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Representaciones culturales y discursos en jóvenes universitarios víctimas de violencia

escolar

1. Descripción del área problemática

Para el 14 de agosto del 2016 el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos realizó

la firma oficial del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto con la guerrilla

denominada FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo).

Si bien este acuerdo debió ser refrendado posteriormente frente a los resultados del plebiscito por

la paz, este acuerdo auguraba la finalización de un conflicto interno de más de 50 años en el país.

Dentro de los puntos centrales de este acuerdo se pacta la intención de determinar quiénes

fueron víctimas del conflicto armado, articulado a este punto se postuló la Jurisdicción Especial

para la Paz (JEP) la cual dentro de sus funciones estarían el esclarecimiento de la verdad y las

garantías de reparación y no repetición del conflicto armado.

Mas allá del apartado del texto oficial con el nombre víctimas, lo que implica la condición de

víctima dentro del conflicto resulta de gran relevancia en el desarrollo del país y de la paz.

Reconocer las vivencias de los sobrevivientes y su dolor es reconocer las inclemencias de la

guerra, además de identificar los factores intervinientes en el desarrollo y sostenimiento del

conflicto, de igual forma, fortalece la iniciativa en la construcción de mecanismos de paz y el

cumplimiento de sus derechos.

Desde este cariz las víctimas no son solo un anexo dentro del desarrollo de un texto

emblemático, según el Grupo de Memoria Histórica (2013) “Esta ha sido una guerra sin límites

en la que, más que las acciones entre combatientes, ha prevalecido la violencia desplegada sobre

la población civil” (p. 20). En este mismo texto, se indica que entre 1958 y 2012 la violencia del
conflicto armado en el país ha dejado «por lo menos» 220.000 personas muertas, este «por lo

menos» no denota la falta de interés investigativo, denota que los datos obtenidos son solo

aproximaciones y no dan cuenta de las cifras reales o exactas, esta falta de puntualidad se debe a

la misma dinámica de anonimato e invisibilización del conflicto, dinámica que deja como legado

la tarea imposible de reconocer todas sus víctimas. (Grupo de Memoria Histórica, 2013)

Según las estadísticas aportadas por el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica

(2019) el 81,5% de las 220.000 muertes corresponden a civiles, el restante a combatientes.

Dentro de las dinámicas y actos de violencia se encuentra por ejemplo que entre 1970 y 2010 se

presentaron 27. 023 víctimas de secuestro, entre 1985 y 2012 hay 150.000 víctimas por

asesinatos selectivos, entre 1988 y 2012 se presentaron 716 acciones velicas entre diferentes

actores del conflicto que dejaron 1.344 víctimas, en términos de atentados terroristas se

presentaron 95 casos que dejan como resultado 1343 lesionados y 223 muertos entre 1988 y

2012, entre 1985 y 2012 se presentaron 25,007 víctimas de desapariciones forzadas y 1.754

víctimas de violencia sexual entre 1985 y 2012; aún faltan modalidades de violencia por indicar

en este apartado, pero solo es una forma de identificar la cantidad absurda de victimitas del

conflicto y las diferentes dinámicas en que fueron víctimas.

Entender los fenómenos de violencia en el país y en el caso particular del conflicto armado,

no se puede limitar ni centrar en la recolección de datos en sus diferentes modalidades; ya que

como bien lo dice el Grupo de Memoria histórica (2013) la violencia de nuestro país “es

producto de acciones intencionales que se inscriben mayoritariamente en estrategias políticas y

militares, y se asientan sobre complejas alianzas y dinámicas sociales” (p. 31), por tanto esta

visión del conflicto es global y muestra la responsabilidad de los diferentes actores incluyendo la
clase política y los gobiernos de turno en el mismo desarrollo de la violencia y el conflicto del

país.

En articulación con el párrafo anterior, la violencia en el país no se limita exclusivamente al

conflicto armado; la violencia es parte de la cotidianidad en Colombia, si bien el conflicto

armado intensifica esa violencia y la sevicia del mismo la hace percibir como un asunto

moralmente reprochable e inaceptable, la violencia se encuentra arraigada en gran parte de las

prácticas culturales y cotidianas del colombiano.

Estos fenómenos de violencia se pueden identificar en prácticas micro, como por ejemplo

violencia doméstica, violencia entre vecinos, violencia entre conductores, violencia entre

compañeros de trabajo, y así mismo, podemos identificar que estos hechos son repetitivos y

cobran una escala mayor. Podemos identificar víctimas de violencia sexual, feminicidios,

violencia por territorios entre otros.

En cuanto a feminicidios solo en el 2018 se presentaron 1.724 mujeres asesinadas, y según los

datos desde el 2015 este tipo de violencia viene en aumento (Redaccion Politica, 2018). Según

información recolectada por la Red Feminista Antimilitarista (2019) solo en el mes de mayo del

2019 en Colombia se presentaron 70 casos de feminicidio donde Antioquia ocupa el primer lugar

con 11 casos. Se identifica que el rango de edad donde más se presentan los feminicidios es entre

los 25 y 39 años. Se identifican otras formas de violencia que no vinculan la muerte como lo son

el maltrato y el acceso carnal violento, en el caso del primero se identifican alrededor de 42 casos

y en el segundo alrededor de 18 casos tan solo en mayo del presente año.

Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2019) de manera

general en Colombia se presentaron 3344 homicidios en hombres y 293 en mujeres, 786


suicidios; 614 en hombres y 172 en mujeres entre enero y abril del presente año. En el mismo

rango de tiempo se han presentado 4998 homicidios en adolescentes de 18 a 28 años de edad, de

los cuales 367 son mujeres asesinadas. Además, frente al mismo lapso y las mismas variables de

edad, se han presentado un total de 791 casos de suicidio en hombres y 149 casos en este mismo

fenómeno en mujeres.

En cuanto adolescentes en este mismo rango de tiempo, se han presentado 652 casos de

homicidios y en mujeres 89 casos, en términos de suicidios se han presentado 284 en hombres y

121 en mujeres todos en el rango de edades entre los 6 y los 17 años.

Para abordar la problemática de la violencia y su subsecuente influencia en las victimas, se

hace necesario tomar un punto de vista desde el cual analizar la información. Dentro de la

presente propuesta es el interés realizar una lectura desde las representaciones culturales y la

construcción de identidad en sujetos víctimas de violencia escolar. Otras propuestas teóricas

deducirían variables biológicas y/o patológicas en sujetos violentos, y algunas otras, aspectos

educativos o intrapsíquicos; de igual forma desde estos puntos de vista se explicarían el posible

comportamiento subsecuente de una víctima. Desde el punto de vista del autor, estas

explicaciones no logran identificar la totalidad del fenómeno de violencia en el país; como se

trató de evidenciar en párrafos anteriores, las practicas violentas van en aumento y parecería un

practica regulada y esperada en las dinámicas de los sujetos. La representación cultural permite

identificar que los significados compartidos intersubjetivamente legitiman la violencia en la

sociedad colombiana, le dan sentido y se configura como una práctica social, y, además, como

representación cultural construye una identidad particular en los sujetos que comparten esos

significados.
La cultura, podemos decir, está involucrada en todas estas prácticas, que no vienen

sencillamente programadas de manera genética, sino que cargan significado y valor para

nosotros; que precisan ser interpretadas significativamente por alguien o que dependen del

significado para su efectiva operación (…) El significado es lo que da sentido a nuestra propia

identidad —a quiénes somos y a quién «pertenecemos»—, de modo que se encuentra

relacionado con la cuestión de cómo la cultura se usa para marcar y mantener identidades y

diferencias entre grupos y al interior de los mismos (Hall, 2011, pág. 56)

Desde este cariz la cultura y el lenguaje son fundamentales a la hora de entender la

producción y la construcción de significado, además de ser constitutivo en las prácticas y en los

sujetos sociales. Mas allá de descifrar el funcionamiento del lenguaje en su particularidad, la

presente propuesta se centra en el papel global del discurso, lo que implica un análisis de los

efectos y las consecuencias de la representación, como lo describe Hall (2011) los discursos son

maneras de referirse a algo, de construir un saber frente a un algún tema, tópico o practicas; son

una formación de prácticas, ideas e imágenes que facilitan formas de hablar, conocimientos y

conductas vinculadas a temas, actividades e instituciones sociales. Estas formaciones discursivas

precisan lo que es normal o esperado, así como las prácticas y comportamientos deseados en

diferentes situaciones, lo útil o lo verdadero frente a un saber y las características que los sujetos

o personas representan.

Así, este enfoque discursivo se centra en la política de la representación, esto quiere decir, que

se busca identificar las relaciones entre el discurso y el poder, el cómo este saber particular

regula y construye identidades y subjetividades, al igual que la forma en que se piensan y

practican ciertas actividades sociales.


En este orden de ideas, para dilucidar estas prácticas de violencia en el campo educativo, al

igual que en otros contextos, se hace necesario identificar el papel del otro y su representación

como otro diferente. Según Hall (2003) para entender el concepto de diferencia es importante

esclarecer su valor lingüístico, esto quiere decir, la diferencia cobra relevancia en cuanto que es

fundamental para el significado; un concepto tiene sentido en relación a su opuesto, esto se debe

a que el concepto no describe alguna cualidad esencial en sí y solo puede ser entendido en

relación a otro concepto opuesto. De igual forma, estos conceptos opuestos tienden a ser

reduccionistas y simples, dejando de lado características o cualidades intermedias en el objeto o

fenómeno a describir. Además, estas oposiciones conceptuales, en la mayoría de los casos, no

son neutrales, dice Hall (2003) en esta oposición binaria hay una relación de poder, siempre un

concepto se presenta como dominante. Una manera de ejemplificarlo sería la polaridad

Blanco/Negro o Hombre/Mujer, son conceptos que cobran sentido en la relación distante entre

los mismos, empero, además, culturalmente representan una relación de dominio o poder del uno

sobre el otro.

Otra propuesta lingüística sobre la importancia de la diferencia se centra en la necesidad del

otro en la construcción de significado. El significado no pertenece a un interlocutor, sino que el

significado se construye en una relación dialógica entre los interlocutores, todo aquello que

decimos y queremos a dar a entender se modifica en la interacción con el otro. Por tanto, es en

relación con ese otro como diferente, donde emerge el significado.

Antropológicamente la diferencia es parte indispensable de la organización cultural, en cuanto

que la cultura se centra en construir sistemas en los cuales se asignan diferentes posiciones

dentro de un sistema de clasificación, la diferencia, es la base de un sistema simbólico de

organización de la realidad. La cultura al construir estos sistemas de clasificación también


construye limites simbólicos, la problemática inicia, cuando las cosas no logran vincularse a uno

de estos sistemas de organización, y, por el contrario, traspasa estos límites simbólicos. Hall

(2003) da un gran ejemplo, la suciedad es permitida en el jardín, pero la suciedad en la cama, por

ejemplo, no es aceptable, no es el lugar en el que debe estar, por tanto, se pasa a ser erradicada o

borrada de ese lugar al que no corresponde. Lo mismo sucede con otras categorías, como en el

caso de la diversidad sexual, que culturalmente se llegan a interpretar como asuntos fuera de

lugar.

2. Pregunta de investigación

¿Qué discursos son asociados por jóvenes universitarios de la universidad Católica Luis

Amigo de Manizales que han estado inmersos en situaciones de violencia escolar para construir

su identidad?

3. Objetivo General

Identificar los discursos que asociados por jóvenes universitarios de la universidad Católica

Luis Amigo de Manizales que han estado inmersos en situaciones de violencia escolar para

construir su identidad

monica.londonoma@amigo.edu.co
.
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