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¿Has conocido recientemente alguna empresa que tenga un 90% de


clientes insatisfechos? Por ejemplo, un restaurante donde nueve de cada
diez clientes devuelven la comida porque no hay manera de comérsela.
¿Te irías de vacaciones con una agencia de viajes de la cual sabes que un
90% de sus clientes se quejan de su mal servicio?

Probablemente no te viene a la mente ahora mismo un servicio con las


características descritas arriba, y a la vez crees que un negocio de este tipo
hubiera quebrado hace tiempo, ¿verdad? Desafortunadamente no es así.
Te voy a dar un ejemplo y verás cómo en este caso los engañados somos
casi todos nosotros.

El problema es el sistema de educación en España. Lamentablemente,


hasta un 89 % de la población española, después de muchos años de
aprendizaje de nuevos idiomas en el colegio, considera que sus

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habilidades lingüísticas son ineficaces. Y como ya señalamos al principio,
según el Eurobarómetro, los españoles son casi los peores de toda la
Comunidad Europea.

¿Crees que somos diferentes a los demás países vecinos? Por supuesto
que no. Solo que nuestro sistema escolar no sabe enseñar idiomas como
se debe y, además, hace perder tiempo y energía a todas aquellas
personas que ya han superado o están superando dicho sistema.

Una de las principales deficiencias de la enseñanza tradicional de idiomas


reside en el aprendizaje expresamente teórico, pero no hay un contacto
directo con su uso. El resultado de una enseñanza así da lugar a que un
estudiante, al llegar a Inglaterra, no sea capaz de comunicarse en inglés.
Aunque pueda saber más gramática que el personal nativo del

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aeropuerto, no sería capaz de entender el acento de los nativos, utilizaría
frases demasiado formales, etc.

Además, el uso de la gramática de forma excesiva significa que uno piensa


en su lengua materna y, por ello, trata de aplicar conscientemente todas
las reglas aprendidas a una traducción puramente literal del idioma
extranjero, y el resultado suele parecer una traducción automática.

El estudiante ya no debería pensar en la gramática, simplemente debería


tenerla grabada en su mente después de haberla escuchado tantas veces.
Hay que tener en cuenta que el aprendizaje de un idioma es una forma de
entrenamiento, como puede ser, por ejemplo, aprender a ir en bicicleta.

Tampoco se aprende sabiendo solo la teoría, consiste también en saber las


reglas básicas, sentarse, pedalear, coger equilibrio y practicar, practicar y
practicar. Una vez que lo aprendiste, ya no piensas más antes de cada
pedaleada, sino que te lanzas y sigues.

Otro error fundamental del sistema clásico es el aprendizaje del


vocabulario. Nunca aprendas el vocabulario de forma independiente como
se suele hacer en el colegio, siempre en contexto.

En vez de aprender solo la palabra "cat", aprende una frase como "It's a
black cat".

No solo recordarás mucho mejor la palabra, sino que al mismo tiempo


aprenderás cómo aplicarla directamente en una frase.

Otro problema de la enseñanza tradicional de idiomas es el aburrimiento.

El aburrimiento mata la motivación y todo lo que nos hace disfrutar del


aprendizaje de un idioma nuevo. Ahora bien, ¿recuerdas cómo es
exactamente la frase más famosa de Comenius? Dice así: "Aprender
jugando".

Siempre aprende de forma divertida. Entonces, ¿qué es exactamente lo


que te gusta? Si por ejemplo no te gustan los ejercicios de gramática, no
los hagas. Porque si lo haces solamente porque debes hacerlos, casi nunca
aprenderás nada, o muy pronto dejarás de aprender. Recuerda los
momentos horrorosos y difíciles en el colegio a la hora de hacer los
exámenes de los tiempos verbales.

Si tu objetivo es estudiar inglés en la Universidad de Harvard, tendrías que


dedicar tu tiempo a estudiar la teoría. Pero si quieres usar el idioma en tus
vacaciones en el momento de pedir comida en un restaurante, no pierdas

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demasiado tiempo con la gramática y dedícate a escuchar el idioma, la
conversación, etc.

Y precisamente ese es el secreto de un aprendizaje de idiomas de manera


rápida, el cual es la base para todo lo demás. Si realmente quieres
aprender un idioma lo más rápido posible, tu primera tarea es evitar,
tanto como sea posible, el sistema tradicional de enseñanza de idiomas.

Ahora sabemos lo que debemos evitar al principio y podemos continuar


con nuestro segundo secreto del aprendizaje rápido de idiomas, es decir,
con la curva del aprendizaje controlado del Dr. Ebbinghaus.

Comencemos con un ejemplo que seguro conoces bien. Te vas de


vacaciones y conoces una familia encantadora, es decir, dos adultos y dos
niños, un total de 4 nuevos nombres. Al principio te cuesta un poco
recordar sus nombres, pero finalmente la primera noche los recuerdas
más o menos. ¿Crees que recordarás los nombres de todos al encontrarte
con ellos después de una semana? ¿Y qué tal un mes después de regresar
de tus vacaciones? ¿Cuántos de ellos recordarás con seguridad sin tener
que pensarlo?

Y ahora el ejemplo opuesto. Intenta nombrar a tus ex compañeros de


colegio. ¿Puedes? ¿Y cuántos años hace que saliste del colegio? Unos
cuantos. Y aún así te acordarás de la mayoría de los nombres casi sin
pensar.

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Esto es debido a que los nombres de tus ex compañeros de clase se
guardan en la memoria a largo plazo, y los nombres de las personas que
conociste durante tus vacaciones han sido guardados solo en la memoria a
corto plazo, de la cual desaparecen en tan solo unos días.

Y es exactamente cómo funciona el aprendizaje de un nuevo idioma, el


vocabulario, frases, la gramática. Si el sistema educativo tradicional no te
enseñó cómo guardar la materia aprendida en la memoria a largo plazo,
probablemente hayas pasado el examen escrito con éxito, ya que lo
aprendiste de memoria en el momento, pero ahora ya no te acuerdas de
casi nada.

Desde luego no es culpa tuya, es un fracaso del sistema de aprendizaje


que te hizo perder tiempo y energía. Para entender lo que está pasando
en tu cerebro, volvamos al siglo XIX con el psicólogo alemán Hermann
Ebbinghaus. Ebbinghaus se dedicaba a la investigación de la memoria
humana y creó una curva de funcionamiento del cerebro humano, la cual
se conoce como la curva del olvido de Ebbinghaus.

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Al observar la curva de Ebbinghaus queda claro cómo con el aumento del
tiempo en intervalos específicos nos olvidamos cada vez más de la materia
aprendida.

La única manera de luchar contra esta propiedad irreversible de la


memoria humana es con la manera correcta de repetición. Y es necesario
enfatizar la palabra "correcta" porque también existen maneras
incorrectas, las cuales son una pérdida de tiempo.

Un ejemplo de repetición incorrecta puede ser, por ejemplo, la


memorización clásica y conocida del sistema educativo. Seguramente
recuerdas cuando tratabas de memorizar una cosa diez veces seguidas y
en una semana casi no la recordabas.

La llamada curva de aprendizaje nos proporciona una guía sobre cómo


aprender y repasar correctamente.

Mira el gráfico anterior, el cual amplié añadiendo la curva de aprendizaje.

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¿Ves los resultados? Si no repasas la materia aprendida correctamente, al
cabo de tres semanas recuerdas solo un 21% de lo que una vez supiste. Si
al contrario repasas correctamente, en el mismo período recordarás hasta
el 85% de lo aprendido, Eso es 4 veces más. ¿Y cuál es la diferencia? Solo
saber cómo hacer la repetición correcta.

Aplicando la curva de aprendizaje controlado podemos aprender cómo


repasar correctamente la materia aprendida.

Pero los mejores resultados se logran al repasar lo aprendido el mismo día


del aprendizaje, y luego repasarlo al día siguiente, al séptimo y luego al
duodécimo día. Principalmente se repasa la materia con una práctica
cuidadosa. Cuanto más conocida tengas la materia, menos tiempo será
necesario para repasarla. Incluso solo un pequeño recordatorio revive las
conexiones cerebrales y guarda la materia más profundamente en la
memoria.

Esto era nuestro segundo secreto y aún hay uno más

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¿Sabes lo que sucede cuando te cuelgas de manos en una barra y quieres


permanecer así durante una hora? Simplemente te caes…

Es un mecanismo de defensa de tu cuerpo contra la tensión muscular.


Cuando un músculo está sobrecargado, deja de funcionar correctamente.

Y así es con tu cerebro. Es también un músculo. Si lo sobrecargas,


simplemente deja de funcionar y almacenar correctamente la
información, se opone y no coopera, por mucho que intentes ingresarle
más información.

Para poder entender cómo las sobrecargas afectan tu cerebro, te


mostraré una curva de prestación de atención según la duración del
estudio.

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Puedes observar que tu atención disminuye gradualmente durante el
aprendizaje.

En 30 minutos el aprendizaje se reducirá en un 40% e incluso en un 60%


en 45 minutos. No tiene sentido estudiar en bloques de 45 minutos tal y
como estás acostumbrado en el colegio. Lo ideal es parar el bloque
educativo en el minuto 20, tal como lo confirma incluso la curva de
atención.

Para estudios más intensivos es posible estudiar incluso más bloques de


20 minutos al día, pero si eres una persona con trabajo y familia u otros
intereses, te puede sonar a ciencia ficción. Y ni siquiera te lo recomiendo.

El aprendizaje de idiomas nuevos es un proceso a largo plazo y debes


configurar la intensidad de tus estudios, de tal manera que la podrás
mantener con entusiasmo, no solo al principio sino también después de
varios meses.

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Otro paso importante es saber cómo funciona la curva de motivación.

Esta curva muestra cómo disminuye tu motivación para estudiar


dependiendo de cuántas materias nuevas aprendes en un bloque de
estudio. Cuantas más cosas nuevas aprendes en una clase, menos
divertido lo encuentras y la motivación disminuye también.
Definitivamente, en una clase deberías repasar más antes que aprender
materia nueva.

Si en su mayoría repasas lo que ya sabes, tu cerebro no estará estresado y


el aprendizaje será mucho más fácil.

Por mi propia experiencia sé que en el colegio dedicas al aprendizaje de


una nueva materia hasta un 90% del tiempo, pero viéndolo desde el punto
de motivación, está muy, pero muy mal. Lo correcto es poner alrededor de
un 30% de nueva materia en un bloque de estudio y el resto del tiempo
dedicarlo a repasar lo que ya sabes.

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Los dos puntos anteriores se conocen como la "regla de oro 20 por 30", es
decir, 20 minutos de aprendizaje, en los cuales solo tienes un 30% de la
nueva materia. Esta regla es la base de nuestro tercer secreto, el cual es
no sobrecargar el cerebro.

Es aconsejable tener tus clases de idiomas de 20 minutos todos los días de


una manera regular. No solo tener establecido el momento en que
comienzas, sino también el momento cuando terminas. No te sientas
culpable de dejarlo después de 20 minutos. Claro que podrías seguir
estudiando por más tiempo, pero no lo hagas.

Programa tu cerebro haciéndolo aprender que el mejor momento para


parar la clase es después de 20 minutos. Así lo motivas teniendo ilusión de
seguir estudiando al día siguiente. Porque después de unas pocas clases tu
cerebro instintivo ya sabe que no es tan tedioso y la enseñanza es fácil y
rápida.

Para que tu clase dure unos 20 min, es necesario tener la materia


perfectamente distribuida. Esto puede resultar muy difícil y a veces poco
realista. Pero no hay que asustarse, porque existen soluciones fáciles que
te presentaré más adelante.

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