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Las siguientes actividades están pensadas para realizarse en niños con posible
diagnóstico de TEA que tengan una edad entre los 3 y los 13 años ya que son
principalmente juegos infantiles, aun así, también pueden ajustarse a adolescentes
si su disposición amerita los juegos de roles.
Las múltiples respuestas que pueda dar el menor no son buenas o malas, usted debe
ser consciente de los siguiente, la forma en que el niño percibe el contexto e
interpreta las emociones es totalmente diferente a la suya, por lo tanto, no lo juzgue
ni lo castigue ya que el objetivo principal es que el niño reciba un proceso de
modelamiento, es decir, el niño observará en usted y su grupo una figura la cual
seguir, por lo tanto, debe ser una figura que agilice su interacción de manera
positiva.
Las actividades se calificarán una por una y en una escala de 1 a 5 bajo las siguientes
preguntas:
Lista de actividades
1. Yo te explico
Este juego favorece en el niño el aprendizaje y observación de las conductas de sus pares
o personas cercanas en el contexto, con ello aprende diferentes habilidades sociales y
formas de reaccionar con secuencias de acciones útiles ante situaciones específicas. De
este modo, puede utilizarse como una vía para el aprendizaje de acciones. Puede hacerse
entre dos personas o en grupo.
Una persona se posiciona frente al niño o al grupo de niños y hace una acción, por
ejemplo, abrir una sombrilla y decir: “está lloviendo, será bueno abrir mi sombrilla”,
así el niño o el grupo de niños debe repetir la acción. Las acciones a imitar pueden ser
muy simples inicialmente, pero las acciones deben aumentar en dificultad procurando
mezclar acciones y emociones como: “estoy sentado en el piso porque estoy aburrido,
pero hoy me levantaré, buscaré amigos como yo y jugaremos”.
Al final de cada acción el niño debe decir “yo te explico por qué lo hiciste” y explica el
motivo por el cual se realizó la acción, por ejemplo: abriste la sombrilla para no mojarte,
o, buscaste a tus amigos para no aburrirme. Si al principio presenta dificultad puede ser
modelado por quien dirige la actividad o por uno de sus compañeros.
Realice un promedio de 10 frases.
Esta actividad también favorece la creación de vínculos afectivos y sociales mediante la
comunicación asertiva que en ocasiones representa alta dificultad para los niños con TEA.
2. Te estoy mirando
Los participantes deben pasar la pelota como ellos lo deseen. Cuando sea pasada la
pelota se debe decir una característica emocional de la persona a quien le pasó la
pelota que tuvo durante los días o minutos anteriores, así: “Laura se alegró esta
mañana porque su lonchera tenía una rica chocolatina”. Si la comunicación de
emociones al principio parece difícil se puede decir simplemente una característica
física como: Laura tiene el cabello negro y largo, sin embargo, el objetivo final debe
ser el reconocimiento emocional de las personas que están cercanas al niño.
3. Recuerda la escena
Recordar escenas de películas o recuerdos de un evento puede dar al niño una forma
sencilla de incorporar expresiones y motivos de socialización, también se pueden
interpretar roles como el de un cocinero, un médico, un profesor o quien el niño quiera.
Esta actividad permite desarrollar habilidades sociales mediante la comprensión y
apropiación del mundo de un tercero, para así comprender sus emociones y acciones,
también, para generar empatía mediante modelos sociales más adaptativos.
La expresión facial en la imitación o actuación debe ser primordial. Para guiarlo se puede
preguntar así: ¿qué crees que sentía Toni Stark cuando luchaba acompañado de sus
amigos? Ahora siente lo mismo, tus amigos te acompañan para salvar al mundo”.
También se pueden actuar estados de ánimo específicos, se debe pedir al niño que
gestualice expresiones, así: cómo haces cuando estás feliz, cuando estás triste, cuando
estás molesto, cuando tu mamá está triste, cuando tu amigo está contento… si al inicio
el niño presenta dificultad se puede hacer un modelado, es decir, el adulto que lleva a
cabo la actividad interpreta primero los roles que solicita y así el niño podrá imitarlos.
Después de la actuación, el niño puede explicar en cuáles momentos puede sentirse de
esa forma: yo me siento triste cuando tengo hambre, o, yo me siento molesto cuando no
puedo jugar. Esta relación que hace el niño entre las emociones y las acciones ayuda a
interiorizar los momentos y las reacciones adecuadas frente a determinadas situaciones.
Normalmente los niños con TEA tienes gustos o intereses muy restringidos, se debe
identificar estos intereses e interactuar con ellos, preguntar, contar lo que se sabe de ellos,
preguntarle al niño lo que sabe, preguntar lo que quiere saber y también contarle acerca
de algo que nos guste a nosotros para hacer el mismo proceso cambiando de actor
principal. Así el niño comparte mediante la enseñanza y activa su escucha para aprender
acerca de otros temas y acerca de los gustos de los demás.