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DE LOS DELITOS Y LAS PENAS.

“De los delitos y las penas”, de Cesare Beccaria, es un tratado trascendental que
marca la historia del derecho penal y nos expone las carencias judiciales que se
carecían en aquel entonces, hablamos del siglo XVII.
Beccaria expone las deficiencias legales de esa época, al igual que hace su aporte
con el fin de minimizar todas esas deficiencias y consolidar una legislación justa y
efectiva, que las penas y los códigos sean pre-establecidas, para así no dejar toda
la carga al arbitrio del juez.
Los capítulos 1 y 2 se enfocan en el origen de las penas y el Derecho a castigar.
El primer capítulo básicamente nos habla acerca del porqué son necesarias las
penas, cuáles fueron los motivos por los cuales estas existen, mientras que en el
segundo capítulo nos habla del Derecho que se le concede al Estado para poder
ejercer dicha acción, con la finalidad de mantener el orden. Mientras que, en el
segundo, nos expone la necesidad de la cual se desprende el Derecho de
castigar, que es necesario para mantener el orden y la seguridad social.
Después, en el capítulo 3 se enuncian las consecuencias que tuvieron los
principios de Beccaria. Uno de estos principios es el que establece que solamente
las penas pueden determinar la sentencia y en ningún momento se queda al
arbitrio directo del juez. Por otra parte, otra de las consecuencias que se dan es
que todos los particulares que mantienen un contrato con la sociedad, por lo que
este, mantiene una relación con los demás particulares que los obliga a ambos.
En los siguientes dos capítulos, se abordan dos temas muy importantes, la
interpretación de las leyes y la oscuridad de las leyes. Es importante mencionar
que la interpretación llevada a cabo por el juez es en base a lo que anteriormente
el legislador a impuesto, el papel del juez es interpretar el caso y dictaminar un
parámetro entre las sentencias establecidas para así no caer en una mala
interpretación. Tal y como lo pudimos observar en el siguiente capítulo, por lo que
es importante que el juez comprenda la importancia de su tarea, ya que su
resolución tiene que ser justa ante las pruebas proporcionados.
Los dos capítulos que siguen tocan aspectos fundamentales de las penas, su
proporcionalidad respecto a las penas y los errores de la graduación de las penas.
La primera es una parte que nos interesa por la repercusión que esto trae respecto
a reducir los índices de delitos. El hecho de contar un sistema de penas
proporcional no solamente es justo para la sociedad, sino también para el
infractor, quien será acreedor de la pena correspondiente, lo que ocasiona un
efecto domino que provoca una ola de tranquilidad. En el otro capítulo nos habla
acerca de la importancia de la graduación de los delitos, ya que había personas
que formulaban sus graduaciones respecto a la figura del afectado, otros respecto
a los daños materiales ocasionados, cuando estos deben de tener una graduación
de acuerdo con la gravedad del daño ocasionado.
En la división de los delitos pudimos estudiar de los Del honor, De los duelos y de
la Tranquilidad pública. Al querer cimentar una legislación penal concisa, tuvieron
que dividir los delitos en estas tres clases, los del honor que se refieren a los
delitos en los que el despotismo de la época hace una clara aparición, lo de los
duelos, eran encuentros privados a muerte en los que la anarquía de las leyes se
hace presente, y por último, los de la tranquilidad pública, que como su nombre
bien lo dice, son aquellos delitos que causan una perturbación a la paz social que
impera en el lugar donde se cometió. Después, en el fin de las penas,
encontramos que su misión no se basa en atormentar o afligir a un sujeto, sino en
que este resarza el daño cometido y aprenda la lección, esto también sirviendo de
ejemplo para que las demás personas no cometan el mismo error.
El aspecto de los testigos es algo indispensable en todo sistema judicial, ya que,
establecer la credibilidad de los testigos y de las pruebas es algo necesario para
que esta figura pueda aparecer. La credibilidad puede ganar o perder credibilidad
tomando en cuenta la relación que existe entre el reo y el testigo, puesto que esta
podría llegar a ser un factor. Otro aspecto importante por mencionar acerca de los
testigos es que estos únicamente aparecen cuando el juicio es por acciones y no
por palabras, ya que es la presencia y su mirar, lo que lo acreditaba como testigo.

A mí parecer el libro es muy interesante, ya que nos deja una muestra clara de la
visión que tenía Beccaria respecto de los delitos y las penas. Entiendo la visión de
Beccaria como la complementación y solidificación de un sistema normativo penal,
ya que, según él, todo debía de estar positivado, para así no dejar todo
complemente al arbitrio del juez.
Algo que él enfatiza mucho a lo largo del libro es la importancia de que el culpable
reciba una pena justa y que vaya de acuerdo con el delito cometido, ya que la
tiranía a la hora de dictar una pena no es un elemento beneficioso para la finalidad
de las penas, que son resarcir el daño, enseñar con el ejemplo y reintegrar a la
persona a la sociedad.
Tengo que decir que estoy un tanto asombrado por la postura de Beccaria
respecto al uso de la tortura y la barbarie para llegar a la verdad, más para la
época, ya que el pensamiento del aquel entonces era completamente otra. Otra
cosa en la que estoy de acuerdo con Beccaria es que las penas no deben de ser
despiadadas, deben resarcir el daño ocasionado y acabar, para que así se pueda
cumplir con el fin.
Puedo decir que el libro me pareció sumamente adelantado para su época, y sin
duda alguna es una obra literaria que todos deberíamos de tomarnos la molestia
de leer.

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