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El Dramaturgo y Director.
Galo Ontivero es actor, director, dramaturgo y docente universitario.
Obtuvo la licenciatura en Actuación en UNA (Universidad Nacional de
Arte), se encuentra cursando la licenciatura en sociología (UNCuyo) y
es tesista de la maestría en dramaturgia (UNA), además de
perfeccionarse con el maestro Ricardo Bartis. Se desempeña como
coordinador de producción en el elenco de titiriteros del Complejo
Teatral de Buenos Aires, dirigido por Adelaida Mangani. También es
docente de la cátedra Coce de Historia del teatro y análisis de texto
de la Licenciatura en Escenografía UNA Visuales.
Ilusión
De Galo Ontivero
Actúan: Pepa Luna, Emiliano Masella, Luis Alberto Rego, Paulo
San Martín, Sabrina San Martín
Prensa: Laura Brangeri
Dirección: Galo Ontivero
Arrancamos un viernes frío. Muy frío; las horas van pasando con
éxito rutinario y uno sabe que en horas estará nuevamente
recorriendo una distancia más que prudencial para acercarse a ver
otra obra teatral. Cansado de la rutina diaria uno espera que
Ilusión, la obra teatral a cubrir, rompa esta rutina teatral que se va
apoderando en el teatro alternativo.
Ilusión no sólo no defraudo sino que su trama hizo
olvidarme de la distancia que uno acostumbra a hacer por lo
menos un par de veces a la semana sino que rompió la
rutina teatral mencionada. ¿El frío? Desapareció por
completo gracias a los actores y actrices que lograron
atrapar a todos los espectadores y no es para menos, la
sinopsis bien lo aclara: Dos artistas Olga y Pedro huyen del
gobierno militar en nuestro país y toman como refugio un
lugar de Mendoza. Despojado de todo intentan sobrevivir a
las necesidades básicas pero más aún intentan superar el
pasado reciente añorándolo por momentos y recriminando
el accionar de cada uno de ellos tiempo atrás.
Un drama que no deja lugar a risa y cuando ocurre es producto
de la tensión que transmite al espectador Ilusión busca transmitirle
al público una historia que no dejaría de ser secundaria e
irrelevante si no fuera por los diferentes recursos asertivos
encontrados a lo largo de toda la obra.
Pedro y Olga se encuentran ocultos, así como debía estar
un revolucionario o reformador durante el gobierno militar.
Solo se comunican con un dueño de un almacén próximo y
sus dos hijos quienes de manera sorpresiva y en busca de
una información en particular les realizaran una visita un
poco incómoda pero necesaria para conocerlos bien y saber
quiénes son en verdad y que buscan o mejor dicho de
quienes escapan.
PATIO DE ACTORES
Lerma 568
Reservas: 4772-9732
Entrada: $ 120,00 / $ 100,00 - Viernes - 21:30 hs - Hasta el
28/08/2015
Sergio Di Crecchio
LEEDOR.
“En la dictadura se hizo presente cierto fascismo
artístico”, Galo Ontivero
ADRIANA SANTA CRUZ
on 30 junio, 2015 at 14:15
No hay terror más fuerte que el miedo a nosotros mismos: básicamente, esto es lo que
sienten Olga y Pedro, quienes huyen de la persecución militar durante la última
dictadura y que deberán enfrentarse a otra guerra, la que generan sus propios vínculos.
Galo Ontivero estrenó hace muy poco Ilusión protagonizada por Pepa Luna, Emiliano
Masella, Paulo San Martín, Sabrina San Martín y Luis Alberto Rego. La obra se puede
ver todos los viernes a las 2130 en el Patio de Actores (Lerma 568).
¿En general sos de apelar a la memoria emotiva o a tus recuerdos para escribir?
No siempre. Aunque es cierto que todos mis trabajos como autor tienen algo de mi vida.
Lo cierto es que a veces los trabajos parten de una película, de un texto, o de una escena
que veo en la calle. Luego empiezo a escribir, y tarde o temprano se cuela algo de mi
vida. Así es el proceso, que se reitera pero que no lo estoy pensando a priori. Luego, a
veces, demasiada conciencia me traiciona y genero algunos procedimientos
dramatúrgicos que no siempre revelan la verdadera obra. Creo que Ilusión es una obra
que me encuentra más cercano a quien soy, no por el relato, sino por lo que resuena de
ese relato.
En principio, fue la violencia objetiva que produjo una violencia subjetiva sin igual en
la historia social argentina; la violencia como una institución que se instauró en los
vínculos más cercanos, en los vínculos familiares, que intentó anular las relaciones de
solidaridad, que construyó en la cultura de lo ominoso en la cultura argentina, que
construyó “La Muerte” así con mayúscula. Es cierto que la obra transcurre en Mendoza.
Algunos conocidos que han visto la obra me dicen que es singular ver lo que sucedía en
las provincias en la dictadura. En las provincias lo ominoso y lo siniestro transcurría, al
igual que Buenos Aires, pero con la carga histórica propia de cada región. En definitiva,
intenté mostrar cómo el terror que instauró la dictadura estaba tanto por fuera como
dentro de los vínculos.
Pensar la dictadura como un proceso histórico aislado podría responder esta pregunta de
una manera bastante simple: la dictadura es la objetivación de un proceso de
pauperización cultural sin igual, producto de los exilios y de una economía cultural que
veló procesos artísticos y educacionales valiosísimos para la sociedad argentina. Pero la
dictadura no es un proceso aislado, es un proceso producto del pasado y que resuena en
nuestro presente. En la dictadura se hizo presente cierto fascismo artístico que hoy por
hoy se ha naturalizado. Está instalado y naturalizado en la producción, en la espectación
y hasta en la misma crítica. Podremos estar en tensión con ese proceso, pero creo que la
dictadura consolidó ese proceso. En la especificidad de la obra, lo relataba en otra
entrevista pedida por otro medio, hay un momento donde se representa una escena
de Señorita Julia de Strindberg: uno de los personajes ante la pregunta sobre qué
esSeñorita Julia responde que es una telenovela. En ese simple gesto se trata de mostrar
las pauperización de la cultura y el fascismo en la mirada.
Creo que es indudable que siento una admiración por maestros como Gambaro,
Pavlovsky y Veronese y, claro está, la dramaturgia de Susana Torres Molina. Además,
comparto totalmente los escritos de Slavok Zizek sobre la violencia y que fueron
basales en la construcción de la obra.
Me gustaría decir lo que vieron los primeros espectadores sobre los vínculos. Mi pareja,
Emiliano, me dijo que veía “cierta sodomización de la familia hacia el amor en la
pareja, hacia la posibilidad del amor en la pareja”. Confío plenamente en su mirada.
Pedro y Olga, la pareja perseguida, tienen problemas conyugales que arrastran desde
hace años, han llegado a un lugar límite; creo que, si no aparecen la familia de los
Rufinos, por más divertidos que parezcan en el relato de la obra, Pedro y Olga no
llegarían a tomar la decisión radical que toman. Lo que habita en la obra es la ilusión de
que todo sea distinto a como se plantean las circunstancias. El terror de la dictadura es
una de esas circunstancias. El terror a los seres cercanos, a ellos mismos, es quizás, de
mayor relieve.