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El capítulo argumenta que la filosofía es inherente a la existencia humana porque permite el autoconocimiento y una mejor comprensión de otras áreas. Explica que la definición de filosofía como proceso involucra al ser humano entero para superar prejuicios. Este proceso incluye tres fases: hacer preguntas cuestionando suposiciones, analizar las preguntas sin responderlas, y buscar respuestas explícitas o teorías con evidencia. Al pasar por estas fases, se posibilita una nueva comprensión de las acc
Descrizione originale:
Informe de lectura acerca del capítulo mostrar lo que otros ocultan del libro introducción a la práctica de la filosofía de Garrett Thomson
Titolo originale
Informe de lectura acerca del capítulo mostrar lo que otros ocultan del libro introducción a la práctica de la filosofía de Garrett Thomson
El capítulo argumenta que la filosofía es inherente a la existencia humana porque permite el autoconocimiento y una mejor comprensión de otras áreas. Explica que la definición de filosofía como proceso involucra al ser humano entero para superar prejuicios. Este proceso incluye tres fases: hacer preguntas cuestionando suposiciones, analizar las preguntas sin responderlas, y buscar respuestas explícitas o teorías con evidencia. Al pasar por estas fases, se posibilita una nueva comprensión de las acc
El capítulo argumenta que la filosofía es inherente a la existencia humana porque permite el autoconocimiento y una mejor comprensión de otras áreas. Explica que la definición de filosofía como proceso involucra al ser humano entero para superar prejuicios. Este proceso incluye tres fases: hacer preguntas cuestionando suposiciones, analizar las preguntas sin responderlas, y buscar respuestas explícitas o teorías con evidencia. Al pasar por estas fases, se posibilita una nueva comprensión de las acc
Informe de lectura acerca del capítulo mostrar lo que otros ocultan del libro introducción a
la práctica de la filosofía de Garrett Thomson
Ana Carmona R.
En este texto se argumenta a través de conclusiones definidas acerca de algunos problemas de
la filosofía. En primer lugar, en el capítulo se propone a la filosofía como un asunto inherente a la existencia del ser humano porque permite entre otras cosas el conocimiento de sí mismo, profundizar su propia comprensión y la obtener desde allí una concepción de otras ramas del conocimiento. Además, explica que, si bien las definiciones conceptuales actuales son acertadas, no abarcan el total del término, lo que hace que se deje de lado el objetivo principal de aprender filosofía: hacer filosofía. Siguiendo con eso, el autor plantea la definición como un proceso humano, dado a que involucra al ser humano entero, quien debe luchar contra sus propios prejuicios y pensamientos para que a través de la superación de los sentimientos obtenga una mejor relación de comprensión.
En el proceso expuesto anteriormente se distinguen tres fases principales: preguntar, analizar y
contestar. En la primera etapa se resalta la importancia de la confusión como herramienta para preguntar constantemente, cuestionando las suposiciones más arraigadas que olvidan la naturaleza más profundamente enigmática de las cosas; de modo en que se llegue a una capacidad de sorpresa casi infantil. Después, el paso a seguir es el de análisis; parte en la que es necesario estudiar las preguntas sin contestarlas ya que sin la comprensión de la pregunta la respuesta se pierde, y que existe la posibilidad de que la pregunta sea errónea por estar basada en suposiciones falsas o que en una misma pregunta se involucren otras, lo que hace preciso separarlas y responderlas una por una. Obviamente el proceso no se queda en el nivel del análisis, se busca obtener respuestas y estas pueden ser explícitas si el análisis fue bueno. En adición, si las respuestas resuelven una serie de problemas filosóficos se trata de una teoría, por lo cual se deben buscar argumentos y evidencias a favor, sin olvidar que pueden haber otras posibilidades de respuesta. Sin evidencia cualquier teoría es solo especulación. Al pasar por esas fases se posibilita una nueva comprensión de las acciones. En un primer momento se entiende que teoría y práctica no están del todo separadas, sustentado en que la teoría importa en nuestra comprensión del mundo, y esa comprensión se muestra en las acciones, que deben ser relacionadas y conceptualizadas, construyendo entonces el tercer rasgo de la filosofía: lo no empírico o a priori, aquello que no puede ser resuelto solamente con evidencia fáctica y que es necesariamente verdadero. No obstante, estas verdades necesarias no tienden a ser obvias y se descubren a partir del proceso de razonamiento, el cual va mediado por los conceptos que tenga el individuo; la filosofía se encarga de investigar esos conceptos, la filosofía consiste en pensar sobre la manera en que se está pensando. En el final del capítulo se aclara que en todas las áreas de la vida existen preguntas conceptuales y el estudio de los conceptos obtenidos es la filosofía de esa rama en específico. Por ejemplo, en el texto se enuncia la filosofía aplicada a la psicología, economía, historia, la vida cotidiana, etc. Luego, se detiene a analizar las conclusiones con el proceso empírico que supone la ciencia. Desmiente que la ciencia deba ser necesariamente empírica y que la filosofía deba ser subjetiva, argumentando que las matemáticas se basan en afirmaciones a priori, rompiendo con la premisa de que los hechos y las opiniones son opuestos. Finalmente expone que en la filosofía hay mucho más consenso de lo que se aparentes y que aun habiendo desacuerdo entre filósofos, esta característica no es más que una manera en la que la filosofía progresa.
Referencia bibliográfica: Garret Thomson (2002) introducción a la práctica de la filosofía (Pablo R. Arango Giraldo, Trad)Bogota, D.C, Colombia