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Pensamiento político contemporáneo

Comentario Sobre Lectura


13 de noviembre de 2019
Mgt. Janio Castillo Candanedo
Evelyn Karina Alvarado Caal 15042-17
Evelyn Abril Torres Gonzalez 15066-17

El pensamiento dentro del marco de las ciencias políticas ha tenido varios procesos de

construcción social marcado por el análisis a las diversas respuestas que las ciencias le han

brindado a los comportamientos sociales de cada época. Este proceso ha facilitado que los autores

de las teorías de las ciencias sociales desarrollen aspectos que definan o contextualicen las

categorías sociales y políticas que se dan dentro de una sociedad. Es por ello, que a través del

análisis sobre Max Weber y su teoría de las categorías sociológicas, se puede partir con el hecho

de que las sociedades humanas están basadas en las relaciones de poder, dominación, obediencia

y legitimidad, manifiestas por procesos inestables y cambiantes. Estos cuatro elementos no son

conceptos que deban de considerarse como aspectos separados para explicar el comportamiento

de la sociedad, por el contrario, deben de tomarse como partes vitales para manifestar el desarrollo

social contemporáneo.

En ese tenor, se parte entonces de la descripción que (Weber, 1922) le da a la dominación,

la cual define como: “la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado

para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). No es, por tanto, toda especie de

probabilidad de ejercer el “poder” o “influjo” sobre otros hombres” (p. 1) Por lo que, la idea de

Weber se basa con la acción y el carácter de cada uno de los individuos que tienen un arreglo

basado en fines individuales, lo que demuestra que la dominación no se basa solamente en

dominación económica, ni tiene solamente como objetivos los medios económicos. Entonces, para

que la dominación se lleve a cabo, se necesita un mínimo de voluntad de obediencia, es decir, el


interés o la posición de obedecer para obtener un sentido puro de la autentica autoridad. Sin

embargo, toda dominación requiere de un cuadro administrativo para generar la probabilidad de

que esta dominación o mandato, realmente pueda lograr una obediencia pura y esperada sobre la

acción realizada.

Este cuadro administrativo, puede estar ligado por medios como la costumbre, la

obediencia a sus señor o señores basándose en los arreglos materiales, utilitarios y racionales o

incluso, por motivos ideales que estos hayan llegado a negociar. Sin embargo, cada una de estas

relaciones deben de estar total y completamente basadas en el factor más importante para la

dominación y la obediencia, que es la creencia en la legitimidad. De este modo el tipo de motivo

caracteriza el tipo de dominación que se ejerce en un individuo o grupo de individuos.

La importancia radica entonces, en la efectividad que tiene el aparato administrativo y en

la capacidad de que cada uno de los dominados obedezca. Por qué, cómo se estableció

anteriormente, ninguna dominación se realiza voluntariamente si se tienen motivos de resistencia,

es por ello por lo que se basa en la situación en la que el individuo hace de su conducta un

instrumento para que otro pueda ejercer su voluntad.

Partiendo entonces, de la idea de que para cada tipo de legitimidad existe un tipo de

obediencia, la cual se fomenta usando el cuadro administrativo que garantizara que el individuo

legitime la acción, y a su vez, de paso para que su conducta sea el instrumento para que la

dominación lleve a cabo su fin, existen diferentes tipos de dominación según sus pretensiones

típicas de legitimidad, las cuales parafraseando a (Weber, 1922) son:

1. No todas las pretensiones convencionales o jurídicamente garantizadas pueden

llamarse relaciones de dominación puesto que, como ejemplo, el trabajador en el

ámbito de su pretensión de su salario es el señor, de su patrono, ya que esta demanda


está a su disposición. Entonces, no puede llamarse a cualquier relación de poder,

dominación, puesto que de hacerlo se debe de basar en una relación de obediencia

inmediata.

2. La legitimidad debe ser considerada solamente como una probabilidad, puesto que los

individuos que deben de ser dominados pueden solamente estar fingiendo esta adhesión

buscando oportunidades por intereses materiales propios, lo cual no motiva a la

dominación pura.

A su vez, todas las personas se encuentran en una relación de dominación y en relaciones

de poder inestables y cambiantes. En el contexto actual, el liderazgo es la personificación de poder,

pues es una relación social en tanto que la misma sociedad es la que obedece y acepta ser liderada.

En este caso, como ejemplo se puede tomar a los presidentes y a sus ciudadanos. Lo que estableces

que la dominación no implica un simple ejercicio de poder, sino que la dominación es la

probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas

dadas, por lo que el concepto de dominación se relación con el concepto de obediencia.

La teoría weberiana establece tres tipos puros de dominación legitima dentro de la

sociedad, la dominación tradicional, la dominación racional, y la dominación carismática. Cada

una de ellas basadas en la legitimidad del poder de un individuo o grupo sobre otro.

La dominación tradicional establece a la obediencia por costumbre. Como ejemplo

tenemos la relación de padres-hijos basadas en tradiciones históricas, así como también al

feudalismo. Esta dominación se basa en la creencia del carácter sagrado de tradiciones existentes

desde hace mucho tipo atrás y en la legitimidad que tienen para ejercer la autoridad en virtud de

esas tradiciones. Por otro lado, se encuentra la dominación racional, la cual establece que se

obedece por un estatuto, es decir, se obedece debido a la ley positiva o la ley escrita. Entonces se
basa en la creencia de la legalidad del ordenamiento establecido y del derecho a dar ordenes por

parte de quienes estén en posesión de la competencia para ejercer la dominación según establece

ese mismo ordenamiento. Lo cual demuestra que Weber habla sobre el orden social. Por último,

se encuentra la dominación carismática, la que desarrolla que se obedece a alguien en virtud de

sus dotes sobrenaturales, así como también por facultades heroicas, poder intelectual, poder divino,

etc. Se basa entonces en características extraordinarias de individuos o grupos relacionadas con la

santidad, el heroísmo o la ejemplaridad. Un ejemplo claro según Weber (1922) “se obedece al

caudillo carismáticamente calificado por razones de confianza personal en la revelación,

heroicidad o ejemplaridad, dentro del círculo en que la fe en su carisma tiene validez.”

Se puede inferir entonces, que el poder político es una relación social en la que la

dominación y el liderazgo siempre van de la mano, por que hasta el gobernante mas incapaz puede

ejercer poder y a su vez recibir obediencia. Tal es el caso de Guatemala, en el cual se puede

observar al ejército, la iglesia y a los poderes del Estado ejerciendo dominación sobre la sociedad

guatemalteca, basándose en el derecho positivo. Por lo tanto, la población siempre se encuentra

dominada.

Otra categoría importante que desarrolla Weber en los tipos de dominación es la

dominación legal y burocrática la cual establece cuatro importantes características. Primero, el

derecho al poder puede ser establecido mediante pacto o por imposición, por motivos de índole

racional. Por lo que tiene también la pretensión de ser obedecido por las personas que se encuentran

dentro del ámbito de poder de la organización o la institución burocrática. Segundo, el derecho es

un conjunto de normas abstractas establecidas para un fin. La jurisdicción consiste en la aplicación

de estas normas a los casos individuales. Tercero, el gobernante, en este tipo de dominación legal,

obedece al ordenamiento impersonal mediante el cual se orientan sus mandatos. Y por último, el
que obedece lo hace en cuanto sea miembro de esas asociaciones con jurisdicción sobre él y sólo

obedece al derecho. En el Estado, por ejemplo, se obedece en calidad de ciudadano.

A causa de todo lo establecido anteriormente, se desarrollan cuatro categorías de análisis

para explicar la dominación racional, las cuales instituyen que la existencia de esferas de

competencias que implican un ámbito de obligaciones delimitadas objetivamente demuestra una

jerarquización de los mandos y una delimitación clara de los medios coactivos permitidos. Así

mismo, una organización que procura establecerse y ser continua debe de estar reglada y con

cargos oficiales determinados. También, el principio de jerarquía debe suponer el establecimiento

de sistemas de controles y, por último, debe de poseer reglas que guían el procedimiento las cuales

pueden ser técnicas o normadas.

Para ilustrar lo anteriormente expuesto, el tipo más puro de dominación legal es aquel que

utiliza un aparato administrativo burocrático. El cual, parafraseando a (Weber, 1922) la

administración burocrática significa, en fin, la dominación en virtud del conocimiento. Este es el

que le da su carácter racional especifico. Lo que define que el conocimiento científico

especializado genera una potente posición de poder.

Es así, que la ciencia racional, la dominación, el poder, la obediencia y la legitimidad son

categorías que sirven para explicar las relaciones sociales que determinan al Estado, la burocracia,

las instituciones y la administración pública. Sin embargo, todas estas categorías y definiciones

establecidas por Weber estaban basadas solamente en el ámbito eurocéntrico. Esto se establece,

debido a que dentro de los territorios latinoamericanos de la época, la racionalidad de los pueblos

originarios era contraria a la de Weber que establecía la relación hombre-naturaleza de forma

vertical y jerárquica estableciendo que el hombre posee control sobre el mundo natural, mientras

que en el pensamiento latinoamericano, la relación hombre-naturaleza se establecía de forma


horizontal. Todo debido a que, en el contexto latinoamericano, los pueblos indígenas y negros

representaban otro tipo de racionalidad diferente al racionalismo europeo como tal lo asume

Quijano (1992) “la ciencia no se pensó en términos formales, se encontraba en práctica, la oralidad,

el mito, la experiencia, la relación con la naturaleza formas que van sentido contrario a la

encrucijada racional de concebir al mundo para Weber.”

Puesto que en su abordaje conceptual Weber tiene una utilidad propia de las dinámicas

políticas, sociales, culturales y económicas de sociedades occidentales inmersas en un contexto

totalmente europeo, las aproximaciones latinoamericanas o de nuestro contexto resultarían

completamente diferentes. De esta forma, las ciencias sociales criticas tienen la facilidad de poner

en dialogo estas categorías para reflexionar sobre su condición en diferentes contextos

contemporáneos, y a su vez proponer alternativas en el ámbito de la teoría política y social.

Referencias Bibliográficas
Quijano, A. (1992). Colonialidad y modernidad/racionalidad. Perú indígena, 13(29), 11-20.

Weber, M. (1922). Primera Parte: Teoría de las categorías sociológicas. En M. Weber, Economía

y Sociedad. (pág. 29). Alemania.

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