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La vaina de mielina aísla el axón tanto desde el punto de vista eléctrico como
farmacológico. El único sitio en el que las moléculas de los anestésicos locales
tienen acceso a la membrana nerviosa es en los nódulos de Ranvier, donde
abundan los canales de sodio. Los cambios iónicos que se desarrollan durante la
conducción del impulso también surgen únicamente en los nódulos.
Como un impulso puede saltar o rodear uno o dos nódulos bloqueados y continuar
su camino, es necesario que la solución anestésica bloquee al menos dos o tres
nódulos inmediatamente adyacentes para garantizar una anestesia eficaz, lo que
supone una longitud aproximada de 8-10 mm.
Las densidades de los canales de sodio son diferentes: en los nervios amielínicos
pequeños, la densidad de los canales de sodio es aproximadamente de 35/mm,
mientras que en los nódulos de Ranvier de las fibras mielínicas puede alcanzar
hasta 20.000/mm. Basándose en el promedio de longitud del nervio, el número de
canales de sodio es relativamente escaso en las membranas nerviosas amielínicas.
Los fascículos que se encuentran más próximos al centro del nervio se denominan
haces centrales. Los anestésicos locales contactan con ellos pasado cierto tiempo,
y con concentraciones mucho menores, debido a la gran distancia que debe recorrer
la solución y al mayor número de barreras que han de atravesar.
A medida que el anestésico local difunde hacia el interior del nervio, va diluyéndose
de forma progresiva a causa de la acción de los líquidos titulares, y parte se absorbe
por los capilares y los linfáticos. Los anestésicos tipo éster sufren una hidrólisis
enzimática casi inmediata. De este modo, las fibras centrales se ven expuestas a
concentraciones de anestésico más bajas, lo que podría explicar la anestesia
inadecuada de la raíz dentaria, a pesar de presentar síntomas subjetivos de una
anestesia de partes blandas adecuada. En ninguna situación clínica se bloquea el
100% de las fibras de un nervio periférico, ni siquiera en los casos con un control
analgésico excelente desde el punto de vista clínico. Las fibras próximas a la
superficie del nervio (fibras periféricas) suelen inervar regiones más proximales (p.
ej., área molar con un bloqueo del nervio alveolar inferior), mientras que los haces
centrales inervan puntos más distales de la distribución del nervio (p. ej., los
incisivos y los caninos con un bloqueo alveolar inferior).
Proceso del bloqueo: después del depósito del anestésico local lo más cerca
posible del nervio, la solución difunde en todas direcciones según los gradientes de
concentración vigentes. Se producen las reacciones siguientes:
1. Parte del fármaco es absorbido por tejidos no nerviosos (p. ej., músculo y tejido
adiposo).
2. Parte se diluye en el líquido intersticial.
3. Parte es eliminado por los capilares y los linfáticos desde el lugar de inyección.
4. Los anestésicos tipo éster se hidrolizan.
La suma de todos estos factores da como resultado la reducción de la concentración
de anestésico local fuera del nervio; sin embargo, la concentración del fármaco en
el interior del nervio sigue aumentando a medida que progresa la difusión. Estos
procesos continúan hasta que se consigue un equilibrio entre las concentraciones
de anestésico local dentro y fuera del nervio.
Tiempo de inducción. Período desde que se deposita la solución anestésica hasta
que se completa el bloqueo de la conducción.
Propiedades físicas y acciones clínicas. Los fármacos con un pKa más bajo
tienen una latencia más rápida que aquéllos con un pKa más elevado.
Recuperación del bloqueo anestésico local. La concentración extraneural de
anestésico local va agotándose continuamente por difusión, dispersión y captación,
mientras que la concentración intraneural del fármaco permanece relativamente
estable. De este modo, se invierte el gradiente de concentración, con lo que la
concentración dentro del nervio supera la existente fuera de él, y las moléculas de
solución anestésica empiezan a difundir hacia el exterior.
Los fascículos de la zona periférica comienzan a perder el anestésico local mucho
antes que los haces centrales. El anestésico local de estos haces centrales difunde
entonces hacia los haces periféricos, de modo que las primeras fibras que pierden
por completo la anestesia son las situadas en la parte más central del nervio. Las
fibras periféricas son las que permanecen anestesiadas más tiempo, y las del centro
las que menos. La recuperación suele ser un proceso más lento que la inducción,
ya que el anestésico local está unido al receptor en el canal de sodio y, por tanto,
se libera más despacio de lo que se absorbe.
Reinyección de anestésico local:
Recurrencia de una anestesia profunda inmediata. En el momento de la
reinyección, la concentración del anestésico local en las fibras centrales es inferior
a la que se encuentra en las fibras periféricas. Las fibras centrales recuperadas en
parte siguen teniendo cierta cantidad de solución anestésica, aunque no la
suficiente para proporcionar una anestesia completa.
Después de depositar una nueva concentración elevada de anestésico cerca del
nervio, las fibras periféricas se ven expuestas otra vez a un gradiente de
concentración que se dirige hacia el interior del nervio; con ello se consigue
finalmente que aumente la concentración en las fibras centrales. Esta combinación
de solución anestésica residual (en el nervio) y de solución recién depositada vuelve
a dar lugar a un inicio rápido de una anestesia profunda con un volumen de
anestésico inferior al administrado.
Dificultad para alcanzar de nuevo una anestesia profunda. El médico administra
un nuevo volumen de anestésico local, pero no se consigue restablecer una
analgesia adecuada.
Taquifilaxia. Aumento de la tolerancia a un fármaco que se administra
repetidamente. Es mucho más probable que se desarrolle si se permite que la
función se recupere antes de realizar la reinyección (p. ej., si el paciente se queja
de dolor). La duración, la intensidad y la distribución de la anestesia con la
reinyección disminuyen de forma notable.
La taquifilaxia se deba a: edema, hemorragia localizada, formación de coágulos,
trasudado, hipernatremia y disminución del pH tisular. Los cuatro primeros factores
aíslan el nervio del contacto con el anestésico local. La hipernatremia, eleva el
gradiente de sodio, lo que contrarresta el descenso de la conducción del sodio
provocado por el anestésico local. La disminución del pH tisular, se debe a la
primera inyección del anestésico local ácido.
Duración de la anestesia
A medida que el anestésico local va eliminándose del nervio, su función se va
recuperando, rápidamente al principio y más despacio después. Los anestésicos
locales de mayor duración (p. ej., bupivacaína, etidocaína, ropivacaína y tetracaína)
se unen más firmemente en la membrana nerviosa (mayor unión a proteínas) que
los fármacos de acción más corta (p. ej., procaína y lidocaína), de ahí que se liberen
más lentamente desde sus receptores en los canales de sodio. Otros factores que
influyen en la velocidad de eliminación del fármaco son la vascularidad del lugar de
inyección y la presencia o ausencia de una sustancia vasoactiva.