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Consentimiento Informado

(CI), es una herramienta de la cual dispone el profesional en psicología


en el que, se establece el permiso del paciente para la intervención y
tratamiento psicológico. Es la obligación del profesional de la psicología de
informar a su usuario de manera clara, oportuna, veraz y completa del
proceso que seguirá en la prestación de sus servicios en cualquier área de la
psicología, cerciorándose y asegurándose de que el usuario lo ha entendido,
siendo un derecho del usuario recibir dicha información y dar su
consentimiento para la intervención psicológica de manera libre y autónoma.
El consentimiento informado, más que un derecho y un deber, es un proceso
dialógico en razón a que se establece entre psicólogo y su usuario, un diálogo
entre dos partes, y su objetivo es la búsqueda de mecanismos y estrategias
psicológicas en procura del bienestar del usuario. EL Consentimiento Informado en la
praxis de la psicología Gerardo Augusto Hernández Medina1 pagina 3 s.f disponible en
file:///C:/Users/pc14/Downloads/Consentimiento_Informado_-_1.0%20(1).pdf

El CI, es un documento, en el cual se establece todas las práctica de las


intervenciones de los servicios en psicología, es un requisito para el proceso
entre el psicólogo y usuario, en base a una reglamentación jurídica, en donde
las partes psicólogo y paciente se comprometen; uno a llevar una serie de
procedimientos y la otra da su permiso, consciente para ello.
“Como proceso dialógico y jurídico, es producto del momento histórico, del
Zeitgeist imperante en donde la práctica de la psicología es consecuente con
la tendencia jurídica imperante de asumir a la persona humana como un ser
con dignidad, con capacidad de decisión, y no como un simple objeto de la
práctica de los profesionales de la psicología” (Hernández, 2013).
El consentimiento informado es obligatorio para todos los psicólogos. Es su
deber hacer uso del Consentimiento Informado en todas las especialidades
de la psicología básica y aplicada. Así lo reafirma el artículo 36 de Ley 1090 de
2006. Y no solamente desde el punto de vista de la de la Ley, sino desde los
mismos presupuestos de la bioética, los cuales obligan al reconocimiento de
la dignidad de la persona y a la búsqueda de su bienestar respetando su
autonomía y su capacidad de decisión. No se establecen excepciones a este
mandato. En consecuencia, si nos ajustamos en estricto sentido a la ley, y
teniendo en cuenta que uno de los principios que rigen la actividad del
psicólogo es el de la autonomía, tal como lo dispone el artículo 13 de la Ley
1090 de 2006, Por otro lado, el principio de la autonomía está estrechamente
ligado con el de la dignidad humana, pilar fundamental del ejercicio ético en
cualquier actividad, incluyendo la psicología, que reafirma la necesidad de
utilizar todos los mecanismos éticos y legales en la actividad del psicólogo,
que posibiliten el ejercicio de los derechos y deberes de sus usuarios.
Si no se hace uso del CI, el psicólogo se verá en problemas, ante las
autoridades penales. También podrán iniciar una acción ético-disciplinaria
ante el tribunal deontológico y bioético de psicología por posibles faltas a la
competencia profesional y a la prudencia.

Bogotá 50 Hernández, G. (2010). Los derechos humanos, una responsabilidad


de la Psicología Jurídica. En Diversitas Perspectiva Psicológica. Vol. 6. No 2. pp.
415-428. Hernández, G. (2011). Principios normativos en la investigación
científica con humanos y animales. Disponible en
http://gerardoahernandezm.blogspot.com/ Consultado el 14 de abril de
2014. Hernández, G. (2013). El consentimiento informado en psicología, una
reflexión personal. Disponible en
http://tribunales.colpsic.com/tribunales_reflex_archivos/DOC_EL_CONSENTI
MIENTO.p df. Hooft, P. (sf). La democratización y la juridización de la
sociedad: la autonomía de la persona y la doctrina del consentimiento
informado. Disponible en
http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/byb/article/viewFile/254/159

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