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1808:

EL AÑO DE LOS FRANCESES

Jean Meyer*

P
ierre Chaunu nos lo dijo en su seminario pa- Cuando la ruptura ocurre, contra nuestra ilusión a
risino en 1964: “la ruptura de los imperios dos siglos de distancia, nada estaba listo para la inde-
atlánticos de España y Portugal era fatal, pero pendencia y fue necesario “un concurso extravagante de
no llegó a su hora. Llegó demasiado temprano o tar- circunstancias” para provocar la serie de guerras que lla-
de, porque se impuso desde fuera, al precio no de una mamos de independencia y que Chaunu prefirió califi-
guerra de independencia sino de una serie catastrófica car de guerras civiles, tanto en España como en América.
de implacables guerras civiles”. Frente a su pequeño au- Para acabar con el imperio, lo que “los precursores” José
ditorio, latinoamericano en un 80 por ciento, aclaró: la Miranda y Antonio Nariño no pudieron lograr, fueron
ruptura suena más lógica a fines del siglo XVII, cuando necesarias las guerras de la Revolución francesa y del
todas las Cortes de Europa preparan el reparto, al fi- Imperio napoleónico que complicaron a España en la
nal de la “decadencia” de España, cuando el imperio se alianza contra Inglaterra, luego su extensión a Portugal
reduce a una comunidad imprecisa de sentimientos y y España. La guerra en Europa fue la partera de las in-
cultura, cuando la larga guerra de Sucesión de España dependencias de América Latina, como la guerra fran-
parece a punto de acabar con todo. co-inglesa había inducido la independencia de las Trece
Colonias-Estados Unidos, la cual provocó a su vez la

Profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia Eco- quiebra financiera de la monarquía francesa —la revan-
nómicas. cha sobre Londres le salió cara a Versalles—, quiebra

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que abrió las compuertas a la Revolución. “Polemos, mil hombres del general Whitelocke, fracasaron rotun-
padre de todas las cosas”, como bien lo dijo aquel griego damente. Los americanos rechazaron al invasor.
hace 2 mil 500 años. Napoleón, sin flota después de Trafalgar, había te-
En 1788, cuando muere de manera prematura Car- nido que renunciar a la invasión de Inglaterra. Su bri-
los III, el rey de las Luces, España y su imperio viven llante victoria de Austerlitz unas semanas después no
todavía un extraordinario dinamismo, un esfuerzo de podría borrar la realidad: había perdido para siempre
reformas que es a la vez factor de fuerza y de crisis, crisis el mar. Como no podía enfrentar militarmente a Ingla-
que sin el factor exterior, el francés, no tenía por qué terra, ideó arruinarla económicamente con el Bloqueo
terminar en la explosión del imperio y el hundimiento Continental. El decreto de Berlín (noviembre de 1806)
de España en el siglo XIX de las guerras carlistas. Cuan- prohibió todo comercio con las islas británicas. “Quiero
do el siglo XIX empieza, las reformas borbónicas dan sus conquistar el mar por el poderío de la tierra”, escribía
primeros frutos y se mantiene la alta calidad del per- Napoleón a su hermano Luis, rey de Holanda. Preten-
sonal administrativo y político. El principio del fin se día así reservar a la industria francesa todo el mercado
encuentra en la situación internacional a partir de 1792, europeo y llevar a Inglaterra a la quiebra económica y
cuando la Revolución francesa desata una guerra que se a la crisis social. Ciertamente Inglaterra sufrió mucho,
puede calificar de mundial. El todopoderoso favorito pero compensó la pérdida del mercado europeo con la
Manuel Godoy no supo y no pudo mantener a España conquista del mercado americano.
fuera de las complicaciones internacionales (¿quién hu- Para ser eficaz, el bloqueo tenía que funcionar en
biera podido hacerlo?). toda Europa y esa lógica llevó a Napoleón a nuevas con-
Desde que el “Pacto de Familia” ligaba los Borbo- quistas, anexiones, dominaciones, a una expansión sin
nes de España a los de Francia, el imperio había tenido fin. Así, en 1807 anexó las costas alemanas en el mar del
que participar en varias guerras al lado de los franceses Norte, las ciudades libres y comerciantes de Bremen y
contra los ingleses. En la desastrosa guerra de los Siete Hamburgo, en Italia el reino de Etruria y los Estados
Años, los ingleses habían tomado La Habana (1762) y Pontificales, luego Holanda. Fue la misma lógica que
Manila. La guerra de independencia de Estados Uni- llevó a Napoleón a intervenir en Portugal, verdadera
dos vio a Madrid del lado de los vencedores, al lado de colonia británica que no aplicaba el bloqueo. Esa inter-
Washington y de Lafayette, aunque sin entusiasmo, vención acabó siéndole fatal, tanto como también para
como bien lo decía el informe Aranda en 1783. La en- España y su imperio.
trada en guerra contra la Francia sin rey en 1793, la de- El reparto de Portugal entre París y Madrid fue de-
rrota, la paz de 1795 con la pérdida de Santo Domingo, cidido en Fontainebleau en octubre de 1807. Cuando
condujeron a una nueva alianza con una Francia repu- Lisboa rechazó el ultimátum napoleónico, un ejército
blicana en 1796. Durante doce años y hasta 1808, este francés de 40 mil hombres entró en el pequeño reino,
tratado de San Ildefonso amarró al imperio español a la en noviembre del mismo año. El 22 de octubre el regen-
Revolución y a su prolongación napoleónica. te Dom Joao (en nombre de su madre loca, María II da
La primera consecuencia, cuyos efectos no se pue- Gloria) había concluido un acuerdo con los ingleses: a
den subestimar, es que durante más de diez años España cambio de la isla de Madera, transportarían a la familia
y América quedaron prácticamente incomunicadas. La real a Brasil; así se hizo. Una verdadera armada embarcó
independencia no empezó en 1808 ni en 1810, sino en el 29 de noviembre a toda la Corte portuguesa, un día
1796 con la firma del Tratado de San Ildefonso, y sus antes de la entrada de los franceses a Lisboa. Por eso
progenitores no fueron americanos, sino ingleses y fran- Brasil llegaría a la independencia por un camino total-
ceses —y Godoy, como responsable de la mortal alianza mente distinto del nuestro, y conservaría su unidad.
con París. En 1805 la batalla naval de Trafalgar (hay que
leer a Pérez Galdós) destruyó la hermosa armada espa-
ñola construida bajo el reinado anterior. Y sin embargo “AM ANFANG WAR NAPOLEÓN”
no pasó nada en América. Las intentonas británicas, in-
directas como cuando Londres financió un desembar- Con esas palabras el famoso historiador alemán Tho-
que de Miranda en Venezuela, directas cuando en 1806 mas Nipperdey empezó su Historia de Alemania en tres
y 1807 intentó conquistar el Río de la Plata con los 12 volúmenes: “Al principio fue Napoleón”, al principio

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de la historia de Alemania, al principio de la historia de El resultado, antes de Napoleón y con él, es un sis-
América Latina independiente. tema asimétrico de alianzas en el cual los aliados no
¿Por qué Napoleón intervino en España?, ¿por qué eran socios sino vasallos, un sistema de tratados en el
cambió radicalmente sus relaciones con un aliado leal cual los aliados alemanes, italianos, rusos, españoles,
para transformarlo en Estado-satélite gobernado por tenían todas las obligaciones para con Francia, mien-
uno de sus hermanos, “Pepe Botella” (así apodado tras que Napoleón no debía nada. En pocas palabras,
por su afición al buen vino español), una buena persona puro beneficio para París, puro costo para los aliados
ciertamente pero un títere manipulado por el empera- comprometidos, en el caso del bloqueo continental, al
dor?, ¿por qué intervenir de repente en un país que no suspender un comercio vital con Inglaterra, a arruinar
representaba problema y que la diplomacia francesa ha- su economía y sus sujetos: por eso Luis Bonaparte, rey
bía catalogado a lo largo de los últimos cincuenta años de Holanda, devolvió su corona a su hermano, porque
como un teatro estratégico secundario? Esas preguntas, se identificó con “su” pueblo. Esa herencia geoestraté-
comenta Patrice Guennifey (2006), “son desde hace dos gica de la Revolución explica la defensa que Napoleón
siglos objetos de debates sin fin”, y añade que la guerra armó en su cautiverio de Santa Elena: “la verdad es que
que empezó en 1808 no es un caso único, que otras no fui nunca dueño de mis movimientos; nunca pude
empresas napoleónicas presentan también una dimen- ser totalmente yo. Tuve planes, pero nunca la libertad
sión enigmática: los proyectos renovados de conquistar de ejecutar ni uno… He sido siempre gobernado por
Egipto, el secuestro del Papa en 1809, la campaña de las circunstancias”.
Rusia en 1812. Quiso decir que asumía las consecuencias inevita-
Ahora bien, es la derrota final la que explica nuestra bles de la declaración de guerra de Francia a toda la Eu-
perplejidad hasta la fecha renovada. Los historiadores ropa del Antiguo Régimen, en 1792, las consecuencias
habríamos sido menos preguntones de haber triunfado de una situación que él no había creado y que lo llevaba
Napoleón en España y en Rusia. Esas dos campañas a las a un duelo a muerte con Inglaterra. Al mencionar a In-
dos extremidades de Europa, al Poniente y al Oriente, glaterra, el historiador no puede escapar a la sensación
movilizaron inmensos ejércitos internacionales bajo el de un déjà vu que le obliga a situar el conflicto en la
mando francés (acuérdense de la famosa y decisiva carga larga duración, un conflicto entre dos imperialismos
de los lanceros polacos en la batalla por el puerto de que corre a lo largo de los siglos XVII y XVIII para ter-
Somosierra): 300 mil soldados en España, con muchos minar en 1815, en el campo de batalla de Waterloo, úl-
regimientos de caballería que hicieron cruelmente falta timo enfrentamiento en el cual triunfó el general inglés
en la campaña de Rusia; su ausencia no permitió trans- Wellington, el hombre de la resistencia victoriosa a los
formar las derrotas rusas en debacle y aniquilamiento ejércitos napoleónicos, primero en Portugal, luego en
del adversario. 350 mil soldados en Rusia, apenas 50 España: Lisboa, Cintra, Torres Vedras, la Coruña, Vi-
mil más que en la península, lo que da la dimensión y el toria, Toulouse…
costo de la desgraciada intervención en España, el costo Todos los historiadores están de acuerdo en afirmar
para Napoleón y para España, a corto y a largo plazo. que la descomposición de la monarquía española tuvo
Dicho esto no hay que caer en la tentación de de- una influencia concluyente en la decisión de Napoleón
ducir del fracaso final que la empresa estaba condenada de quitar el trono a los Borbones y darlo a su hermano
de antemano y totalmente absurda. ¿Absurda? No. Se José. Es olvidar que es la entrada en España, a fines de
sitúa en la lógica del bloqueo continental. Francia atacó 1807, de tropas francesas más y más numerosas y pre-
España en 1808 para sustituir un gobierno dividido y sentes (bajo el pretexto de controlar a Portugal; digo
deficiente en lo que se esperaba de él. Esa lógica re- pretexto porque faltaban meses para que llegaran los 16
monta al primer año de la Revolución francesa que en mil ingleses de Wellesley, futuro duque de Wellington),
su mesianismo (¡Guerra a los castillos, paz a las casitas!) lo que provocó la descomposición de la monarquía es-
exportaba la Libertad en la punta de las bayonetas y pañola.
empezaba a construir una nueva Europa “liberada” por España había sufrido de las consecuencias de la
“la Gran Nación”, una Gran Nación imperialista. Na- alianza francesa: su flota mercante y su armada se en-
poleón continuó la empresa y mereció los calificativos contraban al fondo del océano; estaba confrontada a
de “Robespierre a caballo” o “la Revolución coronada”. los problemas causados por los intentos de continuar

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las reformas (que llamamos ahora borbónicas) según que le permitió ejercer un poder omnímodo de 1792
una línea más francesa. Muchos españoles no aguanta- a 1808, osando enfrentarse a la aristocracia y a la Iglesia, a
ban la presencia militar francesa, más pesada cada día, Francia primero,1 a Gran Bretaña después. Su caída fue
resentida como una verdadera ocupación, y su enojo tan espectacular como su ascenso y le condenó a vivir
contra Francia tomaba una forma religiosa. España, en el exilio francés.
desde 1792, era el asilo de los transterrados franceses, Fue un verdadero estadista, mucho más positivo que
no sólo monarquistas, sino sacerdotes, monjes y monjas el hijo del rey, el príncipe heredero Fernando, de quién
por cientos y miles, que habían huido la persecución Napoleón dijo que era “très bête et très méchant”, muy
religiosa de la Convención y del Directorio. Ese anti- tonto y muy malvado. Sus padres experimentarían a
clericalismo que culminó en un intento de erradicar la partir de 1814 la justeza del juicio del emperador y muy
religión en Francia despertó en España una contraco- pronto Fernando VII dejó ser “el Deseado”, “el Biena-
rriente católica. ¡Y ahora resultaba que el impío francés mado”, para encarnar la más negra y violenta reacción.
profanaba con su sola presencia la tierra sagrada de la Pero los defectos de la familia real no explican todo.
patria católica! Cuando Carlos IV soñó con implantar Entonces, ¿cómo se tomó la decisión de destronar a
una serie de reformas, entre las cuales estaba una des- Carlos IV y anexar a España, con un títere napoleonoide
amortización de los bienes de la Iglesia (y de las cofra- en el trono? A fines de 1805, Napoleón había destronado
días) aprobada por el Papa, su hijo Fernando se opuso al rey Borbón de Nápoles, que negociaba con los ingleses,
en forma radical a dichos proyectos: el escenario queda- y sentado en su lugar a José Bonaparte. Un año después
ba instalado para un conflicto político entre el bando decretó el bloqueo continental, perfeccionado en julio de
del padre y el bando del hijo. 1807 con el tratado de Alianza con el zar Alejandro.
Justo cuando dicho conflicto llegaba a culminación, Dicho bloqueo fracasó finalmente, pero no fue una
un ejército francés atravesó España para ir a Lisboa, estupidez: en 1809 Gran Bretaña estuvo a punto de ren-
dejando un rosario de guarniciones a lo largo de su dirse. El sistema exigía el control francés absoluto sobre
marcha. Es cuando Napoleón, dizque para reforzar las toda Europa, desde Gibraltar hasta San Petersburgo.
tropas de Junot en Portugal, mandó un segundo ejército Una vez firmada la alianza rusa, sólo faltaba Portugal,
a España, bajo el mando de su cuñado Joaquín Murat, de facto protectorado británico desde 1715. La decisión
el futuro rey de Nápoles. de Napoleón de invadir Portugal se concretó con un
Carlos IV ha sido bastante calumniado; no era nin- tratado impuesto a Godoy en octubre de 1807: los fran-
gún genio pero, como su primo Luis XVI de Francia, ceses podían atravesar España, los españoles apoyarían
era una buena persona, bastante ilustrada, partidario de con 25 mil soldados. Parece que Napoleón ya pensaba
las reformas. Como su primo, no había sido preparado en quitar a Godoy y al rey, casar al viudo Fernando con
para el oficio de gobernar, el cual no le gustaba para una princesa Bonaparte, instalarlo en el trono. Cambiar
nada. Hubiera sido un buen rey en tiempos de paz, pero de monarca, pues.
le tocó una tormenta mayúscula desde 1789, unos me- El partido fernandino contaba con el apoyo de las
ses después de su coronación. A su lado, una esposa ca- tropas francesas y Godoy no tenía ilusiones. Este am-
lumniada como la reina María Antonieta —parece que biente sumamente enrarecido, bien captado por Pérez
nunca fue amante del joven y guapo Manuel Godoy, Galdós en La Corte de Carlos IV, aturdió a todos los
favorito de la pareja real y primer ministro desde 1792 protagonistas. Fernando se afanó por ganar el apoyo de
(tenía 25 años). Godoy (1767-1851) pertenece a ese tipo Napoleón en cartas llenas de adulaciones. El 18 de oc-
de actores históricos cuyo desconocimiento parece pro- tubre de 1807 los soldados franceses entraron en España
porcional a su importancia, al estilo de nuestro Antonio y todos imploraban con servilismo el apoyo del empe-
López de Santa Anna o de Potemkin en Rusia. La le- rador convertido en el verdadero árbitro de España, sin
yenda negra lo pinta como uno de los gobernantes más saber todavía qué hacer con este reino.
funestos de la historia española, depravado y ambicioso El 27 de octubre en el Escorial de repente ocurrió un
sin límites, responsable de los desvaríos de la Corona suceso novelesco de grandes consecuencias que, según
que provocaron la invasión francesa. Las cosas no son
tan sencillas. Oscuro hidalgo provinciano, vivió gracias 1
España fue el único país que intentó salvar la vida de Luis XVI; con
a su relación con los reyes una ascensión espectacular su ejecución, la guerra era inevitable y popular.

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las confesiones (ambiguas) de Napoleón en el Memorial ser demasiado obvia, la injusticia demasiado cínica, y
de Santa Elena, influyó definitivamente en el empera- todo sigue bastante feo hasta la fecha, puesto que he
dor. El encarnizado enfrentamiento entre Godoy y el sucumbido”. ¿De haber triunfado, hubiera sido menos
príncipe de Asturias que intentó derrocar al favorito y a feo? En 1808 no tuvo ningún escrúpulo: “si esto debiese
su padre, terminó con el arresto de Fernando, luego con costarme 80 mil soldados, no lo haría, pero no me cos-
el perdón otorgado por Carlos IV a su hijo, tan pronto tará más de 12 mil, es una bicoca… Cuando mi gran
como Napoleón tomó a Fernando bajo su protección. carro político está lanzado, tiene que pasar. ¡Pobre del
Sin saber exactamente lo que había pasado, el empera- que se encuentra bajo sus ruedas!”.
dor se convenció de que quitar a Carlos para poner a Si desde 1796 las comunicaciones habían sido muy
Fernando no era la solución y que, quizá, sería mejor difíciles entre España y América, entre 1808 y 1814, la
repetir en España el golpe napolitano. Tardó unos me- metrópolis desapareció en su guerra de independencia
ses en decidirse, en parte porque ninguno de sus herma- contra los franceses.
nos aceptaba el trono español, en parte porque la huida
de la familia real portuguesa a Brasil le dio una idea:
empujar a los Borbones a embarcarse a Cádiz hacia la EL DESASTRE NAPOLEÓNICO EN ESPAÑA
Nueva España. Mandó a Murat con el segundo ejército
para ocupar poco a poco la península, pacíficamente, En el guión demasiado cartesiano imaginado por Na-
pero sin explicar el por qué del movimiento. Calculaba poleón sobre el modelo napolitano, faltaba algo. Nunca
que eso sería suficiente para asustar a la Corte y lanzarla se pensó en la posible reacción de los españoles. ¿Faltaba
al exilio. A principios de marzo de 1808 hay buques información?, ¿ilusiones entretenidas por el servilismo
franceses cerca de Cádiz y su comandante tenía instru- tanto del partido de Godoy como del fernandino? Sí,
cciones para arrestar al rey y al príncipe de Asturias si y además el prejuicio compartido por toda Europa del
intentaban izar vela. Luego se proclamaría la destitu- Norte sobre la “decadencia” de una España supuesta-
ción del rey y llamarían las Cortes a sesión extraordinaria mente arcaica. Finalmente, la convicción revolucionaria
para reconocer al nuevo monarca Bonaparte. de que todos los pueblos deben recibir con entusiasmo
Los españoles abortaron el plan. La familia real, a “los soldados de la Libertad”.
efectivamente asustada por la misteriosa invasión fran- En España como en Portugal, las guerrillas popu-
cesa, huyó de Madrid y se encontraba en Aranjuez el 18 lares (y el ejército inglés) cobraron mayor importancia
y 19 de marzo, cuando la multitud cerró el paso al con- después de las derrotas sufridas por los ejércitos de lí-
voy. El partido fernandino realizó entonces el golpe que nea frente al enemigo francés. En La maldita guerra de
había fracasado en octubre: arrestó a Godoy, destituyó España, el historiador Ronald Fraser (2002) cuenta la
al rey, proclamó a Fernando VII, lo que Murat, al entrar historia desde abajo, desde el pueblo, para afirmar que
en Madrid, se negó a reconocer. Los dos Borbones re- la guerrilla española contra Napoleón fue una revolu-
currieron al arbitraje de Napoleón, quien citó a toda la ción. Habla de “la mayoría social que tenía un sentido
familia en Bayona. colectivo de ser españoles, basado en la fe católica y la
En el famoso “guet-apens” (emboscada) de Bayona, monarquía. Esa mayoría se indignó por el hecho de que
Napoleón se salió con la suya. Con la familia real, llegó un aliado ocupara militarmente España”. Señala que el
la noticia del Dos de Mayo, motín del pueblo madri- número de guerrilleros que respaldaron a los realistas
leño contra los soldados franceses, ahogado en sangre durante el trienio liberal (1820-1823) doblaba a los par-
por el implacable Murat y sus mamelucos. Napoleón tidarios de la Constitución de Cádiz. La guerrilla fue la
pretextó esa crisis para atemorizar a sus interlocutores. cristalización de una lucha popular que deseaba la con-
Después de una escandalosa escena de familia, Fernan- tinuidad de la monarquía. Arturo Pérez-Reverte, entre-
do devolvió la corona a su padre y el viejo rey, espantado vistado por El País (1 de diciembre de 2007) afirma que
con la sola idea de regresar a España, abdicó a favor de “el drama (de esa guerra) es el de los lúcidos que saben
“su gran amigo Napoleón”. El emperador la pasó a su que combatir a los franceses es defender a unos reyes
hermano José, quien dejó a Nápoles. incapaces”. Efectivamente reformistas e ilustrados que-
En Santa Elena, Napoleón dictaría: “empecé muy daron satanizados mucho tiempo como “afrancesados”,
mal este asunto, lo confieso; la inmoralidad tuvo que es decir traidores.

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Seis años duró la más implacable de las guerras de ese cias y hechos que nos obligan a considerar estos años de
tiempo. Cientos de miles de muertos, una parte enorme trascendental importancia para la historia peninsular”,
de la riqueza nacional destruida, la élite de la España ilus- social, económica, política y jurídica. Lo que vale para
trada, autora del renacimiento del siglo XVIII, aniquilada, España, vale para América y, desde luego, para México.
desterrada, ninguneada. Ese desastre, que explica hasta El tiempo presente afecta nuestra lectura y relectura
hoy en día el profundo resentimiento español contra los del pasado. El segundo centenario del levantamiento del
franceses, invirtió en el siglo XIX las situaciones respecti- Dos de Mayo coincide con el desafío frontal a la Consti-
vas de España y de América; en el siglo XVIII la España tución española de 1978 por los nacionalistas catalanes y
ilustrada trabajaba en modernizar los reinos americanos; vascos. Arturo Pérez-Reverte, autor de Un día de cólera,
la revolución liberal que fracasó en España en 1823 triun- novela-documento sobre el 2 de mayo de 1808, piensa
fó en las Américas independientes. que esa coincidencia anuncia un interesante debate sobre
En cuanto a Napoleón, “le premier nuage vient las palabras “España” y “nación española” (El País, 24 de
d’Espagne”, la primera nube viene de España. Es el título enero de 2008). Por razones diferentes, el bicentenario del
del capítulo XVII del clásico Napoleón de Jacques Bain- principio de la guerra de Independencia de México invita
ville (1931). En su exilio final, el ex emperador escribió: también a una relectura de ese “episodio nacional”.
“la guerra de España, ese cáncer que me comió”. Guerra En cuanto a Napoleón, quien estuvo “al principio
confusa, sin acontecimientos decisivos —pero el inglés de todo”, escuchamos a Paul Valéry (1974, p. 1490):
se beneficiaba del debilitamiento francés—, fue una gue-
rra atroz, como se puede ver en los grabados de Goya Napoleón, el más excitante hombre de todos los tiempos.
(afrancesado y como tal desterrado a Francia). El empe- ¿La fuerza por el espíritu? Sin embargo ¡está fallado! Este
rador desgastó en España a sus mejores tropas, una éli- bronce, está fallado. Si uno lo examina con ojo más de ar-
te que hizo falta en las horas decisivas de 1813. Se vale decir tista, se ve que la obra está fallada. Es que cambió de Idea
que la guerra de España fue un factor contundente en la de sí mismo a lo largo de su carrera; y de creación-creador
ruina de Napoleón. Y de España y de su imperio. (producto de Córcega, Italia, Revolución, cartesianismo-
Según Carmen Muñoz (1991, p. 21), la guerra de la rayado de Robespierre y Galileo) se dejó llevar a hacer…
Independencia, cuyo origen es un alzamiento popular, Carlomagno, a imitar, con cetro y casa de Emperador,
una monarquía impuesta desde el país vecino, “que pre- el sistema gótico-bizantino. Jano= Bonaparte/Napoleón.
tende transformar la sociedad basándose unas veces en Además echó a perder Europa. Demasiado militar quizá,
principios exportados de la Revolución francesa, o mejor es decir demasiado-humano.
del Imperio, y otras en ideas del más genuino Despotis-
mo Ilustrado español, y unas Cortes reunidas en Cádiz En él la convicción de ser incomparable. Único de
(último de los reductos por conquistar) son circunstan- su especie. ■

REFERENCIAS

Aymes, J. R. (1986), La guerra de Independencia en España, Madrid, Muñoz de Bustillo Romero, C. (1991), Bayona en Andalucía: El
Siglo XXI. Estado bonapartista en la prefectura de Xerez, Madrid, Junta de
Bainville, J. (2005), Napoleón, París, Gallimard. Andalucía/Centro de Estudios Constitucionales.
Fraser, R. (2002), La maldita guerra de España, Madrid, Crítica. Pérez Galdós, B. (1873), Episodios Nacionales/ Trafalgar/ La Corte de
Gueniffey, P. (2006), “Los orígenes de la invasión de España en Carlos IV/ El 19 de marzo y el 2 de mayo.
1808”, seminario inédito, México, CIDE. Valéry, P. (1974), Cahiers, vol. II, París, Gallimard.
Parra, E. L. (2002), Manuel Godoy, la aventura del poder, Barcelona,
Tusquets.

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