., J·¡ , g ' La edu:OII de te.rtos, Síntesis, Madrid, 1997 )'
Madrid, Arco/Libros 199B·
' > WO/l/0 tm ar !OS textos med /.e Q · • '
. ~eva s. n/enos para su pre.rentaciOngrdl.'ca
caso de un texto que finalmente el crítico editaba7•
, , para una examen cnt1c0 d ¡ d · V' '
Alanual de critica te.ftua{ de B!ccua éas J , M e_ os os pnmcros, así como del
' v e ose anucl Luc1a M · "M
textua J: Jas líneas maestras de 1 • d . ( ~ , _ eg~as, l anuales de critica Carentes de un manual con que se expusiera una metodología ge-
l ]5. 153. a ce o !Ca cspanola ' Remsla de Poética Medieval, 2 ( l 998), pp.
neral, las ediciones recibieron durante mucho tiempo el calificativo
4 A este respecto, las pát,rinas de la revista In :p 't .
discusión: al!i se encuentran poc ·¡·empl 1 fl ~ constituyen un importante foro de
1 de "críticas') basándose en la valoración de sus propios editores Gustl-
... o as re ex1oncs de G .· 0 d
nueva etapa en la reccnsío la ",,1,,,, 1 1 " ( .
'd' ' ''" xerna vcase sobre t0 d "La /'· ·
erman r una acerca de una ficada por numerosos ejemplos) o en el juicio de la editorial que al-
co lees como procedimiento a" ·¡· fi' l · O co wtw externa de los
uXl Jar para uar C stemma ()({
Aya/a", lncipit, 2 (1982) PP 3 _52 "L· l' .
La Q .
e lcum. s rómcas del Canciller
bergaba el texto. La reflexión que se llevó a cabo en Italia a finales de
.. ' · Y a co •aho e:rtema de lo · d' . los años sesenta sobre la edición de textos en lengua romance colmó
aux¡]¡ar para completar la rec'''"" (La d' . s co Jces como procedJmicnto
· · • ~•v s a JCJOncs a la CrO · rk A!/i
m~cJales de la CrrJnica de Pedro!)", lncipit, 4 me~ · . onso X_l y los capítulos esta laguna. Así, podemos encontrar en los Principi e applica<,ioni di
09841
m1sma la importancia de h t•o ¡ d ¡ d" . "pp. 17-34), Luc1a Mcg¡as expone en Ja
-
de los anos '"' ra e os Jas¡stemas acu-·d
setenta para la ed¡ ... ·, 0- 0 d•l ¡·, " .,'
e
_na a por esare Scgre a finales
critica testuale, de Aurelio Roncaglia, cierta voluntad de discernir con
• ' '- ... :.1uro ue 1 Cal'a 1
1ero 7jr.1 ("La , d ·. precisión los alcances y límites de la crítica textual y su encarnación
Y e J CJcmp!o práctico del Li'b-.. "¡ _. 7 ;r; -...vtr !cona e los dmsistcmas
• "' ue cava11ter u -.J¡ar" fncipit 16 t¡ 9gG)
~ Pienso en colecciones de m, : ' 1 , pp. 55-!14). como un conjunto de prácticas concretas dentro de la edición crítica:
de la editorial Cátedra "CJ, ·
as o menos recientes ere ·-
,.,. , acmn como
"Lctras Hispánicas"
' as1cos 1aurus o la "Bibl' Cl, . ., '
panorama de !a edición .-r,·,,·ca E • h lotcca astca de Critica. Para un
... , en ·spana asta m d' d d 1
Jauraldc Pou, "La crítica literaria" en A d : · Am e Ja os e os ochenta, véase Pablo G Por razones metodológicas, quedarán fuera de este estudio ediciones de rescate y
Casta!ia-Mlnlstcrlo de Cultura 'f d' 'd " ~es · orós el al., Letras españolas 1976·1986.
'~~a rJ ' 1 98 1, pp. 169-206. ' divulgación, que cumplen una fUnción meritoria pero han de estudiarse en otro apartado.
1
Gcrrnárl Orduna, "La 'edición crítica"', IncifJil, 10 (1990), pp. 17-18.
144
l.AURETrt: GQ!)!Nr\S H1\CIA UNA HISTORIA DE LA CRITICA TEXTUAL EN MÉXICO 145

e
Scopo dclla critica testuale di restituirc ¡¡ Testo alJa sua forma Aunque la aplicación fiel ele la metodología no sea por sí misma
genuina~ eliminando tutte le alterazioni eh 'essa puó avere subito garante de la calidad final de una edición crítica, ni se deba descartar
nel corso del~a trasmissione dall'Autore a noi; ossia di presentare la posibilidad de que una edición en la que falten criterios explícitos
a: ~ettore-~IC:vente il Messagio esattamente nei termini origi- pueda considerarse crítica9 , podemos tomar como punto de partida
nan [... ), ehmmando, per quanto possibile, gli effetti del "Ru-
mo:e" ~onnesso ai processí di trasmissione [.. .].
para un esbozo preliminar de la crítica textual en México lo que dice
. E chtaro che lo scopo casi enunciato rappresenta una meta Germán Orduna al ensayar una definición para el trabajo ecdótico:
Jdeale, non sempre raggiungibile con sicurezza, e che anzi dovra 'Juzgando objetivamente, entendemos que el calificativo de 'crítica1
tal~ra essere dichiarata francamente irragiungibile; ma aUa qua- depende exclusivamente de la intención y metodología con que ha
le e con:u_nque doveroso tenderc con ogni sforzo (...] A tale sco- trabEYado el editor y de la explicitación de las mismas en la obra
po: la cnt1ca testuale dovra utilizzare tutti i dati pervenutici, non- realizada o en el estudio que precede al texto" ro.
che tutte le conoscenze storiche e tutti glí strumenti logici che Como queda subrayado en las definiciones anteriores, no pueden
possono permctterci cli valutarli. Essa eleve altresi fornirc all'utente ser confUndidas las dos realidades distintas que representan, por un
i _me~zi in~is~ens~bili per controllarc la validita dei risultati rag- lado, la edición crítica y, por el otro, el texto crítico.Jt;tzgando impres-
gt~~tl: ossm 1 datt caso per caso forníti dalla documentazione cindible una distinción entre ambas cosas, Pedro Sánchez-Prieto Bor-
utth~zata, nonché la giustificazione delle scelte tra cssi effetuate ja -que define el texto crítico como "fin y resultado de aquéllan 11 -
e ~e1 ctitcri scguiti per effettuarle, denunciando scnza reticenze
concluye diciendo que "no deja de ser cierto que desde un punto de
gh e~entual~ .d.ubbi r,esidu.i .. Solo una edizione che risponda a
guestJ reqmsHI potra legltttmamentc fregiarsi dcHa qualifica vista científico la ausencia del aparato oculta la información necesa-
d'edizione critica. ~
Una t~le edizione comporta, dunque, che la presentazione
del testo sta accompagnata e integrata da un apparato, nel quale pueden permitir valorarlos, También debe proporcionar al usuario los medios indispensa-
trove.ranno posta le v~rianti non accolte nel testo, la segnalazio- bles para controlar la validez de los resultados a los que se ha !legado: es decir, los datos
caso por caso suministrados por !a documentación utilizada, así como la justificación de
ne d1 dubbt sulla leztone adottata, eventualmente il ricordi di
las elecciones realizadas y los criterios seguidos para llevarlas a cabo, dejando ver sin
congetture formulate o di soluzioní diverse adottate da editori reticencias las dudas que queden pendientes. Sólo una edición que responda a estos requi-
precedenti, ed ogni altra simile índicazione di cui si ravvisi sitos podrá adornarse legítimamente del calificativo de crítica.
l'opportunitan. Tal edición conlleva, por lo tanto, que la presentación del texto se vea acompañada e
integrada de un aparato, en el cual se encontrarán las variantes que no fueron recogidas
en el texto, el señalamiento de las dudas acerca de las lecciones adoptadas, eventualmente
las alusiones a conjeturas formuladas o soluciones adoptadas por editores anteriores, y
cualquier otra indicación similar que se juzgue oportuna". Aurelio Roncaglia, Pn'ncipi e
Trad~zc?:
8
• • "La linalidad de !a crítica te.xtual consiste en restituir al texto su forma applica::;ioni di critica /estuak, Bulzoni, Roma, 19i5, pp. 25~26.
~~tgmat, ehmmando todas las alteraciones que pueda haber padecido durante ta transmi~ 9 Como dice Germán Orduna: "A veces, aunque no se expongan los pasos metodológi-

smn _del _autor: ~osotros: es decir, presentar al lector-receptor el mens;¡Je exactamente en cos cumplidos, el aparato de variantes, las notas textuales y críticas, las observaciones
los t~rmmos ongmales [... ],eliminando, en la medida de lo posible, los efectos del "ruido" ocasionales o los archivos publicados revelan los criterios aplicados y los objetivos cumpli-
relac10nado con Jos procesos de transmisión [... J. dos; ellos muestran que el autor se ha propuesto, y quiere presentar, una edición 'critica',
Resulta claro que la finalidad, así enunciada, representa una meta ideal no siempc esto, independientemente --insistimos- de que ese aparato sea completo y correcto, las
alcanzable con sem~ridad
::.; , y q uc,, a 1co ,1t rano,
• d b · '
e era a veces declararse francamente inal-e notas criticas acertadas, o los archivos, pertinentes", "La 'edición crítica'", p. 19.
canzable; pero h::c~a la cual debe tender, sin embargo, cada uno de nuestros esfuerzos [...] 10
/bid., p. 18.
Para ta~ fin, la cnttca textual deberá utilizar todos los datos que han llegado hasta noso- 11
Pedro Sánchez~Prieto Borja, Cómo editar los /txlos medie!la/es. Criterios para su pmentacWn
tros, ast como todos los conocimientos históricos y todos los instrumentos lógicos que gráfica, Madrid, Arco/Libros, 1998, p. 70.
147
146 HACIA UNA H!STOR!t\ DE !.A CR.!T!CA TEXTUAL !O!'> MÉXICO

ria que justifica las decisiones del editor'' 12 • Un texto critico sin apa~ uista en Xicotencat/ 15, novela histórica a lo Chateaubriand, hasta la
rato de variantes no puede ser considerado, por lo tanto, un alivio q~gunda mitad del siglo XVlli para El Periquillo S(lmÍento de Fernández
...
para el público ávido de gozar una oL, ;. literaria, sino que deja al de Lizardi, de corte picaresco 16 , pasando por los procesos mquiSlto-
lector sin los datos explícitos que !e per:n.i .an reconstruir fácilmente riales del siglo XVII que proporcionaron a Vicente Riva Palacio la
la tradición textual de la obra. materia prima para Morlja y casada) virgen y mártir o iV!artin Garatuza, no
se encuentran huellas de una atracción cualquiera por los documen-
tos antiguos en sí; por otro lado, sí bien se publican desde la segunda
mitad del siglo XIX estudios de corte bio-bibliográfico sobre autores
MÉXICO Y SU PASADO LITERARIO
del pasado preindependentísta 17 , hay que esperar el inicio de la Cam-
paña Nacionalista -que_ se dio en los gobie:nos que siguie_ron al d ~
El interés por el rescate filológico del pasado literario presenta en Obregón y tuvo repercusiones en todos los mvcl_es de la soctedad-
1
México, por razones históricas evidentes, un importante desfase con para encontrar los primeros intentos de eclitar c~ticamente obras. d~l pa-
respecto a la filología europea -primero Alemania, luego Francia, sado. Así, encontramos en Contemporáneos, reVlsta que se pubhco por
con la excepción de Espaíla, como ya se pudo ver-- que tuvo en el aquellos años, la primera edición crítica del Primero sueño, de la Carta
nacionalismo forjador de identidades específicas de cada país una atenag6rica y de las liras de Sor Juana Inés de la Cruz , todas n:vad~s
19

importante motivación para hurgar en los tesoros del pasado 13 • En a cabo por Ermi1o Abrcu Gómez; por las mismas fechas, XaVIer Vt-
México, el proceso de Independencia llevó, cristalizando el odio hada llaurutia publicó en Biblióülos mexicanos los sonetos de la poetisa, en
la Metrópoli, a un rechazo casi general de! pasado colonial y, p\_r lo una edición tal vez no tan crítica como se desearía pero que significó un
tanto, a la búsqueda de nuevos modelos, tanto en el ámbito cultur3.Ies paso adelante para el conocimiento textual de la obra de Sor Juana
como en el plano literario 14 • En la lírica, desde muy pronto se volvie-
en lVféxico20 •
ron los ojos hacia París. Y, dentro del género novela, aunque Ja época
colonial sirvió como inspiración para novelas históricas, desde la Con-

12
lb1-d., p. 70; Germán Orduna expresa una opinión similar: "[El contenido de la 1ntro·
15 Para la historia editorial, la atribución a Heredia y el análisis de la novela en su
ducdón o Estudio preliminar, el aparato de variantes y notas, los archivos anexos al estu-
dio] son, aparte del texto mismo, apoyo imprescindible para juzgar al trabajo realizado contexto histórico, véase Alejandro González Acosta, El enigma dt Xicoténcal~ Universidad
por el editor. [...J Entendemos que el texto crítico es el centm y núcleo esencial de la Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Bibliográficas, México, 1998.
edición crítica y que puede evaluarse por sí, en el cotejo con el texto anteriormente dispo- w Cf. Emma So!is, Lo picaresco en las novelas de Fmzánde~ de Li;;.ardi, México, Lim, 1952.
nible; pero, al no disponer de la franja de variantes ni de notas criticas, esa evaluación es n Véanse, por ejemplo, las referencias a estudios de este tipo sobre Juan Ruiz de ¿.lar-
muy penosa y precaria", "La 'edición critica"', p. 19. eón en la reseña que hace Ermilo Abreu Gómcz al libro Dorothy Schom, en "Aclaraczones
13
Véase al respecto Sebastiano Timpanaro, La genesi dd metodo del Lachmann, Felice Le a la vlda Ruiz de A!areón", Cont.emparáneos, 6 (encro~marzo de 1930), pp. 88-89.
Monnicr, Firenze, 1963, pp. 32-33. 18 Sobre los detalles de ésta, véase José Manuel López Victoria, I..n Campm1aNadonalista,
11
Como dice Migue! Rojas Mix, '~excepción de unos pocos autores, Bello entre ellos, Botas, 1\·[éxico, 1965.
este primer hispanoamericanismo caracteriza la Conquista y la Colonización como épocas 19 Ermilo Abreu Gómez, "Primero sueño", Contcmpouíneos, 1 Gunio-agosto de 1928), PP·

de barbaridades y tiranía. [...) Del pasado español se guarda sólo la lengua para que sirva 272~313; "Carta atenagórica", Contemporáneos, 6 (enero~marzo de 1930), PP· 215·268; "Li·
de base a la unión de los 'americanos'", "La cultura hispanoamericana de! siglo x1x", en ras que dan encarecida satisfacción a unos celos", ConltmporriMos, 11 (julio-diciembre de
Luis Iñigo Madrigal {coord.), Historia de la literatura lli.rparwamericmw. T. 2: Del neoclasicismo al 1931), pp. 120~132.
modmzi.rmo, Cátedra, Madrid, 1993, p. 56. to Sor Juana Inés de !a Cruz, Sonetos, Bibliófilos mexicanos, México, l 931.
148
U\VJU;rn; GOOINAS
fiACIA UN,\ HISTORIA DE !.1\ CH.Jnc,\ TEXTUM.. f.N MÉXICO 149
UN EjEMPLO PARADIGi\{kfiCO: IA OBRA DE
SoR JUANA INts DE IA CRuz los personajes más famosos del pasado colonial. El primer acercamien-
to crítico a textos de Sor Juana es, como ya se dijo, el de Ermilo Abreu
La historia editorial de Sor Juana Inés de la C . Gómez en la revista Contemporáneos. Aunque la versión posterior y más
d' ,. ruz es un CJemplo pa
rr:~::;~~ ~~~~ l:techo y de lo q~Ie queda por hacer en Ia crítica text:i difundida de su edición del texto en dos libros de la editorial Botas
. ~ exi o contemporaneo de las obras de la poetisa - u resta un poco de valor a su labor ccdótica25 , esta primera edición del
se refleJa
' d en el número relativamente elevado de ed·ICJones-~
· '' y; dq e Ptimero sueño presenta un texto muy interesante y bastante cercano a la
pues el largo paréntesis neoclásico que le deparó la t ~s- d edición ofrecida después por Niéndez Plancarte. De hecho, los pocos
tex~s c~lte~:noszz, el interés que se le brindó en la épo,cas~~:~nt~c os cambios con respecto a la primera edición se localizan en los vv. 55
mo ermsta y, sobre todo, nacionalista21 hacen de la t ay (donde opta por la variante contenida en la edición de 1725), 772 (lec-
' au ora uno de
ción propuesta por la edición de !693) y 929 (emendatw ope ingenii que
en :~d~:'::;i;a::~~~:~~~u~andot "grlacdi~n
lt""l en¡~
.castálirtMa
e !ClOnes ( adnd 1689 1M d ·
primera edición. de 1689 y·~./690 carece de explicación en nota). El propósito, expresado en una posda-
ta, era el de fijar el texto del Primero sueño, que se encuentra en testimo-
' " o a
!691; Zaragoza, 1692; Valencia, 1709 , J• 2, ed. M d. ; a nd, !,690; Barcelona,
nios de los cuales "todos [... ]-aun el de la primera edición de 1689-
ed.); del segundo, titulado Segundo tomo C!; las d'· '. a nd, 17 !4 y Madnd, 1725, ]• y 2•
p~s:eriorcs, 6 (Sevilla, !692; Barcelona, 1693, ~' IC;~ne;,dc 1.693 y .Obras poéticas en las están estragados" 26 • La pretendida falta de un testimonio considerado
1;2;,¡; del tercer tomo cuyo título liJe el d r ' / ed., Madnd, 17 J 5 y Madrid, de mejor calidad le permite no justificar sus elecciones cuando se
7
l~Oi; Barcelona, 170]; Madrid, 1714 M:d~~;a( ; r~, ~ueron 4 las ediciones {Lisboa,
bhográfica" de Georgina Sabat d R' y S ' 5), vease al respecto la "Notícía bi- aleja del texto de Sevilla en los versos mencionados anteriormente.
edición de Geor<rina Sabat d. R'e ¡veCrs en¡· ocMJuan~ Inés de la Cruz, lnundaci6n caslálida Por otra parte, la omisión en su aparato de variantes de algunas erra-
21 o· • e 1vers, asta 1a, ¡ adnd 1983 72 75 '
Se pueden leer los comentarios de Fei'óo Altal~ira 'pp. ·. ' tas evidentes de los testlmonios27 se debe sin duda a su afán explícito de
acota Méndez Plancane en su "Tntrodo'"".,
. ·· ,
2, s' J
.......Ion a or uana Inés d ¡ e
no o Mencndez y Pclayo que
Ob anotar sólo "las variantes que me han parecido no hijas de meros
edlctOn, prologo y notas de Al ti ~r. d PI . e a ruz, ras completas,
'!. . onso !v en ez ancarte Fondo d C 1 E
WCXJCO, J95J XXXV!JIXXXJX
' -_.
l
; so )re estos comentarios ¡ f
' C UtUra COnÓmica
' descuidos de impresión o de capricho tipográfico, sino consecuencia de
gcnc_ral, véase tambien la introducción de A t . Al y a ortuna de Sor Juana en la propia oscuridad o incertidumbre del texto" y de regularizar la
A~·brye. Conln'hución al Centenan'o de la lndepend.:n;~ ~en~- . at~rre ~n A.~ado ~e:;o, Juana de
nlo Alatorre, Consejo Nacional paco la e lt . 1 "A1CO, tntro ~CCIOn y ediclOn de Anto· ortografia de los testimonios, anteriores a los primeros intentos de fija-
2:¡ N • u ura Y 3S rtes Méxtco 1994 ción de la ortografía por la Real Academia28 •
1 0 es en absoluto mi intención realizar • ' · ' 'PP· 14-25.
sobre Sor Juana; por lo que interesa ·d ""'" taqdut ¡un rasb treo completo de la bibliografia
. ' ' "-~ca e e as o ras de la t .
ca be mcncmnar las edidone~ de Juan L·· M . au ora, en e 1 s1glo XIX
(.·r,'R .. - • ,_.on • era {Qmto 1873) E' F B
J:.l amaso Mg 1cano 1875) R B d 1 e 1. (\' ' ' · uentes y etancoun información y una valoración de esta última edición, véase Octavio Paz, Sar Juana Inés de la
. ·. ' ' ' · e a o ma ·eracruz-Puebl 1890\
ed IC!on en Barcelona de Antonio Elía de M ]' f.· . . a, 1 y, entre otras, una Cm;:; o Lm trampas de lafi, Seix Barra!, Barcelona, 1982, pp. 364-368.
art, cit., p. LXVII, nota 93, s • o ms, s.. , vease al respecto Méndez Plancarte, ~ 5 Sor Juana Inés de la Cruz, l'oeslas selectas, Botas, México, 1940 y Poesías wmplttas, Botas,
2ip0 d
ernos mencionar entre otras· Obras esco 'das r · · México, 1941; sobre la crítica a !as "inexactas lecciones (o erratas)", véase Méndez Planear-
m, México, J 928· las edidon"'~ .' d :gz ' ec IC!On de Manuel1bussaint, Cultu· te, "Notas al sueño", en su edición de SorJuana Inés de la Cruz, Obras completas, pp. 575-576;
' "~ mencmna as supra de Ermilo Ab G
neos, a las que siguieron su edición de las Poesfas B , . reu ómez en Contemporá- también se pueden encontrar allí comentarios sobre las lecciones que ofrecen las ediciones
edición al cuidado d ... P•d·o H • U ~ ' otas, Mexlco, 1940; las Obras esc0 ,..;,¡as de Karl Vossler, Die T#lt im Traum, Berlín, 194! y la de Joaquín Ramírez Cabañas en la pu-
" " • cnnquez rena y Pat · - e E"' '
Aires, 1938; Poes(as líricas edición deJoa uín R , riCIO - anto, Espasa-Calpe, Buenos blicación inaugural de la Colección de rscritom mo.icanos de la editorial Porrúa, que sigue la
~(metr;s editados por Vi!la~rutia mencion~os su;;~;~z C~banas, Porrúa, l\~éxico, s. a.; los edición de las Poes!as completas de Abre u Gómcz· en Botas, ihid., pp. 5 76-5 77.
tmentai, México, 1945; Poes(a)' teatro prólogo de ~·I ~~~Cis~~ ~Ionterde.' Sametes, lntercon- 11
Abrcu Gómez, "El sucflO", p. 312.
1
E/ .11ter1o, edición, estudio y notas d 'Alfi M: a. e unoz, Agudar, Madrid, 1946; 21
Véanse en "Notas al sueño" los vv. 17, 103, 138,257,258, 334, 4!5, 570,649,753,
J\·!éxico, !951, mismo año en el q~e se on~~r· .e~~ez Plancarte, Imprenta universitaria, 778, 915.
P !Co e t. 1 de las Obras completas; para más ~~ Abrcu Gómez, "El sueño", p. 313; omite también alguna que otra variante intere-
sante, como por ejemplo cuando en e! v. 635 opta por la lección trat de 1693 {frente a atrae
150
lAVRETrE GODINAS HACIA UN,\ HISTORIA DE !.A CRÍTICA TEXTUAL EN 1>·!((XlCO 151

Esta primera edición científica del texto de Sor Juana presenta to- en cuenta su punto de partida, no preocupó a Abreu Gómez al em-
das las características de una edición crítica; la libertad al seleccionar prender su edición31 • El aparato crítico, como parte de la constitutio !ex-
las lecciones que forman parte del texto crítico está, sin duda más tus) es un elemento importante de la crítica textual en la que se refleja
que justificado por la descalificación de todos los testimonios, de l~s que muy bien la preocupación principal de ésta: encontrar el justo medio
se da una breve descripción. El autor expone también sus criterios entre la voluntad de exhaustividad y la necesidad de economía.
frente a las grafias y la puntuación, lo cual permite al lector una com- Aunque hubo algunas ediciones en el medio, entre las cuales la
prensión cabal del fenómeno ecdótico en el momento de abordar el crítica de Vossler ya mencionada, la siguiente edición importante de
texto crítico.
las obras de Sor Juana son sin duda las Obras complet~ editadas por
Si algo hubiera que criticar aquí y en las ediciones posteriores, Alfonso Méndez Plancarte y publicadas por el Fondo Económico de
es ~na falta de economía en la formulación del aparato crítipo, es Cultura. Su importancia radica tanto en el tamaño de la empresa y
dec1r, un desaprovechamiento de las herramientas formales q'Ue la su voluntad de exhaustividad en la recopilación de las obras de la
crítica textual ha ido desarrollando en dos siglos de existencia moder- monja como en el hecho de que, por ser las primeras obras completas
na, como, por ejemplo, las abreviaturas usuales en la cor::signaclón de modernas de la autora y por el amplio poder de difusión de la edito-
l~s notas de variantes (om., add., mg., etc.), el uso de siglas, algunos rial, se convirtió rápidamente en el textus receptus 32. Aparte de la tarea
Signos de puntuación y otras convenciones. Como dice Pedro Sán- de completar las ediciones antiguas con materiales esparcidos, el edi-
chcz-Prieto Borja: tor emprendió la construcción de unas Obras completcLf totalmente dis-
tintas de los tres tomos publicados, con sucesivas reediciones, entre
[...] el fluido diálogo entre [el aparato critico] y el texto, gracias a 1689 y 1725: considerando que "la división de los tres volúmenes
la precisa sintaxis que la práctica ecdótica ha desarrollado y afi- hubo de ser del todo ocasionaP' 33 , opta por una separación de corte
nado en sus ramas bíblica y clásica, permite mostrar analítica-
mente la información sobre la historia textual) y al mismo tiempo
su interpretación, en la que se fundamenta la propuesta editorial 31
Por ejemplo, si en el v. 9 en vez de "1692 [posible sigla: Sevilla, S], pavorosa; 1693
([...] la interpretación de la historia del texto que permite expre- [Barcelona, BJ, pavomsa; 1715 [Madrid 1715, }.-11], vaporosa; 1725 [Madrid 1725, M2],
sar el aparato tiene neta superioridad científica sobre la mera vaporosa" se pusiera en el aparato crítico "pavorosa SB: vaporosa }v/1 !'vf2", se podría dar
yuxtaposición de variantes)2 9• cuenta de manera económica de la indudable relación -que se confirmará después-
entre las dos ediciones madrileña~.
31 El concepto de te.rtu.r receptus casi coincide con el de vulgata pero con cierto matiz

S_i :n vez de dar cuenta de las variantes mostrando por orden cro- úegativo, pues ''alude a la actitud pasiva y no crítica de quien acepta una cuestión como
terminada y no indaga sobre la autoridad y procedencia de esa forma textual disponible''
nolog¡.co lo que contiene cada uno de los manuscritos el editor hubie- (Germán Orduna, "El Libro de b!Mn amor y el libro del arcipreste", La Cr6nica, 17 (1988-
se juntado en un aparato crítico, sea positivo o negativo 30, las varian- 1989), p. 6). Con este término, nos referimos a la autoridad que se le dio, a tal punto que,
t:s comu~es bajo sus siglas respectivas, se podría tener a primera con o sin crédito, se volvió el texto del que se tomaron muchas ediciones posteriores. Un
~jemplo de edición plagiada podría ser la de Sor Juana Inés de la Cruz, Los empetios de una
Vlsta una Idea de las relaciones entre testimonios, cosa que, tomando
casa, fontamara, México, 1988, en la que sólo aparece un prólogo mínimo sin ningún dato
acerx:a del texto firmado por Napoleón Rodríguez; de más seriedad académica y mayor
difusión es ]a edición de la Obra selecta, selección y prólogo de Margo Glantz, cronología y
dd re:to de los impresos); v. 9251a omisión en 1725 de mil y v. 9721a adición de y en 1692 bibliografía de María Dolores Bravo Arriaga, 2 vals., Ayacucho, Caracas, 1994, en la que
y 172::>.
29 se agradece al Fondo de Cultura Económica !a autorización para reproducir !as notas de
Pedro Sánchez-Pricto Borja, op. cit., p. 70.
3 Alfonso Méndez Plancarte.
~ Sobre !a construcción de! aparato crítico, véase Blecua, op. cit., pp. 147-152. 33
!bid., p. XLVUI.
152 HACIA UNA HISTORIA DF; l..r\ Cll.ÍT!CA TEXTUAL EN MtX!CO
153
U,URWnE GOO!NAS

genérico; en el caso de la lírica, uno de los problemas que surgen en de ser exhaustiva, y el establecimiento del texto crítico se hace, en no
38
este tipo de clasificación es la presencia de titulas como "Al mismo pocos casos, en oposición con toda la tradición impresa • , .

asunto" o ':A lo mismo", que cuando se refieren a textos de forma Se trata, pues, de una edición de fácil acceso que puede ser unl cono-
poética distinta, se encontrarían descontextualizados si el editor no ciendo sus limitaciones; de cualquier modo, un análisis textual exacto
metiera al mano al texto repitiendo el título del poema al que seguía precisaría de una comparación previa con los facsí~iles, para tener
en la edición originaP+. una comprensión cabaJ del soporte textual del estudiO planead~ .. ,
En cuanto al texto crítico que ofrece, además de despqjar la obra de Si bien cae fuera de este panorama tanto por su lugar de edJcion,
su aspecto primitivo al reordenar las composiciones según criterios aje· la editorial Castalia de Madrid, como por la nacionalidad de su edi-
nos al espíritu de la época, dos comentarios se imponen . .En primer tora la cubana Georgina Sabat de Rivers, la siguiente edición crítica
lugar, la voluntad explícita de "evitar [...] el profanar con nuestra in\ro- ímp~rtante de Sor Juana merece un comentario: su aparición en una
misión las páginas de Sor Juana" y de Herizar sus textos mismos con ias colección destinada a la publicación de ediciones críticas y que goza
de cierto prestigio ~no siempre respaldado po: la ~~áctica~ .c:?ó
39
llamadas, ni mucho menos de usurpar su espacio con anotaciones al
calce"35 hace poco asequible el acceso al aparato critico, perdido bajo la expectativa de que se tratara de una aprox1macton a la e~IclOn
la forma de notas textuales al final del volumen y mezclado con las definitiva, si no de la obra completa, por lo menos de la pnmera
. "E
nu~erosas notas il ustrattvas . sto no puede sino recordar, mutatis mu- parte. Por desgracia, más que la voluntad de ofrecer un texto real-
landts., lo que dijo recientemente José Manuel Lucía Niegías en una mente crítico lo que se encuentra aquí es un intento de contrarrestar
nota-reseña, cuando, al hablar de la "yerma realidad ecdótica de las la fama de "~dición crítica definitiva" que se le atiibuyó a la edición
ediciones de nuestros clásicos castellanos, en donde se abusa del adjeti- de Alfonso Méndez Plancarte, y el aparato de notas --poco econó-
vo critico y se margina la critica textual en favor de interpretaciones mico-10 no desmiente este propósito apenas velado: la discusión so-
personales o de la acumulación de bibliografía y datos en el lugar don- bre las lecciones del texto crítico parece ocuparse exclusivamente de
de se esperaría el aparato de variantes'', afirma: a[...] el aparato de las decisiones de iviéndez Plancarte y, cuando no, las variantes de los
variantes_ se ha convertido en numerosas ediciones de textos hispánicos testimonios antiguos se presentan mezcladas dentro de comentarios
en el panente pobre al que no se quiere rechazar, pero que se esconde de orden más bien estético que tcxtuaP 1•
con vergüenza" 37 • Por otra parte, la anotación de las variantes además
de carecer del carácter económico al que me refería supra, dist~ mucho la Véase, por ejemplo, en "Notas al sueño", la que corresponde al v. 440: ·~Todos:
antQjos; pero con evidente significado de 'anteojos', que en aqudla r?rma se cscnb1a en lo
antiguo. Por eso, aquí (aun haciendo algo duro el verso), lo modermzamos"; otra muestra
3
t Como por ejemplo el soneto que sigue en !a Inundación CaJtdlida la endecha "Segunda de arbitrariedad es en el soneto "En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?" {Ml', 146, pp.
norabuena de cumplir años el señor Virrey, Marqués de la Laguna", titulado '~Al mismo 277·278), d cambi~ de término de los versos 7 y S para evitar repeticiones: "vv. _7·~ Los.
asunto'> que Méndez Plancarte rebautiza "Norabuena de cumplir ailos el Señor Virrey textos repiten: mi entmdímiento (como los vv. 3 y 4); pero nos atrevemos a substltUir: mt
Marques d~ la Laguna", en Sor Juana, Obras completas, respectivamente, pp. ] 93 y 302 (En pmsamiento", "Notas a Jos sonetos", p. 520. . .. . ._ ..
adelante, cltaré esta edición como MP, seguido por el número de composición y verso). 39 Véanse, por ejemplo, las críticas de José Manuel Lucm MeJJas a la edu~m~ cntlca del
35
"Introducción", p. U. Libro del Caballero ?Jfar de Joaquín González Muela en "La teoría de los dlaSIStemas Y el
36
• C:on excepción de las notas a El suetio, en las que antepone la notas textuales a las ejemplo práctico del libro del CavaUero -?.i[ar", pp. 75·78. . •. ,
Ilustran vas. w Por ejemplo, una nota como "En el epígrafe de Ml', 'digna', en v~z de '~_gmsJma, Y en
l1 José Manuel Luda Megías, "Una lanza en defensa de la edición crítica (a propósito Ja Advertencia 'un amor' en vez de 'un amar"', en Sor Juana, Immdna{m casltilida, p. !03.
de u~a nueva :_dición de !as Cr6nicas de Pero López de Ayala)", Revútn de Poética 1Vfcdievn~ ] 41 Véase, entre otras, la nota referente al verso 9 del poema 2!, que dice. "pues e~ tu
(199!}, pp. 231·228. boca se rosa": '"Rosa' en el original. MP tiene "roza" y apunta la consonanc1a de la nma
!54 155
LAURE1TE GODINAS HACIA UNA HISTORIA Df: LA CRiTICA TEXTUAL EN MbOCO

En~re los distintos acercamientos CIÍticos a Sor Juana, se pueden signos de puntuación y marcas del discurso corno guiones largos con
mencronar una edición de Los empeños de una cara42 que presenta nota~ respecto a las ediciones de Méndez Plancarte y de Gcrardo Molden-
textuales procedentes del cotejo de dos ediciones antiguas y tres mo~ haucr~9, El segundo, al que llama la '(edición filológica de las seis
dernas; éstas se colocan a pie de página, y para distinguirlas de Ias ediciones antiguas", incluye, además de las variantes anteriores, pro-
notas filológicas van precedidas de un asterisco. Otras ediciones re- blemas gráficos como tildes, variaciones en gn1pos consonánticos como
cientes son: por un lado, los Enigma.r qfrecidos a la casa del placer. de ~ss-/-s- y -nm-/-mm- y notas sobre puntos específicos relacionados
A . Al
con las grafias::.o. Se trata de un ejercicio interesante, pero el rcs~ltado ·
4'l )
ntomo atorre ·, y por el otro, la del Primero sueño, publicada por
Alberto Pérez Amador Adam bajo el título de El precipicio de Faet6n". para el lector es un conjunto acumulativo ~ .ab~ndante de vanan:es
En la primera, Antonio Alatorre define así su labor ecdótica: H lvli de dudosa utilidad. En la búsqueda del eqmhbno entre la econon:1~,
edición es ecléctica, pues aun el mejor de los manuscritos presenta ue está en relación directa con una lectura fluida, y la exhaustl\~-
erratas evidentes. La cuestión de las (variantes', demasiado técnica, q ' h . ' 1
dad, la báscula se inclina, en este caso, mas acta esta que 1ac1a
se trata en el Apéndice'''15 ; ofrece además al lector una extensa re- aquélla.
flexión acerca de los problemas de la ortografía, más importantes que :tvlención aparte merecen los facsímiles de los tres tomos de la obra
nunca en el caso de los Enigmas que sólo se conservaron en manuscri- de Sor Juana publicados por la Facultad de Filosofía y Letras". En
tos portugueses46 . En su "Nueva edición" del Pn'mero Sueño Alberto primer lugar, porque estos facsímiles bien hechos son u~a rr:anera
Pércz Amador Adam ofrece dos versiones del texto con fi~alidades rápida y eftcaz de proporcionar infraestructura a los eruditos mte:e-
distintas. El primer texto, que quiere ser una síntesis de las aportacio- sados en la obra de Sor Juana; y en segundo lugar, porque proporciO-
nes de la filología moderna al texto de Sor Juana 47 , contiene en el nan, en los apéndices que corrieron a cargo de Gab~~~~ Egu~a-L~s
ap~rato crítico a pie de página un gran número de variantes que Ponce una revisión completa de gran parte de la tradtcwn SOIJuam-
registran --de modo poco económico--48 cambios de mayúsculas, na im{)resa en esos tres tomos, gracias al cotejo de todos los test~~~­
nios conservados hoy. No se trata, propiamente dicho, de una ediCI_o~
"h~rmosa .Y roza" siguiendo la pronunciación o "seseo" americano [... ] Creemos que SJ
crítica sino de lo que podríamos llamar la primera fase de la ecdo~­
e¡ mere decn que la rosa se hace más roja al contacto de la boca de la marquesa mientras se ca, la ;1:censio, en la que se recrea mediante la descripción y el coteJO
"hace" estrella, o se ilumina, a la vista de sus ojos[ ...] Las ediciones antiguas vacilan entre
'rosa', 'rot;a' y 'roza"', ibid., p. 110.
~~Sor Juana Inés de la Cruz, Los emjJetios de una cara, edición, estudio, bib!iografia y notas
de Celsa Carmen García Vaidés, PPU, Barcelona, 1989. formulación hubiera podido reducirse al mínimo, como por ejemplo "360 [Bl], [B2]: omi~
nsor Juana !nés de la Cruz, Enigmas f!frecidos a la casa del placer, edición v estudio de te !a palabra /w", ibid., p. 88. . . ..
Antonio Alatorrc, El Colegio de México, México, !995. • ,, Gcrardo Moldenhaucr, Sor Juana Inés de la Cruz.: Primero Sueño, texto con mtroducc\On
H Alberto. Pén:z Amador Adam, El precipicio de Faetón. Nueva edicWn, estudio filológico y y notas Imprenta de !a Universidad, Buenos Aires, !953.
camento de "Primero suel1o" de Sor Juana Inés de la Cru~, Vervuert~Iberoamericana Frankfurt~ 50 c'omo la siguiente nota: "1 76 (11!], [M2]: pendécia (pr?bablement~. se trate de. u~a
Madrid, 1996. ' abreviación en que, colocando una vírgula sobre la e se permite la supr~ston de la ene. En
~, Sor Juana Inés de la Cruz, l.!.!zigmas ofrecidos a la casa del placer p. 67. ambos casos, !agrafia no es clara)", Alberto Pérez Amador Adam, op. czi., P· 7?. .
iG fbid., pp. 67-69. >
~~Se trata de! ya citado Immdación r:astdlida [facsímil], el Segundo ¡¡~fume~!, Tomas .Lopez de
iJ "Marcando exclusivamente sus variantes con respecto a la edición históricamente Haro, Sevilla, 1692 [facsímil con prólogo de Margo Glantz en Umvers1dad Nacwnal Au~
import~~tísima de Méndcz P!~ncartc, se propone una edición donde se incorporen todos tónoma de México-Facultad de Fi!osofia y Letras, México, ! 995] ~ !~ Fam~ Y obras ~~s­
los ~ovJsJmos hallazgos filo!óg¡cos", Alberto Pérez Amador Adam, op. cit., p. 24. tlmma.s del Fénix de Jvlb:ico, Manuel Ruiz de Murga, Madrid, 1700 (facsJmJl con mtrod.\ICCJon
l Aunque la mayoría de hu; notas suenen como !a primera: "1 [MP], (GivfJ: Ciclo", Jo de Antonio A!atorre en Universidad Nacional Autónoma de Méxíco-Facu!tad de Fdosofia
cual hace muy pesado el aparato crítico, también se encuentran notas muy largas cuya y Letras, México, 1995].
157
HACIA UNA HISTORIA DE LA CRITICA TEXTUAL CN Mf.XJCO
156 l..AtJRF:n"f'. GODlNAS
sos, que no dan cuenta de la constitució!l del texto critico y_sólo figuran
de Jos testimonios la historia del texto, para poder, en la segunda fase como adornos eruditos!H, Una revisión del trab::Yo ecdóuco en otros
o constitutio textus, decidir con conocimiento de causa cuáles de las ámbitos de la crítica literaria mexicana permitirá ensanchar el panora-
variantes deberán figurar en el texto crítico y cuáles en el aparato de ma y darnos cuenta de 1a evolución patente del interés por prop_orcio-
variantes. Es la materia prima para quien quiera~ como lo expresa nar al lector ediciones más confiables en las que la labor del editor se
Gabriela Eguía-Us Porree: evidencie en cada una de sus decisiones con respecto al texto editado.

fijar una edición moderna de Sor Juana Inés de la Cruz que


EDICIÓN CRÍ1'ICA, ESPACIO DE DIFUSIÓN Y l'ÚBLICO RECEPTOR
considere tanto los textos preliminares -oficiales y panegíricos-
de sus tres libros, como las varíantes y correcciones que éstos
han sufrido a través del tiempo, no siempre de mano identifica- El despertar de la crítica textual en México está en relación directa con
ble, pero sí tratando de no desvirtuar el ingenio original de Sor el desarrollo de los circuitos de publicación para recibir los frutos del
Juana52 • trabajo ecdótico. Cuando Méndez Plancarte publicó su edición crítica
de las Obras completas} con todas las deficiencias que se han señalado, las
Tat recensio era e! primer paso imprescindible para emprender una ediciones solían incluir, si acaso, un estudio bio~bibliográfico y los crite-
edición cJÍtica, pero tal vez sea conveniente, antes de empezar con la rios del editor en cuanto a la transcripción de las graffas, la puntuación
fase de Ja constitutio textus, estudiar los distintos ejemplares conservados y la acentuación, con una recurrente tendencia a la modernización. En
de la primera edición para buscar en ellos la posibilidad de emisiones los últimos años, sin embargo, hemos visto surgir un número cada vez
diferentes, una práctica muy común en la imprenta espaii.ola del Si- mayor de espacios pensados para presentar al público lector no sólo
glo de Oro53 • Si bien se puede afirmar con seguridad que Sor Juana textos críticos, sino ediciones críticas, con sus respectivos aparatos de
no estuvo al pendiente de las ediciones de sus obras en la Península, notas porque, como bien dice Alberto Montaner:
el conocimiento de distintas emisiones podría documentar la existen~
cia de mejores lecciones a partir de la revisión del manuscrito autó~ (...] frente a lo que sucede con otras disciplinas científicas, la
grafo por los correctores de la imprenta. labor primordial del filólogo afortunadamente no se desarrolla
Este panorama podda ser, en buena medida, sintomático del esta- sólo dentro de su grupo científico; es decir, el resultado de sus
investigaciones no se destina únicamente a la difusión interna
do general de la edición crítica en lvléxico. Como se puede ver, se da
entre los especialistas [...] porque el público culto demanda del
prioridad al texto crítico, presentando por lo general aparatos de va-
filólogo que le haga partícipe del resultado de su trabajo en for~
riantes incompletos, anárquicos y poco económicos o, en muchos ca~ ma de ediciones que le faciliten el acceso a sus dásicos, con tex-
tos depurados y las aclaraciones que éstos exijan, en forma de
~ 2 En '~\péndice" a Sor .Juana Inés de la Cruz,
Inundación Castálida (facsímil], p. LX.XVIIJ. notas, glosarios o presentaciones55 •
~3 Véase por ejemplo, la edición de Donald :vfcGrady de Fuen/.e Ovquna en la que docu~
menta el problema de dos emisiones distintas en la Docena parte de la comedias de Lope de
Vega {Lope de Vega, Fuente Ouduna, edición de Donald McGrady, estudio preliminar de ~~Como en el caso del doble texto crítico de Pérez Amador Adam, que pretende hacer
NoEI Salomen, Critica, Barcelona, 1993, pp. 28·29); Francisco Rico alude a la existencia una edición sinóptica experimenta! de mur difícil manejo.
de dos emisiones del Qjájr;te en "El píimcr pliego del Q:', Hispanic Rwiew, 64 (1996), pp. 5~ Alberto Montancr, "Entre Procusto y Proteo o el arte de editar textos épicos", en
313-336 y en la "Historia del texto", en Miguel de Cervantes, DGn Quf.fote de la ft,fancha, David G. Pattison (ed.}, Textos ipiw.r castellanos.· Problemas de edici6ny critica, Queen Mary and
edición del Instituto Cervantes dirigida por Francisco Rico, estudio preliminar de Lá·.taro Wcstfield College, London, 2000, p. 16.
Carrcter, Critica, Barcelona, 1998, pp. CXCIV-Vl.
]58 !.AURE:Tl"E GODINAS HACIA UNA HISTORIA DI': J...\ CRiTICA TC'XTUAL EN }!f.:XICO !59

El desarrollo de los espacios de publicación para las ediciones críti- texto 5 7 • En el caso de las ediciones "eclécticas)), aunque esta actitud
cas está: por lo tanto: estrechamente vinculado con la formación de no es nueva58 , se percibe desde la década de los ochenta cierta alza en
un público rcceptot: No es de extrañar, por lo tanto, que a partir de la frecuencia de este tipo de ediciones basadas en más de un texto
finales de la primera mitad del siglo XX, una vez organizada la Uni- crítico moderno. Para poner sólo un ejemplo, Gerardo Ramírez Vi-
versidad Nacional y en fase de crecimiento el público universitario, se dal, en su edición de los Discursos de Andócides, dice que utilizó todas
empiecen a publicar colecciones que se han mantenido hasta nues- las ediciones e incluyó un aparato crítico "con la finalidad bá..<;;ica de
tros días. De estas colecciones, dos parecen de particular interés para registrar las lecturas de las ediciones señaladas, de modo que el lector
el presente panorama: la Biblioteca Scriptorum Graecorum et Ro- pueda tener a la vista no una, sino todas las interpretaciones de los
manorum Mexicana para la difusión de textos clásicos y, en el caso editores de este siglo"; añade sin embargo que "no [ha] querido abul-
de obras literarias nacionales, la Nueva Biblioteca l'viexicana. tar el aparato crítico, por lo que lo [ha) reducido con diversos recur-
La Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanomm Nfexicana sos"59, Frente a la tendencia de presentar ediciones eclécticas, encon-
tiene como filoso!ia desde sus inicios el difundir en texto original y tramos las palabras de Roberto Heredia Correa en la ''l\dvertencia"
traducción a los clásicos grecolatinos. No se encuentran criterios e:x:pJí- a su edición del Satiric6n de Petronio:
citos sobre el texto griego o latino que sirve de base para la traducción,
pero por la falta de asequibilidad de las fuentes primarias -compren·
sible si se toma en cuenta la distancia que nos separa de las bibliote- ~J Aunque sigue al pie de la letra para su traducción el texto crítico de André Boulanger
cas en las que están conservadas y la carencia generalizada de edicio- publicado en Les Bdles !.el/res, Juan Antonio Ayala dedica en su introducción un lugar
imponantc a la reproducción de las relaciones entre testimonios presentes en su fu~ntc, lo
nes facsimilares de textos clásicos·- el texto critico suele tomarse de
cual es de agradecer para una tradición textual tan intrincada como la del Pm Mllone de
ediciones europeas confiables. Cicerón; véase Marco Tulio Cicerón, En difmsa de Milón, introducción, versión y notas de
Por lo general, se acude a textos de la colección de Les Belles Let- Juan Antonio Ayala, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1963. .
.)1) En la introducción a su traducción de las Heroidas de Ovidio, Antonio Alatorrc expli-
tres, de la Loeb Classical Library o de la Bibliotheca Scriptorum Grae-
ca por qué decidió no optar por un solo texto: ')\] principio pensé atenerme íntegramente
corum et Romanorum Teubneriana56 . En algunos casos -lo cual no al texto de la colección Teubncr f... ] Pero luego observé que en el texto de la colección
deja de parecer extraño a quienes saben que una buena edición críti- Budé [...] se incluyen correcciones recientes y ~e llenan no pocas lagunas. Desgraciada-
ca pasa por la consulta directa de los testimonios o, en su defecto, de mente, esta edición francesa adolece de algunos defectos [...]. La edición inglesa, por otra
parte, se permite también algunas veces corregir el texto de los códices sin justificarlo en
facsímiles- los editores buscan mejorar el texto que se ofrece en notas, qvc por lo general son muy escasas. Por todo esto resolví tomar como texto básico el
dichas colecciones con la consulta de ediciones modernas distintas. El de Teubner, modificando en los casos más necesarios con los datos de Jos otros dos [...] Las
interés por la materia textual con la que trabaja el traductor es legíti- correcciones más importantes de los manuscritos van siempre justificadas en notas", en
Publio Ovidio Nasón, Heroidas, introducción, versión española y notas por Antonio Alato-
mo y puede facilitar al público datos importantes sobre la historia del rre, Univers.ldad Nacional Autónoma de México, México, 1950, pp. 74~75.
~~~Termina el editor dándose cuenta de las limitaciones de su empresa, pero afirma que le
parecíó una buena opción para incorporar variantes de las ediciones más modernas; véase
~·; Normalmente, el editor elige e! texto crítico que sirve de base a su ttaducción si~ Andócides, Discrmos, introducción, edición, traducción y notas de Gerardo Ramírez Vida],
guiendo criterios de calidad, aunque a veces las razones pueden ser de índole práctica: Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1996, pp. LTU. Otros ejemplos po-
como dice Pedro Tapia Züi'íiga al defender en su introducción a los Himnos y epigramas de drían ser !a edición de Hipócratcs, De la medicina 1mligua, introducción, texto crítico, traduc-
Calímaco el texto griego de Cohcn, "si los lectores quisieran saber el por qué de esta ción y notas de Conrado Eggers Lan, Universidad Nacional Autónoma de PAéxico, México,
elección, fue más práctica que cienrifica: es completa, asequible, y tiene un aparato crítico !987, en la que el editor anuncia detalladamente en la introducción (pp. CXII-CXIII) todos
presentable", en Calimaco, Himnos)' epigramas, introducción, versión rítmica y notas de los lugares en los que se separa de su texto de referencia y Marco Tu_Jio Cicerón, Catón el
Pedro C. Tapia Zúñiga, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1984. Mqyor: De la vqt:. úlio: De ltZ amistad, edición y notas de Julio Pimentd Alvarez, Universidad
160
f!J\C!A UNA HlSTORlr\ PE l.A CRÍTICA TEXTUAL EN MÉX!CO 161
Para mi traducción, he seguido fielmente, corregidas algunas erra~
tas, el texto preparado por :rvL Heseltine [...] publicado en la tas de Manuel Gutiérrez N4jera, empresa que sígue vigente en nues-
Loeb Classical Library en 1969; "he tenido a la vista las principa- tros días. En su prólogo, el primer editor, Ernesto lvlcjía Sánchez,
les ediciones modernas y he discernido los innumerables proble- establece las normas de edición que seguirán siendo, a grandes ras-
mao; que plantean los fragmentos del relato petroniano en cuanto gos, aplicando en la actualidad: f~ación del texto según las normas
a transmisión, colocación, contaminación, lectura e interpreta- actuales de ortografia, acentuación y puntuación, salvo en nombres
ción; pero he resistido la tentación de seleccionar variantes sólo de origen griego o latino por pertinencia y en las exclamaciones, por
a partir de mi "buen sentido". Cuando lo he creído oportuno, cuestiones estilísticas; se corrigen las erratas de cajista y se cambian
he señalado simplemente otras lecturas y otros criterios6u. los títulos; se anotan las reutilizaciones por parte del autor de mate-
rial ya publicado y explicita la necesidad de una anotación exhausti-
Obviamente, el público primero de esta colección es el estudiante vas!, este apartado es tal vez el que más cambios experimentará en el
mexicano que se dedica a la literatura clásica o que tiene, por una u transcurso de la aventura editorial. Frente a la profusión de notas a la
otra razón, que recurrir a la consulta de un clásico latino o griego; es que invitaba Ernesto Mejía Sánchez62 , el torno 3 ele las Obras (y pri-
de suma importancia, por lo tanto, el trab~o de recuperar textos mero de las Crónicas teatrales), Alfonso Rangel establece una clara dife-
criticos dificiles de conseguir, no sólo en una presentación del texto rencia entre las notas a pie de página que sirven para indicar exclusi-
sino, en la mayoría de los casos, acompañado del aparato de varian- vamente la procedencia del texto, con sus propias claves bibliográficas,
tes del texto crítico original. A este tipo de público van dirigidas la y aquellas que suman información texto confesando que ('en algunos
nutrida anotación sobre problemas de traducción y las notas de con- casos no fue posible aportar notas a pie de página, por no haberse
tenido, que tienen un fuerte carácter pedagógico. podido obtener los datos respectivos"". En el torno 4 de las Obras (y
La Nueva Biblioteca Mexicana, que desde mediados de los cin- segundo de las Crónicas y artículos sobre teatro) se puede observar lavo-
cuenta se dio como propósito consolidar un acervo de obras de auto- luntad de organizar la información en índices64 , cuyo número se in-
res nacionales en ediciones en las que éstos se ven acompañados de
estudios, se propone la recopilación de obras completas de autores
mexicanos. Por lo general, aunque no hay criterios editoriales explí- 1
6 Manuel Gutiérrez N ájera, Obras: Critica Litaan·a. T 1: Ideas y lemas literarios. Literatura
citos, los textos editados suelen acompañarse de introducciones de mexicana, investigación y recopilación de E. K. Mapes, edición y notas de Ernesto Mejía
corte académico cuya esencia consiste en una investigación bio-bi- Sánchez, introducción de Porfirio Martínez Pc1ialosa, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, 1959 (Nueva Biblioteca Mexicana, 4), pp. 10*12.
bliográfica acerca del autor o de un análisis de la obra. 62
"Se ha corrido el riesgo, cicnamente, de abrumar a! lector medio o intermedio con
La empresa no es sencilla, y su cumplimiento tiene, por lo general, minuciosidades sobre autores secundarios o casi desconocidos, y al riguroso erudito,
un largo plazo; esto permite la constitución de grupos de investigado- con noticias bien sabidas. Cada uno tome lo suyo con buena fe, sin olvidar que el texto es
lo principal y las notas sólo sus hijas, quizá un tanto descarriadas", "Nota a la presente
res que trabajan alrededor de un solo autor. Así, por ejemplo, a partir edición", en Manuel Gutiérrez Nájera, Obras: Critica Literaria.!, p. 12.
del tomo 4 de la colección empezaron a publicarse las obras comple- ~J "Nota a la presente edición" en Manuel Gutiérrez N<Ucra, Obras. !JI: Crónicas y artúulos
sobre katro, 1 (1876-1880}, edición, introducción y notas de Alfonso Rangel Guerra, Universi-
dad Nacional Autónoma de Mé.xico, México, 1974 (Nueva Biblioteca Mexicarm, 37), p. XI
Nacional Autónoma de México, México, ! 997, que es, según el editor, una edición "eclécti- ta Véase la "Nota a la presente edición" de Ana Elena Díaz Alejo en Manuel Gutiérrez

ca y se basa principalmente en [...] tres [excelentes ediciones)" (p. LXXV). Nájera, Obras. 1V: Crónicasy arliculos sobre ltatm, ll (1881*!882), introducción, edición y notas
60
Pctronio Árbitro, Satiricón, introducción, traducción y notas de Roberto Hercdia Co- de Yolanda Bache Cortés, edición de Yolanda Bache Cortés y Ana Elena Díaz Alejo,
rrea, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1997, p. V. Universidad Nacional Autónoma de México, ~{éxico, 1984 (Nueva Biblioteca Mexicana,
90), p. XXII.
162
LAURETTE CODINAS HACIA U:"<A HISTORIA DE Lt. CRÍTICA TEXTUAL EN MÉXICO 163

crementa en los siguientes tomos65 • A nivel ccdótico, es una decisión tendencia constante a mejorar los criterios y la coherencia interna de
importante también la que aparece en la ':Advertencia editorial" de su aplicación.
Obras. VI, donde se trata, por un lado, de la supresión de las versiones Otra edición crítica que me parece importante mencionar aquí es
que, aun con títulos distintos, aparecieron en diferentes fechas o pe- sin duda la que Felipe Reyes Palacios realizó de El Periquillo Sarniento
riódicos, conservando la más completa, y de los añadidos que sólo de Fernández de Lizardi, que corresponde a los tomos VIII y IX de
cumplían con la función de reunir el número exigido de cuartillas; las Obras del auto09• Se trata de la primera edición crítica de la novela
por el otro, se opta por conservar lo que pudieran parecer hoy "refr:i- que incluye las variantes de las cuatro ediciones y es, por lo tanto,
tosn, es decir, aquellos párrafos procedentes de una crónica previa la única que permite un acercamiento a la obra de Lizardi tal y como
que se integran a un nuevo texto y forman un texto homogéneo6 6, debió de planearla el autor, tomando en cuenta el carácter sinuoso de
Estos criterios, sumamente importantes en el contexto de la prosa la historia del texto. La anotación de variantes, si bien todavía descono-
periodística del siglo XIX, son una clara muestra de que) aunque es ce la "sintaxis precisa" a la que me referí antes y presenta, por lo tanto,
preciso conocer el método para llevar a cabo un trabajo ecclótico notas que pueden parecer muy largas o dificiles de entender70 , ocupa
serio, al fin y al cabo el texto es quien impone los criterios. En el tomo un lugar destacado a pie de página y se distingue tipográficamente de
7, se vuelve sobre el problema de las notas estableciendo que la pri- las notas de contenido. Esta edición es una herramienta indispensable
mera nota a pie de página presentará siempre la localización del tex- para quien quiere llevar a cabo un análisis de la obra: cuando la tradi-
to, mientras que las demás se ocuparán del contexto político, históri- ción es tan compleja, sólo se puede confiar en una edición crítica en la
co, artístico y cultural del autor y su obra67 • Finalmente, en la edición que el editor ofrece al lector el material con el que trabajó para que
del primer tomo de narrativa del autor se hace patente la voluntad éste pueda a su vez reflexionar sobre la variación textual.
del grupo de investigadores que estudia y se da como tarea editar la Frente a la empresa monumental de editar obras completas, que,
obra de Gutiérrez Nájera de fijar normas aún más estrictas en cuanto por su repartición entre numerosos investigadores y su extensión en
a la dispositio textus (cursivas, títulos, disposición de los versos, etcéte-
ra), con el fin de obtener una homogeneidad que el lector no puede
sino agradecer68 • Se percibe, pues, entre el primer tomo y éste una vas, párrafos entrecomillados, etcétera", en Manue! Gutiérrcz Nájera, Obras. XJ: Narrativa,
1: Por donde se sube al cúlo (1882}, prólogo, introducción, notas e índices de Be!em Clark de
Lara, edición de Ana Elena Díaz Alejo, Universidad Nacional Autónoma de México, Méxi-
"~ Como por ejemplo la inserción de índices de arias, canciones y poemas y de frases}' co, 1994 (Nueva Biblioteca Mexicana, 1! 8), p. XXI.
versos que se incluye en Manuel Gutiérrez Nájera, Obras. Vl" Crónicasy artículos sobre teatro, IV f>'> José Joaquín Fernándcz de Lizardi, Obras. 1:1Jl: No~·elos. El Periquillo Samienlo (Tomos ty
(1885-1889), introducción, notas e índices de Elvira López Aparicio, edición de Ana Ele- !I), prólogo, edició11 y notas de Fe!ipe Reyes Palacios, Universidad Nacional Autónoma de
na Díaz Alejo y Etvira López Aparicio, Universidad Nacional Autónoma de México, México, México, México, 1982 (Nueva Biblioteca Mexicana, 86) y José Joaquín Fcrnández de Li-
1985 (Nueva Biblioteca Mexicana, 91) (véase !a "Nota a !a presente edición", p. X..'".:JII). zardi, Obras. IX· Nor:elas. El Periquillo Samiento (Tomos lll_y 111, prólogo, edición )' notas de
00
lbid., pp. XVII-XVIII. Felipe Reyes Palacios, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1982 (Nueva
61
Véase Ana Elena Díaz Alejo, ''A.dvertencia editorial", en lvlanucl Gutiérrez Nájera, Biblioteca Mexicana, 87).
Obras. VI!: Crónicasy artlculos sobre teatro, IV (1890-1892), introducción, notas e índices de El vira 7
~ Aunque no dice explícitamente cuál de !os cuatro testimonios le sirve de ba.~e, se
Lóp~z Aparicio, edición de Ana Elena Díaz Alejo y Elvira Lópcz Aparicio, Universidad percibe !a voluntad de editar la primera edición. A veces, adapta la correcciones de la
Naaona! Autónoma de México, ~:léxico, 1990 (Nuroa Biblioteca lv!txicGJia, 103), p. XXII. cuarta, menos autorizada porqtle póstuma, en su texto crítico, pero siempre marcándola
. M Como dice Ana Elena Díaz Alejo en la ''A.dvertcncia editorial", "[... J han sido actua- entre llaves{}, y en nota marca que esta lección rescatada es "Añadido en 4"" (Obras, t. 8,
lizadas las referencias bibliográficas: cursivas para !ibros, periódicos y revistas; comillas p. 93, nota 34); normalmente, la lección que se adopta en e! texto crítko es !a que rige la
para cuentos, poemas o textos dentro de una obra mayor o de una revista. Y; por supuesto, valoración de las demás, y, por Jo tanto, la nota debería ser formulada como "Om. P, 2•,
se ha actualizado !a presentación editorial: márgenes, sangrías, versos centrados y en cursi- 3•".
HJ.\CJA UNA HISTORIA DI~ LA CRITICA TEXTUAL EN MI~XICO
165
164 !.AURETfE GOD!NAS

el tiempo, tiende a experimentar cambios en los criterios editoriales, Se trata, sin embargo, de muestras aisladas; la mayoría de los
encontramos también en esta Nueva Biblioteca Mexicana alguna que textos editados no presentan, o sólo esporádicamente, aparatos de
otra edición cuya introducción dedica una amplia reflexión sobre los variantes.
problemas de edición, aunque esto no siempre se refleje en la consti~
tución del texto crítico. Podemos mencionar, entre otras, la interesan-
te reflexjón de Claudia Parodi en su edición del teatro de Cayetano LA EDICIÓN CRÍTICA COMO OBJE11VO
Javier de Cabrera y Quintero acerca de cierta parte del patrimonio na-
cional despreciada por la crítica y ~-· · · '_a necesidad de editarlo de tal Como se puede ver, las colecciones anteriores, si bien han sido el
modo que pueda servir para los histrJr adores de la lengua: receptáculo de ciertas inquietudes acerca del trabajo ecdótico, no cuen-
tan con criterios fijados de antemano ni se caracterizan por su unifOr-
Gran parte del patrimonio literario novohispano permanece aún midad. Frente a aquéllas, también encontramos aquí colecciones que
sin editar, en espera de que algún investigador se interese en fueron pensadas expresamente para la publicación y difusión de edi-
divulgarlo. Salvo alguna excepción, la mayor parte de los textos ciones críticas. Son colecciones que comparten características comu-
que guardan los diversos archivos y bibliotecas mexicanos, aunque nes. como criterios fijados de antemano (estntctura de la introduc-
no son precisamente obras de autores de primera línea, resultan ció~ y de la edición, disposición del texto, etcétera) y una metodología
sumamente interesantes~ puesto que pueden considerarse mues- ecdótica recurrente. Pienso por ejemplo en la Colección Archivos del
tras que evidencian no sólo los cambios de la lengua y la litera- ALLCA ]a Biblioteca N ovohispana de El Colegio de México, los Clá-
tura a partir del momento en que los conquistadores la trasla-
sicos M~xicanos de la Universidad Veracruzana o la recién iniciada
daron a la Nueva España, sino que, además, manifiestan la estrecha
colección de Documentos Lingüísticos de la Nueva España, del Cen-
relación entre la l\rictrópoli y una de sus principales colonias. El
estudio de una obra literaria de segunda orden revela con mayor tro de Lingüística Hispánica del Instituto de Investigaciones FilológiM
claridad que un texto de primera importancia -que siempre cas, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
supera al ambiente literario ·general- el tipo de literatura culti-
vada en determinada época. Por otro lado, una edición fiel y Aunque de creación y planeación europea72 , la C~lccción Archi.vos
rigurosamente presentada permitlrá al lingüista analizar el habla -en la que participa el Fondo de Cultura Económica- ha publica-
culta de la época en cuestión 71 •

rica que se ve r~flcjado en su edición: "Mantengo !as f.1.ltas de concordancia sint<ictica de


71 CayetanoJavier de Cabrera y Quintero, Obra dramátÍt"a. Teatra rwvohispa11o del SJ.'g,lo XVIII, los :cxtos, puesto que reflejan que la sintaxis todavía no era regular en el siglo xvw" (p.
edición crítica, introducción y notas de Claudia Parodi, Universidad Nacional Autónoma XCV), ,
de México, México, 1976 (Nueva Biblioteca Mexicana, 42). Un acercamiento al texto Nacida de !a necesidad de una reflexión teórica para poder cumphr con la voluntad
1Z

critico y a !os procedimientos de edición muestra, sin embargo, ciertas incoherencias fren· de Migue! Ángel Asturias de que sus manuscritos, legados a la Biblioteca Nacional de
te al propósito principal: aunque dice que dará la preferencia al manuscrito 28, al parecer Francia, fueran el objeto de ediciones críticas, la Colección Archivos se fun~ó c~n bases
autógrafo, la editora no menciona cómo marcará en su texto crítico la inclusión de una ecdóticas sólidas: un congreso sobre criterios metodológicos (París, 1983), semmarJOs sobre
lección del manuscrito 29, copia del anterior -y esto dt.;ja perplejo al lector frente a una aspectos filológicos, lingüísticos y genéticos de la Colec~ión (París y O~orto,. 1_984); b\Js·
nota como "370·37 J Ms. 29: Mi cuidado de estos dos" que remite al mismo verso que en quedas estratégicas de apoyos oficiales (CNRS de FranCia, CNR de Ita! m, Mm1ste:10~ de
el texto aparece entre corchetes (p. 12). Y aunque dedica un largo párrafo de la introduc· Cultura de diferentes países latinoamericanos) y contactos permanente con acadeJmcos
ción a la descripción de las grafias antigua~, acepta su modernización dentro del texto fueron las armas para garantizar la calidad ecdótica de los textos ?~blicados. (véase la
crítico; tal vez explique esto el especial interés que muestra la editora por la sintaxis histÓ· historia de la Colección en las piginas finales de la mayoría de las ediCIOnes rec¡entcs).
166 J!,\CIA UNA HISTORIA DE LA CRITICA TEXTUAL Ez..l MtXJCO 167
t.'\U!tf..lTE GOI)INAS

do desde finales de los ochenta casi medio centenar de ediciones críti- todas las fase de la edición. Los criterios -que están enfocados a un
cas d.e obras iberoamericanas del siglo x...x que siguen ci mismo esque- ámbito cultural en el que la mayoría de los textos se conservan en
ma tipo, del cual el núcleo es sin duda la presentación de un texto testimonios únicos- son conservadores 77 , y los lineamientos de dis-
crítico con aparato de variantes. Aunque la metodología ecdótica no posición del texto lo suficientemente estrictos como para permitir una
es siempre la misma y depende, en buena medida, de la historia tex- homogeneidad patente en los números publicados de la colección en
tual de cada una de las obras editadas 73 , el producto son siempre sus dos series, la Biblioteca Novohispana y los Anejos de la Biblioteca
s~l.vo excepciones debidamente señaladas N, ediciones criticas que fa~ Novohispana: una decena de volúmenes publicados, entre los cuales
cthtan al lector una visión del texto en la dimensión histórica de su cabe mencionar, por ejemplo, los Villancicos, romances, ensaladas y otras
proceso creativo. canciones devotas de Fcrnán González de Eslava editados por Nfargit
La ~iblioteca Novohispana de El Colegio de México se inaugura Frenk78, una colección de oraciones, ensalmos y conjuros editados
en 198;, con la publicación de los Procedimientos de edici6n ¡;ara la Bibiio- por Araceli Campos en la que se ve claramente cómo cada una de las
tec~l N_ovohispana. Se trata de un manual en el que se pretende fijar formas poéticas editadas requiere su propia metodologia 79 y, en los
cnterws que permitan a los investigadores interesados en difundir Anejos, textos más breves como la Relación de la causa de Juana Mmia,
textos escritos en la Nueva España entre los siglos XVI y XVIII inte· muleta, caso inquisitoria] editado por Alma 1vlejía80 •
g~a~se h~m~géneamente a una colección dispuesta para ello. El pro- En Xalapa, Manuel Sol, uno de los pocos investigadores que vjs-
poslto prmcipal de estas ediciones es, según Luis Astey, ~·constituir un lumbró muy pronto la necesidad de recurrir a la crítica textual para
tex~o confiable, en el que se hayan disminuido, en la mayor medida la divulgación de textos críticos confiables81 , dirige desde 198 7 otra
posible, l~s alt~~aciones introducidas en el original por los copistas"7\
Aunque sm utihzar la nomenclatura tradícionaF 6, expone con detalle
71 Se conservan, por ejemplo, los números de folío en el texto critico, así como las

13
grafias antiguas (con excepción de las alta, la i larga y la vacilación u/v); véase Astcy, op.
En Lor· de abfiJO,
· por CJemp
· 1o, se opto' por una co 1ocación de las variantes de la publica- cit,, pp. 14-! 5; tal vez este conservadurismo, que se hace patente sobre todo en la edición
ci~m en pc:iódir:o de 1915 y de la primera edición en libro de 1916 en el margen derecho; de documentos manuscritos como en las ediciones de Araceli Campos o de Alma Mcjia
vease Manano Azuela, l...oJ de abtyo, edición crítica de .Jorge Ruffindli (coord.), H:mdo de (véase ir!fta), se deba a Jo que Pedro Sánchez Prieto Borja llama "un prurito de marcar la
C.ul_rum Econ~míca, ?vféxico, 1988 (ArchiwJ, 5); en la de Alfilo del agua, se colocan a pie de distancia respecto de la lengua moderna mediante e! reflejo de las soluciones gráficas de
pagm~ las.~anantes, que proceden casi todas dd mecanuscrito del propio autor; véase los manuscritos, !o que se conjuga por algunas opciones con la 'modernización"', op. cit., p.
Agus:m Yanez, Al filo del agua, Arturo Azuela (coord.), edición crítica de Adolfo Caicedo 28,
Pal~ctos, Fondo de Cultura Económica, México, 1992!¡írchU;os, 22). 18 González de Eslava, Fermin, Villancicos, romances, en.raladasy otras canciones deuolils. (úbra

, ~; Es el ca~o, ~or t:ie~plo, de la edi~ión de Ramón López Velardc, Obra pottica, edición segundo de los Coloquios espirituala y sacramentales y canciones diuinas, México, Diq;o Upn:. Ddvalos,
cnl.lca de.Jo.se Lllls Martmez (coord.), l·ondo de Cultura Económica, J'viéxico, 1998 (Archi· 1610), edición crítica, introducción, notas y apéndices de Mar&rit Frenk, E! Colegio de
~os, 36); el d1rcctor de la c~lccdón añadió al final del índice genera.! la siguiente nota; "Este México, México, 1989 (Biblioteca Novo/lispana, 1).
hbr~, que se aparta considerablemente, por su estructura y su metodología, de Jos otros 7
~ Oraciones, ensalmos)' conjuros mágicos del Archivo Inquisitorial de la .NUeva E"spmia, edición
volu~encs de la colc.cción Archivos, es el homenaJe que hemos querido offecer a José Luis anotada y estudio preliminar de Araceli Campos Moreno, El Colegio de México, México,
Martmez, gran erudl{o que culmina aquí su medio siglo ele indagaciones velardeanas" p. 1999 (BibliolecaNavohispana, 4).
CVJL '
15
ou Relación de la causa de Juana Maria, mulata. Esclava, mula/a y heclticem: Historia Í:!lquisilorial
Luis Astey, Procedimientos dr edición para la Biblioteca Novohispana El Colegio ele México de una mujer novohispmw del siglo xvm, edición de Alma Lcticia !vfejía González, El Colegio de
México, 1985. ' ' México, México, J 996 (Biblioteca Novohi.s¡Jana. Serie 'H.w;jos", 2).
, ~" Llama por ejemplo "constitución del texto" a lo que Blecua, siguiendo a los filólogos 31 Véase su artículo '~gunas consideraciones sobre una futura edición critica de El
clas!Co~, n_ombra Recen.si?, y :•:ranscripdón y disposición de! texto" a lo que es para BJecua .(arca': en Manuel Sol y Alejandro Higashi, Homenaje a Ignacio Manuel Al/a.mirano (1834·
la consf1lulw ltxtus (y la dtsposllw lt.xtus es sólo una parte ele é:sta). 1993), Universidad Veracruzana, Xalapa, l99i, pp. 237.244.
168 LAURErfE CODINAS HACIA UNA HISTORIA JH; !.A CRITICA TL'\TUAL EN MÉXICO 169

colección de ediciones críticas que puede ser considerada de gran cuidada, la edición proporciona al lector la historia textual de los
importancia, aunque sufra las consecuencias de la centralización aca- poemas de Prieto al ilustrar los cambios que experimentaron los que
démica que a veces impera en México, ele la lentitud e ineficiencia de pasaron por la imprenta. En esta misma linea, también habría quemen-
las editoriales universitarias y, probablemente, de la aún débil deman- cionar la edición de La Calandria por Manuel Sol 87 , donde se registran
da de ediciones criticas a nivel nacional y de la alta competencia que las modificaciones estilísticas de la obra de Delgado al pasar de su
representan las ediciones de divulgación de editoriales comerciales, primera edición en revista a la primera edición en libro. Aquí, el
más baratas y mejor distribuidas. Los primeros volúmenes de la co- texto critico se acompaña de un aparato de variantes y de notas de
lección no establecen realmente una metodología ecdótica estricta: contenido que aparecen en franjas distintas del pie de página, dándo-
Lascas 82, edición de Manuel Sol ~gran conocedor de Díaz Mirón y le a cada uno de los apartados su verdadero valor. Pero tal vez la
autor la que puede ser considerada como la única edición verdadera- edición critica más revolucionaria de la colección sea la que acaba de
mente crítica publicada en la colección Letras Mexicanas del Fondo publicar Manuel Sol de El <_arco de Ignacio Manuel Altamirano, en
de Cultura Económica-3\ por tratarse de una edición con testimo- la que, al utilizar corno texto base el manuscrito del autofl8, limpia de
nio único al cuidado del autor; el Siglo de Oro en las selvas de Erífile, por manera sistemática el texto de las enmiendas introducidas por el primer
haberse conservado sólo la edición princeps de 1608 que el editor, editor barcelonés para adaptar el texto a la lengua de la Península y
José Carlos González Boixo, coteja con la edición decimonónica de de las erratas y correcciones poco afortunadas de las ediciones postc-
la Real Academia Española84 y los Poemas rústicos de Oth6~ editados riores89. Podría decirse que, al restituir la diacronía del texto, lvlanuel
por Joaquín Antonio Peñalosa85 , testimonio único. Se percibe, sin Sol nos ha devuelto El -(arco.
embargo, una gran unidad en las norma<:; de disposición del texto: La Serie Documentos Lingüísticos ele la Nueva España no cuenta
adecuación de la ortografia, puntuación y acentuación según el uso aún más de un volumen, pero se vislumbra como una herramienta
moderno, uniformación de los aparatos críticos según el modelo tra- básica para todos los investigadores interesados en acercarse a la len-
dicional de la crítica textual, fijación de normas para las referencias gua de la Colonia. La editora, Concepción Company, establece cla~
bibliográficas, etcétera. La primera edición nitica de un texto con ramente los criterios de transcripción y edición que tienen como fina-
varios testimonios es la del Cancionero de Guillermo Prieto por Ysla lidad hacer del corpus reunido en el libro un material de estudio
Campbell 86 , segunda edición corregida y aumentada de la que había confiable para la historia del español en !vléxico. Por ello, aunque
aparecido en la Universidad Autónoma de CiudadJuárez; muy bien moderniza la puntuación, su actitud frente a las grafias es particular~
mente conservadora: "Respeto tanto las grafias como las omisiones
61
Salvador Díaz Mirón, Lasca.r, edición, introducción y notas de Manuel Sol T., Uni-
vérsídad Veracruzana, Xalapa, 1987 (Clásicos Mexícmws, 1). B1 Rafael Delgado, La Calandria, edición, introducción y notas de Manuel Sol, Universi-
63
Salvador Díaz Mirón, Poesia compúta, Recopilación, introducción, bibliografía y notas dad Vcracruzana, Xalapa, 1999 (Clásic(}s Me:ácano.r, 5).
de Manuel Sol, Fondo de Cultura Económica, MCxico, 1997. M Del que el mismo Manuel Sol publicó una transcripción paleográfica que acompaña

¡¡.; Bernardo de Balbucna, Siglo dt Oro en las selvas de Erffiú, edición, introducción y notas el facsímil (Universidad Nacional Autónoma de MCxico, r>·lCxico, 1995).
R9 Otros críticos, como María del Carmen Millán (El ,(arco [y la Nwidad en la Montaña],
de.JosC Carlos Gonzálcz Boixo, Universidad Veracruzana, Xalapa, 1989 (Cltísícos Ale.t1·ca-
nas, 2). introducción de María del Carmen Millán, Porrúa, México, 1966), habían intentado mexi-
as ManuclJosC Othón, Poemas rúslícos, edición, introducción y notas deJoaqtlÍil Antonio canizar el texto, pero sin apoyo textual y con numerosas erratas. Véase el aná.lisis detallado
Peñalosa, Universidad Veracruzana, Xalapa, 1990 {Clásicos A1exicrmos, 3). de las variantes en la introducción de Manuel Sol en Ignacio Manuel A!tamirano, El .(arco,
r,u Prieto, Guíl!ermo, Cancionero, 2a. edición corregida y aumentada de Ysla Campbe!l, edición, transcripción, estudio preliminar y notas de Manuel Sol, Universidad Veracruza-
Universidad Veracruzana, Xalapa, 1999 (Clásicos Mexicanos, 4). na, Xalapa, 2000 (Clá.ricos Mexicanos, 6), pp. l 4-24.
J iO
l..AURJO'!TE GODINAS
f!AClA UNA HlSTO!UA 010 LA CRÍTICA Tf.XTUi\L EN MÉXICO 171
1
del original, custiones Cuestiones', aún cuando ésta pudieran deberse a
ción Company, para la edición de textos lingüísticos, "puede decirse
errores de escribano, ya que son claves para entender los procesos de
que el eje que cohesiona este tramo metodológico es respetar los
cambio fonético, además de que pueden arrojar luz importante sobre
textos en toda su variación, con una modificación mínima del docu~
procesos psicolingüísticos" 90 • Junto con estas consideraciones de
mento" 92 • Por ello las normas que se establecen aquí son definito-
orden formal, la edición de textos lingüísticos, con la finalidad ya
rias de una colección en la que, esperamos, se publicarán numero-
expresada, precisa también de una reflexión sobre la formación del sos volúmenes 93 .
co,pus que, para reflejar la lengua hablada en la Colonia, debe consti~
tuirse con documentos que presenten el mayor grado de espontanei~
dad (cartas personales, minutas, algunas confesiones, etcétera); esta PRESENTE Y FUTURO DE L\ CRÍTICA TR.XTUAL EN ÑÍÉXICO
reflexión se expuso en un artículo reciente, en el que la editora pone
de relieve esta importante premisa del trabajo ecdótico con textos de
La dimensión diacrónica del presente ensayo permitió, creo, mostrar
interés lingüístico:
la paulatina pero constante evolución en el mundo académico mexi~
cano de la conciencia por parte de los investigadores de que los estu-
AJ igual que la edición de un lcxto literario se plantea como
dios sobre la obra de autores mexicanos no podían partir de textos
objetivo final la t'Onstitutio texlus, la edición de documentos linM
güísticos tiene como objetivo la conformación de un corpus; que no fueran confiables; es decir~ que la base de cualqui:~ investi~~M
manteniendo el paralelismo, constítutio corporis. Sin embargo, a ción y, por lo tanto, lo que necesitaba el público, eran ediciOnes cnti-
diferencia de aquélla en que, de alguna manera, existe a prWri un cas cuyo texto reflejara las manipulaciones editoriales mediante re-
texto, real o no, que debe ser recuperado y f~ado, ésta no tiene misión a un aparato crítico coherente, económico y explícito, para
un documento que de antemano pueda ser caractcrizablc como que el lector pudiera hacerse una idea de la variación diacrónica que
de interés lingüístico, o, de otra manera, todo documento podría llevó al texto crítico que se difunde. Fue un proceso gradual en el que
en principio ser adecuado para nuestros fines por el hecho de em- se tuvieron que formar tanto los académicos corno el público que
plear y reflejar un sistema lingiiístico 91 • recibe Jos frutos de sus investigaciones) pero la situación actual ofrece
un balance positivo: contamos, en la actualidad, con manuales que
Aunque en textos de interés lingüístico la constitutio corporis sea el exponen, con más o menos ejemplos) la metodología de la crítica
paso preliminar obligatorio para la constitutio textus, en esta segunda textual; contamos en 1\!Iéxico con una serie de colecciones destinadas
fase tanto lingüistas como literatos se ven obligados a establecer exclusivamente a la publicación de ediciones críticas, y ya se ha em-
criterios que permitan al lector estar consciente en cada momento y pezado a prod~cir en el país reflexión de corte metodológico, como
de manera económica del trabajo del editor. Como dice Concep~ lo prueba el artículo de Concepción Company acerca de la edición crí-
tica de documentos coloniales de interés lingüístico. El futuro de la
crítica textual en México estriba en que se conjunten estos tres ele-
!IIJ Company Company, Concepción, Documentas {ingüúticos de la Nueva España. Altiplano·
Central, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 199+ (Documentos lingiii'slicos
de la .Nueva Espmia, ! ), p. 9.
91 ~~!bid.
Concepción Company, "Para una historia del espafíol americano. La edición critica
n3 Ahora están en preparación, por ejemplo, los Docunun/os lingüísticas de la ~utva Espmla.
de documentos coloniales de interés lingüísticos", en L. Funes yJ. L. Mourc (cds.), Home·
nnje a Germáu Orduna, en prensa. Costa Atldntica, a cargo de Chantal Melis, y una edición de Jos Documentos colonwles del sur de
la J\{¡uva España, por Ana Tsutsutmi.
172
lAURETfE GOI)¡;-,• 11s UNA HISTORIA DEL\ CRJTJCA Tr:XTl!AL EN ,\fEX!CO l73

mentos para hacer de la critica textual ya no una ciencia para "erudi- BJBLIOGRAFJA
tos es?ecialistas en arqueofilología" 9\ sino el pan de cada día para los
estudws que tengan que ver, de algún modo, con materia textual. l. TEORiA ~HISTORIA DE lA CRÍTICA TEXTUAL
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La edici6n crítica como hip6tesis de trabajo

<!)o Alejandro HrGASHI


Universidad Autónoma Metropolitana

N los últimos años, el concepto de hipótesis de trabajo haga~

E nado un lugar importante como punto de partida para enten-


der y evaluar el resultado de la tarea ecdótica: la edición crítica.
Aunque hasta el momento su formulación teórica no ha encontrado
cabida en los manuales asequibles en español -a la par de lo que
sucede con otros conceptos importantes, como collatio externa o diasiste-
ma1-J se trata sin duela de un concepto valioso, si tenemos en cuenta
la superioridad comprobada de su poder explicativo.
Históricamente, como tantos otros conceptos en ecdótica, el de
edición critica como hipótesis de trabajo tuvo su origen en la polémi-
ca entre bedieristas y neolachmannianos, cuando Gianfranco Con ti-
ni enfrentaba la devoción bedierista por un estado del texto a la de-
voción por la transmisión y el texto-en-el-tiempo que mostraban los
neolachmannianos. Evaluando la labor de Bédier, describía Contini:
"il diffetto di Bédier e evidentemente quello di non accogersi che

1
Véa~c, en este sentido, la revisión que hace José Manuel Lucía Megías de los manua-
les. de Alberto B!ecua, Elisa Ruiz, José Manuel Fradejas Rueda y Migue! Ángel Pérez
Priego, en "Manuales. de critica textual: las líneas maestras de la ecdótica española", Rrvi.r-
tn de Poética Medieval, 2 ( 1998), pp. 128· l 52.
ALfJANDIW H!GASH! L..\ EDICIÓN CRITICA C0/>10 HlPÓTESJS DE TRABAjO 535

un'cdizione critica e, come ogni atto scicntifico, una mera ipotesi di trabajo representa la culminación de un conjunto de resoluciones pre-
Iavoro, la piú soddisfacente (ossia economica) che collega in sistema i vias sobre la génesis del texto y su transmisión. Se trata de una con-
dati1' 2 _ En este contexto polémico, el concepto de hipótesis de trabajo cepción teleológica de la edición crítica que mira la hipótesis de tra-
servía para confrontar la búsqueda de resultados inapelables mante- bajo como el resultado de un conjunto de operaciones críticas 7• AJa
nida por el bedierismo. Hoy en día estas palabras no han perdido su identificación entre hipótesis de trabajo y edición-en-el-tiempo que
vigencia y valor vindicativo, como muestra José Manuel Lucía :Nfe- conocemos a J. :M. Lucía lvlegias habría que sumar una representación
gías en su trabajo teórico; para él, la primacía de una idealizada edi- más concreta de la hipótesis de trabftio como una propuesta orientado-
ci6n dijinüiva concluye cuando aceptamos que los testimonios de una ra dentro del trabajo ecdótico. A':lí sucede cuando, por ejemplo, se re-
tradición existen en el tiempo y que el único tratamiento posible para fiere a las conclusiones de Germán Orduna sobre la unidad estructural
3
respetar su esencia histórica es justamente la edición-en-el-tiempo • de la Crónica del rry don Pedroy del r91 don Enrique, su hermano) hjjos del rry don
Es decir, la edición critica como hipótesis de trabajo y como "el único A!fonso Onceno como a una "ptimera hipótesis de trabajo" 8 •
método que tiene la filología para comprender en todas sus facetas Aunque en ninguno de los cuatro casos anteriores resulta necesario
(desde la génesis a la transmisión) los textos'' 4 . dellnir explícitamente lo que se entiende por "hipótesis de trabajo 11 ,
Más allá del valor histórico y polémico del concepto, no es siempre parece claro que ilustran formas distintas de comprender una hipóte-
fácil encontrar un acuerdo sobre el significado que debe atribuirse a sis. Esto no es de extrañar) pues también en metodología de la ciencia
esta "hipótesis de trabajo" dentro del método general de la ccdótica. se percibe la existencia de distintos tipos de hipótesis en función de su
Alberto Blecua, por ejemplo, sólo se refiere al perfil hipotético de una valor cognitivo'. P. V Kopnin, por ejemplo, marcaba una primera di-
edición crítica en la fase de la enmienda conjetural de la tradición (la ferencia entre la hipótesis científica (o real) y la hipótesis de trabajo;
5
emendatio ope ingenii) como antídoto contra el escepticismo o como así, reservaba la etiqueta de hipótesis científica para el sistema com-
6
justificación de decisiones críticas abiertamente personales • Para Pe- plejo de juicios probados y suposiciones que explican un fenómeno 9;
dro Sánchez-Prieto Borja, la edición critica como una hipótesis de y la de hipótesis de trabajo para aquellas estructuras provisionales del

1
2 "Ricardo di Joscph Bédier", 1939, cit. por J. lvf. Lucía Megías, "La teoría de los Así, por ejemplo, distingue e! trabajo de paleografh de la edición crítica propiamente
diasistemas y el ejemplo práctico del Libro del cat•alltro ::iJar': !ncipit, 16 (1996), p. 60, nota 7. dicha: "la transcripción de !os testimonios manuscritos es un paso o proceso imprescindi-
1 Así Jo ha expresado en varios estudios: "Manuales de crítica textual: las líneas maes· ble en la metodología ecdótica, pero no constituye su objetivo final, puesto que ésta no
tras de la ccdótica española", pp. 126.127; "Una lanza en defensa de la edición crítica _(a concluye en la lectura del testimonio o testimonios manuscritos, sino en !a formulación de
propósito de una nueva edición de las Crónicas de Pero Lópcz de Ayala", Rt"ista de Poética una hipótesis, a su vez origen y resultado de m\lltitud de pequeñas propuestas, que dé
/Vfedieval, 1 (!997), pp. 237.238 y en "La teoría de los dia5istemas y el ejemplo práctico de! cuent.1. de la génesis de! texto y de su transmisión. Tal diferencia entre medio y finalidad es
libro del cavallero Jjfor", pp. 59-63. el fundamento de la separación entre transcripción y edición" (Cómo editar los textos medieva·
~"Manuales de crítica textual: las líneas maestras de la ecdótica española", p. 126. les, criterios para su presentación gr4fica, Arco/Libros, ¡\;fadrid, 1998, pp, 57 -58).
8
:. Apunta Blccua que "sin caer en un escepticismo general--pl1CS toda edición, en frase "Una lanza en defensa de la edición critica (a propósito de una nueva edición de las
de Contini, es una 'hipótesis de trabajo'---, d lector será muy cauto tanto en la aceptación Crónicas de Pero López de Aya! a", pp. 214·245.
9
de sus enmiendas como en las ajenas" {ll.fanual de crltíca textual, 3a. ed., Castalia, Madrid, Escribe Kopnin que la hipótesis científica verdadera "incluye una suposición que
1990, p. l 27; ed. original, l 983). puede ser n:llltada, pero que posee, además, una serie de juicios verídicos que en el curso
6 En la introducción de su edición del Libra de buen amar escribe, por ejemplo, "no creo, del desarrollo científico no sólo pasan de una hipótesis a otra, sino que se van haciendo
además, en la reconstrucción lingüística del original, como postulan Corominas y M. i\'fo· más completos. Incluso d juicio·suposición, en la hipótesis científica, no es una simple
rrealc, que defienden la lengua castellanizan te y más arcaica de G. Es, sin embargo, un ficción, sino que debe estar argumentado con suficiente grado de probabilidad" (liipóteJisy
criterio válido si se considera a la edición como una hipótesis de trabajo" (Cátedra, Ma· L'erdad, versión al español de Lydia Kuper de Velasco, Grijalbo, México, 1969, pp. 15·16;
d1id, 1992, p. xcviii). ed. original de 1966).
536 .'\LFJANDRO H1GASHJ LA EDICIÓN CJdT!CA COMO HIPÓTESIS m: TRAB,\JO 537
pensamiento que tienen como finalidad encauzar la investigación ha- Como escribe Lucía Niegías al respecto, la crítica textual
cia una comprensión más profunda del fenómeno 10 • Kopnin también
opinaba que la hipótesis de trabajo en occidente se usaba errónea- [... ] es una ciencia experimental, una ciencia que debe ofrecer
mente para describir dos modos distintos de orientar el conocimien- sus materiales con una sistematización, una claridad metodoló-
to: por un lado, la hipótesis inicial1 "la primera respuesta al problema gica al mismo tiempo que se aportan los materiales necesarios
planteado, no argumentado aún en grado suficiente y que por ello no (recuérdese, los pertinentes), para que los lectores, Jos investiga-
puede denominarse hipótesis científica'' (ibid., p. 33), y a la que con- dores, los editores puedan set,ruir trabajando sobre esta hipótesis
vendría más considerar como una conjetura. Por el otro, las hipótesis de trab<tio; puedan seguir -gracias a que se ofrece una com-
de trabajo "que en la indagación del objeto desempeiianJ principal- prensión global del texto- formulando nuevas hipótcsis 13 •
mente, un papel auxiliar: facilitan y orientan hacia un fin determina-
do la acumulación y reunión de datos)) (ibid., p. 33). Propondría, con el fin de acortar brechas terminológicas y evitar
Así, en la ecdótica hispánica, las hipótesis de trabajo valen unas malentendidos, referirnos en ecdótica sólo a hipótesú de trabqjo e hipóte-
veces como verdaderas hipótesis científicas (es decir, como sistemas sis mailiares. Con hipótesis de trabajo aludiriamos al sistema complejo de
complejos de juicios y suposiciones que explican la génesis y transmi- decisiones, apoyadas en evidencia empírica y en suposiciones, que
sión de los textos) y otras, como hipótesis de trabajo o auxiliares (aque- explican la génesis y transmisión de una obra. Una definición como
llas estrategias que se proponen para cumplir un objetivo a corto esta deja bien claros los compromisos que contrae un editor crítico
plazo). El valor general de hipótesis de trabqjo atribuido a ambos tipos de con el producto final de su labor. La edición crítica debe ser, desde
hipótesis se debe, sin duda, a la naturaleza particular de la hipótesis este punto de vista, una ilustración comprensible y coherente de las
científica en ecdótica. Como se sabe, la validez de una hipótesis cien- distintas decisiones que se han tomado a lo largo del proceso edito-
tífica implica cuatro fases probatorias: primero, 1) se examina su co- rial, por lo que con razón Germán Orduna apuntaba que "una edi-
herencia interna; luego, 2) se valora su poder explicativo; 3) se confir- ción debe presentar el texto crítico y todos los elementos necesarios
ma si representa o no un avance con relación a hipótesis formuladas para su interpretación e ilustración; los que son necesarios y, a la vez,
~ntcriormente dentro del mismo campo y, finalmente, se prueba empí- pertinentes" 11 • En efecto, el carácter sistemático de la edíción crítica
ncamcnten. En el terreno de la critica textual, una edición critica sólo como hipótesis de trabajo obliga al editor a buscar un equilibrio satis-
puede pasar satisfactoriamente las tres primeras pruebas, pero a menu- factorio en cada una de lao:; decisiones que adopta (o al menos, eso
do falta evidencia empírica convincente y satisfactoria para probar la sería lo deseable). En su libro sobre la presentación gráfica de los
hipótesis que es la edición critica. Como se sabe, son verdaderamente textos medievales, Sánchez-Prieto Borja ha insistido en la restaura-
excepcionales los casos en los que el estado hipotético de una edición ción del compromiso de homogeneidad que debería regir todos los
crítica viene a confirmarse por la aparición de nuevos testimonios 12 • niveles en la presentación gráfica. Dice a la letra:

w !bid., pp. 25-26.


11 ción Y que ahora confirma el ~jcmp!ar de Mcdina del Campo encontrado en Barcarrota
, Rosaura Ruiz y Francisco J. Ayala, El método en la ciencia, tjJislcmo!ogio.y do.rwinismo,
(véanse, respectivamente, sus artículos "Laprinceps del úu;an'llo", Rtt>ista de Filologla Española,
l'ondo de Cultura Económica, México, 1998, pp. 18-19.
11 70 (1990), p. 290 y "Notas sobre e! Lazarillo de Medina del Campo, 1554", Jncipit, J6
Aunque, por supue$!0, esto sucede ocasionalmente y permite confirmar de modo
11996), p. 198).
parcial algunas de las dedsione$ tomadas, como ha sucedido con la lección "atcnel!a" de
n "Manuales de crítica textual: las líneas maestras de !a ecdótica española", p. 126.
la edición de Ambercs dd úu;arillo, que Aldo Ruffinano atribuyó a la pn'nceps de la tradi-
H "La edición crítica", Jncipit, JO (1990), p. 2!.
538 ALfjANDRO HlGASHI LA EDICIÓN CRITICA COMO 1-liPÓ.IUIS DE TK,\BI\/0 539

El principio que debería guiar toda propuesta es el de la cohe~ mayúsculas, aparato crítico, etc.) resultará válida dentro de la hipóte-
rencia de las soluciones en distintos planos. Si el editor introdu~ sis totaL Un ejemplo de este delicado sistema de relaciones sería la
ce puntuación para reflejar la sintaxis del texto, para que éste restitución de la unidad de las historias de don Pedro y don Enrique,
sea comprensible (e al enodio {fijuelo) de los ciervos), por la misma que hasta ahora sólo se habían conocido como dos crónicas indepen-
razón deberá acentuar discriminatoriamentc (passán, 'passante'), dientes. Esta hipótesis auxiliar (inmediatamente hablaremos de las
intervenir en la 'unión y separación de palabras' con criterio
hipótesis auxiliares) está en relación armónica con el propósito del
lexicológico (en llenar/enllenar), o discriminar las grafias por su
valor fonético, de acuerdo con la lexicología (saluar 'saludar' 1 sal~ editor (restituir un texto que se aproxime al arquetipo 17), con los re-
vm). Los criterios de presentación se constituyen así como un sultados del estudio de la tradición ra e, incluso, con la selección del
todo indivisible en el que cada decisión exige otras decisiones'~. largo título, tomado del códice British Library 17906, que sugiere sin
duda la unidad cronística restituida del arquetipo.
Esta coherencia en las decisiones es necesaria no sólo en el plano Distinta cosa es una hip6tesis auxiliar. Reservaría su uso para referir-
de la presentación gráfica del texto crítico; ataíle, en general, a toda nos exclusivamente a la explicación razonable y provisional que se
la edición crítica como el sistema de decisiones que es. De nada val- acepta como punto de partida para la investigación, pero que se com-
dria mantener criterios estrictos de presentación gráfica, por ejem- prueba o niega a un corto plazo. Se trata de pequeñas hipótesis es-
plo, si no se indica oportunamente los lugares en los que se han ope- tratégicas que sirven para ir avanzando en la investigación y que for-
rado emendationes ope codicum. Aquí se encuentra, opino, la mayor virtud man parte de ese todo armónico al que nos hemos estado refiriendo
de considerar la edición como hipótesis de trabajo. Al conceptuali- con el nombre de hipótesis de trabajo. Su función es meramente pro-
zarla como un sistema complejo de decisiones apoyadas en evidencia visional y su formulación puede muchas veces estar perfectamente
empírica y en suposiciones, el editor asume que cada decisión toma- presentada como conclusiones derivadas de la experiencia 19 • Así, la
da entra en una relación de equilibrio con todas las otras decisiones. hipótesis auxiliar formulada durante la collatio externa sobre la filiación
No creol por ello, que resulte acertado limitar la hipótesis de trabajo de un grupo determinado de testimonios de una obra tiene un valor
al ámbito de las conjeturas (de las emendationes ope ingenii), como hace teórico provisional: posibilita e impulsa la collatio codicum, pero en algún
Blecua, pues la coqjetura sólo es un componente más del sistema de momento deja de ser provisional al ser negada o comprobada luego
la hipótesis de trabajo 16 . La puntuación en textos antiguos sin duda de la recensio. Como apunta Germán Orduna, a quien debemos la
es conjetural, pero si está motivada por la sintaxis del texto de refe- formulación teórica de este paso metodológico, "en determinados
rencia y por otras decisiones críticas sobre la obra que se edita (acentua-
ción que refleje la prosodia medieval, soluciones probables en lugares 11 Véase Germán Orcluna en la introducción de Pero López de Ayala, Cr6nica deL r~' don
críticos comprobados, resolución correcta de abreviaturas, uso de Pedro y del rry dm1 l!.'nrique, su }¡ermmw, hijos del rry don Alfonso Onct1w, ed. crít. y notas de
Germán Orduna, est. preliminar de Germán Orduna yJosé Luis !vfoure, SECRJT, Buenos
Aires, \994, t. I, p. lxxiii.
18 Véanse los artículos de Germán Orduna al respecto en lncipit, 2 (1982), pp. 3~52;

1.\ Cómo editar los textos mediet)(Jles, pp. 104- !05. !ncipit, 4 (1984), pp. 17-34 e lnr.ipít, 8 (1988), pp. 1-24.
, En el ámbito científico, como escriben Rosaura Ruiz y Francisco J. Aya!a, "los cientí-
16 1
En metodología de la ciencia, apunta Kopnin sobre la identificación ele !a hipótesis
con el juicio-suposición que ésta "no está justificada, pues no considera la hipótesis como ficos de hoy en día, jóvenes o no, frecuentemente reportan sus trabajos de manera que
un proceso dinámico de! pensamiento, sino como un resultado tan sólo, mejor dicho, hacen que sus hipótesis parezcan como conclusiones derivadas de la evidencia que acaban
como una parte de! resultado" (op. cit., p. 14). Creo que !o mismo podría decirse en el caso de observar, en vez de presentarlas como preconcepdones contrastadas por observaciones
ele la ecdótica. empíricas" (op. cít., p. 34).
!.A EDICIÓN CRIT!CA COMO HIPÓTESIS DE "fRAlii\JO 541
5·1-0 :'I!.FJANORO JlJGASH!

la fase de la constitutio textus (la fase donde se constituye la edición


casos, la acumulación de datos autorizantes de un códice permite de críticaj2 1•
entrada caracterizar y calificar el texto allí transmitido, ad riferendum Aceptada la existencia de dos fases diferenciadas dentro de la tarea
de los resultados de la collatio variantium lectionum, o por el contrario, del editor crítico, recensio y constitutio textus, según lo han expuesto Al-
anticipar su condición de descriptus" 20 • Esto, aunque la hipótesis auxi- berto Blecua y otros22 , convendrá preguntarse si la hipótesis de traba-
liar se presente bajo la forma de conclusiones acabadas y avaladas jo vale lo mismo para una y otra. Creo que la respuesta tendría que
por el propio comportamiento de los textos (y no bajo la forma de ser negativa. Parece obvio que en la recensio, la formulación de una
una mera hipótesis auxiliar). hipótesis de trabajo con miras a la constitución total de la edición
critica tiene poca relev-ancia y pertinencia. En realidad, las hipótesis
relevantes y pertinentes en esta fase deberian limitarse exclusivamen-
EL LUGAR DE LA HIPÓTESIS DE TRAB,\)0 te a aquellas hipótesis comprobables a corto plazo sobre el proceso de
transmisión de las obras (y a su filiación). Así, un editor que empren-
El carácter acentuadamente metodológico de la crítica textual acon- de la edición crítica de un corpus documental sabe de antemano que
seja meditar un poco sobre el momento más conveniente, dentro de los documentos que edita raramente se habrán sometido a un proce-
las fases convencionalmente aceptadas del método, para la formula- so de copiado muy activo, a no ser por escasos ''traslados'), lo que
ción de la hipótesis de trabajo que será la edición crítica. Especial- otorga una tradición lineal por derivaciones directas23 • Si se trata de
mente, si se tiene en cuenta que en los últimos años, tanto en los una obra transmitida por un solo testimonio (un codex unicus), el editor
manuales como en la práctica, los estudiosos han corroborado su sabe que la fase de la recazsio quedará limitada al análisis exhaustivo
acuerdo sobre los pasos más significatívos del método (neo) lach- del soporte material y al análisis del contextd\ pues la hipótesis so-
manniano:fontc.r criticae (acopio y examen de los testimonios), collatio
externa (estudio comparativo de los rasgos paratextuales de los testi- ·n Eje.mpliftcan esta unificación de criterios, por ejemplo, Alberto Blccua y Miguel An-
monios con miras a su filiación preliminar), collatio codicum (cotejo de gel Pércz Priego en sus manuales (A1mwal de critica textrwl, pp. 31-153 y La edición de textos,
todos los testimonios conservados), examinatio y selectio (evaluación Síntesis, Madrid, 1997, pp. 51-102, respectivamente, con las lagunas señaladas por José
Manuel Lucía Mcgías en "Manuales de crítica textual: las líneas maestras de la ecdótica
de las lecciones variantes y determinación de las lecciones útiles española'', pp. 128-152) y Germán Orduna en su edición de la Crónica del rry don Pedro)' del
para la filiación) y constitutio stemmatis (representación gráfica de la rry don blm!¡ue, su hermano, hijos del rey don A!fortso Oncmo, pp. lxiii-b:xi.
relación genética de los testimonios) para la fase de la recensio (fase ~l Para Alberto Blecua, "parece evidente que en el proceso de la edición critica existen dos
grandes fases o partes bastante bien diferenciadas: la primem es una last: que tiene como fin
en que se determina la filiación entre los testimonios); examinatio y dett:rminar la filiación o las relaciones q11C se dan entre los testimonios; la segunda es una fase
selectio de las variantes (con el propósito de determinar las lecciones- decisoria, más pragmática, que tiene como fin dar un texto critico concreto a los kctores" (op.
que corresponderán al texto crítico y las que pasarán a formar par- ciJ., p. 33). Confirman esta división, entre otros, Pérez Priego (op cit., p. SO) y Lucía Megías
("Manuales de critica textual: las líneas maestras de la ecdótica española", pp. 128-129).
te del aparato crítico de variantes, de acuerdo con la emendatir¡ OjJe 23 c¡¡r. Sánchez-Pricto Borja, Cómo editar textos medievales, p. 17 y Concepción Company,
codicum y con la emendatio ope ingenii), diJpositio textus (composición\ del "Para una historia de! español americano, !a edición crítica de documentos coloniales de
texto crítico) y apparatus criticus (composición del aparato crítico) Para interés lingüístico", en Leonardo Funcs y José Luis Moure (cc!s.), Homenaje a Germán Orduna,
en prensa (agradezco a su autora e! haberme proporcionado una copia mccanoescrita de
su interesante artículo).
N Germán Ordunn, "La edición crítica }'el codex unicus: el texto del Poema de mio Cid",
:o "Ecdótica hisp:inica y el valor estemádco de la historia del texto", Romanct Philology, Inc:ipit, 17 (!997}, pp. 1-2.
45 (l99l), p. 95.
542 lA r:DICIÓN CR!T!C,\ COMO Hll'ÓTE.SJS DE. TRABAJO 543

bre la transmisión pocas veces puede ir más allá del testimonio con- Juan de Niena se encuentran también en al menos otros cuatro ma-
servado. En el caso de una transmisión muy activa, como es el caso de nuscritos, lo que resta autoridad al ms. Esp. 229. Sobre la participa-
la poesía cancioneril, las hipótesis pueden variar desde un sternma con ción de Juan de Mena en la versión que transmite este ms., ésta parece
dos o tres ramas hasta una transmisión horizontal contaminadora25 . poco probable, pues la existencia de errores compartidos entre el ms. de
Las hipótesis auxiliares formuladas en la fase de la recensio tienen Paris y el resto de la tradición garantiza que todos derivan de un mismo
una definición estricta, como punto de partida razonable pero no arguetipo 27 • La edición reciente de Carla de Nigtis, basada en la rama
comprobado para una investigación, que no hay que confundir con que representan los códices PN5 y M.N6b, demuestra que en muchos
el concepto de edición crítica como hipótesis de trabajo. En la fase de casos las lecciones del ms. 229 son poco fiables por innovadoras 28 •
la recensio, las hipótesis que se formulan sobre la relación de los testi- Creo que un editor sólo está en condiciones de fOrmular exitosa-
monios son hijJótesis aw.iliares y tienen su comprobación o negación a mente la hipótesis de trabajo que será su edición critica una vez que
corto plazo, una vez completada la recensio. De acuerdo a ello, la~ ha cumplido con la fa'le de la recmsio. Las razones son obvias: una vez
hipótesis auxiliares en esta etapa de la recensio deberían ser pocas y conocida y evaluada la tradición conocida, el editor cuenta con las
estar fundadas en la sistematización de las experiencias anteriores bases necesarias para decidir el tipo de edición que desea ofrecer.
sobre la transmisión (del tipo stemma bimembre, stemma trimembre, Aunque en un primer momento las hipótesis posibles puedan parecer
stemma con contaminaciones, tradición sin stemmaJ cte.). En caso con- una decisión estrecha entre la edición critica singular (de corte bedie·
trario) una hipótesis demasiado "original" podría afectar el equilibrio rista) y la edición crítica integral (de corte neolachmanniano) 29 , el
del método y quedar a caballo entre una hipótesis auxiliar y verdade- abanico de propuestas podría ampliarse sin dificultades. Eso es, al
ra una hipótesis de trabajo. Las ediciones críticas modernas del Labe- menos, lo que demuestra la práctica editorial: en el caso de la edición
rinto de fortuna son un buen ejemplo de lo que puede pasar al ofrecer crítica de la Crónica del rry don Pedro y del rry don Enrique su hermano, hij'os
hipótesis excepcionales sobre la transmisión de los textos. Al supone~ del rey don Alfonso Onceno, Germán Orduna sólo ha podido plantear
que el ms. Esp. 229 de la Bibliotheque Nationale de Paris era el testi- una primera hipótesis de trabajo -la unidad estructural de la cróni-
monio más autorizado para la edición de la obra, pues las glosas que ca- tras la revisión contrastada de la tradición 30 • Alberto Blecua,
acompañaban el texto en este testimonio -muchas veces en primera por su parte, sólo decide tornar el ms. S como base de su edición del
persona- apuntaban a un original preparado bajo la dirección del Libro de buen amor después de una recensio concienzuda que demuestra
propio Mena, varios editores obviaron la recensio de la tradíción 26 . En
fechas recientes, sin embargo, la recensio de la tradición manuscrita ha 11
Véase de Kerkhof, "El ms. 229 (PNi) de la 'BibliothCque Nationalc" de París; base
permitido a Maxim. Kerkhof demostrar que las glosas atribuidas a de !as ediciones modernas de! Laberín/Q de Fortuna de Juan de Mena", A4edieva{ia, 14 ( 1993),
pp. 1-12. y sus ediciones en Castalia, Madrid, 1995, pp. 60-74· y Castalia, ivfadrid, 1997, pp.
61-6·:1-.
~~ Pérez Priego, op. cit., pp. 61~68. 2
~ Véase en su edición, Crítica, Barcelona, 1994, pp.lxxix-lxxxi.
1
2
.; ConsUitense, por ejemplo, las ediciones de john G. Cummins (Anaya, Salamanca, ~ Aprovecho la distinción hecha por López Estrada (/ntroducci6n a la liltralura medieval
1968, pp. 34-35), Migue! Ángel Pérez Priego (Editora Nacional, fl'fadrid, 1976, pp. 44-45), espmiola, 5'ed., Credos, Madrid, 19B3, pp. 73-79), aunque a propósito apunta Lucía Me-
Louise Vasvari (Alhambra, Madrid, 1976, p. 72),José María Azáceta (Plaza &janés, Bar- gías, criticando las definiciones un tanto anticuadas de algunos manuales de ecdótica, que
celona, 1986, p. 147). En e! último caso, A7.áceta colaciona asitemátícamell!c otros manus~ "tampoco parece ya que pueda defenderse" dicha distinción ("Manuales de crítica textual:
critos y reg1stra "las variantes más significativas" a pie de página. Todos los editores basan 1aslíneas maestras de la ecdótica española", p. 125, nota 19).
30
esta hipótesis en el estudio de Florence Street, "The Text of Mena's Laberinto tk Fortuna in Véase su edición, pp. 1v-lxi y José Manuel Luda Megías, "Una lanza en defensa de la
the Cancion.tro de lxar and its Rclationship to sorne other Fifteenth-Century Mss", Bulletin f![ edición critica {a propósito de una nueva edición de las Crónicas de Pero López de Aya\a)",
Hispanil.' Siudíes, 35 (1958), pp. 63-71. Raúla dt Poética .kledÍI:t•a!, 1 (1997), pp. 244-24-5,
541 ALEJ\NDlW H!GASHr
U. EDICIÓ:\ CRÍTICA C0:>10 H1l'ÓTESl$ DE TRARAJO
545
que las ideas a propósito de la doble redacción son únicamente "un
fantasma crítico que no se ajusta a lo que conocemos sobre la trans- me~ieval, como la abundancia de conectores redundantes, para con-
misión de los textos medievales ni a lo que se deduce del arquetipo de vertirlos en deturpaciones del proceso de copia33.
la obra" y que "no hay un manuscrito mejor, sino uno más comple- En cuanto a la selección de las grafias del texto crítico, ¿cómo en-
to"31 frentar esta decisión si no se conoce la tradición total del texto con
La hipótesis de trabajo que es la edición critica, como decía pági- toda cercanía? El concepto teórico ele un texto de referencia para la
nas atrás, se construye a partir de un conjunto de decisiones que sólo presentación gráfica del texto crítico sólo es válido cuando puede
a primera vista parecerían independientes entre sí, pero que dejan demostrarse un respaldo sólido en la elección del texto de referencia.
de serlo cuando conOuycn en la edición crítica como ese sistema Así, por ejemplo, Emma Falque mantiene la grafia del códice sal-
complejo de juicios y suposiciones que es. Estas decisiones, en gene- mantino 2658 para su texto crítico de la Historia Composullana por ser
ral, deberían tomarse sólo después de concluir la recensio. El propó- el más antiguo, pero también porque esta grafia se corresponde en
sito sería problematizar en lo posible las decisiones mecánicas como líneas generales con la de los otros códices tempranos de ramas dis-
no acentuar o acentuar según el uso moderno, conservar las grafias tintas (mientras S[alamanca] y P[ontevedra] derivan de un mismo
hasta limites paleográficos o modcrnizarlas 1 tomar como base el tes- subarquctipo, el códice de Santiago (A}, deriva directamente del ar-
timonio más antiguo, etc., pues a menudo estas decisiones mecáni- quetipo34.
cas obvian la complejidad de los problemas y empobrecen la edi- En el caso de la crónica ele Pero López de Ayala editada por Ger-
ción crítica. Luego de la exposición reflexiva y muy sugerente de mán Or~una, las grafias adoptadas son las de los manuscritos L y G,
Pedro Sánchcz-Prieto Borja sobre estos y otros _problemas, resulta caractenzados por mantener formas más anticuadas que los otros
muy dificil al editor pronunciarse por decisiones mecánicas como manuscritos de la tradición frente a las lecciones innovadoras por
no acentuar (reina o vio) o acentuar según el uso moderno (reina interferencia del idíolccto de los otros copistas 35 •
[réína} o ví6) en el Libro de buen amor(2a y l387c), cuando es claro que Esto, por supuesto, no sólo debería valer para las ediciones de
la especificidad histórica del plano prosódico exige reína y vío 32, Sólo la corte neolachmanniano, pues como recuerda Lucia Megias, "¿aca-
familiaridad del editor con los códices (y la recensio es justamente so no es cierto, como ya apuntara Contini, que 'anche la conserva-
una etapa valiosa para lograr tal familiaridad) permite una evalua- zione C una tuzioristica ipotesi di lavoro?" 36 ¿Cómo puede elegirse
ción equilibrada frente a estas decisiones preliminares que conducen el "bon manuscrit'' si se desconoce el resto de la tradición? Como
a la hipótesis de trabajo finaL Si se piensa por ejemplo en la prosa ha demostrado el propio Bédier y su escuela, la elección del ''bon
medieval, tan pendiente siempre de la lectura en voz alta, se verá manuscriC' supone el conocimiento de la tradición.
~ue la ~peración mecánica de puntuar según el uso moderno cifca En el caso de la Chanson de Ro!and1 Bédier ha debido demostrar la
trremedmblemente con la cláusula extensa y priva de sentido mu- oposición entre el ms. Digby 23 y una rama? -alfa- antes de de-
chos rasgos que parecerían característicos del discurso en prosa cidir la edición crítica singular de la rama testimoniada por el ms.
3
l Germán Orduna critica esta actitud, tomando ejemplos de L!aguno y Rosc!J, en El
JI En la introducción de su edición crítica, Juan Ruiz, Libro de bum mnvr, Cátedra, Ma- arte narrativo y poitico del Ca11ciller .-'ij,ala, CSIC, Madrid, 1998, pp. !32-135.
drid, 1992, pp. lviii-cv; las citas en las páginas lxxxiv y xcviii. 3
~.:VCasc su introducción en Histori-a Compostellana, Brepols, Turnhout, 1988, pp. lxxxii-
nA propósito de éstos y otros problemas de la disjJositio textus y su presentación crítica, lxxxm.
Sánchez-Pricto B01ja, Cómo editar los textos mcdieualcJ, criterio.r para su presentación gr4fica, pp. 35
Ed. cit, pp. lxi.x-!xx.
104-!90; el ejemplo citado en la p. 177, %"Una lanza en defensa de la edición crítica {a propósito de una nueva edición de las
Crónicas de Pero López de Aya!a)", p. 242.
546 i\U;)ANIJRO HICASiil U\ EDICIÓN CRiTICA COMO H!I'ÓTESJS [)E TltAB,\}0 547

Digby 23 37 , igual que Félix Lecoy aprovechó la recensio de catorce tradicionalmente aceptadas en una disciplina. Esta actitud a menudo
manuscritos de E. Langlois al momento de elegir el texto de base de queda ilustrada por decisiones ecdóticas de aplicación general, del
su edición de Le ronzan de la Rose y los testimonios que le servirían para su tipo "se restituye el valor vocálico o consonántico de las distintas rea-
corrección 38 . Muchas veces, la orientación bedierista de una edición lizaciones gráficas de i/j/y'', "se acentúa según el uso moderno", ((se
crítica viene justamente sugerida por la fase de la recensio~ como ha simplifican rr- y ss-", etc. Se trata de práctica consolidadas entre los
sucedido con las ediciones de El conde Lucanor en que se toma el ms. S editores por un uso reiterado que, con frecuencia, están ligadas a un
como texto de base 39 luego de la recensio exhaustiva de Alberto Ble- marco disciplinario. Así, podemos hablar de ciertas tendencias que se
cua·10. Por el contrario, a la elección del "bon manuscrít" sin un cono- generalizan dentro de ciertas disciplinas; mientras la edición de fuen-
cimiento -algunas veces, siquiera de segunda mano-- de los avata- tes documentales se puede caracterizar por un fuerte paleografismo
res de la transmisión manuscrita debemos algunas ediciones fallidas, en historia 42 y por un conservadmismo crítico en lingüística.n, la de
como la de Constance y Heanon Wilkins de la Comnica del rry don Pedro textos literarios puede caracterizarse por un extremo conservaduris-
de Pero López de Ayala; en este caso, la elección de un texto base no mo gráfico para Jos textos medievales y una tendencia a la moderni-
está justificada y la elección de otros cinco testimonios para la emenda- zación y regularización para los textos auriseculares 44 •
tio es errática (los editores emplearon incluso un manuscrito contami- La imposición de criterios respaldados por el uso dentro de una
nado de las versiones vulgar y abreviada y desatienden, sorprendente- disciplina y no por la evaluación cuidadosa de los testimonios tiene
mente, la ayuda que prestaría el manuscrito Lázaro Galdiano, más por recompensa, la mayor parte de las veces, un alto nivel de impre-
cercano en sus lecturas al texto de base) 41 • cisión y la poca homogeneidad del conjunto de decisiones críticas. La
aplicación irreflexiva de las normas de presentación gráfica tradicio-
nales en la edición de clásicos latinos a los textos mediolatinos es un
L\ HIPÓTESIS DE TRABAJO COMO SUPERACIÓN DE buen ejemplo. La inmensa cantidad de materiales editados desde el
DECISIONES MECÁNICAS siglo XJX bajo la regla ortográfica de los latinistas desde el Renaci-
miento ha obviado, entre otros fenómenos caracterízadores, el poliM
Son muchos los casos en los que, espontáneamente, la coherencia del morfismo gráfico, la existencia de convenciones típicamente medie-
conjunto de decisiones probadas y conjeturales que constituyen la vales (la sustitución del dígrafo ae por e o e caudata), preferencias
edición crítica como una hipótesis de trabajo se confia a la observa- regionales (como el uso intermitente de h- en la Península) o persona-
ción rigurosa de decisiones mecánicas ensayadas en otras ediciones o les, como puede suceder con la pareja u/v 15•

:1?Est<~ L'~ition
.trabajo puede verse en Lr1 chanson de Roland commentée par Josepl¡ Bidir.r,
d'Art, Paris, 1968, pp. 65·240. tZ Carlos de Ayala Martinez apuntaba, por ejemplo, que "para la edición del fibra de

lS V Case su introducción en Guillaume de Lorris etJean de Mcun, Le roman de la Rose, privilegios de la Orden de San Juan de Jerusalén se han seguido, en general, !a.s normas
Honoré Champion, Paris, 1965, pp. xxxv·xliii. paleográficas editadas por la Escuela de Estudios Medievales del CSIC [...], por A. Milla·
3
~ Por ejemplo, las ediciones de José Manud Blecua Uuan ~v!anucl, Obras completas, Grc· res Car!o [...] y por nuestra experiencia personal" {véase su edición en Universidad Com-
dos, Madrid, !983, t. 2, p. 15) o la más reciente de Guillermo Serés (Crítica, Barcelona, plutense, Madrid, 1995, p. 72).
4
1994, pp. xciii·cv). ~ El caso de Sánchez·Prü~to Borja en la colección de Te.~ws para la hirtoria del espm1ol que
·l~ La trllll.mzísión textunl de "El conde Lucanor", Universidad Autónoma de Barcelona, Bella· publica la Universidad de Alcalá o el de Concepción Company en DacummtaJ lingüísticas de la
tcrra, 1980. Nuwa España, Altapútmrcrotral, Universidad Nacional Autónoma de Mb.ico, México, 1994.
41
11
" Véanse las reseñas de Germán Orduna y José Luis Moure en, respectivamente, Ro- Véase Sánchez-Prieto Borja, Cómo editar los textos medievales, pp. 27·34.
mance Philolagy, 42 (1988), 124·127 e !ncipit 6 (!986}, pp. 209·215. u !bül., pp. 49-51'
548 AI.FJANPRO HIGASHl lA F.OIC!ÓN CRITICA COMO HII'ÓTES!S DE TRA!lJ\JO 549

El servicio muchas veces parcial y dudoso de estas ediciones ha La edición crítica como hipótesis de trabajo, por el contrario, es un
sido, por ejemplo, uno de los problemas principales para la constitu- concepto metodológico importante y valioso como herramienta de
ción de los proyectos de lexicograHa medieval en España 46 • control de nuestras decisiones en la etapa de la constitutio textus. Su
Aunque, sin duda, la adopción de decisiones mecánicas puede re- virtud, más allá de la mera justificación de las conjeturas de la emenda~
sultar una solución de facilidad para editores nóveles o editores cuyo tio ope ingenii, consiste en presentar la edición crítica como un conjun-
propósito no es el de entregar una edición verdadera y profundamen- to de decisiones probadas y decisiones conjeturales dentro del marco
te crítica, habría que tener en cuenta que a menudo este tipo de coherente y organizado de la hipótesis de trabajo. Esto significa, pro-
soluciones produce un texto critico heterogéneo. ~1ientras por un lado bablemente, que en la edición crítica la intervención del editor va
se actualizan fenómenos gráficos como la puntuación o la acentua- más allá de las meras enmiendas conjeturales, pero al mismo tiempo
ción (muchas veces, teniendo más en cuenta la norma vigente actual permite explicitar en este ir más allá una toma consciente y responsa-
que la norma vigente en el momento de producción del texto), se ble de decisiones que pretenden ser orgánicas con el sistema comple-
conserva el polimorfismo gráfico y hasta los errores del copista por jo de decisiones final que es la edición crítica.
un desconocimiento de la transmisión del texto 47 • En casos como és-
tos, la formulación de una hipótesis de trabajo como un conjunto
coherente de decisiones permitiría al editor evaluar el impacto de Alejandro Higashi -<J,
cada solución aislada dentro del sistema y, consecuentemente, am-
pliar los niveles de coherencia interna que serian deseables en una
edición verdaderamente crítica.

FINAL

Como se ha visto hasta aquí, convendría desterrar del trabajo ecdó-


tico la idea de que la hipótesis ele trabajo es solamente una justifica-
ción teórica para el resultado final de nuestra labor: la edición críti-
ca. Se trata en realidad de una herramienta de naturaleza diferente.
La hipótesis de trabajo que representa la edición crítica no equivale,
ni equivaldrá nunca si el trabajo se emprende con rigor y resp~to
' '
acad emtcos, a l mero concepto d e " texto h'1potet1co
' ' "48 . J

40
Véase la sección Ltxicon Latinitatis lv/edii Aevi en Maurilio Pérez González (coord.),
Actas J/ Congresa Hispánico de Latín Medieval {Leán, 11-14 de noviembre de 1997), Universidad
de León, León, 1998, l. 2, pp. 905-920.
17
Véa~e lo que dice J. M. Lucía Megías a propósito de la edición del/.ibro del caballero Zjfarde
Joaquín Gonuilcz Muela en "L.1. teoría de !os cliasistemas y el libro del cavallero Zifar", pp. 75-78.
lO Como sugiere, por ejemplo, Dolores Corbella en su edición del Libro de Apolonio

cuando evalúa las ediciones anteriores (Cátedra, Madrid, 1992, pp. 4 7-50).
Índice

Presentación ..................................... . 7

fiLOLOGiA GENERAL
José Ricardo Chaves
La resistencia de la filología ........... , ...... , ............ . 13
Giuseppina Grammatico
Los clásicos, hoy: un asunto de amor ........................ . 31
Luis Fernando Lara
La familia filológica hoy .. 55

fiLOLOGÍA MEXICANA
Hispánica
Belem Clark de Lara y Fernando Curicl Defossé
Filología literaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7i
Concepción Company Cornpany
Aspectos metodológicos prácticos para una filología lingüística del
español colonial de México. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . lll
Laurette Godinas
Hacia una historia de la crítica textual en !vféxico ............ , . . 141
Juan M. Lopc Blancb
Cuatro grandes momentos de la filología en México . . . . . . . . . . . . 179

Clásica
Carmen Chuaqui
El eterno retorno de Odiseo ............................... . 203
Roberto Heredla Correa
Pequeñas confesiones de un aprendiz de traductor .............. 223
José Quiíioncs Melgoza
La tradición clásica en la literatura mexicana .................. 231
Pedro C. Tapia Zúñiga
Hablemos del amor... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Germán Viveros
Reflexiones sobre filología clásica en la Universidad
Nacional Autónoma de Nféxico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
f;>¡l)¡Cf. 701
700

Amerindia NlaUiicio Beuchot Puente


José Al ej os G arcía La hermenéutica analógica en la filología ... . .......... 619
Tradición y literatura ora! en Mesoamérica. María del Carmen León Cázares
Hacia una crítica teó1ica . . ....... . La disciplina paleográfica auxiliar modesta pero
293
Mercedes de la Garza Camino útil del filólogo ....................................... . 639
La palabra escrita de los mayas, guardiana de su propio ser. 32 ¡ !vianucl Picado
Ascensión Hernández de León-Portilla Filología y psicoanálisis: versión ..... . 657
El corpus filológico mesoamericano, José Rubén Romero Galván
una mirada desde nuestro tiempo ... La historia y la filología. Notas sobre una muy antigua relación ... 675
......... 335
Niiguel León-Portilla
ÍNDICE . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . 699
Antonio Valeriana de Azcapotzalco: un filólogo
nahua del siglo XVI . • .. . ............................... 383
Tsubasa Okoshi Harada
El estudio filológ]co de los documentos mayas yucatecos
coloniales: pasado y presente . 407
Frida Villavicendo
Rescate documental para la investigación diacrónica
en lenguas indígenas ............... . . ....... 435

ASPECTOS TEÓRICO-PRÁCTICOS
Antonio Alatorre
Cuatro siglos de actividad macarrónica en España (1522-1922) ... 469
Tatiana Bubnova
Poética, retórica y prosaica ...................... , .... . 495
Graciela Cándano
AJgunas consideraciones sobre la filología medieval .... , , . , 527
Alejandro Higashi
La edición crítica como hipótesis de trabajo ... 533
f.-1artha Patricia Irigoyen Troconis
Filología clásica y derecho romano. 551
José G. Moreno de Alba
Lingüística, filología, dialectología .......................... . 565
Alberto Vital Díaz
Tendencias y problemas en la teoria literaria del tercer milenio ... 575

fRONTERAS: LA f'IWLOGÍA Y OTRAS DISCIPLINAS


Maricela Ayala Falcón
Epígrafia y filología: dos disciplinas afines . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 601

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