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5.

Discusiones

La presente investigación tuvo por objetivo conocer la manera en que construyen su

autoconcepto los pre-adolescentes y adolescentes con multidiscapacidad que asisten a la sala

“Magníficos” del Centro Educativo Terapéutico (C.E.T) “Mi lugar” de la Ciudad de Córdoba.

Luego de realizada la investigación y el trabajo de campo, se pudo observar que estos

pacientes presentan como características generales, en lo que refiere a lo conductual, tolerancia

de los tiempos de espera (aunque en ocasiones puede que requieran del refuerzo verbal), bajo

nivel de tolerancia a la frustración, reconocimiento y aceptación de la puesta de límites (aunque a

veces pueden mostrarse reticentes) y no presentan un control de los impulsos.

En lo académico, presentan un nivel cognitivo medio-bajo, trastornos del aprendizaje,

dificultades para la adquisición de las habilidades académicas, labilidad atencional, requieren de

la asistencia y motivación constante para la realización de las actividades que se les proponen,

requieren de una adaptación curricular, responden y comprenden órdenes y consignas sencillas.

En el contacto y relación con los otros, se trata de pacientes que presentan un sentido de

pertenencia a la sala y reconocimiento de sus compañeros, es una sala en donde el trabajo grupal

es posible (siempre y cuando sea encuadrado), presentan dificultades en el control del contacto

corporal (requiriendo en ocasiones del refuerzo verbal), logran expresar y reconocer tanto sus

emociones, sentimientos y necesidades como los de los demás y presentan familias constituidas

(salvo un caso de una familia adoptiva).

Todos los pacientes reciben tratamiento farmacológico y terapias individuales según sus

necesidades.
Tanto estas características generales, como su condición de multidiscapacidad y la etapa

evolutiva que se encuentran atravesando (pre-adolescencia y adolescencia), constituyen factores

influyentes en la manera en que construyen su percepción de sí mismos.

Como se mencionó anteriormente, hablar de multidiscapacidad entraña hacer mención a

un conjunto de personas en las que vienen a concurrir dos o más deficiencias de carácter

psíquico, sensorial y/o físico simultáneamente, de manera tal que las discapacidades a que dá

lugar esa combinación superan o son diferentes a la mera suma de las discapacidades asociadas a

cada una de las deficiencias por separado.

Si el hecho de tener una discapacidad es ya una condición que hace compleja la vida de

las personas, creándole una serie de situaciones y necesidades específicas que requieren de

numerosas atenciones y cuidados; el hecho de tener varias discapacidades, sin duda complica aún

más las circunstancias de las personas y de su entorno, ya que todas las dificultades que puedan

tener se multiplican, derivando esto, en la mayoría de los casos, en una situación de dependencia.

Todo lo cual va a ejercer cierta influencia a la hora de construir su autoconcepto.

Asimismo si, además de presentar esta condición de vida, se agrega el estar atravesando

por la etapa de la pre-adolescencia y/o adolescencia, esto también influirá en la construcción de

este aspecto de su personalidad, debido a que la adolescencia es una etapa crítica de cambios y

desarrollo del autoconcepto del sujeto; durante esta etapa, el autoconcepto se perfila y se define

de modo tal que el individuo se identifica como un ser singular, diferente de los demás.

Según Inhelder y Piaget, los cambios que se producen en este constructo psicológico

durante los años de la adolescencia, se deben, en gran medida, a los cambios cognitivos que

también se producen. Durante esta etapa, el autoconcepto se hace más abstracto y diferenciado.
Las distintas facetas del autoconcepto, se hallan fuertemente vinculadas a la edad de las

personas, de tal forma que el autoconcepto se va haciendo más estable, diferenciándose sus

facetas progresivamente a medida que pasan los años. A lo largo de los años, en los que el

autoconcepto se forma, las facetas del mismo tienen distinto grado de importancia explicativa

para el sujeto. Las autodescripciones de las personas van variando respecto a las áreas más

significativas, haciéndose cada vez más complejas conforme aumenta su edad, hasta centrarse

cada vez más en atributos de personalidad, intereses y aficiones, ideas, actitudes y valores.

A la hora de realizar una autodescripción, se pudo constatar que los pacientes

pertenecientes a la sala objeto de investigación no lo hacen refiriéndose a aspectos de su mundo

interno, privado e invisible (como lo harían los pre-adolescentes y adolescentes con edades

comprendidas entre los diez y quince años), sino que lo hacen resaltando aspectos externos,

públicos y visibles como lo harían aquellos niños que se encuentran atravesando el período de

operaciones concretas de Piaget.

Se trata de una sala en donde, si bien sus integrantes no presentan dificultades para

reconocer aspectos de su apariencia física, sexo, rasgos concretos, a la hora de referirse a rasgos

de su personalidad, cualidades interpersonales y sociales, valores, se muestran desconcertados,

requiriendo de la intervención y apuntalamiento verbal por parte de un otro significativo. Ello

denota que la construcción del autoconcepto, por parte de estos pacientes, es más lento que el de

cualquier persona de su edad y sin la condición de discapacidad.

La información autorreferente es posible obtenerla a partir de diversas fuentes, tales

como: los otros significativos, el proceso de comparación social e interna, la observación de la

propia conducta y los estados afectivos-emocionales propios.


En el caso de los pacientes de la sala, ellos manifiestan su manera de autoconcebirse,

principalmente, a través de su discurso, frases y a través de sus conductas y/o comportamientos.

Los pre-adolescentes y adolescentes construyen su autoconcepto por medio de las

interacciones que mantienen con su entorno, específicamente con las personas que resultan ser

significativas para ellos, es decir, aquellas personas con quienes interactúan con mayor

frecuencia, con quienes tienen una importante relación emocional, y cuyas actitudes y roles son

cruciales en su proceso de socialización. Razón por la cual, podemos decir que los “Magníficos”

obtienen información sobre su autoconcepto, a través de las experiencias que obtienen de las

interacciones con sus pares, su tutora y las profesionales que mantienen contacto con ellos.

Estas personas actúan como figuras de referencia y modelos, de manera tal que es

importante que atiendan los intereses de los pacientes, destaquen sus cualidades, les animen a

expresarse, los apoyen, ayuden a descubrir lo mejor de sí mismos, a aceptar sus características

particulares, a conocer y aceptar sus potencialidades y limitaciones, entre otras cosas.

A partir de la información obtenida con la realización de las entrevistas, se pudo

vislumbrar que las profesionales consideran que su rol en la construcción del autoconcepto por

parte de estos pacientes es, principalmente, el de guiar, orientar, sostener, apuntalar; se trata de

pacientes que requieren del apuntalamiento, refuerzo verbal y asistencia tanto en lo físico y

emocional-personal como en lo académico y social, es decir en todas las dimensiones de su

autoconcepto.

Tanto la familia como la escuela, tienen entre sus tareas más importantes el ayudar a los

adolescentes a desarrollar un buen autoconcepto. Según la mayoría de los especialistas en el

tema, como Musitu, Rogers y Burns, entre otros, un autoconcepto ajustado y positivo, permite a

las personas una mayor capacidad para actuar de forma independiente, tomar decisiones,
interactuar con los demás, afrontar nuevos retos, asumir responsabilidades, contradicciones o

fracasos; lo que en otros términos las hace estar preparadas, con condiciones específicas, a la

hora de participar en distintos escenarios sociales de manera responsable, madura y coherente.

De esta manera, podemos decir que la construcción del autoconcepto va a ejercer

influencia sobre la adquisición de una conducta autodeterminada por parte de los pre-

adolescentes y adolescentes con multidiscapacidad objeto de investigación.

Una persona autodeterminada es una persona que es consciente de sí misma y de sus

propios conocimientos y necesidades, que busca sacar provecho de cada una de las experiencias

de la vida y desarrolla su máximo potencial. Las personas autodeterminadas aprenden a

responder a cuestiones claves como ¿Qué me gusta?, ¿Qué puedo hacer?, ¿Qué quiero?, ¿Qué

estoy dispuesto a hacer para tener lo que no tengo? Cuestiones que, en el caso de estos pacientes,

solo logran en la medida que dispongan de la intervención de sus otros significativos, quienes les

proporcionan ejemplos, opciones, recursos y apoyos.

La autodeterminación no es una cuestión de todo o nada, siempre es posible alcanzar un

mayor grado de ella fomentando ciertas actitudes y habilidades; por lo cual más allá de las

características peculiares de los pacientes pertenecientes a la sala “Magníficos”, es posible que se

adquieran y desarrollen algunos o todos los componentes y elementos de este tipo de conducta.

Son pacientes que requieren de la asistencia, supervisión, mediación por parte de las

profesionales que mantienen contacto con ellos, tanto en aspectos relacionados con su

autonomía, autorregulación, capacitación psicológica o fortalecimiento y su autoconciencia o

autoconocimiento.

Las profesionales buscan siempre trabajar con, para y unidas a los pacientes (al igual que

el profesional psicólogo), desde la particularidad de cada uno de ellos, desde sus posibilidades,
buscando ofrecerles oportunidades para que experimenten más allá de un resultado bueno o

malo.

Estos pacientes presentan cierto conocimiento de sus alcances, de los límites, de las

normas sociales y de convivencia, saben lo que pueden y lo que no, lo que está bien y lo que está

mal; a su vez, siempre están “jugando” en cierta medida con eso, buscando experimentar con la

flexibilidad que está a su alcance.

En la medida en que estos sujetos dispongan de un ambiente enriquecedor que les

permita involucrarse en un amplio número de experiencias de aprendizaje, les proporcione

apoyos y oportunidades para practicar las habilidades adquiridas, supondrá un contexto

favorecedor para el aprendizaje y desarrollo de la autodeterminación por parte de estos pacientes.

De los datos obtenidos en esta investigación, se pudo constatar que el autoconcepto que

el individuo va haciendo de sí mismo a lo largo de los años, no es un hecho aislado sino que va

configurándose en base a factores individuales, familiares y sociales. Éste resulta determinado

por distintos factores como son la actitud o motivación, el esquema corporal, las aptitudes y la

valoración externa.

Este aspecto central de la personalidad es una pieza fundamental para el logro de un

desarrollo y desempeño óptimo por parte de cualquier ser humano. Su función más importante es

guiar la conducta de los sujetos y aportar en la interpretación de la información que recibe de sí

mismo por parte del entorno.

En el caso de las personas con multidiscapacidad, el hecho de poseer esta condición de

vida va a constituir una característica más sobre la cual se va a construir y fortalecer su

autoconcepto. Aunque deban enfrentarse a circunstancias particulares, haciendo frente a más

dificultades y teniendo un desarrollo más lento de este aspecto.


De la revisión de investigaciones, realizadas en torno al autoconcepto, se puso en

evidencia que si bien existen diversas investigaciones que demuestran un interés por estudiar el

autoconcepto en cuanto dimensión humana dentro del desarrollo del individuo, asociándolo al

rendimiento académico y a las diversas modalidades de discapacidad: física, cognitiva, visual y/o

auditiva; son escasas las investigaciones que se refieren al autoconcepto dentro del ámbito de las

personas con multidiscapacidad, teniendo en cuenta todas las dimensiones de este constructo

(físico, personal-emocional, social), no sólo la dimensión académica.

Por lo cual, los resultados obtenidos en esta investigación, si bien abren la puerta a

futuras investigaciones en torno a esta temática dentro del ámbito de las personas

multidiscapacidad, deben ser considerados teniendo en cuenta que refieren a este grupo

específico de seis pre-adolescentes y adolescentes con multidiscapacidad con edades

comprendidas entre los diez y quince años, pertenecientes a la sala “Magníficos” del nivel

pedagógico durante este ciclo lectivo (año 2016); quienes interactúan con estas profesionales y

pares en particular, considerados por ellos como otros significativos.

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