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Naciones Unidas y la Carta de San Francisco de 1945:

Propósitos y Principios. Órganos Principales y Competencias.

Enmiendas a La Carta de Naciones Unidas

La Carta de las Naciones Unidas se firmó el 26 de junio de 1945 en San Francisco, al terminar la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año. El Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia es parte integrante de la Carta.

El 17 de diciembre de 1963 la Asamblea General aprobó enmiendas a los Artículos 23, 27 y 61 de la Carta, las que
entraron en vigor el 31 de agosto de 1965. El 20 de diciembre de 1971 la Asamblea General aprobó otra enmienda al
Artículo 61, la que entró en vigor el 24 de septiembre de 1973. Una enmienda al Artículo 109, aprobada por la
Asamblea General el 20 de diciembre de 1965, entró en vigor el 12 de junio de 1968.

La enmienda al Artículo 23 aumentó el número de miembros del Consejo de Seguridad de once a quince. El Artículo
27 enmendado estipula que las decisiones del Consejo de Seguridad sobre cuestiones de procedimiento seran
tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros (anteriormente siete) y sobre todas las demás cuestiones por el
voto afirmativo de nueve miembros (anteriormente siete), incluso los votos afirmativos de los cinco miembros
permanentes del Consejo de Seguridad.

La enmienda al Artículo 61 que entró en vigor el 31 de agosto de 1965 aumentó el número de miembros del Consejo
Económico y Social de dieciocho a veintisiete. Con la otra enmienda a dicho Artículo, que entro en vigor el 24 de
septiembre de 1973, se volvío a aumentar el número de miembros del Consejo de veintisiete a cincuenta y cuatro.

La enmienda al Artículo 109, que corresponde al párrafo 1 de dicho Artículo, dispone que se podrá celebrar una
Conferencia General de los Estados Miembros con el propósito de revisar la Carta, en la fecha y lugar que se
determinen por el voto de las dos terceras partes de los Miembros de la Asamblea General y por el voto de
cualesquiera nueve miembros (anteriormente siete) del Consejo de Seguridad. El párrafo 3 del mismo Artículo, que
se refiere al examen de la cuestión de una posible conferencia de revisión en el décimo período ordinariode sesiones
de la Asamblea General, ha sido conservado en su forma primitiva por lo que toca a una decisión de "siete miembros
cualesquiera del Consejo de Seguridad", dado que en 1955 la Asamblea General, en su décimo período ordinario de
sesiones, y el Consejo de Seguridad tomaron medidas acerca de dicho párrafo

Miembros

Según el articulo 3 y 4 de la Carta, hay dos clases de miembros: los originarios y los admitidos. Los primeros son los
que participaron en la Conferencia de San Francisco y ratificaron la carta. Los segundos son los ulteriormente
admitidos y se establecen 5 condiciones para el Ingreso:

La primera es ser Estados en su significado técnico o sea una comunidad humana que ejerza autoridad suprema
sobre un territorio dado y tenga el derecho de celebrar tratados. La segunda es “ser amante de la paz”. La tercera es
que se aceptan las obligaciones consignadas en la Carta. La Cuarta es que estos Estados están capacitados para
cumplir con dichas obligaciones y la quinta es que se hallan dispuestos a hacerlo. Todos estos criterios se examinan y
deciden, como dice el precepto a “juicio de la organización” lo que en definitiva significa a juicio de los órganos que
son competentes para entender sobre esta matera. La admisión se efectua por decisión de la AG, a recomendación
del CS.

El articulo 5 de la Carta establece la suspensión de un miembro que es objeto de una acción preventiva o coercitiva.
La suspensión no es una sanción, sino el corolario de una sanción. No es preceptiva sino facultativa: todo miembro
podrá ser suspendido de sus derechos y privilegios, pero no se suspenden las obligaciones que incumben a la calidad
de miembro. Por ejemplo se le suspende el derecho a votar y participar en los órganos en que forma parte.

La expulsión de un Estado miembro se establece en el art. 6: “Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya
violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la
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Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad”. Esta disposición prevé una medida mas radical y
grave que la suspensión y a diferencia de ella, es una sanción autónoma y no el corolario de una samcion. Tambien
se hace notar en apoyo de este precepto que el Estado expulsado no queda completamente exento de la
organización que lo ha expulsado ya que permanece sujeto a el lo que dispone el art 2 paragrafo 6: . La Organización
hará que los Estados que no son Miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos Principios en
la medida que sea necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales”.

En cuanto a si un miembro puede retirarse de la organización, la Carta nada dice sobre el derecho de secesión, pero
en la Conferencia de San Francisco se adopto un verdadero acuerdo o compromiso con relación al ejercicio de esta
facultad. Alli se dijo que: “ si un Estado a cauda de circunstancias excepcionales se siente obligado a retirarse no es
propósito de la Organización obligar a ese Estado a continuar cooperando con la Organización”. Como causas, se
pueden establecer las siguientes: si la organización defrauda las esperanzas de la humanidad, o se revela incapaz de
mantener la paz, o no puede hacerlo sino a expensas del derecho y la justicia. Otras serian: si los derechos y
obligaciones de un Estado fueran alterados por enmiendas a la Carta, a las cuales no ha incurrido o se encuentra
incapaz de aceptar.

PROPÓSITOS Y PRINCIPIOS

CAPÍTULO I: PROPÓSITOS Y PRINCIPIOS

Artículo 1

Los propósitos de las Naciones Unidas son:


 1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y
eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por
medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo
de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz;

Sostiene J de A: “Luego de definir este objetivo primario la Carta indica los dos medios para su realización que son:
primero, tomar medidas colectivas eficaces para evitar o prevenir las amenazas a la paz y para suprimir actos de
agresión u otros quebrantamientos a la paz y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos a la paz y
segundo, lograr por medios pacíficos, Y DE CONFORMIDAD CON LOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA Y DEL
DERECHO INTERNACIONAL, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones susceptibles de conducir al
quebrantamiento de la paz. El propósito fundamental de UN es “mantener la paz y seguridad internacionales” y no la
paz interna, ya que este es un problema que pertenece al gobierno de cada comunidad estatal y no a la comunidad
internacional. Los dos medios indicados para mantener la paz y la seguridad (las medidas colectivas eficaces y la
solución pacífica de controversias) se deben llevar a cabo a través de los órganos principales de UN que son La
Asamblea General y el Consejo de Seguridad, actuando cada uno en la orbita que le asigna la Carta”.

 2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de
derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz
universal;

Sostiene J de A: “Esta referencia pasajera a la libre determinación, ha demostrado tener muy importante contenido
implícito y estar llena de significado. En lo que probablemente constituya el más importante desarrollo constitucional
del régimen de la Carta, esta mención del principio de libre determinación de los pueblos se convirtió nada menos
que en la base jurídica de la contribución decisiva que han hecho las UN a la emancipación de los pueblos coloniales,
lo que constituye quizá la más notable conquista de la Organización. Esas 15 palabras del art 1 han prácticamente
barrido el régimen colonial que existía en 1945”.

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 3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico,
social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y

Sostiene J de A: “Lo más importante de este propósito es que por el se concede competencia a la Organización para
ocuparse del “desarrollo y estimulo de los DDHH”. No de problemas internacionales relacionados con los DDHH, sino
de los DDHH fundamentales en si mismos, lo que indica que el problema de la violación de los DDHH en un país
dado, encierra una cuestión de relevancia y preocupación internacional. Esta ha sido la base de toda la acción de UN
en este tema que comenzó con la Decla. De Paris en 1948 y que ha proseguido con los Pactos de DDHH”.

 4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.

Sostiene J de A: “Este es un propósito que ha servido a la Corte Internacional de Justicia, para definir la naturaleza
jurídica de la Organización como un sujeto de Derecho Internacional. La organización de las UN, dotada de
personería jurídica internacional reconocia por la corte, constituye un centro que se puede llamar “focal”, que ejerce
una función de coordinación sobre la constelación de organismos especializados y agencias que se ocupan de los
problemas específicos de la comunidad internacional”.

Artículo 2

Para la realización de los Propósitos consignados en el Artículo 1, la Organización y sus Miembros procederán de
acuerdo con los siguientes Principios:

 1. La Organización esta basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros.

Sostiene Diez de Velazco (en adelante D de V): “ Este principio presenta dos aspectos muy relacionados entre si. En
primer termino, se proclama en el que los Estados miembros conservan su soberanía, sobre la que precisamente se
sustenta la organización. El segundo aspecto de este principio es la igualdad jurídica entre los Estados soberanos, y
también se remonta históricamente a los origines de la Comunidad Internacional de los Estados. Esta igualdad, en
palabras de J de A debe entenderse como “igualdad ante la ley”, es decir que todos los Estados son iguales ante el
Derecho Internacional”.

 2. Los Miembros de la Organización, a fin de asegurarse los derechos y beneficios inherentes a su condición de
tales, cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con esta Carta.

Sostiene D de V: “ El principio de la buena fe constituye un límite a la discrecionalidad de los Estados. De ahí que
opere respecto a la apreciación por los Estados del alcance de sus obligaciones, pero también en relación con los
derechos de los Estados, lo que por lo demás se desprende con toda claridad de la jurisprudencia. Sin embargo, este
aspecto no es muy visible en el art. 2 de la Carta, en el que el principio de la buena fe entró con el pie forzado, como
una adición a la obligación de los Estados de cumplir sus obligaciones internacionales recogida entre las propuestas
de Dumbarton Oaks. Esta circunstancia explica la deficiencia técnica indicada que ha pervivido injustificadamente en
el texto de la Resolución 2625. Esta resolución contiene no obstante, aspectos de notable interés. En general supone
la reafirmación de que los Estados deben cumplir de buena fe tanto las obligaciones dimanantes de acuerdos
internacionales como aquellas otras “contraídas en virtud de los principios y normas de derecho internacional
generalmente reconocidas”; en la fórmula del Tribunal Internacional de Justicia, la buena fe constituye “uno de los
principios básicos que gobiernan la creación y observancia de obligaciones jurídicas, cualquiera que sea su fuente”.”

 3. Los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal
manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia.

Sostiene D de V: “Tal como aparece en la resolución 2625, este principio comprende dos obligaciones
fundamentales. La primera, es la obligación de las partes en una controversia de darle una solución por medios
pacíficos; estas “procuraran llegar a un arreglo pronto y justo”, lo que unido al resto del enunciado, permite afirmar
que nos hallamos ante una obligación de hacer. En cambio la segunda obligación es de no hacer, se trata de que:

“ Los Estados Parte en una controversia intenacional, asi como los demás Estados, se abstendrán de toda medida que pueda agravar la situación
de modo que ponga en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.

 4. Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o


al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier
otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.

Este propósito somete a los miembros de Naciones Unidas a la abstención del uso de la fuerza, o la amenaza contra
cualquier Estado. Como sostiene Diez de Velazco, es notorio que este artículo no ha erradicado el uso de la fuerza
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de las RRII debido entre otras cosas a las deficiencias intrínsecas y a la inaplicación parcial de las disposiciones de la
carta encaminadas a asegurar la prevención y represión de las infracciones. Sin embargo la deficiencia de la
organización internacional no limita el carácter imperativo de este principio. Si bien es verdad que los estados no
siempre acatan la prohibición de recurrir a la fuerza en las RRII, también es cierto que son los propios Estados
quienes han consagrado esa prohibición en el derecho internacional y han procedido a codificarla, desarrollarla y
reafirmarla. Buena muestra de ello son las resoluciones 2625 y 3314, esta ultima dedicada a la definición de la
agresión, así como ciertos textos aprobados fuera del marco de UN por ejemplo en el ámbito interamericano, o en el
de la Conferencia sobre Seguridad y la Cooperación en Europa.

El alcance subjetivo del principio viene definido a los Estados individualmente considerados y a los “grupos de
estados” (Res. 3314). El alcance objetivo del principio viene desarrollado con gran amplitud en los textos de
referencia por lo que se señalan los siguientes aspectos; primero, la prohibición se circunscribe a la sola fuerza
armada según se desprende del preámbulo de la carta, y la confirma la resolución 3314. Las coacciones de otra
naturaleza pertenecen a un ámbito distinto: el de la no intervención. Segundo, Se considera especialmente grave la
comisión de actos de agresión y así la resolución 2625 califica de crimen contra la paz a toda guerra de agresión.
Tercero, La prohibición del uso de la fuerza se extiende en supuestos en que no existe guerra en el sentido
tradicional tales como los “actos de represalia que implican el uso de la fuerza”, “el organizar o fomentar la
organización de fuerzas irregulares o de bandas armadas incluidos los mercenarios para hacer incursiones en el
territorio de otro estado” o “organizar, instigar, ayudar, o participar en actos de guerra civil o en actos de terrorismo”
incluida la tolerancia de actividades encaminadas a la realización de dichos actos, siempre que estos supongan el
uso o la amenaza de la fuerza. Por último, es ilícita la amenaza de la fuerza y no solo el uso de ella, lo que en otras
cosas convierte en irregular al ultimátum que consista en una amenaza condicional de la fuerza.

El tema de las excepciones a la prohibición del uso de la fuerza ha despertado una gran polémica. Jiménez de
Aréchaga ha observado que “el uso de la fuerza tiene en las relaciones internacionales el mismo status que en el
derecho interno: es un delito, o una sanción, o un acto de legítima defensa”. En otras palabras, sostiene Diez de
Velazco; el recurso a la fuerza armada está permitido cuando se trate de una acción de UN o autorizada por ella, o
bien cuando se trate de legítima defensa.

Finalmente debe anotarse que la resolución 2625 incluye en el enunciado de este principio ciertas reglas
complementarias que, en rigor se encuadrarían mejor que en otros. Entre Ellas se destacan dos: la primera, es la
regla de que “no se reconocerá como legal ninguna adquisición territorial derivada del uso de la fuerza”, lo que
supone que una de las manifestaciones más brutales de la efectividad, la conquista, resulta hoy inadmisible
jurídicamente. Segundo, la regla de que “los Estados deberán de realizar de buena fe negociaciones encaminadas a
la rápida celebración de un tratado universal de desarme general y completo bajo un control internacional eficaz, y
esforzarse en adoptar medidas adecuadas para reducir la tirantez internacional y fortalecer la confianza entre
Estados”.

 5. Los Miembros de la Organización prestaron a ésta toda clase de ayuda en cualquier acción que ejerza de
conformidad con esta Carta, y se abstendrán de dar ayuda a Estado alguno contra el cual la Organización
estuviere ejerciendo acción preventiva o coercitiva.

Sostiene D de V: “Impone a los Estados miembros dos obligaciones complementarias al establecer este principio. No
se da exacta correspondencia entre estas dos obligaciones, pues la primera de ellas (prestar ayuda a la
Organización) se refiere a cualquier acción conforme con la Carta, mientras que la omisión de auxilio, objeto de la
segunda obligación, solo se debe cuando las UN ejerzan acción preventiva o coercitiva”.

 6. La Organización hará que los Estados que no son Miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo
con estos Principios en la medida que sea necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales.

Sostiene D de V: “Este texto plantea, pero no resuelve, el problema de la autoridad de la Organización sobre los
Estados no miembros, en la medida en que se trata de una disposición convencional que impone obligaciones a
terceros Estados con independencia del consentimiento de estos.”

Sostiene mi CUADERNOLA DE CLASE: “Este es el principio de Unicidad de la paz; hay una única paz. Hace que los
Estados no miembros se comporten y cumplan con los principios de la organización, a través de los Estados
miembros. Esto es porque la paz es el objetivo, es un bien que está por encima del comportamiento y conducta de
los Estados. Es el principio más conflictivo ya que por la Convención de Viena de 1969; un tratado no puede

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imponerse para partes fuera del Tratado. Aquí se ve el poderío de UN ya que obliga e impone más de lo que una
organización debería. La Convención de Viena del 69 es un derecho genérico.”

 7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son
esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará; a los Miembros a someter dichos asuntos a
procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las
medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII.

Dicen mis apuntes de clase: “Existen tres formas de determinar si es un tema de jurisdicción domestica; el
primero de ellos es que si el asunto se encuentra regulado por el Derecho Internacional público, entonces ya
no estamos hablando de jurisdicción domestica. Segundo, hay que determinar la naturaleza del asunto, la
evaluación de tal naturaleza la hace el Estado. Tercero, se evalúa si la situación que está sucediendo en
determinado lugar puede poner en peligro la paz, esto o determina Naciones Unidas, es un concepto político.
Y esto precisamente lo ha hecho para justificar muy pocas veces las misiones de paz. La resolución 2625 de
UN explica de forma más profunda cada uno de estos principios”.

En la misma encontramos en cuanto al principio relativo de la obligación no intervenir en los asuntos que son de la
jurisdicción interna de los Estados de conformidad con la Carta:

Ningún estado o grupo de Estados tiene derecho a intervenir directa o indirectamente sea cual fuere el motivo de los
asuntos internos o externos de ningún otro, por lo tanto no solamente la intervención armada sino también cualquier
otro forma de injerencia o amenaza atentatoria de la personalidad del estado o de los elementos políticos,
económicos y culturales que lo constituyen son violaciones del derecho internacional. Ningún estado puede aplicar o
fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro estado a fin de
lograr que subordine el ejercicio sus derechos soberanos y obtener de él ventajas de cualquier orden. Todos los
estados deberán abstenerse de organizar, apoyar, fomentar, financiar, instigar o tolerar actividades armadas
subversivas o terroristas encaminadas a cambiar por la violencia el régimen de otro estado y de intervenir en las
luchas interiores de otro estado. El uso de la fuerza para privar a los pueblos de su identidad nacional constituye una
violación de sus derechos inalienables y del principio de intervención, todo estado tiene derecho inalienable a elegir
su sistema político, económico, social y cultural sin injerencia en ninguna forma, por parte de ningún estado. Nada de
los párrafos precedentes deberá interpretarse en el sentido de afectar, las disposiciones pertinentes de la carta
relativas al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.

Como sostiene Diez de Velazco, este articulo recoge una excepción al principio de la excepción de la jurisdicción
interna “este principio no se opone a la aplicación de medidas coercitivas previstas en el Capítulo VII”. Por interés
general las soberanías estatales deben inclinarse ante las exigencias del mantenimiento de la paz. Los redactores de
la Carta, instruidos por la experiencia de la Sociedad de Naciones, no han querido reincidir en el mismo error,
permitiendo a los Estados miembros maniobras dilatorias. Ha sido precisamente esta excepción el argumento
utilizado por el Tribunal Penal para la ex Yugoeslavia, para establecer el carácter único del poder conferido a Tribunal
Internacional de decretar ordenanzas a los Estados Soberanos.

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ORGANOS PRINCIPALES Y SUS COMPETENCIAS

El Art 7 de la Carta establece cuales son los órganos principales: Asamblea General, Consejo de Seguridad, Consejo
Económico y Social, Consejo de Administración Fiduciaria, Corte Internacional de Justicia y Secretaria General. No
hay jerarquía entre órganos.

ASAMBLEA GENERAL – Material: Jiménez de Aréchaga

J de A: La AG es el órgano democrático por excelencia de la Institución, que en el tienen derecho a estar


representados los Estados miembros en un pie de absoluta igualdad. Es también un cuerpo dotado de una orbita de
competencia vastísima.”

Competencia Genérica de la Asamblea

Art 10: “La Asamblea General podrá discutir cualesquier asuntos o cuestiones dentro de los límites de esta Carta o
que se refieran a los poderes y funciones de cualquiera de los órganos creados por esta Carta, y salvo lo dispuesto en
el Artículo 12 podrá hacer recomendaciones sobre tales asuntos o cuestiones a los Miembros de las Naciones Unidas
o al Consejo de Seguridad o a éste y a aquéllos”.

J de A: Es la clausula de competencia genérica de la AG. Se establece en él una competencia vastísima


de la AG en materia de discusión y en materia de recomendación porque abarca todos los asuntos o
cuestiones que pueden considerarse dentro de los limites de esta Carta o que se refieran a los poderes y
funciones de cualquiera de los órganos. La AG, por consiguiente, puede ocuparse de todo lo que interesa
a UN; puede discutir y formular recomendaciones (salvo una excepción) sobre todos los asuntos que
afecten la marcha de UN. Esta es una formula satisfactoriamente amplia y tiene un alcance muy vasto. De
acuerdo con ella, la AG puede discutir por ejemplo, problemas como el del veto en el CS, puede discutir (y
ha discutido) problemas que en realidad atañen a otros órganos, porque se trata de una cuestión dentro de
los limites de la Carta y que se refiere a poderes y funciones de otro órgano de UN. De acuerdo con esa
formula la AG podría también ocuparse de la forma como se aplica o se deja de aplicar el Cap VII de la
Carta, asi como también hacer pronunciamientos sobre la forma en que los Miembros ejercen o dejan de
ejercer, o invocan el art 51 de la Carta, que establece el derecho de legítima defensa; e incluso hacer
recomendaciones, como dice el art 10 “sobre tales asuntos o cuestiones a los Miembros de las Naciones Unidas o
al Consejo de Seguridad o a éste y a aquéllos”. Quiere decir que se coloca, por este articulo, a la AG en una situación
de cierta preeminencia en cuanto se le atribuye una competencia omnímoda para discutir y recomendar.

Funciones y cometidos específicos de la AG:

Se aclara específicamente en el Art 11, inc 4: Los poderes de la Asamblea General enumerados en este Artículo no
limitarán el alcance general del Artículo 10”. Es decir, que los artículos siguientes pormenorizan el alcance de las
facultades de la AG, pero no restringen esa competencia del art. 10.

El parágrafo 1 del Art. 11: “La Asamblea General podrá considerar los principios generales de la cooperación en el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, incluso los principios que rigen el desarme y la regulación de
los armamentos, y podrá también hacer recomendaciones respecto de tales principios a los Miembros o al Consejo
de Seguridad o a éste y a aquéllos” confiere facultad a la AG, para considerar los principios generales de la
cooperación en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, incluso los principios que rigen al desarme y
la regulación de armamentos, y también para hacer recomendaciones respecto de tales principios a los miembros o
al CS o a este o aquellos. Lo que se refiere al desarme y regulación de armamentos habrá de ser considerado en
particular tomando en consideración el art 26 de La Carta, que se refiere a las funciones especificas del CS en esta
materia.

¿Qué se entiende por principios generales de cooperación en el mantenimiento de la paz y la seguridad


internacionales? Se entiende por esto el estudio de los métodos y procedimientos, los principales abstractos y los

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mecanismos destinados a afianzar la paz. Por ejemplo, un estudio sobre los métodos de solución pacifica, sobre los
procedimientos de arbitraje, el empleo de la Corte Internacional de Justicia, etc.

En realidad, este parágrafo 1 del art 11, hasta cierto punto coincide con lo que establece en parte el parágrafo 1,
letra a que dice que la AG promoverá estudios y hará recomendaciones para “fomentar la cooperación internacional
en el campo político”. Son estudios de carácter académico sobre problemas como, por ejemplo, el de la “no
intervención”, el “de agresión indirecta o agresión política”; incluso pueden considerarse ubicados aquí los
problemas “de seguridad contra la agresión”, etc.

Obsérvese que mientras las competencias del 11.1 es una competencia facultativa “La AG podrá considerar”, la
competencia del 13.1 es preceptiva “La AG promoverá estudios”.

Desarme y regulación de armamentos

Además de las funciones especificas de la AG en materia de limitación de armamentos, la carta dispone en su art 26:

“A fin de promover el establecimiento y mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales con la menor


desviación posible de los recursos humanos y económicos del mundo hacia los armamentos, el Consejo de Seguridad
tendrá a su cargo, con la ayuda del Comité de Estado Mayor a que se refiere e1 Artículo 47, la elaboración de planes
que se someterán a los Miembros de las Naciones Unidas para el establecimiento de un sistema de regulación de los
armamentos.”

Los artículos que se refiere la Carta al desarme y la regulación de armamentos son el 11.1 (facultades de la AG al
respecto) y el 26 (funciones del CS en la materia). La AG está capacitada para formular recomendaciones sobre los
principios que rigen el desarme y regulación de armamentos, en tanto que por el art 26 al CS se le obliga a elaborar
los planes para la regulación de armamentos. Esto quiere decir que hay una división de funciones entre la AG y el CS.

Al CS se le encomienda la misión de reglamentar, los principios generales que apruebe la AG. La AG sienta los
principios y sobre esa base el CS elabora los planes. Estos planes del CS no son obligatorios, no se benefician de lo
dispuesto en el art 25 (“Los Miembros de las Naciones Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del
Consejo de Seguridad de acuerdo con esta Carta”), sino que como expresa el art 26, se someterán a los miembros de
las UN, esto es que han de ser sometidos para su aprobación, de acuerdo con los procedimientos constitucionales de
cada Estado.

El desarme ha sido una preocupación constante en la AG, la que no se ha limitado a pronunciarse solamente sobre “
los principios que rigen el desarme y la regulación de armamentos” sino que se ha ocupado de todas las cuestiones
generales y particulares en este dominio. Desde el final de la década del 50, la AG tiene un monopolio de hecho en
los asuntos de desarme, ya que el CS se ha abstenido de ejercer las competencias que le atribuye el art 26 de la
Carta.

Bajo los auspicios de la AG se han firmado tratados muy importantes que se inspiran en la política “arms control”, de
la cual es ejemplo el Tratado de Moscú de 1965 sobre prohibición de ensayos nucleares en la atmosfera; el Tratado
de no-proliferación nuclear y los Tratados relativos a la interdicción de armas biológicas, la desnuclearización de
América Latina, la prohibición de colocar armas nucleares en el fondo del mar, y la prohibición de utilizar el medio
ambiente con fines hostiles.

Codificación del Derecho Internacional

Art 13:

1. La Asamblea General promoverá estudios y hará recomendaciones para los fines siguientes:

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a. fomentar la cooperación internacional en el campo político e impulsar el desarrollo progresivo del derecho
internacional y su codificación;

b. fomentar la cooperación internacional en materias de carácter económico, social, cultural, educativo y sanitario y
ayudar a hacer efectivos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por
motivos de raza, sexo, idioma o religión.

2. Los demás poderes, responsabilidades y funciones de la Asamblea General con relación a los asuntos que se
mencionan en el inciso b del párrafo 1 precedente quedan enumerados en los Capítulos IX y X.

La codificación del Derecho Internacional consiste en recoger las normas del Derecho Internacional en vigor y
ordenarlas de modo sistemático y articulado. El desarrollo progresivo radica en las modificaciones y adiciones que se
hagan en oportunidad de tal codificación. Casi siempre, al codificar, no se refleja de modo tal el derecho, tal como
existe, sino que se incorporan mejoras, adiciones. Esta función seria el “desarrollo progresivo”, a que se refiere el art
13. En la práctica, sin embargo, ha sido difícil diferenciar una cosa y otra y se han combinado indisolublemente
ambas funciones.

La AG ha tomado medidas para llevar a cabo esta función que le ha sido impuesta con carácter obligatorio. Se creo
una Comisión de Derecho Internacional compuesta de especialistas en Derecho Internacional, elegidos por la AG.
Esta Comisión, tiene la misión de preparar, ya proyectos de convenciones sobre las materias a su juicio codificables
que se someterán a la aprobación de la AG y a la ratificación de los gobiernos, o ya, simplemente, meras
declaraciones del derecho existente, que no se someten a voto de la AG ni tampoco a ratificación.

De lo que antecede resulta que la AG está facultada para aprobar proyectos de convenciones que luego se
someterán a la aprobación de los Estados miembros.

Facultades de la AG en la solución pacífica de controversias

l. La Asamblea General podrá considerar los principios generales de la cooperación en el mantenimiento de la paz
y la seguridad internacionales, incluso los principios que rigen el desarme y la regulación de los armamentos, y
podrá también hacer recomendaciones respecto de tales principios a los Miembros o al Consejo de Seguridad o a
éste y a aquéllos.

2. La Asamblea General podrá discutir toda cuestión relativa al mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales que presente a su consideración cualquier Miembro de las Naciones Unidas o el Consejo de
Seguridad, o que un Estado que no es Miembro de las Naciones Unidas presente de conformidad con el Artículo 35,
párrafo 2, y salvo lo dispuesto en el Artículo 12, podrá hacer recomendaciones acerca de tales cuestiones al Estado
o Estados interesados o al Consejo de Seguridad o a éste y a aquéllos. Toda cuestión de esta naturaleza con
respecto a la cual se requiera acción será referida al Consejo de Seguridad por la Asamblea General antes o
después de discutirla.

3. La Asamblea General podrá llamar la atención del Consejo de Seguridad hacia situaciones susceptibles de poner
en peligro la paz y la seguridad internacionales.

4. Los poderes de la Asamblea General enumerados en este Artículo no limitarán el alcance general del Artículo 10.

Estos parágrafos son los que establecen específicamente la duplicación de competencias entre la AG y el CS. Aquí se
pasa de lo abstracto a lo concreto; de los principios a las cuestiones definidas que requieren la aplicación práctica de
los principios.

El parágrafo 2 del art 11 debe leerse contextualmente con el art 35 de la Carta (art 35.1 “Todo Miembro de las
Naciones Unidas podrá llevar cualquiera controversia, o cualquiera situación de la naturaleza expresada en el
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Artículo 34, a la atención del Consejo de Seguridad o de la Asamblea General”.). Es decir se establece una opción, por
parte de los miembros, para llevar controversias o disputas ante cualquiera de los órganos principales de UN: la AG
o CS. Esto es bien significativo en cuanto a la duplicación de competencias.

Esta facultad de opción la tienen no solo los miembros, sino también los Estados no miembros. En el art 35.2 se
dispone que “Un Estado que no es Miembro de las Naciones Unidas podrá llevar a la atención del Consejo de
Seguridad o de la Asamblea General toda controversia en que sea parte, si acepta de antemano, en lo relativo a la
controversia, las obligaciones de arreglo pacífico establecidas en esta Carta”. Pero hay una diferencia muy grande, y
es que mientras el miembro de UN puede llevar a la atención de la AG cualquier controversias o cualquier situación
que afecta la paz y la seguridad internacional, el no miembro solo podrá llevar a atención de la AG aquellas
controversias (ya no situaciones) en las que sea parte, siempre que acepte de antemano las obligaciones del arreglo
pacífico de la carta. A este estado no miembro, se le concede participación en la discusión, pero sin derecho a voto.

Cuando un Estado no miembro es parte en una cuestión que se discute ante la AG, se le da la posibilidad de
participar en la discusión (sin derecho a voto), pero requiriéndose, como establece el parágrafo 2 del art 35, que
acepte las obligaciones de arreglo pacífico en la carta. De otro modo se colocaría en una situación de desigualdad
con la otra parte o sea, el miembro que ha aceptado esas obligaciones.

Además de los Estados, tiene facultad de iniciativa para llevar situaciones ante la AG el propio CS, según establece el
art 11. El CS podrá llevar los asuntos susceptibles de afectar la paz y seguridad internacionales de dos maneras:
sometiendo el asunto pura y simplemente conforme al parágrafo 2 del art 11 (“La Asamblea General podrá discutir
toda cuestión relativa al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales que presente a su consideración
cualquier Miembro de las Naciones Unidas o el Consejo de Seguridad, o que un Estado que no es Miembro de las
Naciones Unidas presente de conformidad con el Artículo 35, párrafo 2, y salvo lo dispuesto en el Artículo 12, podrá
hacer recomendaciones acerca de tales cuestiones al Estado o Estados interesados o al Consejo de Seguridad o a éste
y a aquéllos. Toda cuestión de esta naturaleza con respecto a la cual se requiera acción será referida al Consejo de
Seguridad por la Asamblea General antes o después de discutirla”) o sometiendo el asunto y además solicitando de la
AG que formule una recomendación sobre el. Esto tiene una gran importancia en cuanto a los poderes de
recomendación de la AG.

Una vez agotado todo este proceso de consideración de una disputa (iniciativa, discusión, votación, investigación si
es necesario) viene la decisión final de la AG, que tiene que consistir en recomendaciones como dice el art 11,
parágrafo 2 “acerca de tales cuestiones al Estado o Estados interesados o al CS o a este y a aquellos”. Nada se
especifica en la Carta acerca de la naturaleza de estas recomendaciones.

La AG queda facultada para formular recomendaciones de cualquier naturaleza. Así por ejemplo, recomendaciones a
las partes sobre los métodos o procedimientos de solución pacifica más apropiados para solucionar la controversia,
como por ejemplo las negociaciones, el arbitraje, etc y también sobre el fondo de la cuestión, o sea los términos
concretos de arreglo o de solución de la controversia. Igualmente la AG puede recomendar medidas provisionales
tendientes a evitar que se agrave una controversia, como por ejemplo, que las partes se abstengan de recurrir a la
fuerza.

Reglas para la delimitación de competencias entre la AG y el CS

Si bien existe una duplicación de competencias entre la AG y el CS, en lo que respecta a la solución pacífica de
controversias, se han establecido dos limitaciones a las facultades de la AG en beneficio del CS, destinadas a evitar
qie ocurra lo que sucedió en la S.D.N, es decir, que se plantearan conflictos de jurisdicción entre los dos órganos en
los momentos de crisis, que lleven a la paralización de toda acción, como ocurrió en la disputa chino-japonesa sobre
Manchuria.

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Por eso se han establecido dos limitaciones: una, consignada en las tres últimas líneas del parágrafo 2 del art 11
(limitación de contenido) y otra (que se puede llamar de oportunidad) en el parágrafo 1 del art 12.

La limitación de contenido radica en que “Toda cuestión de esta naturaleza con respecto a la cual se requiera acción
será referida al Consejo de Seguridad por la Asamblea General antes o después de discutirla”. Es decir, cada vez que
se requiera acción, la AG tendrá que referir el asunto al CS.

Se llega entonces a la otra limitación, a la que se ha llamado de oportunidad, establecida en el parágrafo 1 del art 12:
“Mientras el Consejo de Seguridad esté desempeñando las funciones que le asigna esta Carta con respecto a una
controversia o situación, la Asamblea General no hará recomendación alguna sobre tal controversia o situación, a no
ser que lo solicite el Consejo de Seguridad”. Este parágrafo 1 del art 12 es lo que da sentido al art 24 donde se habla
de la “responsabilidad primordial del CS de mantener la paz y la seguridad internacionales.

Esta disposición del art 24 es una fórmula que adquiere sentido al correlacionarla con las dos limitaciones
establecidas en perjuicio de la AG, en los arts 11 y 12 de la Carta; una limitación de orden temporal o de oportunidad
y otra de orden material o de contenido. La responsabilidad primordial del CS está fundada, en primer lugar en el
hecho de que la AG no puede formular recomendaciones en aquellas controversias o situaciones respecto de las
cuales el CS este desempeñando las funciones que le asigna la Carta, y en segundo lugar, en que “toda cuestión
respecto a la cual se requiera acción será referida al CS”.

La AG tiene indudable competencia para ocuparse de cuestiones que afecten la paz y la seguridad internacionales
mientras tanto y hasta tanto no se ocupe de ellas el CS; le cabe recomendar acerca de dichas cuestiones mientras el
CS no las arrebate de su esfera y puede volver a hacerlo tan pronto como el CS haya dejado, por cualquier razón, de
ejercer sus funciones en este sentido (CS: ojo no te duermas! Q la AG te lo quita! Jajaj). Y entre estas razones se
encuentra el caso de que el CS no haya podido adoptar medida alguna por efectos del veto.

¿Cómo sabe la AG que asuntos está tratando el CS? El art 2 inc. 2 dispone: “El Secretario General, con el
consentimiento del Consejo de Seguridad, informará a la Asamblea General, en cada periodo de sesiones, sobre todo
asunto relativo al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales que estuviere tratando el Consejo de
Seguridad, e informará asimismo a la Asamblea General, o a los Miembros de las Naciones Unidas si la Asamblea no
estuviere reunida, tan pronto como el Consejo de Seguridad cese de tratar dichos asuntos”. Y como la competencia
de la AG resurge cuando el CS cesa de ocuparse de un asunto, la segunda parte de este parágrafo establece que el
secretario general, “informara asimismo a la AG o a los miembros de UN si la AG no estuviere reunida, tan pronto
como el CS cese de tratar dichos asuntos”. Entonces la AG vuelve a ser competente para recomendar sobre ellos.

La AG y el CS son dos órganos que están, constitucionalmente, en la misma situación jerárquica, coordinados entre
sí. De ningun modo cabe compararlos. El CS no es responsable ante la AG ni esta es responsable ante el CS.

Facultades de la AG respecto de situaciones internacionales

El art 14 de la Carta dice: “Salvo lo dispuesto en el Artículo 12, la Asamblea General podrá recomendar medidas para
el arreglo pacífico de cualesquiera situaciones, sea cual fuere su origen, que a juicio de la Asamblea puedan
perjudicar el bienestar general o las relaciones amistosas entre naciones, incluso las situaciones resultantes de una
violación de las disposiciones de esta Carta que enuncian los Propósitos y Principios de las Naciones Unidas”.

Tiene una gran importancia ya que se le concede a la AG la potestad de recomendar medidas para el arreglo pacífico
de “situaciones”, facultad que ni siquiera se le ha dado en la Carta al CS.

Para esta clase de situaciones, la AG puede recomendar, según el art 14, medidas sustanciales para el arreglo del
fondo de la cuestión. En cambio, el CS, en estas situaciones que todavía no han degenerado en disputas, no tiene
facultades para recomendar medidas de fondo para el arreglo.

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Además se amplía también en otro sentido la competencia de la AG con respecto al CS. El CS, según se ha de ver,
solamente puede ocuparse de situaciones o disputas que pongan en peligro la paz. Es una competencia limitada. En
cambio, por este art 14, se da a la AG jurisdicción para ocuparse de situaciones que “puedan perjudicar las relaciones
amistosas entre las naciones”, es decir situaciones no tan agudas como aquellas susceptibles de ocupar la atención
del CS.

De manera que hay ciertas clases de cuestiones, como por ejemplo una situación de tensión diplomática entre dos
Estados, que no caen en la esfera de competencia del CS porque no ponen en peligro la paz, pero si pueden caer en
la órbita de la AG, dado que perjudican las relaciones amistosas entre naciones. También desde este punto de vista
la AG tiene una competencia más vasta que el CS.

Finalmente el art 14 tiene una gran importancia, porque en él está incluida, de modo que cabe llamar implícito, pero
no menos evidente, la facultad de revisión de tratados, o sea el problema de “cambio pacífico”.

La AG y el mantenimiento de la paz

Poner acá lo que dice la web de las competencias de la AG

Régimen de votación de la AG

El Artículo 18 dice:

1. Cada Miembro de la Asamblea General tendrá un voto.

2. Las decisiones de la Asamblea General en cuestiones importantes se tomarán por el voto de una mayoria de dos
tercios de los miembros presentes y votantes. Estas cuestiones comprenderán: las recomendaciones relativas al
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la elección de los miembros no permanentes del Consejo de
Seguridad, la elección de los miembros del Consejo Económico y Social, la elección de los miembros del Consejo de
Administración Fiduciaria de conformidad con el inciso c, párrafo 1, del Artículo 86, la admisión de nuevos Miembros
a las Naciones Unidas, la suspensión de los derechos y privilegios de los Miembros, la expulsión de Miembros, las
cuestiones relativas al funcionamiento del régimen de administración fiduciaria y las cuestiones presupuestarias.

3. Las decisiones sobre otras cuestiones, incluso la determinación de categorías adicionales de cuestiones que deban
resolverse por mayoría de dos tercios, se tomarán por la mayoría de los miembros presentes y votantes.

En el art 18 se dispone que cada miembro tendrá un voto.

La Carta reclama 2/3 de votos para las cuestiones importantes y mayorías de votos para las otras cuestiones; las no
importantes.

Esta distinción entre cuestiones importantes y otras, es diferente de las que rige para el CS entre cuestiones
procesales y otras materias. De manera que los precedentes que se hayan establecido en un órgano no se pueden,
sin más, extender al otro, por cuanto es posible que existan materias importantes para la AG que sean procesales
para el CS y viceversa.

Pero esto no quiere decir que la distinción entre cuestiones procesales o no, carezca de relevancia para la AG. No es
así ya que la AG razonablemente ha entendido que las cuestiones de procedimiento que de ordinario se suscitan en
ella (como aplazar un debate, establece un subcomité o no votar sobre una resolución) son cuestiones no
importantes y, por lo tanto, sometidas a la decisión de la simple mayoría.

¿Cuáles son las importantes? El art 18.2 dice:

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2. Las decisiones de la Asamblea General en cuestiones importantes se tomarán por el voto de una mayoria de dos
tercios de los miembros presentes y votantes. Estas cuestiones comprenderán: las recomendaciones relativas al
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la elección de los miembros no permanentes del Consejo de
Seguridad, la elección de los miembros del Consejo Económico y Social, la elección de los miembros del Consejo de
Administración Fiduciaria de conformidad con el inciso c, párrafo 1, del Artículo 86, la admisión de nuevos Miembros
a las Naciones Unidas, la suspensión de los derechos y privilegios de los Miembros, la expulsión de Miembros, las
cuestiones relativas al funcionamiento del régimen de administración fiduciaria y las cuestiones presupuestarias.”

Claramente la palabra “comprenderán” demuestra que pueden haber otras cuestiones importantes además de las
expresamente mencionadas.

La AG puede decidir por simple mayoría de votos que una cuestión determinada no es importante excluyéndola de la
exigencia de 2/3.

Es corriente que los miembros de la AG no quieran pronunciarse sobre un problema determinado, y prefieran
abstenerse.

Se ha entendido que el miembro que se abstiene está presente pero no vota, de manera que no se cuenta su
presencia para el computo de los 2/3, lo que tiene una importancia numérica considerable. Se considera que los
miembros que se abstienen de vitar no toman parte en la votación.

El fundamento de esta regla es que de otro modo, la abstención equivale a un voto negativo. Es por eso que hay una
práctica, una forma de adoptar resoluciones de la AG sin votación, mediante el consenso. Este método no es
mencionado en la carta ni en el reglamento de la AG. Gracias a él, se considera que un texto ha sido adoptado
cuando nadie desea votar en contra y por lo tanto nadie pide que se proceda al voto. El presidente constata
entonces la existencia de consenso, que se alcanza respecto de una resolución después de largas negociaciones por
los distintos grupos geográficos que componen la AG. Esto ocurre cuando se ha llegado a un compromiso en base a
un texto que, si bien no es aceptable para todos, no es inaceptable para nadie. En la práctica el rechazo de unirse al
consenso no impide el surgimiento del mismo, a menos que ese rechazo emane de todo un grupo geográfico o de
Estados importantes como los miembros permanentes del CS. Este método, que funciono con gran éxito en la
Conferencia sobre derecho del Mar tiene la virtud de exigir transacciones y compromisos entre puntos de vista
discrepantes.

Organización de la AG

La AG es un órgano permanente que celebra reuniones periódicas, por lo general anuales.

Pero, a diferencia del CS que está organizado “de modo que pueda funcionar continuamente” la Carta prevé que la
AG solo se reúne “anualmente en sesiones ordinarias y, cada vez que las circunstancias lo exijan, en sesiones
extraordinarias” (art 20).

Cada sesión de la AG comienza por un debate general en plenario en el cual los Estados Miembros exponen su
actitud con respecto a los problemas que figuran en el orden del día. Terminado ese debate general, se procede a la
tarea propiamente dicha de discusión y de cambios de puntos de vista entre los Estados y de elaboración de
recomendaciones, que se lleva a cabo en Comisión. Las llamadas grandes comisiones son; la primera, de asuntos
Políticos y de Seguridad, incluyendo los problemas de desarme, la segunda, de asuntos económicos y financieros, la
tercera, de asuntos sociales, humanitarios y culturales, la cuarta, de asuntos de administración fiduciaria y territorios
no autónomos, la quinta, de asuntos presupuestales y financieros, la sexta, de asuntos jurídicos. A partir de la
tercera sesión y debido al recargo de la primera comisión, se ha creado una comisión política ad-hoc.

Cada una de estas siete comisiones está integrada por representantes de todos los Estados miembros.

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Las decisiones que se adoptan, por mayoría de votos, en estas Comisiones, van después al Plenario, donde por regla
general no se renuevan las discusiones que ya han tenido lugar en Comisión. No obstante, en los problemas de gran
importancia, los miembros suelen dejar por sentado su punto de vista, por lo que algunas veces se producen
debates.

Los presidentes de las siete grandes comisiones, junto con el presidente de la AG y los siete vicepresidentes (5 de los
cuales son por tradición los 5 grandes), componen la mesa de la Asamblea, que es la que organiza y dirige la tarea,
discute antes del plenario la inscripción de asuntos en el orden del día y los distribuye entre las diversas comisiones.
Este contenido de la mesa es el más importante, ya que si bien su papel es consultivo y “ad referéndum” del
plenario, la verdad es que salvo raras excepciones, las resoluciones de este comité sobre los asuntos que deben
inscribirse o no en el orden del día son aceptadas por la AG.

Con respecto a la determinación del orden del día de la AG, cabe señalar que la jurisprudencia establecida es que la
incorporación de un asunto al orden del día no entraña un pronunciamiento afirmativo o negativo sobre la
competencia de la AG para tratarlo. Después de incluido un tema, es cuando cabe discutir si la AG tiene jurisdicción
para ocuparse de él.

El presidente de la AG, elegido por cada periodo de sesiones, según dispone el art 21 de la carta, tiene funciones de
importancia, que a menudo incluyen el deber de actuar como conciliador en las controversias que se plantean en la
AG.

Esta organización de la AG está regida por un reglamento permanente, dictado conforme al art 21 de la carta, y que
constituye una codificación clara y concisa del Derecho parlamentario universal.

Organismos subsidiarios de la AG

La AG podrá establecer los organismos subsidiarios que estime necesarios para el desempeño de sus funciones
según establece el art 22.

Efectos jurídicos de las resoluciones de la AG

Para determinarlo el efecto jurídico de las resoluciones de la AG es necesario ante todo trazar una diferenciación
entre las recomendaciones de eficacia interna y recomendaciones de eficacia externa. En la primera entran ciertas
categorías de resoluciones que poseen carácter obligatorio, como por ejemplo la aceptación de un Estado miembro;
su expulsión; la elección de miembros no permanentes del CS, de miembros del ECOSOC y de Administración
Fiduciaria; la elección del secretaria general y jueces de la corte; las resoluciones en que se dan órdenes e
instrucciones al Secretario General y a los organismos subsidiarios; las relativas a los derechos y obligaciones del
personal administrativo de la Organización, etc.. igualmente constituyen decisiones de carácter obligatorio las que se
refieren a las facultades administrativas, financieras y presupuestarias de la AG; por ejemplo la Carta fija la
contribución a pagar por los miembros conforme al art 17 de la Carta, que es una obligación provista de sanción: la
perdida de derecho a voto conforme al art 19. Desde este punto de vista financiero, administrativo y presupuestario,
la AG es comparable a un Parlamento.

EN cambio las resoluciones de eficacia externa, son aquellas dirigidas a los Estados Miembros o no miembros, o a
otras organizaciones internacionales e incluso a otros órganos de la Institución. Estas, en principio, no tienen
carácter obligatorio: son meras recomendaciones. Nuevamente hay que hacer aquí una nueva distinción. Existen
órganos de las UN, como el Consejo Económico y Social y el de Administración Fiduciaria, que, a diferencia del CS, no
se halla en un plano de paridad con la AG, coordinados con esta, sino subordinados a ella. Por este motivo las
recomendaciones, que la AG dirige a estos órganos tienen una eficacia jurídica mayor que la de meras
recomendaciones, sin valor vinculatorio.

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Incluso con las recomendaciones externar dirigidas a Estados u organismos internacionales autónomos, cabe la
posibilidad de que los destinatarios se pongan de acuerdo de antemano en conferir carácter jurídicamente
obligatorio a tales recomendaciones.

¿Cuál es el efecto jurídico de las recomendaciones de la AG? Las resoluciones de la AG no son obligatorias, y su
incumplimiento, por lo tanto, no es ilegal. Es ilegal en cambio, alzarse contra las resoluciones de la AG mediante la
fuerza, porque entonces se incurre en el empleo de la fuerza, prohibido en el art 2.4 de la Carta. No es obligatorio
ejecutar la recomendación dictada, pero si es ilícito rebelarse por la fuerza contra ella.

Resoluciones de la Asamblea General y Derecho Consuetudinario

Jiménez de Aréchaga frente a la afirmación de ciertos autores sobre que las resoluciones de la AG, constituyen
una fuente del Derecho Internacional nueva y autónoma que en tal carácter, debe ser tomada en consideración
por la CIJ, sostiene que la proposición formulada en términos generales no se ajusta, ni a la Carta de UN, ni al
estatuto de la Corte. Según la Carta las resoluciones de la AG dirigidas a Estados tienen la naturaleza de
recomendaciones. Estas resoluciones no se mencionan entre las fuentes del Derecho enumeradas en el artículo 38
del Estatuto.

Por otro lado, la AG no solo es el órgano principal de UN, sino también es un órgano formado por representantes
de todos los Estados miembros, como dispone el art. 9 de la Carta. Esto significa que la AG es un foro en el que
(con la Creciente universalidad de las UN) se reúnen casi todos los Estados y en el que dichos Estados, después del
correspondiente debate, pueden expresar sus opiniones y voluntad colectiva respecto a los principios y normas
jurídicas que han de regir la conducta de los Estados. Los Estados son al fin y al cabo, los legisladores de la
comunidad internacional.

Las resoluciones de la AG en las que se formulan principios y normas jurídicas que han de regir la conducta de los
Estados, normalmente se presentan bajo el titulo de Declaraciones. Se ha subrayado que “en la práctica de las UN,
una declaración es un instrumento solemne, que se utiliza en casos muy especiales, en cuestiones de grande y
verdadera importancia y cuando se espera obtener el máximo de observancia por parte del mayor numero de
Estados posibles. Estas declaraciones pueden constituir una fuente del Derecho Internacional de modo parecido a
como se forma el consenso en las conferencias de codificación y desarrollo progresivo del Derecho Internacional.

Como ocurre en dichas conferencias, también es posible encontrar relación a ciertas declaraciones de la AG, los
tres efectos relativos al Derecho Consuetudinario: el efecto declarativo, el efecto cristalizador y el efecto
generador.

Así pues una declaración de la AG puede reconocer como Derecho Consuetudinario normas existentes con
anterioridad y declararlas en calidad de tales; una norma in status nascendi, de Derecho Consuetudinario en vías
de formación, puede cristalizar gracias al hecho de haber sido adoptada por unanimidad en una declaración de la
AG; una resolución de la AG que claramente es de lege ferandae puede, sin embargo, servir de punto de partida
que, posteriormente, y ajustándose a ella, la práctica de los Estados transforme la resolución en una norma de
Derecho Internacional consuetudinario.

Naturalmente no puede afirmarse que todas las resoluciones adoptadas a titulo de Declaraciones posean algunos
de estos efectos. La determinación de cuando esto ocurre es asunto que requiere en cada caso un análisis
cuidadoso de cada una de las disposiciones o párrafos de una resolución determinada, en el que hay que tener en
cuenta, inter alia, la redacción del texto: el número de votos favorables obtenidos; las declaraciones efectuadas
por los miembros en el curso del debate y la conducta posterior de los Estados (y de las propias UN) respecto a
cada resolución.

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Por ejemplo, la declaración sobre los sobre los principios del Derecho Internacional referentes a las relaciones de
amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de UN (Resolución 2625 de la AG) puede
considerarse declarativa de normas existentes de Derecho Internacional.

Esta resolución fue elaborada a lo largo de 7 años por un comité especial en que estaban representados todos los
grupos y tendencias existentes en las UN y que realizo su tarea por medio de consenso. La declaración se adopto
en 1970 por aclamación y sin que existiera ningún voto en contra. Su texto declara que “los principios de la Carta
incorporados en la presente declaración constituyen principios básicos del Derecho Internacional”.

Esta resolución no pretende enmendar la carta, sino clarificar los principios jurídicos fundamentales contenidos en
su artículo 2.

Adoptada en estas condiciones, constituye una expresión dotada de autoridad de las opiniones sustentadas por la
totalidad de los Estados que son parte de la Carta respecto a dichos principios fundamentales y a ciertos corolarios
que de ellos se derivan. A la luz de estas circunstancias parece difícil negar el valor jurídico y autoridad de la
declaración, tanto en su carácter de resolución por la cual los propios Estados miembros reconocen ciertas normas
existentes de Derecho Consuetudinario, como a titulo de interpretación de la Carta por el acuerdo y la practica
posteriores de todos sus miembros.

Consejo de Seguridad
El artículo 23 de la Carta establece:

“1. El Consejo de Seguridad se compondrá de quince miembros de las Naciones Unidas. La República de China,
Francia, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los
Estados Unidos de América, serán miembros permanentes del Consejo de Seguridad. La Asamblea General elegirá
otros diez Miembros de las Naciones Unidas que serán miembros no permanentes del Consejo de Seguridad,
prestando especial atención, en primer término, a la contribución de los Miembros de las Naciones Unidas al
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y a los démas propósitos de la Organización, como también a
una distribución geográfica equitativa.

2. Los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad serán elegidos por un periodo de dos años. En la primera
elección de los miembros no permanentes que se celebre después de haberse aumentado de once a quince el número
de miembros del Consejo de Seguridad, dos de los cuatro miembros nuevos serán elegidos por un periodo de un año.
Los miembros salientes no serán reelegibles para el periodo subsiguiente.

3. Cada miembro del Consejo de Seguridad tendrá un representante.”

Para que la AG lleve a cabo la elección de los miembros tendrá en cuenta los siguientes elementos: en primer
término, su contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad y a los demás propósitos de la organización; y
luego en segundo término una distribución geográfica equitativa. Este segundo criterio aparece como correctivo del
primero. En cuanto a la distribución geográfica equitativa, estarían representados en el CS las grandes regiones del
mundo en la siguiente proporción: dos países de América Latina; dos de Asia, dos de Europa Occidental y otros
países como Australia y Nueva Zelandia; tres de África y uno de Europa Oriental.

Poderes del CS

El precepto fundamental en materia de facultades del CS es el art 24 de la Carta que establece:

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“1. A fin de asegurar acción rápida y eficaz por parte de las Naciones Unidas, sus Miembros confieren al Consejo
de Seguridad la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales, y reconocen que el
Consejo de Seguridad actuá a nombre de ellos al desempeñar las funciones que le impone aquella
responsabilidad.

2. En el desempeño de estas funciones, el Consejo de Seguridad procederá de acuerdo con los Propósitos y
Principios de las Naciones Unidas. Los poderes otorgados al Consejo de Seguridad para el desempeño de dichas
funciones quedan definidos en los Capítulos VI, VII, VIII y XII.

3. El Consejo de Seguridad presentará a la Asamblea General para su consideración informes anuales y, cuando fuere
necesario, informes especiales.”

¿Por qué es primordial esa responsabilidad del CS? Porque cuando el CS entra a ocuparse de un asunto, desplaza la
competencia de la AG. Es necesario, pues, correlacionar este parágrafo 1 con el articulo 36 parágrafo 1, en donde se
establece la facultad del CS de asumir jurisdicción en toda controversia, en cualquier estado en que se encuentre,
vale decir sea cual sea la instancia en que se halle (art 36.1 “El Consejo de Seguridad podrá, en cualquier estado en
que se encuentre una controversia de la naturaleza de que trata el Artículo 33 o una situación de índole semejante,
recomendar los procedimientos o métodos de ajuste que sean apropiados”.)

El CS posee un mandato para actuar en nombre de toda la Organización. El art. 24 de la Carta establece el principio
de representación de las Naciones Unidas por el CS. El parágrafo 1 concede el mandato de UN al CS; el parágrafo 2
señala las directivas a las cuales tiene que ajustarse el cumplimiento de ese mandato y el parágrafo 3 establece la
obligación del mandatario de dar cuenta sobre la forma en que lo ha ejercitado.

Porque no es un mandato ilimitado ni incondicionado, sino que está calificado por lo que establece el parágrafo 2 del
art 24, al añadir “En el desempeño de estas funciones el CS procederá de acuerdo con los propósitos y principios de
UN”.

Por su parte el art 25 aclara también al disponer: “Los Miembros de las Naciones Unidas convienen en aceptar y
cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad de acuerdo con esta Carta.” Es decir que para que las decisiones del
CS sean obligatorias, es menester que hayan sido tomadas de acuerdo con la Carta. Esta frase se aplica tanto a la
obligación de los miembros de UN de cumplir las decisiones, como a la forma en que ha de ejercer su acción el CS.
Solamente están comprometidos los miembros a obedecer aquellas disposiciones que hayan sido adoptadas
conforme a la Carta y solamente están obligados a ejecutarlas conforme a la Carta.

Como vemos, el CS tiene un poder gubernamental como no había tenido hasta entonces ningún otro órgano
internacional.

Organización del CS

El art 28 establece el régimen de sesiones y de funcionamiento del CS. En él se prevé que el CS “será organizado de
modo que pueda funcionar continuamente”. Esto tiende a que el CS pueda reaccionar rápida e inmediatamente
frente a una emergencia política, una agresión súbita e inesperada.

Según sus reglas de procedimiento, el CS no puede dejar de reunirse durante un intervalo mayor de 14 días, salvo
mediando conformidad de todos sus miembros.

El mismo art 28 impone a los miembros una obligación bien clara destinada a hacer posible el funcionamiento
continuo del CS. Ella consiste en mantener “en todo momento un representante en la sede de la organización”. Este
precepto expreso autoriza a afirmar que la ausencia deliberada de un representante, el “boycott” de las sesiones del
CS, constituye un incumplimiento de una obligación claramente establecida en la Carta.

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El art 28 en su parágrafo 2 prevé la realización de reuniones periódicas del CS, distinta de las ordinarias. ¿Cuál es la
diferencia que existe entre las reuniones periódicas y las ordinarias? La diferencia es esta: se parte de la base de que
a dichas reuniones periódicas van a asistir, no los representantes permanentes de los Estados miembros en el CS,
sino los más altos dirigentes políticos de esos Estados (Jefes de Estado, Primeros Ministros, Ministros de RREE) y en
ellas se discutirán los problemas básicos, fundamentales de política internacional. Dado que tienen ese carácter, el
art 28.2 prevé que cada miembro podrá hacerse representar en esas reuniones periódicas por un miembro de su
Gobierno o por otro representante especialmente designado.

El CS puede crear los órganos subsidiarios que estime necesarios para el desempeño de sus funciones, según lo
establece el art. 29.

El CS es presidido, en forma rotativa por todos sus miembros, sucediéndose en el cargo los representantes de los
países miembros, un mes cada uno, en el orden alfabético ingles de los nombres de los respectivos países.

El régimen de votación en el CS. El Veto.

Concepto de Veto

El veto en las instituciones internacionales consiste en un voto negativo, emitido dentro del cuerpo mismo donde ha
de adoptarse la resolución, que surte un efecto inhibitorio e impide que nazca una decisión orgánica valida.

El Veto aparece así como un concepto resultante de la exigencia de determinados votos, como condición para que
pueda adoptarse dentro de un organismo internacional una resolución valida.

El veto y la unanimidad

Se suele afirmar que el origen histórico del derecho de veto, radica en el criterio de la unanimidad requerida en las
conferencias internacionales sobre la base del principio de la igualdad de los Estados.

Sin embargo, el veto puede existir sin que haya exigencia alguna de unanimidad: basta que para la validez de una
resolución sea necesaria la conformidad de un solo Estado, para que este posea un derecho a veto. Y a su vez la
unanimidad puede existir sin veto.

Veto en el CS: fundamento

En la Carta de UN, es el CS quien determina con carácter generalmente obligatorio si se ha configurado el acto de
agresión y en qué forma ha de reprimirse. Para todo ello se requiere una decisión del CS, la cual, por el art 25 de la
Carta, tiene efecto obligatorio para todos los miembros. Estas son facultades de las que no existe precedente: hay
aquí, por primera vez, un apartamiento del principio de cooperación voluntaria característico del régimen de
mantenimiento de la seguridad y se introduce un elemento genuinamente gubernamental, como es el poder de
imponer determinada conducta a todos los Estados miembros.

En San Francisco, los medianos y pequeños Estados se mostraron dispuestos a aceptar ese mínimo de gobierno
dentro de la comunidad internacional, pero las 5 grandes potencias no quisieron correr el riesgo de verse obligadas
por una decisión del CS en la que no estuvieran de acuerdo: aparece entonces como la condición política “sine qua
non” de la Carta, el derecho de veto.

El veto se funda en la firme exigencia de los grandes Estados de disponer de un instrumento legal que les permita
defenderse unos de otros y protegerse todos y cada uno contra la mayoría del CS, impidiendo que se pueda ejercer
una acción coercitiva por los otros miembros, bajo la autoridad de UN.

Ese fue el verdadero motivo determinante de derecho de veto; la razón oficialmente invocada, que era la de no
verse obligados a participar en una acción coercitiva en la que no estuvieran de acuerdo.
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Pero además, en San Francisco, se extendió el veto a las recomendaciones para el arreglo pacífico de controversias
internacionales.

La Cuestión Preliminar

El art 27 (1. Cada miembro del Consejo de Seguridad tendrá un voto. 2. Las decisiones del Consejo de Seguridad sobre
cuestiones de procedimiento serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros. 3. Las decisiones del Consejo
de Seguridad sobre todas las demás cuestiones serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros, incluso los
votos afirmativos de todos los miembros permanentes; pero en las decisiones tomadas en virtud del Capítulo VI y del
párrafo 3 del Artículo 52, la parte en una controversia se abstendrá de votar.) Establece que las decisiones de
procedimiento que tome el CS serán adoptadas por 9 miembros cualesquiera, mientras que para las demás
cuestiones, se requieren que estén incluidos los votos afirmativos de todos los miembros permanentes.

Ya se planteo en la Conferencia de San Francisco esta pregunta, ¿por qué voto se decide si una cuestión es de
procedimiento o de fondo?

Este punto preocupó, en la Conferencia de San Francisco, a los pequeños y medianos Estados quienes preguntaron a
los Grandes por qué voto se decidiría si una cuestión es de procedimiento o de fondo. Entonces en San Francisco, los
5 grandes formularon una declaración, la “Declaración de las Cuatro Potencias sobre procedimiento de voto en el
CS”, a la cual se adhirió Francia más tarde, que se conoce como la “Declaración de San Francisco” y tiene una
importancia fundamental en lo que se refiere al régimen de votación en el CS.

Se comprende cual es el mecanismo: primero se vota si la cuestión es procesal o no; 14 o 13 miembros votan a favor
y uno o dos en contra; como uno de esos últimos es un miembro permanente, se considera que no ha habido
acuerdo en declarar procesal la cuestión; ella no es procesal, y como no es procesal, si voto se regirá por el parágrafo
3. Entonces se vota la cuestión en si, y si hay mayoría a favor de la resolución y el voto de un miembro permanente
en contra, tampoco se ha adoptado la proposición, que por lo tanto, queda rechazada. Esto es lo que se llama la
práctica del doble veto. Primero, se veta el carácter procesal de la cuestión, y después se veta la cuestión misma.

Mediante este mecanismo, los miembros permanentes se han asegurado en la práctica una enorme ampliación del
ejercicio del veto, atribuyéndose una discrecionalidad total en el sentido, no solo de vetar las decisiones del CS, sino
también de escoger o determinar cuáles son las decisiones que se han de vetar.

Importante a tener en cuenta en APUNTES DE CLASE:

Primero, votación previa que es decidir cuál es la naturaleza del asunto. Segundo, si es de procedimiento; 9 votos
favorables de cualquier Estado. Si no es de procedimiento: 9 votos favorables, incluidos los 5 miembros
permanentes.

Cuestiones Procesales conforme a la Carta

En primer lugar, es evidente que son cuestiones de procedimiento todas aquellas que figuran en la Carta bajo tal
titulo, y ante todo, las decisiones que se tomen conforme a los arts. 28, 29, 30, 31 y 32 que aparecen bajo el
encabezamiento “Procedimiento”. También la decisión que debe tomar el CS conforme al art 20 de la Carta para
convocar a la AG, es una decisión de procedimiento, puesto que dicho art forma parte de un subcapítulo intitulado
“Procedimiento”.

Pero además de esta aplicación literal, es posible poner de manifiesto otras cuestiones procesales dentro de la Carta,
mediante una interpretación analógica. Dado que la respuesta acerca de la naturaleza procesal o no procesal de la
mayor parte de las funciones del CS esta ya contenida en la Carta según reconoce la propia declaración de San
Francisco, es legítimo el empleo del método de la interpretación analógica a fin de revelar y hacer explicitas las
decisiones que están latentes. Por ejemplo, las decisiones de los art 31 y 32 son procesales. Si esas cuestiones son
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procesales, también habrá de tener carácter procesal la decisión requerida por el art 44 de la Carta, que no es sino
una aplicación particular del principio general establecido en los art 31 y 32.

Pero no es solo esto analogía, que podemos llamar “analogía legis”, la que sirve para poner de manifiesto las
indicaciones contenidas en la carta sobre el carácter de procedimiento de ciertas cuestiones, y por lo tanto, el
carácter procesal del voto aplicable, sino que también cabe emplear lo que se llama “analogía juris” es decir,
tomando en cuenta todos los preceptos del sistema. Por ejemplo, lo que tiene que ver con las relaciones y contactos
de distintos órganos de las UN entre si, las referencias de materias de unos a otros, el sometimiento de informes,
todo eso se relaciona con el procedimiento interno de las UN y, por lo tanto, las decisiones de ese tipo serán
procesales, regidas por el voto requerido por el parágrafo 2 del art. 27.

Esta argumentación se basa en el hecho de que, por ejemplo, el art 20 (q es de procedimiento) se refiere
precisamente a esa colaboración entre organismos, a la convocación de la AG a petición del CS; el art 70 trata de las
relaciones del Consejo Económico y Social con los organismos especializados y también este art 70 figura bajo el
encabezamiento “Procedimiento” lo que evidencia que esto constituye una cuestión de orden procesal; y finalmente
el art 91 establece que “ El Consejo de Administración Fiduciaria, cuando lo estime conveniente, se valdrá de la
ayuda del Consejo Económico y Social”. También este art 91 que regula la colaboración entre dos órganos de UN
figura bajo la rúbrica “Procedimiento”. De modo que puede inferirse de estos ejemplos, que de una manera general,
todo lo que se relaciona con la colaboración de los órganos entre si, la petición de ayuda de uno a otro, y la
cooperación entre todos, pertenece al procedimiento interno de UN, y por lo tanto las votaciones requeridas serán
decisiones que se podrán tomar por nueve votos cualesquiera, de aquí se infiere, por ejemplo, que son procesales
las decisiones del art 11, parágrafo 2, de someter una cuestión a la AG; o la del art 12, parágrafo 1, según el cual el
CS, además de someter una cuestión a la AG, le pide recomendaciones sobre esa cuestión; o el art 24, parágrafo 3,
que se refiere a la decisión del CS de enviar informes a la AG; o el art 65, que se refiere a las relaciones entre el
Consejo Económico Social y el CS, al estipular que: “El Consejo Económico y Social podrá suministrar información al
CS y deberá darle la ayuda que este le solicite”; o el art 83, parágrafo 3 que establece la colaboración entre el CS y el
Consejo de Administración Fiduciaria.

Por último, el Estatuto de la Corte, en su art 12, parágrafos 1 y 3, configura decisiones procesales de este tipo al
establecer, el primero de ellos, que el CS debe convocar una reunión conjunta de 3 representantes del Consejo y 3
de la AG para elegir los miembros de la Corte, cuando no hayan podido ser electos de acuerdo al procedimiento
ordinario previsto en dicho estatuto; y el tercero, que el CS está obligado a fijar un término para la elección de plazas
vacantes; o el art 14 del mismo estatuto, según el cual el CS debe fijar la fecha de elección de jueces reemplazantes,
en el caso de que se produzcan vacantes en la Corte.

Además hay otra clase de cuestiones procesales. Hemos visto por ejemplo, que los art 31 y 32 suponen decisiones de
orden procesal conforme a la Carta, puesto que estos artículos figuran baje el epígrafe “Procedimiento”. De acuerdo
con dichos artículos, el CS tiene que invitar o puede invitar a Estados no miembros de las UN o del CS a participar de
las discusiones.

Si la decisión definitiva sobre esta materia es procesal, también han de serlo aquellas otras decisiones que podemos
llamar incidentales y necesarias para arribar a esta decisión final. Por ejemplo, a veces se pone en duda y
corresponde decidir por un voto, si la parte interesada constituye un Estado. Esto ocurrió por ejemplo en el caso de
Indonesia; se propuso invitar a Indonesia a raíz de la disputa con Holanda, y este último país puso en duda que fuera
un Estado. También esta decisión es procesal, porque supone una cuestión prejudicial, un paso previo para la
decisión final. Lo mismo cabe decir de la decisión de un Estado no miembro ha aceptado las obligaciones de arreglo
pacífico establecidas en la Carta (art.32 y 35 parágrafo 2).

Si estas decisiones prejudiciales o incidentales no estuvieran sujetas al voto de nueve miembros cualquiera, seria
muy difícil burlar la disposición de la Carta que establece que estas cuestiones se han de decidir por un voto no
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calificado. Porque entonces se podría proponer una cuestión de esa especie y desvirtuar la clara indicación de la
Carta, que ha querido que las invitaciones se hagan sin que sea posible el veto en esa materia. Todos los miembros
de UN tienen derecho a que toda cuestión procesal conforme a la Carta sea decidida por un voto no calificado y sin
ninguna clase de privilegio especial. Tal derecho seria anulado si, al mismo tiempo que se reconoce el carácter
procesal de la decisión misma, ese mismo carácter fuera denegado a todas esas decisiones secundarias y
suplementarias, que son previas e instrumentales para llegar a aquellas. Lo mismo cabe decir de aquellas otras que
son indispensables para ejecutar la decisión principal y llevarla a la práctica.

Por ejemplo, el art 29 establece que la creación de organismos subsidiarios es una cuestión procesal. Ahora bien: hay
ciertos pasos necesarios, que podemos llamar instrumentales, posteriores a la creación del organismo, por ejemplo
la designación de sus miembros, la aprobación de sus reglas de procedimiento, etc. Todas estas decisiones también
han de ser procesales, porque sino, ese sería un modo de eludir lo que se dispone en la Carta, es decir, que la
creación del órgano subsidiario es procesal, dado que se creara el organismo por un voto no calificado, pero cuando
llegara el momento de designar sus miembros, se vetaría la elección de los mismos, con lo cual, en realidad, se
estaría burlando la exigencia de la Carta.

Finalmente, hay otra clase de cuestiones que se han de decidir por un voto procesal, y son ciertas decisiones que los
miembros permanentes, en esa Declaración de San Francisco de que ya se hiciera mención, estipularon que no
quedarían sujetas al veto, es decir, se pusieron de acuerdo en no emplear el veto para ellas. Esas cuestiones son: en
primer lugar, la decisión del CS de considerar una cuestión que le ha sido sometida, es decir, de incorporarla a su
orden del dia. Esta es una decisión que tiene una gran importancia política, y que se hace por un voto no calificado;
no esta sujeta a veto, no solo por haberse estipulado así, sino también por su intrínseco carácter procesal.

La declaración de San Francisco dice en este sentido “Ningún miembro individual del CS puede impedir por si solo la
consideración y discusión por el Consejo de una disputa o situación que sea atraída a su consideración”.

Otra cuestión específicamente declarada procesal en esa Declaración, es la decisión por la cual los miembros del CS
recuerdan a los miembros de la Organización sus obligaciones generales asumidas bajo la Carta, con respecto al
arreglo pacífico de conflictos internacionales (Parte I, parágrafo 3).

El hecho de que la incorporación de un asunto en el orden del día constituya una cuestión de procedimiento,
significa que, también por analogía, ha de serlo, eliminar una cuestión del orden del día, y tal interpretación ha
quedado consagrada en la práctica del CS. Por lo tanto de acuerdo con los argumentos arriba mencionados, la
decisión requerida por el parágrafo 2 del art 12 de la Carta, por el cual el Consejo autoriza al Secretario General a
comunicar a la AG cuando el CS deja de tratar un asunto y lo elimina de su orden del día, también es procesal,
porque no es sino una consecuencia, un corolario de la decisión de eliminar un punto del orden del día.

Como se ve, existe un cuadro bastante amplio de operaciones del CS de orden procesal, para las cuales no rige el
veto, de acuerdo con la Carta.

La AG, en su tercera sesión aprobó una resolución por la cual se recomienda a los miembros del CS que consideren
todas esas cuestiones que se han enumerado, como procesales.

Modo de evitar el Doble Veto

Es práctica del CS que la decisión sobre el punto de si una cuestión es procesal o no, se desarrolle de la siguiente
forma: en primer lugar se vota si la cuestión es procesal o no, entonces el Presidente del CS, de acuerdo con la
práctica que se ha establecido, interpreta el resultado de ese voto.

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Esta interpretación del voto que hace el Presidente del CS es lo que se llama en la terminología del CS, una “decisión
presidencial” o un “ruling”. ¿Qué quiere decir esto? Es una decisión que toma el Presidente para la conducción del
trabajo dentro del órgano, y que tiene esta virtud: que permanece en pie a menos que sea contradicha por el voto
contrario de 9 miembros cualesquiera del CS. Una vez que el presidente ha tomado una de esas decisiones,
cualquiera de los miembros está autorizado para objetarla. Si uno de los miembros expresa su desacuerdo con esa
decisión presidencial, el asunto se somete inmediatamente al voto y la decisión presidencial queda en pie a menos
que haya 9 votos en contra de ella.

De acuerdo con la anterior explicación y la resolución de la AG ¿Cuál ha de ser la actitud del presidente del CS?
Debería interpretar el voto que se ha pronunciado en el sentido de que ese Cuerpo declara o establece el carácter
procesal de esa decisión porque ese carácter procesal que le es ofrecido por la Carta, ha sido confirmado, en primer
lugar por la opinión de la inmensa mayoría de los miembros de la AG, que ha aprobado la resolución a que se ha
hecho referencia, y luego por la mayoría de los miembros del CS.

El presidente esta obligado a asegurar respeto a la Carta, debe aclarar como resultado del voto, que considera que la
decisión a sido a favor del carácter procesal de la cuestión, porque tal carácter procesar, conferido por la Carta
confirmado por la opinión mayoritaria de los miembros del CS y de la AG, no puede ser alterado por la oposición de
un miembro en virtud de un acuerdo que no puede dar derecho a contradecir la Carta. El representante de un
miembro no permanente no puede asociarse con una violación de la Carta, en virtud de un acuerdo del cual su país
no es parte.

Esta decisión presidencial será objetada por la minoría (como es lógico), pero si se pone a votación, nunca podría
tener esa decisión presidencial más de cinco votos en contra. No se alcanzarían, pues, 9 votos contra ella, porque los
restantes miembros no permanentes del CS estarían también de acuerdo con la decisión presidencial. De este modo
se aseguraría el predominio de las disposiciones de la Carta frente a esta pretensión a calificar, de un modo
arbitrario, el carácter procesal o no procesal de las cuestiones.

Se dice erróneamente que la Carta distingue entre cuestiones de procedimiento y cuestiones de fondo. Eso no es
totalmente exacto: la Carta distingue entre cuestiones de procedimiento y todas las demás, es decir, cuestiones de
procedimiento y aquellas que no son de procedimiento. Y esto tiene importancia, porque significa que para
determinar si una cuestión cae dentro del parágrafo 2 o del 3 del art 27 de la Carta, corresponde analizar, de
acuerdo con los criterios ya indicados, si la cuestión es de procedimiento y cuando se ha llegado a la conclusión de
que no lo es a la luz de todos esos criterios, entonces no hay mas remedio que concluir que es aplicable el parágrafo
3 del art 27, sin necesidad de formular argumentos a favor de lo que erróneamente se llama el carácter “sustantivo”
o de “fondo” de la decisión.

Se establece en la Carta que las decisiones del CS sobre todas las demás cuestiones “serán tomadas por el voto
afirmativo de 9 miembros, incluso los votos afirmativos de todos los miembros permanentes”. Aquí es donde se
consagra, de modo indirecto, el famoso veto, porque se requiere, para tomar una decisión sobre estas materias, que
voten afirmativamente todos los miembros permanentes. De modo que si un miembro permanente no vota
afirmativamente, se tiene lo que se llama el veto, es decir, la imposibilidad de llegar a una decisión.

La práctica de la abstención voluntaria

Con respecto a esa exigencia del voto afirmativo de 9 miembros “incluso los votos afirmativos de todos los
miembros permanentes”, se ha desarrollado en el CS una práctica que consiste en lo que se llama la “abstención
voluntaria”.

Ha habido ya muchas decisiones sobre cuestiones no procesales que se han adoptado mediante el voto concurrente
de 9 miembros entre los cuales figuran 4 miembros permanentes, pero el otro miembro permanente, en lugar de
votar a favor o en contra, se abstiene. Si vota en contra, evidentemente se produce el veto. Y entonces el problema
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que surge es el siguiente:¿ si el miembro permanente se abstiene, equivale esto a un veto? Ateniéndose
estrictamente a la letra de este pasaje del art 27.3 parecería que la abstención equivale a un voto negativo, a un
veto, porque se requiere el voto afirmativo para que haya decisión no procesal, y evidentemente la abstención no es
un voto afirmativo. Como es de imaginarse esto plantea graves inconvenientes.

Se ha desarrollado en la práctica, que cuando un miembro permanente se abstiene voluntariamente, esa abstención
no equivale a un veto y se admite que se ha llegado a una decisión de fondo. Cuando hay una abstención se estima
(como ocurre en la AG) que el miembro que se abstiene en realidad no vota, no participa en la votación.

Es preciso tener en cuenta que la abstención voluntaria se ha establecido con el acuerdo expreso de los 5 grandes
(esto es importante aclararlo debido a que algunos autores sostienen que es una práctica ilegal en relación a lo
establecido en la Carta). Esta interpretación puede ser considerada, entonces, como un acuerdo entre los 5
permanentes, como una especie de pacto de renuncia, por el cual convienen en que a un miembro que tiene la
oportunidad de ejercer su derecho a veto, pero prefiere abstenerse de hacerlo, no se le obliga a que su abstención
se compute como voto negativo.

Este desarrollo ha sido establecido y aceptado por los propios miembros permanentes como medio de suavizar el
rigor del veto y de evitar la absurda situación en que se encontró alguno de ellos, de tener que votar a favor de una
solución con la que no estaba de acuerdo, para no impedir que los demás la adoptaran.

La Ausencia de un miembro permanente

Como dijo el delegado de Reino Unido en la sesión “… no veo que haya diferencia, en realidad entre ausencia de
mesa y presencia en la mesa y abstención en el voto...”

J de A agrega que si fuera de otra manera, el CS se vería bloqueado por la voluntad de un miembro permanente que
al no presentarse, violaría además el art 28 de la Carta.

La abstención forzosa

En el parágrafo 3 del art 27 hay un último pasaje “pero en las decisiones tomadas en virtud del Capítulo VI y del
párrafo 3 del Artículo 52, la parte en una controversia se abstendrá de votar”. Esto es lo que se llama la exigencia de
la abstención forzada u obligatoria en el CS, para el Estado que sea parte en una controversia. Constituye una
aplicación del principio general de derecho que nadie puede ser juez en su propia causa y es una exigencia que esta
impuesta a los Estados miembros del CS, que son parte en una controversia.

Esto requiere un cierto examen porque, el CS puede ocuparse no solo de controversias, sino también de situaciones,
distinción claramente hecha en los arts. 34, 35 y 36 de la Carta. Y entonces se plantea la siguiente duda: El Estado
interesado en una situación (es decir una cuestión que afecta a la paz y a la seguridad, pero que todavía no se ha
definido en partes bien caracterizadas) ¿tiene que abstenerse de votar?. Otra cuestión todavía más grave que se
plantea es esta: ¿Por qué clase de voto se decide si una cuestión ante el CS constituye una controversia o una
situación? Porque se teme que pueda ocurrir lo siguiente: que el Estado miembro permanente que sea parte en una
controversia, tenga interés en ejercer su veto, para impedir que se llegue a una decisión que lo perjudique. Entonces
puede pretender que, en realidad, el conflicto ante el CS no es una controversia, sino que es una situación; o puede
pretender que él no es parte. Si estas decisiones del CS sobre si se está en presencia de una controversia o de una
situación, o sobre si un Estado es parte, se hicieran por un voto calificado, sujeto a veto, sería posible para un
miembro permanente calificar la cuestión como “situación” y no como “controversia” y burlar así esta imposición
que se hace en este ultimo pasaje del art 27, que le obliga a abstenerse en las controversias en que sea parte.

En realidad este problema que ha sido muy debatido teóricamente, no es tan grave como parece a primera vista, ya
que se podrían utilizar, esos mismos procedimientos técnicos que se han indicado y que pueden servir parar impedir

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que se declare que no es procesal una cuestión claramente establecida como procesal en la Carta. Sería aplicable el
mismo procedimiento, el mismo mecanismo de la “decisión presidencial” a que se hiciera referencia.

El problema fundamental que se plantea con respecto a esta disposición final del art 27, es el que se refiere al
alcance de la obligación de abstenerse de votar. Véase que se habla de las decisiones tomadas “en virtud del
Capítulo VI y del párrafo 3 del art 52”. Aquí es donde existe la deficiencia mayor de la Carta en esta materia, porque
solamente impone la vigencia de este principio general de derecho, de que nadie puede ser juez en su propia causa,
en las decisiones sobre arreglo pacífico de controversias, y esa misma obligación no existe para las decisiones que se
tomen bajo el Cap VII, es decir, aquellas que tienen que ver con la determinación de si un Estado es agresor o no. De
manera que puede darse la siguiente situación: que un Estado, parte de una controversia, no está obligado a
abstenerse cuando se decide en el CS si ese Estado es agresor o no. En esa forma, un miembro permanente puede
vetar la determinación de que el ha incurrido en un acto de agresión contra otro Estado. Esto es la deficiencia
principal del sistema de seguridad dentro de la Carta. La deficiencia principal no está en la exigencia de los 5 votos
conformes que dan por resultado el veto, sino que radica en esta aplicación limitada del principio de que nadie
puede ser juez en su propia causa.

La prueba de que esta consecuencia está establecida en este pasaje y no en el resto del art 27, es que todo ello se
podría obviar si se suprimiera la mención del Capítulo VI y del parágrafo 3 del art. 52. Suprimiendo estas menciones,
el Estado parte en una controversia debería de abstenerse de votar en toda decisión que se tome en esa
controversia, incluyendo la determinación de que él es agresor.

Se ha dicho que por esta limitación los miembros permanentes se encuentran fuera de la ley de la Carta. Esto no es
totalmente cierto. Es cierto que los miembros permanentes quedarías, en virtud de su propio veto, fuera de la
acción coercitiva y sancionadora que prevé el Cap. VII y nunca les podría alcanzar lo que se llama “la represión
organizada”, la sanción organizada del Cap VII; pero podría alcanzarles, si, la sanción inorgánica, establecida en el art
51 de legítima defensa. Además, permanecen en vigor todas las demás disposiciones de la Carta, fundamentalmente
el parágrafo 4 del art 2, que establece la prohibición de emplear la fuerza, prohibición que rige incluso, en caso de
que el CS no pueda tomar una decisión por culpa del veto; y también el art 10 de la Carta, sobre cuya base la AG
puede hacer una declaración indicando cual es el Estado agresor, conforme a la resolución sobre “Acción Unida para
la Paz”.

Por último debe hacerse notar que esta disposición o salvedad final del art 27 se aplica a todas las decisiones de
arreglo pacífico de controversias, sean procesales o no procesales.

Efecto obligatorio de las decisiones del CS

Una disposición capital De la Carta ha sobrevivido a la no implementación de las previsiones del Cap VII. Se trata del
art 25 en el Cap IV: “Los miembros de las Naciones Unidas convienen en aceptar y cumplir las decisiones del CS de
acuerdo con esta carta”.

Esta disposición por si misma, debe ser considerada como el embrión de un sistema genuino de seguridad colectiva,
ya que permite una acción efectiva en aquellos casos en que el CS no ha quedado bloqueado por el desacuerdo de
sus miembros permanentes.

COOPERACION INTERNACIONAL, ECONÓMICA Y SOCIAL


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El art 55 de la Carta

Los Capítulos IX y X de la Carta son los que fundamentalmente establecen las normas y crean los órganos que han de
llevar a cabo el segundo propósito de UN, de consolidar y mantener la paz por medios indirectos, “profilácticos de la
guerra”.

EL art 55 establece que:

Con el propósito de crear las condiciones de estabilidad y bienestar necesarias para las relaciones pacíficas y
amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre
determinación de los pueblos, la Organización promoverá:

a. niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos, y condiciones de progreso y desarrollo económico y
social;

b. La solución de problemas internacionales de carácter económico, social y sanitario, y de otros problemas conexos;
y la cooperación internacional en el orden cultural y educativo; y

c. el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por
motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades”

El art 55 de la Carta reitera el objetivo señalado en el art 1, al expresar que la organización internacional entra en
este campo económico y social “con el propósito de crear las condiciones de estabilidad necesarias para las
relaciones pacificas y amistosas entre naciones”.

La letra a del artículo 55 es la única disposición en la Carta que utiliza la palabra “desarrollo”. Y es de esto que se
trata este capítulo. Mencionada al pasar y casi inadvertida, la noción “desarrollo” se ha dilatado al punto de
constituir hoy el objetivo fundamental de la cooperación internacional económica y social y la forma de lograr
“niveles de vida más elevados y trabajo permanente para todos”.

La ideología del desarrollo, el propósito de disminuir el creciente foso entre los Estados desarrollados y los Estados
en vías de desarrollo del Tercer Mundo es lo que ha caracterizado la obra de las UN en este campo en los últimos
años (hasta el 2000). Este propósito que constituía en la letra de la Carta un simple medio a “fin de crear las
condiciones de estabilidad necesarias para las relaciones pacificas y amistosas entre las Naciones”, ha llegado a ser
un objetivo autónomo y el principal motor y razón de ser de la acción de UN en el campo económico y social. Se
define, en las UN, el deber de cooperación internacional entre los Estados como una obligación, por lo menos moral
de los países desarrollados a contribuir, incluso económicamente, al desarrollo de los países subdesarrollados.

La Asistencia técnica

Las UN son en gran parte, responsables de la aparición en nuestros días, de una preocupación difundida, de un vasto
interés internacional por el desarrollo de los países no totalmente evolucionados desde el punto de vista económico.

La asistencia técnica puede ser definida como la cooperación internacional entre los distintos países, realizada ya en
forma directa o ya a través de organismos internacionales universales o regionales, destinada a intercambiar
conocimientos, recursos y especialidades a fin de que se utilicen en todas partes, en el más alto grado posible, los
métodos tecnológicos más perfeccionados.

Este desarrollo económico origina beneficios para todos, pues al fomentar el pleno empleo en los países
subdesarrollados, incrementa su capacidad de consumo y sus medios de pago para adquirir bienes de los países
exportadores, altamente industrializados.

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La asistencia técnica ha sido extendida y completada más tarde por la cooperación internacional en materia social,
medica, de bienestar y asistencia social, mediante la coordinación de estudios y el intercambio de puntos de vista y
experiencias, a fin de poner a disposición de todos los Estados los resultados, mejoras o conquistas que puedan
haber sido alcanzados por algunos de ellos.

Los organismos especializados

Para la solución de los problemas internacionales de carácter económico, social y sanitario y de otras cuestiones
conexas, así como para la cooperación internacional en el orden cultural y educativo, se ha recurrido
fundamentalmente a los llamados “organismos especializados”.

Estos son definidos en el art 57, parágrafo 1 de la Carta, como aquellas instituciones “especializados establecidos por
acuerdos intergubernamentales, que tengan amplias atribuciones internacionales definidas en sus estatutos, y
relativas a materias de carácter económico, social, cultural, educativo, sanitario, y otras conexas, serán vinculados
con la Organización de acuerdo con las disposiciones del Artículo 63”.

¿Cuál es el motivo por el cual muchas de estas materias económicas, sociales, culturales, sanitarias, etc.., relativas a
la existencia diaria, se han transformado, sobre todo en los últimos años, en cuestiones de relevancia y de acción
internacional?

Ante todo, ciertos asuntos de esta naturaleza deben ser regulados internacionalmente porque trascienden las
fronteras nacionales, por ejemplo los correos, las telecomunicaciones, etc. Surgen así organismos o agencias
especializadas de cooperación internacional en estos ramos como la Unión Postal Universal.

En segundo lugar, porque ciertas cuestiones, aunque parezcan no trascender de las fronteras nacionales, se ven
esencialmente afectadas por la solución que se de a estos mismos asuntos en las demás naciones. Por ejemplo, los
salarios y condiciones de trabajo en un Estado pueden verse afectados por los niveles más bajos en otro, a causa de
la competencia que en los mercados internacionales provoca la mano de obra más barata. Por ello ha sido necesario
internacionalizar la protección jurídica del trabajador, es decir, lograr ciertos mínimos aceptados y aplicados por
todos los Estados, por medio de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Otro organismo
especializado, el FMI, ha surgido también para tratar de controlar las perturbaciones internacionales que provocan
las oscilaciones monetarias en cada Estado.

Y en tercer lugar, algunos de estos organismos han surgido pura y simplemente porque en ciertas materias la
cooperación internacional puede ser más eficaz, para obtener resultados favorables, que un esfuerzo puramente
nacional: por ejemplo, la cooperación en el intercambio cultural y educativo que realiza la UNESCO.

Las UN según el art 58 de la carta, coordinan “las normas de acción y las actividades de los organismos
especializados” a fin de evitar la repetición innecesaria de actividades. No se trata de una dirección jerarquiza o de
supremacía, sino de una coordinación. Por medio de estos acuerdos con las agencias especializadas, la AG ha
establecido un régimen de coordinación que ha sido descrito como un “sistema planetario”.

La descripción de sistema planetario es acertada, por cuanto alrededor de UN gravitan organismos especializados
independientes ligados a ellas por acuerdos particulares.

La organización de UN tiene además, como centro de ese sistema planetario, la facultad establecida por el art 59 de
la Carta, de iniciar “negociaciones entre los Estados interesados para crear los nuevos organismos especializados que
fueren necesarios para la realización de los propósitos enunciados en el Artículo 55.”

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Organizaciones autónomas vinculadas a las Naciones Unidas mediante acuerdos
especiales:

o FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)


Colabora en el mejoramiento de la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y las condiciones de vida de
las poblaciones rurales.
o FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola)
Moviliza recursos financieros para contribuir al aumento de la producción de alimentos y de los niveles de
nutrición entre los pobres de los países en desarrollo.
o FMI (Fondo Monetario Internacional)
Facilita la cooperación monetaria internacional y la estabilidad financiera y sirve de foro permanente para la
celebración de consultas, el asesoramiento y la asistencia sobre cuestiones financieras.
o Grupo del Banco Mundial
Proporciona préstamos y asistencia técnica a los países en desarrollo para reducir la pobreza y promover el
crecimiento económico sostenible.
o OACI (Organización de Aviación Civil Internacional)
Establece las normas internacionales necesarias para la seguridad y la eficiencia del transporte aéreo y actúa de
coordinadora de la cooperación internacional en todas las esferas de la aviación civil.
o OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica)
Organización intergubernamental autónoma bajo la égida de las Naciones Unidas, trabaja en pro de los usos
seguros y pacíficos de la energía atómica.
o OIT (Organización Internacional del Trabajo)
Formula políticas y programas para mejorar las condiciones de trabajo y las oportunidades de empleo y
establece normas de trabajo aplicadas en todo el mundo.
o OMI (Organización Marítima Internacional)
Promueve el mejoramiento de los procedimientos navieros internacionales y de las normas de seguridad
marítima y la reducción de la contaminación marina causada por barcos.
o OMM (Organización Meteorológica Mundial)
Promueve la investigación científica sobre la atmósfera y el cambio climático y facilita el intercambio mundial de
datos meteorológicos.
o OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual)
Promueve la protección internacional de la propiedad intelectual y fomenta la cooperación en materia de
derechos de autor, marcas comerciales, diseños industriales y patentes.
o OMS (Organización Mundial de la Salud)
Coordina programas encaminados a solucionar problemas sanitarios y a lograr los más altos niveles de salud
posibles para todos los pueblos. Entre otras cosas, se ocupa de la inmunización, la educación sanitaria y el
suministro de medicamentos esenciales.
o OMT (Organización Mundial del Turismo)
Sirve de foro mundial para cuestiones relativas a las políticas del turismo y como fuente práctica de
conocimientos sobre el turismo.
o ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial)
Promueve el adelanto industrial de los países en desarrollo mediante asistencia técnica, servicios de
asesoramiento y capacitación.
o UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones)
Promueve la cooperación internacional para el mejoramiento de las telecomunicaciones, coordina el uso de
frecuencias de radio y televisión, promueve medidas de seguridad y realiza investigaciones.
o UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
Promueve la educación para todos, el desarrollo cultural, la protección del patrimonio natural y cultural del
mundo, la cooperación científica internacional, la libertad de prensa y las comunicaciones.
o UPU (Unión Postal Universal)
Establece normas internacionales para los servicios postales, proporciona asistencia técnica y promueve la
cooperación en asuntos postales.

EL CONSEJO ECONOMICO Y SOCIAL


¿Cuáles son los órganos de UN competentes para ejercer estas funciones de cooperación económica y social?

El órgano fundamental en la materia es la AG, que conforme al art 13 inciso 1, parágrafo b, promoverá estudios y
hará recomendaciones para “fomentar la cooperación internacional en materias de carácter económico, social,

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cultural, educativo y sanitario”. La AG es, entonces el órgano básico, de importancia capital para ocuparse de esta
materia.

Pero, además, tal como dispone el art. 60, bajo su autoridad actúa el Consejo Económico y Social. Hay una diferencia
muy clara en la posición jerárquica del Consejo Económico y Social y del CS con respecto a la AG.

La AG y el CS son órganos coordinados, pero el ECOSOC está subordinado a la AG. Sin embargo, no es un órgano
subsidiario, porque según el art 7 se le califica como uno de los órganos principales de la Organización.

La subordinación del ECOSOC con respecto a la AG se expresa, por ejemplo, porque la AG puede disponer que el
ECOSOC realice una sesión especial, plantear temas para su orden del día, pedirle que reconsidere sus decisiones, en
la mayor parte de los casos, con éxito.

El ECOSOC está integrado conforme al art 51, por 54 miembros de UN, elegidos por la AG.

La Carta establece, en el citado art. 61, parágrafo 2, el principio de que los miembros salientes serán reelegibles para
el periodo subsiguiente. Esa posibilidad de reelección indefinida se ha establecido aquí por la razón siguiente: los 5
grandes que son también los Estados de mayor importancia económica e industrial, tienen interés en mantenerse en
forma permanente o casi permanente en el ECOSOC.

A diferencia de lo que ocurre en el CS, cada miembro tiene un voto, sin privilegio especial alguno, ya que las
decisiones se toman por la mayoría de los miembros presentes y votantes.

Existen también miembros “ad hoc”, Estados miembros invitados a participar, sin derecho a voto, en las
deliberaciones sobre cualquier asunto que, como dice el art 69, sea de “particular interés para dicho miembro”.

Además el ECOSOC, apoyado en un dictamen jurídico de la Secretaria, ha resuelto que puede invitar a Estados no
miembros a integrar las comisiones regionales económicas, reconociéndoles derecho a voto. El argumento aducido
fue que el art 69, que restringe el derecho de voto a los Estados miembros del Consejo, no es obstáculo a integrar las
comisiones subsidiarias en la forma que se estime más acertada conforme al art 68.

Facultades del ECOSOC en la cooperación internacional, económica y social

Facultades de estudio y recomendación

EL ECOSOC, como la AG, carece de potestades legislativas o ejecutivas; tiene sin embargo, cierto cumulo de
facultades que, ejercidas con acierto, pueden ir lejos. Esas facultades están especificadas en los arts 62 y 64.

El parágrafo 1 del art 62 establece las facultades del ECOSOC con respecto a los asuntos internacionales de carácter
económico, social, cultural, sanitario y otros. Según este parágrafo 1 del art 62, el ECOSOC puede hacer o iniciar
estudios e informes sobre tales asuntos y hacer recomendaciones sobre estas materias a Estados no miembros y a
otros organismos internacionales, gubernamentales o no, no comprendidos en el art 62, parágrafo 1.

Las recomendaciones que haga el ECOSOC no tienen valor obligatorio, con algunas excepciones, como las que se
hacen a la UNESCO sobre miembros de este organismo especializado, pero ello se debe a un previo acuerdo que les
da ese carácter vinculatorio.

Facultades de propulsión

El art 62, parágrafo 3 dice que el ECOSOC podrá formular proyectos de convención con respecto a cuestiones de su
competencia, para someterlos a la AG. Este cuerpo ha formulado, por ejemplo, un proyecto de Convención para la
represión del Genocidio, otro sobre drogas narcóticas, sobre libertad de información, etc.

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El art 62, parágrafo 4, faculta para convocar “conferencias internacionales sobre asuntos de su competencia”. El
Consejo ha convocado conferencias internacionales, como la de Nueva York, que la creo la Organización Mundial de
la Salud, y la de la Habana, que estableció la Organización Internacional del Comercio.

Por último, el art 66, parágrafo 2 da al Consejo la potestad de prestar los servicios que le soliciten los miembros de
UN y organismos especializados, sobre asuntos de su competencia. Es a base de este precepto como el ECOSOC ha
brindado ayuda a distintos países, con envió de expertos, etc.

Facultades de coordinación

En cuanto a las potestades de coordinación, la Carta concede ciertas facultades al ECOSOC a fin de que sirva como
centro coordinador de los distintos órganos y organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales
vinculados con la UN.

Pero las facultades del ECOSOC en materia de coordinación no son las mismas en todos los casos:

1 – los organismos especializados previstos en los arts 63 y 57 de la Carta

2 – los órganos restantes de las UN

3 – los organismos no gubernamentales a que se refiere el art 71 de la Carta

La coordinación con los organismos especializados se lleva a cabo mediante:

A – las recomendaciones previstas en los arts 62, parágrafo 1 y 63, que ya se han analizado.

B – la recepción de informes periódicos y las observaciones que el ECOSOC presente sobre los mismos a la AG,
conforme el art 51, parágrafos 1 y 2.

C – la participación de representantes de los organismos especializados, sin derecho a voto, en las deliberaciones del
ECOSOC, y viceversa, con arreglo al art 70.

Todo esto se regula en los acuerdos que prevé el art 63, parágrafo 1, sujetos a la aprobación de la AG.

Esos acuerdos son tratados internacionales en los que se detallan y reglamentan las relaciones de coordinación, en
una posición de paridad.

En cuanto a la coordinación con otros órganos de las UN, el art 66, parágrafo 1, dispone que el ECOSOC
“desempeñara las funciones que caigan dentro de su competencia en relación con el cumplimiento de las
recomendaciones de la AG”. Así por ejemplo, el Consejo espontáneamente ha tomado medidas en vista de la
resolución sobre “Acción Unida para la Paz”, solicitando a los organismos especializados que presten su apoyo a la
acción que pueda recomendar la AG conforme a esta resolución.

En lo que respecta al CS el art 65 prevé expresamente el caso, autorizando relaciones directas y de información entre
el ECOSOC y el CS, y obligando al primero a proporcionar al segundo la ayuda que le solicite. Así, por ejemplo, puede
el CS requerir eventualmente la colaboración del ECOSOC en la aplicación de sanciones económicas y financieras,
hallándose este último obligado a prestarla.

También el ECOSOC puede, conforme al art 68, establecer comisiones subsidiarias que le auxilien en el desempeño
de sus funciones. Son numerosísimos los órganos subsidiarios directa o indirectamente creados por el ECOSOC.

En cuanto a los organismos no gubernamentales, el art 71 de la Carta introduce una interesante innovación,
oficializándolo, por asi decirlo, la eficaz acción y ayuda que pueden prestar las asociaciones de carácter privado.

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El mencionado art establece que el ECOSOC “podrá hacer arreglos adecuados para celebrar consultas con
organizaciones no gubernamentales que se ocupen en asuntos de la competencia del Consejo. Podrán hacerse
dichos arreglos con organizaciones internacionales y, si a ello hubiere lugar, con organizaciones nacionales, previa
consulta con el respectivo miembro de UN”

Observa Delbez que “el art 71 ha recibido interesantes aplicaciones. El Consejo ha comprobado pronto que los
organismos no gubernamentales…eran en realidad extremadamente importantes, tanto por su fuerza política o
influencia moral como por sus conocimientos técnicos” (J de A cita en su libro a Delbez).

Según la ejecución que ha dado el ECOSOC a este precepto, existen 3 categorías de organismos no gubernamentales:

A – las organizaciones que tienen un interés básico en la mayor parte de las actividades del Consejo y están
estrechamente ligadas a la vida económica o social de las zonas que representan.

B – las organizaciones que tienen una competencia especial pero están interesadas específicamente solo en algunos
campos de actividad cubiertos por el Consejo.

C – las organizaciones fundamentalmente interesadas en el desarrollo de la opinión pública y la distribución de


informaciones.

Las organizaciones de la categoría A tienen derecho a proponer temas para el orden del día del ECOSOC y sus
representantes han sido autorizados a hacer acto de presencia y formular observaciones sobre dichos puntos en las
Comisiones o en el Consejo en pleno. Los organismos de la clase B son aquellos que, si desean hacerse oír sobre un
tema particular del orden del día del Consejo pueden formular una petición al comité sobre organizaciones no
gubernamentales, quien transmite una recomendación al efecto al Consejo. Y por último, los organismos de la clase
C pueden someter sus puntos de vista por escrito, los que son resumidos por el Secretario General y distribuidos en
su texto solo si lo pide un Estado miembro.

SECRETARIA GENERAL

Jiménez de Aréchaga

El art 7 de la Carta, enumera la Secretaria entre los órganos principales de las UN.

Y esto además de su significación intrínseca, tiene consecuencias prácticas de importancia. Por ejemplo, el estatuto
de la Comisión de Derecho Internacional establece que este órgano podrá considerar proyectos sometidos por “los
principales órganos de las UN”, lo que incluye a la Secretaría General.

¿Qué quiere decir Secretaría? Kelsen sostiene que “el órgano designado por el término “Secretaria” es el secretario
general.” Sin embargo la Corte Internacional de Justicia ha dicho, en su opinión consultiva sobre el “Efectos de los
fallos del Tribunal Administrativo de las UN” que “La Secretaria, que es uno de los órganos principales de la UN,
comprende al Secretario General y al personal”.
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Ese personal de secretaria, bajo la autoridad del Secretario General, este órgano principal de las Naciones Unidas, ha
sido estructurado de acuerdo con un principio de división funcional y no orgánica. No se han creado organizaciones
especificas dentro de la Secretaria con el cometido de atender en forma exclusiva cada una a determinado órgano
de las UN, sino que las actividades se han dividido según su contenido intrínseco, asignado a cada uno de los
respectivos departamentos especializados en que se divide la Secretaria la responsabilidad de atender a más de un
órgano de la Administración. Así, por ejemplo, el Departamento de Asuntos Políticos, atiende no solo al CS, sino
también a las Comisiones Políticas de la AG, etc. La Corte Internacional de Justicia es el único órgano principal que
tiene un cuerpo de Secretaria propio, autónomo y separado, con arreglo al art 21 de su Estatuto, que dice que la
Corte “nombrara a su Secretario y podrá disponer el nombramiento de los demás funcionarios que fueran
menester”.

Nombramiento y término del mandato del Secretario General

El art 97 de la Carta dice que el Secretario General “será nombrado por la AG a recomendación del CS”. Se utilizo
deliberadamente la palabra “nombramiento” y no elección para dar una idea más apropiada de la naturaleza
administrativa de este cargo internacional.

Tal recomendación, según resulta de la interpretación contextual de la Carta, se ha de hacer por un voto no procesal,
ya que, evidentemente, no es una cuestión de procedimiento. Esto resulta confirmado por las decisiones y
discusiones que tuvieron lugar en la Conferencia de San Francisco.

Funciones y facultades del Secretario General

El Secretario General es, como dice el art 97 de la Carta, “el más alto funcionario administrativo de la Organización”,
pero como se vera de inmediato es mucho más que eso.

Añade el art 98 que el Secretario General “desempeñara las demás funciones que le encomienden dichos órganos”
de las UN. Es conforme a esta clausula de competencia genérica que el Secretario General, y bajo su autoridad y
responsabilidad, los demás funcionarios de la secretaria desempeñan la variada gama de actividades que les son
encomendadas: desde convocar una reunión a elaborar un proyecto de convenio; desde investigar cuestiones o
problemas de hecho y realizar estudios técnicos o científicos a organizar una fuerza armada.

También se ha encomendado expresamente en la Carta al Secretario General “rendir a la AG un informe anual sobre
las actividades de la Organización” (art 98) en el cual este funcionario reseña la obra de la institución y formula un
juicio o apreciación critica sobre la situación política general del mundo.

Esto lo hace el secretario General sin que se susciten resistencias de parte de los Estados porque la Carta le atribuye
expresamente funciones de carácter político.

Según el art 99 de la Carta “el Secretario General puede llamar la atención del CS hacia cualquier asunto que, en su
opinión, pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”.

En la redacción de la Carta se estimo que el Secretario General, como funcionario internacional que ha de tener en
vista ante todos los principios de la Organización, se encuentra en una condición especial, única, para actuar con
imparcialidad, como una especie de “inspector general” movido exclusivamente por los intereses de la comunidad
internacional, que no son siempre debidamente recordados por cada Estado. Y se le confirió este poder de iniciativa
exclusivamente ante el CS, y no la AG, porque se temió que se le pondría en una disyuntiva difícil al obligarlo a optar
en cada caso entre uno y otro órgano.

Esta facultad concedida por el art 99 es importante, no solo en sí misma, sino también en cuanto implica la
atribución de funciones políticas al Secretario General, de un modo genérico y tácito.

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De esta manera quedo proclamado y reconocido el poder implícito y autónomo que tiene el SG de llevar a cabo tales
investigaciones, incluso en el caso de que el CS resolviera no encomendarle esa tarea. Y es lógico que así sea, por
cuanto no puede pretenderse que el SG ejercite esta prerrogativa del art 99 sin poseer antes una información amplia
y exhaustiva, que le merezca confianza.

Otro efecto del art 99 es que, cuando aun no sea formalmente invocado, puede servir de impulso para que los
Estados lleven al CS las situaciones de la naturaleza descripta en dicho precepto.

También “este articulo, puede ser interpretado como proporcionando una especifica autorización jurídica para la
amplia e informal actividad política del SG detrás de bambalinas. El carácter discrecional del art 99 permite al SG
atribuir mucha de su extensa actividad diplomática a las implicaciones del texto de la Carta”.

Por último esta disposición de la Carta, ha ejercido una influencia decisiva en el reconocimiento de otras facultades
políticas del SG. Si se le ha dado esta función capital es evidente entonces que el SG habrá de tener, con mayor
razón, otras funciones políticas de menor importancia, como, por ejemplo, opinar sobre los problemas que dividen a
los miembros. Así, las reglas de procedimiento de la AG y de los Consejos lo facultan para hacer declaraciones o
manifestaciones sobre los problemas que se están tratando, “propio motu” y sin necesidad de ser previamente
invitado por el Presidente. Según esas mismas reglas de procedimiento el SG puede actuar como miembro
informante, e incluso como mediador en controversias entre Estados. Es notorio que en varias controversias de la
más alta importancia política lo ha hecho.

Se ha acentuado la práctica de la AG y el CS de encomendar al SG cometidos muy amplios y genéricos, tales como


tomar las medidas necesarias para la aplicación urgente de las recomendaciones adoptadas para lograr el fin de la
guerra, Irán – Irak. Por eso cabe decir que a pesar de lo que dispone el art 97 de la Carta el SG ha dejado de ser “el
más alto funcionario administrativo de la organización” para transformarse en el”mas alto funcionario ejecutivo de
la Organización”.

Tanto las reglas de procedimiento de la AG, como las de los Consejos ECOSOC y de Administración Fiduciaria le
conceden expresamente la facultad de proponer puntos para el orden del día y en la práctica se le ha reconocido la
facultad de formular proposiciones y de presentar enmiendas.

Sin perjuicio de estas funciones políticas, el SG tiene funciones representativas de la Organización, como por
ejemplo, la formulación de reclamaciones por daños experimentaos por esta, el cobro de deudas, la celebración de
acuerdos y contratos, incluso de carácter internacional como convenios sobre inmunidades con los Estados
miembros de las UN.

Carácter Internacional de la Secretaria

El Art 100 de la Carta define el carácter y la responsabilidad exclusivamente internacional de la secretaria de UN.
Dice el Art 100: “1. En el cumplimiento de sus deberes, el Secretario General y el personal de la Secretaría no
solicitarán ni recibirán instrucciones de ningún gobierno ni de ninguna autoridad ajena a la Organización, y se
abstendrán de actuar en forma alguna que sea incompatible con su condición de funcionarios internacionales
responsables únicamente ante la Organización. 2. Cada uno de los Miembros de las Naciones Unidas se compromete
a respetar el carácter exclusivamente internacional de las funciones del Secretario General y del personal de la
Secretaría, y a no tratar de influir sobre ellos en el desempeño de sus funciones.”

El concepto de una Secretaria de “carácter exclusivamente internacional”, o sea, que no dependa aisladamente de
ningún Estado en particular, cuyo personal permanente este enteramente divorciado del control por los Estados
miembros o el Estado de la nacionalidad del funcionario, surgió en la Liga de Naciones.

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La lealtad internacional que se reclama al funcionario, no remplaza ni puede asimilarse al vínculo de la
nacionalidad. Ha dicho la Corte Internacional de Justicia que “no es posible mediante un empleo exagerado del
concepto de lealtad, asimilar el lazo jurídico que existe, conforme al art 100 de la Carta, entre la Organización por
un lado, y el SG y el personal por el otro, con el lazo de la nacionalidad existente entre un Estado y sus
nacionales”.

La lealtad internacional no es incompatible ni está reñida con la lealtad nacional ya que “al servir a las UN el
funcionario internacional está sirviendo los más altos intereses de su propio país”, que solo pueden beneficiarse
de la “promoción de la paz y prosperidad mundial”.
Una consecuencia evidente del carácter internacional del personal de la secretaria es que una persona no puede
ser simultáneamente empleado en las UN y miembro de una delegación nacional.

Estatuto del Personal de Secretaria

El art 101, inciso 1 de la Carta establece que “el personal de la Secretaria será nombrado por el SG”. De este modo
se ha vigorizado la posición dominante del SG como vértice jerárquico de la Secretaria.

Si bien se le ha conferido al SG el poder de nombrar al personal, el parágrafo 1 del art 101 agrega que esos
nombramientos deberán de hacerse “de acuerdo con las reglas restablecidas por la AG”.

Sin perjuicio de las reglamentaciones de la AG, la carta consigna dos principios en este mismo art 101 que limitan
tanto al SG en su potestad de nombramiento como a la AG en la adopción de normas reglamentarias. La primera
restricción, ya analizada, es que se ha de asignar en forma permanente personal adecuado, que forme parte de la
Secretaria, a los distintos órganos (art 101.2).

Y la segunda limitación, que es más importante, es la que fija los criterios generales para el reclutamiento del
personal de la secretaria. En lugar primordial “asegurar el más alto grado de eficiencia, competencia e integridad”.
La carta agrega que se dará consideración también a “la importancia de contratar el personal de manera que haya
la más amplia representación geográfica posible”, es decir que todos los Estados miembros tengan representación
en la Secretaria, a fin de que esta sea realmente internacional.

Las reglas más detalladas establecidas por la AG a fin de reglamentar la discrecionalidad del SG, conforme al art
101, parágrafo 1 de la Carta, componen un verdadero estatuto del funcionario administrativo internacional.

CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

SOLUCION PACIFICA DE CONTROVERSIAS

CONSEJO DE ADM. FIDUCIARA

Diez de Velazco:

Este consejo que se creó con el fin fundamental de supervisar el régimen de la administración de los territorios
fideicometidos, ha coronado su misión por haber obtenido la independencia todos los territorios sometidos a dicho
régimen.
Su composición, según el art 86, numero 1 de la Carta, debería ser variable y tripartita es decir, estaba compuesto
por los Estados administradores de dichos territorios, los miembros permanentes del CS, y tantos otros miembros
cuantos fueran necesarios para que hubiera un equilibrio entre administradores de territorios y los no
administradores. Por la independencia de todos los territorios fideicometidos esta composición es inviable y ha
quedado formada por los 5 miembros permanentes del CS. Por tanto, no hay actualmente elecciones para miembros
de este Consejo. Las decisiones de adoptan por mayoría de los miembros presentes y votantes. (art 89).

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Las competencias estatutarias de este consejo eran, en síntesis las siguientes:
A – formular cuestionarios sobre el adelanto político, económico, social y educativo de los habitantes de cada
territorio fideicometido (art 88)
B – examinar los informes que le fueran rendidos por las autoridades administradoras
C – recibir peticiones formuladas por los habitantes del territorio bajo administración fiduciaria e incluso por terceros,
hechas por escrito o verbalmente.
D- disponer visitas periódicas a los territorios fideicometidos en la fecha convenida con la autoridad administradora
(art 87, apartado c de la Carta)
E – Está facultado para “tomar otras medidas de conformidad con los acuerdos de administración fiduciaria” (art 87,
apartado d de la carta)
F – dictarse su propio reglamento interno (art 90 y g)
G – finalmente puede valerse de la ayuda del ECOSOC y de los organismos especializados con respecto a los
asuntos de la respectiva competencia de estos.

Después de la independencia de las Islas Palau, el Consejo de Administración Fiduciaria ha enmendado su


reglamento por Res. 2.200(LXI) de 25 de Mayo de 1994. De esta manera se elimina la obligación de celebrar
periodos de sesiones anuales y solo lo hará, por decisión propia o de su presidente, o a solicitud de la mayoría de los
miembros, la AG, o el CS. En palabras del representante francés, autor de la propuesta, la reforma no significa el fin
de la institución, sino que el Consejo de Administración Fiduciaria seguiría existiendo como recuerdo de una gran
tarea realizada con dignidad.

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