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Tipos de presas
Aunque existen numerosas tipologías de presas, en líneas generales podemos
clasificarlas en dos grandes grupos: presas de fábrica (de hormigón) y presas
de materiales sueltos, siendo estas últimas las más comunes por su
versatilidad.
Presas de fábrica
Se tratan de presas relativamente esbeltas, construidas con hormigón (aunque
antes se construían mediante mampostería). Este tipo de presas podemos sub-
clasificarlas a su vez en tres grandes grupos:
1. Presas de Gravedad: El mecanismo resistente de este tipo de presas es,
principalmente, el rozamiento del cuerpo de presa con el terreno sobre el
que se apoya debido a su gran peso (resistencia al deslizamiento).
Además, para evitar el vuelco, la resultante de los empujes del agua y el
peso propio debe estar contenida en la base del cuerpo de presa.
Se construyen con hormigón en masa prácticamente en su totalidad,
armándose únicamente en puntos concretos sometidos a fuertes
tracciones como las galerías. Son presas trabajan a compresión, por lo
que las tracciones se deben controlar cuidadosamente, siendo el pie de
aguas arriba uno de los puntos más problemáticos.
2. Presas arco: Basadas en el concepto de anti funicular, este tipo de
presas resisten por su forma. El arco resulta ser anti funicular de la
carga radial repartida uniformemente, es decir, un arco sometido a este
tipo de cargas trabaja únicamente a axil. Dicho arco transmite esos
esfuerzos de compresión a los estribos de la cerrada, por lo que estos
deben tener gran resistencia.
Obras de almacenamiento
Las obras de almacenamiento captan el flujo superficial y lo almacenan
temporalmente para descargarlo hacia aguas abajo durante tiempos más
prolongados disminuyendo los caudales máximos en relación a los que
provocaría la tormenta sin ellas. Son muy efectivas en lograr reducir los gastos
máximos pero no tiene efecto sobre el volumen total de escorrentía, ya que
sólo la postergan temporalmente. Se recomienda emplearlas cuando no se
dispone de capacidad de infiltración en el suelo, o cuando los volúmenes de
regulación necesarios son importantes.
Requieren de aguas relativamente limpias para evitar la acumulación de
basuras y su descomposición mientras el agua está almacenada. Además
necesitan espacios generosos. Si se considera en términos estrictos
prácticamente todas las obras alternativas necesitan un cierto volumen de
almacenamiento. Se denominan entonces como obras de almacenamiento las
que sólo actúan de esta forma, sin capacidad de infiltración de las aguas que
reciben.
Presentan como ventaja su gran efectividad en reducir los caudales máximos y
la posibilidad de emplearlas para otros fines, especialmente recreativos. Como
desventaja están las necesidades de espacio, como obras de almacenamiento
se consideran estanques y lagunas. En ambos casos se trata de obras
superficiales, construidas sobre la superficie del terreno, aguas abajo de la
zona a la cual sirven, de la cual reciben las aguas lluvias que escurren
superficialmente o conducidas mediante colectores locales. Los estanques
están normalmente vacíos y se llenan de agua sólo durante las lluvias. Las
lagunas están normalmente llenas de agua y se ocupa la parte superior para
almacenar aguas lluvias. En ambos casos se puede hablar de almacenamiento
concentrado o difuso, dependiendo de las alturas de agua con que operen.
Estas obras pueden operar en serie hidráulica con otras obras alternativas,
como es el caso de obras de infiltración, o canales de drenaje urbano. De esta
manera pueden emplearse como elementos de almacenamiento para alimentar
con caudales reducidos obras de infiltración como zanjas, pozos o estanques
de infiltración, evitando que estos dispongan de grandes volúmenes de
retención para acomodar los gastos que reciben a los que pueden infiltrar.