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2019

GASPAR DAVID
FRIEDRICH

¿QUÉ PINTABA FRIEDRICH?

CABRERA ROMINA VICTORIA


ALFABETIZACION ACADEMICA
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Caspar David Friedrich pintor y paisajista atormentado, prototipo del romántico sin
remedio, artista alemán más importante de su generación, principal representante de la corriente
pictórica del romanticismo germánico del siglo XIX.

¿Que pintaba realmente Friedrich, que consiguió elevar al paisaje hasta cimas que nunca antes
se habían alcanzado?
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Caspar David Friedrich nació en 1774 en la ciudad báltica de Greifswald, fue educado en el

seno de una puritana familia protestante de la clase media artesanal, era el sexto de nueve

hijos de Adolf Gottlieb Friedrich y Sophie Dorothea Friedrich. Su vida se vio ensombrecida

desde muy temprano por una seria de tragedias familiares, su madre falleció cuando el solo

tenía siete años y su hermana Elisabeth al año siguiente. Tiempo más tarde a la edad de trece

años perdió a su hermano Johann Christoffer en un accidente cuando intentaba salvar al

propio Caspar de morir ahogado; y finalmente su hermana María que muere por tifus. Esta

etapa de pesares llevó a que Caspar se ocupase intensamente en el tema de la muerte.

Cuando tenía dieciséis años recibió clases de Johann Gottfried Quistrop profesor de dibujo de

la Universidad de Greifswald1, quien fue el que le transfirió su entusiasmo por el paisaje de su

tierra natal, Fue Quistorp quien acostumbró al joven Friedrich a recorrer a pie los alrededores

de la ciudad y le descubrió numerosos lugares, entre ellos Eldena, Gützkow o la isla de

Rügen. Otro factor decisivo en estos años es el conocimiento del poeta y Pastor Gotthard

Ludwig Theobul Kosegarten (1758-1818), amigo de Quistorp, cuyas doctrinas de pietismo2 y

romántico habrán de influir de forma decisiva en el pintor. Con veinte años, en 1794,

Friedrich se matricula en la Real Academia de Arte de Copenhague, una de las más avanzadas

y liberales de Europa. Allí estudió dibujo de 1794 a 1796; entre este año y 1798, dibujo de

modelos en yeso; en 1798 pasó al estudio de dibujo de desnudo. La pintura al óleo no era

materia de la Academia, sino que era enseñada en privado por los profesores. Todos eran

artistas de primera fila y ejercieron una influencia irreversible en Friedrich, apreciable en

todas sus obras.

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Universidad con sede en la ciudad hanseática de Greifswald, en el estado federal de Mecklemburgo-
Pomerania Occidental unos 200 km al norte de Berlín. Fundada el 17 de octubre de 1456, es una de las más
antiguas universidades del mundo
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Movimiento luterano fundado por Philipp Jakob Spener durante el siglo XVII y que se desarrolló notablemente
en el siglo XVIII
Su interés por el paisaje.
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Friedrich visitó los numerosos parques de la ciudad y trasladó a sus acuarelas las ruinas,

iglesias góticas, monumentos funerarios y rocas en un tono sentimental y melancólico acorde

con estos lugares. Allí adquirió su afición al paisaje y a este tipo de motivos, que hoy

podemos considerar plenamente románticos.

Su interés principal como artista era la naturaleza, y a veces ubicar al ser humano

empequeñecido en contraste con extensos paisajes. Dirige la mirada del espectador hacia una

dimensión metafísica (Christopher Jhon Murray)

Pero lo que realmente pintaba Friedrich eran sus sentimientos y sus ideas dándole forma de

paisajes. Por eso lleva al paisaje a lo mas elevado convirtiéndolo en un transmisor de

sensaciones, de contenidos simbólicos y místicos.

Caminante sobre el mar de nubes

De sus obras podemos deducir la grandeza de la naturaleza, la creación o lo que existe, la

presencia de la muerte, el ser humano como espectador y otras figuras como catedrales en

ruinas, los árboles secos etc.

Enfrenta en un paisaje dos ideas: Vida-muerte. Es el pintor de la conciencia de la vida y la

conciencia de la muerte. Conciencia de aquello que admirar y de aquello a lo que temer. Y


frente a ambas cosas se encuentra atrapado el ser humano espectador con el cual se identifica
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el propio espectador del cuadro.

Para expresar la vida y lo infinito genera los degradados y difuminados. El cielo, el aire y la

profundidad.

Para expresar la muerte utiliza las figuras: personas, árboles secos, catedrales, ruinas,

cementerios, etc. Y para expresar el sentimiento que resumía sus ideas, congela el último y el

primer momento del día, porque son los dos momentos en que principio y fin, vida y muerte,

están más cerca el uno del otro.

La abadía en el robledal

Caspar no pintaba paisajes al uso, los despojaba a pesar de su estilo minucioso de su pintura,

el les imprimía sentimientos, sus paisajes son proyecciones de la espiritualidad humana.

Friedrich, en gran parte de su obra, muestra esa mirada interior suya, donde el hombre es

diminuto ante la inmensidad de la naturaleza.

El hombre es apenas un espectador ante el maravilloso espectáculo de la Creación Divina (en

muchos de sus cuadros, los personajes están de espaldas, contemplando).

No es un «paisajista romántico» más. Sus cuadros no son una sencilla y fiel imitación del

paisaje natural, son en cambio paisajes psicológicos, metafísicos, subjetivos, inquietantes,

llenos de melancolía y soledad y a la vez sublimes.


Caspar presta atención a “fenómenos o aspectos de la naturaleza que significaron poco o nada
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para los paisajistas anteriores a él, concretamente: niebla a orillas del mar, campos arados,

bancos de nubes al atardecer en un cielo iluminado por el resplandor del sol poniente o

diseminado con estrechas brechas luminosas, el crepúsculo en montañas y en bosques y en

una bruma invernal sobre la nieve recién caída” (Fritz Novotny, Pintura y escultura en Europa

1780-1880)

En sus paisajes en los que en ocasiones aparecen ruinas de antiguas abadías y cementerios, en

medio del bosque nevado, que imponen una presencia salida de entre la niebla, como paisajes

de un mundo que está más allá del que podemos percibir con nuestros sentidos, y que muy en

la línea del romanticismo, tienen un aire gótico, por aquellos años el estilo arquitectónico más

admirado.

“El artista debe pintar no sólo lo que ve delante de él sino también lo que ve dentro de él”.

Caspar David Friedrich.

Frase que proviene de un artista decididamente romántico, y no nos sorprende entonces que

Friedrich sea uno de los pintores más importantes del romanticismo alemán.

El romanticismo es un movimiento que se opone al neoclasicismo (a principios del siglo

XIX). Deja de lado la razón y el intelecto, para dar prioridad a la exaltación de las pasiones y

la imaginación.

Ya con un dominio admirable del arte del paisaje, el artista emprendió en el taller la técnica al

óleo, sin ignorar la meticulosa fidelidad a la naturaleza, lo que dio como resultado un singular

lenguaje plástico apreciable desde sus primeros cuadros, como Niebla o Playa con pescador,

ambas de 1807.
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Niebla

Pero su peculiar percepción de la naturaleza pronto provocó polémicas, como la originada a

raíz de la realización del conocido Altar de Tetschen o La cruz de las montañas, una obra

encargada por una aristócrata de Dresde para la capilla de su palacio, con funciones de retablo

o cuadro de altar.

La precisión del dibujo, los numerosos puntos de vista, la carencia de un primer plano, la

composición piramidal de un tema que se cifra en un crucifijo enclavado en unas rocas y

flanqueado por altos abetos, así como una cumbre que escondía una puesta del sol, rompían

con la estructura paisajística tradicional, normativa y académica.

El paisaje de Friedrich era lo más alejado de las apacibles naturalezas arcádicas y

revolucionaba por su carácter simbolista y espiritual. Hasta ese momento nadie había

conseguido incitar a la devoción o expresar las ideas religiosas por medio de un género

todavía considerado inferior, como era el paisaje. De esta forma, abría un nuevo rumbo para

este género pictórico, que podía reflejar un contenido religioso y capaz de provocar emoción,

ánimo y vida interior, como demuestran El monje junto al mar o La Abadía en el Robledal,

ambas presentadas en la Exposición de la Academia de Berlín en 1810 y sintomáticas de la

tendencia del artista por los paisajes abruptos y rocosos, las montañas y abismos, las tierras y

costas solitarias, las ruinas, brumas y tinieblas, naturalezas inaccesibles, cargadas de

desasosiego y soledad, en las que la representación del hombre, parecía enfrentarse al poder

inabarcable de la naturaleza. Buen ejemplo de ello, es la serie de paisajes con figuras humanas
de espaldas, que a manera de espectadores dentro del cuadro contemplan la lejanía, la luna, el
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mar o los impresionantes acantilados de las costas como Rocas cretáceas en Rügen (1818),

uno de sus lugares favoritos al que reiteró en varias vistas, Salida de la Luna sobre el mar

(1820-26) o Las edades (c. 1835).

En Friedrich destaca la tendencia a la limitación y sobriedad del colorido y un interés por

reflejar las fases cíclicas de la naturaleza (amaneceres y crespúsculos, el día o la noche, las

estaciones del año etc). En ocasiones pintó escenas de interiores con una atmósfera más

intimista, como Mujer en la ventana, Vista desde la ventana o Friedrich en su taller, realizados

con una gran simplicidad de medios y de tono melancólico. Un fuerte sentimiento hacia lo

autóctono se potenció en sus cuadros desde 1813, a raíz de la invasión napoleónica y las

guerras de liberación el pintor empieza a tratar un tipo de obra patriótica en clave heroica,

como El Coracero en el bosque o Tumbas de héroes antiguos, homenajes a los combatientes

muertos en las luchas contra Napoleón. Igualmente realizó una serie de proyectos

conmemorativos y funerarios de estilo gótico, tumbas y obeliscos, que no llegaron a

construirse.

El pintor romántico, ya anciano, se empieza a oler su muerte.

En su forma de ser extraña, siempre triste y profunda, se habían venido desarrollando unas

ideas fijas, evidente anticipación de la enfermedad cerebral a la cual habría al fin de sucumbir,

que comenzaron a minar su vida familiar. Desconfiado como era, se atormentaba a sí mismo y

a los suyos figurándose la infidelidad de su mujer, un delirio privado de sentido y, sin

embargo, capaz de absorberlo por completo". A estas dificultades en la salud se unió el

progresivo hundimiento de su popularidad.


Friedrich falleció el 7 de mayo de 1840 en Dresde. Fue sepultado tres días más tarde en el
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Cementerio de la Trinidad de dicha ciudad. Friedrich cayó en el más completo de los olvidos

durante el siglo XIX. Su memoria y su obra no fueron recuperadas hasta comienzos de este

siglo, cuando la concepción sobre el Arte había sido radicalmente modificada por las

Vanguardias. Su influjo salta, desde el Romanticismo, hasta el Surrealismo, el movimiento

que más afirmó su influencia. Max Ernst o René Magritte son dos de los autores que más han

coincidido en ello.
La visión personal del arte de Caspar David Friedrich
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Solitario, melancólico, y huraño, torturado por una

profunda presión espiritual que lo lleva a morir en la

locura, tuvo una vida apartada, buscando el contacto y

consuelo en la naturaleza virgen y grandiosa con la que se

siente identificado su espíritu. Los tristes y melancólicos

paisajes de su tierra natal, cargados de misterio, en los que

aprende a encontrar la presencia divina, pasan a formar

parte del espíritu y de su pintura.

Y en esta soledad, Friedrich, decía David d´Angers3, “descubrió la tragedia del paisaje”

Son obras las de Friedrich que piden que el espectador se involucre en ellas, que las mire con

atención, que las “piense”, porque tienen un algo que seguramente no sabremos definir con

exactitud, pero que notamos que nos atrae, que nos hace poner toda nuestra atención para

“escuchar” el mensaje que el artista nos sigue enviando a través de los siglos. Obras en las

que se dan la mano la historia, la mitología, la religión, la literatura, la arqueología, entre

otras, para crear unas obras que unas veces nos sorprenden por ese algo intangible que está

ahí, y otras veces nos estremecen por su belleza.

No tuvo ningún discípulo destacado, pero sí una serie fiel de seguidores e imitadores. Aunque

Friedrich cayó en el olvido a lo largo del siglo XIX su influencia fue fundamental para la

posterior evolución de la pintura de paisaje, siendo reivindicada y rescatada su obra a

comienzos del presente siglo.

3
Pierre Jean David, comúnmente llamado David d'Angers (Angers, 12 de marzo de 1788-París, 4 de enero de
1856), fue un escultor francés.
Bibliografía
10

https://historia-arte.com/obras/las-etapas-de-la-vida

https://historia-arte.com/artistas/caspar-david-friedrich

https://culturainquieta.com/es/arte/pintura/item/2107-el-gran-romantico-caspar-david-

friedrich.html

https://www.youtube.com/watch?v=QnTCqlJ0M9E

https://www.pinturayartistas.com/caspar-david-friedrich/

http://lavidanoimitaalarte.blogspot.com/2009/01/caspar-david-friedrich-1774-1840.html

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