Sei sulla pagina 1di 45

UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO

VILLARREAL
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TEMA
PROCESOS CAUTELARES – DETERIORO O PERDIDA DE BIEN AFECTO A
MEDIDA CAUTELAR, AFECTACION A BIEN DE TERCERO,
RESPONSABILIDAD DE AFECTACION DE BIEN DE TERCERO, EXTINCION DE
LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA CON EL CODIGO DEROGADO

INTEGRANTES

. QUECARA CONOPUMA, YENNY ALEXANDRA


. HUARIPOMA PEDROZA, NEDELD ROSARIO
. ALZAMORA INOÑAN, ERICK JAIRO
CURSO
DERECHO PROCESAL CIVIL

DOCENTE
DR. DAVID TITO BARTOLO SERRANO

LIMA-PERU 2019
DEDICATORIA
El presente trabajo de investigación lo dedicamos a nuestros profesores quienes
son nuestros guías en el aprendizaje, dándonos los últimos conocimientos para
nuestro buen desenvolvimiento en la sociedad.
INTRODUCCIÓN

- El presente trabajo, que se comprende desde el artículo 622º hasta el artículo


625º del Código Procesal Civil, ha sido realizado teniendo en cuenta la
doctrina nacional e internacional, sobre la medida cautelar en su forma
general y su aplicación en un caso concreto, asimismo, se ha hecho propicio
verificar su configuración en los dispositivos jurídicos anteriores como el
Código de Procedimientos Civiles de 1912, en donde no contenía al proceso
cautelar como parte de los juicios que se podrían aplicar. En este sentido la
investigación que se ha realizado, es con el fin de poder entender el porqué,
los legisladores aprobaban y derogaban las normas. Los diferentes artículos
que se analizarán, engloban diferentes situaciones jurídicas, como es la
relación que puede tener el tercero con el peticionante de la medida cautelar,
en donde el juez tiene un rol importante para poder determinar la posesión
de los bienes, que son objeto de la medida cautelar, asimismo, establecer la
responsabilidad que podría recaer en la persona que afecta los derechos del
tercero. En cuanto al último artículo asignado, resulta propicio establecer
comparaciones entre los diversos códigos, como el código de procedimientos
civiles de 1912 y el Código Procesal Civil de 1993, puesto que así se podrá
entender la exigencia de la doctrina a que no se extinga la medida cautelar,
ya que contraviene el carácter de toda medida cautelar que es proteger la
pretensión del peticionante en todo el proceso, hasta quedar declarada la
sentencia definitiva. Resulta importante señalar que un proceso cautelar
tarda más de lo adecuado, debido a situaciones fortuitas y por tanto, debe
ser protegida la pretensión con una medida cautelar durante todo el proceso,
se podrá verificar en este trabajo, por qué se estableció un plazo de
caducidad de la medida cautelar en el proceso y su posterior modificación,
ya que atentaba con la protección del peticionante de dicha medida.
INDICE
PROCESOS CAUTELARES
CAPITULO I
DETERIORO O PERDIDA DE BIEN AFECTO A MEDIDA
CAUTELAR

1. DETERIORO O PERDIDA DE BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR


SEGÚN EL COGIGO PROCESAL CIVIL ACTUAL
2. DETERIORO O PÉRDIDA DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR
SEGÚN ALBERTO HINOSTROZA MINGUEZ
3. DETERIORO O PERDIDA DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR
SEGÚN GONZALEZ RIVAS, JUAN JOSE.
4. LOS ORGANOS DE AUXILIO JUDICIAL COMO MECANISMOS DE
APOYO EN EL DETERIORO DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR
5. LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA POR EL DETERIORO DEL BIEN
AFECTO IMPLICA AL PETICIONANTE Y AL ORGANO DE AUXILIO
JUDICIAL
6. JURISPRUDENCIA ACERCA DEL DETERIORO O PERDIDA DEL BIEN
AFECTO A MEDIDA CAUTELAR

CAPITULO II
AFECTACION DE BIEN DE TERCERO

1. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN EL CODIGO PROCESAL


CIVIL ACTUAL
2. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MANUEL ENRIQUE
VALVERDE GONZALES
3. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MARIANELLA LEDESMA
NARVÁEZ
4. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN ALBERTO HINOSTROZA
MÍNGUEZ
5. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MARIANO PELÁEZ
BARDALES
5.1 LA TERCERIA
CAPITULO III
RESPONSABILIDAD DE AFECTACION DE BIEN DE TERCERO

1. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN


EL CODIGO PROCESAL CIVIL ACTUAL
2. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO
SEGÚN MANUEL ENRIQUE VALVERDE GONZALES
3. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN
MARIANELLA LEDESMA NARVÁEZ
4. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN
ALBERTO HINOSTROZA MÍNGUEZ
5. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN
MARIANO PELÁEZ BARDALES

CAPITULO IV
EXTINCION DE LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA CON EL
CODIGO DEROGADO

1. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR (GENERALIDAD).


2. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DE 1912.
3. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR (TEXTO ORIGINAL DEL
ARTICULO 625° C.P.C.)
3.1. CRÍTICA DEL ARTÍCULO 625º DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL DE
1993
4. LEY 26639. APLICACIÓN DEL PLAZO DE CADUCIDAD DEL ARTÍCULO
625° DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL.
5. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA CON EL CÓDIGO
DEROGADO (ARTÍCULO 625 DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL)
6. JURISPRUDENCIA.
6.1. DECISIÓN DEL TRIBUNAL REGISTRAL.
1
CAPITULO I

DETERIORO O PERDIDA DE BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR

1. SEGÚN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL ACTUAL

Artículo 622°. - DETERIORO O PERDIDA DE BIEN AFECTO A MEDIDA


CAUTELAR

El peticionante de la medida y el órgano de auxilio judicial respectivo,


son responsables solidarios por el deterioro o pérdida del bien afecto
a medida cautelar. Esta responsabilidad es regulada y establecida por
el juez de la demanda siguiendo el tramite previsto en el artículo 621°.

2. DETERIORO O PÉRDIDA DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR


SEGÚN ALBERTO HINOSTROZA MINGUEZ

“La medida cautelar opera a pedido de parte. El que pide la medida debe
proponer el órgano de auxilio judicial correspondiente a la pretensión
cautelar. Ello no impide que el juez de oficio, si fuere el caso, incorpore al
proceso al veedor a fin de que fiscalice la labor del órgano de auxilio
designado”1

3. DETERIORO O PERDIDA DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR


SEGÚN RIVAS

“el deterioro o pérdida del bien estando en la esfera de custodia del auxilio
judicial designado por el solicitante de la medida, importara un acto de
incumplimiento de deberes, salvo, claro está, que no hubiese podido evitar
tales consecuencias”. De no haberse dado tal imposibilidad, se convierte en

11

Alberto Hinostroza Minguez. (2017). Derecho Procesal Civil, Tomo X: Proceso Cautelar. Lima.
2responsable solidario con quien logro la cautelar frente al titular del bien
afectado; ello sin perjuicio de su responsabilidad ante el solicitante de la
medida”2

4. LOS ORGANOS DE AUXILIO JUDICIAL COMO MECANISMOS DE

APOYO EN EL DETERIORO DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR

Los órganos de auxilio judicial son mecanismos de apoyo para hacer realidad los
fines del proceso en el deterioro del bien afecto a medida cautelar. Según el
artículo 55 del Código Procesal Civil, el perito, el depositario, el interventor,
el martillero público, el curador procesal, la policía y los otros órganos que
determine la ley se catalogan como órganos de auxilio.

Por otro lado, el solicitante de la medida no puede desentenderse de la suerte del


bien que sometió a cautela porque responde solidariamente con el órgano de
auxilio judicial designado.

Esta responsabilidad opera cuando el bien ha salido de la esfera de custodia de su


titular; de ahí la solidaridad con el auxilio, pues se supone que este no ha cumplido
con sus deberes de ejecución y de custodia, salvo que sea la propia parte la
causante del daño.

De todas maneras, el que obtuvo la medida cautelar responde por la conducta del
auxilio propuesto, porque no puede dejar de informarse y velar por la conservación
del bien y porque además en caso de no encontrar satisfactoria las actividades de
custodia del auxilio, la parte beneficiada con la medida, esta incluso en
condiciones de pedir la sustitución del órgano de auxilio judicial (ver el art 617 del
CPC).

2
2 Gonzalez Rivas, Juan Jose. ( 1999). Derecho Procesal Civil, editorial Zaragoza
5. LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA POR EL BIEN AFECTO IMPLICA
AL PETICIONANTE Y AL ORGANO DE AUXILIO JUDICIAL

Como señala la norma en comentario, el peticionante de la medida y el


órgano de auxilio judicial respectivo, son responsables solidarios por el
deterioro o la pérdida del bien afecto a medida cautelar. Esto implica que en
el supuesto que se dirigiera la pretensión indemnizatoria solo contra el
peticionante de la medida, sin comprender en dicha pretensión al órgano de
auxilio judicial; este, el peticionante de la medida cautelar, puede solicitar su
incorporación al órgano de auxilio judicial – a través de la denuncia civil que
regula el artículo 102 de Código Procesal Civil-, por tener ambos
responsabilidad solidaria en el evento.

ARTICULO 102°. - LA DENUNCIA CIVIL

El demandado que considere que otra persona, además de él o en su


lugar, tiene alguna obligación o responsabilidad en el derecho
discutido, debe denunciarlo indicando su nombre y domicilio, a fin de
que se le notifique el inicio del proceso.

En caso el beneficiado con la medida hubiera sido solo emplazado para la


indemnización, este podría incorporar en dicho proceso al órgano de auxilio
judicial ante la supuesta condena que tuviere que asumir el beneficiado con
la medida. Véase que en la denuncia solo se llama al órgano de auxilio
judicial para que asista en la defensa de la que es emplazado solo el
beneficiario con la medida, a diferencia del aseguramiento de pretensión
futura, donde no se busca la simple defensa sino la condena en repetición
por la indemnización que tuviera que asumir el beneficiado de la medida,
siempre y cuando, se asuman que el daño causado a los bienes afectados
con la medida cautelar, hayan sido exclusivamente realizados por el actuar
antijurídico del órgano de auxilio designado.
3

6. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DEL JUEZ EN EL DETERIORO O


PERDIDA DEL BIEN AFECTO A MEDIDA CAUTELAR

“Para apreciar la responsabilidad del peticionante como del órgano de


auxilio judicial, debe referirse al deterioro o pérdida del bien afecto a medida
cautelar, sin embargo, se debe tener en cuenta que el juez es civilmente
responsable por el deterioro o pérdida del bien sujeto a medida cautelar
causado por este cuando la designación del órgano de auxilio judicial
hubiese sido ostensiblemente inidónea, tal como refiere el artículo 626 del
Código Procesal Civil.”3
ARTICULO 626.- RESPONSABILIDAD DEL JUEZ
Cuando el juez designa el órgano de auxilio judicial, es civilmente
responsable por el deterioro o pérdida del bien sujeto a medida
cautelar causado por este cuando su designación hubiese sido
ostensiblemente inidónea. En este caso, será sometido al
procedimiento especial establecido en el Código.

Otro aspecto a contemplar es el juez competente para conocer la


pretensión indemnizatoria. Hay algunas corrientes que consideran que ello
implica una discusión ajena a la de Litis, que debe provocar un nuevo
proceso; otras opiniones, si bien reconocen que se trata de una pretensión
indemnizatoria ajena y sobrevenida a la principal, consideran que el ámbito
de discusión de dicho resarcimiento debe ser el mismo proceso en el que
se ejecutó la medida cautelar que logro la afectación del bien, que
posteriormente fue deteriorado o desaparecido. Nuestro código se ubica en
la última posición, al señalar que dicha responsabilidad está regulada y
establecida por el juez de la demanda siguiendo el tramite previsto en el
artículo 621 del Código Procesal Civil.

3 33

Alberto Hinostroza Minguez. (2017). Derecho Procesal Civil, Tomo X: Proceso Cautelar. Lima.
7. JURISPRUDENCIA ACERCA DEL DETERIORO O PERDIDA DEL BIEN
AFECTO A MEDIDA CAUTELAR

Bajo este marco normativo encontramos en la casuística el siguiente


pronunciamiento, recaído no en el principal sino en el cuaderno cautelar, en
el caso Urbano Nacimiento (297): El demandante solicito la medida de
embargo en forma de secuestro conservativo sobre el vehículo de placa de
rodaje UO-2190, proponiendo como custodio a Nacario Tarazona, pedido
cautelar que ampara y ejecuta el juzgado, haciéndose entrega el vehículo al
citado custodio. Posteriormente un tercero plantea la desafectación del
bien, la que se declara fundada, procediéndose a requerir a la parte
demandante y al custodio para que pongan a disposición del juzgado el
referido vehículo. El custodio señala que no puede cumplir con el mandato
porque el demandante retiro el vehículo sin su autorización del lugar donde
se encontraba depositado, acompañando para ello una constatación policial
que certifica tal hecho. Ante esta situación, el juzgado señala “obrando
elementos suficientes para determinar la pérdida del bien, corresponde se
fije la indemnización solicitada, debiendo tener en cuenta como referencia
para el monto, el contrato privado de compraventa y el tiempo transcurrido
desde que el desafectante fue despojado del bien, por lo que se debe
declarar fundada la solicitud y fijarse en la suma de trece mil dólares la
suma que deberá abonar en forma solidaria el custodio del vehículo y la
peticionaria de la medida cautelar a favor del tercero afectado.
CAPITULO II

AFECTACION DE BIEN DE TERCERO

1. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN EL CODIGO PROCESAL


CIVIL ACTUAL

ARTÍCULO 623:

La medida cautelar puede recaer en bien de tercero, cuando se acredite su


relación o interés con la pretensión principal, siempre que haya sido citado con
la demanda. Ejecutada la medida, el tercero está legitimado para intervenir en
el proceso principal y en el cautelar.

El deudor y los terceros ajenos a la relación obligacional podrán oponer el


cambio de su domicilio de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 40 del código
Civil. Dicha oposición surte efecto aun en el acto mismo de ejecución de la
medida cautelar, bajo responsabilidad del juez y/o auxiliar judicial.

2. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MANUEL ENRIQUE


VALVERDE GONZALES

A este respecto, el profesor Manuel Enrique Valverde Gonzales, señala lo siguiente:

“[…]

Como regla general se tiene, conforme a lo estipulado por el artículo 611 del CPC,
que solamente se pueden dictar medidas cautelares que afecten bienes y derechos
de las partes vinculadas por la relación material o de sus sucesores.

Siendo así, la idea base es que no resulta posible afectar bienes ni derechos de
terceros que, naturalmente, no intervengan en el proceso, pues es el mismo
solamente se desarrollan inter partes

No obstante, lo anotado, el artículo 623 precisa que es posible que se pueda trabar
una medida cautelar sobre un bien de tercero, en tanto y en cuanto se llegue a
acreditar, por el solicitante de la medida, su relación o interés con la pretensión
principal, así como haya sido con la demanda.
En primer lugar, hay que diferenciar el supuesto regulado por la norma bajo
comentario con el contemplado por el artículo 650, en el cual se permite trabar
embargo sobre un inmueble que esté inscrito a nombre de una persona distinta a la
del demandado, pero que se ha acreditado que dicho bien le pertenece al mismo;
esto es por ejemplo, cuando A demanda a B y advierte que este ha adquirido un
inmueble de C, pero que, por razones de evitar el embargo, B no realiza la
inscripción de la transferencia de propiedad. En este caso, bajo el amparo del
artículo citado se puede afectar con embargo en forma de inscripción el inmueble
que aún sigue apareciendo registrado a nombre de C, pero que en la realidad ya no
le pertenece.

En el presente caso, no estamos ante el supuesto, sino que el bien materia de


afectación sí pertenece realmente a un tercero y no al demandado.

Por otro lado, cuando la norma hace a alusión a un tercero, se está refiriendo sin
duda en un sentido especial –en cuanto tendría un interés o relación con la
pretensión principal-, porque si fuere un tercero en sentido lato no habría razón para
que se afecten sus bienes.

Igualmente, la norma señala que ese tercero debe estar citado con la demanda para
que, luego haberse trabado la medida cautelar, pueda intervenir en el proceso
principal y también, como es natural, en el procedimiento cautelar. Con lo cual, se
tiene que esa denominada citación es el elemento no solo informador de la
existencia de una demanda, sino, también legitimador para que pueda intervenir en
el proceso principal.

Ahora bien, como la norma es un tanto vacua, lo que debe desentrañarse es a qué
título es “citado” ese tercero con la demanda, puesto que el artículo no está
mencionado para nada que se trata de uno de los demandados, sino de un tercero
que tiene interés o relación con la pretensión materia de litis.
Podría ser el caso donde existan deudores solidarios y el acreedor decide demandar
solo a uno de ellos, cuidándose de que se ponga en conocimiento del otro deudor
solidario la interposición de la demanda.

En dicho supuesto, en caso de los bienes del deudor solidario demandado no sean
suficientes para garantizar el crédito, lo que podría hacer el actor es solicitar al juez
de la demanda que trabe embargo sobre los bienes del otro deudor solidario que
fue citado con la demanda, para que pueda garantizar el pago de la deuda.

El tercero afectado con la medida cautelar, tendría que participar en el proceso bajo
la figura de la intervención litisconsorcial que regula el artículo 98 del CPC, de
manera esencial, oponerse a la medida cautelar trabada en su contra.

Creemos que esta institución jurídica no podría aplicarse en el caso donde se esté
sometiendo a contienda una acción pauliana (art. 195 del CC), porque en dicho
caso, tanto el deudor fraudulento como el que se ha confabulado con él para recibir
en donación o vía compraventa los bienes, tendría la condición de litisconsortes
necesarios pasivos, puesto que no podría iniciarse el proceso demandando al
deudor sin incluirse al tercero adquiriente.

El párrafo final del artículo 623, en realidad es una norma general que no debió
incorporarse a dicho artículo sino merecer una regulación independiente. Párrafo
que fue incorporado mediante la Ley N° 27723, publicada el 14 de mayo de 2002.

Tanto para efectos obligacionales como procesales, la fijación del domicilio del
deudor o demandado, respectivamente, tiene enorme importancia, pues es en dicho
lugar que se cursaran los requerimientos de pago o la demanda para que pueda
defenderse.

Siendo las cosas así, el artículo 40 del CC señala que es un deber del deudor el
comunicar a su acreedor el cambio de su domicilio. Comunicación que debe hacerse
de manera indubitable; entiéndase, vía carta notarial, correo electrónico, fax u otro
medio que deje constancia de la existencia de la existencia de la variación del
domicilio.
En caso del deudor o el tercero hayan procedido del modo anotado, tendrán
expedito su derecho a oponer tal cambio domiciliario en cualquier momento de la
fase del desarrollo de la relación obligacional, así como cuando se presente el caso
que se quiera trabajar una medida cautelar sin que antes se les haya demandado o
citado con la demanda conforme a ley.

[…]”4

3. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MARIANELLA LEDESMA


NARVÁEZ

Por su parte, en opinión de Marianella Ledesma Narváez, tenemos:

“[…]

1. Los sujetos que concurren al proceso judicial no solo están conformados por
las partes sino también por terceros, ajenos a la relación procesal.

Si partimos de la simple idea que tercero es quien no es parte en el proceso, no


resulta satisfactorio para definirlo porque es necesario que el tercero tenga un
interés jurídico, cierto y tutelable en la pretensión que se va a discutir porque le
va a afectar de manera directa o indirecta el resultado del proceso. En esas
condiciones podemos asumir la presencia de un tercero legitimado en el
proceso.

Ahora bien, este tercero puede ser afectado no solo con la decisión final en el
proceso, sino que, sin llegar a ella, en el camino procesal, su patrimonio puede
ser afectado, con la única condición: haber sido citado con la demanda. Nótese
que la norma no refiere al emplazamiento, sino a la citación. A pesar de esta
precisión, hay criterios judiciales que tienden a confundir el emplazamiento con
la citación con la demanda, como el que aparece en la Casación N° 900-95-
Huaura, de fecha 7 de octubre de 1996, que dice: "conforme al artículo 1886 del
CC, el fiador que se obliga en condiciones iguales a las de sus demás cofiadores
sin pactar expresamente el beneficio de división responde por el íntegro de la

4
Valverde, M. Código Procesal Civil Comentado. Lima (2016). Ed. Gaceta Jurídica. pp 777 y ss
deuda del obligado principal; en consecuencia, quien se obliga como fiador
solidario y sin beneficio de división responde por el íntegro de la deuda, sin
embargo, para poder ejecutar una medida cautelar frente al fiador, este ha
debido de ser emplazado con la demanda (sic), a través de la que se persigue
el pago de la deuda en estricta aplicación de lo dispuesto en el artículo 623 del
CPC".

2. La citación es el acto mediante el cual se dispone que una persona


comparezca ante el órgano judicial a fin de realizar o presenciar una actividad
en determinado día y hora, por ejemplo, la citación de testigos o peritos, se
califica como citación, en cambio, el emplazamiento es el llamado que se
hace al demandado para que dentro del plazo señalado se presente al
proceso como parte. Con la citación simplemente se comunica la pretensión
que se entabla, con el emplazamiento se constituye la relación procesal entre
el juez y las partes.

Esta citación es atendible porque la parte actora debe haber acreditado su


relación o interés de este tercero con la pretensión principal. Además, nos
permite excluir la posibilidad de afectar el patrimonio del tercero con una medida
cautelar fuera de proceso, a que refiere el artículo 636 del CPC.

3. Ante la afectación de su patrimonio con una medida cautelar, los medios de


defensa que puede ejercer este tercero difieren del tercero no legitimado que
regula el artículo 624 del CPC. Señala la norma en comentario que
"ejecutada la medida, el tercero está legitimado para intervenir en el proceso
principal y en la cautela', esto nos lleva a decir, que en su condición de tercero
legitimado puede hacer uso de los medios de impugnación orientados a la
revisión y revocación de la medida cautelar. Recordemos que la impugnación
no solo puede ser ejercida por las partes sino por los terceros legitimados
(artículo 355 del CPC).
En esa línea de pensamiento, el cual compartimos, Acosta 5 escribe "la
legitimación para reclamar el levantamiento de la medida se otorga en principio
a quien es parte en el proceso principal, sin embargo, la relación procesal típica
no agota la totalidad de los intereses controvertidos: cuando una decisión
agravia derechos o pretensiones de terceros, estos adquieren calidad de parte
interesada a los fines de su adecuada defensa mediante el pertinente juicio de
revocación ante la alzada. Faculta a quien tiene un interés legítimo, aunque no
sea parte, a tomar intervención en la sustanciación de un recurso de apelación
concedido en un proceso cautelar”.

En cuanto al momento procesal que tiene el tercero legitimado para ejercer los
medios de defensa señalamos que es el mismo que tienen las partes, esto es,
luego de ejecutada la medida. Debemos asumir que al término de la ejecución o
en acto inmediatamente posterior, se notifica al afectado, en este caso el tercero
legitimado, quien recién podrá apersonarse al proceso e interponer apelación,
tal como lo señala el artículo 637 del Código Procesal citado.

4. La norma en comentario se contrapone a la siguiente idea rectora: solo se


puede afectar los bienes de propiedad del presunto obligado, aunque se
encuentren en poder de terceros; esto es, como señala el artículo 611 del
CPC: "la medida solo afecta bienes y derechos de las partes vinculadas por
la relación material o de sus sucesores, en Su caso". Esto implica que, frente
a un mutuo solidario asumido por A y B como deudores, en caso de
incumplimiento, el acreedor al demandar a B como uno de los deudores, solo
podrá afectar el patrimonio de este demandado B, salvo que hubiere
solicitado se cite con la demanda al deudor A. En este supuesto, si sería
factible, no solo afectar mediante medida cautelar los bienes del deudor
demandado sino los del deudor citado, a pesar de que sea un tercero en la
relación procesal entablada. La citación al tercero con la demanda justifica la
afectación de sus bienes, descartándose la posibilidad de la desafectación y
la tercería como mecanismos de impugnación a la ejecución cautelar, sin

5
Acosta, J. EI proceso de revocación cautelar, Aubinzal y Culzoni editores, Santa Fe, 1986, p.75
embargo, podría recurrir a la apelación o la variación de la medida dictada,
entre otras articulaciones. Como señala la norma, "ejecutada la medida, el
tercero está legitimado para intervenir en el proceso principal y en el cautelar''

[…]”6.

4. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN ALBERTO HINOSTROZA


MÍNGUEZ

De otro lado, Alberto Hinostroza Mínguez, también señala algunos apuntes a


respecto, como son:

“[…]

1. La medida cautelar puede recaer en bien de tercero, conforme lo autoriza el


articulo 623- primer párrafo- del código procesal civil, cuando se acredite su
relación o interés con la pretensión principal. Tal afectación se encuentra
condicionada, según dicho numeral, a que el tercero haya sido citado con la
demanda, lo que pareciera descartar la procedencia de las medidas
anticipadas o fuera de proceso respecto de los bienes de terceros. Sobre
esto, ultimo, nos inclinamos a opinar en contrario, dada la naturaleza y
finalidad de toda medida cautelar, en especial de aquellas peticionadas fuera
del proceso, pues la restricción de estas puede representar la ineficacia del
fallo que aseguran.
2. Por otro lado, la formalización de la afectación de los bienes de tercero, en
atención al mandato preventivo, le confiere automáticamente legitimidad para
intervenir en el proceso principal y en el cautelar (última parte del primer
párrafo del art. 623 del C.P.C), razón por la cual se encuentra eximido de
acreditarla. Sería absurdo negar su participación en la litis por falta de
legitimidad cuando en consideración a ella el juzgador ha dictado el auto
cautelar ordenando la afectación de su patrimonio, y, es más, cuando dicha
falta de legitimidad puede constituir el argumento del tercero para ejercer su

6
Ledesma, M. Código Procesal Civil Comentado. Lima (2016). Ed. Gaceta Jurídica. Tomo III p. 90 y ss
defensa en juicio y para solicitar el levantamiento de una medida cautelar
indebidamente peticionada, dispuesta y ejecutada.
3. Conforme se desprende del último párrafo del artículo 623 del código
procesal civil, tanto el deudor como los terceros ajenos a la relación
obligacional ( que pueden resultar afectados con una medida cautelar) están
facultados para oponer el cambio de su domicilio ( oposición que surte efecto
incluso en el acto mismo de ejecución de la medida cautelar, bajo
responsabilidad del juez y/ o auxilio judicial), de acuerdo en lo dispuesto en
el artículo 40 del código civil, numeral que perpetua lo siguiente:

“El deudor deberá comunicar al acreedor el cambio de domicilio señalado para


el cumplimiento de la prestación obligacional, dentro d ellos 30 días de ocurrido
el hecho, bajo responsabilidad civil y/o penal a que hubiere lugar.

El deudor y los terceros ajenos a la relación obligacional con el acreedor, están


facultados para oponer a este el cambio de su domicilio.

La oponibilidad al cambio de domicilio se efectuará mediante comunicación


indubitable”.

[…]”7

5. AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN MARIANO PELÁEZ


BARDALES

En palabras de Mariano Peláez Bardales, quien aborda ampliamente este tema,


señala:

“[…]

La medida cautelar puede recaer en bien de tercero, cuando se acredite su relación


o interés con la pretensión principal, siempre que haya sido citado con la demanda.

7
Hinostroza, A. El Código Procesal Civil explicado en su doctrina y su jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima
(2014), pp 251-253.
Ejecutada la medida, el tercero está legitimado para intervenir en el proceso
principal y en el cautelar, incluso si se trata de una medida fuera del proceso.

La medida según dispone el art. 642 del Código Procesal Civil, puede pasar sobre
“bienes y derechos”. Así podrá hacerlo sobre inmuebles y muebles, tanto en su
materialidad, o en cuanto constituya un derecho a obtener.

En el proceso cautelar debe mantenerse el tratamiento procesal del litisconsorcio


necesario, en tal sentido el juez denegara la medida sino figuraran como
demandante y/o demandados todos los litisconsortes.

5.1 LA TERCERIA

Una demanda de tercería no es una medida cautelar, sino una nueva demanda que
se dirige en un proceso ya iniciado, contra el demandante y el demandado, y solo
puede fundarse en la propiedad de los bienes afectados por medida cautelar o por
la propia ejecución.

El tercero perjudicado por medida cautelar dictada en un proceso en que que no es


parte, puede pedir su suspensión sin interponer tercería, anexando únicamente el
título de propiedad, debidamente registrado.

El tercero puede solicitar la desafectación inmediata del bien, acreditando


fehacientemente que el bien afectado con la medida le pertenece, tal como lo
dispone el art. 624 del Código Procesal Civil.

[…]”8

8
Peláez, M. Comentarios al Comentarios al Código Procesal civil, Editorial Moreno S.A. III Ed. Lima (2010). Pp
82-83
CAPITULO III
RESPONSABILIDAD DE AFECTACION DE BIEN DE TERCERO

6. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN


EL CODIGO PROCESAL CIVIL ACTUAL

ARTÍCULO 624:

Cuando se acredite fehacientemente que el bien afectado con la medida


pertenece a persona distinta del demandado, el Juez ordenará su
desafectación inmediata, incluso si la medida no se hubiera formalizado.
El peticionante pagará las costas y costos del proceso cautelar y en
atención a las circunstancias perderá la contracautela en favor del
propietario.

Si se acredita la mala fe del peticionante, se le impondrá una multa no


mayor de treinta Unidades de Referencia Procesal, oficiándose al
Ministerio Público para los efectos del proceso penal a que hubiere lugar.

7. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO


SEGÚN MANUEL ENRIQUE VALVERDE GONZALES

Nuevamente recurriendo a lo dicho por el profesor Manuel Enrique Valverde


Gonzales, señala lo siguiente:

“[…]

El presente artículo regula la responsabilidad de haberse trabado la medida cautelar


sobre el bien de un tercero ajeno al proceso; puesto que si bien, en el artículo
anterior, se contempla la posibilidad de afectar el bien de un tercero que tenía
relación o interés con la pretensión materia de litis; en este caso, la medida cautelar
se ha trabado sobre un bien ajeno que le pertenece a una persona que nada tiene
que ver con el proceso. Precisando, además, que en caso de mala fe del
peticionante será multado, pudiendo tener responsabilidad penal.
El artículo que estamos comentando indica que el tercero afectado debe acreditar
“fehacientemente” que el bien no le pertenece al demandado, con lo cual estará
excluyendo toda posibilidad de que se presente un medio impugnatorio que no
tenga esa cualidad fehaciente.

Es más, emerge de la lectura del texto que el tercero no solo debe acreditar con
documento fehaciente que el bien no le pertenece al demandado sino que, además,
debe acreditar ser el propietario del bien, con lo que se estaría excluyendo que esa
desafectación la puedan solicitar los posesionarios bajo algún título formal, como
puede ser hereditario, usufructuario, etc.

Mencionamos lo anterior, porque la segunda parte del primer párrafo menciona que
el peticionante de la medida cautelar deberá pagar las costas y costos del
procedimiento cautelar y, en atención a las circunstancias, perderá la contracautela
a favor del “propietario”, no dice que lo perderá a favor del tercero simplemente, que
logró acreditar que el bien no era de propiedad del demandado, sino que debe tener
la condición de propietario del bien.

Desde nuestro punto de vista, consideramos que el artículo debió ser más extensivo
y no embretar el pedido de desafectación solo a favor del propietario del bien
afectado, sino también a favor de cualquier otro que tenga un título de posesión
formal (y no precario, por supuesto). En ese sentido, lo más apropiado hubiera sido
que quien pueda pedir la desafectación sea cualquier tercero con título suficiente
que desvirtúe la desvinculación del bien con alguna de las partes del proceso.

Pues buen, conforme a lo señalado por el artículo 613 del CPC, la finalidad de
caución (que nuestro código la llama contracautela) es asegurar al afectado con la
medida cautelar, el resarcimiento de los daños y perjuicios que puedan causarle su
ejecución.

Siendo así las cosas, esa frase un tanto elíptica del artículo: “en atención a las
circunstancias perderá la contracautela”, no debe entenderse en otro sentido sino
en el que nos señala el citado artículo 613; esto es, que la caución solo se hará
efectiva en favor del afectado con la medida cautelar en tanto y en cuanto se le haya
causado algún tipo de daño, susceptible de repararse, no importando si hubo dolo
o culpa de por medio, sino por el solo hecho de la provocación del daño y nada más.

Lo dicho antes tiene sentido cuando nos remitimos a la lectura del siguiente párrafo
en donde se regula expresamente que, si se llega a verificar que el peticionante de
la medida cautelar actuó con mala fe (es decir, con dolo), la consecuencia tendrá
que ser, además, el imponérsele una multa, además, de la responsabilidad penal
que pueda recaer sobre el mismo, para cuyo fin se oficiará al Ministerio Público para
que actúe dentro del marco de sus competencias.

La duda que nos surge está relacionada con el hecho que, si habiendo actuado de
manera dolosa el peticionante, se ha causado daños al bien sujeto a medida
cautelar, y verificándose que la caución no resulta suficiente para cubrir esos daños:
¿el tercero afectado en qué vía y ante quién tendría que pedir la indemnización
correspondiente?

En dicho caso, creemos que, como la norma no permite tramitar esa pretensión en
vía incidental dentro del mismo proceso, no le quedaría al tercero otra salida que
incoar su demanda de manera autónoma ante el juez competente y en la vía
correspondiente, de acuerdo a la cuantía de lo reclamado.

Nada dice nuestro texto legal al respecto, que bien pudo o tener un texto parecido
al artículo 621 o remitirse a él para efectos de tramitación de la pretensión
indemnizatoria en vía incidental y no obligar al tercero afectado a –adema de verse
perjudicado con el trámite del pedido del levantamiento de la cautelar- tener que
demandar en otra vía judicial el pago de daños y perjuicios que no han podido ser
cubiertos por la caución.

A modo de reflexión solo resta comentar que no encontramos razones de peso para
que coexistan dos normas que, en el fondo, contienen lo mismo. Nos referimos al
artículo 539 del CPC que se refiere a la suspensión de la medida cautelar sin
necesidad de interponer tercería de propiedad, cuando bien puede formularse tal
petición con base en el artículo 624 que estamos comentando t que no había
necesidad de incardinar una norma con igual contenido en la parte de tercería.
Tanto en uno como otro artículo se hace alusión a que el sujeto legitimado para
pedir el levantamiento de la cautelar –porque para estos fines, en los términos de
redacción de nuestro Código [que no es un ejemplo de claridad en redacción dicho
sea de paso] significa lo mismo decir “suspensión” que “desafectación” [pese a que
se trate, técnicamente, de dos palabras con contenidos distintos], porque con ambas
se logra el mismo resultado, que es levantar la medida cautelar, esto es, que la
misma ya no siga afectando el bien –debe tener la condición de propietario, solo
que en el artículo 539 se dice que el título debe estar inscrito, así como que el pedido
debe ser puesto en conocimiento de ambas partes y que, de ampararse el pedido
de levantamiento, la decisión es inimpugnable. Mientras que el artículo 624, no
señala que se debe correr traslado del pedido a la parte interesada para que diga
algo –lo cual de plano consideramos que es incorrecto, porque debería escucharse
previamente al solicitante de la cautelar-, ni que la decisión que ordena la
desafectación sea inimpugnable.

La redacción de ambas normas legales demuestra más bien la incoherencia


sistemática del Código, puesto que no encontramos razones valederas para que en
un caso, pese a que se trata de un propietario con título inscrito (artículo 539), su
pedido debe someterse al contradictorio de las partes contendientes; en otro caso
(artículo 624), el propietario sin título inscrito, no requiere ver sometida su petición
al previo contradictorio de las partes y que el juez pueda resolver in limine e inaudita
altera para tal petición, solo con la posibilidad que sea impugnable la decisión, sin
indicar el efecto de la apelación, lo cual nos obliga a remitirnos a lo regulado por los
artículos 371 y 372 del CPC.

Una reflexión final también merece dejarse sentada, y es la referida a que,


habiéndose logrando la desafectación vía el artículo 539 y habiéndose acreditado
la mala fe del solicitante ¿cabría que también se pueda pedir indemnización al
amparo del artículo 624?

El artículo 539 es escueto al señalar que de acreditarse la titularidad se levanta la


cautelar sine stripetu, pero nada dice de qué es lo que pasaría si medió mala fe del
solicitante de las medida cautelar, ante lo cual, podría concluirse o que no hay
posibilidad de sancionarse al peticionante de mala fe, o se aplica de manera
sistemática el artículo 624 y sí cabría la imposición de la multa, además de la
entrega de la contracautela al tercero afectado. Vacío normativo que sin duda
quedara a la toma de postura de los tribunales.

En suma, creemos que solo debió contarse con la redacción (mejorada por cierto)
del artículo 624, contemplando el previo contradictorio y la impugnación de la
decisión sin efecto suspensivo.

[…]”9

8. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN


MARIANELLA LEDESMA NARVÁEZ

En este caso, Marianella Ledesma Narváez, comentando el artículo en mención


establece:

[…]

Dentro de ese contexto los terceros que concurren con un interés jurídico relevante
con la pretensión que se discute son apreciados como terceros legitimados para
participar en él, sin embargo, puede darse el caso que ingresen al proceso terceros
que no tengan algún interés directo o indirecto con la pretensión principal que se
discute, sino porque su interés radica en levantar los efectos de la medida cautelar
que afecta su patrimonio. A estos terceros les es indiferente el éxito o fracaso de la
pretensión que se reclama, su interés es coyuntural, se agota en levantar los efectos
de la medida cautelar que afecta su patrimonio, mas no tienen ningún interés en la
pretensión principal.

Cuando estamos ante este tipo de terceros no legitimados, nuestro sistema procesal
proporciona dos mecanismos para contrarrestar la pretensión cautelar: la tercería y
la desafectación. El presente artículo se refiere precisamente a esta última
alternativa.

9
Valverde, M. Código Procesal Civil Comentado. Lima (2016). Ed. Gaceta Jurídica. pp 780 y ss
Otro aspecto a considerar en relación a los terceros, es el caso que señala el artículo
623 del CPC, que permite que la medida cautelar pueda recaer en bien de tercero,
cuando se acredite su relación o interés con la pretensión principal, siempre que
haya sido citado con la demanda. Esa situación de la citación, no del
emplazamiento, le excluye de la posibilidad de pedir la desafectación sin perjuicio
que pueda concurrir al propio proceso cautelar, a ejercitar su defensa, en caso se
ejecute la medida cautelar. Véase el caso del obligado principal que es demandado,
y el fiador (sin beneficio de excusión) citado. El fiador es un tercero en el proceso,
ajeno a la relación procesal entablada, pero con interés directo en las resultas de la
pretensión principal; sin embargo, el actor está facultado a solicitar medida cautelar
contra los bienes del fiador, siempre y cuando "haya sido citado con la demanda".
En tal caso, el artículo 623 del CPC le excluye de la posibilidad de la desafectación,
sin perjuicio que pueda hacer uso de otros mecanismos de defensa en el propio
proceso cautelar.

La medida cautelar permite hacer realidad al acreedor el derecho a obtener tutela


asegurativa de la jurisdicción, sin embargo, frente a él concurre el correlativo de la
pretensión revocatoria cautelar, la misma que puede tener diversos protagonistas,
como el tercero ajeno a la pretensión principal al que se le ha afectado
indebidamente su patrimonio. En este caso, la norma señala "en caso que el bien
afectado con la medida pertenece a persona distinta del demandado, el juez
ordenará su desafectación inmediata".

Apreciamos que el perjudicado con la medida podrá pedir su levantamiento sin


promover tercería, acompañando documentos o títulos que acrediten
fehacientemente que el bien pertenece a persona distinta al demandado. El trámite
para levantar un embargo sin tercería no implica una duplicación del mismo instituto
porque existen notorias diferencias entre ambos institutos que a continuación
señalamos:

a) la desafectación es trabajada como un pedido al interior del proceso en que se


dictó la medida cautelar, a diferencia de la tercería que se plantea como una
pretensión autónoma en la vía abreviada;
b) en la desafectación es importante acreditar, en el primer acto de acercamiento a
la jurisdicción, la plenitud del derecho de dominio que se invoque, a diferencia de la
tercería en la que opera una apariencia del derecho que Se invoca, el mismo que
se va a dilucidar con la sentencia;

c) la desafectación se opone solo contra el beneficiado de la medida a diferencia de


la tercería que se dirige contra las partes del proceso principal;

d) la desafectación no prevé un procedimiento probatorio porque la prueba deberá


resultar de los documentos que se acompañen al pedido de levantamiento, esto
implica además que no procede la tacha en esta discusión, a diferencia de la
tercería, en la que existe un debate probatorio amplio, sometido a las reglas del
procedimiento abreviado, con la posibilidad de las tachas u oposiciones;

e) la desafectación procede incluso si la medida no se hubiera formalizado, a


diferencia de la tercería, que opera como consecuencia de alguna medida cautelar
ejecutada sobre un bien de su propiedad (ver el artículo 100 del CPC).

La norma busca autorizar que el tercero perjudicado con la afectación de su


patrimonio pida el levantamiento de la medida, sin promover tercería. Además,
permite -por economía procesal- se presente la prueba documental necesaria para
que, a través de una sumaria información, bajo un trámite rápido y fácil, se declarare
la procedencia o no del levantamiento sin tercería. El éxito de esta desafectación
está supeditada a la prueba clara y fehaciente del título de dominio, si se trata de
un bien inmueble o de una información sumaria de posesión si la cosa fuese mueble.

3. Uno de los cuestionamientos que presenta la norma en comentario, se refiere a


la posibilidad de impugnación a quien no es parte ni tercero legitimado. Hay algunos
criterios a nivel judicial que sostienen que la resolución que se pronuncia por la
desafectación no podría ser apelada por el afectado de la medida porque ella solo
puede ejercerse bajo las reglas generales de la impugnación (ver el artículo 355 del
CPC), por tanto, denegado el levantamiento este solo puede deducir la tercería
pertinente. La desafectación debe entenderse como un mecanismo excepcional a
recurrir, cuando está probada de manera indubitable la pertenencia del bien al
tercero no legitimado.

4. Especial comentario suscita la posibilidad de pedir la desafectación, "incluso si la


medida no se hubiese formalizado". Nótese que, en el caso del tercero legitimado,
a que refiere el artículo 623 del CPC, sí es necesario que se haya ejecutado la
medida para recién poder impugnarla, condición que no es exigible en el tercero no
legitimado a que se refiere el presente artículo. Si bien este tercero tiene la
posibilidad de recurrir a la jurisdicción para buscar se levante la medida cautelar
dictada, antes de que esta se ejecute, su intervención está restringida en cuanto a
los medios impugnatorios, los que no podrá ejercer por no tener interés directo e
indirecto en la pretensión principal. Su interés se agota en liberar sus bienes, al
margen de quien tenga o no, el derecho que se reclama. Sobre el pedicular,
compartimos la opinión de Acosta quien señala: "(...) los documentos privados sin
fecha cierta y de cuyo contenido no es dable inferir la propiedad de los bienes de
quien solicita el levantamiento del embargo, trabado sobre los mismos, no son
hábiles para obtener que se deje sin efecto la medida cautelar por vía incidente y
sin deducir la pertinente tercería".

5. La norma brinda un tratamiento conjunto a tres elementos de naturaleza distinta


como son: las obligaciones de origen procesal (costas y costos), las multas
(penalidades por incumplimiento de los deberes de parte) y los daños y perjuicios
(resarcimientos civiles al sujeto que los sufre). La respuesta jurisdiccional a la
trilogía señalada no tendrá como escenario el mismo proceso principal en giro.

Los gastos procesales son asumidos por la parte vencida en la incidencia de la


desafectación, sin embargo, se señala que la contracautela, en atención a las
circunstancias, se pierde a favor del propietario la misma que debe dilucidarse en
un proceso independiente. Nótese que cuando la indemnización proviene por la
afectación de la parte, señala el artículo 621 del CPC que "ella debe ser fijada por
el juez de la demanda, Dentro del mismo proceso" situación que no se precisa en
caso de terceros afectados.
Frente a ello señalamos que la afectación cautelar no se satisface con la revocación
de la medida sino con el resarcimiento por los daños sufridos, siempre y cuando se
demuestre que se utilizó la medida cautelar de manera abusiva o cuando se excedió
en el derecho que la ley otorga para obtenerla. Si bien se autoriza el resarcimiento
cuando existen daños acaecidos con motivo de la medida cautelar que se levanta;
nos preguntamos qué tipo de responsabilidad origina la indemnización. La norma
en materia de desafectación no lo precisa. Solo se remite a señalar: "el peticionante
en atención a las circunstancias perderá Ia contracautela a favor del propietario",
sin embargo, se atribuye un criterio subjetivo para generar sanciones pecuniarias a
favor del Estado, como es el caso de la multa, siempre y cuando se acredite la mala
fe del peticionante de la medida. Si bien el criterio subjetivo está presente para
sancionar el incumplimiento de deberes, queda en discusión determinar si el daño
provocado al tercero por la ejecución cautelar, implica una responsabilidad
subjetiva.

Especial situación para dilucidar la propiedad del bien afectado se presenta en los
casos de especificación y mezcla. Como señala el artículo 937 del CC, la
especificación opera si el objeto se hace con materia ajena al artífice de este. Véase
el caso del carpintero que transforma la madera ajena en un mueble, el mismo que
posteriormente es embargado.

La mezcla es la especie que resulta de la unión de otras materias de diferentes


dueños y pertenece a estos en proporción a sus valores respectivos. Por ejemplo,
el vehículo, cuyo motor pertenece al ejecutado y la carrocería a una tercera persona;
o el anillo de oro con brillantes, cuyo metal pertenece al deudor y los brillantes a un
tercero ajeno al proceso. En ambos supuestos, el gran dilema que se presenta se
orienta en establecer la titularidad del bien afectado a favor del ejecutado o del
tercero.

Uno de los supuestos que se debe tener en cuenta para recurrir a la desafectación
es el medio de prueba con que se cuenta. Si la prueba es fehaciente e
incuestionable, nos llevará a la desafectación, caso contrario, si los medios son
débiles o los que existen requieren de actuación probatoria, tendremos que recurrir
a la tercería. Véase que los efectos en ambos casos son totalmente diferentes; la
desafectación se interpone en el mismo proceso cautelar y la eficacia de la decisión
final estará sujeta a que esta quede consentida o ejecutoriada; a diferencia de la
tercería, que tiene como efecto la suspensión del proceso donde se dictó la medida,
siempre y cuando estuviere en la etapa de ejecución.

Bajo este contexto, es de apreciar lo regulado en el artículo 539 del CPC que hace
referencia a la suspensión de la medida cautelar, sin haber interpuesto tercería. Ella
procede cuando se tenga una prueba documental incuestionable y se trate de un
bien registrable y registrado bajo el dominio de un tercero, ajeno al demandado.
Véase que la prueba en este tipo de articulación es determinante por referirse a un
bien registrado, cuya ficción sobre la publicidad, nos lleva a una presunción iure et
de iure, sobre el conocimiento de dichos asientos. El artículo 539 del CPC
particulariza el medio de prueba que se requiere para invocar esta medida, que en
el fondo no es más que una desafectación, que perfectamente pudo ser invocada
bajo los alcances del artículo 624 del CPC; sin embargo, tiene peculiaridades que
lo distinguen. En este último caso, el efecto es el levantamiento de la medida a
consecuencia de la desafectación inmediata, condicionada a que la resolución que
la ordena quede firme; en cambio, con el pedido que se formula en atención al
artículo 539 del CPC, lo que se busca no es la desafectación sino la suspensión de
la medida cautelar sin precisar plazo, sin embargo, dicha suspensión debe
extenderse como plazo máximo hasta la sentencia de primera instancia, bajo una
aplicación extensiva del artículo 630 del CPC. En una tercería ordinaria, el efecto
de esta, será la suspensión del proceso, en caso se encontrare el proceso en
ejecución, situación que no se pretende con el pedido basado en el artículo 539 del
CPC que busca la suspensión de la medida cautelar, mas no del proceso principal.

Véase, además, que el pedido se corre traslado a ambas partes, como una tercería
común, en cambio en la desafectación solo se corre traslado al beneficiado con la
medida para su absolución. La decisión que suspende la medida cautelar es
irrecurrible, situación que no ocurre con la desafectación, que sí permite la
impugnación. La justificación a su impugnabilidad se encuentra en la calidad del
medio de prueba que se aporta: Se trata de una prueba documental sujeta a la
garantía de la publicidad del Registro. En caso fracasare la desafectación o el
pedido de suspensión cautelar, los interesados pueden interponer tercería, de
acuerdo al artículo 533 del CPC.

[…]”10

9. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN


ALBERTO HINOSTROZA MÍNGUEZ

Asimismo, Alberto Hinostroza Mínguez estipula lo siguiente:

“[…]

Las medidas precautorias, en principio, solo afectan bienes y derechos de las partes
vinculadas por la relación material o de sus sucesores, en su caso (art. 611-
antepenúltimo párrafo- del C.P.C). esto significa que las medidas cautelares
recaerán sobre los bienes de quienes tengan que ver con la relación sustancial y no
solamente procesal, incluyéndose, además a los herederos (en lo que no exceda la
masa hereditaria, se entiende). No se puede, pues, afectar bienes de terceros, salvo
si lo prevé el ordenamiento legal, como es el caso del artículo 623 del código
procesal civil, que regula la afectación de bienes pertenecientes a terceros, la misma
que es procedente siempre y cuando se demuestre su relación o interés con la
pretensión principal y se les haya citado con la demanda.

Si el bien afectado con la medida cautelar perteneciera a tercero (lo cual debe
acreditarse fehacientemente) y no se estuviera ante la hipotesis contemplada en el
artículo 623 del Código Procesal Civil, entonces, el juez tiene la obligación de
ordenar la desafectación inmediata del bien, aun si la medida cautelar no hubiera
sido formalizada, además, la responsabilidad del titular de la medida cautelar por la
afectación indebida de bien de propiedad de tercero trae como consecuencia:

La condena al titular de la medida al pago de las costas y costos correspondientes


a la tramitación del cuaderno cautelar;

10
Ledesma, M. Código Procesal Civil Comentado. Lima (2016). Ed. Gaceta Jurídica. Tomo III p. 93 y ss
La imposición al titular de la medida de la multa respectiva (no mayor de 30 U.R.P.),
si hubiera obrado de mala fe y se acreditase esto fehacientemente;

La remisión por parte del órgano jurisdiccional al Ministerio Publico de oficio


correspondiente haciéndole conocer de la mala fe incurrida por el titular de la
medida a efecto del proceso penal a que hubiere lugar; y

La pérdida de la contracautela ofrecida por el titular de la medida cautelar en


beneficio del tercero propietario del bien a afectado irregularmente con dicha medida
precautoria. En lo que concierne a la perdida de la contracautela por la afectación
indebida de bienes pertenecientes a terceros, hay que señalar que ello está en
función de los daños y perjuicios efectivamente sufridos; por consiguiente, quien
ofrece la contracautela únicamente perderá en favor del propietario lo que resulte
suficiente para el pago de la indemnización a este […]”11

10. RESPONSABILIDAD POR AFECTACIÓN DE BIEN DE TERCERO SEGÚN


MARIANO PELÁEZ BARDALES

En tanto que Mariano Peláez Bardales, comentando el artículo citado, sostiene:

“[…]

En caso que se acredite fehacientemente que el bien afectado con la medida


pertenece a persona distinta del demandado, el juez ordenara su desafectación
inmediata, incluso si la medida no se hubiera formalizado. El peticionante pagará
las costas y costos del proceso cautelar y en atención a las circunstancias perderá
la contracautela en favor del propietario.

Añadiendo el propio articulo 624 del Código Procesal Civil que, si se acredita la mala
fe del peticionante, s ele impondrá una multa no mayor de treinta unidades de
referencia procesal, oficiándose al Ministerio Publico para los efectos del proceso
penal a que hubiere lugar.

11
Hinostroza, A. El Código Procesal Civil explicado en su doctrina y su jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima
(2014), pp 253-254.
El trámite para la desafectación, sea de bienes muebles o inmuebles deberá llevarse
a cabo en base a los principios de celeridad y economía procesal.

El requisito fundamental para que la solicitud de desafectación prospere en forma


inmediata, es que la titularidad del dominio sobre los bienes del tercero este
debidamente acreditada a través de los documentos anexados a la solicitud.

Si bien es cierto la normal procesal no establece de modo expreso que la petición


de la desafectación deba resolverse previo traslado al titular de la medida, al no
existir prohibición en contrario, nada impide que el juzgador de acuerdo a la
naturaleza del bien afectado pueda resolver previo traslado. La resolución que
resuelve la petición es apelable sin efecto suspensivo y sin calidad de diferida

[…]”12

12
Peláez, M. Comentarios al Comentarios al Código Procesal civil, Editorial Moreno S.A. III Ed. Lima (2010), p
83
CAPITULO IV
EXTINCION DE LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA CON EL
CODIGO DEROGADO

1. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR (GENERALIDAD).

- La medida cautelar se extingue por diversos motivos, que a continuación, se ha de


enumerar.

●Por sentencia desestimatoria. La sentencia que declara infundada la demanda,


establece la extinción de la medida cautelar. El artículo 621 del código Procesal Civil
indica cuáles son las consecuencias que recaen en el demandante, por haber
solicitado medida cautelar innecesaria o maliciosa en contra del demandado, las
cuales son: Pagar los costos y costas del proceso cautelar, una multa no mayor de
10 unidades de referencia procesal, asimismo, podrá ser denunciado por el
demandado a indemnizarlo por los daños y perjuicios. Asimismo, el artículo 630° del
C.P.C. permite que a pedido del solicitante, el juez puede mantener la vigencia de
la medida hasta su revisión por la instancia superior.

● Por sentencia estimatoria. Se establecen dos supuestos.

1. Una sentencia declarativa, en donde el demandante se encuentra satisfecho, por


las consecuencias que genera de forma inmediata la decisión.

2. Una sentencia de condena, en donde la medida cautelar se convierte en una


medida de ejecución.

● Extinción de la medida cautelar de pleno derecho. El artículo 636° del Código


Procesal Civil establece que la medida cautelar caduca por no cumplirse diferentes
requisitos, como la no interposición de la demanda, ser rechazada liminarmente, o
el no acudir a un centro de conciliación, todos estos casos, por una medida cautelar
fuera de proceso.
2. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DE 1912.

- En el Titulo VII "Juicio ejecutivo". Capítulo II "Pagos de deuda de dinero", en su


punto número 2 Embargo. Artículo 625º, se indica lo siguiente: "Si de los bienes,
rentas o derechos está conociendo otro juez, se comunicará a éste el embargo para
su ejecución"

- Analizando el título de este código, así como diversos artículos, podemos entender
que no se señalaba dentro de los juicios, el proceso cautelar, asimismo, que en este
artículo, el embargo, considerado hoy en día, como una medida cautelar específica,
no se señalaba el plazo de caducidad. Entonces resulta propicio, realizar la
siguiente pregunta: ¿Desde cuándo se estableció el plazo de la medida cautelar y
cuál fue el fundamento para su aparición?

- Analizando la doctrina nacional, el plazo de la medida cautelar se estableció por


primera vez con el Código Procesal Civil de 1993, en su artículo 625° de forma
primigenia, pero, ¿cuál fue la razón de su introducción al proceso cautelar?, esta
interrogante, será resuelta mediante doctrina que se señala a continuación.

 Los procesos principales caían en abandono.- En Perú se tiene como


conocimiento que no existe celeridad procesal en los diversos casos, esto
escapa sin duda de las manos de las partes procesales, por eventos fortuitos
como feriados, falta de personal judicial, o debido a actos dilatorios del
demandado, así pues, los procesos duran más de lo previsto, así el autor
Monroy Palacios comenta el viejo código13, en donde indica que los procesos
principales podían superar los 7 años, cuyas causas de dilatación, son las ya
mencionadas anteriormente. Continúa el autor, indicando que estos procesos
que se tornaban largos, en diversas ocasiones caían en abandono, es algo
previsto por la no celeridad del proceso, pero, ¿cuál es la consecuencia que
generaba esto?, que, ante la aceptación de la medida cautelar, a favor del
demandante, quién abandona el proceso, la medida cautelar continuaba

13
Monroy Palacios, Juan. Bases para la formación de una teoría cautelar. Lima. Comunidad. 2002,
pp. 396.
vigente. El mismo autor, señala un ejemplo, como es el caso de sucesión
testada, en donde los herederos desean disponer del bien inmueble, pero en
la concretización de la venta se dan con la sorpresa que el bien inmueble se
encuentra afecto de medida cautelar, desde hace más de 25 años, mediante
un proceso principal que resultó en abandono, se debe tener en cuenta que
éste, no es el único, sino muchos casos similares que se presentaban, por
tanto, para resolver este problema, el mismo autor indica que los interesados
deben acercarse a solicitar judicialmente que se levante el embargo, pero
previamente hará todo lo posible para encontrar el expediente en el archivo
judicial, lo cual resultaría tedioso y complicado porque el personal judicial se
encuentra ocupado y su falta de ayuda hace imposible empezar los trámites,
vulnerando el derecho de los herederos a disponer del bien inmueble.

- Resulta entonces de esta justificante, que el legislador del Código Procesal Civil
de 1993, sí tenía razón para poder aplicar la caducidad de una medida cautelar, ya
que así, se puede evitar que en estos casos perjudiquen a las partes procesales y
precisamente al demandado, se defiende el derecho de toda persona a disponer de
sus bienes de forma libre, y en tal sentido, evitar que los interesados sigan
manteniendo una medida cautelar que vulnera el derecho del demandado. Hoy en
día el Código Procesal Civil establece en qué forma puede caducar o cancelarse la
medida cautelar como resultado de una sentencia desestimatoria o estimatoria, así
como diversos autores que indican que la falta de interés del peticionante, también
es una causal de cancelación, puesto que, se realiza, limitando la obtención de
beneficios al perjudicado de dicha medida.

3. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR (TEXTO ORIGINAL DEL ARTICULO


625° C.P.C.)

- Las medidas cautelares son definidas por el doctor Raúl Martinez Botos, como las
disposiciones judiciales que se dictan para garantizar el resultado de un proceso y
asegurar el cumplimiento de la sentencia, evitando la frustración del peticionante
derivada de la duración del mismo14 . Asimismo, nuestro código procesal civil en su
Artículo 612º establece características de la medida cautelar como es, su carácter
instrumental, provisor y variable.

- Hemos visto propicio empezar con la definición de la medida cautelar, puesto que,
este artículo del código procesal civil, es instrumento para el análisis de diversos
autores, quienes consideran que la forma original del artículo 625° contradecía el
carácter de toda medida cautelar que es la protección de los intereses del
peticionante hasta la existencia de una resolución decisiva. Teniendo en cuenta
esto, en el año 2005 la Ley 28473 modificó el texto original del artículo 625° del
Código Procesal Civil, que a continuación remitiremos, de acuerdo al análisis de
diversos autores.

Art 625° Texto Original del Código Procesal Civil de 1993.

“Toda medida cautelar caduca a los dos años de consentida o ejecutoriada la


decisión que amparó la pretensión garantizada con ésta. La caducidad opera de
pleno derecho, siendo inimpugnables los actos procesales destinados a hacerla
efectiva. Sin perjuicio de lo dispuesto anteriormente, toda medida cautelar caduca
a los cinco años contados desde la fecha de su ejecución. Si el proceso principal no
hubiera concluido, puede el Juez, a pedido de parte, disponer la reactualización de
la medida. Esta decisión requiere de nueva ejecución cuando implica inscripción
registral”.

3.1. CRÍTICA DEL ARTÍCULO 625º DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL DE 1993.

- Este artículo trajo diversas críticas por parte de los conocedores de la materia, ya
que, contradecía la función que debe cumplir toda medida cautelar, que es la
protección de los intereses del peticionante hasta establecer una resolución
decisoria.

14
Martínez Botos, Medidas Cautelares, pág. 27/29, Ed. Universidad, 1990, Bs. cit. Buongermini
Palacios, María. Medidas Cautelares.
- Se ha analizado este artículo, minuciosamente, como es su primera parte: "Toda
medida cautelar caduca a los 2 años de consentida o ejecutoriada la decisión que
amparó la pretensión garantizada con ésta. La caducidad opera de pleno derecho,
siendo inimpugnables los actos procesales destinados a hacerla efectiva", en este
caso se ha criticado, que no se cumple que toda medida cautelar pueda tener un
plazo mayor después de la sentencia firme que inicia con la ejecución de la medida,
como así lo señala la Comisión de la Reforma Integral de la Administración de
Justicia, CERIAJUS, quién mediante propuesta del Dr. Juan Monroy Gálvez
buscaban que el plazo de extinción de las medidas cautelares se apliquen
únicamente a aquellos procesos iniciados durante la vigencia del Código de
Procedimiento Civil de 1912, en este caso buscaban la modificación del Artículo
625°. Continuando con este primer análisis, el autor mencionado, junto con la
comisión, indicaban que no todas las medidas cautelares sobreviven 2 años como
es lo que pretendía la Comisión Revisora del código, que es que todas las medidas
cautelares se extingan a los 2 años de consentida su pretensión, así señalan que
una medida de asignación de alimentos, se absorberá por completo por la sentencia
que funde su pretensión y por tanto, no cumple la espera de 2 años para que se
cancele, desde este punto el artículo se vuelve inaplicable, ya que la sentencia
desplegará sus efectos sobre la situación sustancial.

- Otro punto de análisis por parte de estos autores, es el carácter de la medida,


como se indicó en un inicio, la medida cautelar es otorgada por el juez para proteger
el cumplimiento de la sentencia, en la cual su carácter es de ser provisional, puesto
que, su disposición, es temporal, en donde se mantendrá hasta que se establezca
una resolución decisoria, convirtiéndose así en una medida de ejecución.

- El autor Enrique Palacios Pareja, critica de forma precisa el texto originario, tanto
por la falta de protección al solicitante y la imposición de plazos para la extinción de
la medida15. En el primer caso, el doctor Palacios cita al autor Calamandrei, quién
indica que las medidas cautelares son "fuerzas de protección destinadas a
mantener las posiciones hasta el momento de la llegada del grueso del ejército, a

15
Palacios Pareja, Enrique. Reflexiones sobre la caducidad de las medidas cautelares. pg. 28-31.
fin de evitar a este las pérdidas mayores que le costaría la reconquista de las
posiciones perdidas”, entendido esto, como el fin de una medida cautelar, de
defender lo que el solicitante pretende en todo el proceso, hasta la aparición de una
sentencia definitiva que resolverá su caso, a su favor o en su contra, en ese sentido,
el artículo contraviene con el fin de la medida cautelar, ya que, tienen un carácter
temporal, provisional, cuyo trabajo culmina al expedirse la resolución definitiva, no
resulta coherente que se extienda su existencia hasta los dos años, en donde se
extinguirá de acuerdo a ley tras el plazo propuesto.

- En el segundo caso, el establecimiento de plazos para la extinción de la medida,


hace que se confunda la medida establecida, tanto de la medida cautelar como la
ejecutoria. El artículo 619 del Código Procesal Civil señala la eficacia de la medida
cautelar, en donde resuelta la demanda con sentencia definitiva a favor del titular
de la medida cautelar, éste tendrá derecho de exigir que la medida cautelar, se
ejecute, afectando el bien sobre el que recae la medida cautelar, entonces, se
denota de este artículo, que se separa de forma cierta el tipo de medida que se debe
emplear antes y después de la sentencia, por tanto, esto conlleva a una férrea crítica
hacia esta primera parte del Art. 625° modificado.

- La segunda parte del Artículo 625° indica lo siguiente: "Sin perjuicio de lo dispuesto
anteriormente, toda medida cautelar caduca a los cinco años contados desde la
fecha de su ejecución. Si el proceso principal no hubiera concluido, puede el Juez,
a pedido de parte, disponer la reactualización de la medida. Esta decisión requiere
de nueva ejecución cuando implica inscripción registral”. Entonces, se puede colegir
que esta parte del artículo hace referencia que el plazo a tomar es desde la etapa
de ejecución de la medida cautelar, como en el caso de embargos, desde su
inscripción en el asiento registral, estando pendiente aún la resolución definitoria del
proceso principal. El autor Enrique Palacios Pareja critica también esta parte del
artículo, puesto que, la imposición de plazos de caducidad contraviene con el
objetivo de la medida cautelar, que es la protección, de la pretensión en todo el
proceso, hasta la expedición de la resolución definitiva, ya que, la medida cautelar
debe mantenerse en todo el proceso, hasta tener seguridad que el requerimiento de
su demanda, se va a cumplir tras una resolución estimatorio, es así que justifica, su
crítica en la medida que en Perú los procesos no tardan 5 años, sino que duran más
tiempo, debido a razones que escapan de la buena intención del juez como
sobrecarga procesal o feriados, entre otros, así como del demandante, quién en
perjuicio de la mala práctica del demandado, que hace dilatar el proceso, es por
ello, que no se debe admitir un plazo de caducidad, ya que, esto contraviene con el
debido proceso.

- De esa misma forma, lo ha entendido el Tribunal Registral, quién, mediante


resolución N° 1123-2010 indica que los plazos de caducidad de las medidas
cautelares contemplados por el texto original del Artículo 625° del Código Procesal
Civil, que se refieren a la extinción por el transcurso del tiempo de las medidas
cautelares que garantizan la ejecución de la decisión final emitida en el proceso
principal, cuya eliminación normativa no afecta para nada el desarrollo y debido
proceso y por tanto, es considerado como un elemento distorsionador. 16

4. LEY 26639. APLICACIÓN DEL PLAZO DE CADUCIDAD DEL ARTÍCULO 625°


DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL.

- El 27 de junio de 1996, la ley 26639 se publicó en el diario oficial "El Peruano",


donde se estableció la aplicación de la caducidad de los embargos en forma de
inscripción, de forma coherente al texto original del Artículo 625 del Código Procesal
Civil, que indicaba que todas las medidas cautelares tendrán caducidad. Sin
embargo, esta caducidad del embargo ya se había consagrado en el código civil de
1936 en su artículo 1049°.

- El 18 de marzo de 2005 entró en vigencia la Ley N° 28473, que significó también


la modificación del ámbito de aplicación de la Ley N° 26639, puesto que, la nueva
ley indicaba que sólo hay caducidad de las medidas cautelares que se hayan
aceptado mediante proceso iniciado con el código de procedimientos civiles de
1912, por tanto, en los demás casos que se vieran con el actual código la medida
cautelar no caducaba. Este panorama hizo que la Ley N° 26639 no aplicará la

16
Tribunal Registral Resolución N° 1123-2010. Pg. 6.
caducidad de las medidas cautelares como el embargo, salvo en el siguiente caso,
que se señala a continuación.

● Comparar la fecha de asiento de presentación del título con la entrada en vigencia


de la Ley N° 28473 publicada el 18 de marzo del 2005, en donde sí hasta esta fecha,
la medida cautelar tiene más de 5 años va a ser cancelada.

- Resulta importante señalar que existe acuerdo en los diferentes órganos judiciales,
en cuanto a la determinación de la medida cautelar y su caducidad, en donde se
tiene entendido que una vez que exista una sentencia en calidad de cosa juzgada
que declaró fundada la demanda en el procedimiento que originó la anotación
preventiva del embargo, se convertirá de una medida cautelar a una de ejecución,
por lo que no será factible su caducidad registral.

5. EXTINCIÓN DE LA MEDIDA CAUTELAR CONCEDIDA CON EL CÓDIGO


DEROGADO (ARTÍCULO 625 DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL)

Artículo 625°. En los procesos iniciados con el Código de Procedimientos Civiles de


1912, la medida cautelar se extingue de pleno derecho a los cinco años contados
desde su ejecución. Si el proceso principal no hubiera concluido, podrá el juez, a
pedido de parte, disponer la reactualización de la medida. Esta decisión requiere de
nueva ejecución cuando implica una inscripción registral.

- En este artículo se precisa que el plazo que se computa para la cancelación de la


medida cautelar, sólo corresponde a los procesos iniciados con el Código de
Procedimientos Civiles de 1912, así también lo ha señalado el Tribunal Registral en
su resolución N°1123- 2010, en donde indica lo siguiente: "En virtud del nuevo texto
del artículo 625 del Código Procesal Civil, los embargos trabados a partir de la fecha
de la modificatoria conforme a los normas de este código, no caducarán". Asimismo,
la Quinta Disposición Transitoria del Código Procesal Civil indica lo siguiente:
"Como excepción a lo dispuesto en la Segunda Disposición Final, los procesos
iniciados antes de la vigencia de este Código, continuarán su trámite según las
normas procesales con las cuales se iniciaron. Los procesos que se inicien a partir
de la vigencia de este Código, se tramitan conforme a sus disposiciones".
- La justificación de la respectiva modificatoria es que el texto original contravenía
el objetivo de la medida cautelar, con el nuevo texto se pretende que la medida
cautelar se mantenga hasta la resolución definitiva que pone fin al proceso, donde
el cómputo de plazo de caducidad sólo se impondrá para casos que se hayan
iniciado con el Código de Procedimientos Civiles de 1912, que como se sabe los
procesos pueden durar más de 5 años, por tanto, el nuevo texto continúa su
protección mediante el derecho que tiene el solicitante, una vez terminado el plazo
de caducidad de la medida cautelar, en 5 años, sugerir reactualizarla, si es que el
proceso aún no culmina, un gran aporte, que fue motivo de fundamento para la
modificación.

- En el XII Pleno Registral del año 2005, en su sesión ordinaria, realizada el 5 de


agosto, después de la vigencia de la Ley N° 28473, se estableció en su punto N° 1
sobre la caducidad de las medidas cautelares y de ejecución, que procede cancelar
por caducidad con la formalidad establecida en la Ley N° 26639 las anotaciones de
medidas cautelares y de ejecución, cuando la caducidad se haya producido con
anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley N° 28473 que modificó el artículo
625° del Código Procesal Civil; se entiende este aspecto del Tribunal Registral
desde el punto de la teoría de la aplicación inmediata, en donde la norma es aquella
que se hace a los hechos, relaciones o situaciones jurídicas que ocurren mientras
tiene vigencia, es decir, entre el momento que entra en vigor y aquél en que es
derogada o modificada, asimismo, resulta importante la teoría de los hechos
cumplidos, en donde los hechos cumplidos que se dieran con la anterior norma se
rige por ella, y los hechos cumplidos que se dan con la nueva ley se rigen con ésta.

6. JURISPRUDENCIA.

 TRIBUNAL REGISTRAL.

 RESOLUCIÓN N°1123-2010- SUNARP-TR-L

 Apelante: Rosario Antonia Faura López

 Acto: Levantamiento de embargos


6.1. RESUMEN DE LA RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL REGISTRAL.

- En el año 2004 se expidió una resolución que establecía el embargo de una


vivienda en Surquillo, perteneciente a la señora Rosario Antonia Faura López, cuya
decisión se dictó, teniéndose presente el texto primigenio del Artículo 625° del
C.P.C., siendo modificado el 19 de marzo del 2005 por el la ley N ° 28473. La señora
Rosario, estando en desacuerdo con la medida de mantenimiento del embargo,
decide en el año 2010 solicitar la cancelación de la medida cautelar, en donde el
Registrador tacha la resolución indicando que aún no se vence el plazo de
caducidad originado con el texto original del código. El mismo año decide apelar
ante el Tribunal Registral, quién analiza el caso, señalando el texto original del
Artículo 625° del Código Procesal Civil, en donde se presentan dos plazos: En la
primera parte del artículo se señala que a los 2 años después de consentida,
mediante resolución definitiva la pretensión se cancela la medida cautelar, en la
segunda parte a los 5 años desde que fue admitida la ejecución de la medida
cautelar. Asimismo, el Tribunal Registral remite diversas disposiciones como la
Octava Disposición Transitoria del Reglamento de Inscripciones del Registro de
Predios, en donde indica lo siguiente: El asiento de cancelación de las medidas
cautelares dictadas al amparo del Código Procesal Civil, que hubieren caducado
con anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley 28473, se extenderá a solicitud
del interesado en mérito a la declaración jurada con firma certificada por notario o
fedatario del Registro, en la que expresamente se indique la fecha del asiento de
presentación del título que originó la anotación y el tiempo transcurrido”. La señora
Rosario fundamenta su apelación, indicando que la medida cautelar que estableció
el embargo, se dio bajo la vigencia del Artículo 625° del Código Procesal Civil
primigenio, recibiendo como respuesta por parte del Tribunal Registral, que es
cierto, ya que la inscripción en los asientos registrales se dio el 30 de enero del
2014, antes de que entre en vigencia la Ley 28473, quien modificó el Artículo 625°
del Código Procesal Civil. Asimismo, el Tribunal Registral analiza el texto actual del
Artículo 625°, considerando que los embargos que se traban a partir de la
modificatoria, no caducarán, puesto que, éste ha sido uno de los objetivos de la
modificatoria. Se considera también mediante la Segunda Disposición Final del
Código Procesal Civil que las normas procesales son de aplicación inmediata para
todo proceso, incluso para un proceso en trámite, sin embargo, se mantendrán
aquellas normas que son base para un buen proceso, como los plazos, que interesa
al caso respectivo y por tanto, se permite la ultractividad de la norma derogada, para
que así no afecte el proceso ya iniciado.

-En este caso, la norma modificada, es considerado como un elemento


distorsionador del proceso, ya que una de las características inseparables de toda
medida cautelar es su provisionalidad, en donde no requiere plazos de caducidad,
ya que, la medida cautelar protege la pretensión hasta la resolución definitiva,
convirtiéndose en una medida ejecutiva. Teniendo en cuenta ello, el Tribunal
Registral decide no considerar la ultractividad de la norma modificada, es decir no
considera los plazos que se hayan establecido y por tanto, no considera que se
debería cancelar los embargos acaecidos.

6.1. DECISIÓN DEL TRIBUNAL REGISTRAL.

-Confirmar la tacha presentada por el Registrador, además señala el Artículo 630°


del Código Procesal Civil, en donde es este caso donde se presenta una decisión
declarada infundada y por tanto, se debe cancelar la medida cautelar, salvo que el
solicitante pida ante el juez el mantenimiento de la medida hasta que se pase a
revisión la demanda por la instancia superior.
CONCLUSIONES
 El peticionante de la medida cautelar y el órgano de auxilio judicial son
responsables solidarios por el deterioro o pérdida del bien afecto a medida
cautelar.
 En conclusión, la responsabilidad es solidaria por la afectación del bien es
regulada y fijada por el juez que ventila la causa, previo traslado por tres
días.
 La extinción de la medida cautelar contradice el carácter de la medida
cautelar, tanto en su instrumentalidad y provisionalidad.

 La extinción de la medida cautelar contradice el derecho del peticionante.

 La extinción de la medida cautelar, sólo corresponde para los plazos


concedidos desde la vigencia del código de procedimientos civiles de 1912,
teniendo en cuenta la vigencia del texto primigenio del artículo 625° del
Código Procesal Civil .
BIBLIOGRAFÍA

 Alberto Hinostroza Minguez, Derecho Procesal Civil, Tomo X: Proceso


Cautelar.pág. 138-142.

 Manual de Derecho Procesal Civill, Azula Camacho Jaime.

 Monroy Palacios, Juan. Bases para la formación de una teoría cautelar.


Lima. Comunidad. 2002, pp. 396.
 Manual de Derecho Procesal Civil, Catillo Quispe.

 Martínez Botos, Medidas Cautelares, pág. 27/29, Ed. Universidad, 1990,


Bs. cit. Buongermini Palacios, María. Medidas Cautelares.

 Manual de Derecho Procesal Civil, Elvito Rodriquez.

 Palacios Pareja, Enrique. Reflexiones sobre la caducidad de las medidas


cautelares. pg. 28-31.

 Tribunal Registral Resolución N° 1123-2010. Pg. 6.

 Manual de Derecho Procesal Civil, Vásquez Laguna Juan.

 Manual Teórico Practico de Derecho Procesal Civil, Taramona H. Jose.

Potrebbero piacerti anche