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07/12/2014

RECORRAMOS PERSEVERANTES EL CAMINO PARA ALCANZAR LA META

Querida comunidad, en este día el Señor nos invita para que sigamos recorriendo
nuestro camino de preparación a la vivencia de su nacimiento. Hemos aceptado su
invitación y por eso estamos reunidos en comunidad. Cada uno con nuestras propias
intensiones pero, con un deseo de compartir con los demás la vivencia de la
celebración.

El profeta Isaías nos dice que debemos ser consuelo para los demás, es decir saber
que como seres humanos estamos en permanente relación y esa relación implica tener
la disponibilidad para consolarnos, ayudarnos los unos a los otros así como Dios
nuestro Padre nos consuela como su pueblo predilecto.

Ser para los demás y consolarlos, es recorrer el camino, allanar y preparar nuestro
corazón para nuestro Dios; un corazón que desde la humildad y el amor corresponda
al llamado que el Padre nos hace a cada momento.

En el salmo hemos unido nuestras voces diciendo “Muéstranos, Señor, tu


misericordia y danos tu salvación”, Jesucristo es quien nos hace patente el rostro y
la misericordia de Dios, una misericordia de acogida, de paz, de libertad. Jesucristo es
la salvación que Dios nos da.

En el Ev. S. Marcos nos recuerda que Dios a lo largo de la historia se vale de seres
concretos para ir preparando el camino de su manifestación, de su entrega a la
humanidad. En este segundo domingo de adviento, es Juan el Bautista a quien Dios
elige para que prepare el camino del Señor, para que anuncie a todos que es necesaria
una conversión, un volver a experimentar la cercanía de Dios en la vida personal,
familiar y esa cercanía se tiene que ver reflejada en las acciones de la sociedad.

En el texto, “Una voz grita en el desierto”. ¿Quién son hoy esa voz, ese Juan?

Son todos aquellos que trabajan por la justicia y el bienestar de sus semejantes.
Son todos aquellos que en medio de las angustias no dudan que Dios está presente.
Son todos aquellos que valoran la vida propia y la de sus semejantes.
Son todos aquellos hombres y mujeres que acogen a Dios y no se acomodan a lo
pasajero, sino que haciendo buen uso de las cosas disciernen que lo fundamental es
el amor de Dios manifestado en las acciones de Jesucristo.

Hermanos, Juan se vestía con pieles de animales, que el vestido que cada uno de
nosotros usemos hoy como cristianos sea la humildad, el buen testimonio de ser luz
para los demás, la caridad, el servicio, la acogida y que nos sigamos alimentando del
Pan de vida, Jesús Eucaristía.

Señor, que pueda hacer experiencia de desierto, // para prepararme a tu venida,


para anunciar y valorar en mis semejantes, // la alegría y don de la vida.

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